Alexander
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Alexander
· Inconsciente. No responde.
De manera simplificada puedes Pellizcar alguna parte de su cuerpo y ver si reacciona, abrir su
ojo y poner luz para saber si la pupila se dilata, llamarlo por su nombre en voz alta y notar si
respira.
· Pulso central: Las arterias carótidas, situadas a ambos lados de la nuez de Adán
en una pequeña depresión, en la garganta. Para sentirlo presionar levemente con
los dedos índice y mayor, nunca con el pulgar (sentiríamos nuestro propio pulso).
Las arterias femorales, situadas en la región inguinal, en la raíz del muslo.
Sentiremos el pulso en nuestros dedos.
· Pulso periférico: otros lugares para identificar el pulso pueden ser las arterias
radiales, en la cara externa de la muñeca. Menos recomendables ya que en caso
de accidente y pérdida del conocimiento, la sangre se redistribuye hacia los
órganos vitales, y no a las extremidades por lo que a veces este método puede
resultar engañoso
Para comprobar si una persona respira, la persona que presta los primeros auxilios debe
utilizar la vista (mirar si el pecho sube y baja), el oído (colocarlo junto a la boca para
escuchar la respiración) y el tacto (acercar su mejilla a la boca y nariz del enfermo para
notar el calor del aire espirado).
· Heridas simples: Son heridas que afectan la piel, sin ocasionar daño en órganos
importantes. Ejemplo: raspadura o cortaduras superficiales
· Heridas contusas: Son producidas por piedras, palos, golpes de puño u objetos
duros. Producen mucho dolor y en ellas se observa un hematoma, estas heridas se
presentan por la resistencia que ofrece el hueso ante el golpe, ocasionando la
lesión de los tejidos blandos. Generalmente se conocen como “moretón”.
· Heridas cortantes o incisas: Son producidas por objetos afilados como latas,
vidrios, cuchillos, que pueden seccionar músculos, tendones y nervios. Los
bordes de la herida son limpios y lineales, la hemorragia puede ser escasa,
moderada o abundante.
· Heridas punzantes: Son producidas por objetos con punta, como clavos, agujas,
palillos etc. La lesión es dolorosa, la hemorragia escasa y el orificio de entrada es
poco notorio. El tétanos, es una de las complicaciones de éste tipo de heridas.
· Heridas avulsivas: Son aquellas donde se separa y se rasga el tejido del cuerpo de
la víctima. Una herida cortante o lacerada puede convertirse en avulsiva. El
sangrado es abundante, ejemplo; mordedura de perro.
1. Lávese siempre las manos con jabón antes y después de realizar atención de
primeros auxilios en heridas, para evitar infecciones.
6. No use algodón ni pañuelos o toallas de papel, ya que dejan restos en la zona que
pueden causar Infección.
La cantidad de sangre que se pierde dependerá del vaso sanguíneo sangrante: vena o
arteria. Esta última es evidentemente más grave, ya que en pocos minutos se puede
perder un gran volumen de sangre, produciendo shock y riesgo de muerte
7. .Externas: Salida de sangre hacia el exterior del cuerpo. Se puede evaluar su compromiso
8. Internas: El daño que produce la hemorragia no se puede evaluar, por lo que las
hemorragias internas se deben considerar como graves.
10. Externas: Salida de sangre hacia el exterior del cuerpo. Se puede evaluar su compromiso
11. Internas: El daño que produce la hemorragia no se puede evaluar, por lo que las
hemorragias internas se deben considerar como graves.
12. Exteriorizadas: se producen en el interior y toman contacto con el exterior por orificios
naturales.
Hemorragia interna
Características de la hemorragia Según el vaso dañado que produce la salida de sangre, podemos
distinguir las siguientes características en una hemorragia o sangramiento:
· Arterial: La sangre fluye bajo presión, es pulsátil, color roja brillante, sale a distancia
desde el cuerpo, es la hemorragia más grave.
· Venosa: Color Roja oscura, brota sin fuerza, la sangre fluye continuamente.
· Capilar: El flujo es lento, en gotitas.
· Controlar la hemorragia
· Lávese las manos, si es posible protéjase las manos con guantes si los tiene
· Controle la hemorragia con un apósito o paño limpio encima del sitio sangrante.
· Eleve la extremidad
· Solución antiséptica
· Paños antisépticos
· Esparadrapo
· Gasas esterilizadas
· Termómetro
· Agua oxigenada
· Jabón neutro
· Lámpara de pilas
La asfixia se produce cuando algo se atasca en la garganta y obstruye las vías respiratorias. Esta
obstrucción puede ser parcial o completa. Las vías respiratorias son la ruta por donde pasa el
aire para llegar a los pulmones
La maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich aumenta la presión en el pecho, lo cual ayuda a expulsar el objeto que
obstruye las vías respiratorias.
Mujer arrodillada para realizar la maniobra de Heimlich a un niño que está de pie
Puntos clave:
· La asfixia se produce cuando se cierra el conducto que lleva el aire a los pulmones
· Si su niño no respira, llame al 911. Si hay alguien más con usted, pídale a esa persona que
haga la llamada
· Si su niño tiene más de 1 año, parece o arrodíllate detrás del niño para realizar la
maniobra de Heimlich
· Si su niño es menor de 1 año, colóquelo boca abajo sobre sus rodillas o su antebrazo para
realizar la maniobra de Heimlich
· Mantenga los objetos y alimentos pequeños fuera del alcance de los niños pequeños
· Opresión que empieza en el centro del pecho y se irradia a los hombros, cuello o brazos.
· Debilidad o falta de sensibilidad súbita de la cara brazo o pierna en un lado del cuerpo.
· Debilidad o falta de sensibilidad súbita de la cara brazo o pierna en un lado del cuerpo.
