Centro Botín de Arte y Cultura

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ARQUITECTO: RENZO PIANO

Centro Botín de Arte y


Cultura

AÑO: 2012 – 2017


UBICACIÓN: MUELLE DE ALBAREDA S/N, JARDINES DE PEREDA,
SANTANDER, ESPAÑA
“La arquitectura es como la
música, un conjunto de
bellas piezas para formar
una bella sinfonía”

-Renzo Piano
Primer boceto:

El partido arquitectónico es el conjunto de planos, dibujos, esquemas y textos explicativos utilizados para plasmar (en papel,
digitalmente, en maqueta o por otros medios de representación) el diseño de una edificación, antes de ser construida.
Ubicación y
Localización:
Planta de
conjunto:
Fachadas:
Fachadas:
Corte
Transversal:

Corte
Longitudinal:
Introducción:

El Centro Botín de Arte y Cultura fue diseñado por el estudio Renzo


Piano Building Workshop en colaboración con Luis Vidal Arquitectos.
Emilio Botín encargó en 2010 a Renzo Piano la construcción de un
centro de arte en Santander. El proyecto, iniciándose las obras en junio
de 2012, ha tenido una duración de siete años y fue inaugurado el 23
de junio de 2017.
El valor de la obra ha ascendido a alrededor de 100 millones de euros.
A los 80 presupuestados en su coste inicial, hubo que sumar finalmente
un desfase de 20 millones.
Situación:

Se sitúa entre el parque y el mar. Es la pieza más destacada de una


operación urbanística que ha permitido conectar los Jardines de Pereda
y el Paseo de Pereda al mar Cantábrico, mezclándose sutilmente con el
entorno y dando accesibilidad a un lugar al que la ciudad de Santander
en España había dado la espalda hasta ese momento.
Se asienta en el enclave central del puerto y debía unir el centro de la
ciudad con los suburbios que se adentran hacia los muelles del barrio
pesquero y los diques del nuevo puerto.
Concepto:
El Centro Botín, con una superficie construida total de 10.285 metros cuadrados, además de proponer un
espacio para el arte, la cultura y la actividad formativa, genera un nuevo lugar de encuentro en Santander que
acerca la ciudad a su bahía. Esta conexión la consigue liberando el suelo al jardín y a la ciudad, colocando los
dos volúmenes que componen el conjunto elevados sobre pilotis que lo hacen flotar y ganándole terreno al
mar, haciendo que los dos edificios sobrevuelen parcialmente sobre el mar para reflejar así su brillo y
movimiento.
La construcción del edificio implicó también el soterramiento del tráfico rodado que separa los Jardines de
Pereda del frente marítimo creando un túnel de unos 250 metros para soterrar el tráfico en el paseo del
Muelle, lo que permitió duplicar la superficie de los Jardines de Pereda, llevándolos hasta el mar.
Las estrategias principales en las que los arquitectos quisieron hacer hincapié fueron la elevación de los
cuerpos, la fractura en dos lóbulos, la ligereza de sus soluciones constructivas, su delicada implantación en
relación con el borde marítimo y su transparencia como estrategia de desaparición. El edificio queda en parte
oculto por la vegetación de los jardines evitando el impedimento de las vistas al mar y del paisaje de la bahía.
Sus pilares se confunden con los troncos de los árboles y la altura del conjunto no supera la de las copas de los
mismos situados en los Jardines de Pereda. Se consigue una sensación inmaterial donde el espacio interior y
exterior son indistinguibles, pasan desapercibidos, diseñando los dos cuerpos en los que se divide el conjunto,
que recuerdan a los cascos de una embarcación, para mejorar la iluminación de la planta enmarcando las vistas
a la bahía desde los Jardines.
Espacios:
El Centro Botín se encuentra ubicado en pleno puerto, de cara a la bahía, y se levanta frente a ella mediante dos
volúmenes carenados que vuelan sobre el muelle.
El volumen situado al oeste queda dedicado al arte, se compone de las salas de exposiciones (2.500 metros en su
conjunto), caracterizadas por un gran ventanal que se abre a las vistas sobre el entorno, así como se encuentra en
planta baja una zona comercial, un punto de información, un restaurante y un café en un espacio acristalado. Mientras
que el situado al este incluye las actividades culturales y formativas, cuenta con el auditorio, con una capacidad para
300 personas, que se levanta en voladizo sobre el mar, así como las aulas del centro educativo y las áreas de trabajo,
todo ello con la máxima flexibilidad para adaptarse a los posibles cambios en un futuro.
A los anteriores volúmenes se añade un anfiteatro excavado en el entorno del edificio, cuya fachada oeste se ha
dotado de una pantalla de LED para cine al aire libre.
Los dos volúmenes del centro de arte, diferentes en su tamaño debido a la adaptación del conjunto al borde marítimo,
se unen a través de una estructura de plazas y pasarelas públicas de acero y vidrio, (llamadas “pachinko” por una
máquina de pinball japonesa) que se sitúan a siete metros de altura y cuya función es conectar los volúmenes este y
oeste, distribuyendo el flujo de visitantes del edificio y enmarcando las vistas sobre la bahía.
Además, un trampolín de nueve metros de largo sobrevuela el cantil, en voladizo sobre el mar, y permite al público
contemplar la bahía de una forma única y especial.
En cuanto a la transformación de sus alrededores, formados por un total de 4 hectáreas de jardines, el papel más
importante lo han tenido Fernando Caruncho, paisajista, y la artista Cristina Iglesias. Ambos han sido los encargados de
diseñar de nuevo los Jardines de Pereda, incluyendo una zona infantil de juegos de aproximadamente 774 metros
cuadrados.
Estructura:
El edificio se apoya sobre pilotis, por un lado, en los terrenos de la vieja dársena, pero por el otro se eleva
sobre el agua en voladizo sobre el muelle. Los materiales estructurales son hormigón, acero y vidrio.

