Declamación - Wikipedia, La Enciclopedia Libre

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 21

Declamación

arte escénico como lo son el teatro y la


danza, en el sentido

En este artículo se detectaron varios problemas.

La declamación es un arte escénico


que se desarrolla frente a un publico o
grupo que observa y escucha, y, que
puede participar siendo testigo ocular
y auditivo de la misma.

Consiste en la interpretación
1. Colérica: Se realiza de temas que
desagradan, generan polémica, se
realiza con voz fuerte, ceño fruncido.
2. Sorpresiva: Turba el espíritu
causando sorpresa, se realiza con el
rostro y la voz causando asombro.
3. Combinada: Cuando no hay claro
predominio de ninguna de las
anteriores, puede ser una mezcla de
dos o más de ellas.

Los poemas expresan todo tipo de


géneros:

De amor: Son poemas que tratan de


temas de romance.
Historias: Son poemas que tratan de
temas históricos, anécdotas, etc.
Chistosos: Son poemas que tratan de
temas divertidos, con carisma, y que
en algunas veces tienen cosas
ilógicas.
Tristes: Son poemas de temas que son
demasiado serios, que desagradan y
que en algunos casos hacen llorar.
Infantiles: Son poemas de temática
feliz, de fantasía, de temas graciosos, y
otros temas que a los niños les gusta
Vivencias: Son poemas que tratan de la
vida de alguien o algo, por lo general
son de relatos, anécdotas, cosas
recientes, etc
Futuros: Son poemas de temas que no
son actuales, sueños, y otras cosas
acerca del futuro
Pasados: Son poemas que nos hablan
del pasado, de recuerdos, relatos,
anécdotas, que en algunos casos nos
dan nostalgia.

Historia
La declamación de los antiguos estaba
compuesta con otras notas sin que por
ello se pudiese considerar como un
canto musical y en este sentido, deben
tomarse bien las palabras de los
autores latinos canere, cantus y
también carmen, que no siempre
significan un canto propiamente dicho,
sino cierto modo de representar o de
leer.

La declamación se compuso con los


acentos y por consiguiente para
escribirla debían emplearse los
mismos caracteres que servían para
señalar estos acentos. En un principio
no hubo más que tres, a saber: el
agudo, el grave y el circunflejo pero
luego se fueron sucesivamente
aumentando y llegaron hasta el
número de diez , cada uno de los
cuales se indicaba con su carácter
diferente y cuyos nombres y figuras se
ven en los gramáticos antiguos. El
acento enseñaba el cómo, cuándo y de
qué manera se había de levantar o
bajar la voz en la pronunciación de
cada sílaba. Se aprendía la entonación
de estos acentos al mismo tiempo que
se aprendía a leer, por lo que no había
casi nadie que ignorara o no
entendiese esta especie de notas y no
se hallara en estado de juzgar de la
habilidad del que leía o declamaba.

Muchos son los pasajes que


podríamos citar probando que la
declamación de los actores en el teatro
antiguo era compuesta y escrita con
notas, que determinaban el tono que se
debía tomar. Esta especie de recitado
se hallaba sostenido por un bajo
continuo, cuyo ruido sería
proporcionado, según todas las
apariencias al ruido que hace un
hombre que declama. Dicha práctica
nos parece en el día de hoy absurda y
casi increíble pero no por esto es
menos cierta. No se puede tampoco
hablar sino por conjeturas acerca la
composición que podía tocar el bajo
continuo que acompañaba a los
actores cuando declamaban. Quizá no
haría más, como indica Bollin que tocar
de tiempo en tiempo algunas notas
largas que se harían sentir en los
pasajes en que debía el actor tomar el
tono, en los cuales le hubiese sido
difícil entrar con exactitud sin este
auxilio, haciendo el bajo el mismo
servicio al actor que hacía a Graco el
tocador de flauta, quien situado cerca
de sí le daba de tiempo en tiempo
cuando arengaba, los tonos con que
había de proseguir.

El bajo no solamente servía para la


entonación y canto, digámoslo así, de
la declamación, sino que arreglaba
también el accionado. Este arte,
llamado por los griegos orgesis y
saltatio por los latinos, consistía, según
dice Platón, en la imitación de todas
las acciones y movimientos que
pueden hacer los hombres. Así pues el
sentido de la palabra saltatio no debe
limitarse al que damos nosotros en
nuestra lengua a la palabra danza pues
tenía mucha más extensión. Su objeto
no solo era enseñar las actitudes y
movimientos que sirven para adquirir
buena gracia o para ejecutar ciertos
bailes, sino también para arreglar el
gesto, tanto de los autores como de los
oradores e igualmente para enseñar a
gesticular o la pantomima, es decir, el
arte de darse a entender o expresarse
con acciones sin el socorro de la
palabra.

Los antiguos ponían en general un


cuidado extraordinario en
perfeccionarse en el gesto, cuyo
esmero era mayor en los oradores por
la necesidad que tenían de poseer este
arte. Es bien sabido lo mucho que
Demóstenes se aplicó en él y que
Roscio, aquel célebre actor romano,
disputaba algunas veces con Cicerón
sobre quien explicaría mejor un mismo
pensamiento de muchas maneras
diferentes cada uno según su arte, a
saber, Roscio con acciones y Cicerón
con la voz o con la palabra; y parece
que Roscio daba con la sola acción
tanta fuerza y sentido a la frase, como
Cicerón con la palabra. Cambiaba
luego Cicerón las palabras o la
combinación del período o de la frase
sin quitar el vigor del sentido del
discurso y Roscio le daba enseguida
todo el sentido con otras acciones
diferentes, sin que este cambio
disminuyese la expresión y fuerza de
su representación muda.

