Riñon en Herradura y Cálculos

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RIÑON EN HERRADURA

El riñón en herradura se presenta en


aproximadamente uno de cada 500
niños. Se produce durante el desarrollo
fetal, cuando los riñones se desplazan
hacia su posición normal en la zona del
flanco (zona cerca del costado, por
arriba de la cintura). Sin embargo, en el
caso del riñón en herradura, a medida
que los riñones del feto se desarrollan
desde la zona pélvica, se fusionan en
los extremos inferiores o base. Al
hacerlo, adoptan una forma de "U", por
eso el nombre de "herradura."

Un tercio de las personas con riñón en herradura tendrá al menos una


anomalía o complicación que afecte su sistema cardiovascular, sistema
nervioso central o aparato genitourinario, como por ejemplo las siguientes:

 Cálculos en los riñones Cristales y proteínas que forman cálculos en el riñón


y que pueden provocar una obstrucción en las vías urinarias.

 Hidronefrosis. Agrandamiento de los riñones, que suele ser el resultado de


una obstrucción de las vías urinarias.

 Tumor de Wilms. Tumor embrionario de los riñones que generalmente se


presenta durante la infancia temprana.

 Cáncer renal o enfermedad poliquística del riñón

 Hidrocefalia o espina bífida

 Diversos signos cardiovasculares o gastrointestinales (por ejemplo,


malformaciones anorrectales, rotación patológica del intestino), o problemas
esqueléticos (por ejemplo, labio leporino o paladar hendido, pie zambo,
polidactilia)

El riñón en herradura puede producirse solo o en combinación con otros


trastornos.
SINTOMAS
Aproximadamente un tercio de los niños no tendrán síntomas. Un tercio de las
personas con riñón en herradura presentará otra anomalía o complicación que
afecte el sistema cardiovascular, nervioso o el aparato genitourinario.  Los
síntomas del riñón en herradura pueden parecerse a los de otras
enfermedades o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo
para obtener un diagnóstico.

DIAGNÓSTICO
Si el niño no tiene síntomas, es posible que no sea necesario realizar un
diagnóstico o tratamiento. Si su hijo tiene alguna de las complicaciones
mencionadas, el médico puede solicitarle uno o más de los siguientes
exámenes de diagnóstico:

 Ecografía del riñón. Técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza


ondas de sonido de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes
de los vasos sanguíneos, tejidos y órganos. Los ultrasonidos se utilizan
para visualizar los órganos internos mientras trabajan, y para evaluar el flujo
sanguíneo a través de los diferentes vasos.

 Cistouretrograma miccional. Una radiografía específica que examina el


tracto urinario. Se introduce un catéter (tubo hueco) en la uretra (conducto
que conduce la orina de la vejiga al exterior del cuerpo) y la vejiga se llena
de un colorante líquido. Se tomarán imágenes radiográficas a medida que la
vejiga se llena y vacía. Las imágenes mostrarán si hay reflujo urinario hacia
los uréteres y los riñones.
 Pielografía intravenosa. Técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza
una radiografía para observar las estructuras de las vías urinarias. Se
administra un medio de contraste por vía intravenosa para que las
estructuras puedan ser apreciadas en una placa radiográfica. Una IVP
también revela la velocidad y trayectoria del flujo de orina a través de las
vías urinarias.

 Exámenes de sangre. Evalúan el funcionamiento de los riñones.

 Exámenes de orina. Estos exámenes pueden incluir un cultivo.

TRATAMIENTO
Si el niño no tiene síntomas, es posible que no sea necesario realizar un
tratamiento. Si su hijo presenta complicaciones, es posible que necesite un
tratamiento de apoyo, es decir que se tratarán los síntomas aunque no existe
una cura para la enfermedad.

El médico determinará el tratamiento específico basado en lo siguiente:

 Edad, estado de salud general e historia clínica del niño


 Gravedad de la enfermedad
 Tolerancia de su hijo a medicamentos, procedimientos o terapias
específicos
 Expectativas para la evolución de la enfermedad
 Su opinión o preferencia

Es posible que su hijo sea derivado a un urólogo (médico que se especializa en


los trastornos y la atención de las vías urinarias y del aparato genital
masculino) o a un nefrólogo (médico especializado en trastornos o
enfermedades del riñón) para realizar una evaluación.
CÁLCULOS RENALES
DESCRIPCIÓN GENERAL

Los cálculos renales (litiasis renal,


nefrolitiasis) son depósitos duros de
minerales y sales que se forman
dentro de los riñones.

