Ideologia y Praxis

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CDU 339 (468.5:6) 1091.

Ideología y praxis en la proyección canaria


hacia Africa Occidental

MANUEL LOBO CABRERA

No sólo por motivos geogrhficm la costa africana estuvo de


siempre ligada a Canarias. La primitiva población aborígen, elemen-
tos culturales y btnicos, llegó desde la ri'beras africanas(l). En los
períodos hiistóricos continuaron estos lazos, ,aunque con nuevas condi-
ciones impuestas por descubrimientos geográficos, ideias, comercio
y pesca. L a relación canario-africana continúa hasta nulestros dias
c m ésta (2).
Las búsqueda de nuevas mtas comerciales, las noticias aporta-
das por navegantes, y los progresas naúticos y cartográficos de mallo-

(') Actas del Simposio Internacional Conmemorativo del Centenario del


Descubrimiento del Primer Hombre de Cro-Magnon, «Anuario de Estudios AtlEin-
ticos», 15, Madrid, Las Palmas, 1970; PELLICER CATALAN, M., ((Panorama y
perspectivas de la arqueología canaria>, en Revista de Historia Canaria, X X X I I ,
La Laguna, 1969, pp. 291-302; idem, «Elementos culturales de la Prehistoria
canaria», en Revista de Historia Canaria, X X X I V , La Laguna, 1972, pp. 47-72;
SCHWIDETZKY, I., La población prehispiinica de las Islas Canarias, S/C. de
Tenerife, 1963.
(2) La pesca ha sido un tema en el cual se han interesado los historiadores
de todos los tiempos. En los siguientes trabajos se refleja. RUMEU DE ARMAS,
A,, España en el Africa Atlántica, Madrid, 1957; idem, Las pesquerías españolas
en la costa de Africa (siglos XV-XVI), «Anuario de Estudios Atlhnticow, 23,
Madrid, Las Palmas, 1977; LOBO CABRERA, M., Los vecinos de Las Palmas
y sus viajes de pesquerfa a lo largo del siglo XVI. Otros datos para su estu:

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quines y portugueses abrieron un nuevo camino hacia el Atlántico.


Así el siglo XIII redescubrió la costa occidental africana; y el siglo xrv,
Canaria (3).
En d siglo xv, con Juan de Bet'hencourt y sus compañeros,
comienzan los conltactos y la proyeoción canaria hacia el Africa
occidental (4). A fines de la primera miltad del siglo xv, el dominio
de las Canarias conquistadas hasta el momento pasa a los herederos
de Hernán Peraza e Inés de las Casas. Bajo su gobierno el conoci-
miento del AMca occidental se amplía con las entradas y saltos que
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territorial sino el depredador; Diego García de Herrera intentó


alzarse son el señorío político del território; de Enrique IV de Castiila
consiguió confirmación de derechos sobre la costa de Berbería a
Desde entonces las entradas en Africa son un hábito continúo, que =
m
O

se amplia a fines de la decimoquinta centuría a la conclusión de la -


aprehensión realenga de las Canarias mayores. m
0

Las cabalgadas a Berbería de los señores de Lanzarote y Fuer- o

teventura durante el siglo xv pueden acercarse a la centena (6).

dio, «III Coloquio de Hisloria Cailario-Americaila (1978)», Las Palmas, 1980,


pp. 401-429; GLAS, G., Descripción de las Islas Canarias, 1764, La Laguna,
1976; BUSTO Y BLANCO, F. del, Topografía nzkdica de las Islas Canarias,
Sevilla, 1864.
(3) BONNET, B., Las espediciorws n las Canarias en el siglo X I V , Madrid
1946. -
(4) A este respecto exisle conl'usión entre lo que plantea ABREU Y
GALINDO, J., Historia (de la conquista de las siste Islas de la Gran Canaria,
S/C. de Tenerife, 1977, p. 43, y la critica de BONNET, B., Las Canarias y la
conquista fra~icorzoi~i~zarzda. I, Juan de Bethencourt, La Laguna, 1944, pp. 89-90.
( 5 ) En 1468 el rey de Castilla Enrique IV confirma a Diego Garcia de
Herrera el dominio señorial de las Islas Canarias y de la Mar Yequefia de Ber-
bería c . . . e a sus subcesores en la forma e manera que primero le heran dadas
a él e a sus subcesores e las tenia...». Este documento fue publicado por RUMEU
EE ARMAS, A,, E S ~ G E..., G =p. cit., d ~ v ~ r n e I
~I
t,
ot. 11, pp. 4-8.
(6) RUMEU DE ARMAS, A., Piraterías y ataques navales contra las Islas
Canarias, Madrid, 1947, t. 1, pp. 216-217; SERRA Y FERNANDEZ DE MORA-
TIN, S., Conquista y aventuras de los canarios e n Berberia, S/C. de Tenerife,
s. s., pp. 13-14; VIERA Y CLAVIJO, J., Noticias ,de la história general de las
Islas Canarias, S/C. de Tenerife, 1967, t. 1, pp. 454 y 728.

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En las islas realengas se inician desde el mismo momento en


que termina la conquista militar ('); que se suspeiidieron en 1497 por
conveniencia política (8). A partir de 1505, se reanudaron, por merced
de una cédula de la reina (doña Juana e);
desde entonces fueron un
espectaculo casi diario,
La pesca se inició tambien por la misma fecha, de ltal forma
que es difici,l separar el ámbito de una a otra (lo)
Nueva proyección representan las dirigidas hacia las zonas de
Guinea; comienzan alrededor de 1494 de manera direcrta ("); ante-

(7) Esto se constata porque el primer gobcmador, Pedro de Vera, fue


agraciado por la Corona con la mitad de los quintos de las cabalgadas que se
organizasen en la isla de su mando. Al parecer recibid en un solo año m6s de
300000 maravedís. Cita de RUMEU DE ARMAS, A,, España ..., op. cit.,
PP. 151-152.
( 8 ) En 1498 la zona de Mar Pequefia fue declarada zona de paz, mediando
cartas de seguro que el gobernador de Gran Canaria Alonso Fajardo expidió
por autorización real. RUMEU DE ARMAS, A,, España ..., op. cit., p. 418;
AZNAR VALLEJO, E., Documentos canarios en d Registro General del sello
(J476-1517), La Laguna, 1981, doc. 430.
(9) Libro Rojo de Cran Canaria, transcrición y estudio de Pedro Cullen
del Castillo, Las Palmas, 1947, Archivo General de Simancas, Registro General
del Sello, 1505, noviembre, 2. En esta cédula la reina promueve las cabalgadas
y da «licencia y facultad a todos los vecinos e moradores de todas las yslas de
Canaria ... para que de aqui adelante, ... puedan saltear a los dichos moros de
allende, desde el Rio d'Oro arriba hazia parte de M e ~ aen todas las partes que
quisyeren, con tanto que desde el dicho Rio dJOro abaxo insta la parte de
Guinea non puedan saltear.. .».
(lo) RUMEU DE ARMAS, A,, Las pesquerías ..., art. cit.; LOBO CABRE-
KA, M., art. cit.; idem, La esclavitud en las Canarias Orientnles en el siglo XVI,
Lus Piilrnus, 1902, pp. 90-91, idt-iii, E: íi~üiidod d niüi eii :ú Gtúíi Cuii~iiudel
siglo X V I : navíos, nzarinos, viajes, «Anuario de Estudios Atllnticos», 26, Madrid,
Las Palmas, 1980, pp. 331 y 341.
(11) TEIXEIRA DA MOTA, A,, Viagens Espanholas das Candriüs ci
Guiiid no século XVI segundo docuinentos dos arquivos portugueses, «III Coló-
quio de História Canario-Americana (1978)», Las Palmas, 1980, t. 11, p. 222.
Esta misma noticia aparece recogida en RUMEU DE ARMAS, A,, Piraterías.,.,
op. cit., p. 34Y; en TORRES CAMPOS, K., Carácter de La conquista y coloni-
zación de las Islas Canarias, Madrid 1901, p. 54, y en FERNANDEZ DE
NAVARRETE, M., Colección de los viajes y descubri~nientosque hicieron por
rizar los esl~aEolesdesde fines del siglo XV, Madrid, 1955, t. 11, pp. 295-297.

