TS Penal 23-Abril-2015
TS Penal 23-Abril-2015
TS Penal 23-Abril-2015
Cendoj: 28079120012015100246
Organo: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Tipo de Resolución: Sentencia
Nº Recurso: 1811/2014
Idioma: Español
TRIBUNALSUPREMO
Voto Particular
Nº: 1811/2014
Fallo: 16/04/2015
TRIBUNAL SUPREMO
Sala de lo Penal
Excmos. Sres.:
La Sala Segunda de lo Penal, del Tribunal Supremo, constituída por los Excmos.
Sres. mencionados al margen, en el ejercicio de la potestad jurisdiccional que la
Constitución y el pueblo español le otorgan, ha dictado la siguiente
SENTENCIA
En el recurso de casación que ante Nos pende con el nº 1811/2014, interpuesto por
El Ministerio Fiscal, contra la sentencia dictada el 20 de Junio de 2014 por la Sección
Segunda de la Audiencia Provincial de Lugo, en el Rollo de Sala Nº 4/2014,
correspondiente al Procedimiento Abreviado nº 174/2012 del Juzgado de Instrucción nº
3 de los de Lugo que absolvió a los acusados, D. Marcial, D. Maximo, Dª Adelaida, D.
Pascual, D. Primitivo, D. Rogelio, D. Segundo, D. Tomás, D. Virgilio, D. Jose Miguel, D.
Carlos Miguel, D. Luis Miguel, D. Juan Luis, D. Pedro Francisco, D. Abilio, D. Alfredo,
D. Aquilino, D. Baldomero, D. Blas, D. Cecilio, D. Conrado, D. Diego y D. Eliseo, como
autores responsables de delitos de tráfico de influencias, prevaricación y falsedad
documental , habiendo sido parte en el presente procedimiento como parte recurrida
los condenados absueltos, D. Marcial, D. Segundo y D. Baldomero, representados por
la Procuradora Dª Mónica de la Paloma Fente Delgado, D. Maximo, representado por el
Procurador D. Fernando Pérez Cruz, Dª Adelaida, representada por el Procurador D.
Julián Caballero Aguado, D. Pascual, representado por el Procurador D. Miguel Torres
Alvarez, D. Primitivo, representado por el Procurador D. Argimiro Vázquez Guillén, D.
Rogelio, representado por el Procurador D. Rafael Gamarra Megias, D. Tomás,
representado por la Procuradora Dª Silvia Barreiro Teijeiro, D. Virgilio, representado por
la Procuradora Dª Raquel Gómez Sánchez, D. Jose Miguel, D. Luis Miguel y D. Juan
Luis, representados por la Procuradora Dª Maria Belén San Román López, D. Carlos
Miguel, D. Alfredo y D. Diego, representados por el Procurador D. Andres Figueroa
Espinosa, D. Pedro Francisco, y D. Abilio, representados por el Procurador D. Manuel
Infante Sánchez, D. Aquilino, representado por el Procurador D. Xavier de Goñi
Echevarria, D. Cecilio, representado por el Procurador D. José Constantino
Calvo-Villamañan Ruíz, D. Eliseo, representado por la Procuradora Dª Maria Soledad
Ruíz Bullido y D. Blas, representado por el Procurador D.Vicente Ruigomez Muriedas;
han dictado sentencia los Excmos. Sres. mencionados al margen, bajo ponencia de D.
Francisco Monterde Ferrer que expresa el parecer de la Sala con arreglo a los
siguientes:
I. ANTECEDENTES
Contra el presente auto no cabe recurso alguno, sin perjuicio de los recursos que
proceden contra, en su caso, la resolución originaria que ya quedaron indicados al ser
notificados."
5.- Por medio de escrito, que tuvo entrada en la Secretaría de este Tribunal en 1
de Octubre de 2014, El Ministerio Fiscal, interpuso el anunciado recurso de casación
articulado en el siguiente motivo:
Único.- Al amparo del art 5.4 LOPJ, por infracción de precepto constitucional, y del
art 24 CE, en relación con del derecho a la tutela judicial efectiva , así como a un
proceso con todas las garantías y a utilizar los medios de prueba pertinentes.
