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Universidad Veracruzana

Facultad de odontología
Farmacología
Reporte: Elaboración de la
receta
Paulina Guerrero Pérez
Dr. Miguel Viveros
Zavaleta
Elaboración de la receta
Historia

Antiguamente, la receta era la nota que por escrito daba el médico o cirujano
al boticario para la composición de un remedio sobre la base de varios ingredientes
de origen sintético o natural.

La receta constaba de tres partes:


 Inscripción. Contenía los nombres de las sustancias medicamentosas que,
en totalidad y tratándose de una poción, comprendía:
- la base
- el intermedio
- el coadyuvante correctivo
- el vehículo
- los correctivos
 Suscripción. Daba las instrucciones sobre el modo de preparar dichas
sustancias, a fin de que la poción fuese como debía ser, o bien se redujera
sencillamente a las letras h.s.a.: hágase según arte.
 Instrucción. Describía la forma en que debía administrarse el medicamento.
Terminaba la receta con la fecha y la firma.
Símbolo ℞
El símbolo ℞ o Rx para la receta médica tiene sus orígenes en Egipto, aunque su
representación gráfica ha ido evolucionando hasta llegar a nuestros días.
El signo de Júpiter
Este mismo ojo volvería a aparecer en la Época Romana en forma de un signo
similar al número 4. Se encuentra en las recetas de los antiguos médicos y
alquimistas, y en algunas notas de los astrólogos, para invocar la ayuda divina,
especialmente del dios Zeus o Júpiter, con el mismo propósito de protección y
sanidad.
Responsum Raphaelis
El signo Rx aparecería más tarde, introducido por el médico Krinas, en tiempos
de Nerón, para indicar gráficamente que el médico estaba sometido al poder del
estado o a la autoridad del César.
En la Edad Media, la Iglesia católica, en su lucha contra el paganismo, obligó a los
médicos en todos los países bajo su jurisdicción, a utilizar las iniciales
del Responsum Raphaelis, en vez del signo pagano de Júpiter. Estas dos palabras
simbolizaban al arcángel Rafael, cuyo nombre significaba "medicina de Dios" y era
el ángel que preparaba remedios en la biblia.

Símbolo de receta médica.


Con el tiempo, las corrientes sincréticas, muy comunes en la fe católica y otras
religiones, fueron mezcladas el signo (el de Horus) con el de Júpiter, naciendo así
el signo Rx, o Rp (Responsum Raphaelis) que hoy utilizan los médicos en sus
recetas.
Sinónimos
Recetar un medicamento es sinónimo actual de prescribir, ordenar remedios. por lo
que una prescripción médica es el acto profesional del médico que consiste en
recetar una determinada medicación o indicar un determinado tratamiento a
un paciente.
Pero no debe confundirse con receta, que es la nota escrita de una prescripción
médica.
Elementos de una receta
La receta médica puede ir encabezada por la abreviatura "Rp" o "Rp/", del
latín recipe ("dispénsese" o "tómese"), en la actualidad suele encabezarse con "Dp/"
o "DPS" ("dispénsese"). Suele constar de dos partes:

 El cuerpo de la receta, destinado al farmacéutico.


 El volante de instrucciones para el paciente, que puede separarse del anterior.
En el envase o cartonaje exterior y en el prospecto de las especialidades
farmacéuticas incluirán la leyenda con receta médica o sin receta médica según
proceda, y las demás frases, signos y símbolos que con fines de identificación y
preventivos exija la legislación de cada país. Los signos y símbolos también deberán
figurar en la etiqueta del medicamento.
Los medicamentos estupefacientes y psicotrópicos requieren una receta especial,
según la legislación de cada país.
Redacción de la prescripción
Desde el punto de vista de la receta médica, una prescripción es una instrucción
dada por un prescriptor a un dispensador (“el médico prescribe, el farmacéutico
suscribe”); en el caso de las formulaciones magistrales, la receta médica debe incluir
la forma de preparación del producto, pues el mismo no se conserva en el stock
habitual de una farmacia. Cada país tiene sus propios estándares acerca de la
mínima cantidad de información que se requiere para una prescripción.
A veces ciertos grupos de fármacos requieren de requisitos adicionales, que pueden
derivarse en general de la posible afectación de la Salud Pública si los mismos se
prescriben indiscriminadamente; en Venezuela, por ejemplo, hay ciertas
limitaciones con respecto a los psicofármacos (riesgo de dependencia), a ciertos
grupos de antibióticos (riesgo de resistencia a antibióticos) y a
algunos antiinflamatorios no esteroideos como el ácido acetilsalicílico (Aspirina)
(riesgo de manifestaciones hemorrágicas en casos de dengue clásico);
preferiblemente, este tipo de fármacos debe prescribirse en recetas individuales. A
pesar de las diferencias nacionales que se han mencionado, existen ciertos datos
que son comunes independientemente de la localización:
Identificación correcta y completa, tanto del paciente como del tratante. En el caso
del tratante, debe incluirse su firma, así como los datos relacionados con su permiso
para el ejercicio de la medicina. Idealmente, se debe incluir un número telefónico
para localizar al tratante.
Identificación del sitio (centro de salud) y momento (fecha) de la prescripción.
Identificación del fármaco. Lo más usual es que se coloque una preparación
comercial determinada, en una forma farmacéutica específica; si las otras
preparaciones existentes (incluyendo los genéricos) no son “de confianza” para el
médico, el mismo debe señalar que no se realice reemplazo del preparado indicado.
Por el contrario, si existen preparados similares al prescrito, se debe indicar que
puede sustituirse el mismo. Aunque es importante desde el punto de vista científico,
la nomenclatura IUPAC no suele utilizarse para la prescripción de fármacos (se usa
el nombre comercial, el nombre patentado o la denominación aprobada por la OMS).
Cantidad del fármaco a dispensar: Aunque lo ideal es colocarla para cualquier
prescripción, en general se hace obligatoria solamente para ciertos grupos,
dependiendo de las leyes de cada país.
Explicación completa y clara acerca de la forma de dosificar y administrar, así como
del tiempo que debe durar el tratamiento.
Requisitos para prescripción
Entre los criterios médicos que deben considerarse para la prescripción se
encuentran:
Aproximación diagnóstico o sintomática
Elección de un tratamiento de eficacia y seguridad comprobadas, preferiblemente
de uno o más fármacos bien conocidos por el médico. Tales fármacos estos se
conocen también como “Fármacos Personales” o “P-drugs”, indicando que se trata
de las drogas que utiliza habitualmente un clínico determinado (usualmente un
médico no utiliza más de 40-60 fármacos en su práctica habitual). El fármaco elegido
puede tener un efecto directo sobre la enfermedad eliminando su causa (etiotrópico)
o puede actuar solamente sobre una o más de las manifestaciones de la
enfermedad (sintomática o paliativa).
Conocer la indicación oficial de los medicamentos
Conocer la farmacología de medicamentos
Seleccionar fármaco y dosis óptima
Conocer la toxicidad y posibles efectos adversos
Modificar el tratamiento si no da respuesta a este, o aparecen efectos secundarios.