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riormente se había iniciado la andaluza(12). Los m6viles fueron dis-


tintos. Estas tierras Wenecían porr el reparto de Alcapvas-Toledo
a la corona portuguesa. Los puntos de destino, Cabo Verde o Guinea
comportaban actitudes diferentes; en el pimero se mantenía el sis-
tema comercial legal por tener consideración de factoría exparta-
dora (13); en el segundo, el contrabando y la ilegalidad.

Ideas y practicas

Causas, razones y móviles de la proyección sobre Africa de los


castellanos asentados en Canarias, se fundamentan en una tradición
medieval de los inicios de la Reconquislta, que aplarece en las fuentes. a
En el siglo xv, descubiertas y conquistadas las Canarias, se inician -
m
O
las empresas.
-
0
m
Su eslyiritu, de corte *bajomedieval, domina aún en las empresas E

del siglo XVI; las 'operaciones en toda la costa occid'ental africana O

estuvieron imbuidas de aquel espiritu, en el xv y en xn. El 1500, en n

lo referente al tráfico africano, marcó el tránsilto entre unas actitu- E


a
des medievales y una practica precapitalista.
n
-
Estas causas no pueden justificarse para las dos zonas de atrac-
ción isleña. Los móviles d'e ambas operaciones pudieron tener una O
3

finalidad parecida: la comercial; pero las ideias que ro~dleana ambas


tienen caracter diferente. La jurisdicción territorial así lo muestra:

(12) PEREZ EMBID, F., Los desczdwinzierztos en el Atlárztico y la rivali-


dad castellaizo-portuguesa Izasta e1 tratada de Tordesillas, Sevilla, 1948, pp. 196-
-214; CORTES ALONSO, V., Algunos viajes de las gentes de Huelva al
Atlántico (1470-1483), «Anuario de Estudios Ainericanow, XXV, Sevilla, 1968,
pp. 565-574.
(u) A partir de 1466 los pobladores de Cabo Verde obtuvieron privilegio
para rescatar en la costa de Guinea; a partir de este momento se convierte en
factoría de primer orden desplazando a las antiguas de Zaii y Arguin. V.
CORREIA LOPEZ, E., A Escravatura. Subsidios para a sua História, Lisboa,
1944, pp. 52-54.

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Berbería aparece en Sintra como zona común para saltear, pescar y


comerciar; Guinea es exclusivamente portuguesa. Esta problemática
nos impone diferente tratamiento.

1 -Berbería

EI ñecho de considerar la costa africana como frontera de las


islas fue atractivo a los castellanos que poblaron Canarias. Este
limite xignificb da continuidad de la acostumbrada guerra de frontera.
Terminada la conquista de Canarias, caballeros y peones vieron eñ
la zona u n posible futuro campo de desarrollo de su espifitu guerrero.
La ideología popular se consuma. y ~ealizaen el testamento de Isabel
la Cat61ica (14). La ((frontera)) seguía siendo zona de avance; la zona
africana se les antoja territorio anej,o, don de fundan las fortalezas
de Mar Pequeña -'real y señorial ( 9 - con idea de permanencia y
dominio y como punlto de apoyo de sus operaciones; seguía dominan-
do, pues, en su espiritu, el caracter de la Reconquiista, que se prolon-
garía hasta 1572, en que Felipe 11, por razones de prudencia política,
prohibe las cabalgadas a Beflbería )6'( aúnque posteriormente, sin éxito,
se realizaran algunas con participacibn señorial (17).
La ideia de la guerra contra el infiel w ejemplifica en las escritu-
ras notariales; cuanldo varios sociols se conciertan para ir de armada,
declaran que realizan el viaje ((contra los moros enemigos !de nuestra

(14) La reina Isabel en su última voluntad recomendaba que no se aban-


donara Iriconquisig & Afrir_a.
(15) La torre señorial de Santa Cruz de mar Pequeña fue fundada por
Diego García de Herrera en 1478 y la realenga entre 1495-1497. V. RUMEU
DE ARMAS, A., España ..., op. cit., pp. 116-123 y 227-234.
(16) Archivo Municipal de La Laguna, R VIII, n." 45. LOBO CABRERA,
M., La esclavitud ..., op. cit., p. 56.
(17) Desde 1572 a fines del siglo XVI se organizaron siete expediciones
-calbagadas y rescate- a Berbería desde las islas de Gran Canaria, Lanza-
rote y Fuerteventura. Las de 1579, 1581 y 1584 fueron realizadas a medim entre
los señores de las islas y el gobernador y regidores de Gran Canaria.

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Santa Fe Católica)) (la), y los propios reyes mantienen este criterio;


doña Juana en una cédula real declaraba: ((he mandado fazer guerra
contra los moros enemigos de Nuestra Santa Fe Católica)) (Ig). Con
estas frases se justificaban empresas don un indudable aspecto
comercial.
El espiritu caballeresco medieval comparece en el hecho de que
todas la expediciones llevan armamento y caballería. Estos dos ele-
mentos marcan el aspecto militar de l a empresas: en los fletamentos
se consignan las armas y que un 10'% aproximado del personal reclu-
tado sea de a caballo (20). Espadas y lanzas (2') son material bélioo
acorde con la caballería, que no se olvida y compra cuando no se
tiene (22). La exigua proporción de caballos podría ser la común en
cualquier operación belica. a
N

