Bosquejo Prédica Cristiana

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BOSQUEJO PRÉDICA 15 DE NOVIEMBRE

PASTOR JESÚS ROA

Presentado a: Prof. Gloria Cruz de Ewert

Presentado por: Carolina Rincón Jurado

Bucaramanga, 15 de noviembre de 2020


Titulo del Mensaje:

SERIE CONTAGIADOS. “LA DEPRESIÓN”

Texto Base: Salmo 6:3

Angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, SEÑOR, hasta cuándo?

Introducción:

Cuando tenemos miedo, en una mano tenemos la oración y en la otra, la fe.

Si bien en ocasiones la depresión es consecuencia del pecado, no siempre lo es, y


se puede presentar en un cristiano.

El enemigo quiere que nos deprimamos y de paso desdibujemos la imagen que


debemos tener de Dios,

Jeremías 8:18

La aflicción me abruma; mi corazón desfallece.

I. ¿Qué es la depresión

 Es una situación psicológica común en esta época y que puede pasarles


también a los hijos de Dios.
 Es algo contagioso, pues una persona deprimida, puede hacer que otros se
sientan igual.
 Pensar en quitarse la vida es un pensamiento de cobardía, pues el Señor
nos puede levantar de esta situación.

2 Timoteo 1:7

Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía sino de poder, de amor


y de dominio propio.

II. Qué hace la depresión en nosotros

 Hace que prestemos más atención a las emociones que a lo que Dios
puede hacer en nosotros.
1 Reyes 19

Elías derrotó a los profetas que se levantaron contra él en el monte


Carmelo, con la ayuda y respaldo del Señor, pero luego se sintió deprimido.

Posiblemente tenía cansancio y agotamiento, lo cual puede causar


depresión.
 Prestamos más atención a las circunstancias que a lo que Dios ha dicho en
su Palabra.
 Hace que agrandemos o distorsionemos la realidad
 No debemos compararnos con otros: Dios hace la obra individualmente
 Nos lleva a sentimientos de culpa.
 Nos lleva a creer que el problema es más grande de lo que es.
Elías dijo “me quiero morir”

La depresión nos puede desenfocar, pero debemos tener en cuenta que a


Dios no lo podemos medir por una circunstancia o por un momento que
estemos viviendo, pues nada se escapa a su control.

Moisés, Elías y Jeremías se deprimieron.

¿Qué debemos atesorar? Salmo 42: 5-6

¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré


mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

En Dios ponemos nuestra esperanza y lo alabamos: fe y alabanza.

¿Por qué nos inquietamos o tenemos angustia? Dios interviene en cada


situación de nuestras vidas. Debemos depositar nuestra esperanza en Él.

III. Remedio de Dios para la depresión

 No descuide sus necesidades físicas y espirituales.

1 Reyes 19: 5-6


Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido.
De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come». 6 Elías miró a su
alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes y un
jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse.

NECESIDADES FÍSICAS Y ESPIRITUALES:

- Comer bien pero no desmesuradamente.

- Dormir bien

- Descansar

- Orar, leer su Palabra y buscar de Él.

 No cargues con nada. Entrégale todo a Dios.

No debemos llevar nuestras cargas, sino debemos ponerlas ante Él:


resentimientos, culpabilidad, enojo o ira.

 Pide perdón y abandona el pecado.

El enemigo nos quiere hacer creer que somos incapaces de abandonar el


pecado.

 Ten cuidado con los pensamientos.

2 Corintios 10:5

Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento


de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.

Los pensamientos son como los pájaros revoloteando sobre nuestra


cabeza, esperando que les permitamos hacer nido.

Todo pensamiento se debe apoyar en la Palabra de Dios.

Ejemplos de malos pensamientos y cómo la Palabra de Dios los refuta:

NUNCA PODRÉ SALIR DE ESTO: Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien


los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar
y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”
NO TENGO UN LUGAR SEGURO: Salmos 18:2

El SEÑOR es mi roca, mi amparo, mi libertador;  es mi Dios, el peñasco en


que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva ¡mi más alto escondite.

Aplicación: 

Jesús en el Getsemaní. Mateo 26: Nuestro Señor les dijo a sus discípulos que iba
a orar porque estaba angustiado.

Santiago 5: 13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de
buen ánimo? Que cante alabanzas.

Conclusión: 

La depresión y la angustia en su gran mayoría son problemas espirituales. Me


desenfoca de la Palabra de Dios y de la confianza que debo tener en el Señor.
Debemos orar, acercarnos a Dios, conocer su Palabra y sus promesas, depositar
nuestras cargas en Él.
El Señor todo lo sabe: nuestras tristezas y necesidades. A través de su ministerio
nos hizo entender que después del sufrimiento, el Padre le tenía preparada la
gloria.
Salmo 40: 1-2
Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.

Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una
roca, y me plantó en terreno firme.

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