Materiales:
La superficie de los dos volúmenes está revestida con 280.000 pequeñas escamas cerámicas, redondeadas y de
tono nacarado, que relucen con la luz del sol, reflejando la superficie del agua y la atmósfera de Santander.
Este caparazón cerámico, que ayuda a diluir el edificio y le da continuidad, se abre en las salas expositivas
mediante grandes ventanales con carpinterías de aluminio que enmarcan las vistas al mar y los Jardines de
Pereda. Además, la cubierta multicapa permite controlar la luz mediante láminas de vidrio serigrafiado y
sensores. Concretamente la del cuerpo occidental, donde se encuentran las salas expositivas, se remata con
una cubierta de doble capa con lamas regulables y está formada por cuatro capas que protegen de la radiación
directa y permiten regular con flexibilidad la entrada de luz cenital.
Recalcando esta continuidad, el pavimento de hormigón azul del parque (salpicado de cobre y de sulfato de
hierro), se extiende hasta el borde del muelle, recibiendo la luz reflejada por el agua y por las piezas cerámicas
nacaradas de la piel del edificio.
La envolvente:

Uno de los elementos más destacados del Centro de Arte Botín es su envolvente compleja
geométricamente y sofisticada constructivamente. Con ella se consigue una superficie continua
entre las cubiertas, las fachadas y los techos y posee, en algunas zonas, doble curvatura.
El desarrollo técnico de este cerramiento, llamado Materia CAB Disset, lo ha liderado la empresa
Disset que ha diseñado, producido y ejecutado todo el sistema resolviendo cada uno de los
aspectos arquitectónicos, técnicos y de instalación requeridos. Además, en colaboración con Disset,
la Cátedra Cerámica de Barcelona de la Universitat Internacional de Catalunya ha realizado el
estudio de viabilidad de la envolvente mediante una campaña de ensayos realizada en el LITEM
(Laboratorio para la Innovación Tecnológica de Estructuras y Materiales) en Terrassa. Esta campaña
de ensayos ha respondido a los exigentes requerimientos técnicos que demanda el cerramiento de
un edificio situado frente al mar Cantábrico, es decir, un estricto control de sus respuestas ante
acciones mecánicas (resistencia y estabilidad) y de durabilidad (ambiental y fatigas).
Este tipo de soluciones reduce el ensuciamiento de la envolvente continua puesto que el agua que
arrastra el polvo acumulado en la superficie discurre por la cámara. En estas envolventes continuas
no estancas su principal dificultad reside en la fijación de la capa superior al soporte sin interrumpir
la impermeabilización.
La primera capa del cerramiento sobre la estructura principal recurre a una chapa base de acero grecada que cierra
los espacios entre vigas y sirve de base para la barrera de vapor, el aislamiento térmico de 140 mm y los clips de
poliamida para fijar la chapa perfilada de aluminio que recubre al aislamiento como capa de impermeabilización.
Del conjunto de la envolvente destaca su última capa cerámica (Materia CAB Disset), este sistema de envolvente se
coloca sobre dicha impermeabilización y presenta las siguientes capas según orden de colocación:
Una subestructura de nivelación que define la geometría básica de toda la envolvente y se instala sobre el sistema de
impermeabilización. Estas consisten en dos perfiles de aluminio en U, uno inferior en fragmentos fijados cada 850
mm y otro superior continuo que fija y regula la posición de la bandeja de remate de la envolvente.
Un recubrimiento continuo de bandejas nervadas de aluminio, planas o curvas según su posición en el edificio, que se
fijan sobre la subestructura de nivelación y poseen un lacado especial para ambientes agresivos como el marino.
280.000 discos de gres cerámicos (de seis diámetros diferentes para adaptarse a la doble curvatura de los volúmenes)
fijados mediante varillas roscadas adheridas con resina epoxi que sirve de anclaje con las bandejas de aluminio. Estas
piezas, producidas por Cerámica Cumella, están realizadas con una pasta de gres de alta temperatura, con una
absorción de agua inferior al 2% y se obtienen por centrifugado, formando discos abombados de 21 mm de altura y
un diámetro medio de 156 mm. Se esmaltan en su parte convexa con un esmalte feldespático brillante, de color
blanco cálido y se cuecen en horno en una atmósfera oxidante-neutra a alta temperatura que les proporciona una
excelente resistencia al choque térmico, al cuarteo y al hielo, así como una total inalterabilidad ante ácidos y álcalis.
En una segunda cocción se aplica un esmalte nacarado que les aporta su característico aspecto.
La disposición de las piezas cerámicas circulares en la envolvente se realiza siguiendo una disposición en línea recta
que mantiene la equidistancia entre ellas en vertical y en diagonal en todas las superficies planas y de curvatura
simple, sin embargo, cuando la envolvente cerámica adquiere una superficie de doble curvatura provoca que las
distancias entre piezas cerámicas no sean constantes.
Entrevista con Renzo Piano | Centro Botín

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