Los caballeros solían ser gente importante, como en las campa- -


-
m
O

ñas de la reconquista peninsular. Montaban los señoreis de las islas, -


los gobernadores y los componentes del cabildo, que polseían caballos
0
m
E
de acuerdo con su rango, en~silladosy frenados. Y si los que tenían O

no resistian la guerra o no soportaban un viaje por mar, alquilaban

(18) Cuando el piloto Alonso Vivas se concierta con Luis de Aday y


Vicente Montcsdeoca puntualiza que vai con ellos a la Berbería de armada
contra los moros. A(rchivo) W(istÓrico) P(rovincia1) de L(as) P(alinas), Cristó-
bal de San Clemente, 11." 734, fl. 31 r."
(19) Libro Rojo clc Gran Canaria, op. cii., p. 30.
(20) En una cornpafiía celebrada en 1525 cn Teilerife los socios explican
al maestre de la carabela que irán en ella 30 peones y dos o tres de caballo. En
otra concertada en 1547 el capitán de la expedición consigna llevar 80 hombres
y cuatro caballos. A(rchivo) H(istórico) P(rovincia1) de S(anta) C(ruz) de
T(e!l&'c!, n k g ~& .Ai,&fi&, E." 391, [l. 54Q C!QRANFCCU, A , I-Jirtnria
de Santa Cruz de Tenerife, t. 11, S/C. de Tenerife, 1977, p. 379.
(21) MARRERO RODRIGUEZ, M., La esclavitod en Teizerije a miz de
la conquista, La Laguna, 1966, doc. 53; LOBO CABRERA, M., La Esclavitrrd ...,
op. cit., p. 79.
(22) En el 1539 y por el testamento del barbero Juan Díaz, quién a la
vez era espadero, sabemos que cuando Melchnr de Palenzuela quiso ir de
armada n Berbería, cuando a m ó el liceiiciado Zurbaran, concertó con 61 que
le diese 14 espadas y tres al licenciado, valoradas en 51 reales. A. H. P. L. P.,
Hernando de Padilla, n." 752, fl. 31 r."

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otros (u).A caballo, con silla, estribos y cabezadas, vestirdos con cora-
zas de cuero guanercidas de terciopelo, espuelas y adargas, borceguis
y zapatos de la jineta, iban los jinetes (").

Los peones, con esp~ngardas,lanzas y ballestas (9,se acompa-


ñaban de la artillería de algunas versos con sus cámaras y pelotas (9.
Quizá alguna novela ,de caballerias podría presentar idéntico cuadro.
El móvil religioso tenia por objectivo la conversión de los moros
a la fe cristiana; pero, al poseerlos como esclavos, se prefiere vela-
damente que sigan siendo mahometanos para hacerlos objeto de
trueque (27) en un resgate posterior, pacífico, por oro, ámbar, anima-
les y esclavos negros (28).
Pero, freate a la teoría y el espíritu existía práctica no conccrrdan- a
te. En todas estas empresas aparece su caracter comercial: la r q - =
m
o
blación, las necesidades de la nueva economía de las islas, y la aper-
-
tura de nuevas rutas y mercados. m
0

La lejanía, o el mar, implicaban un itráfico y actividad marítima O

que conllevaba una industrial naval en la que se integran la marinería


E
a

(23) A. H. P. L. P., Crist6ba1 de San Clemente, n." 736, fl. 234 r."
(24) Este equipo costaba unas 60 doblas. A. H. P. L. P., António Lorenzo,
n." 808, s. f.
(8)En la escritura de concierto celebrada entre un vecino de Tenerife,
otro de Lanzarote y dos socios más, el primero se obliga a proporcionar el
navío, los mantenimientos, ballestesos y arcabuceros. CIORANESCU, A-,
op. cit., p. 380. El ballestero, según el uso y fuero de España cobraba 1,5 partes.
A. H. P. L. P., Cristóbal de San Clemente, n." 735, fl. 456 s."
(26) En la expedición de 1552 el organizador recibía en calidad de pres-
tamo 4 versos de hierto. A. H. P. L. P., Luis Feniández, n." 761, fl. 125 r." LOBO
CABRERA, M., Indices y extractos de los protocolos de Herndn Gonzáles y de
Luis Ferizández Rasco, escribanos de Las Palrnas (1550-1552), Las Palmas, 1980,
doc. 189.
(27) Para evitar esto el tribunal de la Inquisicióii impone la función ins-
pectora en 1566, con el fin de interrngnr 10s m n x s y rnnncer siir crrencinr
religiosas.
C8) El cambio más usual era el de conseguir dos negros por un moro.

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y la construcción de ribera (9relacionadas


, con el nuevo desarrollo
mercantil.
Pero queda otra herencia de la reconquista y de la época bajo-
medieval: el rescate, plasmado \en las ordenanzas reales castellanas (9;
y las compañias, propias del mundo mediterráneo.
El comercio abierto por las cabalgadas en Africa y en Canarias
era razón tan fuerte, aativa y poderosa que movía a los nuevos isleños
hasta !tal punto que cuando en 1499 Alonso Femández de Lugo, capi-
tán general ~dqe Berbería, obedeciendo a razmes políticas, da cartas
de seguro a los moros de la zona C1),y se mantiene una época de paz,
los cabildos canarios protestan la medida, pues la desaparicibn del
mercado, esclavista había despoblado las ciudades, aliuyefltada a los
mercaderes y a los navíos de los puastos, dejado sin oficio a los sol- a
N

dados y militares y disminuido las rentas reales P2). -


-
m
O

El sistema empleado, trais el aiparato militar, se lbasaba en la --


O
m
empresa individual y en la compañía, de raiz medieval, fundada por E
dos o tres socios. Esta asociación, de caracter temporal no duraba O

más de un viaje o dos. Por regla general, las expedicionm? según n

confhma el inquisidor Padilla en 1545, en escrlto a la Suprema, se -


E
a
organizaban todos los años C3). Las de tipo familiar tambien se daban 2

por concluidas una vez terminada la operaci6n y repartidos lols bene- n


n

ficios. 3
O

(a)FABRELLAS, M. L., «Naves y marinos en los comienzos hispánicos


de Tenerife», en Revista de História, 105-108, La Laguna, 1954, pp. 37-46;
LOBO CABRERA, M., El mundo del mar ..., art. cit.
(30) Ordenanzas reales de Castilla, Salamanca, 1560, t. 1, colum. 311.
(31) Esta es la segunda restriccibn, pues la primera se había hecho en
1497 por el governador de Gran Canaria Alonso Fajardo. RUMEU DE ARMAS,
A., España ..., op. cit., p. 418.
(32) A estas conclusiones llega RUMEU DE ARMAS, A., op. cit., p. 418,
despues de analizar la información que mando hacer Fernando el Católico, en
nombre de su hija, para conocer las ventajas e inconvenientes de las cabalgadas
a Berberia. Se inici6 la información en Las Palmas el 16 de noviembre de 1505.
(33) RICARD, R., Recherches sur les relations del Iles Canaries et de la
Barberie au XVI9i&cle, «Hesperis», XXI, Paris, 1935, p. 148.

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Las compañías formadas por los socios o compañeros, eran


semejantes a las primeras que se realizaron en el siglo xrv para 30s
asaltos piráticos a las idas y costa de Africa, de las que da cuenta el
padre Aibreu y Galindo C4).Ejemplos de este tipo se encuentran desde
muy temprano en el siglo XVI. En 1522 trm socios fletan un navío
para ir de armada contra los moros (%). Más explícita es otra en
donde se emplea la palabra compañeros en una escritura otorgada
para ir a Berbería C6).Normalmente, estas sociedades están formadas
po~ personajes del común, pero m a s veces sus integrantes scm regi-
dores, gobernadores e incluso canónigos (37); y hasta se conciertan las
autoridades de las islas de Gran Canaria, (de Lanzarote y de Fuerte-
ventura C8).
Estas asociaciones también son para un solo, y en escasas oca-
siones, para dm viajes.

