Resumen Sentencia de Amparo

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APELACION DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENDTE NO. 280-90

CORTE DE CONSTITUTCIONALIDAD: Guatemala diecinueve de octubre de mil novecientos noventa.

En apelación y sus antecedentes se examina la sentencia del doce de octubre del año en curso,
dictada por la corte suprema de justicia en calidad de tribunal de Amparo dentro del promovido
por las organizaciones políticas (PID) (FUN) (FRG) por medio de sus secretarios generales y
representantes legales Oscar Humberto Rivas García, Gabriel Girón Ortiz y Berna Rolando Méndez
Mora, respectivamente quienes unificaron personería en el primero de los nombrados. Los
postulantes comparecieron con el patrocinio de los Abogados Oscar Humberto Rivas García y
Gabriel Girón Ortiz.

I- EL AMPARO:

A) Interposición y Autoridad Impugnada: fue interpuesto el siete de septiembre del año en curso
ante la corte suprema de justicia, contra el tribunal supremo electoral. B) Acto Reclamado: Se
declara sin lugar el recurso de revisión planteado por el personero de la colación formada por los
partidos políticos antes mencionados, dentro del expediente mil trescientos nueve (1309)
C) Violación que se Denuncia: Los derechos a la seguridad jurídica, de igualdad ante la ley, de
defensa, incluyendo garantías de audiencia al debido proceso. D) Hechos que motivan el Amparo:
No acceder a la solicitud presentada por los mencionados partidos políticos, no obstante dichas
organizaciones políticas llenan los requisitos legales para postular existen evidencias en contra de
la declaración jurada presentada por el candidato a presidente José Efraín Ríos Montt, que no
existe irretroactividad de la aplicación de la prohibición contenida en el precitado artículo 186
inciso a, al resolver rechaza todas las candidaturas propuestas por la referida coalición, finalmente
manifestaron que contrariamente a lo afirmado por la autoridad impugnada las candidaturas a
Vicepresidente, Diputados por lista nacional y al Parlamento, no estén vinculadas a la del
presidente de la república por tener esta la calidad principal y accesorias ello significa que deberán
presentarse las candidaturas en forma unitaria. E) Uso de Recursos: Ninguno. F) Casos de
Procedencia: Citaron los contenidos de los incisos d y g del articulo 10 Ley de Amparo, Exhibición
personal y de constitucionalidad. G) Leyes violadas: Señalan los artículos
2,4,5,12,15,44,46,136,137,140,141,203,223,278 y 281 de la constitución política de la república,
23, incisos 1b 1c y 2 y 24 de la convención americana de los derechos humanos, 3,4,114 de la Ley
de Amparo y 194 de la ley electoral y de partidos políticos.

II- TRÁMITE DEL AMPARO

A) Amparo Provisional: se otorgó. B) Terceros Interesados: Se dio intervención a todas las


personas postuladas por la colación de partidos políticos “PID, FUN, FRG” como candidatos a
elección de las siguientes organizaciones: “MAS, PR, FUR, PSD, MEC, PAN, DCG, FAN, UNO, PNR,
AP5, PDCN, MLN, UCN, PF, CAN. C) De la Prueba: Se reveló. D) Sentencia de primer Grado: De
consiguiente este tribunal, al analizar las denuncias de los recurrentes limitará su función a
establecer que la afectación del derecho del candidato presidencial para participar en la elección
incide de manera directa, tanto en los partidos que lo postulan, como en los demás candidatos
propuestos. Por consiguiente las limitaciones que se denuncian a los derechos de estos no pueden
considerarse originales sino derivadas. En la parte resolutiva declaró “Se deniega el amparo
solicitado por improcedente, sin condena en costas. SE revoca el amparo provisional decretado.
Notifíquese y oportunamente, devuélvanse los antecedentes a donde corresponde”.

III- DE LA APELACION:

Contra el fallo antes relacionado apelaron los postulantes y el General José Efraín Ríos Montt. En
ocasión de la vista en esta instancia, los solicitantes del amparo manifestaron su inconformidad
con la sentencia apelada y aparte de reiterar conceptos vertidos en primer grado de los
argumentos expuestos, el ministerio publico además de reiterar los argumentos expuestos en
primera instancia manifestó considerar aceptadas las consideraciones y parte resolutiva que
integran la sentencia emitida por la corte suprema de justicia.

CONSIDERANDO:

El debate de donde del caso analizado radica en la justa interpretación de la constitución política
de la república y su correcta aplicación. Esta corte está llamada a cumplir con su función esencial
de defender el orden constitucional, la que cumple cuando ejerce sus potestades.