6.- Instruidas las partes recurridas del recurso interpuesto, se tiene formulada
expresa impugnación del recurso de casación interpuesto por el Ministerio Fiscal por
las razones expuestas en los escritos presentados que obran unidos a las presentes
actuaciones; la Sala admitió los mismos quedando conclusos los autos para
señalamiento de Fallo cuando por turno correspondiera.
PRIMERO.- El primero y único motivo se articula, al amparo del art 5.4 LOPJ, por
infracción de precepto constitucional, y del art 24 CE, en relación con del derecho a la
tutela judicial efectiva , así como a un proceso con todas las garantías , y a utilizar
los medios de prueba pertinentes.
1. Se alega que la sentencia objeto del presente recurso absuelve a los acusados
de los delitos de tráfico de influencias, prevaricación y falsedad documental de los que
eran acusados por el Ministerio Fiscal, al entender que la resolución judicial que amplió
la investigación inicial por delito de tráfico de drogas al nuevo delito de cohecho
descubiertocasualmente a raíz de las intervenciones telefónicas acordadas en la
causa, cuando entre ambas infracciones no existe conexidad alguna, y el
mantenimiento de la investigación conjunta de ambos ilícitos en el marco del mismo
procedimiento constituye una clara infracción del derecho alJuez predeterminado por la
Ley y conlleva la nulidad de las actuaciones y, por ende, de toda la prueba procedente
de las intervenciones telefónicas y posterior entrada y registro en aplicación de la
llamada teoría del fruto del árbol envenenado, estimando así la cuestión previa de
nulidad planteada por las defensas.
El Fiscal disiente del razonamiento expuesto por el Tribunal de instancia,
entendiendo que no se ha producido la vulneración del derecho fundamental al Juez
ordinario predeterminado por la Ley y que nos encontramos ante una prueba válida
que practicada en el juicio oral debióser valorada en la instancia.
Pues bien, ante ello debemos hacer una reseña de los avatares procesales
sucedidos:
En tercer lugar, las Diligencias previas iniciales, además del proceso que
terminó en la resolución, cuyo recurso es aquí propuesto, dieron lugar a otros dos
procedimientos: el Procedimiento Abreviado 60/12, pendiente aún de señalamiento
y en el que se formuló escrito de acusación en fecha de 3 de abril de 2014 por delitos
de falsedad en documento público, falsedad, tráfico de influencias, prevaricación y
cohecho, así como a las Diligencias Previas 1941/2009, aún hoy en trámite.
En cuarto lugar, tras la celebración del Juicio oral en la presente causa, habiéndose
practicado la totalidad de la prueba propuesta y como respuesta a una petición de
nulidad de actuaciones efectuada por una de lasdefensas , se concluye por la Sala que
el proceder del Juez de Instrucción, no solo vulneró las normas de reparto que entre
Juzgados de un mismo lugar existen, -algo que la propia Sala se encarga de considerar
intrascendente al entender que tal lesión no afecta al derecho fundamental al juez
predeterminado por la Ley-, sino que afectó al artículo 17 de la LECrim. de manera,
esta vez sí, relevante para el citado derecho fundamental.
La relevancia para el derecho fundamental, al entender de la sala de instancia,
tuvo lugar por cuanto la Instructora, al tomar conocimiento en el curso de una
investigación de un hecho delictivo que no era conexo con el inicialmente investigado,
lo que debió hacer es darle el tratamiento de " noticia criminis", incoar un nuevo
proceso y remitirlo al Juzgado Decano de Lugo para su reparto, en lugar de
limitarse a ampliar el Autoinicialmente dictado y continuar con la instrucción
conjunta de la causa durante casi cuatro años.
Por su parte la STS nº 757/2009 de 1 de julio dice que: "1.- En primer lugar hemos de
diferenciar el derecho al juez ordinario respecto del derecho a un proceso con todas las
garantías y, entre ellas, el derecho a la imparcialidad del juez.