(34) ABREU GALINDO, fr. J. de, Historia de la Conquista de las Siete


Islas de Canaria, S/C. de Tenwife, 1977, p. 43.
(S) Son los tres socios, Sebastián de Cubas, Diego de Narvaez y Alonso
de Cabrera, los que fletan a Juan Pérez, vecino de la villa de San Sebastitín, el
navío María. A. H. P. L. P., Cristóbal de San Clemente, n." 735, fl. 457 r."
(36) Eneste caso los vecinos de Gáldar Luis de Herrera y Juan Delgado
fletan al mestre de carabela, Juan de Colunga, su nave en nombre de todos
sus compañeros para ir de armada a Berberia. A. H. P. L. P., Cristóbal de San
Clemente, n." 735, fl. 444 r."
(37) En 1555 el organizador de la empresa es el regidor de Gran Canaria
Pedro Acedo; en 1552 participan los regidores Luis de Herrera y Hernando de
Aguilar, junto con el mayordomo del concejo de la isla Hernando de Aguilar.
En 1527 forman compañía el regidor Diego de Narvaez y el oidor de la Audien-
cia Agustín de Zurbaran. El dein don Juan de Alarcon tambien había mandado
un navío a rescatar con el maestre Martínez.
( 3 9 En 1579 se conciertan para hacer una armada don Martín de Bena-
vides, governador de Gran Canaria, H e r n h Peraza, regidor, y el licenciado
- J - - - , e n '.'l.YI-.,
-Avaln -a-
n n m h r ~rl-1 ~
-
.-A A...- U~tertmrent~irsirlnn
s i n i t t l nannernl rle
-"r-.c... ..--.-.-.*.L....-."' U ~ r n a n r l n Avine rlm
' . - --a-
A....' *-L...., -.-

Saavedra. En 1581 el concierto se realiza entre el gobernador don Martín de


Benavides y la señora de las islas de Lanzarote y Fuerteventura doña María de
la O Mujica. A(rchivo) del M(useo) C(anario), Colección de Documentos para
la Historia de Canarias, de Agustin Millares Torres, t. XI, pp. 65-67.

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E s frecuente tambien que los socios vayan a parties iguales 09);


pero a veces la participación se hace por cupos. Cada compañía EX
formaba de hasta 100 partos; para completarlas, los socios solían que-
darse con 3 6 5 partes (40), aunque tambien ingresaban con una sola
parte. El reparto de b'eneficios se haría en función del capital y del
trabajo aportado por cada uno, pues a veces muchos no corren otro
riesgo que el de su dinero (41).
L a inversión podía variar en circunstancias; se apartaba mate-
rial fungible: pdvora, transporte, pago de marinería, espías o lenguas;
víveres y mantenimientos para el personal de a bordo o para los escla-
vos e n el viaje de vuellta.
Es excepcional encontrar un agente o faator destacado en Ber-
bería, porque el tipo de operación no lo hacía posible. Al conllevar a
N

acciones guerreras y asaltos fortuitos y rápidos en la costa no era -


-
m
O
posible destacar un compañero en la zona. Esa persona podría estar -
representada por el adalid (42), de origen mwrisco, encargado de mos- -
m
O

E
trar caminos, fuentes, y aduares, 'para que el salto resultara pro-
O
vechoso.
n

-
E
(39) En la cscritura de compañía realizada entre Blás Díaz, mercader y a
2
Juan de Trigueros, Jorge Rodríguez y Antón Sanchz, el primero pone la mitad n
n
y los otros trcs socios la otra mitad. En un plazo de 20 días cada parte se obli- n

gaba a poner en Santa Cruz, Tenerife, un navío armado y pertrechado, con un 3


total de 50 quintales de bizcocho, 24 botas dc agua, 60 hombres de armas y O

cuatro caballos. CIORANESCU, A,, op. cit., p. 377.


(m) Cada parte equivalía aproximadamente a 6 doblas - 3000 mes.
Habfa socios que intervenían con 4 partes, otros con 3, otros con 5 e incluso
alguno con 16. A. H. P. L. P., Rodrigo de Mesa, n." 750, fls. 161 v.", 162 v." y
164 v." LOBO CABRERA, M., La esclavitud ..., op. cit., p. 89.
(41) Tres socios se conciertan en 1542 para ir a Berbería. Uno dc ellos va
por capitán general de la armada y los otros dos se quedan en Tenerife y no
acompañan la expedición. Sin embargo cada uno ha de poner u n navío y los
Iiombres de guerra, de ellos 12 arcabuceros y 4 caballos, con 80 quintales de
bizcoclio. Esta escritura se otorgó ante el escribano Luiz Méndez el 9 de
agosto de 1542.
(42) El papel del adalid era muy importante en las expediciones a Berbería,
tal como se comprueba en los documentos. En 1552 los capitanes de tres navíos
contratan a un morisco para que vaya con ellos por adalib y les muestre los
caminos, gente, agua y les dé aviso de la gente que en Berbería está. Por este

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CABRERA, M. L.- Ideologia y praxis erz /a proyeccidn canaria

Con 'estas operaciones se consiguen altos beneficios que calcula-


mos en torno al 150% ó 2009'0. Este alto interés se explica en función
de no existir el gasto de un principal invertido en mercaderías de cam-
bio o trueque (43).
Las asociaciones de tipo familiar aparecen sólo en Lanzarote
y Fuenteventura y, en algún caso, especial, en Tenerife. A los señores
de Lanzarote y Fuerteventura les resultaba más fácil y económica su
realización, n o sólo por la mayor cercania, sino (también porque el
régimen señorial obligaba a sus súbditos a la prestación del servicio;
ambas cosas se tradución en disminución de fletes, baistimentos y
~ ü ~ , y adelides y).
jornales de iiiai-iiie~s,~ ~ b d l e p~uiies
Desde Tenerife Alonso Fernández de Lugo realizó varias (45)
por este sistema, obligando a enrolarse en ellas a los indígenas grnn-
canarios residentes en aqulella isla, que protestaron la medida y logra-
ron que la corona los declarase exentos de tal servicio (46).
A este sistema de régimen medieval sucecie otro con las mismas
raicec: el «resgafe». Los presos moros de ciertos valor y dignidad, no
entraban en mercado: se reservaban para devolver a Africa y obtener
mayor botín por trueque. El resgafe era conocido perfectamente en

trabajo le conceden por cada picza de esclavo una dobla de oro, más conce-
derle seis partes de la compaííía, y permitirle que vaya libre de pagar quinto.
A. H. P. L. P., Luis Fernhdez, 11." 761, f1. 272 r.7 LOBO CABRERA, M., Iidi-
ces ..., op. cit., doc. 301.
(43) LOBO CAURERA, M., Ln esclavitud ..., op. cit., p. 88-89.
(M) Esto se comprueba al observar el personal que iba en las expediciones
organizadas por los señores de Lanzarote y Fuerteventura, quienes obligaban
a sus súbditos a participar en ellas, amezanclolos con echarlos de la tierra tanto
a ellos como a su familia. A. M. C., Inquisición CXXXI - 17.
MAKRERO RODRIGUEZ, M., op. cit., p. 47, aclara este punto
cuando dice que «En algunas de cllas (expediciones), debió de llevar la gente
casi a fuerza, uno de los puntos de que se le acusa con bastante frecuencia en
las residencias».
("1 RUMEtT EE ARMAS, A., fipaRü ..., iip. cit., PP. 531-552. XO &S-
tante en siguientes expediciones los indígenas participaron, en especial los de
Tenerife. En la quc hace en 1527 don Pedro Fernhndez de Lugo, ahora Ade-
lantado, van de un total de 17 personas, 10 naturales de Tenerife, que otorgan
su testamento antes de partir. CIORANESCU, A., op. cit., p. 377.

