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Tema 16

1. Los orígenes de la prosa castellana


En todas las tradiciones literarias, los textos en verso (sujetos a ritmo y medida, y
vinculados a la difusión oral) son anteriores al desarrollo de la prosa. Así ocurre, también,
en la literatura en castellano.
Las primeras manifestaciones en prosa escritas en romance peninsular se inscriben en dos
tipos de discurso que, sin embargo, no pertenecen al ámbito de la literatura:
Historiografía: a finales del siglo XII y principios del XIII se componen dos obras
de carácter histórico: las Crónicas navarras (en romance navarro-aragonés) y los
Anales toledanos (en castellano). En las crónicas navarras se recoge el primer
testimonio de la materia artúrica en España: una breve mención a la batalla librada
contra el rey Arturo por su sobrino Mordred.
Traducciones: tras la conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI y el
nombramiento de Raimundo de Sauvetât (monje cisterciense francés, promotor
de la cultura) como arzobispo de la ciudad en 1126, se desarrolla la Escuela de
Traductores de Toledo. Con este nombre se conoce el trabajo de un amplio
número de traductores, que tal vez no formaron nunca un grupo organizado, cuya
ocupación fue verter primero al latín y, desde mediados del siglo XII, al
castellano, obras científicas y filosóficas escritas en árabe.
2. La obra en prosa de Alfonso X el Sabio
¿Por qué se conoce a Alfonso X el Sabio?
El Sabio se ganó el sobrenombre por haber tenido la habilidad de saber rodearse de un
excelente grupo de expertos, científicos, poetas, magos, traductores y eruditos de varios
orígenes y disciplinas que formaban parte de lo que pasaría a la historia como Escuela de
traductores de Toledo. Alfonso X el Sabio promovió durante su reinado de Castilla y
León (1252-1282) la redacción de obras en prosa sobre diversas materias, en una de las
empresas culturales más ambiciosas de su tiempo.
Para realizar esta tarea, como bien he dicho antes, al rodearse de esas personas, emplearon
todas las fuentes escritas a su alcance con el fin de compilar y conservar el saber de la
época. Este objetivo explica la variedad de la llamada prosa alfonsí, que incluye obras de
distintos temas:
Obras jurídicas: las Siete Partidas, un conjunto de normas cuyo objetivo era
unificar las leyes en el Reino de Castilla, si bien trata también temas de carácter
filosófico, moral o religioso.
Obras científicas: Libros del saber de astronomía, Lapidario (Fue escrito en el
siglo XII y dedicado al sultán abbasí de Persia. En dicho tratado se describían
ciertas características de las piedras: como peso, dureza, variedad, localización,
etc.)
Obras recreativas: Libro de axedrez, dados e tablas.
Obras históricas: Estoria de España (La obra es en realidad un planteamiento
inicial que no llegó a ser culminado satisfactoriamente en vida del rey Alfonso X
y General Estoria.
La labor del círculo alfonsí (en ocasiones, con la participación directa del rey) constituye
un hito fundamental para el desarrollo de la prosa castellana. Entre sus principales
aportaciones destacan las siguientes:
En lo que respecta al idioma, con las obras de Alfonso X se produjo un decisivo
enriquecimiento del léxico y la sintaxis, y la primera regularización ortográfica de
la lengua castellana.
En cuanto a su influencia en la literatura, las obras históricas elaboradas bajo la
supervisión de Alfonso X pretendían contar la historia de España y del mundo
desde la creación hasta el momento en que fueron escritas. Para ello, combinan
hechos reales con mitos y leyendas de distinta procedencia (el Antiguo
Testamento, Las metamorfosis de Ovidio, crónicas medievales, cantares de
gesta... que conforman un compendio de narraciones de gran interés literario.
3. Las colecciones de apólogos
Un apólogo es una narración breve en prosa de la que puede extraerse una enseñanza o
lección moral, es decir, una moraleja.
La primera compilación de apólogos realizada en España es la Disciplina clericalis, la
cual tuvo gran difusión en Europa, fue escrita en latín por el oscense Pedro Alfonso a
principios del siglo XIl. Esta obra está formada por treinta y cuatro relatos de origen
folclórico, clásico y oriental, fue concebida como un repertorio de historias para que los
clérigos ilustraran sus sermones o predicaciones.
