CONSUELO

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 4

CONSUELO

Fecha Sunday, 27 March a las 06:59:12


Tema Boletines Pastorales

I. DIOS ES EL DIOS DE TODA CONSOLACION

¿Cuántos de nosotros hemos sido consolados? ¿Cuántos de nosotros, alguna vez,


hemos necesitado consuelo en cualquier etapa de nuestra vida con Cristo o sin
Cristo?

Si hay algo en que dios no le quita a nadie, ni cristianos ni no cristianos, son las
pruebas. Todos tenemos que pasar por pruebas. Con él o sin él tenemos que
pasar las pruebas.

¿Quién puede madurarnos en medio de las pruebas? Las pruebas. Las mismas
pruebas son un sortilegio de situaciones que te encaminan a buscar la verdad o a
buscar lo erróneo, pero las pruebas no se encaminan, las pruebas nos ayudan a
que alguien humano venga hasta donde estemos nosotros y nos consuele.

Cuántas veces una mano amiga se ha puesto sobre tu hombro y te ha dado


fuerzas. Cuántas veces el Consolador te ha hablado en medio de la prueba.
Cuántas veces la manifestación en la Palabra te ha levantado. Cuántas veces un
verso bíblico te ha hablado como voz de Dios, la has creído, te ha sostenido y te
has levantado en fe y has podido guerrear contra toda fuerza enemiga.

Tenemos que entender que todos creemos en la Deidad. La Deidad es Dios


Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, pero que el Consolador nuestro es Dios.
Dios es el Dios de toda consolación. Por eso es muy importante que creamos en
Jesucristo, porque el único que puede intervenir en medio del rugir de Dios por
el pecado del hombre, es su Hijo Jesucristo, y cuando su Hijo intercede por
nosotros los pecadores aquí en la tierra, él aplaca su ira, y como Creador y amor,
manda el consuelo, aún a los mismos pecadores.

¿Cuántos pecadores hemos sido consolados en medio de nuestros pecados?


¿Cuántos pecadores han sido levantados en medio de nuestras pruebas?
Entonces entendemos que Dios es el Dios de toda consolación, y que en medio
de la prueba te manda consuelo.

Dios dirige nuestras barcas a los lugares donde su evangelio se predica


completo, y donde esas vidas pueden ser cambiadas, transformadas y
consoladas. Es por eso que la obra de Dios, aunque el mundo esté en la
evolución que está actualmente, El nos manda consuelo. Siempre hay una
esperanza.

Guando se guerreó contra la guerra de Irak, Dios nos dijo que se tenía que pasar
esa guerra, y nosotros lo creímos. No es que la iglesia quiera que haya guerra, ni
mucho menos Dios, pero El nos dijo que esa guerra tenía que pasar.
A veces hay situaciones que nosotros sabemos que vamos a sufrir. Cuántas
veces uno tiene que poner en posiciones de gobierno a líderes que sabemos que
vamos a sufrir, pero el Señor nos ha mandado a hacerlo y nos ha dicho: “Le doy
una oportunidad, tienes que dársela tú” , por eso cuando llega la hora de la
prueba ha fuimos consolados porque ya hubo una comunicación entre el Padre y
el Hijo, y ellos conocen todas las cosas.

II Corintios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Padre de misericordias y Dios de toda consolación.”

Dios tiene estrategias para consolar. Mundialmente hay personas claves que ya
Dios tiene preparados en cada nación para cuando llegue el tiempo difícil, al
cual todavía no hemos entrado, sean esas personas que más consuelen por la
Palabra de Dios.

Saldrá de su boca la palabra consoladora que cubrirá multitudes de corazones


heridos y de almas vencidas por Satanás, pero hay que creer en la Palabra de
Dios.

II. EL ESPIRITU SANTO ES EL CONSOLADOR

El mismo Jesucristo nos proveyó el Consolador. Quién nos iba a decir que para
que el Consolador esté en la tierra con nosotros, Cristo tuviera que sufrir tan
horrenda muerte. Cómo manejar esa idea en nuestro mundo de fe. ¿Cuántas
deficiencias psicológicas pueden venir a nuestro mundo al pensar que por qué a
unos más y a otros menos? Yo no te lo puedo contestar, pero algún día, cuando
estés en la presencia de Dios, todo lo que hoy son interrogantes en tu vida serán
contestadas.

El Consolador viene a ser una promesa de Cristo para los hombres. Si Cristo no
asciende a la diestra del Padre, nosotros no tuviéramos el Consolador. En la
Deidad, todos trabajaron arduamente, pero después que Cristo murió por
nuestros pecados en la cruz del calvario, le tocaba a la Persona del Espíritu
Santo vivir entre nosotros, que pienso que no es nada fácil, porque somos
pecadores, erramos tanto, lo manchamos tantas veces al nombrarlo con nuestras
actitudes negativas, tan ofensivas para nuestros hermanos.