Los cálculos renales tienen muchas


causas y pueden afectar cualquier
parte de las vías urinarias, desde los
riñones hasta la vejiga. En general,
los cálculos se forman cuando la
orina se concentra, lo que permite
que los minerales se cristalicen y se
unan.

Expulsar los cálculos renales puede ser bastante doloroso, pero, en general,
los cálculos no producen daños permanentes si se los identifica de forma
oportuna. Según sea el caso, es posible que solo tengas que tomar
analgésicos y mucha agua para expulsar un cálculo renal. En otros casos, por
ejemplo, si los cálculos se alojan en las vías urinarias, están relacionados con
una infección urinaria o causan complicaciones, es posible que se necesite una
cirugía.

CAUSAS

Los cálculos renales, a menudo, no


tienen una sola causa definida, aunque
diversos factores pueden aumentar el
riesgo de padecerlos.

Los cálculos renales se producen


cuando la cantidad de sustancias que
forman cristales, como el calcio, el
oxalato y el ácido úrico, en la orina es
mayor de la que pueden diluir los
líquidos presentes en esta. Al mismo
tiempo, la orina puede carecer de
sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos a otros, lo que crea
un entorno ideal para la formación de cálculos renales.
TIPOS DE CÁLCULOS RENALES

Conocer el tipo de cálculo renal ayuda a determinar la causa y puede ofrecer


indicios sobre cómo reducir el riesgo de tener más cálculos renales. De ser
posible, si eliminas un cálculo renal intenta conservarlo para llevárselo al
médico a fin de que se analice.

Los tipos de cálculos renales son:

 Cálculos de calcio. La mayoría de los cálculos renales son cálculos de


calcio, por lo general, en forma de oxalato de calcio. El oxalato es una
sustancia que se encuentra en los alimentos de forma natural, y también
la produce el hígado a diario. Algunas frutas y vegetales, así como las
nueces y el chocolate, tienen un alto contenido de oxalato.

Los factores alimenticios, las altas dosis de vitamina D, la cirugía de


bypass intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la
concentración de calcio u oxalato en la orina.

Los cálculos de calcio pueden también producirse en forma de fosfato de


calcio. Este tipo de cálculos es más frecuente en trastornos metabólicos,
como la acidosis tubular renal. También puede estar relacionado con
ciertas migrañas o con el consumo de algunos medicamentos
anticonvulsivos, como el topiramato (Topamax).

 Cálculos de estruvita. Los cálculos de estruvita se forman en respuesta


a una infección, como la infección de las vías urinarias. Estos cálculos
pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes, a veces,
presentan muy pocos síntomas o pequeñas advertencias.

 Cálculos de ácido úrico. Los cálculos de ácido úrico se pueden formar


en personas que no beben la suficiente cantidad de líquido o que pierden
mucho líquido, aquellas que consumen una dieta alta en proteínas o
aquellas que tienen gota. Ciertos factores genéticos también pueden
aumentar el riesgo de padecer cálculos de ácido úrico.

 Cálculos de cistina. Estos cálculos se forman en personas con un


trastorno hereditario que causa que los riñones excreten mucha cantidad
de ciertos aminoácidos (cistinuria).
FACTORES DE RIESGO

Los factores que aumentan el riesgo de padecer cálculos renales son:

 Antecedentes familiares o personales. Si alguien de tu familia tiene


cálculos renales, tienes más probabilidad de padecer la enfermedad.
Además, si alguna vez tuviste uno o más cálculos renales, corres un
mayor riesgo de tener otro.

 Deshidratación. No beber suficiente agua todos los días puede aumentar


el riesgo de tener cálculos renales. Las personas que viven en climas
cálidos y que transpiran mucho pueden presentar un riesgo mayor que
otras personas.

 Ciertas dietas. Llevar una dieta rica en proteínas, sodio (sal) y azúcar


puede aumentar el riesgo de tener algunos tipos de cálculos renales. Esto
es sobre todo cierto con una dieta rica en sodio. El exceso de sal en la
dieta incrementa la cantidad de calcio que el riñón tiene que filtrar y
aumenta, de manera importante, el riesgo de tener cálculos renales.

 Ser obeso. Un índice de masa corporal alto, un perímetro de la cintura


ancho y el aumento de peso se pueden asociar con un incremento del
riesgo de tener cálculos renales.

