Cambio Paradigma Cultural

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CAMBIO DE PARADIGMA CULTURAL


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Puntos cardinales

ÍNDICE

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Puntos Cardinales

I. MAPA DE RUTA

II. CAMBIO DE PARADIGMA CULTURAL

Prefacio
Cambio Cultural
Información, comunicación y conocimiento
Cultura de información
Cultura de comunicación
Cultura de conocimiento

III. RE-EVOLUCIÓN EDUCATIVA

Sistema educativo anacrónico.


Los secretos de la creatividad
De las inteligencias a la educación personalizada
La manera disruptiva de aprender
No me molestes mama, estoy aprendiendo.
La escuela del mañana
Educar a los ciudadanos del Siglo XXI.

IV. LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

Los motores del cambio


La esfera económica
La economía es, ante todo, un asunto humano.
La democracia: el gran debate del Siglo XXI
La sociedad del mañana

PUNTOS CARDINALES

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I. La SOCIEDAD supone un fenómeno de conciencia intra-individual completado por
otro inter-individual: es ese conocerse y reconocerse en los demás, lo que permite
la cooperación en razón de fines y lo que implica la unidad. La sociedad, entonces
se nos aparece como un término complejo de tantas dimensiones cuantas
características tiene el hombre.

II. El hombre por su propia naturaleza es un ser social, un ser que tiene que convivir,
como tiene que hacerlo muchas especies superiores en la escala biológica, cuando
reflexiona sobre su condición natural, social y de CONVIVENCIA, y sobre este
hecho natural inserta sus fines y sus valores está cultivando su naturaleza social y
entonces ésta se convierte en cultura política. Por eso la Cultura en forma expresa
y constitucional, es el fin, la culminación del proceso democrático.

III. Un PROYECTO SOCIAL, es un proyecto de vida, de convivencia total, es una


empresa común en la que la entidad básica del proceso es el individuo, con sus
deseos y sus temores, su razón y sus pasiones, su disposición para el bien y para el
mal. En la invitación para ejecutar esa empresa, el hombre tiene que encontrar
principios de acción y de decisión que reemplacen los principios del instinto.
Tienen que buscar un marco de orientación que le permita organizar una imagen
congruente del mundo como condición para obrar razonablemente.

IV. Las principales NORMAS Y VALORES que sustentamos en nuestro sistema político,
persiguen resolver las contradicciones universales entre poder y derecho, entre
igualdad y libertad, entre sociedad e individuo; son los objetivos del proyecto
nacional expresado en nuestra Carta Magna: construir una sociedad en la que el
individuo, su desarrollo y felicidad constituyan el fin y el

A. COORDENADAS DE LA NORMATIVIDAD DE LA CULTURA

Desde hace años se viene discutiendo la noción de Cultura y el papel que desempeña en
múltiples aspectos del Desarrollo Humano. La UNESCO ha sido precursora en delimitar los
términos de este debate.

A finales de los ochenta del siglo pasado lanzo un programa -PNUD- para promover el
reconocimiento de la “dimensión cultural del desarrollo”. La búsqueda de otros criterios
llevó elaborar en 1989 la noción de Desarrollo Humano. La Cultura aparece implícita en
esta noción, pero no explícitamente formulada.

Para dar respuesta a esta ausencia se creó una Comisión Mundial. Había llegado el
momento de hacer por la “cultura y el desarrollo” lo que años antes se habías hecho por

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el “medio ambiente y el desarrollo”. Se consideraba que era necesario consolidar un
nuevo paradigma de desarrollo que vaya más allá del crecimiento del producto interno
bruto.

La Cultura como variable fundamental para explicar las distintas pautas del cambio y
como factor esencial, cuando no la esencia misma del desarrollo sostenible.

Significa que la dimensión cultural debe ser reconocida como tal en la planeación del
desarrollo y que, de una manera general, los aspectos cualitativos, característicos de los
fenómenos culturales se han convertido en un factor que se tiene en cuenta cuando se
toman las decisiones a la hora de elaborar un Plan.

Así se explica la importancia de los instrumentos de planificación cultural como los


indicadores socioculturales y los métodos de evaluación de las acciones culturales.
Aumentar las capacidades y posibilidades de los seres humanos debe necesariamente
arraigarse en la ética y en los valores que conforman las pautas de comportamiento
cotidiano.

Esta dimensión es la que viene delimitada por la Cultura en tanto que “manera de vivir
juntos”: las funciones, relaciones y vínculos socialmente definidos.

Una primera línea de las coordenadas, es que: La Cultura en forma expresa y


constitucional es el fin, la culminación del proceso democrático.

Una segunda recta, a saber, que: Las cuestiones de desarrollo no pueden divorciarse de
cuestiones de orden ético, normas y valores. Los Derechos Culturales son esenciales
para la dignidad humana.

Un tercer punto, que: Cultura y desarrollo significa comprender y analizar las


posibilidades de opción que resultan de distintas formas de convivencia, de estilos de
vida, por medio de las cuales una persona o grupo expresa su humanidad y los
significados que da a su existencia y perfeccionamiento.

Una cuarta línea, es que: la institucionalización de la Cultura obedece a necesidades de


orientación, distribución de competencias, coordinación, planeación concertada y
evaluación.

B. EJES DEL NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO CULTURAL

Eje 1. Fundamento del “sistema de vida”


En el “sistema de vida”, el mantenimiento de pautas lo atiende principalmente las familias
y núcleos domésticos, que son los elementos de la sociedad ocupados de la crianza de los
niños, la reposición de la fuerza de trabajo y la preservación del grupo de parentesco.

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Cuando de la CONVIVENCIA surge no sólo el aprovechamiento de la fuerza para subsistir y
para perpetuarse, sino además para perfeccionarse, en la búsqueda de la perfección
como propósito orientado, estamos encontrando ya, esa inserción cultural que convierte a
la convivencia en COMUNIDAD POLÍTICA, y así la política se torna en una categoría
cultural de tal manera importante que es condición de perfección.

Nuestra democracia política, social y cultural es la respuesta al carácter nacional, al ethos


cultural de la nación, a la personalidad del pueblo mexicano, distinto al de otras naciones
que es el resultado complejo de mezclas raciales, adaptaciones lingüísticas, creencias
religiosas y situaciones geográficas e históricas.

Eje 2. Geografía en el tiempo

Las ciudades y los espacios locales son un marco privilegiado de la elaboración cultural en
constante evolución y constituyen los ámbitos de la diversidad creativa, donde la
perspectiva del encuentro de todo aquello que es diferente y distinto hace posible la
adaptación al medio ambiente y a sus cambios, es decir, el Desarrollo Humano.

El diálogo entre identidad y diversidad, individuo y colectividad, se revela como la


herramienta necesaria para garantizar tanto una ciudadanía cultural como la
supervivencia de la diversidad lingüística y el desarrollo de las culturas locales.

La convivencia en el espacio social implica un acuerdo de responsabilidad conjunta entre


ciudadanía, sociedad civil y gobiernos locales. El ordenamiento jurídico resulta
fundamental pero no puede ser la única regulación de la convivencia en las ciudades.
Como afirma la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 29:

“Toda persona tiene deberes respecto de la comunidad, puesto que sólo en ella puede
desarrollar libre y plenamente su personalidad”

La Cultura adopta formas distintas a través del tiempo, que siempre responden a modelos
dinámicos de relación entre sociedad y territorio. Una sociedad exitosa es aquella que
gracias a lo que ha aprendido en el pasado no se halla del todo sometida al presente.
Gracias a lo que todavía puede aprender, no se está del todo sometida al pasado.

La acción recíproca entre su presente y su pasado da forma a sus reajustes internos,


como respuesta a nuevos desafíos, es decir, adaptarse al medio ambiente y a sus cambios.

Eje 3. Democracia Cultural

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Para nosotros el concepto de democracia no se agota en las meras definiciones políticas,
que tienen su origen en ideologías políticas perfectamente definidas. La democracia es
vivir todos los días con la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir sus VALORES.

De ahí que la democracia no se agota en el proceso electoral. Ahí apenas se inicia su


obligatoriedad. La democracia es mucho más que votar. Ella es una afirmación de la
libertad política, del derecho a participar en la determinación y en el logro de los objetivos
que el sistema ha aceptado o se ha fijado a sí mismo.

Pero el concepto de Democracia Cultural, va mucho más allá, es la búsqueda de la justicia


social en libertad, y el supuesto de la justicia es la igualdad y dignidad de los hombres.

Nuestra democracia social constituye un proyecto nacional de ajuste dinámico en una


sociedad compleja, distinta, contradictoria y plural.

El artículo tercero constitucional da contenido a la fórmula de una democracia en la que


hemos tenido que vivir en lento proceso de aprendizaje que ya dura dos siglos.

Esta fórmula le da un contenido sustancial y una obligatoriedad a un Estado que aprende


por el propio desgarramiento de su historia, a convertirse en un Estado de servicio.

Tiene más contenido que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, que es
formal, porque está entrañando que no se trata sólo de construir una igualdad de
oportunidades, válido para sociedades potencialmente iguales, sino un catálogo de
igualdad, de seguridad, que es la angustia de una sociedad que, como la nuestra, tiene
una gestación más complicada, que nos impide establecer y restablecer fórmulas sencillas.

Eje 4. Integración social

El concepto de integración social, no supone anularse en la uniformidad o una forzada


homologación o asimilación; es más bien expresión de la convergencia de una multiforme
variedad en un territorio y por ello se convierte en signo de riqueza y promesa de
desarrollo.

El diálogo lleva a reconocer la riqueza de la diversidad y dispone los ánimos a la recíproca


aceptación, en la perspectiva de una auténtica colaboración que responde a la originaria
vocación de la integración.

Los prerrequisitos funcionales en cualquier sistema social -mantenimiento y reproducción


de pautas básicas, adaptación al ambiente, el logro de objetivos- son integrados por un
subsistema, en un conjunto coherente y coordinado.
La función integradora la llevan a cabo fundamentalmente los subsistemas de la Cultura,
incluyendo las instituciones sociales de educación pública, la religión y la comunicación de
masas.

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La esencia de la política es la firme coordinación de los esfuerzos y expectativas humanas
para el logro de los objetivos de la sociedad. Ésta puede “reestructurar” sus objetivos
mediante la interacción con la información proveniente de su pasado, acumulada en
mecanismos mnémicos especiales.

Cuando se pierde toda memoria y dejan de ser eficaces la información y las preferencias
pasadas, ya no estamos frente a un grupo social con autodeterminación, sino a un
autómata auto conductivo.

Para que una sociedad o comunidad pueda autoconducirse, debe continuar recibiendo un
flujo completo de información acerca del mundo exterior, sobre el pasado y sobre sí
misma. Una prueba del “funcionamiento” sería la capacidad de aprender, es decir, de
producir reordenamientos internos en la sociedad o comunidad, de modo que ocurran
cambios en su comportamiento.

El crecimiento en los organismos y en las civilizaciones debería medirse por su aumento


en autodeterminación, y no por sus progresos en cuanto a tamaño o complejidad del
“aparato”. Integridad significa, por lo tanto, el funcionamiento no deteriorado de los
procesos de autodeterminación: la Cultura y la Comunicación social.