¿Cómo dar los primeros auxilios en caso de que alguien esté sufriendo un
infarto?
1) Llamar a emergencias
Lo primero es llamar al servicio de emergencias sanitarias para solicitar ayuda, explicando los
síntomas del paciente y respondiendo a las preguntas que nos hagan. En este teléfono
preguntarán ciertos datos de identificación, como el teléfono desde el que se llama, la dirección
donde se encuentra el paciente, el nombre y la edad del mismo, etc.
La dirección es el aspecto más importante que precisan los servicios de emergencia, por lo que
debe ser precisa y, en caso de no estar en un domicilio, dar los datos necesarios para la
localización de la persona, incluyendo lugares próximos, edificios singulares, etc.
“Nos preguntaran qué es lo que sucede? Lo más importante es explicar lo que vemos y seguir sus
instrucciones”.
“Este tipo de pacientes puede que tengan indicaciones del médico de que, si tienen dolor
torácico, se tomen algún tipo de pastilla o spray”, explica. En este caso, se debe ayudar al
paciente a que siga estas indicaciones.
“Si la persona está consciente –señala- se recomienda que se siente o se acueste y que no haga
esfuerzos”. No hay ningún problema en tocar al paciente, lo que hay que evitar es que camine o
haga algún esfuerzo.
La enfermera subraya que lo mejor es tumbarse de lado y vigilarlo mientras llegan los servicios
de emergencias. Insta a desabrochar su ropa si le aprieta, proporcionarle un ambiente tranquilo
y ventilado.
Es imperativo que el acompañante permanezca al lado del paciente por si la situación cambia (si
pierde la consciencia, por ejemplo). En ese caso, debe llamar de nuevo al servicio de
emergencias. “Se debe llamar a vecinos u otra gente si tienen nociones de primeros auxilios o si
son sanitarios”.
7) No perder la calma
Gorjón insiste en que “es fundamental no perder la calma y seguir siempre las indicaciones que
nos den por teléfono”. Para ello, explica que, en general, las personas actúan mejor si conocen lo
que deben o no deben hacer.
Estar informados y tener unas nociones de primeros auxilios seguramente ayuden a mantener la
calma. Realizar unas respiraciones profundas y lentas también puede funcionar.
¿Quién sufre más cuando alguien se desmaya? ¿El afectado o los que están alrededor? En
ambos casos suele provocar cierto susto al tratarse de una situación repentina que
conlleva una breve pérdida del conocimiento, y en verano suelen ser más comunes como
consecuencia de las altas temperaturas y las aglomeraciones en sitios turísticos o en el
transporte.
Normalmente se producen por una falta de riego cerebral que se puede ocasionar por diversos
motivos, como deshidratación, atragantamiento, abuso de drogas o por alguna enfermedad de
mayor envergadura. En la mayoría de casos es conveniente llamar al servicio de emergencias,
especialmente si el afectado es una embarazada, un diabético, tiene problemas graves de salud,
tiene más de 50 años, si hay sangrado, convulsiones, ha perdido el control de esfínteres o no
respira.
Antes de que se produzca el desmayo hay otros síntomas que pueden avisar de este problema
antes de que se produzca. La vista se nubla, se nota un zumbido en los oídos o comienza un
mareo más intenso de lo normal.
Se aconseja aflojar cualquier prenda o complemento que pueda estar ejerciendo presión sobre la
circulación sanguínea (corbata, cinturón, etc.) y despejar el entorno para que la persona tenga
acceso a aire fresco y controlar las constantes vitales y la respiración de la persona.
Cuando no lo detectamos a tiempo y nos pilla por sorpresa, es preferible actuar con celeridad,
pero con calma al mismo tiempo. Si aún conserva cierto grado de atención, se deben realizar
varias preguntas para saber si se está produciendo un cambio de estado mental: "¿Cómo te
llamas?", ¿"Cuántos años tienes?" o "¿Cómo se llaman tus padres/tus hijos?" son algunas
preguntas que pueden ayudar en este sentido.
Por otro lado, hay que controlar las vías respiratorias y el pulso del paciente para comprobar si
las constantes vitales se mantienen. Si la persona está consciente, hay que situarla en la posición
antes detallada: boca arriba y con los pies ligeramente levantados. Si la persona respira y está
inconsciente, gira su cuerpo hacia ti y sitúa la pierna más alejada de tal forma que su rodilla y su
cadera formen un ángulo recto.
De igual modo, en estos casos no solo es importante saber qué hacer, sino también qué no hacer,
ya que tomar una decisión equivocada no solo puede ser ineficaz, sino también perjudicial para
la víctima, agravando el problema u ocasionando otros daños de salud. Por ejemplo, si la
persona está consciente, no hay que abandonarla, si está inconsciente, no hay que suministrarle
ni comida ni bebida ni colocarle una almohada bajo la cabeza.
La anafilaxia es una reacción alérgica grave que puede poner en riesgo la vida. Puede ocurrir en
cuestión de segundos o minutos de exposición a algo a lo que eres alérgico, como por ejemplo el
maní o la picadura de una abeja
La anafilaxia hace que el sistema inmunitario libere un torrente de sustancias químicas que
puede causar que entres en choque: la presión arterial baja repentinamente y las vías
respiratorias se estrechan, lo que impide la respiración. Los signos y síntomas comprenden
pulso débil y acelerado, erupción cutánea y náuseas y vómitos. Los desencadenantes frecuentes
comprenden determinados alimentos, algunos medicamentos, el veneno de insectos y el látex.
La anafilaxia requiere una inyección de epinefrina y una visita de seguimiento a una sala de
urgencias. Si no tienes epinefrina, debes dirigirte a una sala de urgencias de inmediato. Si la
anafilaxia no se trata de inmediato, puede ser mortal.