Juan 14:16 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre.”

Tal vez se hayan preguntado por qué “otro Consolador”. Primeramente Dios es
el Dios de toda consolación, y el Espíritu Santo es el Consolador.

Cuando Cristo muere por el pecado nuestro, Dios tiene bajo su control al
Espíritu Santo, porque El lo necesita para poder gobernar lo que El ha creado.
Termina la creación, Cristo muere y Dios mismo lo resucita, y entonces al
Espíritu Santo, que es el Consolador, es al que más le ha tocado trabajar con
nosotros los redimidos.

Como cristianos, mientras estamos en todo lo bueno, creemos, pero que te den
un golpe, que pierdas un hijo, inmediatamente te preguntas “¿Dónde está Dios?”
Dios está en su trono de gloria. “¿Y por qué me tocó a mi?” Designio del Padre
o consecuencia del pecado. A veces, por la pérdida de uno, se salva una familia
completa. ¿Quién puede entender semejante acción?
Mientras Cristo no venga, el Espíritu Santo tiene que estar con nosotros.
¿Cuándo la Persona del Espíritu Santo va a descansar? Cuando venga el Hijo de
Dios.

La palabra “otro Consolador” me hizo remover toda la Biblia para buscar el por
qué “otro Consolador” ¿Cuál es el otro Consolador?

Juan 15:26 “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del


Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí.”

Dará testimonio como lo dio Cristo cuando estuvo en la tierra. El decía: “...pero
mi Padre, que me envió…” “Yo, sin mi Padre, no puedo hacer las obras que
estoy haciendo aquí en la tierra…” El Consolador tiene que hacer lo mismo.

Juan 16:26-27 “En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo


rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros
me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.”

Nosotros salimos de Cristo, porque al ser redimidos por la sangre de Cristo,


salimos de Cristo, y Cristo salió de Dios, y el Consolador salió de Dios.
Nosotros salimos de Cristo, porque, aunque Dios es nuestro Creador, el que
pagó el precio por nuestra redención se llama Jesucristo. Qué capacidad de la
Deidad se nos abre cuando entendemos las Escrituras a través de la luz de su
Santo Espíritu.

Juan 16:7 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque


si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré.”

El Padre nunca ha estado solo; esa es otra promulgación de la Deidad. Vino el


Hijo y él estaba con el Espíritu Santo, tomó al Hijo y el Espíritu Santo está con
nosotros. Cuando el Hijo venga y viva el milenio con nosotros, (todavía no
entendemos que vivir en el evangelio es vivir eternamente, con nuestras
características, porque vamos a vivir el milenio con Cristo). Vale la pena el
tiempo que le entreguemos a Nuestro Señor Jesucristo en su obra, hoy, aquí en
la tierra, porque tú estás poniendo en un banco eterno el tiempo de vida carnal
que le estás dando en el tiempo terrenal.
III. EL CONSUELO VIENE DE DIOS

Si creemos en la Deidad, tenemos que creer que el consuelo viene de Dios. ¿Por
qué? Porque Dios es amor, y donde hay amor hay consolación; donde hay amor
hay perdón; donde hay amor hay restauración, hay misericordia, o acaso ¿somos
capaces de pensar que la misericordia viene por lo “bueno” que somos? Nadie
produce el querer, el querer lo produce Dios, que es el Consolador.

Cuando Dios quita de ti el amor para algo o para alguien, témele a Dios. No
juzgues a los demás, tírate de rodillas y pídele a Dios urgentemente que te siga
dando ese amor porque te está apartando de la obra o del camino de la verdad.
Es importante que apreciemos la obra de Dios como Consolador.

Salmo 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal


alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán
aliento.”

Isaías 12:1 “En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te
enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.”

Dios se indigna cuando nosotros pecamos, pero ahí está la sangre de su Hijo e
inmediatamente saca su espíritu de consolación. Es importante recurrir a la
sangre de Cristo todos los días, porque es cuando en realidad nos sellamos
nosotros, por fe, y cuando caemos nos levantamos más rápido. Cuando
perdemos una bendición, para recuperarla, tenemos que gemir. No es guerrear
solamente, no es orar, no es interceder, es GEMIR al Consolador que nos
devuelva lo que hemos perdido.

Isaías 51:12 “Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas
temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?”
Si Dios lo quiere ¿quién contra Dios? Si es plan de Dios no te atrevas a poner
delante de Dios en contra de algo que Dios quiere que se haga. Es mejor que te
lleve primero, porque si te lleva vas a conocerlo a El y vas a estar en la
bendición.

Romanos 15:5 “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre


vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús.”

Cuánta fortaleza y cambio mental trae esta palabra. Igual que tú tengas
paciencia para otros, el Señor la tendrá contigo.

Sea el Señor tu consuelo en el tiempo de la prueba.

Amén.

http://www.mebpi.org/article-print-88.html

También podría gustarte