El “aparato” es un sistema de creencias, para cambiar el estado de las cosas, hay que creer
en algo más grande, desarrollar una visión, sin olvidar la parte más difícil y oscura, la
confusión inherente a todo cambio de paradigma, la crisis que se produce cuando lo viejo
no acaba de morir y lo nuevo acaba de nacer.

Es importante señalar, como exégesis del documento, que es imposible lograr un cambio
de paradigma desde el mismo lugar que fue creado. Es necesario movernos del terreno de
las razones políticas, para entrar al reino del SER, a un movimiento de conciencia, a la
entrada a otra dimensión: la del aquí y ahora, libres e independientes…el PODER
CIUDADANO.

MAPA DE RUTA

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¿QUÉ PROBLEMAS VAMOS A RESOLVER?

1. El derecho de toda persona al acceso a la cultura

La primera y principal tarea, para ejecutar el mandato del artículo cuarto constitucional
del derecho a la cultura, es reformular lo que entendemos cómo “un sistema de vida
fundado en el constante mejoramiento, económico, social y cultural del pueblo”,
consignado en el artículo tercero constitucional fracción II a).

Es necesario, para abarcar el desarrollo humano en su globalidad, construir un nuevo


paradigma que nos conduzca a un concepto de desarrollo cultural que se abra en sí y por
sí, hacia todas las dimensiones, haciendo ver que “la cultura como valor trascendente, es
la base fundamental del desarrollo integral de las personas y la convivencia social”.

Una cultura no es una visión del mundo, una ideología o un libro sagrado, es la asociación
de técnicas de utilización de recursos naturales, modos de integración a una colectividad y
referencias a una concepción del Sujeto, religiosa o humanista. No es un bloque de
creencias y prácticas, y por tanto puede transformarse cuando se modifica uno de sus tres
componentes principales.

En un mundo atravesado por intercambios culturales intensos, no hay democracia sin


reconocimiento de la diversidad entre las culturas y las relaciones de dominación que
existen entre ellas. El Estado tiene una composición pluricultural, esta liberación debe
asociarse a la búsqueda de la comunicación, que supone a la vez la aceptación de la
diversidad y el recurso a un principio de unidad: un código cultural.

La dificultad de construir un sistema de convivencia multicultural es la que enfrenta toda


democracia: es preciso combinar un movimiento liberador, siempre cargado de rechazo,
con el reconocimiento del otro y el pluralismo. Por eso es importante que el conocerse y
reconocerse sea perfeccionado, para que los hombres tengan claridad con respecto a los
fines comunes que se proponen. De ahí el rol de la comunicación.

La democracia cultural lucha por una parte para permitir que la mayor cantidad de
culturas hagan uso de las técnicas y los medios de comunicación; por la otra, para
restablecer la autonomía de culturas que sólo pueden ser creadoras si son producto de
una colectividad real. Es el fortalecimiento de los movimientos culturales, y el apoyo que
pueden darles los medios de comunicación, lo que mejor permite la penetración de las
demandas sociales en el campo político, y por lo tanto la reconstrucción de la democracia.
De la democracia -política, social, cultural- la acción desciende de la cima a la base, se
descentraliza y al mismo tiempo reduce la distancia entre los actores sociales y los agentes
políticos. Lo que un sano sentido común nos sugiere, como meta ideal de la sociedad

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desde el punto de vista de su potencial cultural, es centrarnos en edificar una sociedad en
la que el individuo, su desarrollo y felicidad constituyan el fin y el propósito de la
Cultura.

2. El derecho de toda persona al disfrute de los bienes y servicios culturales que


presta el Estado.

La declaración universal de los Derechos Humanos estipula que toda persona tiene
derecho a gozar de las artes. El artículo cuarto constitucional dispone que “el Estado
promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la
diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la
libertad creativa”.

Una de las finalidades del desarrollo humano es la participación en el quehacer cultural,


aceptado que este disfrute es un derecho inherente de toda persona y admitido que la
cultura es inserción de fines y valores, al entenderla como una prerrogativa social, se ha
de institucionalizar esa inserción, en consecuencia, el Estado está obligado a
implementar con criterio social, políticas para la promoción, fomento y conservación y
difusión cultural, fijar objetivos, crear estructuras y obtener los recursos para garantizar
que la cultura en forma expresa y constitucional sea el fin, la culminación del proceso
democrático.

En consecuencia, el Estado, en su función ordenadora de la convivencia humana, ejercerá


la acción que le compete para definir los límites dentro de los cuales ocurrirá el
intercambio cultural y las elecciones de los individuos -el Derecho como instrumento de
relaciones sociales-, la estructura jerárquica de las organizaciones, los modelos de
decisión y los mecanismos de control y evaluación.

3. El ejercicio de toda persona de sus Derechos Culturales

Los Derechos Culturales son los relacionados con la CULTURA, entendida en su amplia
dimensión: asociación de técnicas de utilización de recursos naturales, modos de
integración a una colectividad y referencias a una concepción del Sujeto, religiosa o
humanista

Son derechos promovidos para garantizar que las personas y las comunidades tengan
acceso a la cultura y puedan participar en aquella que sea de su elección.

Son fundamentalmente derechos humanos para asegurar el disfrute de la cultura y de sus


componentes en condiciones de igualdad, dignidad humana y no discriminación. La
UNESCO señala que las violaciones de los derechos culturales provocan tensiones y
conflictos de identidad que son una de las causas principales de la violencia.

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Convencidos de que en momentos en los que los instrumentos normativos de la materia
se han multiplicado sin que exista necesariamente coherencia entre ellos, proponer una
ley, como lo señala el artículo cuarto constitucional y revisar las leyes estatales, para
establecer los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación
cultural, parece lo más oportuno en estos tiempos de reconocimiento internacional de la
cultura como un aspecto central del desarrollo, dado que se trata de una esencia natural y
fundamental en la vida de los seres humanos.

4. Hacia la Sociedad del Conocimiento.

Cada sociedad cuenta con sus propios puntos fuertes en materia de conocimiento. Por
consiguiente, es necesario actuar para que los conocimientos de que son ya depositarias
las distintas sociedades se articulen con las nuevas formas de elaboración, adquisición y
difusión del saber valorizadas por el modelo de la economía del conocimiento.

La noción de sociedad de la información se basa en los progresos tecnológicos. En cambio,


el concepto de sociedades del conocimiento comprende dimensiones sociales, éticas y
políticas mucho más vastas. El hecho de que nos refiramos a sociedades, en plural, no se
debe al azar, sino a la intención de rechazar la unicidad de un modelo “listo para su uso”
que no tenga suficientemente en cuenta la diversidad cultural y lingüística, único
elemento que nos permite a todos reconocernos en los cambios que se están
produciendo actualmente.

El lenguaje, podemos definirlo como un sistema de signos vocales, es el sistema de


signos más importantes de la sociedad humana. Las objetivaciones comunes de la
convivencia se sustentan primariamente por la significación lingüística. La vida cotidiana,
es vida en el lenguaje que se comparte con los semejantes y por medio de él. Por lo tanto,
la comprensión del lenguaje es esencial para cualquier comprensión de la realidad de la
convivencia.

El lenguaje obliga a adaptarse a sus pautas. El lenguaje proporciona una posibilidad ya


hecha para las continuas objetivaciones que necesita la experiencia para desenvolvernos.
El lenguaje tiene una expansividad tan flexible como para permitir objetivar una gran
variedad de experiencias que salen al paso en el curso de la vida. El lenguaje también
tipifica experiencias, permitiéndome incluirlas en categorías amplias en cuyos términos
adquieren significado para uno y para los semejantes. A la vez que las tipifica, también las
vuelve anónimas.

El lenguaje es capaz de hacer presentes una diversidad de objetos que se hallan


ausentes del “aquí y ahora”. En cualquier momento puede actualizarse todo un mundo a
través del lenguaje. Este poder trascendente e integrador del lenguaje se conserva aun

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cuando, de hecho, yo ya no se está dialogando con otro. Aun “hablando conmigo mismo”.
En las relaciones sociales el lenguaje “hace presentes” no solo a los semejantes que están
físicamente ausentes en ese momento, sino también a los del pasado recordado o
reconstruido, como también a otros proyectados hacia el futuro como figuras imaginarias.

Al nivel del simbolismo, la significación lingüística alcanza su máxima separación del “aquí
y ahora” de la convivencia, y el lenguaje asciende a regiones que son inaccesibles a la
experiencia cotidiana no solo de facto sino también a priori. El lenguaje construye
entonces enormes edificios de representación simbólica que parecen dominar la realidad
de la v c como gigantescas presencias de otro mundo.

El lenguaje elabora esquemas clasificadores para diferenciar los objetos según su


“genero”. Dentro de los campos semánticos así formados se posibilita la objetivación,
retención y acumulación de la experiencia biográfica e histórica.

Los campos semánticos determinan que habrá que retener y que habrá que “olvidar” de la
experiencia total tanto del individuo como de la sociedad.

En virtud de esta acumulación se forma un ACOPIO SOCIAL DE CONOCIMIENTO, que se


transmite de generación en generación y está al alcance del individuo en la vida
cotidiana. Mi interacción con los otros en la convivencia resulta, pues, afectada
constantemente por nuestra participación común en ese acopio social del conocimiento
que está a nuestro alcance.

¿CÓMO RESOLVER LOS PROBLEMAS?

La primera condición es: Cambio de Paradigma Cultural

La cultura es el ámbito básico donde una sociedad genera valores y los transmite
generacionalmente. El trabajo para promoverlos y difundirlos sistemáticamente puede
claramente ayudar al desarrollo además de contribuir al perfil de un proyecto de sociedad.

Las culturas, se caracterizan siempre por algunos elementos estables y duraderos y por
otros dinámicos y contingentes. En la mayor parte de los casos se desarrollan sobre
territorios cuyos elementos geográficos, históricos y étnicos se entrelazan de modo
original e irrepetible. Ser hombre significa necesariamente existir en una determinada
cultura.

De manera análoga a lo que sucede en la persona, que se realiza a través de la apertura


acogedora al otro y la generosa donación de sí misma, las culturas, elaborada por los
hombres y al servicio de los mismos, se modelan también con los dinamismos típicos del

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cambio, este, surge como una exigencia intrínseca de la naturaleza misma del hombre y
de las culturas, sobre la base de la fundamental integración de la sociedad.

Como expresiones históricas diversas y geniales de la integración de la sociedad, las


culturas encuentran en el cambio, la salvaguardia de su carácter peculiar y de la recíproca
comprensión del tiempo y el espacio y en el diálogo, la visión que tiene la misma cultura
de sí misma y la visión que una cultura tiene desde otra cultura.

El cambio cultural requiere, a través de un sistema de comunicación social, insertar


valores y combatir los antivalores de la sociedad con la finalidad de integrarla para lograr
la firme coordinación de los esfuerzos y expectativas que permita alcanzar los objetivos
del grupo.

