Simbolos Patrios
Simbolos Patrios
Simbolos Patrios
El Escudo Nacional y el Himno Nacional con los Símbolos Patrios de nuestro país, nos dan identidad y representan los
valores nacionales. El Escudo ostenta tres símbolos de la identidad mexica: el nopal, el águila y la serpiente, en referencia al
relato de peregrinación desde Aztlán hasta la fundación de Tenochtitlán, en 1325, y el águila devorando una serpiente alude
a la victoria del Sol sobre sus enemigos. La Bandera vincula tres tradiciones: la indígena, la hispánica y virreinal y la liberal
que originó un estado autónomo.
El Himno Nacional surgió tras un certamen convocado por Miguel Lerdo de Tejada en 1853. El 3 de febrero de 1854, un
jurado seleccionó la letra del poeta Francisco González Bocanegra. Seis meses más tarde, se eligió la música de Jaime Nunó,
entonces director de Bandas y Música del Ejército. El 15 de septiembre del mismo año se realizó la primera interpretación
del Himno en el teatro Santa Anna de la Ciudad de México.
Símbolos como el escudo del águila y la serpiente resistieron con éxito la invasión de los símbolos extranjeros y a la postre
se han impuesto a ellos. El escudo mexicano deja de ser el símbolo de una etnia para convertirse en un emblema colectivo.
A diferencia del emblema guadalupano, el escudo nacional es un símbolo pagano, transmisor de un mensaje de identidad
político, que apela a la unidad histórica de la nación. Durante los siglos XIX y XX el Escudo Nacional sufrió varias
transformaciones. El diseño actual es obra de los artistas Francisco Eppens Helguera y Pedro Moctezuma. La Bandera
Nacional vigente, fue adoptada el 17 de septiembre de 1968 y se decretó el 24 de febrero como el Día de la Bandera. Con el
fin de regular el uso, características y difusión de los Símbolos Patrios, el 8 de febrero de 1984 se publicó en el Diario Oficial
de la Federación la Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.
Los símbolos patrios de México están conformados por la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional. El origen de estos se
remonta al periodo independentista y fueron modificados constantemente hasta finales del siglo XX, cuando el Escudo
fue rediseñado por última vez.
Nuestros símbolos patrios son tres; la Bandera, el Escudo y el Himno. Su origen se remonta al siglo XIX, cuando, después
de la Independencia, el pueblo mexicano necesitaba algo para reconstruirse e identificarse con los otros, es por ello que
surgieron y que hasta ahora han logrado que nuestro pecho se encienda al entonar el Himno, saludar a la Bandera o ver
el Escudo. La Bandera Nacional, como la conocemos ahora, tiene antecedentes en la época prehispánica. Durante esos
años, los pueblos indígenas ya utilizaban banderolas para identificarse entre barrios. Sin embargo, de aquella época solo
conservamos el Escudo Nacional, pues éste es la representación del viaje que hicieron los mexicas desde Aztlán para la
fundación de Tenochtitlán.
No obstante, la primera Bandera tricolor la encontramos en el periodo post independentista. Ésta fue diseñada en 1821
por el Ejército Trigarante, cuyos promotores eran; Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide.
El Ejército Trigarante decidió que la Bandera fuera tricolor y que los colores aludieran; el rojo a la unión entre americanos
y europeos, el verde a la independencia y el blanco a la fe en la Iglesia o la religiosidad de los mexicanos. El significado de
los colores también se transformó con los años y ahora, según la Secretaría General de Gobierno, el rojo es un
recordatorio de la sangre de héroes nacionales que fue derramada por la Patria, el verde se refiere a la esperanza y el
blanco hace alusión a la unidad.
La Bandera del Ejército Trigarante fue la más parecida a la que tenemos ahora nosotros. Sin embargo, el águila -de esa
Bandera- estaba de frente y no tenía serpiente. Dicha serpiente se añadió en la Bandera del Batallón de San Blás, quienes
defendieron el Castillo de Chapultepec. La modificación definitiva que sufrió nuestra Bandera fue en 1968, y fue a uno de
sus elementos; el Escudo Nacional. Este fue rediseñado por Francisco Eppens, quien agregó componentes de origen
prehispánico como el nopal con las tunas rojas.