Entre los primeros testimonios de la prosa literaria en castellano, destacan otras dos
colecciones de apólogos: el Calila e Dimna y el Sendébar o Libro de los engaños de las
mujeres, de mediados del siglo XIl.
3. 1. El marco narrativo
Calila e Dimna y Sendébar utilizan la técnica del marco narrativo: una historia principal
en la que se insertan cuentos que son los llamados relatos enmarcados y además están
narrados por los personajes que participan en la acción principal.
Calila e Dimna: el marco está constituido por la conversación entre un rey y un
filósofo que aconseja y adoctrina al monarca. En una de las narraciones del
filósofo aparecen dos chacales (Calila y Dimna-) que se convierten, a su vez, en
narradores de nuevos apólogos. Este tipo de marco (cuentos narrados por un
consejero o maestro en el proceso de educación de un discípulo) servirá de
referencia para El conde Lucanor.
Sendébar: el hijo del rey rechaza a una de las mujeres de su padre, que intentaba
seducirlo. Para vengarse, ella lo acusa de intentar forzarla y el rey lo condena a
muerte. La acción principal da paso a los relatos de siete consejeros o privados
del rey, de la madrastra y del propio heredero, que buscan cambiar la decisión del
padre. Este modelo de marco (el relato de cuentos para posponer la ejecución de
una sentencia de muerte) es el mismo que aparece en Las mil y una noches.
3.2 Fuentes y finalidad
Calila e Dimna y Sendébar comparten otras dos características:
Ambas son traducciones del árabe de repertorios de apólogos orientales (hindúes
o persas). Calila e Dimna Procede del Panchatantra (siglo III d. C.) que es una
colección de cuentos sánscritos empleada por los monjes budistas en su
predicación, o bien destinada a la educación de los futuros gobernantes. Fue
traducida al árabe en el siglo VII y vertida al castellano a mediados del siglo XIII.
Su objetivo es transmitir normas de conducta práctica. Difunden un ideal de
comportamiento basado en la prudencia y la templanza: evitar reacciones o juicios
precipitados, no enfrentarse a los que son más fuertes... Sendébar se inscribe
dentro de la tradición de la literatura misógina, que presenta una imagen negativa
de la mujer, asociada a la lujuria y al engaño.
4. Don Juan Manuel y El Conde Lucanor
El infante Don Juan Manuel (1282 1348), sobrino de Alfonso X el Sabio y perteneciente
a la alta nobleza del Reino de Castilla, es autor de una amplia obra cuya finalidad es la
educación de nobles. En su producción sobresale El Conde Lucanor, cima de la prosa
didáctica medieval en castellano.
La obra se estructura en cinco partes (libros) e incorpora algunas novedades que afectan
tanto al marco narrativo como los relatos enmarcados.
Estructura de El Conde Lucanor
Libro I: Formado por un repertorio de 51 apólogos enlazados por un marco
narrativo.
Libro II a IV: reúnen un extenso conjunto de sentencias morales.
Libro V: ofrece un tratado de doctrina cristiana.
4.1. El marco narrativo
La principal originalidad estructural de El Conde Lucanor es el desdoblamiento del marco
narrativo:
La historia principal en la que se insertan los relatos está constituida por el dialogo
entre El Conde Lucanor y su consejero Patronio. Lucanor plantea a Patronio un
problema y le pide consejo; en respuesta, Patronio narra un apólogo y lo aplica al
caso que inquietaba al conde.
Después de cada relato de Patronio, el narrador de la historia principal informa
los lectores de que a don Juan Manuel le ha gustado el ejemplo y ha decidido
incluirlo en el libro acompañado de una moraleja en verso.
4.2. Los relatos enmarcados
Los apólogos de El Conde Lucanor no son meras traducciones de cuentos anteriores. Don
Juan Manuel lleva a cabo una recreación de fuentes diversas:
El folclore europeo. A el pertenece el ejemplo XXXII, cuyo motivo argumental
reaparecerá en el entremés el retablo de las maravillas, de Cervantes.
El nuevo testamento. Es el caso del ejemplo XXXIV, basado en la parábola
recogida en los evangelios Mateo y Lucas.
Las fábulas clásicas. Del fabulista griego Esopo y del latino Fedro procede el
ejemplo V.
La cuentística oriental. En ella se inspira el ejemplo VII, recreación popular,
presente ya en el Calila e Dimna y que, siglos después, dará lugar a las fábulas del
francés La Fontaine o el español Samaniego.