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CABRERA, M . L. -Ideología y praxis en la proyeccidn canaria

la Península por los continuos apresamientos de cristianos por parte


de moros. Ya e l rey Sabio y Enrique 111 legislan s ~ b r eello (47). Efl
Berberk se dió el de cristianos, pero el más usual y provecjoso fue
el rescate de moros (48).
La organización del rescatse era similar a la de las compañías;
cada socio aportaba sus propios moros como inve~si6n. En una
escritura de 1519, Vicente de Montesdeoca y el escribano público
Rodrigo de Ocaña, dan a Bernardino de la Serna, tesorero, de la
Santa Cruzada, una parte de la compañía que el primero formb con
Luis de Aday para ir de rescate a Berberia. El tesorero aporta una
esclava mora; por leste sistema los socios se multiplicaron: los contra-
tadores confesabon llevar hata 20 moros (49).
Egtas empresas comerciales se podían realizar de tres maneras:
yendo personalmente el mercader ,o socio con sus propios esclavos,
sea a través de sus compañleros ,o empleando personas ajenas a la
compañía. Para ello cuentan tambien c m negociantes que, al res-
gatar sus esclavos, cumplen encomiendas de otras personas a cambio
de una comisión (9.
El intercambio de nuevos esclavos ;por dros productos, princi-
palmente los vedados -armas, cereales y wbras de hileno-, hada
más lucrativa la empresa del resgate

(47) Ordenanzas reales de Castilla, Salamanca, 1560, t. 1, colum. 311.


(48) LOBO CABRERA, M., La esclavitud ..., op. cit., pp. 91-94; MARRE-
RO RODRIGUEZ, M . , op. cit., p. 49.
(49) A. H. P. L. P., Cristóbal de San Cleinente, nP 734, fls. 122 rP, 147 rP,
149 v." y 285 r." Aparecen como socios Luis de Aday, Vicente de Montesdeoca,
Marcos de Niebla, el escribano público Rodrigo de Ocafia, el tesorero de la
Santa Cruzada Bernardino de la Serna, y un tal Valenzuela. Cada uno aporta
sus esclavos para el rescate.
<m) Eiitle los prUpi;ioa mai;bieros de las
riegociaifies se c,iii¿oiíií;a~an
naves. Así por ejemplo un mareante confiesa haber recibido en 1546, de un
vecino de Gran Canaria, 5 doblas de oro en ropa para llevarlas al resgate y
traerle por ellas un esclavo muchacho, macho o hembra, de 10 a 11 años.
A. H.P. L. P., Gil de Quesada, n." 759, fl. 423 r."
Pl) Para evitar esto, los gobernadores y la Iglesia hicieron información,
nero
L~- era muy dificil contro!ar este rinmercin. A d S- ~ w k b n n11 r e s c ~ t eceie~!e.s,
armas, plata y dinero. Archivo Acilacazai, legajo Berbería.

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STVDIA, Lisboa, n.O 47, 1989, pp. 181-201 - I S S N 0870-0028
CABRERA, M. L. -Ideología y praxis en la proyecciblz canaria

A ,través de los rescates entraron esclavos negros en las islas


fuera del control monopolistico poritugués. Pues los resca'tes allenta-
ban a los moros a continuar la [trata de negros de Guinea por vía
terrestre.
Estas dos operaciones - cabalgadas y resgate - implicaban una
tercera: la pesquería. Los mismos barcos utilizados para hacer la
entrada y el rescate [eran pertrechados para faenar en las aguas afri-
canas. Así, la espera del momento oportuno para el desembarco en
los saltos, de la conclusión del [trueque en los resgates, era empleada
en la pesca, con lo que se conseguía ln triple objetivo C2).
Así, además del móvil teórico politico-religioso aparece, el móvil
eminentemente económico. Las enltradas y resgaiteis convirtieron a al
archipiélago en un activo mercado humano del que se nutrían mer-
caderes, oficiales y gentes de diverso origen. Pero la razón principal
venía impuesta por la nueva economía de las islas tras la conquista;
las plantaciones azúcareras requerían mano de obra !barata y abun-
dante (53) para obtener un producto sin competencia en el mercado
internacional: el azúcar.
A esta causa primera y más importante se unen razones de tipo
demográfico. Las islas señoriales, Lanzarote y Fuertwenitura, con
su economía orientada a los sectores ganaderos y agrícola, y en con-
secuencia, su menor poder de atracción )de pob1,admes frente 'a las
otras, donde regía la economía colonialista, necesitaban tambien

(a)LOBO CABRERA, M., La esclavitude ..., op. cit., p. 91; Los vecinos
de Las Palmas ..., art. cit.; RUMEU DE ARMAS, A., Las pesquerías ..., art.
cit.; España en ..., op. cit., pp. 600-606.
(53) LOSingenios aglutinaban en torno a los 50 csclavos aproximadamente,
dedicados a tareas internas del establecimiento. Este personal continuamente
había que renovarlo para conseguir mayor producción. CAMACI-10 PEREZ-
-GALDOS, G., El cultivo de la caña de az~ícary la industria azucarera en Gran
Ca:z~;ia (í510-15351, ;;Amüiiu de EsiüUius AtIUntlcusii, 7, ?*ladiid, La8 Paliza8
1961, pp. 11-70; FABRELAS, M." L., «La producciijn de azúcar en Sellerife)),
en Revista de Historia, 100, La Laguna, 1952, pp. 455-475.

