Revoluciones de 1830 y 1848
Revoluciones de 1830 y 1848
Revoluciones de 1830 y 1848
1. LIBERALISMO
Los movimientos liberales constituyen la primera oleada de asaltos al Antiguo
Régimen. El liberalismo se expresa en los discursos de los políticos, en las
paginas de los periódicos, en los escritos de los filosóficos; existe una era
liberal en Europa, superada en algunos aspectos por sus insuficiencias, incluso
por sus contradicciones.
Es una filosofía política orientada
hacia la salvaguardia de la
libertad del individuo,
justificación ultima de la sociedad
política. Esta libertad política
individual no puede depender de
la decisión exclusiva del rey; el
titular último del poder es el
pueblo.
El poder popular (o soberanía La libertad guiando al pueblo. Delacroix, 1830
nacional) implica la limitación
de las facultades de los reyes, mediante Constituciones, en las cuales se
consignan las garantías de los ciudadanos y la división de los poderes. El
derecho a legislar corresponde únicamente a los parlamentos y los ciudadanos no
están obligados a cumplir mas que lo que las leyes disponen.
Los ciudadanos no constituyen un conjunto homogéneo, sino que se agrupan en
partidos, cuyos lideres pueden acceder (por medio de las elecciones) a los
parlamentos. Los pueblos continentales poseían escasa experiencia en el
funcionamiento de partidos, pero pronto se forjaron grupos con orientaciones
diversas que convierten la vida política en un juego de tensiones, propaganda y
sucesión de programas y gestiones de gobierno. Para impedir concentraciones de
poder, el liberalismo postula las autonomías provinciales y municipales.
2. NACIONALISMO
La Restauración había sofocado las ansias nacionales de los pueblos; hacia 1830
los anhelos de independencia nacional rebrotan y constituyen otra base de los
procesos revolucionarios, en los que estallan:
la rebeldía de los patriotas italianos contra el despotismo austriaco,
la de los polacos contra el rigor autocrático del zar ruso Nicolas I,
la actividad de los revolucionarios de la “Joven Alemania”,
y la de los patriotas belgas, que reclamaban la separación de Holanda.
Varias obras de los años 30 hablan de nacionalidad y nacionalismo. El concepto
es confuso, parece tratarse de un sentimiento mas que una doctrina. En todos los
pueblos europeos oprimidos, se suscita la conciencia de pertenecer a una
comunidad ligada por una herencia común de lenguaje y cultura, unidas por
vínculos de sangre y en
una especial relación con el
suelo de la patria; cultura,
raza o grupo étnico, ámbito
territorial, confluyen en la
idea de nación.
Lo más frecuente, en las
figuras destacadas del
nacionalismo es la
apelación, recurriendo a la historia, a todo tipo de referencias étnicas,
culturales y lingüísticas.
Uno de los centros del nacionalismo es Paris, que se convierte en la capital de los
exiliados. Pero las formulaciones teóricas más completas surgen de las
universidades alemanas. Herder es el iniciador de la idea Volkstum (origen étnico),
nación- pueblo, grupo histórico, frente al Estado, que puede ser una creación
artificial. Los filósofos románticos e idealistas alemanes contribuyeron a generar
en el animo de sus compatriotas un sentimiento de patria unitaria.
3. PROBLEMAS SOCIALES
Las aspiraciones liberales y nacionales habían prendido solo a una minoría
instruida. Pero las revoluciones se expanden en una atmosfera de
descontento popular, alimentado por los problemas sociales que suscita la
revolución industrial, salarios bajos, por ejemplo. Los movimientos de masas,
cuando no existen partidos políticos para suscitarlos, solo pueden explicarse en
circunstancias económicas difíciles.
En 1848 la revolución esta precedida por un intenso movimiento social; en 1830 la
nota social es menos evidente, pero la crisis económica, como una de las
raíces del proceso revolucionario, es reconocida por todos los historiadores. En
julio de 1830 estalla la revolución en Paris. Unos meses antes, el 2 de enero,
recogía un periódico el siguiente suelto: “el prematuro rigor invernal, el precio
elevado del pan, la falta de trabajo y la miseria de las clases inferiores han
producido en las clases superiores una simpatía y una piedad generosas”. Nos
encontramos con una crisis de subsistencia.