4.3. Finalidad de la obra


El Conde Lucanor constituye un manual de comportamiento para nobles con el que el
autor pretende enseñar formas de actuar a los miembros de su grupo social:
Es preciso conciliar la salvación del alma con el mantenimiento o aumento de la
honra, el estado y la hacienda.
Para ello, es conveniente conducirse con prudencia y mantener una actitud de
desconfianza ante los otros.
5. La prosa de ficción
A finales de la Edad Media se desarrollan en España dos nuevos subgéneros narrativos:
la novela de caballerías y la novela sentimental. Ambos como la poesía cancioneril,
reflejan los gustos o valores de la nobleza cortesana del siglo XV, nostálgica de las
hazañas bélicas de sus antepasados de sus antepasados y dedicada, sobre todo, a la caza,
los torneos, la poesía, la música y el amor.
5.1. La novela de caballerías
Las ficciones caballerescas constituyen una derivación peninsular de la llamada materia
de Bretaña o literatura artúrica: un amplio conjunto de narraciones medievales, escritas
principalmente en francés o inglés, que tienen como protagonistas al rey Arturo y los
caballeros de la mesa redonda. De ellos toman los libros de caballerías sus rasgos
característicos:
Los protagonistas son héroes itinerantes que deben probar sus cualidades: valor,
honor, destreza en el manejo de las armas y la lealtad a la dama, de acuerdo con
los preceptos del amor cortés.
El caballero se enfrenta a una sucesión de aventuras en las que aparecen seres
fabulosos.
La acción se desarrolla en un tiempo legendario, remoto y en una geografía
exótica o imaginaria.
Novelas de caballerías medievales
Libro del Caballero Escrito hacia 1300 y atribuido al clérigo toledano Ferrán
Zifar Martínez, constituye la primera manifestación del género.
Zifar, su protagonista, es perseguido por la desgracia: sus
caballos mueren cada diez días y es desterrado por el rey a
causa de envidias e intrigas de sus rivales. Forzando por la
fatalidad a separarse de sus hijos y su esposa, llega al reino de
Mentón. Tras diversas aventuras, es nombrado rey y consigue
reunirse con su familia.
Amadís de Gaula Compuesta en 1508 por Garci Rodríguez de Montalvo a partir
de
versiones anteriores del siglo XIV. Amadís es fruto de los
amores
furtivos entre el rey Perión de Gaula y elisena, princesa de
Inglaterra.
En la novela se cuentan las pruebas que ha de superar el
protagonista desde que es abandonado por Oriana y, por sus
propios méritos, se convierte en rey.