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CABRERA, M. L. -Ideologin y praxis e n la proyeccidn canaria

mano de obra para explotar las tierras y andar con el ganado (54); en
este último a c t o r los mMiscos eran expertos, pues su sistema eco-
nómico originario era el nomadeo. Una razón poblacional, además de
las comerciales, incitó a los señores de aquellas islas a adentrarse en
Africa des el siglo w hasta fines del xw.
Los proprios reyes fomentan el comercio pues al celebrar paces
con los moros de Berberís, les permiten el traslado a las islas mediante
cartas de seguro (").
El Atlántico, único medio a través del cual se podía llegar a la
costa dricana, impulsó aldemás una industria y una aaividad.
Las continúas armadas requerían personal idóneo y transporte
rápido y eficaz. Los barcos más utilizados, fueron de fabricación anda-
luza y portuguesa en los inicios; pero, la continua demanda impulsó a-
N

la construcción naval y el establecimiento de carpinteros de ribera. -


m
O
Sus productos presentaban l a tipologia de la época: navios y carabelas, --
ligeros y de poco 'tonelaje (9. En barcos de este tipo se realizaron 0
m
E
desde las islas más de doscientas cabalgadas en lo que media entre O
la segunda mitad del siglo xv y 1572, fecha de su prohibición por
Felipe 11, aún cuando algunas se realizaron con posterioridad. La n

-
E
marinería no era numerosa: el rnaestre, de cuatro a seis marineros, a
2

un paje y un mozo Este personal, su comida y vestido, el flate n

del barco corría a cargo de los socios, quiencs descontarían estos n

gastos de la ganancia obtenida. O


3

(54) En una relacih realizada a fines del siglo XVI por el bericficiado de
Fuerteventura, Ginés Cabrera Betancor, comentaba que los moriscos servían de
ganaderos a sus amos en las estancias y casas del campo. A. M. C., Colección de
documentos para En IJistoriu de Canarias, de Agustin Millares Torres, t. 11, p. 40.
(SS) En las capitulaciones que celebraron los Reyes Católicos con Alonso
Fernández de Lugo sobre la capitania general de Africa, aquellos se reservaron
el nombramiento de uno o dos veedores para que tuviesen a su cargo el gobier-
no económico-rentístico de los establecimientos africanos, y se preocupan de
particular manera por imprimir al tráfico mercantil entre España y Berberia
un impulso extraordinário. V. RUMEU DE ARMAS, A,, España ..., op. cit.,
pp. 322-332.
(S6) LOBO CABRERA, M., La esclavitud ..., op. cit., pp. 73-76; El mundo
d d nzar ..., art. cit., pp. 304-306.
(57) En las escrituras de fletamente rara vez se cita una tripulación supe-

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CABRERA, M. L.-Ideologia y praxis en la proyeccldn canaria

Todo el sistema teórico está por lo tanto fundado en unas razo-


nes eminentemeste económicas, donde se mazclan los patronles medie-
vales con los modernos. En este mismo sentido se puede hablar
del siseema de impuestos: el quinto, ya establecido por Las Partidas
y derivado del derecho islámico(58), se aplicaba al botín de guerra.
Hasta la época del Emperador, el quinto pasaba a la Corona, si bien
en ocasiones los reyes hicieron merced de él a algunos conquistadores,
como Pedro de Vera y Alonso Fernán~dezde Lugo C9).
En el aspecto político, la zona, que había sido de conquista cas-
tellana desde la segunda mitad del siglo XV,fue adjudicada a Portugal
,,-
-1 +-,+,AA An LXnt+n nn,ili,;An rln l n o rrncitplilnnnri nirr1;nonn
GL L l a L a u u u u UALILIU, VWAI ~UIILUWLYII uw y u w IV~J UU
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W
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UI~I ~UUWOYII

ir a saltear y contratar en ella como de hecho 10 venían 'haciendo;


no exisitian, pues, problemas jurisdicionales, aún cuando Portugal
intentó estorbar la negociación de los canarios (&); estos consideraron
siempre que la zona era común para ambos países. Y así continuaron
casi hasta fines del 'siglo m.

2 -Afllica negra

La conquista de las Canarias realengos concluyó en 1496, época


posterior al (tratado de Alcacovas-Toledo (1479-1480), donde quedó

rior a las 15 personas. En 1520 el regidor de Tenerife, Alonso de las hija^, fleta
dos navíos. Uno, el San Antonio, con dos maestres, 5 marineros y 3 grumetes;
otro, el San Nicolds, con su maestre, 6 marineros y dos grumetes. CIORA-
NESCU, A., op. cit., p. 375.
(58) Partida 11, título 26, 1, 4 a 7. Diccionario de Historia de Espafia,
x r - ~ . . : ~ rnco L T
i v l a u u u , 1 3 ~ 0 ,L. 1.

En 1492 los reyes hacen merced a Alonso Fernhndez de Lugo de la


(59)
mitad de los quintos que pertenecen a la Corona de las tomas y cabalgadas que
se hicieren en la isla de Tenerife y en Berberia. AZNAR VALLEJO, E., op. cit.,
doc. 336.
(@) Sobre el particular informaba el Adelantado a los Reyes, comunicando
que «... de poco tiempo a esta parte se ponen guardas y premitas por el Rey
de Portugal para que ningún vassallo de Castilla ni de las dichas yslas de
Canaria no pesque ni contrate ni saltee en la dicha costa (de Berbería) syn
que le pague derechos e quinto...». Archivo General de Simancas, Camara de
Castilla, 132-127 y 132-148; sin fecha.

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CABRERA, M. L. -Ideoiogía y praxis en la proyección canaria

establecido que las Canarias serían dominio castellano y Guinea,


de Portugal. Sin embargo, anteriormente debió haber cierta relación
entre Guinea y Canarias, puesta que los reyes requirieron a los seño-
res territoriales de las otras islas, en 1477, recordandoles la reserva que
habían hec2io de la conquista ,de Africa y Guinea para la Corona y
la prohibición de ir a la misma zona a hacer guerra, resgatar o
comerciar (61).
E n estos &os de beligerancia entre Castilla y Portugal, los cana-
i% ~ p t ~ ~hzrc~s
~ r h&znes
~ n , qcp pr&zn PQZ l~ zoca: e.! 1477
los vecinos de L'anzarote apresaron una nave y los reyes por el servicio
le hacen donación de la presa, menos el quinto real, equivalente a
800 pesos de oro de la 'Mina ('j2).
a
En 1478 las islas se relacionan con le1 comercio de Guinea y -
m
Cabo Verde, a pesar de la guerra con Portugd. Unos mercaderes O

castellanos van a Guinea, La Mina y Cabo Verde, y se proveen en las -


O
m
islas de productos necesarios para los primeros rescates. En Lanza- E

rote adquieren conchas -para utilizarlas en Af~icacomo moneda -


y principalmente en la Mina (9.
a

(61) En 9 de marzo de 1477 los Reyes se dirigen por carta a los señores de n
n
Lanzarote y al concejo y vecinos de la Isla para recordales la reserva real de
Africa y Guinea. AZNAR VALLEJO, E., op. cit., docs. 7 y 8. O
3

(62) En la rnisnla fecha ordenan a los vecinos de Lanzarote que entreguen


a Gonzalo de Coronado, regidor de Ecida y receptor de Guinea, el quinto del
valor de la carabela portuguesa apresada, así como de las armas, ropas y mer-
cancías que llevaba. En el 78 reiteran lo mismo, ahora a Diego de Herrera,
señor de las islas Canarias, para que auxilie al receptor de los quintos perte-
necientes a la corona de una carabela portuguesa, cargada con oro, malagueta,
bacines y otras mercancías, que procedente de la Mina de Oro fue apresada
en Lanzarote. a raíz de la guerra con Portugal. AZNAR VALLETO' E., op. cit.,
doc. 28.
(63) LOS Reyes por carta a Diego de Herrera, doña Inés Peraza y los
concejos de las islas de Canaria, ordenan que permitan a Francisco Bonaguisa
y a Berenguer Granel, que mandan las carabelas que van a Guinea y La Mina
del Oro y contra los portugueses, buscar conchas sin pagar cantidad alguna, y
para que les vendan prioritariamente v a precios razonables las que estuvieran
recogidas, para que estos las rescaten en la Mina de Oro.