La segunda condición es: Participación

En el problema que preocupa, que es la planeación y coordinación del quehacer cultural


del pueblo y su capacitación, frente al cual hay que superar la incomunicación, el fin
último que se busca es garantizar la participación de los sectores público, social y privado,
en la preservación del patrimonio cultural, la impartición de la educación artística, y el
impulso a la creación intelectual y las bellas artes, en un marco de libertad y pluralismo.

Para hacer operante nuestra democracia debemos esforzarnos cada vez más en la
participación y para ello, crear la condición básica: capacitar para participar, exigencia y
condición de una democracia que sea social y no se quede en el borde formal de las
oportunidades iguales.

Lo que se espera es la concurrencia en los actos del quehacer cultural, en aquellos actos
en los que tendremos que administrar el acceso y participación a cualquier manifestación
cultural, aquella que no se litiga, aquella que se otorga por mandato constitucional, en el
cual el imperativo es comunicar para transitar de la democracia política a la democracia
social y acceder a la cultura.

La comunicación, por tanto, es vital, es una condición necesaria para que se haga
verdadera, real y eficaz la participación. De ahí lo perentorio de su institucionalización que
debe ser un esfuerzo de coordinación y de aglutinamiento de todas las instancias estatales
que se dedican directa o indirectamente a ella.

Pero, junto con institucionalizar la comunicación, es preciso institucionalizar la acción


cultural del pueblo y gobierno, es decir, la cultura y la capacitación para participar;
definir las reglas del juego, las limitaciones que den forma a la interrelación humana en el
quehacer cultural, para asegurar la solidaridad de los elementos asociados y garantizar a
éstos una equitativa participación en el bienestar que nace de la convivencia misma.

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¿CUÁL ES LA FÓRMULA PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS?

1. Quitar y Poner.

Sin una imagen positiva de nuestro porvenir colectivo el presente no tiene sentido.
Tener una visión de futuro, una estrategia de comportamiento de adonde queremos ir,
tomar posición los grandes problemas, entender la naturaleza de lo que estamos
resolviendo, le da sentido a la vida.

El tener conciencia de la realidad conflictiva permite determinar criterios, principios y


superar los puntos neurálgicos, para que el Estado, en su función ordenadora de la
convivencia humana, ejerza la acción que le compete.

Primero combatir los antivalores de la sociedad. Nadie puede negar la existencia de


contrastes sociales, la corrupción, el problema de la alimentación, la concentración de la
riqueza, la inseguridad, la miseria, el desempleo, la violencia intrafamiliar, las
contradicciones en la seguridad social, entre otros fenómenos conflictivos.

Segundo, insertar valores. Los valores que han de condicionar nuestra convivencia son
múltiples y entre ellos es imposible no anunciar la solidaridad social, la comunicación,
nuestra concepción del orden y la buena fe, la crítica y la autocrítica. En momentos como
los que estamos viviendo la fraternidad, el esfuerzo compartido debe llegar a constituir
una autentica mística social.

2. El orden de los factores si altera el producto.

La democracia política hace posible la alternancia, un cambio de partido. La democracia


social, un cambio cultural: Una gestión de transformaciones, una Re-Evolución Educativa,
para producir capital social. Evolucionar de individuo a sujeto actor con proyecto de vida.
Diseñar círculos virtuosos: cerrar la puerta de entrada a los antivalores de la sociedad, y
abrir la puerta que conduce a un camino de inserción de valores y de oportunidades.

3. Lo anterior no se considera inútil. Se le amplía mediante cambios con rumbo fijo.

Mantener nuestra comprensión de la realidad abierta, como un decir inconcluso y no


acabado, enriquecerla y corregirla, no dejarse imponer pre-disponibilidades, pre-visiones y
pre-conocimientos por parte de las opiniones comunes sino hacer que la veracidad emerja
desde las cosas mismas: capacidad de discernir, sentido común y sabiduría, para lograr el
constante mejoramiento, económico, social y cultural del pueblo.

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 Primero, operar una transición de un concepto primario de cultura a una
concepción de Política de Estado, se ha de buscar, por consiguiente, perfeccionar
el quehacer cultural, apegado a la ética, y a las normas y valores;
 Segundo, construir la base de los nuevos escenarios de la gestión cultural, fincada
en una estructura viable y flexible; y
 Tercero, desarrollar una visión.

4. Aquí y Ahora

La física cuántica es la teoría más fundamental de la naturaleza, su substancia es la


INFORMACIÓN, en consecuencia, el componente esencial de la realidad sería la
información, no la materia o la energía.

La centralidad de la información en todos los fenómenos naturales y sociales sería el


reflejo de esta verdad más profunda. No se puede decir que algo exista o no, a no ser que
se realice una medición. Nuestra intervención con el mundo es fundamental para que
surja el propio mundo y no se puede hablar de él independientemente.

La manera como la gente se relaciona con el mundo y con sus experiencias, utilizando
signos y códigos va formando una especie de matriz, una configuración que le da sentido
interpretado a las experiencias de la vida, constituye una “Cultura de la Información”.

Al respecto, el artículo 7 de la declaración de Friburgo sobre los Derechos Culturales


(1988) dirigida a los actores de los tres sectores, público, civil y privado, reconoce que
toda persona, individual o colectivamente tiene derecho a recibir información libre y
pluralista, que contribuya al desarrollo pleno libre y concreto de su identidad cultural en
el respecto de los derechos del otro y de la diversidad cultural.

Precisamente por eso, es vital para nosotros, que existimos como población que nos han
contado cuentos de cuentos y de cuentos en toda la historia, decidir “vamos a contarnos
nosotros”, comenzar un proceso de empoderamiento que implique el reconocimiento de
la capacidad de la cultura para cambiar el curso del desarrollo humano, para orientar la
tarea de la “Re-evolución Yucateca”.

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CAMBIO DE PARADIGMA CULTURAL

"Es bueno que se vacíe la tierra y se aparten las aguas de los lugares bajos, a fin de que
éstos puedan ser cultivados. En ellos, la siembra será fecundada por el rocío del aire y
por la humedad subterránea. Los árboles crecerán, se cubrirán de flores y darán fruto y
esparcirán su semilla. De los frutos cosechados comerán los pobladores que han de
venir. Tendrán de este modo igual naturaleza que su comida. Nunca tendrá otra.
Morirán el día que llegaren a tenerla distinta. " Popol- Vuh

- Prefacio

Cuando abres los ojos por dentro, te das cuenta que la realidad es un espejismo donde las
formas están por encima del fondo, donde tener la razón es más importante que ser feliz,
donde el “deber ser” es más importante que el “ser uno”. Una visión del mundo nos hizo
ver la vida en blanco y negro, nos dividió entre buenos y malos. Una forma de pensar
antigua, que hoy ya luce vieja, oxidada, maltrecha y hasta olvidada.

Es el mundo de las apariencias, donde nos hicieron olvidar que somos seres luminosos con
tal de convertirnos en consumidores racionales. Nos educaron para comprar las medias
verdades del sistema de la doble moral, y comprar la mentira oficial y los miedos y las
culpas, y comprar la corrupción como forma de poder.

El sistema de la razón es tan sólo un conjunto de creencias impuestas a través del miedo.
Hay que sumergirse en una espiral mágica y profunda que ayude a tomar la gran decisión:
deshacerme del personaje para recuperar el SER. La vida es según como la miramos. Si
cambio la forma de ver las cosas, éstas cambian de forma. No es magia, es un acto de fe.
Estamos viviendo un cambio de paradigma.

Creer es crear al mismo tiempo. Creer es caminar hacia adelante. Crear el siguiente
escalón sobre el vacío. Es crear de la nada, otra realidad. Ser creadores es la misión de
nuestra naturaleza humana. Si crees que el mundo puede cambiar, lo estás cambiando. La
fe es conciencia y creación.

No es ver para creer como nos dijeron, es creer para ver. Y si vemos la realidad de afuera
tal y como lo estamos viviendo, es el resultado de ese viejo sistema de creencias. En lugar
de ayudarnos los unos a los otros, de amarnos los unos a los otros, nos hemos dedicado a
juzgarnos los unos a los otros.

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Nuestros antepasados predijeron lo que hoy está sucediendo. Pronosticaron la caída de
los sistemas de control basados en el miedo y el despertar de la conciencia colectiva.
Saben que pronto el mundo cambiará de dimensión y tiempo.

Entonces, por qué no preguntarles: ¿Qué hacer?, ¿Cuál es la salida? Es hora de escuchar
menos a los intelectuales y más a los sabios del tiempo.

Nos habían prohibido soñar e imaginar otra posibilidad de ser. Qué pasaría si los
ciudadanos ganábamos la libertad de elegir el rumbo. Es imposible lograr un cambio de
paradigma desde el mismo lugar que fue creado. Es necesario movernos del terreno de las
razones políticas, para entrar a esa otra dimensión: la del aquí y ahora.

El aparato es un sistema de creencias; para cambiar las cosas, hay que creer en algo más
grande. Desobedecer las razones del miedo y escuchar la verdad de nuestro interior y
recorrer la parte más difícil y oscura: La confusión inherente a todo cambio cultural. “La
crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”

El cambio debe ser de conciencia, no político. Ser ciudadanos libres e independientes que
ya no debemos seguir separados entre izquierda y derecha. El amor une, el miedo divide.
Creer que el espíritu está por encima de las razones que nos separan a los unos de los
otros. Entender que el cambio viene del interior de cada uno.

Estamos dejando atrás una época dominada por el razonamiento de que el tiempo es
dinero, y estamos entrando a la sincronización con el tiempo real, donde todos vibramos
al ritmo de la creación. Una de las partes básicas de la subsistencia del viejo sistema era
hacernos creer que los ciudadanos no teníamos poder. Este cambio de arquetipo es para
llegar al revés, a donde los ciudadanos seamos los que tengamos el poder de creación.

El principio del sistema de la razón es mantenernos desequilibrados. Al empezar a


equilibrarnos, al empezar a ser uno con uno mismo, empiezas a realmente interconectarte
en el punto donde tus pensamientos, tus acciones, tu visión de la vida ayuda y colabora a
transformar lo que es la realidad.

Cuando cada uno de nosotros entendamos que tenemos, el poder de CREER y CREAR, nos
vamos a dar cuenta que el paso entre el Yucatán que vivimos, que es consecuencia de lo
de ayer, y el Yucatán que queremos es un instante, es un aquí y un ahora.

La vida es simple: Creer es estar en foco, juzgar es estar desenfocado. Creer o juzgar, de
eso se trata el libre albedrío. Todos los niños nacen libres de razón. Ninguno nace con la
razón puesta. La razón acaba siendo como un impuesto que nos cobra la serpiente por
vivir en la Tierra. Lo hemos pagado durante siglos y siglos y siglos, nos ha llevado a tener
una sabiduría, eso es la serpiente, la sabiduría, como nunca antes en la historia.

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Cuando la noche está más oscura es porque está a punto de amanecer. La Re- Evolución
Yucateca ya esta creada. Sólo falta acabar de creerla.

- Cambio Cultural

En los albores del siglo XXI la humanidad cuenta con inmensas fuerzas productivas. Las
revoluciones tecnológicas en curso han alterado sustancialmente sus capacidades
potenciales de generar bienes y servicios.