 Cirugía y enfermedades digestivas. La cirugía de bypass gástrico, la


enfermedad inflamatoria intestinal o la diarrea crónica pueden provocar
cambios en el proceso digestivo que afectan la absorción de calcio y de
agua, lo que aumenta los niveles de sustancias que forman cálculos en la
orina.
 Otras enfermedades. Las enfermedades y los trastornos que pueden
aumentar el riesgo de tener cálculos renales comprenden la acidosis
tubular renal, la cistinuria, el hiperparatiroidismo, ciertos medicamentos y
algunas infecciones de las vías urinarias.

SÍNTOMAS

Un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse


por el riñón o hasta que pasa por el uréter (el tubo que conecta el riñón y la
vejiga). En ese momento, podrías tener los siguientes signos y síntomas:

 Dolor intenso a los lados y en la parte posterior, debajo de las costillas

 Dolor que se extiende hacia la parte inferior del abdomen y hacia la ingle

 Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa

 Dolor al orinar

 Orina de color rosa, rojo o marrón

 Orina turbia o con olor desagradable

 Náuseas y vómitos

 Necesidad constante de orinar

 Micciones más frecuentes de lo usual

 Fiebre y escalofríos si existe una infección

 Micciones en pequeñas cantidades

El dolor causado por un cálculo renal puede cambiar (por ejemplo, puede
trasladarse a una ubicación diferente, o su intensidad puede aumentar) a
medida que se desplaza a través de las vías urinarias.

DIAGNÓSTICO

Si el médico sospecha que tienes cálculos renales, seguramente te harán los


siguientes análisis y procedimientos de diagnóstico:

 Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar un exceso de


calcio o de ácido úrico en la sangre. Los resultados de los análisis de
sangre sirven para controlar la salud de los riñones y pueden hacer que el
médico quiera comprobar si tienes otras enfermedades.
 Análisis de orina. El análisis de orina de 24 horas puede mostrar que
estás eliminando demasiados minerales que forman cálculos o muy pocas
sustancias que previenen la formación de cálculos. Para este análisis, tu
médico puede pedirte que hagas dos recogidas de orina en dos días
consecutivos.

 Pruebas por imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes


pueden mostrar cálculos renales en las vías urinarias. Las opciones
abarcan desde una simple radiografía abdominal, en la cual los cálculos
renales pequeños pueden pasar inadvertidos, hasta la tomografía
computarizada de alta velocidad o de energía dual, que puede mostrar
incluso cálculos muy pequeños.

Otras opciones de estudios por imágenes son la ecografía, un estudio no


invasivo, y la urografía intravenosa, que consiste en inyectar tinte en una
vena del brazo y tomar radiografías (pielografía intravenosa) u obtener
imágenes de tomografía computarizada (urografía por tomografía
computarizada) a medida que el tinte viaja a través de los riñones y la
vejiga.

 Análisis de los cálculos expulsados. Es posible que te pidan que orines


a través de un filtro para retener los cálculos que lograron pasar. El
análisis de laboratorio revelará la composición de los cálculos renales. El
médico usa esta información para determinar el origen de los cálculos
renales y establecer un plan para prevenir la formación de más cálculos
renales.
TRATAMIENTO

El tratamiento de los cálculos renales varía en función del tipo de cálculo y de


la causa.

Cálculos pequeños con síntomas mínimos

La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento


invasivo. Es posible que puedas expulsar un cálculo pequeño de las siguientes
maneras:

 Bebiendo agua. Tomar entre 2 y 3 cuartos de galón (1,9 a 2,8 litros) por


día puede ayudarte a limpiar el aparato urinario. A menos que tu médico
te indique lo contrario, bebe suficiente líquido —sobre todo agua— para
producir una orina transparente o casi transparente.

 Analgésicos. Expulsar un cálculo pequeño puede provocar cierta


molestia. Para aliviar el dolor leve, el médico puede recomendarte
analgésicos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), el paracetamol
(Tylenol, otros) o el naproxeno sódico (Aleve).

 Terapia médica. El médico puede indicarte un medicamento para


ayudarte a expulsar el cálculo renal. Este tipo de medicamento, conocido
como «alfabloqueante», relaja los músculos del uréter y te ayuda a
expulsar el cálculo renal más rápido y con menos dolor.

Cálculos grandes y cálculos que producen síntomas

Los cálculos renales que no se pueden tratar con medidas conservadoras ya


sea porque son muy grandes para expulsarlos solos o porque producen
sangrado, daño en el riñón o infecciones permanentes de las vías urinarias
pueden requerir un tratamiento más exhaustivo. Los procedimientos pueden
comprender lo siguiente:

 Usar ondas sonoras para romper los cálculos. Para ciertos cálculos
renales, según el tamaño y la ubicación, el médico puede recomendar un
procedimiento llamado «litotricia extracorporal por ondas de choque».