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CABRERA, M. L. -Ideología y praxis en la proyeccidiz canaria

Estos datos confirman que inicialmente los canarios no se sin-


tieron atraidos solamente por la costa de Berberia sino tmbien por
Cabo Verde y Guinea, corno zonas de expansi6n y comercio. Aquel
tratado entre Castilla y Portugal impuso' 'otro sistema. A )pesar de él,
los canarios n o renunciaron al comercio de Cabo Verde y Guinea:
en 1494 unos vecinos de Gran Canaria van a Guinea en una nave
a cautivar negros La protesta portuguesa no se hizo esperar, y
los Reyes Católicas intenitaron arreglar la infracción. La insistencia
de los Reyes en 1505 indica que los canarios seguían infrigiendo los
tratados (&). LO mismo sucede con otra cbdula de 1516(&).
~
* 1-
.-..L-- 2-1
---":-A,.--:-
L mUw w a la ~ G ~ M ~ L G uol
---
I I L~ I~L L~ G L G Spul E ; s w zona de Ai'rica.
:.-L--L- --A-

No parece prueba de las razones político-religiosas que inicialmente


los movió hacia Berberís. Los traitados impedían el establecimiento
y dominio, y, por ctanto, la conversión de infieles. Aquí aparece solo
la razón comercial y económica: la necesidad (de esclavos, que creció
según crecía el número de ingenios, y las tierras de cultivo.
El mercado de Cabo Verde ofrecía un centro exportador de
esclavos, pera conllevaba un sistema impositivo muy pesado del qule
querían escapar (67).
Con Cabo Verde se mantuvo un intenso comercio fraudulento,
que se legalizaba solamente (en caso #denecesidad; el canario prefirió
la vía del rescate directo, sin intermediarios, con las costas de Guinea.
Esto provocb la continúa protesta diplomdtica lusitana, tan fuerte
que obligb en 1564 a Felipe 11 a nombrar un juez pesquisidor para

(M) FERNANDEZ DE NAVARRETE, M., Coleccidrz de losviajes y des-


cubrinzientos que hicieron por mal los espaiioles desde fines del siglo XV,
Madrid, t. 11, 1955, pp. 295-297.
(6) El dos de noviembre de 1505 los Reys proliib'en saltear desde el Rio dc
Oro hasta Guinea. Archivo General de Si~na~ncas, Registro General del Sello.
(6) En 1516 se dirigen al gobernador de Gran Canaria y le ordenan que
informe al Consejo sobre las quejas presentadas por el rey de Portugal, a causa,
~ ~cngtrcfl -$re&= & !C. i8It! m 1%parte de &rher!& y de
1- f ~ r t & zqce
los saltos que se hacen contra Arxiel y Guinea desde las islas.
(67) CORREIA LOPEZ, E., op. cit. Por cada esclavo de los embarcados
en Cabo Verde se debía pagar al rey 10 ducados como derecho de salida, m&
los derechos del 20%.

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CABRERA, M. L.- Zdeobgia y praxis sn la proyeccidn canaria

Guinea P)que fue castellano, en con'tra de los reiterados deseos por-


tugueses.
E1 sistema empleado en Cabo Verde fue similar al de !Guinea con
diferencias; legal y amplio, en Cabo Verde, con mercancías de todo
tipo, se circunscribía en Guinea al rescate de esclavos, de oro y de
malagueta.
L a organización comercial es parecida a la de Ber,bería. Exbte
la cumpaiíia múltiple, y la individual, aunque escasa; persiste el
caracter temporal: u n solo envío o un solo año. La participación as
irregular; cada cual invierte de acuerdo a sus posibilidades y pocas
veces van a medias (69). L a compañía compra toda: transporte, arti-
llería y mercaderías. Al final de la jornada se vende todo y habiendo
l reparten las ganancias. La diferen-
cada uno recuperado su ~ a p i t ase a
N

cia fundamental, que aumen'ta los beneficios, es la supresión de caba- -


-
m
O
llería, peonaje militar y artillería de tierra. --
La forma más generalizada es la ((compañía de cargazón)). El 0
m
E
cargador principal aprovecha cualquier ocasión de asociarse con cual- O

q u i e ~otro tipo de mercader o vecino, cuya condición militar era


n
irrelevante. La operación comercial resultaba positiva y los bene- -
E
ficios casi se aseguraban de entrada. Flmencos, italianos y franceses a
2

pa~tticipanactivamente con castellanos y portugueses CO). n


n
Los beneficios están, por supuesto, en función del capital inver-
3
tido; al ser una ciudad escasa en capitales comerciales, las partici- O

paciones son, n o solo irregulares, sino, en casos, ínfimas.


L a empresa se componía de partes calculadas en 100 doblas,
esto es 50 000 maravedís. En un caso concreto, la participación entre

(68) El nombramiento del juez pesquisidor se hizo motivado por las


Guejj'as desde 1555 e! ii,vi;si.ca !Usi:anu &fa. .dfi prswis;dor que
fuera a Canarias, a sua costa, para castigar a los que infrigiendo los tratados
iban a rescatar Guinea y Magarabomba.
(69) LO corriente era que el armador fuera a medias con la tripulación de
los navíos- capitán, maestres, pilotos y marineros. CIORANESCU, A., op. cit.
(70) LOBO CABRERA, M., La esclavitzrd ..., op. cit., pp. 113-121; Rela-
cioneo PMfre GWI?Cnnnria, A f r i ~ ay América a través de la tra- ((11 Coloquio
de Historia Canario-Americana (1977)», Sevilla, 1979, pp. 77-98.