Sin embargo, millones de personas carecen de lo más mínimo y viven en pobreza extrema.
Alcanzar la deseada meta del desarrollo es más viable que nunca en términos de
tecnologías y potencial productivo pero, al mismo tiempo, el objetivo se halla muy
distante de amplias poblaciones.

La aldea global en que se ha convertido el planeta, en donde las interrelaciones entre los
países y los mercados se multiplican continuamente, parece caracterizarse por una
explosión de complejidad, direcciones contradictorias de evolución, y altas dosis de
incertidumbre.

La mayor parte de las estructuras de la realidad actual, son difíciles de predecir en qué
sentido evolucionarán, y las lógicas tradicionales son impotentes para explicar su curso. En
lugar del fin de la historia, vaticinado por algunos que alegaron que al desaparecer el
mundo bipolar, la historia sería previsible y hasta “aburrida”, lo que tenemos ante
nuestros ojos es que de aquí en adelante el futuro se llama incertidumbre.

La idea del progreso indefinido está siendo suplantada por visiones que asignan un rol
mayor a las complejidades, las contradicciones, y las incertidumbres y buscan soluciones a
partir de integrar las mismas a las perspectivas de análisis de la realidad.

Hay una revalorización en el nuevo debate de aspectos no incluidos en el pensamiento


económico convencional. Se ha instalado una potente área de análisis en vertiginoso
crecimiento que gira en derredor de la idea de capital social. Uno de esos focos, con su
propia especificidad, es el reexamen de las relaciones entre cultura y desarrollo. La
Cultura ha pasado a ser el último aspecto inexplorado, para fomentar el desarrollo
económico.

Hay múltiples aspectos en la cultura de cada pueblo que pueden favorecer a su desarrollo,
es preciso descubrirlos, potenciarlos, y apoyarse en ellos, y hacer esto con seriedad
significa replantear la agenda de una manera que a la postre resultará más eficaz, porque
tomará en cuenta potencialidades de la realidad que son de su esencia y, que hasta ahora,
han sido generalmente ignoradas.

17
Otra perspectiva sobresaliente de la nueva discusión sobre el desarrollo, es la apelación
cada vez más generalizada a superar los enfoques reduccionistas y buscar, para captar la
complejidad, perspectivas integradoras de variables múltiples: El desarrollo sólo puede
encararse en forma integral.

Constituye un progreso considerable el nuevo énfasis puesto en los recursos humanos,


pero debe entenderse que el ser humano no es sólo un medio del desarrollo, sino, su fin
último.

“Las instituciones cuentan”, es el título de un reciente trabajo del Banco Mundial sobre la
materia. En el mismo, desarrolla en detalle la visión de que todo el tema de las
instituciones debe ser incorporado al análisis de las realidades económicas y el diseño de
políticas.

La teoría y la política del desarrollo deben incorporar los conceptos de cooperación,


confianza, etnicidad, identidad, comunidad y amistad, ya que estos elementos constituyen
el tejido social en que se basan la política y la economía. El enfoque limitado del mercado
está alterando el delicado equilibrio de estos factores y, por lo tanto, agravando las
tensiones culturales y el sentimiento de incertidumbre.

Las áreas económica, política y social están inextricablemente ligadas. Lo que suceda en
cada una va a condicionar severamente las otras. La visión puramente economicista del
desarrollo puede tropezar con bloqueos muy serios que surgen de las otras áreas, y así se
ha dado en la realidad.

No basta el crecimiento para solucionar la pobreza. Siendo absolutamente


imprescindible, el mismo puede quedar estacionado en ciertos sectores y no llegar a los
estratos sumergidos. Para que signifique bienestar colectivo, debe haber desarrollo social.
El análisis de las interrelaciones entre ambos resalta que son interdependientes: Sin
desarrollo social paralelo no habrá desarrollo económico satisfactorio.

El capital social y la cultura son componentes claves de estas interacciones. Las personas,
las familias, los grupos, son capital social y cultura por esencia. Son portadores de
actitudes de cooperación, valores, tradiciones, visiones de la realidad, que son su
identidad misma.

Si ello es ignorado, salteado, deteriorado, se inutilizarán importantes capacidades


aplicables al desarrollo, y se desatarán poderosas resistencias. Si, por el contrario, se
reconoce, explora, valora, y potencia su aporte, puede ser muy relevante y propiciar
círculos virtuosos con las otras dimensiones del desarrollo.

La cultura engloba valores, percepciones, imágenes, formas de expresión y de


comunicación, y muchísimos otros aspectos que definen la identidad de las personas, y de
las naciones.

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Los valores ponen las bases de la preocupación del uno por el otro más allá del solo
bienestar personal. Juegan un rol crítico en determinar si avanzarán las redes, las normas
y la confianza, los que tiene sus raíces en la cultura, fortalecidos o dificultados por esta
como el grado de solidaridad, altruismo, respeto, tolerancia, son esenciales para un
desarrollo sostenido.

La cultura incide marcadamente sobre el estilo de vida. Para los pobres los valores
propios son frecuentemente lo único que pueden afirmar. Los grupos desfavorecidos
tienen valores que les dan identidad. Su marginación puede ser totalmente lesiva a su
identidad y bloquear las mejores propuestas productivas. Su potenciación y afirmación
pueden desencadenar enormes potenciales de energía creativa

La cultura es, asimismo, un factor decisivo de cohesión social. En ella, las personas
pueden reconocerse mutuamente, cultivarse, crecer en conjunto, y desarrollar la
autoestima colectiva:

La cultura puede ser un instrumento formidable de progreso económico y social si se


asigna a los valores peso decisivo en el desarrollo.

La cultura es el ámbito básico donde una sociedad genera valores y los transmite
generacionalmente. El trabajo para promoverlos y difundirlos sistemáticamente puede
claramente ayudar al desarrollo, además de contribuir al perfil final de un proyecto de
sociedad.

Como expresiones históricas diversas y geniales de la integración de la sociedad, las


culturas encuentran en el cambio, la salvaguardia de su carácter peculiar y de la recíproca
comprensión del tiempo y el espacio.

El cambio cultural requiere insertar, a través de un sistema de comunicación social,


valores positivos y combatir valores negativos con la finalidad de cohesionar a la
sociedad para lograr la firme coordinación de los esfuerzos y expectativas que permita
alcanzar los objetivos del grupo.

La comunicación social permite transitar de la democracia política a la democracia social


y acceder a la cultura.

- Información, comunicación y conocimiento

En la construcción del vínculo social hay una componente tridimensional que está
formada por la información, la comunicación, y el conocimiento.
Las tres conforman una estructura inseparable que es como la molécula fundamental de
la dimensión simbólica de toda sociedad.

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Esa composición nos preexiste como estructura objetiva que independientemente de
nuestra voluntad o gusto, nos hace ser como somos, pero también puede estructurarse,
desarrollarse, cultivarse para modificar la condición de lo que somos y nos han hecho ser.

La forma social en que nos organizamos para generar el conocimiento queda inscrita en el
producto del conocimiento.

Hoy en día, el modo en que estamos organizados para producir conocimiento social es
rígido, vertical, lenta y generalmente autoritario; lo que hace falta es cambiar.

- Cultura de información

La cultura de información es la manera como la gente se relaciona con el mundo y con sus
experiencias, utilizando signos y códigos y se va formando una especie de matriz, una
configuración que le da sentido interpretado a las experiencias de la vida.

Cuando cultivamos nuestra cultura de información, podemos enseñorearnos con un


manejo relacional del mundo; y recordemos que nuestra especie es la única que vive de
cuentos, claro que no sólo de cuentos, pero sin cuentos no vivimos. Es decir, tenemos que
contarnos cuentos para poder sobrevivir:

En esos cuentos nos narramos el recuerdo, el presente y el futuro.

El ejercicio de la memoria y de los mundos posibles también está atado con el registro del
presente, sin cultivar la información con otros diferentes; esa capacidad de relacionarse
mediante signos y códigos con la vida, se vuelve cada vez más alejada de nuestra propia
determinación.

Existimos como poblaciones que nos han contado cuentos de cuentos y de cuentos en
toda la historia. Así “vamos a contarnos nosotros”, implica el reconocimiento de la
diferencia y la lucha contra la desigualdad o por la equidad.

Esta perspectiva tiene un fuerte componente de animación y cultura y de


empoderamiento social, que impacta directamente la forma en que usamos nuestra
capacidad para representar experiencias y cosas.

- Cultura de comunicación

En todas las especies sociales, la coordinación de acciones es lo que define la


comunicación (mediante reacciones bioquímicas, signos o textos). Por esa necesidad de
asociación que siempre tiene una configuración determinada, no podemos separar la
forma social en que nos organizamos para comunicarnos del producto de la comunicación
misma.

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En la cultura común de los mexicanos no hay mucho espacio para “dónde hacerse”
cuando confrontamos con los diferentes, porque la diferencia con los otros nos amenaza,
nos aterra. Razones puede haber muchas, pero podemos constatar que tenemos una
especie de tecnología instalada para transformar toda diferencia en desigualdad.

En nuestra cotidiana cultura de comunicación estamos acostumbrados casi


exclusivamente a ver para arriba o, bien, para abajo, no somos ni nos tratamos como
iguales, no conversamos, no nos escuchamos.

Desarrollar una cultura de comunicación no quiere decir hablar “correctamente”


impostando la voz, sino aprender a coordinarnos escuchando e integrando a todos los
diferentes que por definición siempre quedaban excluidos o “supuestos”; quiere decir:

Organizarnos para darnos cuenta de que no nos damos cuenta, darnos cuenta de que
determinadas formas sociales nos pautan desbalanceadamente la relación con otros.

No somos iguales, estamos afortunadamente llenos de diferencias, pero podemos


organizarnos para estar parejos, podemos conversar, y eso tiene efectos muy fuertes
tanto en la cognición como en la vida social.

Desarrollamos cultura de comunicación cuando somos capaces a través de la


conversación y la escucha de objetivar qué y cómo nos pautó para volver desigual toda
diferencia, por qué tenemos que hablarnos fatalmente de este modo: o te mando o me
mandas; o te manipulo o me manipulas; tú eres menos, yo soy más.

- Cultura de conocimiento

Qué falta en esta nueva sociedad del conocimiento.

¿Computadoras y redes de alta velocidad? La respuesta está en las TIC. La manera más
razonable de acceder al conocimiento mundial es a través de una computadora conectada
a la red de Internet.

Desde nuestra perspectiva, planteamos que toda tecnología de información y


comunicación es también e irrenunciablemente una tecnología de conocimiento (TICC);
no obstante, en nuestro país, casi siempre aparece amputado el conocimiento y nos
queda sólo la tecnología de información y comunicación (TIC).

El conocimiento que podemos generar de nuestro lado no importa, y así esas tecnologías
“salvadoras” se convierten en descomunales tecnologías de desconocimiento.

Sin embargo, cuando esas mismas tecnologías (TIC) las usamos dentro de un entorno y
una forma de organización colectiva en pequeñas entidades que operen como nodos

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activados en redes, entonces esas tecnologías de desconocimiento se pueden convertir en
Plataformas Generativas de Conocimiento.