5.2. La novela sentimental


La novela sentimental, el otro gran subgénero de la narrativa medieval en prosa, se define
por los siguientes rasgos:
El eje principal de la trama es una historia de amor no correspondido con un final
desgraciado. Los afectos y comportamientos de los personajes se sitúan dentro del
código del amor cortés.
La acción exterior apenas tiene importancia; lo fundamental es el análisis de los
estados psicológicos de los protagonistas. Por ello, se incluyen con frecuencia
cartas en las que estos indagan o ahondan en sus sentimientos.
En comparación con las ficciones caballerescas, se trata, en general, de obras de
menor extensión, con un estilo más retorico y elevado.
Las principales novelas sentimentales escritas en el siglo XV son Siervo libre de amor,
de Juan Rodríguez del Padrón, Grisel y Mirabella, de Juan de Flores y Cárcel de amor,
de Diego de San Pedro.
6. El teatro medieval
El teatro, desapareció prácticamente de la Edad Media. De hecho, hasta el siglo XI no
surgieron las primeras manifestaciones del género en Europa: piezas breves representadas
en las iglesias y vinculadas al culto, ya que los escenarios que habían sido construidos
por los griegos y romanos ya eran restos arqueológicos. Estos recrean episodios de la vida
de Cristo, cuyo fin es hacer más atractiva la liturgia y facilitar la comprensión del mensaje.
En castellano, se conserva un único texto dramático anterior al siglo XV: el Auto de los
Reyes Magos. A finales de la Edad Media, se recogen abundantes testimonios de teatro
litúrgico. Un ejemplo, puede ser: la Representación del nacimiento de Nuestro Señor, de
Gómez Manrique.
A finales de la Edad Media datan las primeras manifestaciones de teatro profano. Se trata
de obras de asunto amoroso, protagonizadas por pastores y concebidas para ser
representadas en los palacios ante un público cortesano. Destacan, Lucas Fernández y
Juan de Enzina, cuya obra mas importante es la Égloga de Placida y Vitoriano, que
evidencian ya el influjo del humanismo renacentista.
LA CELESTINA
Está escrita en el tránsito de la Edad Media y el Renacimiento.
AUTORIA Y COMPOSICIÓN:
Esta obra fue escrita por Rodrigo de Cota o Juan de Mena (acto I) y Fernando Rojas (el
resto). En uno de los textos preliminares a La Celestina, Rojas afirma haber encontrado
el primer acto de una obra anónima que decidió continuar.
Diversos argumentos confirman la doble autoría, principalmente las diferencias
lingüísticas que se observan en la obra.
La obra fue publicada en 1502 y presenta 21 actos, aunque hubo otra versión anterior con
diferencias significativas:
Alargamiento de la historia amorosa: en la primera versión solo se produce un
encuentro entre la pareja, mientras que en la segunda, se refieren citas a lo largo
de un mes hasta llegar al trágico final.
Introducción de una nueva trama: la segunda versión introduce la venganza de
Celestina tras su muerte con la ayuda de un nuevo personaje, Centurio.
GÉNERO:
Debido a que la obra es dialogada enteramente (no interviene un narrador), se divide en
actos y escenas, y emplea técnicas dramáticas, se ha llegado a considerar una obra de
teatro, pero su irrepresentabilidad, riqueza y complejidad de la trama y los personajes,
permiten relacionarla con la novela. Por esto La Celestina es un ejemplo de novela
dialogada.
La celestina se inscribe en la comedia humanística, género cultivado en el siglo XV y que
consiste en obras concebidas para la lectura dramatizada. La celestina puede entenderse
como una comedia humanística de lengua vulgar.

ARGUMENTO Y ESTRUCTURA:
ACTO I PLANTEAMIENTO
En la primera escena, Calisto expresa a Melibea su amor y es rechazado por esta. De
regreso a casa, Sempronio, su criado, le recomienda recurrir a una alcahueta llamada
Celestina. Sempronio y Celestina, junto a Pármeno, otro criado, sacan provecho
económico de esta situación.
ACTO II-XIX DESARROLLO
ACTOS II-XII: Celestina acude a casa de Melibea con un hilado sobre el que se ha
realizado un conjuro. Gracias a Celestina y la magia del hilado, Melibea accede a
citarse con Calisto. La vieja, se niega a compartir las ganancias con sus cómplices y
estos la matan. Mientras los dos amantes se encuentran a media noche en la verja del
jardín.
ACTOS XIII-XIX: A la mañana siguiente, Sempronio y Pármeno, son apresados por
el crimen cometido. Calisto contrata a dos nuevos criados, y esa noche tiene su primer
encuentro erótico con Melibea. Las amantes de Sempronio y Pármeno para vengar su
muerte piden al rufián Centurio que maten a Calisto.
Finalmente muere al caer de la tapia del jardín de Melibea.
ACTO XX-XXI: CONCLUSIÓN
El padre de Melibea, Pleberio, es alertado por su criada del sufrimiento de su hija, del
cual él no sabe la causa. Melibea se encierra en una torre y desde allí le cuenta a su
padre la historia de amor con Calisto y la desesperación que siente por su muerte.
Después de esto, la joven se suicida y Pleberio pronuncia un extenso lamento ante el
cadáver de su hija con el que se cierra la obra.