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CABRERA, M. L.- Ideología y praxis en la proyección canaria

siete socios fue esta: 2,5 para tre socios y los otros cuatro con las
proporciones siguientes: 0,65, 1,5, 2,5 y 0,s TI).
En alguna ocasión hemos calculado los beneficios para Cabo
Verde, entre el 200Vo y 250 Vo C2), y, para Guinea, el 300%.
En el ejemplo citado hallamos que los que aportaban dos partes
y media habían invertido el 30,7 '30del api~tal,mientras que el menor
aportante (0,5 ?40 de las partes) participaba con d 6,7 70,
El modo de llevar a cabo la complaiiía ltambien variaba. En oca-
siones un mercader realiza solo la gestión; cuando el número de par-
ticipantes es mayor hay socios que van y cobran la totalidad de su
parte en los beneficios más una comisión sobre los beneficios de los
socios absentistas; pero tambien hay socios que envían por si un
agente.
Entre las expediciones a Cabo Verde y a Guinea, existen &ras
diferencias: en las primeras aparece la figura del factor (13), y en las
segundas, por los riesgos que entrañaban, van sblo los socios.
El factor vivía destacado en Cabo Verde, a veces a su propio
riesgo económico, y realizaba las aperaciones de acuerdo con las
ordenes recibidas de los capitalistas residentes en Canarias. Por cuyo
trabajo cobrada una comisión, que solía ascender al 33 % de la
ganancia.
En Guinea se di6 en cambio el agente que llevaba sus mercan-
cías para resgatar esclavos en la costa y zona de los rios y a la vez
(71) LOBO CABRERA, M., Relaciones entre Gran Canaria ..., art. cit.,
p. 85. Los socios son: Pedro Alvarez, Juan Guillén, vecino de Tenerife,
Juan Venero, alcalde mayor, Juan Sambrana, Román Caletote y Juan Absolbi,
franceses, Jacome Nuremberque, flamenco, y Blhs de1 Castillo. A Alvaro Gómez,
piloto que va en esta expedición, se le acusa en dos céduías de contraventor en
Guinea, lo mismo que a otros» sus consortes vezinos desa ciudad armadores,
capitanes, pilotos y maestres de naosn. V. TEIXEIRA DA MOTA, A., art. cit.,
pp. 230-231.
(n)Icient, p. 86. LOBO CABRERA, M., La esciavitrwl ..., op. cit., pp. 113
y 121.
(73) El factor amén de tener su residencia en Cabo Verde, venía a veces
a Canarias a comprar mercancías para rescatar. A la vez recibía rnercancias de
otras personas para negociarlas. Aunque la comisión usual era un tercio de las
ganancias, otras veces recebía hasta la mitad. A. H. P. L. P., Bernardino Rosales,
11." 888, fl. 94 r."

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CABRERA, M. L. -Ideologia y praxis en lu proyecciiin curzdria
-
recibía diversas encomiendas de distintas personas (74) para que les
.rescataran una o dos piezas de esclavos según las mercancías que
les habían entregado; recibía una comisión cuyo monto usual era
el 6 '0/0 (9 sobre las mercaderías. Ni el factor de Cabo Verde ni el
agen'te de Guinea cobrada nada sobre el valor de los esclavos adquiri-
dos; aunque pudieran en algún caso de descenso de los precios en el
mercado, comprar algunas piezas más de las que le habían encargado
adquirir, y que quedaba en su poder C6).
La empresa tenía pocos riesgos comerciales: a veces, los esclavos
de retorno habían sido comprados, y pagados, por no socios, de !tal
manera que las partes no necesitaban de otro capital que el riesgo
per sana1 (9.
Este riesgo personal podía ser de dos tipos. El primero es el
riesgo de mar representado por calmas, vientos y temporales, que
podían obligar a arribadas sforzolsas en iterritorios Iióstiles. El segundo
era el riesgo de guerra, representado por los corsarios ingleses y fran-
ceses Fa);a ellos se añadía la vigilancia naval portuguesa. Estos no

(74) En 1560, en Santa Cruz, el piloto Francisco de Salamanca, otorga


su testamento, y en él dice que antes de salir para Guinea, el año pasado, habia
recibido cuatro encomiendas de esclavos. Pero los esclavos se le muricron en
el camino y, como iban a riesgo de los encomenderos, declara que no les
debe nada. CIORANESCU, A., op. cit., p. 384.
(75) LOBO CABRERA, M., La esclavitud ..., op. cit., p. 111. Un mercader
genovés entrega e un vecino dos botas de vino para que a cambio le traiga
una esclava de 14 a 15 anos. Por este trabajo gana de coinisi6n el 6%.
(76) Por ejemplo en 1558 un mercader genovés, residente en Tenerife,
entrega a un armador y a su piloto 5 varas de fustán, 4 picheles, une cuarta y
dos libras de malgarideta, unos bonetes de grana, a cambio de un esclavo. El
resto de la ganancia es para los arnericaws. CIORANESCU, A., op. cit., p. 382.
(n)Es el caso de dos mercaderes, vecinos de Santa Cruz, que hacen
conlpañía para adelantar dinero y mercancías a una armada que se dirige a
Guinea. Por ello les cupo en parte una esclava cuyo valor era de 30 doblas.
Tainbien es cierto que al regreso no tienen problemas para colocar la mercancía
en el mercado. Diez compañeros venden su parte, al llegar a puerto. Constaba
esta de 58 piezas.
(78) RUMEU DE ARMAS, A,, Piraterías y ataques navales contra las Islas
Canarias, Madrid, 1947, t. 1; idem, Los viajes de Johrz Hatvkins a Ainéricn
(1562-1595), Sevilla, 1947.

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- 1SSN 0S70-0028
STVDIA, Lisboa, n . O 47, 1989, pp. 181-201
CABRERA, M . L. -Zdeologíc~y praxis en la proyeccio'iz canaria

confiaban en los tratos comerciales de los canarios, quienes, pretex-


tando ir a Cabo Verde 'seguían la ruta de la costa de Guinea. Con
esta justificación, los portugueses ayudados por los moros de la
costa p), los apresaban y conducían a Lisboa $O).
Para evitar el apresamiento contrataban pilotos e x p e ~ o s prefe-
,
rentemente portugueses conocedores de la zona, mangotangos o len-
guas. Pero tambien llevaban armamento para evitar la presa.
L a vocacibn canaria (hacia el Aifrica negra, siempre ilegal, fue
prohibida por cédula de Felipe 11 en 1564. Pero después de la unión
de ambas coronas en 1580, aiín continúan formandose compañías
nnt.0 oritn ~ n t ; ~ ~ ; r í n rríi n r n e r A n 1 Uefnr i.n&dnrlmc nno;hlnmo,tn
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fueran y ya tan rentables; era necessario invertir en licencias y despa-
chos de la Casa da Mina de Lisboa, y pagar lo's derechos de salida.
El Rey protegía por un lado los derechos de su nueva Corona;
los caminos del mundo se llenaban de azúcares que no eran de Cana-
rias*Y no había razón económica para el contrabando de los canarios.

('4 En este sentido se expresa TEIXEIRA DA MOTA, A., art. cit., pp.
224-225: «Tendo havido noticia de que castelhanos das Canasas estavam res-
gatando junto do río Senegal, Cristovao de Rosales enviou contra eles um
caravelao, urna barca e um batel por mar e mouros a cavalo e a pé por terra,
tendo tais forcas surpreendido dois navios castelhanos, que no entanto conse-
guiram fugir; os mouros aliados dos portugueses, vítimas dos assaltos dos cas-
telhanos, que lhes levavam mulheres e filhos, pediam apoio naval, com a
promessa de darem mil vacas por ano se fossem defendidos contra tais ataques.»
(9TEIXEIRA DA MOTA, A., art. cit.; LOBO CABRERA, M.,La esclrr-
vitud ..., op. cit., pp. 121-124.

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STVDIA, Lisboa, n.(' 17, 1989, PP. 181-201 - ISSN 0870-0028

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