La epistemología genética postula que nadie puede conocer la realidad de manera directa,
la realidad es incognoscible in toto, sólo recortamos objetos a partir de nuestros
esquemas de acción, llenos de interpretaciones que no vienen “incluidas” en lo que
conocemos.

Siempre las construye el interpretante en condiciones sociales concretas. La gente es


capaz de organizarse para coordinar mejor sus acciones a medida que desarrolla las
relaciones entre sus distintas experiencias con códigos de información.

Este efecto, cuando enfrenta problemas concretos, ayuda a entender de manera más
relacional las situaciones que aparecen como problemas significativos para una
comunidad. La información es una relación que establecemos entre experiencias y
códigos que en agregados modulares aparece como una configuración.

- Información no significa conocimiento, se puede estar muy informado y no saber que


hacer. Conocimiento no significa comprensión porque se puede tener conocimiento de
muchas cosas y no comprenderlas. Comprensión no significa sabiduría, el arte de vivir,
que empieza por borrar toda la información sobrante.

La información es una forma, un sistema de relaciones que imponemos irremisiblemente


a los objetos con los que interactuamos y que le da sentido a todo dato. Cuando
construimos relaciones entre diversas configuraciones de información entonces podemos
decir que conocemos.

El efecto de conocer algo está en que podemos entender por qué es así y no de otra
forma. Pero según nuestra idea, el efecto de denotar y mostrar junto con el de conocer y
entender está permanentemente pautado, desde el inicio, por la forma en que nos
organizamos para realizarlo, es decir, por la manera en que coordinamos nuestras
acciones (comunicación), dentro de la que generamos la información y el conocimiento.

El último paso, el desiderátum, la utopía como concepto límite de este proceso es la


construcción de márgenes de sabiduría, para que, al conocer, tengamos capacidad para
decidir mejor.

Precisamente porque escuchamos y entendemos, entre diversas opciones para primero


resolver problemas y situaciones concretas y, después, sin duda, también abstractas.

El conocimiento se convierte en sabiduría sólo si nos sirve cuando tenemos un problema


enfrente y tenemos la capacidad de discernir.

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Genera empoderamiento al cambiar la forma como nos organizamos (comunicación) para
“contarnos los cuentos” (información), acrecienta nuestra capacidad de recontarnos el
pasado, reorganizar el presente, y abrir otras posibilidades (conocimiento) para actuar y
decidir con sabiduría en el futuro.

Ese desarrollo incrementa nuestros grados de autodeterminación, esto implica, por un


lado, un crecimiento en los recursos y funciones que se relacionan con la cohesión social,
es decir, el desarrollo, el alcance, la velocidad y la eficacia de las comunicaciones internas,
tanto entre individuos como entre instituciones o partes de la sociedad o del sistema
político.

RE-EVOLUCIÓN EDUCATIVA

Siempre se ha expresado que podremos conformar nuestro futuro sólo si reconocemos


nuestro pasado y estamos conscientes de él. Debemos aprovechar la experiencia histórica
y tener siempre presente que la paz, la libertad y la democracia, el sistema social en que
vivimos, no son cosas obvias. Sabemos que en los últimos años hemos alcanzado grandes
logros, pero también sabemos que por la anhelada meta de vivir en un Estado
democrático muchos ciudadanos están pagando un alto precio.

La política tiene la tarea, en un mundo en transformación, de reaccionar con reformas


ante los cambios sociales. Esa tarea comprende también la defensa de los intereses de la
comunidad contra los fuertes intereses individuales, asumiendo así el papel de abogado
defensor y portavoz de toda la ciudadanía.

La justicia social es el fundamento emocional de la libertad y de la democracia. Como


demócratas, debemos ganar el apoyo ciudadano y convencer a la población de que los
derechos y obligaciones, los esfuerzos, los compromisos y un consenso duradero son
partes integrantes fundamentales de nuestra sociedad, son las condiciones básicas del
único orden político, la democracia, que puede garantizar la libertad.

Pero, ellas por sí solas no son suficientes. Al mismo tiempo debemos ofrecer perspectivas
y nuevas esperanzas a aquellos que consideran que su situación no tiene salida. Suena
quizá abstracto: ¿Dónde está la ayuda concreta para los individuos que, sin la solidaridad
de los demás, no pueden recuperarse de los golpes del destino?

Yucatán vive hoy un intenso proceso de integración a la vida económica moderna.


Estamos de frente al extraordinario reto de consolidar lo que hemos logrado e iniciar una
nueva etapa en este rumbo que con tanto esfuerzo hemos construido.

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El cambio más importante, es el cambio de actitud ante el futuro. Hoy somos un pueblo
con un sentimiento de éxito, de confianza en nosotros mismos y en lo que podemos
lograr; éste es el cambio fundamental que en los últimos años hemos alcanzado.

El desarrollo de toda sociedad implica ajustes, modificaciones en sus costumbres y


formas de convivencia, fortalecer su Identidad Cultural y preparar, Educar para que
todos puedan tener las mismas oportunidades.
Cambios en la familia; rectificación de instituciones y normas de vida, pero sobre todo
una diferente relación entre los gobernados y el gobierno y una nueva forma de
participación en la solución de los problemas comunes.

- Sistema educativo anacrónico.

La mayor parte de nuestros sistemas educativos están desfasados. Se crearon en el


pasado, en una época distinta, para responder a retos diferentes. Con el tiempo, se han
vuelto cada vez más limitados.

Elevar los estándares de educación no sirve de nada si los estándares en cuestión no son
válidos o son incorrectos. La educación desde la guardería hasta la formación de adultos,
tiene en líneas generales tres objetivos:

1. Económico: es innegable que una de las grandes expectativas que tenemos sobre
la educación es que, si alguien tiene estudios, estará mejor posición para conseguir
un trabajo, y la economía se beneficiará. Por eso invertimos tanto dinero en la
educación.

El problema es que las economías del mundo han cambiado diametralmente en los
últimos 50 años, han dado un vuelco y sin embargo los sistemas educativos no se han
movido un ápice sus objetivos.

2. Cultural una de las cosas que esperamos de la educación es que ayude a las
personas a comprender el mundo que los rodea y a desarrollar un sentimiento de
identidad cultural, una idea sobre su lugar en el mundo.

El problema es que el mundo se ha transformado culturalmente en los últimos 50 años.


No tiene nada que ver con el que crecimos. Cada vez es más interdependiente, complejo,
y también peligroso culturalmente en algunos aspectos, más intolerante en ciertas cosas.

3. Personal: una de las cosas que esperamos de la educación es que nos ayude a
convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos; que nos ayude a descubrir
nuestros talentos, nuestras destrezas.

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La educación ha fracasado estrepitosamente en ese sentido, muchos acaban sus estudios
sin descubrir lo que se les da bien, sin averiguar jamás sus talentos. También ha habido
cambios en nuestra noción de inteligencia. En el fondo tenemos una visión de las
aptitudes muy limitada.

Tenemos que enfrentarnos a retos que carecen de precedentes en toda la historia de la


humanidad. Hay que modificar la educación y replantearse la creatividad: retomar una
concepción de ella que nos devuelva la relación entre las disciplinas artísticas y científicas,
puesto que ambas salen perjudicadas de la separación.

A no ser que cambiemos nuestra manera de pensar en nosotros mismos, no estaremos a


la altura de los desafíos a los que nos enfrentamos.

- Los secretos de la creatividad

El sistema educativo tiene que cambiar, ser muy distinto, pero las personas tienen que ser
creativas. Hay dos grandes fuerzas en el mundo de hoy en día: la tecnología y la
demografía. La población ha crecido exponencialmente. Por el camino, con la tecnología,
evidentemente, hemos dañado el medio ambiente y destruido muchas otras especies:
hemos creado problemas sin precedentes.

La creatividad significa poner la imaginación a trabajar, es el proceso de tener ideas


nuevas que sean valiosas. Hemos creado nuestro mundo en un sentido literal, y también
hemos creado los problemas que han sobrevenido. Sin embargo, podemos recrearlo.

La creatividad se aprende igual que se aprende a leer. Descubrir tu pasión lo cambia todo,
es estar en tu elemento: hacer algo con lo que te sientas cómodo, que comprendes de
manera natural, como pez en el agua.

Lo primero realmente es elegir adecuadamente el medio, y luego conectar con la pasión


que se siente cuando se está en el elemento. Segundo, para ser creativo hay que hacer
algo, y esto significa que hay que trabajar con algo, hay que poder, con el tiempo,
controlar los materiales con los que trabajas, para obtener los efectos que te interesan y
seguir el camino que te fijes.

Todo el mundo tiene facultades creativas, y que se pueden desarrollar. Se puede enseñar
a la gente a ser más creativa y deberíamos hacerlo en la escuela, en el mundo empresarial
y en nuestra vida cotidiana. Todos tenemos talento si sabemos descubrirlo.

- De las inteligencias a la educación personalizada

La irrupción de nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de una manera distinta.

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La música es un talento y las matemáticas son inteligencia, pero ¿Por qué debemos llamar
inteligentes a las personas buenas con los números y solo talentosos a aquellos que
dominan el tono, la armonía, el timbre?

Si vas a la empresa, o a la formación, o a la política, se reconoce que quizás tengas un


coeficiente intelectual superior a la media. Pero si no sabes cómo comprender a los
demás, sino te entiendes a ti mismo, sino sabes abrirte camino en la calle, aunque tengas
el mayor IQ jamás observado, no serás inteligente en otras aéreas.

Si crees en una inteligencia única, lo que quieres decir es que tienes un solo ordenador en
el cráneo. Si ese ordenador funciona y es eficiente y rápido, no cometes muchos errores,
eres bueno en todo. En cambio, si funciona a trompicones, entras dentro de la media y, si
va lento y cometes muchos errores, es que eres estúpido.

La reivindicación de las inteligencias múltiples es que tenemos una serie de ordenadores


independientes, uno se encarga de la información musical, otro de la información
especial, otro de la información corporal. Por supuesto, no es un ordenador pequeño, no
tenemos una lata vacía en la testa, pero es un argumento que los cerebros son muy
diferentes y pensar que solo hacen una cosa no es correcto.

Puesto que todos somos distintos, hay que dar una formación distinta a cada uno. Y
ahora gracias a la revolución digital, eso es posible. La cuestión es descubrir cómo aprende
una persona, descubrir sus pasiones, que son muy importantes, y utilizar todos los
recursos humanos y tecnológicos que nos sirvan de ayuda.

Estamos solo en el principio, pero el software y el hardware son cada vez más versátiles, y
si quieres aprender algo no hay ningún motivo por el que todos tengan que aprender de la
misma manera. Cuanto más diversa sea la tecnología y cuanto mejor guía sea el maestro
más personas recibirán formación. Por supuesto, se trata de un ideal, pero estamos
mucho más cerca de ese ideal de los que habíamos estado nunca antes de la revolución
digital.

- La manera disruptiva de aprender

No podemos superar la crisis educativa con el modelo tradicional de aulas. En los últimos
10 o 20 años el sector educativo ha dejado de centrarse en el ACCESO y ha pasado a la
expectativa a la que todos los jóvenes tienen que prepararse para la economía y la
sociedad que intentamos forjar.