Junto a ello, este Tribunal ha afirmado que las normas sobre competencia y,
consecuentemente, la determinación del órgano judicial competente, son materias que
conciernen exclusivamente a los Tribunales de la jurisdicción ordinaria (SSTC
171/1999, de 27 de septiembre, F. 2; 35/2000, de 14 de febrero, F. 2, y 126/2000, de
16 de mayo, F. 4), de modo que al Tribunal Constitucional solamente le corresponde
analizar si en el supuesto concreto la interpretación y aplicación de las normas
competenciales se ha efectuado de un modo manifiestamente irrazonable o arbitrario
(SSTC 136/1997, de 21 de julio, F. 3; 183/1999, de 11 de octubre, F. 2, y
35/2000, 14 de febrero, F. 2).
En este sentido cabe citar nuestra STS 277/2003, de 26 de febrero, citada por la más
reciente STS 55/2007, de 23 de enero, nos dice que "esta Sala ha dicho que la
discrepancia interpretativa sobre la normativa legal que distribuye la competencia entre
órganos de la jurisdicción penal ordinaria no constituye infracción del derecho al juez
predeterminado por la Ley" (STS núm. 1980/2001, de 25 de enero).
4.- En nuestra STS de 2 de noviembre del 2007, recordábamos los criterios fijados
con anterioridad sobre las consecuencias que pueden derivarse de la asunción de
competencias luego reconocidas como no correspondientes.
Y en este sentido hay varias disposiciones de la LECr que dan supuesta la validez de
lo actuado por un juzgado de esta clase aunquecarezca de competencia territorial,
(arts. 21.3, 22.2 y 24). Son válidas las actuaciones de todos aquellos respecto de los
cuales se tramita una cuestión de competencia de esta clase".
Por tanto los efectos anulatorios de los arts. 11, 238.1 y 240 LOPJúnicamente s e
producirían en los casos en que las diligencias hubieran sido acordadas por un Juez de
otro ámbito jurisdiccional, sin competencia objetiva para la investigación de delitos, lo
que no ocurrió en el presente caso, en cuanto que, tanto funcional como objetivamente,
el Juzgado de Córdoba que lleva a cabo las actuaciones está habilitado para ello,
siendo aplicables el art. 22.2 LECr y art. 243.1 LOPJ, en orden al principio de
conservación de los actos encaminados a la investigación de los delitos, sobre todo si
tenemos en cuenta la habitualidad y frecuencia con que se inicia una causa ante
el Juez de Instrucción ordinario, en cuyo conocimiento se ponen los
hechos y luego, practicadas determinadas diligencias se remiten las actuaciones a la
Audiencia Nacional.
Además, hay que tener en cuenta, como ha indicado esta Sala, en sentencias como
la STS. 619/2006 de 5 de junio, que el principio de seguridad jurídica y el de
necesidad de conservación de los actos procesales, art. 242 LOPJ, en los que
no se haya observado la vulneración de normas esenciales del procedimiento que
hayan ocasionado indefensión, inclinan a mantener la validez de los actos procesales,
especialmente en casos como el presente, en el que ni siquiera se observa vulneración
alguna de norma procesal (STS. 10.12.2003).
Por su parte, la STS nº 413/2013, de 10 de mayo, precisa que "por lo que respecta a
la denunciada vulneración del derecho al juez predeterminado por la Ley (art. 24.2 CE)
la jurisprudencia constitucional -recuerda la STC 219/2009, 12 de diciembre- ha
declarado, desde la STC 47/1983, de 31 de mayo, F. 2, que dicho derecho exige,
fundamentalmente, que el órgano judicial haya sido creado por una norma legal
invistiéndolo de jurisdicción y competencia con anterioridad al hecho motivador de la
actuación o proceso judicial y que su régimen orgánico y procesal no permita calificarlo
de órgano especial o excepcional (SSTC 48/2003, de 12 de marzo, F. 17; 32/2004, de
8 de marzo, F. 4; 60/2008, de 26 de mayo, F. 2). Constituye también doctrina
reiterada de este Tribunal que las cuestiones relativas a la interpretación de las
normas sobre atribución de competencias a los órganos jurisdiccionales son de
legalidad ordinaria y ajenas, por tanto, al derecho al juez ordinario predeterminado por
la Ley, salvo que esa interpretación suponga una manipulación manifiestamente
arbitraria de las reglas legales sobre atribución de competencias (por todas, STC
115/2006, de 24 de abril, F. 9). No puede confundirse , por tanto, el contenido de este
derecho fundamental con el derecho a que las normas sobre distribución de
competencias entre los órganos jurisdiccionales se interpreten en un determinado
sentido (entre muchas, SSTC 238/1998, de 15 de diciembre, F. 3; 49/1999, de 5 de
abril, F. 2; 183/1999, de 11 de octubre, F. 2; 164/2008, de 15 de diciembre, F. 4)".