Declamación con dos actores

Otra de las cosas del teatro antiguo


que concebimos con dificultad es
cómo se arreglaba la declamación
dividida entre dos actores de los
cuales uno pronunciaba mientras que
el otro accionaba. Tito Livio nos dice lo
que dio lugar a introducirse esta
costumbre entre los romanos,
costumbre que por ser tan diferente de
nuestros usos nos parece original y
extravagante.

Se hallaba Livio Andrónico, poeta


célebre y el primero que dio en el teatro
de Roma una pieza regular en el año
514 de la fundación de esta ciudad y
unos 120 después de introducidos en
ella los espectáculos dramáticos,
representando una de sus piezas,
siguiendo la costumbre observada
entonces de que los mismos poetas
desempeñasen un papel en la
representación de sus piezas. El
pueblo, que gustaba de hacer repetir
los pasajes de ellas que más le
agradaban a fuerza de gritar vis, vis,
esto es, otra vez, otra vez, hizo
representar tantas veces a Andrónico
que enronqueció. Imposibilitado de
poder continuar su declamación, pidió
al pueblo y consiguió que un esclavo
puesto delante del que tocaba los
instrumentos dijese los versos en tono
declamatorio, mientras que Andrónico
hacía las mismas acciones y gestos
que cuando los decía él mismo. Se
observó entonces que su accionado
era mucho más vivo y enérgico por
cuanto ocupaba en ella todas sus
fuerzas físicas y morales. Y de aquí,
continúa Tito Livio, se originó el uso de
dividir la declamación entre dos
personas y recitar, digámoslo así, a la
cadencia del gesto: cuya costumbre en
tanta manera prevaleció, como que los
actores no pronunciaban ya sino los
diálogos cortos. Este hecho referido
también por Valerio Máximo, se halla
confirmado por otros muchos pasajes
de la historia.

En verdad nos parece muy ridículo


figurarnos en la escena dos personas,
una de las cuales accionaba sin hablar
mientras que la otra hablaría en un
tono fuerte o sentimental con los
brazos cruzados. Sin embargo, debe
tenerse presente

1. que los teatros de los antiguos en


general eran mucho mayores que los
nuestros
2. que los actores representaban con
máscaras y por consiguiente que no
podía distinguirse sensiblemente
desde lejos en los movimientos de la
boca y de los músculos de la cara si
hablaban o dejaban de hablar

Al mismo tiempo, se escogería sin


duda para declamar un esclavo cuya
voz se asemejase en lo posible con la
del actor, quien como hemos dicho
solo hablaba en los diálogos cortos.
Dicho esclavo se ponía en una especie
de estrado o tarima hacia lo bajo de la
escena.

Es igualmente difícil de concebir cómo


se arreglaría para que estos dos
actores obrasen con tanta uniformidad
y armonía que pareciese que no era
más que uno; pero el hecho es cierto y
no admite duda. Quintiliano después
de haber dicho que las acciones se
hallan tan sujetas a medida como los
mismos cantos, añade que los actores
que accionan deben seguir las señales
o compás que marcan los pies, con
tanta precisión como los que ejecutan
las modulaciones, es decir, los actores
que pronuncian o declaman y los
instrumentos que les acompañan. Se
colocaba cerca del actor que
representaba un hombre calzado con
una especie de sandalias de hierro y
este daba con el pie sobre el teatro,
con cuya percusión marcaría la medida
o ritmo que debía seguir el actor que
accionaba, el esclavo que declamaba o
pronunciaba y los instrumentos
músicos que acompañaban la
declamación.
Como dice Cicerón, en Roma no
silbaban menos a un actor que hacía
una acción fuera de medida que el que
se equivocaba en la pronunciación de
un verso.

Los primeros poetas griegos


arreglaban por sí mismos la
representación o parte declamatoria de
sus piezas, es decir, la parte poética y
la parte musical. En Roma el arte de
componer la representación de los
dramas era una profesión particular. En
los títulos que están al principio de las
comedias de Terencio se lee con el
nombre del poeta o autor del poema y
el jefe de la compañía cómica que las
había representado, el nombre de aquel
que había arreglado la representación
o declamación de ellas con esta frase
latina: qui fecerat modos. Cicerón se
sirve igualmente de la misma
expresión facer modos, para denotar
los que componían la declamación de
las piezas teatrales.[1] ​

Referencias
1. Diccionario histórico enciclopédico,
1833 (http://books.google.es/books?p
g=PA208&dq=diccionario+hist%C3%B
3rico&id=UtZPmSIeMWoC&hl=es#v=o
nepage&q=diccionario%20hist%C3%B
3rico&f=false)

Datos: Q5249313

Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Declamación&oldid=147346479»

Esta página se editó por última vez el 15 nov


2022 a las 19:00. •
El contenido está disponible bajo la licencia CC
BY-SA 3.0 , salvo que se indique lo contrario.

También podría gustarte