La litotricia extracorporal por ondas de choque usa ondas sonoras para


crear vibraciones fuertes (ondas de choque) que rompen los cálculos en
pequeños pedazos para que puedan expulsarse con la orina. El
procedimiento dura entre 45 y 60 minutos, y puede producir dolor
moderado; por lo tanto, es posible que estés sedado o que te den
anestesia suave para que te sientas cómodo.

La litotricia extracorporal por ondas de choque puede provocar sangre en


la orina, formación de hematomas en la espalda o en el abdomen,
sangrado alrededor del riñón y otros órganos cercanos, y molestias
cuando eliminas los fragmentos del cálculo a través de las vías urinarias.

 Cirugía para extraer los cálculos renales muy grandes. Un


procedimiento llamado «nefrolitotomía percutánea» consiste en la
extracción quirúrgica de un cálculo renal mediante instrumentos y
telescopios pequeños que se introducen a través de una pequeña incisión
que se realiza en la espalda.

Te darán una anestesia general durante la cirugía y permanecerás en el


hospital durante uno o dos días para recuperarte. Tu médico puede
recomendar esta cirugía si la litotricia extracorporal por ondas de choque
no dio resultado.

 Usar un endoscopio para extraer los cálculos. Para extraer un cálculo


pequeño alojado en el uréter o en el riñón, el médico puede introducir un
tubo delgado que posee una luz y una cámara (ureteroscopio) a través de
la uretra y de la vejiga hasta llegar al uréter.

Una vez que se localiza el cálculo, las herramientas especiales pueden


atrapar el cálculo y romperlo en trozos que se eliminarán con la orina.
Después, el médico puede colocar un pequeño tubo (stent) en el interior
del uréter para mejorar la hinchazón y promover la cicatrización.
Posiblemente, necesites anestesia local o general durante este
procedimiento.

 Cirugía de la glándula paratiroidea. Algunos cálculos de fosfato de


calcio se forman a causa de glándulas paratiroides hiperactivas, las cuales
están ubicadas en los cuatro extremos de la glándula tiroides, justo debajo
de la nuez de Adán. Cuando esas glándulas producen demasiada
hormona paratiroidea (hiperparatiroidismo), los niveles de calcio pueden
aumentar demasiado y, en consecuencia, se pueden formar cálculos
renales.

A veces, el hiperparatiroidismo aparece cuando se forma un pequeño


tumor benigno en una de las glándulas paratiroides o si manifiestas otro
trastorno que hace que estas glándulas produzcan más hormona
paratiroidea. Extirpar el crecimiento de la glándula detiene la formación de
los cálculos renales. O bien, el médico puede recomendarte un
tratamiento para el trastorno que provoca que la glándula paratiroidea
produzca la hormona en exceso.

MEDICAMENTOS

Los medicamentos pueden controlar la cantidad de minerales y sales en la


orina, y pueden ser útiles para las personas que tienen ciertos tipos de
cálculos. El tipo de medicamento que te recete el médico dependerá de la clase
de cálculo renal que tengas. A continuación se describen algunos ejemplos:

 Cálculos de calcio. Para ayudarte a prevenir la formación de cálculos de


calcio, tu médico puede recetarte un diurético con tiacida o una
preparación que contenga fosfato.

 Cálculos de ácido úrico. Tu médico puede recetarte alopurinol (Zyloprim,


Aloprim) para bajar los niveles de ácido úrico en la sangre y en la orina,
además de un medicamento para que la orina se mantenga alcalina. En
algunos casos, el alopurinol y un agente alcalinizante pueden disolver los
cálculos de ácido úrico.

 Cálculos de estruvita. Para prevenir los cálculos de estruvita, el médico


puede recomendar estrategias para que la orina no tenga bacterias que
causen infección. El consumo prolongado de antibióticos en pequeñas
dosis puede ayudar a cumplir con este objetivo. Por ejemplo, para tratar
los cálculos renales, el médico puede recomendar un antibiótico antes de
una cirugía y durante un tiempo después de la cirugía.

 Cálculos de cistina. Los cálculos de cistina pueden ser difíciles de tratar.


Tu médico puede recomendarte que tomes más líquidos para que los
riñones produzcan mucha más orina. Si esta única medida no da
resultado, el médico también puede recetarte un medicamento que baje la
cantidad de cistina en la orina.

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