La hipótesis es que no podemos lograrlo, superar ese desafío con el modelo tradicional en
las aulas, es logísticamente imposible y financieramente insostenible; la buena noticia es
que la plataforma tecnológica de la que disponemos si nos permite hacerlo y además, de
formas inconcebibles en el pasado.

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En el sector de la industria innovar supone mejora continuamente los productos con
respecto a sus versiones anteriores a veces en este proceso gradual surge una innovación
radical que rompe con el paradigma anterior se trata de una innovación disruptiva algo
que obliga a cambiar los esquemas y adaptarse para no morir.

La innovación disruptiva ¿cómo se relaciona con el ámbito educativo?

El ámbito educativo depende de los entresijos políticos más que cualquier empresa o
industria sin duda; pero ese no es el quid de la cuestión, lo más importante es que el
modelo vigente del sector educativo está casi desvinculado de la realidad del Siglo XXI.

El futuro es digital y los que pueblan ahora las escuelas pertenecen a esa era. El sistema
educativo está en crisis por muchas razones y su modificación paulatina es demasiado
lenta para la difusión de las nuevas tecnologías que se están introduciendo en las aulas.

El cambio está rompiendo la jerarquía profesor alumno por un sistema más cooperativo
entre los estudiantes que trabajan en equipo y se supervisan entre sí bajo la mirada de los
profesores. La tendencia en educación es hacia la personalización.

La mayoría de niños, de jóvenes tendrán que adquirir destrezas que las generaciones
anteriores no tenían: asignaturas básicas, deberán saber cómo encontrar las cosas que
necesitan saber y luego tendrán que aprender a trabajar en equipo, practicar el arte de la
colaboración con desconocidos lo cual requiere un tipo distinto de educación.

La plataforma tecnológica nos permitirá rediseñar la educación de formas inconcebibles


en el pasado.

- No me molestes mama, estoy aprendiendo.

La antigua forma de enseñar es aburrida; la nueva se basa en que los chicos aprendan
solos. El profesor del siglo XXI ha de preparar a sus estudiantes para un futuro incierto. La
educación necesita una re-evolución.

Hay que centrarnos en ¿cómo podemos conseguir que nuestros alumnos estén más
implicados en su propio aprendizaje?, en ¿cual es el papel del profesor en el aula del Siglo
XXI? y en ¿cuál es la función de la tecnología en el proceso de aprendizaje del Siglo XXI?

Las innovaciones que vivirá el mundo educativo acabarán desmontando todo el sistema
que hoy en día forma a los ciudadanos en las escuelas. En este proceso, la tecnología, las
redes sociales o el video juego tendrán seguramente un papel importante, serán
herramientas valiosas para transmitir nuevas habilidades a los jóvenes, las que
verdaderamente necesitan para llegar a la vida laboral desenvolverse socialmente en
entornos cambiantes.

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¿Cuáles son los beneficios de los ordenadores, de los video juego? El video juego te
enseña a asumir riesgos, aprendes a actuar a partir de un feedback a tomar buenas
decisiones; tienen reglas las que nos proporcionan estructura y disciplina y unos objetivos
que nos dotan de motivación, sin darnos cuenta, nos proporcionan los resultados y las
consecuencias de nuestras acciones ayudándonos a aprender sin la práctica y la
repetición.

Los “nativos digitales” -los que nacieron con el video juego- (a los demás se les denomina
“inmigrantes digitales”) se calcula que pasan algo así como 5000 horas leyendo a lo largo
de toda su vida y quizás unas 10000 horas jugando a video juego, las consecuencias son
muchas pues leer conlleva que haya una historia, una lógica, mientras que el video juego
nos habla de interacción, respuestas rápidas, resolución de problemas.

Es importante que los padres entiendan esto. Un video juego no es más que un problema.
Y a los chicos les gusta resolver esos problemas. Es posible que los niños inviertan meses o
una hora en resolver el problema y cuando lo consiguen deberíamos felicitarlos ¡en lugar
de decirles que dejen de jugar!

¿Por qué los niños pasan tantas horas con el video juego? Bueno… porque es la época en
la que viven. Tienes que vivir tu tiempo y vivimos en una era de pantallas, Hoy en día,
muchas de las cosas que les interesan suceden en pantallas, grandes o pequeñas, lo que
sea. No siempre va a ser así: tenemos los hologramas y otras muchas cosas.

“Soy un niño, soy nuevo, en este mundo, ¿Qué hay de interesante por ahí? Ah, mira,
aquella pantalla, no halla…” Así son las cosas, parece muy interesante.

- La escuela del mañana

Los niños de hoy son probablemente la generación más sofisticada que jamás haya
existido. Todos al nacer somos esencialmente iguales, siempre hemos nacido igual. Pero
las condiciones y el entorno donde crecen ahora han cambiado y, por eso, los chicos
cambian como persona a medida que van madurando.

La diferencia más importante radica en que, como los medios de comunicación tienen un
alcance increíble en la actualidad, gracias al internet, a la televisión, a las conexiones vía
satélite, los niños están ante problemas y oportunidades para entender, conocer,
aprender y experimentar cosas que, cuando nosotros éramos chiquillos no estaban ahí.

No se han vuelto más sabios, pero si están más expuestos a más cosas y eso ha cambiado
su perspectiva del mundo.

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Los jóvenes de hoy se sienten cada vez más desconectados de la sociedad. Y esto sucede
porque la cultura y el mundo han cambiado muchísimo en una sola generación. La
sociedad siempre ha ido cambiando, pero últimamente ha cambiado exponencialmente, a
una velocidad sin parangón.

Esto ha abierto una brecha generacional realmente grande entre la juventud de hoy y
los ciudadanos adultos.

Lo que deberíamos hacer, y es el mayor reto que tenemos por delante, es cerrar esta
brecha, y asegurarnos de potenciar las capacidades de nuestros hijos para que sientan
que pueden ocupar un lugar positivo y constructivo en el mundo y que pueden volverse
ciudadanos activos para desarrollar el futuro.

La educación siempre se ha basado en enseñarles a los niños cosas que condujeran a


resultados. Siempre nos hemos centrado en el producto final. Y, por supuesto, en la
mayoría de los sistemas educativos el producto final equivalía tradicionalmente a las
calificaciones académicas.

Por tanto, el sistema se ha diseñado para garantizar que todos los niños consiguieran los
mismos objetivos académicos durante su trayectoria escolar, y los profesores se han
obsesionado con preparar a los niños para esas metas.

Como consecuencia de eso, en cierto modo hemos olvidado que lo bueno de la educación
está en realidad en la experiencia, en el momento, en la alegría de descubrir algo, en la
satisfacción de tener una pregunta y poder buscar una respuesta, y no necesariamente en
la propia respuesta.

Muchos niños y numerosos profesores en el sistema educativo se sienten frustrados


porque, por culpa de las presiones y la obsesión por los resultados, la magia del viaje se
ha disipado. Éste es el motivo por el que cada vez hay más niños que abandonan los
estudios enseguida que pueden, porque no ven en ellos ninguna pasión, ninguna emoción,
y es a raíz de esta fijación con el destino final que ignora la alegría de lo que pasa por el
camino.

¡Lo primero que tenemos que preguntarnos es por qué los profesores deciden ser
profesores! eligen dedicarse a la docencia porque les apasiona hacer algo por los niños.

Por eso se dice a menudo que la docencia es una vocación, un llamamiento, casi como el
deseo de hacerse cura. Y nace de una pasión, brota del corazón, surge de la convicción de
que, como persona, uno tiene la responsabilidad de hacer algo para cambiar las cosas,
para tomar a los jóvenes de la mano y conducirlos a un lugar mejor.

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Desgraciadamente, lo que ocurre después es que el sistema está tan ordenado, tan
reglamentado, tan centrado en los resultados específicos que, en cierto modo, perdemos
la pasión por culpa de la presión. Y esto provoca que la pasión no se les transmita a los
niños ni revierta en su experiencia de aprendizaje.

Es vital mantener la pasión de los profesores para que puedan vivir esa vocación, ese
deseo de capacitar y guiar y ayudar a los jóvenes de un modo expansivo. Si lo logramos,
¡entonces los niños también sentirán esa pasión! ¡Y de veras que así debe ser!

No en vano la mayoría de los que se consagran su vida a la educación lo hacen de hecho


porque les encanta el viaje, les encanta el descubrimiento, les encanta investigar y
descubrir cosas nuevas.

Muy poco ha cambiado los programas educativos en el último siglo. Las necesidades de un
adulto para vivir en sociedad no son las mismas que hace 50 años. Ni los tampoco las
condiciones de vida de los adolescentes. Ni las tecnologías que nos rodean a todos.

Por eso debemos transformar la educación del maestro, no nos sirven profesores que solo
destilen contenidos académicos en la mente de los alumnos, es importante que los
maestros aprendan a gestionar las emociones básicas y universales de sus educando. Se
necesita un cambio radical en la formación del educador, replantear la profesión del
docente.

La educación del Siglo XXI debe incidir en dos sentidos: en la educación del maestro y la
del alumno.

- Educar a los ciudadanos del Siglo XXI.

El antiguo modelo educativo ya no es válido en una sociedad basada en el conocimiento.


Es necesario replantear la noción de ciudadanía: los valores y las habilidades para
dialogar en un mundo cada vez más diverso e interdependiente, educar jóvenes de una
manera empática, sabia, compasiva, considerada y con discernimiento.

¿Hacia dónde debe evolucionar el sistema educativo para formar a ciudadanos capaces de
afrontar los retos del siglo XXI? Es necesaria la formación del maestro para que aprenda a
gestionar, regular, las emociones básicas de los alumnos, para que sean competentes en la
interacción cultural y en la responsabilidad no solo de nuestras acciones sino del bienestar
de los demás.

Porque somos animales sociales, la supervivencia individual, la felicidad del individuo


depende en gran medida del resto de la comunidad. El concepto básico de nosotros y ellos
ya no se mantiene, tenemos que considerar que todas las partes del mundo son parte
nuestra, debemos también desarrollar una actitud que considere al mundo entero como
parte de mi mismo.

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Nuestro panorama educativo debe lidiar con una multiplicidad de culturas y religiones que
juntas conviven en una sociedad en crisis de valores y crisis económica, lo cual produce un
mayor fracaso escolar.

Se necesita una nueva sicopedagogía, se propone un acercamiento distinto al problema


más allá del contenido de los temas o la defensa del profesorado, ha de apuntar al origen
del problema, el individuo, ayudar a los alumnos a entender y calmar sus estados
emocionales.

Hoy la sociedad es más compleja en consecuencia las aulas son más complejas. Nunca en
la historia de la humanidad existió un abismo tan grande entre dos generaciones.

Hoy, los niños y su entorno actual están expuestos a más cosas, son consumidores
sofisticados. Hoy, las necesidades de un adulto para vivir en sociedad no son las mismas
que hace cincuenta años. Hoy, un alto porcentaje de empleos necesitan conocimiento
especializado.