Y, sigue diciendo la sentencia citada de esta Sala, que: "De acuerdo con esta
interpretación constitucional del contenido material del derecho que se dice vulnerado,
hemos de insistir en que la simple vulneración de normas de competencia territorial
no genera, por sí sola, el menoscabo del derecho al Juez predeterminado por la ley.
Ni siquiera es causa de nulidad de los actos procesales, que conforme al art. 238.1
de la LOPJ, sólo se genera en los supuestos de falta de competencia objetiva o
funcional. La defensa suma a su desacuerdo el hecho de que dos delitos que no
presentan lazos de conexión entre sí hayan sido enjuiciados por la misma Audiencia
Provincial. Sin embargo, obligado resulta insistir en que la vulneración delas normas de
conexión carece de la trascendencia para derivar una infracción de alcance
constitucional . La proclamación del art. 300 de la LECr, conforme al cual, cada delito
dará lugar a un único proceso es compatible con la excepción representada por los
delitos conexos a que se refiere el art. 17 de la LECr. Pero este último precepto a su
vez, vuelve a excepcionar su contenido en el art. 762.6º, que permite desconectar lo
que, en principio, aparece como susceptible de conexión. En él se tolera el
enjuiciamiento de delitos conexos con independencia, autorizando al Juez instructor a
formar las piezas separadas que resulten convenientes para simplificar y activar el
procedimiento. Y por si fuera poco, el art. 988 de la LECr, en su párrafo 3º, al fijar las
reglas para la refundición de condenas, parte de la hipótesis de que delitos conexos
hayan sido enjuiciados con independencia y este hecho sea advertido cuando las
sentencias dictadas sean ya firmes. En definitiva, las reglas de conexión procesal están
al servicio de un enjuiciamiento más ágil y conveniente, orientado a evitar que hechos
de similar naturaleza puedan tener como desenlace pronunciamientos contradictorios.
Pero la inobservancia de esas reglas tiene, como regla general, un alcance relativo si
se pretende enlazar su vigencia con dictados de relieve constitucional.
SEGUNDO .- El art 851 LECr., dice que "podrá interponerse el recurso de casación
por la misma causa (quebrantamiento de forma): 1º.
Pues bien, la sentencia de instancia tras realizar una relación de los antecedentes de
hechos correspondientes al devenir procesal de la causa, omite toda referencia a los
hechos declarados probados, pasando, sin solución de continuidad, a la
fundamentación jurídica.
b) La sala es libre para redactar del modo que estime más acertado los
acontecimientos que repute acreditados. Pero nada le exime de esa tarea esencial.
d) El vicio procesal existe no sólo cuando la carencia de hechos sea absoluta sino
también cuando la sentencia se limita a declarar genéricamente que no están probados
los hechos base de la acusación. Es necesario un relato en positivo. No basta una
genérica negativa.
