Mi abuelo Nicho tuvo una vida difícil desde temprana edad al quedar huérfano a los 15 años sin madre y sin un padre que lo reconociera, lo que lo obligó a viajar solo a la capital para forjarse un futuro trabajando desde los 19 años en una empresa donde estuvo más de 40 años hasta pensionarse. A pesar de las dificultades, se casó con mi abuela Inés y tuvieron 5 hijas, siempre trabajando duro para mejorar sus condiciones de vida hasta enfermarse de diabetes. Al final de su vida, se encontró el pequeño
100%(2)100% encontró este documento útil (2 votos)
173 vistas1 página
Mi abuelo Nicho tuvo una vida difícil desde temprana edad al quedar huérfano a los 15 años sin madre y sin un padre que lo reconociera, lo que lo obligó a viajar solo a la capital para forjarse un futuro trabajando desde los 19 años en una empresa donde estuvo más de 40 años hasta pensionarse. A pesar de las dificultades, se casó con mi abuela Inés y tuvieron 5 hijas, siempre trabajando duro para mejorar sus condiciones de vida hasta enfermarse de diabetes. Al final de su vida, se encontró el pequeño
Mi abuelo Nicho tuvo una vida difícil desde temprana edad al quedar huérfano a los 15 años sin madre y sin un padre que lo reconociera, lo que lo obligó a viajar solo a la capital para forjarse un futuro trabajando desde los 19 años en una empresa donde estuvo más de 40 años hasta pensionarse. A pesar de las dificultades, se casó con mi abuela Inés y tuvieron 5 hijas, siempre trabajando duro para mejorar sus condiciones de vida hasta enfermarse de diabetes. Al final de su vida, se encontró el pequeño
Mi abuelo Nicho tuvo una vida difícil desde temprana edad al quedar huérfano a los 15 años sin madre y sin un padre que lo reconociera, lo que lo obligó a viajar solo a la capital para forjarse un futuro trabajando desde los 19 años en una empresa donde estuvo más de 40 años hasta pensionarse. A pesar de las dificultades, se casó con mi abuela Inés y tuvieron 5 hijas, siempre trabajando duro para mejorar sus condiciones de vida hasta enfermarse de diabetes. Al final de su vida, se encontró el pequeño
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 1
El pequeño baúl de mi abuelo Nicho
Mi abuelo como cariñosamente le llamaban sus amistades y
familiares, fue un luchador, en vida tuvo muchas cualidades: trabajador, honrado, inteligente y muy noble. Desde temprana edad, con tan solo 15 años, quedó huérfano de madre y sin un padre que lo reconociera. Tuvo que viajar desde Montijo, su ciudad natal, hacia la capital a forjarse un futuro. Su escasez de recursos económicos y su orfandad le impidieron estudiar, solo pudo terminar la escuela primaria. Nunca estuvo desamparado, siempre tuvo ángeles que lo protegían y ayudaban, y claro, la bendición de Dios. Empezó a trabajar desde muy joven en una empresa prestigiosa, en la cual pensiono después de más de 40 años de trabajo. Con apenas 19 años encontró a la mujer que lo acompaño durante 54 años, mi abuela Inés, de esa unión nacieron sus 5 hijas. Durante su vida laboral, sus deseos de superación y de mejor sus condiciones de vida, lo llevaron a tomar la decisión de aceptar una oportunidad de trabajo en la sucursal de esta empresa en Aguadulce. Llego a ser chofer vendedor y luego que enfermo como consecuencia de la diabetes, trabajo en el departamento de contabilidad, hasta que se pensiono. El tenía un baúl donde guardaba tos sus recuerdos; mi abuelo enferma y luego fallece. Un día se encuentra el baúl con fotos, recortes de periódicos, documentos, entre otras cosas, y una tarjeta deteriorada por el tiempo, que yo le había entregado un día del padre cuando tenía 10 años, que decía Gracias por todo abuelo Nicho, por criarme con valores, por quererme y cuidarme como tu hija, te quiero Mucho Feliz día del Padre.