Los postulantes del presente amparo reclaman contra la decisión definitiva del Tribunal Supremo
Electoral que en el fondo confirma la denegatoria a proceder a la inscripción de la planilla que para
Presidente y Vicepresidente solicitaron los partidos políticos anteriormente mencionados. Estos
acontecimientos son públicos y notorios porque constan de documentos oficiales.

La defensa de la inscripción del ciudadano José Efraín Ríos Montt como candidato a la presidencia
de la republica sostiene la inaplicabilidad del artículo 186 de la constitución de la república. Al
respecto de tales defensas procede hacer su adecuada estimación como sigue:

No existe un derecho o una situación preconstitucional ya consumados para que el ciudadano José
Efraín Ríos Montt opte al cargo de presidente de la república porque no se produce una aplicación
casuística o retroactiva de la constitución a su persona, puesto que dado el carácter normativo de
esta la prohibición se refiere a la opción que se planteare posteriormente a su vigencia. Resulta
inapropiado oponer una norma general, articulo 15 de la constitución a la especial contenida del
artículo 186, puesto que siendo de la misma jerarquía deberá preferirse la especifica tal como en
las situaciones anteriores.

En el dictamen de esta corte, se refiere al cargo de Diputado de la república, pronunciado el


veinticuatro de agosto de mil novecientos ochenta y ocho en el expediente ciento setenta y dos
guion ochenta y ocho del Diario Oficial se transcribe: Emilio Recorder de Casso, que debidamente
matizados por las diferencias de nuestro sistema, ilustra este dictamen. El tratadista dice así: «En
cuanto a los efectos, ya Duguit indicaba que la inelegibilidad produce el resultado de hacer nula la
elección, mientras que, por el contrario, cuando existe incompatibilidad, la elección es regular y
válida, aunque aquel cuya función es incompatible con el mandato legislativo debe optar dentro
de un cierto plazo tras su confirmación. En nuestros días Mortati señala que inelegibilidad quiere
decir impedimento jurídico para convertirse en sujeto pasivo de la relación electoral, es decir para
ser elegido y que la incompatibilidad, en cambio, presupone en el elegido la posesión de todos los
requisitos necesarios para considerar válida la elección.
La cita anterior resulta apropiada para establecer la distinción doctrinal y legal que existe entre la
opción por incompatibilidad y la inelegibilidad, esto es cuando se carece de la titularidad jurídica
para acceder a un cargo por prohibición categórica al mismo. Se ha pretendido jugar con el
concepto »optar «desglosándolo de la correspondiente acción, con lo cual se desconoce la base de
toda conducta humana, que tiene su elemento cualitativo en su esencial intencionalidad, y así con
falacia se pretende aislar la acción de su consecuencia. Precisamente porque la acepción más
apropiada para el caso de la dicción »optar« es la de »entrar en la dignidad, empleo u otra cosa a
que se tiene derecho«, no podría desvincularse el vocablo de esa condición jurídica, por lo que es
palmario que cuando existe una prohibición absoluta o categórica para asumir la titularidad, lo
que hay es una causa de inelegibilidad, puesto que un derecho subjetivo se suele definir como la
»facultad moral inviolable sobre una cosa mía«; es moral, porque no se trata de un poder físico,
del más fuerte; e inviolable, porque implica como contrapartida la obligación de los demás,
incluyendo a los que detentan la fuerza, a plegarse a ese derecho subjetivo, ya que si se prohíbe lo
más se prohíbe lo menos

1. de este artículo contiene normas plenamente satisfechas en la 140 ,152; 157; 184; 254; 173. En
estos casos la pretensión de preeminencia resulta superflua. La Corte Suprema de Justicia en la
sentencia recurrida dice certeramente que el artículo 185 de la Constitución Política es aún menos
limitante que el artículo 23 de la Convención. En cuanto al apartado 2. Se observa que se ha
redactado en sentido positivo un desarrollo del principio de igualdad, el cual, como se ha expuesto
en otras sentencias de esta Corte, no admite que situaciones iguales sean tratadas desigualmente,
y, por ello, tampoco tolera la discriminación que pudiera basarse en causas no razonables.