PERSONAJES:
Los personajes de La Celestina tienen antecedentes literarios, los autores los arquetipos
de manera original.
Hay dos aspectos que resultan novedosos: la atención y el trato singularizado que reciben
los personajes de baja condición social y la evolución de alguno de ellos durante la obra,
a la cual le aporta verosimilitud psicológica.
Los personajes e clasifican en tres mudos:
El mundo de los señores: pertenecen la pareja, Calisto y Melibea, y Pleberio y
Alisa, que son los padres de Melibea
Calisto: es un joven de la alta sociedad a quien solamente le preocupa satisfacer sus
deseos, atropellando a quien sea para conseguirlo. Su cinismo le hace despreciar la
sinceridad de su criado Pármeno cuando este le advierte de los peligros que corre. Encarna
el 'loco amor', del que es víctima: figura trágica y antiheroica. Tras la escena primera
(rechazo de Melibea a Calisto) se da el amor ilícito, no se insinúa el matrimonio y se
recurre a la alcahueta. Esto, según autores, sería porque él es cristiano viejo y ella no.
Melibea: Joven, hermosa, enérgica y apasionada, su evolución desde el rechazo inicial
hasta el enamoramiento se explica por la intervención de la magia y la capacidad
persuasiva de Celestina, aunque quizá está enamorada desde un principio. Pasa de la
resistencia a la absoluta entrega a Calisto sin apenas tránsito de duda; en ella la represión
aparece como forzada y antinatural; se siente esclava de una hipocresía que se le ha
inculcado desde pequeña en su casa. Actúa regida por su conciencia social. Lo que ella
cuida es su externo concepto del honor: no hay pudor personal ni sujeciones morales
Alisa y Pleberio: los padres de Melibea solo cobran importancia en el último tramo de la
obra, en particular cuando, en el sombrío planto final. Alisa es la madre de Melibea y no
mantiene una verdadera relación con su hija. Pleberio es el padre demasiado ocupado que
ama a su única hija y ve cómo su vida pierde todo sentido al suicidarse ésta.
El mundo de los criados:
Sempronio: es un personaje contradictorio, violento y débil, a quien pierde finalmente la
codicia. Sempronio ya ha perdido cualquier ideal sobre los amos a los que sirve y
solamente pretende aprovecharse de ellos con egoísmo y codicia. Mantiene una relación
con una de las prostitutas de Celestina, que a su vez le engaña, y es el dueño de la idea de
aprovecharse de Calisto para poder mantener su pasión a costa de la de su señor.
Pármeno: adolescente avergonzado de sus orígenes guarda en principio lealtad a Calisto,
pero, al ser hijo de Claudina, intenta advertir a su señor de los peligros que le pueden
venir; pero es humillado por este. Su lealtad termina de derrumbarse al ser seducido por
una de las pupilas de Celestina, de forma que se ve obligado a participar en la corrupción
de su señor al mismo tiempo que se corrompe él mismo.
Tristán y Sosia: Son fieles criados y amigos de Calisto después de la muerte de Pármeno
y Sempronio. Son jóvenes ingenuos, humildes, muy leales y comprometidos con su amo,
quienes lo protegen hasta el final de su vida. Sosia se enamoró de Areúsa y esta logró
sacarle información acerca de Calisto y Melibea. Tristán es muy astuto y apegado a
Calisto, por lo que la muerte de su amo lo afectó mucho.
Lucrecia: es la criada de Melibea y prima de Elicia, la cual en un principio odia a Calisto,
pero en realidad eso es solamente una tapadera, pues está enamorada de él. Cuando
Calisto canta canciones a Melibea, Lucrecia siente envidia hacia su ama y a la Celestina
no le cuesta nada sobornarla con productos para aclarar el pelo y para quitar el mal aliento.
Al final Lucrecia se siente arrepentida, pues su conciencia está intranquila, ya que en el
fondo cree que la muerte de Melibea y Calisto fue culpa suya.
El mundo marginal: prostitutas y rufianes
Celestina: brillante e inteligente, posee una marcada voluntad de dominio sobre el
resto de personajes. Otros rasgos de su carácter son la perspicacia, la hipocresía,
el orgullo profesional o su resistencia a aceptar el paso del tiempo. Es considerada
la protagonista de la obra. Aunque esta gire en torno al amor de los dos jóvenes.
Su motivación es el dinero, el éxito y la lujuria. En el momento en el que se
desarrolla la , hechicera, etc
Conoce todas las debilidades y pasiones humanas por lo que, controla
psicológicamente a la mayoría de los personajes y es el hilo que une a los
poderosos y a los criados. Pese a su gran sabiduría, su codicia es la que le dicta la
muerte, hecho que ejemplariza el castigo a la avaricia: muere en manos de
Sempronio y Pármeno criados de Calisto por no querer hacer entrega de un
dinero.
Elicia y Areúsa: son las discípulas de Celestina y amantes de Sempronio y
Pármeno, respectivamente. Elicia es familia de Celestina, viven juntas y es su
pupila, al igual que Areúsa. Ambas son prostitutas y Elicia, a pesar de ser amante
de Sempronio, mantenía relaciones con otros hombres sin remordimiento. Tras la
muerte de la Celestina esta se ve obligada a tomar más responsabilidad y
planificación. Areúsa, amiga de Elicia, se muestra muy individualista y rencorosa,
ocupada únicamente en cumplir sus antojos. Como consecuencia de la petición de
la hechicera, Areúsa se convirtió en amante de Pármeno cuando Centurio se fue a
la guerra, pero su verdadero amor es el soldado.
Centurio: Es un soldado de muy mal carácter, conocido como rufián, malhechor
y bravucón. Su gran amor es Areúsa, quien es su fiel amante, aunque Celestina la
llevó a involucrarse con Pármeno mientras que Centurio se encontraba en la
guerra. Incluso es considerado el responsable de la muerte de Calisto, después de
que las prostitutas le pidieran asesinarlo para vengar la muerte de los criados de
Calisto.
ASPECTOS FORMALES:
Intención paródica: como ya se ha dicho, el personaje de Calisto construido sobre el
modelo del Leriano de Cárcel de amor constituye una parodia del amante cortés. Por