El art. 851.2 LECr sanciona, así pues, que la sentencia omita la premisa mayor de
la labor de subsunción. Es componente esencial de una sentencia una descripción
precisa, clara y terminante de los hechos que el Tribunal estima justificados de manera
que proporcionen la base de la consiguiente calificación jurídica acerca de la tipicidad o
atipicidad de los hechos relatados. La ausencia de toda narración deja sin soporte
fáctico la decisión y sin apoyo la capacidad de discutir por vía de
recurso la corrección del juicio jurídico. Cuando en los hechos probados se consignan
los contenidos en las conclusiones definitivas de las acusaciones,
añadiendo que no consta que los hechos se desarrollasen en esa forma, o precedidos
de la fórmula "no ha quedado acreditado que..." la sentencia incurrirá en el defecto
procesal analizado. No se pretende que la Sala refleje datos, extremos o
acontecimientos cuya probanza no ha alcanzado cotas de acreditación suficiente para
convencerla de su realidad. Pero espreciso fijar -aunque sean mínimos- los hechos
que han sido probados a salvo los casos excepcionales y poco frecuentes (v.gr. nulidad
de toda la actividad probatoria) en que nada puede reputarse acreditado. Es exigible y
está en la esencia del derecho a la tutela efectiva , el deber del órgano judicial de
exponer en términos positivos, con claridad y coherencia los hechos que se consideran
probados. Constituyen la materia prima de una adecuada calificación jurídica, y en
definitiva del pronunciamiento condenatorio o absolutorio.
La finalidad del legislador que introdujo este motivo por ley de 28-6-33 fue evitar que
en las sentencias sólo se transcribieran los hechos alegados por las acusaciones y a
continuación se añadiera "hechos que no han resultado probados". Por ello, el precepto
exige una declaración positiva, que se establezcan los hechos que se declaran
probados, sin perjuicio de que en tal caso, pueda añadirse una declaración negativa
indicando cuáles no han sido probados".
Y la antes citada STS 643/2009 reitera que limitarse a copiar la narración acusatoria
añadiendo "sin que haya sido suficientemente probada" es práctica irregular
y censurable: "..consecuentemente como señala en STS 772/2001, de 8-5 ...el vicio
casacional denunciado aparece en este caso de forma tan clara que, incluso la
argumentación complementaria puede parecer superflua, una vez que es evidente que
la sentencia recurrida ha eludido toda consignación de hechos probados . Sin embargo
no hemos de renunciar -dado el aspecto pedagógico que la casación conlleva- a
reseñar que esta Sala viene manteniendo la exigencia del relato de hechos probados
para toda clase de sentencias, incluidas lasabsolutorias , al considerar como
inadmisible corruptela las resoluciones de tal índole carentes de resultancia probatoria,
sin que pueda suplirse esa omisión a través de datos fácticos contenidos en los
fundamentos jurídicos.
Ni siquiera acudiendo al asumido expediente de la inadecuada ubicación de los
elementos fácticos en la fundamentación jurídica es posible calificar de
aceptable, la estructura silogística de la que es primera premisa el "factum" de toda
sentencia dado que -según expresan las Sentencias de 19-10 y 4-12- 2000 - la citada
irregularidad en la confección de la sentencia desborda el ámbito de la mera deficiencia
formal para configurar una resolución judicial en la que por prescindirse
absolutamentede las normas esenciales del procedimiento establecidas por la Ley
que previene el art. 238.3º L.O.P.J., se sanciona con la nulidad de
plenoderecho del acto judicial viciado de manera tan esencial, pues la radical e
insubsanable omisión de los hechos probados que ordena el citado art. 142 LECr , no
sólo constituye un quebrantamiento de forma regulado en el art. 851.1 de la Ley
Procesal, sino que, además, deja huérfana de contenido la fundamentación jurídica de
la sentencia que siempre debe venir referida al relato histórico de los hechos, como
presupuesto básico que es de la subsunción y del fallo. De este modo, la redacción de
los hechos probados de la combatida permite afirmar la inexistencia de la premisa
primera y fundamental sobre la que ha de establecerse el silogismo judicial que la
sentencia representa".