Ante una sociedad más compleja se necesitan aulas más complejas, aulas inteligentes, en
las que se imparte un tipo de educación en la que los alumnos piensen de forma global,
sin separar el conocimiento según asignaturas y a la vez desarrollen la capacidad para
analizar la realidad de una manera original única, crítica con las ideas establecidas.

Fomentar el trabajo en equipo y la solidaridad es tarea de la escuela del futuro. La idea


es que cada alumno se muestre participe de la sociedad, responsable de su entorno, que
sepa que puede y debe tener un papel activo a la hora de mejorar aquello con lo que no
esté de acuerdo. Los ciudadanos deben tener ganas de vivir en un mundo mejor.

Ahora mismo debemos construir la sociedad con mayor empatía, porque si las personas
entienden las circunstancias vitales de cada uno, pueda que sean más capaces de
compartir los recursos, tratarse con respeto y dignidad, y esto es en parte trabajo de los
medios de comunicación que son educadores, es trabajo de los políticos que necesitan
convertirse en educadores.

Necesitamos cambiar la formación de los docentes. Lo que se busca es que los alumnos:
No solo acumulen conocimientos, sino también desarrollar habilidades que permitan
crecer como hombres y mujeres plenas, capaces de afrontar los retos de la vida.

Nuestro trabajo es enseñar a los jóvenes que existe otro camino: aprendizaje de técnicas
dirigidas a manejar la interacción social y regular las emociones; al igual que aprendemos
historia o matemáticas, tomar conciencia de lo que sentimos y a administrar las
emociones así como los impulsos, hacer hincapié en la expresión respetuosa de los
sentimientos.

31
A un nivel primitivo, muy simple, existe una moral común, una moral innata. Tenemos más
cosas que nos unen, que cosas que nos dividen. Somos animales sociales, hemos
empezado a lo largo de la evolución a entender la necesidad imperiosa de tener vínculos,
sentirnos queridos.

Después de nacer, vivimos un largo período en que sobrevivir depende de otros. Por eso,
dentro de nosotros tenemos esa semilla social y empática. Porque nuestra propia
supervivencia depende de dicha habilidad como especie.

¡De ahí es donde venimos!

LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

El deseo de certezas categóricas parecía ser enfermedad incurable, a partir de 1970, en el


universo de la administración pública mexicana. Y así, con angustiosa regularidad,
asistimos a la aparición, sexenio tras sexenio, de planes de desarrollo para sacar a nuestro
país del subdesarrollo, mismos que por carecer de sentido común olvidaron que atraso no
es sinónimo de ausencia de crecimiento económico.

Atraso no es estancamiento ni ausencia de empujes a la modernización, es, más bien,


ausencia de encadenamiento entre sociedad, economía e instituciones. Una estructura
deficiente que dificulta incrementos de largo plazo de productividad, que sean
compatibles con incrementos paulatinos del bienestar de la población.

En contrapartida, salir del atraso es crecer e integrarse al mismo tiempo, o sea, construir
las bases materiales para la creación ulterior de riqueza y las bases de relaciones sociales
capaces de dar certidumbre a los comportamientos de individuos, grupos e instituciones.

Del atraso o se sale rápidamente o no se sale. No existen experiencias victoriosas de


salidas del atraso construidas sobre la base de una lenta acumulación a lo largo de siglos
de esfuerzos transferidos de una generación a otra y otra y otra. La salida del atraso
económico ocurre generalmente en dos generaciones, entre cuatro y cinco décadas.

Salir del atraso supone activar procesos de crecimiento acelerado capaces de alterar
equilibrios socioeconómicos tradicionales y construir nuevas pautas de
comportamientos para individuos, clases sociales, empresas e instituciones. Todo lo cual
no es posible en medio de procesos ordinarios de acumulación.

El proceso de desarrollo que se proyecte a sí mismo por muchas décadas hacia el futuro
corre el riesgo de soslayar lo esencial:

32
la necesaria ruptura de equilibrios y la construcción de nuevos. Lo que hay que hacer
debe hacerse ahora, en la cuenta corta, sin sobrecargar las espaldas de aquellos que aún
no nacen.

- Los motores del cambio

Salir del subdesarrollo supone poner en acción motores poderosos de cambio, sin los
cuales no podrá vencerse la fuerza gravitacional representada por segmentaciones
tradicionales, inercias, privilegios, costumbres que oponen resistencias a su eliminación.

Sin cambio agrícola las puertas están cerradas. No existen casos de salidas del atraso en
presencia de estructuras agrarias de baja eficiencia y elevada segmentación social. Y
tampoco nos entrega la historia, ningún caso de desarrollo económico sostenido en el
tiempo que no haya tenido en modernización, técnica y social, de la agricultura uno de
sus soportes.

Aunque la agricultura no cumpla generalmente un papel de acelerador del desarrollo, sin


ella es como si fallara un factor capaz de dar consistencia a los cambios globales activados
por el dinamismo de las actividades secundarias. El proceso de desarrollo es siempre más
complejo que aquella industrialización que por décadas fue considerada su sinónimo.

La historia no nos dice cuáles modelos de transformación agraria puedan ser considerados
de seguro éxito en cualquier tiempo y espacio. Lo que sí nos dice es que la agricultura que
conserve estructuras altamente polarizadas constituye una pieza esencial en el camino de
agudas distorsiones macroeconómicas y graves tensiones sociales que a largo plazo hacen
del subdesarrollo una realidad autoreplicante.

En el universo rural, capacitación, eficiencia productiva e integración de un tejido social


sin excesivas polarizaciones, miserables y opulentos, constituyen dos condiciones que o
se acometen simultáneamente o ninguna de las dos podrá serlo.

El desarrollo como reto y como autodefensa, a contrapelo de lo que los economistas


tienen tendencia a pensar, es probablemente más del corto plazo de la política que del
largo plazo de la economía de donde surgen las condiciones iniciales de los procesos de
crecimiento acelerado.

Aun reconociendo que la salida del atraso no puede reducirse a estrictos actos de
voluntad política, es difícil no ver en el origen de este proceso una mezcla frecuente de
dos circunstancias: la respuesta a un reto y un acto de orgullo regional y cultural.

Esta vinculación, de la activación de prácticas sociales anteriormente ignoradas a desafíos


específicos del ambiente o de la historia, permite reconocer que en ocasiones, un nuevo
tipo de peligro obliga a las viejas clases dirigentes a renovar profundamente pautas de
comportamiento tradicionales en política y en economía.

33
- La esfera económica

La política económica no es todo. Es mucho más probable acertar la política económica


correcta que construir los instrumentos adecuados para que esta política pueda ser
orquestada con eficacia, hoy en día, debido a que nuestra Cultura ya no gobierna nuestra
organización social, la cual, a su vez, ya no gobierna la actividad técnica y económica.
Cultura y economía, mundo instrumental y mundo simbólico se separan.

Para ser eficaz la política económica requiere de dos condiciones que son externas a sus
ideas rectoras: un aparato técnico administrativo de instrumentación eficiente y un alto
grado de credibilidad pública en las estructuras del Estado.

Ninguna política económica puede tener éxito si los organismos públicos encargados de
implementarla resultan erráticos y poco eficientes y aún más si están corroídos por la
corrupción, el tráfico de influencias, las obsesiones personales de dirigentes políticos sin
control social.

Una política económica que quiera contar con algunas posibilidades de éxito necesita
construirse sobre una administración pública profesional, con un alto espíritu de cuerpo,
al reparo de vaivenes de la política y con mecanismos estandarizados de promoción de los
funcionarios.

Y no se trata de democracia o dictadura, se trata de algo más simple y más complejo al


mismo tiempo: de democracia y eficiencia. De ahí a la conclusión el paso es corto. La
política económica requiere siempre un paso previo o simultáneo: el primer acto de una
política económica con esperanzas de éxito es la reforma del Estado, mejorar la
capacidad de gobernar.

Una de las características de una economía que se transforme y alcance la madurez, la


cuenta larga, es justamente una mejor distribución del ingreso respecto a sus etapas
anteriores. Una mejora en el reparto de la riqueza, no es solamente una cuestión de
justicia, es sobre todo una condición de viabilidad del desarrollo económico ulterior.

No se pueden tener estructuras productivas del Siglo XXI con una distribución del ingreso
del Siglo XVI. Cuando esto ocurre las estructuras productivas modernas terminan por no
ser sostenibles en el tiempo.

a. Cultura y Desarrollo

La ordenanza de la UNESCO que eleva a la Cultura como variable fundamental para


explicar las distintas pautas del cambio y como factor esencial, cuando no la esencia
misma del desarrollo sostenible, dispone que la dimensión cultural debe ser reconocida
como tal en la planeación del desarrollo.

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Numerosos y lúcidos pensadores proporcionan argumentos e informaciones que,
acopiados, dan una visión: la humanidad enfrenta actualmente la más profunda y
extendida crisis que haya experimentado tal vez en la historia, la que puede entenderse
precisamente como la crisis del desarrollo, que es profunda y seria:

 Incremento de la pobreza,
 Desigualdad económica y desintegración del orden social,
 Aumento de la delincuencia y de la inseguridad ciudadana,
 Deterioro del medio ambiente y desequilibrios ecológicos,
 Deterioro progresivo de la calidad de vida

¿Es racional continuar creciendo en todo aspecto y dirección, menos en aquél que
constituye el sentido y el fin de la economía: la vida humana?

Para dar respuesta a la pregunta antes formulada, la primera y principal tarea consistirá
en la reformulación del concepto de desarrollo económico esto es, formular una noción
que exprese la esencia de lo que podamos entender y postular como objetivo de la
organización económica de la sociedad abarcando el desarrollo humano y social en su
globalidad, que involucraría las dimensiones económica, social, política y cultural y la
integración de todas ellas en una visión de conjunto.

La ampliación del espacio de lo económico nos conducirá a un concepto del desarrollo


económico que se abre en sí y por sí hacia las otras dimensiones del desarrollo humano,
haciendo ver la ineludible exigencia de integralidad alrededor del eje de la cultura.

Se plantea la necesidad de redefinir el desarrollo porque los modos en que se lo ha


entendido en la economía convencional se manifiestan parciales, insuficientes e
inapropiados. Especialmente en épocas de crisis no deben darse los objetivos por
conocidos y seguros; operando con una racionalidad instrumental acostumbramos
trabajar analíticamente en el orden de los medios, indagando más el «cómo hacer las
cosas» que los fines que pretendemos al hacerlas.

Y en realidad, preguntarse por los fines, por los objetivos, es el comienzo de todo cambio
social y de toda acción verdaderamente transformadora.

Nos preguntamos, pues, ¿acaso exista algún nexo efectivo entre esos que el sentido
común de nuestra época y la sana imaginación nos muestran como objetivos deseables, y
aquello que habitualmente se entiende por desarrollo en la cultura moderna?

En una época de crisis no podemos dejar de interrogarnos por los fines, precisamente
porque las crisis son situaciones históricas en que resulta cuestionada la legitimidad o la
racionalidad de los fines establecidos.

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No podemos ponernos en la perspectiva de la historia breve de tres a cuatro siglos de
industrialismo y capitalismo, sino en la historia milenaria de la humanidad que se
desarrolla explorando espacios siempre nuevos para una existencia humana en expansión.

