Misterios Dolorosos+Martes y Viernes
Misterios Dolorosos+Martes y Viernes
Misterios Dolorosos+Martes y Viernes
Por las intenciones de la Santísima Virgen María, por su Divina Voluntad; para que nos concedas paz
en nuestros corazones, A mi familia, hermanos (as) nuestros hijos, sobrinos, nietos, amistades
recemos por la paz del mundo. Señor envía tu Espíritu Santo a los pobres, a los necesitados, a las
víctimas de la guerra, de los desastres naturales, de problemas familiares. Por aquellos que sufren
desempleo, depresión, racismo, drogas, alcohol, vicios, y otras dificultades. Ayúdanos Señor, te
pedimos por nuestras intenciones personales [...............], te pedimos sanación del cuerpo, mente y el
alma. Señor Jesús, tú Recibiste el castigo por nuestros pecados, tú soportaste nuestros sufrimientos
y las consecuencias: la enfermedad y la muerte. A ti pedimos que nos perdones y que nos sanes por
los méritos de tus santas heridas, de tu santa pasión, agonía, muerte y por los méritos de las penas
del Inmaculado Corazón de María.
Escúchanos Señor
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con
misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que
amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia
concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestros hogares el gozar del eterno descanso en el
seno de tu infinito amor. Que las almas de nuestros fieles difuntos por la misericordia de Dios
descansen en paz. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua. Amén.
1. MISTERIO DOLOR La oración de Jesús en el Huerto.- Jesús quiere pre parar el momento de su
entrega total para salvar al hombre, y lo hace rezando, elevando su mente y su corazón al
Padre. Es un diálogo lleno de abandono, y de confianza, sabiendo poner todo en sus manos.
¡Jesús, protege y salva a los no nacidos!
EL PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado se a Tu nombre; venga a nosotros Tu Reino;
Hágase Tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en
tentación y líbranos del mal. Amén.
Maribel
EL AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de Gracia, El Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y
Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, es ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
"O Jesús mío, perdona nuestros pecados: líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia."
3 MISTERIO DOLOR La coronación de espinas.- Aquellos hombres, que no se dan cuenta de que tienen
delante al Hijo de Dios, siguen su burla, y lo coronan de espinas. Humilde, respetando hasta ese extremo
su libertad, el Rey de cielos y tierra les deja hacer. ¿Dónde está el verdadero reinado? ¿En el
Triunfo humano, en las alabanzas? ¡Jesús, protege y salva a los no nacidos!
4. MISTERIO DOLOR Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario.- La cruz que Tú me mandes. Jesús
carga con la cruz, una cruz que no es suya, porque es la cruz de nuestros silencios, de nuestros
desprecios, de nuestros pecados. Y la lleva para que la nuestra sea menos pesada. Nos encontramos con
la cruz y la rechazamos, a veces con arrogancia, sin darnos cuenta de que Jesús la ha santificado,
y quiere que sea nuestra santificación. ¡Jesús, protege y salva a los no nacidos!
5. MISTERIO DOLOR La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.- En el monte Calvario crucifican
a Jesús, como un malhechor, como un bandido. Es el precio de nuestra redención. Abre sus brazos y quiere
estrechar con ellos a todos los hombres, para decirles hasta dónde llega el amor de Dios.
¡Jesús, protege y salva a los no nacidos!
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, Vida y dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve, a ti Clamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suplicamos gimiendo y llorando en este
valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra. Vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos, y
después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa!
¡Oh dulce Virgen María!
Te rogamos Señor Dios, que nos concedas a nosotros, tus siervos, gozar de perpetua salud de
alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos
librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Maribel