Quien Se Ha Llevado Mi Queso

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QUIEN SE HA LLEVADO MI QUESO

Johnson Spenser

I. RESUMEN.

La historia empieza en una reunión de excompañeros de estudio donde se comentaba


acerca de sus vidas y de cómo habían afrontado los diferentes cambios que se les habían
presentado después de que se separaron y tomaron rumbos diferentes. Cada uno de ellos
expuso acerca de sus miedos, temores y penalidades que habían tenido que superar para
salir adelante, resaltando como denominador común el hecho de que era muy difícil
asumir las crisis pero que finalmente de ellas se sale siempre con fortalezas que antes no
se tenían. A propósito de esto, uno de los participantes, Michael, relata un cuento que,
según cuenta, ha cambiado la vida de muchas personas después de que éste es conocido
y asimilado su mensaje. El cuento es el siguiente:

En un laberinto vivían cuatro personajes, dos ratones llamados Oli y Corri, y dos
personitas llamadas kif y Kof. Todos ellos se alimentaban de queso, que debían buscar
diariamente a en el laberinto. Los ratones lo buscaban con su olfato recorriendo
apresuradamente cada pasillo diariamente de una manera apresurada y caótica
empleando para ello mucho tiempo y esfuerzo. Los hombrecitos en cambio empleaban
métodos establecidos por sus creencias y experiencias que, aunque más eficientes,
también los llevaba en ocasiones a confusiones inútiles. Un día los cuatro coincidieron
con una gran quesera que les proporcionaba diariamente la comida necesaria sin mayores
esfuerzos y con todas las comodidades por lo que empezaron una vida feliz, llena de
tranquilidad y descanso. Pero la actitud de los cuatro no era la misma ya que los ratones
llegaban todos los días a oler las existencias, comían y estaban a la expectativa de los
cambios ocurridos en el almacén para seguir buscando en caso de que no encontraran
alimento, en cambio los hombrecitos se deleitaban con el queso, lo sentían suyo, se
enorgullecían de haber encontrado ese sitio, hacían fiestas y se tomaban largos descansos
todos los días, hasta tal punto que se volvieron perezosos y acomodados. Pasado un largo
tiempo las existencias de queso en el gran almacén se agotaron y se vieron de un
momento a otro sin posibilidad de seguir viviendo como hasta entonces lo hacían. Los
ratones al no encontrar queso, inmediatamente por puro instinto continuaron el camino
hacia el laberinto en busca de otra fuente de sustento que les proporcionara el alimento
diario. Pasaban los días recorriendo los caminos ya andados y los no conocidos, algunas
veces encontraban algo de comida y muchas otras regresaban en las tardes cansados y
con hambre. Los hombrecitos en cambio empezaron a discutir y a idear estrategias que
les resolvieran el problema. Pasaban los días extrañando el queso que antes era
abundante, quejándosen de las nuevas condiciones del almacén, haciendo caso omiso de
la realidad, esperando a ver qué pasaba en resumen, no estaban preparados para el
cambio. Todos los días revisaban y repasaban los lugares, se lamentaban, maldecían, se
culpaban uno al otro, se ausentaban de la realidad perdiendo a cada momento la
esperanza de encontrar una solución a la falta de queso. Encontraban siempre razones
valederas para no actuar: se merecían el queso, alguien volvería a llenar el almacén, ellos
no se merecían eso, etc. Un día Kof decidió actuar y salir a buscar otras alternativas. En
cambio Kif prefirió esperar tiempos mejores y se quedó en el almacén lleno de temores.
Día a día Kof luchaba, lleno de miedos al principio ya que había perdido la costumbre
de andar por el laberinto, buscando su comida. Algunas veces encontraba pequeños
pedazos de queso de mala o regular calidad, otras veces no encontraba nada, pero
continuaba buscando. Sin embargo empezó a entender que cada vez se iba fortaleciendo
en la búsqueda, los miedos eran menores y los éxitos cada vez más frecuentes. Se fue
llenando de optimismo cada fracaso lo fortalecía, se sentía feliz en medio de todas las
necesidades de comida. Pensando en su amigo, regresaba frecuentemente al antiguo
almacén donde encontraba a Kif cada día mas deprimido y resentido, ni siquiera recibía
ayuda cuando Kof le brindaba del poco queso que encontraba e insistía que lo que hacía
Kof era perder el tiempo y las energías recorriendo el laberinto.

Pasado un tiempo, Kif estaba fortalecido y optimista ya que cada nuevo éxito en la
búsqueda de comida le proporcionaba razones para pensar que estaba actuando bien y
que si hubiera salido del almacén antes de que se produjera la crisis, no tendría los
problemas que poseía. Sin embargo, también razonaba que era mejor actuar así fuera un
poco tarde, lo importante era estar en movimiento. Un día se encontró un gran almacén
lleno de queso. Allí también encontró a los dos ratones los cuales, aunque estaban
disfrutando del nuevo queso, permanecían alertas a las señales de desabastecimiento que
se empezaron a presentar en el antiguo almacén. Pero ya él había aprendido la lección,
sabía que no es suficiente con encontrar solución a los problemas si no que hay que estar
alerta a las señales que nos da la vida para actuar inmediatamente, también entendió que
todo es una cuestión de actitud, de enfrentar los temores y decidirse a actuar lo más
pronto posible ante cualquier cambio que se nos presente en la vida.

Realizar en grupo el análisis de la lectura.

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