Libros para Aprender en El Nivel Inicial
Libros para Aprender en El Nivel Inicial
Libros para Aprender en El Nivel Inicial
en el Nivel Inicial
Hoy llegan dos libros nuevos para las casas, que es como decir que llega a
casa la oportunidad de que las chicas y los chicos puedan disfrutar de un momen -
to pleno –y, en lo posible, compartido– mientras los leen. Porque estos libros son
para las chicas y los chicos, para que los miren, los lean, los toquen, los hablen, los
compartan y los inventen.
El acceso a los libros es un derecho, por eso no son un regalo. Esto tiene que ver
con la posibilidad de acercar a todas las chicas y todos los chicos del país a la lectura
de los libros, que son objetos culturales preciados que amplían la mirada.
Seguramente, para muchas de las familias de la comunidad va a ser una am-
pliación de la biblioteca que puedan tener en sus hogares, y para otras familias va a
permitir la inauguración de un espacio. Es importante poder acompañar desde la
escuela estas ampliaciones e inauguraciones, para que estos libros puedan conver-
tirse en esos objetos preciados. Los y las docentes se asumen así como mediadoras
y mediadores de lecturas, y no solo como “los y las que reparten” los libros.
Las familias recibirán los libros junto con un breve documento que sugiere al-
gunas acciones para hacer con ellos para que la lectura crezca y se multiplique.
Aquí presentamos algunas sugerencias de acciones que se pueden poner en diálo-
go con esas otras que están en el documento para las familias, e ideas que se plan -
tean más específicamente como situaciones didácticas para la sala. Son sugeren-
cias, ganas de compartir entusiasmo por la lectura, por la palabra, y esperamos que
les sean útiles y que sean inicios de estos caminos que se hacen andando.
Entonces, algunas ideas.
LIBROS BIENVENIDOS
Sería interesante que en el momento en que cada escuela reciba los libros que
van a las casas, se pueda organizar un evento para reunir a la comunidad y contar-
les de qué se trata y distribuir este material.
Los libros se pueden abrir en ese momento, crear un espacio en un tiempo cor-
to, para invitar a alguien significativo para cada niña o niño para recibir y comenzar
a explorar estos libros. La idea es que no queden dentro de las mochilas, sino que
ese día la familia sepa que tiene la oportunidad de poder leer algo interesante. Y si
queremos ir por más, podemos leer en voz alta algún fragmento de una historia. Se
trata de armar un pequeño evento que presente a los libros y contagie las ganas de
leer.
Hacerlo propio
Recibir un libro es una muy buena ocasión para que cada una y cada uno de las
chicas y los chicos les pongan su nombre. Esto es para que los libros no se pierdan
pero, fundamentalmente, escribir el nombre permite una sensación de mayor
acercamiento e identificar un objeto como propio. Esta escritura puede realizarse
en el encuentro con la comunidad para recibir los libros o en la sala junto con sus
docentes.
Escribir el nombre en los libros, en la portada, es una práctica social significati-
va, poderosa y con pleno sentido. Para esto se puede proponer la copia del nombre
desde los carteles que que haya en la sala con los nombres de las chicas y los chicos.
Es recomendable que estos carteles, que son un insumo importante, estén escritos
en letra de imprenta mayúscula, del mismo color y sin ninguna marca de ilustra-
ción o foto que los identifique más que la escritura misma.
Pueden darse variadas situaciones de reconocimiento y de escritura de los
nombres en las portadas de los libros. Es importante aceptar las escrituras de los
niños y de las niñas, sean o no convencionales. Estas escrituras son el reflejo de un
proceso que va avanzando en la medida en que las y los estudiantes se encuentren
con más oportunidades socialmente significativas en las que deban copiar o escri-
bir por sí mismos su propio nombre.
Para seguir profundizando sobre este tema, recomendamos Leer y escribir el
nombre propio (https://tinyurl.com/presentacion-nombre-propio).