Requisitos menores
Mayor eficacia, en otras palabras, aquel que sea capaz de eliminar la enfermedad
con más certeza y en el menor tiempo posible.
Mayor Seguridad: Es decir, que se asocia a menos reacciones adversas
medicamentosas.
Fácil administración: En cierta forma, este punto se refiere a la “comodidad” para el
paciente, incluyendo, de ser posible, agentes que se usen una sola vez al día.
Menor costo: Siempre que se consideren como bioequivalentes los distintos
preparados.

¿Quién realiza la prescripción?


Desde el punto de vista legal, los únicos profesionales que pueden realizar una
prescripción propiamente dicha son los médicos, los veterinarios, los odontólogos y
los podólogos en sus campos de trabajo. Y en algunos países otros profesionales,
como asistentes médicos, farmacéuticos y enfermeros también tienen cierto
derecho para hacerlo o están luchando para obtenerlo. Además, existe una gran
cantidad de fármacos que se expenden sin prescripción alguna
(ciertos analgésicos, laxantes, polivitamínicos, antiácidos) son todos los
medicamentos que correspondan al grupo de publicitarios.
Puede decirse que para una buena prescripción, el médico debe intentar maximizar
la efectividad, minimizar los riesgos, minimizar los costos y respetar las elecciones
del paciente. Esto último podría ser particularmente importante, ya que, al fin y al
cabo, será el quien decidirá si se hará dispensar la prescripción, si consumirá los
fármacos indicados y si los consumirá tal y como se le hayan prescrito.

Prescripción enfermera
En diciembre de 2015 se reguló la llamada "prescripción enfermera" en España, por
el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos
y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros. Sin embargo,
dada la conflictividad que desencadenó la citada normativa y las dificultades de
interpretación de alguna de sus estipulaciones no se ha aplicado de forma
generalizada. En octubre de 2018 se ha publicado una serie de correcciones de la
anterior normativa que pretende resolver los problemas que quedaron sobre la mesa
tras la norma previa de 2015.

Prescripción off-label
La prescripción off-label es el uso de fármacos autorizados pero fuera de las
condiciones estipuladas en la ficha técnica o documento oficial de usos autorizados
de un medicamento. Es una práctica común, justificada solo en algunas ocasiones
(inexistencia de alternativas, uso común establecido por la experiencia), pero que
plantea algunos dilemas técnicos y éticos:
Necesidad de información a los pacientes (o la familia de estos en caso de menores
de edad).
Mayor riesgo de efectos adversos, siendo este un aspecto menos conocido en el
uso del fármaco implicado.
No es una práctica ilegal, pero deja fuera las garantías de las agencias reguladoras
de medicamentos.

Problemas comunes
Desde el punto de vista internacional, los problemas más comunes de prescripción
(“prescripción irracional”) son los siguientes:
La medicalización
El uso de fármacos no relacionados con el diagnóstico
El uso de fármacos innecesariamente costosos
El uso inapropiado de antibióticos
La automedicación irracional
Conclusión

El récipe, al igual que la historia clínica, es un documento legal que puede servir
como insumo en la defensa judicial del profesional y para la seguridad social del
paciente. Además; al especificar por escrito el tratamiento farmacológico se
minimizan las posibilidades de errores y por ende se protege al paciente de
complicaciones sistémicas producto de un tratamiento farmacológico mal llevado
que algunas veces pueden llegar incluso a amenazar la vida de un paciente. Su
importancia es irrefutable, de allí el cuidado que debe tener el clínico en su
elaboración, control y registro.

Una práctica clínica responsable, científica y asistencial está completamente reñida


con el infame hábito de recetar medicamentos de forma verbal o sin haber realizado
el diagnóstico adecuado que nos permita elegir la terapia farmacológica pertinente
para la condición o enfermedad que padece el paciente.

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