Así al enumerar los motivos por los que la ley debe reglamentar el ejercicio de los derechos y
oportunidades, excluye de hecho aquellas que se basan en la condición étnica, social, económica,
religiosa o ideológica, política, de sexo o cualquiera otra discriminación que repugne el sentido de
la dignidad humana. La enumeración es conforme con el señalado principio de igualdad y no
discriminación, que pudiera menoscabar la dignidad de la persona, su condición o aprecio social,
económico o a sus creencias, pero no debe entenderse de ninguna manera como limitadora de las
potestades del Estado para regular las condiciones habilitantes de acceso a determinados cargos
públicos, ya que el mismo precepto anterior se refiere a elecciones »auténticas«, concepto que
queda reservado desde luego a la soberanía de cada Estado definir, pues son variadas las
características históricas y políticas que determinan tales reglas, que la Convención retiene para
los Estados, al reconocer que pueden ser aplicadas restricciones conforme a leyes »que se dictaren
por razones de interés general«.

Así hay Estados que admiten la reelección presidencial ilimitadamente, otros que la regulan para
un cierto período más y otras que la proscriben totalmente. Política tiende a efectivizar valores y
principios que la misma consagra, entre tales: la seguridad jurídica, la soberanía del pueblo, la
prevalencia del interés de la mayoría y la autopreservación del orden constitucional, que deben
tomarse en cuenta por el principio de unidad, coherencia y fuerza integradora de la Constitución.
La nación guatemalteca se ha organizado social y jurídicamente para constituir una comunidad de
paz, marco necesario para la realización de la justicia y el bien común. Su soberanía jurídica,
plasmada en su Carta Magna, es reflejo auténtico de su soberanía popular.
La Constitución francesa de 1791 decía que ningún individuo, ninguna sección del pueblo, puede
hacer acto de soberanía. Política del Estado de Guatemala, promulgada el once de octubre de mil
ochocientos veinticinco, preceptuaba en su artículo 5. Que Ningún individuo, ninguna reunión
parcial de ciudadanos, ninguna fracción del pueblo puede atribuirse la soberanía que residen en la
universalidad de ciudadanos del Estado. Y en la Constitución vigente se recoge en el segundo
párrafo del artículo 152: »Ninguna persona, sector del pueblo, fuerza armada o política, puede
arrogarse su ejercicio de la Constitución Política no contradice lo dispuesto en la citada
Convención, porque a la luz de lo establecido en los artículos 30 y de la misma, el Estado, en una
sociedad democrática, ha legislado de conformidad con el interés general, la seguridad de todos y
las justas exigencias del bien común, sin afectar la esfera de los derechos humanos, entre ellos el
principio de libertad, que no puede ser oponible en forma absoluta y prepotente, porque este bien
se encuentra limitado: Frente a la persona misma , los derechos de los demás , la nación y la
comunidad internacional .

En este punto vale hacer una precisión más: Interpretar la libertad en el mismo sentido que lo
entienden los sistemas occidentales , esto es, de libertad dentro de la ley de la Constitución
Política de la República con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, no sería necesario
elucidar la pretendida preeminencia de ésta sobre la Constitución guatemalteca, como lo
argumentan los sustentantes del presente amparo, que se apoyan para el efecto en lo establecido
en el artículo 46 de la Constitución Política de que »en materia de derechos humanos, los tratados
y convenciones aceptados y ratificados por Guatemala, tienen preeminencia sobre el derecho
interno«. Sin embargo, por la aceptación que la sentencia examinada hace de este criterio, esta
Corte estima conveniente definir su posición al respecto.

Para ello parte del principio hermenéutico de que la Constitución debe interpretarse como un
conjunto armónico. en el significado de que cada parte debe determinarse en forma acorde con
las restantes, que ninguna disposición debe ser considerada aisladamente y que debe preferirse la
conclusión que armonice y no la que coloque en pugna a las distintas cláusulas del texto. En
primer término, el hecho de que la Constitución haya establecido esa supremacía sobre el Derecho
interno debe entenderse como su reconocimiento a la evolución que en materia de derechos
humanos se ha dado y tiene que ir dando, pero su jerarquización es la de ingresar al ordenamiento
jurídico con carácter de norma constitucional que concuerde con su conjunto, pero nunca con
potestad reformadora y menos derogatoria de sus preceptos por la eventualidad de entrar en
contradicción con normas de la propia Constitución, y este ingreso se daría no por vía de su
artículo 46, sino -en consonancia con el artículo 2. De la Convención- por la del primer párrafo del
44 constitucional que dice: “Los derechos y garantías que otorga la Constitución no excluyen otros
que, aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana. El artículo 46
jerarquiza tales derechos humanos con rango superior a la legislación ordinaria o derivada, pero
no puede reconocérsele ninguna superioridad sobre la Constitución, porque si tales derechos, en
el caso de serlo, guardan armonía con la misma, entonces su ingreso al sistema normativo no tiene
problema, pero si entraren en contradicción con la Carta.

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