MOMENTOS DE LECTURA:
TIEMPOS Y ESPACIOS
Se sabe que las niñas y los niños de Nivel Inicial no leen aún en forma conven -
cional, pero eso no quiere decir que no se produzcan lecturas. Es importante alen-
tar a las familias a leer con las niñas y los niños ya sea en forma convencional o
desde las ilustraciones.
Además de disfrutarlos en casa, estos libros pueden ir y volver a la sala. Es muy
bueno que docentes y estudiantes se reúnan en torno a libros conocidos para leer y
releer. Estas experiencias reiteradas con los mismos libros no implican que siem-
pre se produzca la misma lectura, ya que cada relectura aporta una nueva mirada y
de esa manera nos volvemos lectores y lectoras cada vez más plenos.
Es importante escuchar con cuidado cuando las chicas y los chicos comparten
sus sensaciones sobre los libros, y tener en claro que son “sensaciones” y no “ense-
ñanzas” ni “mensajes”. La literatura no busca “enseñar” algo como valores o cues-
tiones que hacen a la convivencia o a los “buenos” hábitos. Estas son enseñanzas
que se pueden dar en otras situaciones.
Un buen libro busca plasmar una buena historia bien contada y si cada uno y
cada una sale de la experiencia de lectura de una manera distinta de como entró,
esa es la marca de una buena experiencia estética con el libro.
Lectura a lectura
El ir y venir de los libros de las salas a las casas posibilita planificar otras situa-
ciones didácticas, como buscar en la biblioteca otros libros del mismo autor o la
misma autora o compartir las páginas que más impacto les han causado.
Se pueden presentar los libros en una mesa exploratoria en donde se compar-
ten las diferentes experiencias y escenarios de lectura que se fueron construyendo
en la familia.
También es posible incluir algunos de estos libros en sesiones de lectura simul-
táneas para compartir las lecturas con grupos y docentes de otras salas.
Las niñas y los niños reiteran la lectura de los libros que los entusiasman y lle-
gan a aprenderlos de memoria o casi, generando una lectura en voz alta que toma
algunos de los gestos y entonaciones de los docentes o familiares que les leen. Pue-
de ser entonces que, si escucharon muchas veces el mismo cuento, sean los mis-
mos niños y las mismas niñas quienes lean en voz alta para las familias o para otros
interlocutores. Así se pueden organizar rondas de lectores, armando con las niñas
y los niños una agenda con las lectoras y los lectores del mes.
Para profundizar en algunas de estas situaciones didácticas recomendamos La
sala como comunidad de lectores (https://tinyurl.com/comunidad-lectora).
Y SÍ
Seguramente, estos libros junto a los muchos otros que habitan las bibliotecas
de las salas del jardín darán ocasiones a las alumnas y los alumnos para ampliar y
profundizar sus propias experiencias lectoras y las del contexto social y familiar.
También les brindarán oportunidades de entrar en contacto con las lecturas de
otros lectores y lectoras que amplíen sus propias interpretaciones y pueden ser
una pasarela por la que entren las voces de las comunidades.
Porque, como dice Michèle Petit, “los libros, y en particular los de ficción, nos
abren las puertas de otro espacio, de otro modo de pertenecer al mundo. Los escri-
tores nos regalan una geografía, una historia, un paisaje en el cual recobrar el
aliento. Nos abren paso también hacia otro tiempo, en el que la capacidad de enso-
ñación tiene libre curso, y permite imaginar, pensar otras formas de lo posible”.
Dice Graciela Montes que “enseñar literatura no puede significar otra cosa que
educar en la literatura, que ayudar a que la literatura ingrese en la experiencia de
los alumnos, en su hacer, lo que supone, por supuesto, reingresarla en el propio.
Educar en la literatura es un asunto de tránsito y ensanchamiento de fronteras. Y
un asunto vital, en el que necesariamente están implicados los maestros y profeso-
res, aunque no sólo ellos”.
Esperamos que este derecho para las niñas y los niños de la sala sea la oportuni-
dad, también, de disfrute y de trabajo gozoso y compartido para los y las docentes.
¡Felices lecturas!