El origen del Escudo Nacional, así como el de la Bandera, también nos remonta al periodo prehispánico. De acuerdo con
la leyenda de la fundación de Tenochtitlán, incluida en el códice Mendocino, los mexicas aun vivían en Aztlán cuando el
dios Huitzilopochtli les dio indicaciones de viajar en busca de “la tierra prometida”. Fue así como los mexicas iniciaron la
peregrinación en busca del sitio indicado. Los mexicas podrían identificar dicho lugar cuando encontraran a un águila
posada con elegante majestuosidad encima de un nopal, devorando a una serpiente.
Es a partir de este mito que el águila comenzó a utilizarse como símbolo de identidad nacional. La primera vez que se usó
oficialmente fue en el siglo XVI, durante el reinado de Carlos V y después por el general Ignacio Allende. A pesar de esto,
el Escudo fue implementado en una bandera tricolor hasta que, en 1821, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, siendo
miembros del Ejército Trigarante, promulgaron el Plan de Iguala. Estos necesitaban una bandera que representara al
movimiento insurgente, así que instauraron la primera bandera tricolor que tenía una corona en medio -en lugar del
águila-.
Una vez que Iturbide se volvió emperador de México, decretó que las franjas de la Bandera de México fueran verticales y
añadió el símbolo del águila. Esta águila portaba una corona. Posteriormente, el Escudo Nacional sufrió otros cambios
como la omisión de la corona. A pesar de esto, fue hasta 1968 que al artista mexicano Francisco Eppens, se le
encomendó rediseñar el Escudo. Eppens puso manos a la obra y añadió detalles como las tunas -que simbolizan los
corazones de los guerreros caídos-. Fue así como el Escudo Nacional, uno de los símbolos patrios mexicanos, llegó a ser
como lo conocemos ahora.
El primer Himno Nacional mexicano se remonta a 1761. En ese año, España implementó en sus ceremonias cívicas y en
las de sus colonias -como himno- la “Marcha Granadera”. Pero fue olvidado tanto por la gente del pueblo como por los
gobernantes. En 1821, después de la Independencia se hizo otro intento para crear un himno. Este fue escrito en honor a
Agustín de Iturbide por Juan Torrescano pero también fracasó. Tuvieron que pasar prácticamente 32 años desde la acción
de Torrescano, para que se hiciera un nuevo intento. Este tuvo lugar en 1853, cuando México acababa de sufrir la
pérdida de Texas. El presidente de entonces era Santa Anna. Santa Anna sabía que el pueblo mexicano estaba herido por
la pérdida, así que supuso que era necesario reconstruir la identidad de nuestro país. De esta forma se decidió lanzar un
concurso para dar vida al Himno Nacional Mexicano.
El ex presidente lanzó una convocatoria dividida en dos partes. La primera era para la letra y la segunda para la música.
Dentro de los concursantes ganó precisamente quien no quería participar; Francisco Gonzales Bocanegra. La leyenda
cuenta que este poeta potosino, fue encerrado por su esposa y obligado a producir un poema que participara en el
concurso. Sea cierta o no esa leyenda, Bocanegra ganó, pues su letra expresaba mejor que nadie el amor por la Patria.
Una vez definida la letra, se lanzó la convocatoria para musicalizar el poema de Bocanegra. En este concurso participaron
aproximadamente 15 compositores y quien se llevó la victoria fue el español Jaime Nunó. Nunó había conocido a Santa
Anna en Cuba y cuando visitó México, recibió la invitación para participar en el concurso que ganó. Sin embargo, la
victoria de Nunó no fue bien recibida por el pueblo debido al origen del compositor. El Himno Nacional, ya con la letra de
Bocanegra y la música de Nunó, fue interpretado por primera vez en el Teatro Santa Anna un 15 de septiembre de 1854.
Presentación, por cierto, a la que Santa Anna no asistió.
Se esperaba que este nuevo Himno se perdiera entre las páginas de la historia que nadie recuerda, pero no fue así.
Conforme pasó el tiempo, se suprimieron estrofas -principalmente las que enaltecían a Iturbide y a Santa Anna-, pero no
se olvidó. El Himno Nacional fue reivindicado durante el mandato del general Porfirio Díaz, quien dejó oficialmente 10
estrofas del himno original, estrofas que entonamos con orgullo sin importar cuán afinados o no estemos.