En 1825 estalla una crisis financiera en Londres, las inversiones no son rentables,
muchas empresas quiebran, el paro obrero se convierte en secuela inevitable del
hundimiento de la actividad industrial. Pero en estos años parece ser mas grave la
crisis agraria. En 1826 se produce una crisis de la patata, alimento popular y
básico del siglo XIX. Al año siguiente la crisis afecta los cereales, su precio
aumenta en un cincuenta por ciento. La crisis continua en los años siguientes; las
revueltas en el campo son especialmente intensas en julio de 1829.
Según Labrousse, las crisis que actúan de detonante en 1830 y 1848 vienen a
ser el cruce de los dos tipos, aunque en el primer año tienen mayor peso los
problemas agrícolas y en el segundo los industriales y financieros.
En julio de 1830, la población de Paris parece moverse por un mismo objetivo; las
contradicciones, derivadas de la heterogénea composición social de la revolución,
aparecieron enseguida.
6. LA INDEPENDENCIA DE BÉLGICA
Si el movimiento francés ofrece un claro tinte liberal, la revolución belga es la
muestra mas clara de nacionalismo en las convulsiones de 1830. Bélgica poseía
un mayor desarrollo industrial y tenía más población que Holanda. Todo los
separaba: la economía, la religión, la lengua. Las nacionalistas belgas
argumentaban que Bélgica, mas que unida, estaba sometida.
El 25 de agosto estalla la revolución en Bruselas. Los insurgentes, estimulados
por las “tres jornadas gloriosas” de Paris, piden la autonomía; la burguesía
belga restablece el orden, pero la agitación continua y algunos diputados belgas
hablan de separación. El rey Guillermo I
envía hombres para reprimir la rebelión,
pero este hecho precipita el
levantamiento nacional. Un gobierno
provisional belga finalmente declara la
independencia (4 de octubre) y pide
el apoyo francés.
Un Congreso en Bruselas, dotado
de poderes constituyentes, elige a
Leopoldo de Sajonia-Coburgo
como primer soberano. Es el
segundo casado en que un monarca en 1830 recibe sus poderes de un
parlamento que representa a la nación.
La Constitución belga de 1831 ha sido considerada como la expresión mas
acabada del liberalismo: soberanía del pueblo, dos cámaras elegidas, clero
pagado por el Estado, pero separado del poder temporal, sistema judicial
independiente, declaración de derechos.
Convulsiones sociales
Los problemas de pauperismo y paro creados por las maquinas han
provocado inquietud en las masas obreras y reflexiones en los intelectuales.
Desde 1830 aparecen en Francia grupos
organizados de obreros, embrión de futuros
sindicatos.
En los suburbios de las ciudades se instalan médicos
humildes, primer sector intelectual que toma
conciencia del problema. Los primeros pensadores
socialistas escriben sus obras en torno al 48.
En 1848 aparece el Manifiesto de Marx y Engels.
Durante algún tiempo se pensó que Marx había
estado al margen de los acontecimientos del 48’; sin
embargo, no fue así. Marx llega a París en marzo,
pocos días después delKarl Marx y Friedrich
estallido Engels
revolucionario;
Engels escribe artículos sobre los acontecimientos
de febrero.
Marx radicaliza sus posturas; las derrotas sufridas por el proletariado le inclinan a
pensar en la dictadura del proletariado; el destino de las revoluciones nacionales -
escribe- queda supeditado a las revoluciones proletarias.
Sin embargo, son las fuerzas imperiales las que obtienen sus victorias. En
Austria abdica Fernando I y se disuelve la Asamblea Constituyente; el
movimiento checo se reprime tras el bombardeo de Praga; en Italia los
austríacos obligan a retroceder al ejército piamontés y un ejército francés
repone al papa en Roma.