de modo que el personaje resulta cómico, en vez de trágico.


Importancia de la lengua: el lenguaje que utilizan los personajes de la Celestina esta
saturado de recursos estilísticos, alusiones históricas o mitológicas, refranes y sentencias
tomadas principalmente de Séneca y Petrarca. Esta variedad no refleja, pues, el habal real
de la época. Sin embargo, la obra transmite una intensa ilusión de realidad. A ello
contribuyen la complejidad y verosimilitud psicológica de los personajes, y el
encadenamiento creíble de los sucesos
Observamos que todos los personajes utilizan los diferentes niveles lingüísticos por igual
en sus discursos. No hay tipos como en las obras anteriores ahora todos hablan el mismo
lenguaje, a veces de forma culta y a veces no
Técnicas dramáticas: La Celestina se caracteriza por el uso de procedimientos propios
de los textos dramáticos. En el cuadro se resumen los más importantes
Diálogos En los diálogos de la Celestina se alternan intercambios rápidos y
parlamentos extensos. Para indicar el cambio de escenario, se recurre
a veces a los diálogos de camino, que mantienen los personajes
mientras que se dirigen de un lugar a otro.
El mayor logro de Fernando de Rojas en opinión de la
crítica, con la combinación de intervenciones largas y retóricas y
réplicas cortas y coloquiales. El diálogo es el principal vehículo para
retratar psicológicamente a los personajes, lo que da lugar a
contradicciones dependiendo de la perspectiva empleada.
Monólogos Sirven para expresar las dudas o vacilaciones de los personajes sobre
que hacer o decir, o el temor respecto a lo que ocurrirá en el futuro
poco frecuentes pero extensos y logrados. Normalmente aporta
intensidad dramática caso de Pleberio o nos permite conocer el
pensamiento íntimo del personajes, caso de Celestina.
Apartes Sirven como cauce de expresión de la deslealtad, en particular, del
desprecio de los criados hacia sus amos
heredado de la comedia grecolatina, tiene una función cómica a la vez
que sirve para conectar con el espectador (mejor dicho oyente). Lo
dicho en los apartes solo es escuchado por el público, y cuando lo
escucha un personaje, no lo entiende y pide que se le repita.
Procedimientos de No existen en la obra acotaciones teatrales propiamente dichas, pero si
acotación diversas estrategias para indicar que gestos hace el personaje, que
objetos tiene en la mano o donde se halla

INTERPRETACIÓN:
Si se tienen en cuenta los textos preliminares y la conclusión de la obra, La Celestina
tendría un propósito moralizador: la intención de Fernando de Rojas habría sido advertir
de los peligros del loco amor, entendido como pasión que conduce a la ruina y la muerte,
así como d la maldad de alcahuetas y sirvientes.
La obra transmite una concepción marcadamente pesimista de la vida y del mundo, que
se refleja en el tratamiento de sus principales temas:
Las bajas pasiones, principalmente la codicia y la lujuria, que gobiernan y
esclavizan la vida de los seres humanos
El paso del tiempo y la muerte
La traición y la violencia, que presiden las relacionales personales
La falta sentido y la arbitrariedad de los sucesos del mundo

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