Edificio Gran Vía 53 55 57 59

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EDIFICIO LOS SOTANOS – GRAN VÍA, 53, 55, 57&59

Estamos ante el mayor edificio de la Gran Vía. En su lugar se encontraban la iglesia del
Sagrado Corazón y San Francisco de Borja y la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, que
en un principio, cuando aún estaba prevista una anchura para este tramo de 25m iban a
conservarse. Finalmente, al decidirse que la anchura igualase los 35m del tramo II, al estar
ya edificado el Palacio de la Prensa, la alineación se retranqueo en la acera de los impares,
lo que acarreo la desaparición de ambos edificios religiosos, tras duras batallas legales y el
incendio provocado que tuvo lugar en mayo 1931, durante el lamentable episodio de la
quema de conventos.
El solar resultante fue adquirido por la Compañía Inmobiliaria Metropolitana constituida en
1918, con la intención de construir un gran edificio de uso principalmente hoteleros. El
proyecto fue elaborado por los arquitectos Joaquín y Julián Otamendi, sobre un solar que
presentaba tres fachadas, la principal, con 258 m dando a Gran Vía y las dos restantes a las
calles San Bernardo e Isabel la Católica. Se planeaba la construcción de dos hoteles; el
Emperador, aún existente, situado en la esquina de la calle San Bernardo, con 250
habitaciones, zonas comunes con una elegante decoración que incluía una serie de paneles
pintados por el pintor Sáez de Tejada, y una piscina en su terraza, algo verdaderamente
inusual para la época.
 Lamentablemente nada queda de aquella decoración. En el proyecto original la entrada al
hotel, que ahora se realiza por la esquina con la calle San Bernardo, estaba situada en la
Gran Vía, entrando por el chaflán a las tiendas como puede verse en la planta original.
Ahora la entrada al hotel se realiza por el chaflán. El segundo hotel, de menor categoría,
estaba planeado en la esquina con la calle Isabel la Católica, un inmueble que también
contaría con 200 apartamentos, oficinas y locales comerciales.
El aparcamiento previsto inicialmente en el sótano se descaró para construir un innovador
centro comercial con gran número de locales comerciales que se llamó Los Sótanos con
acceso en un principio por la Gran Vía y desde 1956 también por la calle San Bernardo.
El teatro Lope de Vega, con capacidad para 1.350 espectadores ocupó el centro de la gran
manzana, convirtiéndose desde el principio en uno de los teatros más importantes de la
capital de España. Su elegante decoración fue llevada a cabo por lola empresa Hermanos
Arregui S. L. decoradores igualmente del cine Rialto, la tienda de Loewe del tramo I y la
desaparecida cafetería Fuencisla.
La fachada alterna paños revestidos de granito, con otros paños de ladrillo visto con huecos
de ventana, balcones y miradores volados de corte racionalista. Todo ello sobre apoyado
sobre un basamento de granito, en el que los sucesivos portales son distintos aunque dentro
del mimo estilo.

El considerable tamaño del conjunto hizo que en él se instalaran gran número de comercios,
como la compañía aérea KLM, Celso García, Ricardo Marinas, o la cafetería Nebraska
entre otros. El conjunto es una excelente muestra del eclecticismo tan característico de sus
arquitectos, que conserva un gran empaque, pese a las modificaciones sufridas a lo largo de
su existencia.

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