TERCERO .- Como consecuencia de ello, y en contra del criterio expresado por los
recurridos para los que la ausencia de hechos probados impide tanto revocar o casar,
como anular otra sentencia, dada la única pretensión postulada, procede la estimación
del motivo, con la declaración de nulidad de la sentencia, retrotrayéndose las
actuaciones a la fase de deliberación subsiguiente a la celebración del juicio, para que
por los mismos magistrados que la dictaron, partiendo de la inexistencia de la violación
constitucional declarada y de la consiguiente validez de las pruebas también
anuladas, valorándolas racionalmente, se delibere y redacte una nueva
sentencia con arreglo a Derecho. Y de modo que el tribunal de instancia, en su
momento, deduzca testimonio, a los efectos penales oportunos, dado el
empecinamiento del juez instructor en no desglosar actuaciones desconexas, omitiendo
su remisión al Decano para su debido reparto.
III. FALLO
VOTO PARTICULAR
PRIMERO.- Aún cuando, con todo el respeto exigible, discrepo del criterio de la
mayoría en cuanto a las consecuencias, quiero manifestar, antes de cualquier otra
consideración, que comparto la decisión de ordenar a la Audiencia Provincial que "
deduzca testimonio, a los efectos penales oportunos, dado el empecinamiento
del juez instructor en no desglosar actuaciones desconexas, omitiendo su
remisión al Decano para su debido reparto".
Pero se cuida de advertir que, en el caso origen de esta casación, la instructora dictó
una resolución ¬auto de fecha 24 de marzo de 2008¬, al ser enterada por los agentes
policiales de que, en el curso de la intervención de comunicaciones telefónicas,
ordenada en la causa que instruía sobre tráfico de drogas, apenas quince días después
de iniciadas, se descubrió, como "hallazgo casual", información que estaría
relacionada con la eventual comisión de otros comportamientos delictivos. El nuevo
delito, según la sentencia aquí recurrida, podría ser calificado de Cohecho, presunta
infracción, ésta, a la que, desde luego, no se le advierte ni puede serle atribuida
conexidad alguna (tal y como se señalaba en tal última resolución), con el delito de
Tráfico de Drogas, que se venía investigando.
Sin embargo en aquella resolución la instructora afirmaba que "a la vista de que
estamos ante un delito distinto, si bien cuya instrucción ha de llevarse a cabo dentro de
la de referencia por conexidad, se entiende preciso dictar el presente auto de oficio".
Por otra parte conviene también añadir, como hace la sentencia del TC 156/2007
de 2 de julio, que esa exigencia de preexistencia de unas pautas generales de
atribución competencial, que permitan determinar, en cada supuesto, cuál es el
Juzgado o Tribunal que ha de conocer del litigio, tiene como fundamento
salvaguardar así la garantía de independencia e imparcialidad de los Jueces que
conforma el interés directo preservado por aquel derecho
1.- En efecto, conviene recordar aquí la doctrina del TEDH en el denominado caso
VERA FERNÁNDEZ-HUIDOBRO c. ESPAÑA (sentencia de 6 de Enero de 2010). En
ese asunto se planteó cuales debían ser las consecuencias de la falta de imparcialidad
constatada del Juez de Instrucción Central nº 5 que como tal había intervenido en la
causa que culminó con la condena de aquel ciudadano.
El TEDH insiste en que, en la medida en que los actos llevados a cabo por el
Juez de Instrucción influyen directa e inevitablemente sobre el desarrollo y, por
tanto, sobre la equidad del procedimiento posterior incluido el proceso
propiamente dicho , el Tribunal considera que, aunque algunas de las
garantías procésales contempladas por el artículo 6 § 1 del Convenio pueden no
aplicarse en la fase de instrucción, las exigencias del derecho a un proceso
equitativo en su sentido más amplio, implican necesariamente que el Juez de
Instrucción sea imparcial (ver, mutatis mutandis, subrayado, por otro lado, la
importancia de la fase de la investigación para la preparación del proceso, en la medida
en que las pruebas obtenidas durante esta fase determinan el marco en el cual, la
infracción imputada será examinada en el proceso e
La pregunta produce evidente agobio. Porque mal podría soportarse ver condenado,
no solamente al acusado, sino a quien contribuyó a su condena con la actividad
investigadora determinante de la misma.