No descuidaremos ni nos alejaremos de nuestro presente histórico y de las circunstancias


desde las cuales analizamos y pensamos la economía. Lo importante es comprender el
presente como momento de un proceso largo que le da sentido y que nos permite
identificar sus proyecciones:

Primero, una política orientada a la satisfacción de las necesidades humanas


fundamentales, si algo debiera priorizar sería precisamente aquellas actividades que
cumplan directamente tal propósito.

El segundo de los objetivos deseables, esto es, que más allá de las necesidades básicas las
personas puedan satisfacer otras necesidades, aspiraciones y deseos más refinados, y
que lo hagan diferenciadamente en función de las distintas motivaciones y gustos
personales.

El tercero de los objetivos del desarrollo deseado es, construir un camino eficiente para
crear empleos y conducir a la ocupación plena de factores.

Más que de factores materiales y financieros el desarrollo requiere:

 formación de nuevos comportamientos,


 de una ética de responsabilidad individual y social,
 de determinados hábitos de trabajo y métodos de conducción,
 de grados crecientes de organización social,
 de procesos de aprendizaje, requeridos por la multiplicación de las informaciones y
la complejidad y pluralidad de las relaciones humanas y del proceso histórico.

La experiencia histórica permite comprender que sólo puede hablarse de verdadero


desarrollo allí donde la sociedad en su conjunto -todos sus grupos funcionales y categorías
sociales- participa de los beneficios de éste al mismo tiempo que contribuyen de algún
modo a generarlo.
El desafío que enfrenta la humanidad es tal que, si quiere evitar el colapso y sobrevivir,
necesariamente deberá pensar y actuar un proceso de desarrollo completamente
diferente al que estamos viviendo desde hace décadas, ya no podrá esperarse la buena
vida a que aspiramos con más de lo mismo.

Esta conclusión torna urgente una nueva concepción del desarrollo, ya no centrada en el
crecimiento sino en el perfeccionamiento de la economía.

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El problema del desarrollo surge en la relación del hombre con la naturaleza; una relación
que, a diferencia de la que establecen con ella los animales, no es directa y «natural»
porque el hombre es creativo en razón de su propia naturaleza espiritual.

La relación del hombre con la naturaleza no es, pues, inmediata: está mediatizada por la
economía. Entre el hombre y la naturaleza se levantan, en efecto, los complejos y
dinámicos procesos de producción, distribución y consumo.

La economía es, en esencia, un proceso de intercambio vital entre el hombre y la


naturaleza, por el cual resultan ambos transformados. Es precisamente porque entre el
hombre y el medio ambiente media la economía, que la ecología se constituye como un
problema.

Si la relación entre el hombre y la naturaleza está mediatizada por la economía, la


transformación positiva o negativa del medio ambiente dependerá fundamentalmente
del modo de hacer y organizar la economía. La comprensión de esto permite ubicar la
cuestión ecológica en su verdadera dimensión: se trata de un problema de la economía.

Ponerlo en este plano, que es el de su causa, y no en la naturaleza, donde se manifiestan


sus efectos, abre a los hombres la posibilidad de controlarlo realmente. Porque el hombre
puede controlar la economía, que depende de él mismo, pero no puede controlar
completamente la naturaleza, que lo sobrepasa y de la cual él mismo es una parte.

En lo esencial, esto significa que no tendríamos que detener el crecimiento económico en


general, sino realizar una radical orientación de éste: un cambio cultural y político que
incluya la difusión de una ética y de comportamientos que impliquen un nuevo equilibrio
en la estructura de necesidades, aspiraciones y deseos de la gente, y consiguientemente
transformaciones en la demanda de los distintos tipos de bienes y servicios.

Es preciso, pues, considerar la economía en su contexto para descubrir cuáles sean


aquellos otros sistemas con los que interactúa y que la condicionan en el logro de sus
propios objetivos, en este caso poniéndole límites a su crecimiento racional y
conveniente:

significa pues, comprender y analizar que Cultura y Desarrollo denota vislumbrar y


considerar las posibilidades de opción que resultan de distintas formas de convivencia, de
estilos de vida, por medio de las cuales una persona o grupo expresa su humanidad y los
significados que da a su existencia y perfeccionamiento.

b. Desarrollo

“Nos dimos cuenta que todo lo que había informado el modelo económico de la mayoría
de los países de la OCDE se basaba en fundamentos que simplemente no se dan en la
realidad:

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esta idea de que creces primero y distribuyes después; que creces y luego te preocupas
del medio ambiente; que el Estado sólo debe corregir las fallas del mercado y no tiene
ningún papel para el desarrollo económico. Todos fueron refutados con los resultados de
la crisis misma”. Directora General de esta Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, la mexicana Gabriela Ramos.

El desarrollo económico no depende sólo de la óptima organización del mercado y de los


circuitos de distribución, depende también de la organización de los procesos de
producción y de consumo.

También es verdad que graves limitaciones y distorsiones del desarrollo son consecuencia
de un modo de acumulación capitalista que genera desigualdades, marginación y
exclusión tales que reducen el aporte y la participación económica de grandes grupos
sociales, y que llevan al desaprovechamiento de una elevada proporción de los recursos
humanos y naturales.

El desarrollo requiere procesos de transformación estructural de la economía; pero a


condición de que no se niegue el papel del mercado, intercambios libres entre agentes
económicos, iniciativa individual que a través de la competencia conduzca a la eficiencia
en la utilización de recursos, y también del capital como categoría económica importante.

La pregunta es, entonces, acaso las actuales estructuras y modos de ser de la economía,
que en relación a diferentes tipos de productos transgreden los límites del crecimiento
conveniente, tengan en sí las posibilidades de reorientar su crecimiento subordinándose a
las exigencias que le vienen desde los sistemas ecológico, social, ético y cultural.

El análisis del problema del desarrollo nos lleva a sostener la necesidad de un crecimiento
distinto al actual, y ello nos lleva a supeditarlo conceptualmente o al menos a acentuar la
importancia de la transformación de la economía. Pero, obviamente, tampoco cualquier
transformación es conveniente ni conduce a un genuino desarrollo, sino aquella que
implica un perfeccionamiento de la economía.

La economía como sistema no es independiente de los sistemas medioambiental y


ecológico, social y político, ético y cultural, espiritual y religioso, científico y tecnológico,
para nombrar los más importantes entre aquellos que la condicionan e impactan.

queremos abordar la cuestión de las posibilidades del crecimiento, de un modo distinto al


actual, no podemos sustraernos a que lo que debemos analizar es, pues, el problema de
la limitación de los recursos con que puede contar la economía para efectos de un
crecimiento económico sostenido y sustentable:

las fuentes de recursos, los recursos, los factores económicos y las categorías
organizadoras.

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No olvidemos que la relación entre el hombre y la naturaleza está mediatizada por la
economía, y que la transformación positiva o negativa del medio ambiente, materia
prima fundamental, dependerá del quehacer y cómo organizar la economía:

el crecimiento en esta perspectiva, tiene que ver no sólo con “avanzar” -la cantidad- sino
con el cambio en la forma en que nos coordinamos para “ir hacia adelante” -la calidad- y
en la forma en que definimos qué es “adelante” -los fines y los valores-.

c. Turismo
En términos de análisis de la economía mexicana, el sector que se distingue de los demás
por su aportación al PIB, su contribución de empleos directos e indirectos y por su
captación de divisas, es el Turismo; es el ramo que a lo largo del tiempo ha ido
evolucionado, y que es necesario comprender como sistema que no es independiente de
los sistemas medioambiental, ecológico, social, político, ético, cultural, científico y
tecnológico que lo condicionan e impactan.

El turismo en el inicio del siglo XXI es probablemente la actividad económica más


importante de la economía mexicana. Su expansión y crecimiento están fuera de toda
discusión. Las estadísticas y los indicadores de la materia arrojan los beneficios que aporta
a la economía y al desarrollo.

La Expansión del sector turismo ha sido impulsada por cinco factores determinantes: Un
continuo crecimiento en las llegadas de turistas internacionales, una mayor disponibilidad
de ingresos y tiempo disponible de parte de los visitantes, la incorporación de importantes
avances en la tecnología, el crecimiento de empresas de transporte y el mejoramiento de
los servicios ofrecidos a menor costo, así como las gestiones de promoción por parte del
gobierno y empresarios organizados.

Por ello, impulsar el turismo mediante un marco regulatorio, el deber ser, que permita
desarrollar las potencialidades de los atractivos naturales, históricos y culturales,
consentirá que esta industria se convierta en fuente de empleos, promoción a la República
y a nuestra Cultura, contribuyendo así al desarrollo económico y social de los mexicanos.

Por todo lo anterior, el turismo tiene que enfrentarse a una serie de cambios que están
delineando una serie de tendencias dentro del sector:

La nueva riqueza de la clase media y de los jóvenes, así como el envejecimiento de la


sociedad, han provocado que haya un aumento de la demanda de viajes. Cada vez más
gente se puede permitir ser un turista. A esto hay que sumarle el impacto que ha tenido y
las nuevas tecnologías en la forma de contratar los productos que ahora están accesibles
on-line.

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Específicamente, pensamos en un desarrollo turístico que reoriente la economía hacia
perspectivas que pueden ser muy distintas y distantes de las que presenta en la
actualidad, un crecimiento con la concurrencia de atribuciones de los tres órdenes de
gobierno, como medio apropiado para distribuir funciones, descentralizar programas y
compartir responsabilidades con los sistemas medioambiental, ecológico, social, político
cultural, científico y tecnológico, que lo condicionan e impactan.

Precisamente para enfatizar la perspectiva del perfeccionamiento que implica cambios


respecto a los lineamientos del desarrollo turístico vigente, es necesario reafirmar que la
economía comienza en el hombre porque sólo él es sujeto; por ello, en esta cualidad o
condición de ser sujeto debemos encontrar los fines y objetivos de la economía en
materia turística.

El país vive intensos procesos de cambio y transformaciones en lo económico, lo social, lo


cultural y lo político: se crean nuevos espacios; se diversifican y surgen nuevos actores: se
abordan en el debate público, los rezagos, las necesidades, los errores y también los
aciertos. Pero, sobre todo, desde el Gobierno se enfrentan los retos: no se exageran, pero
tampoco se minimizan. El sector turismo no está exento de esta dinámica y de esta
convicción.

En los últimos años, el turismo en el mundo ha crecido a tasas superiores que el


crecimiento de la economía en su conjunto. Esta característica coloca a las actividades
relacionadas con las diferentes prácticas turísticas y los servicios que implica en una
situación de auge económico, en virtud de que, para muchos países, o regiones
dentro de ellos, se convierte en una de sus principales actividades económicas.

Durante la segunda mitad del siglo pasado, y en lo que va del siglo XXI el turismo se ha
convertido en un fenómeno económico, social y ambiental destacado. A pesar de
amenazas mundiales como el terrorismo, los desastres naturales, el aumento de los
precios del petróleo y las incertidumbres políticas, la marcha de la economía global
permitió que el turismo creciera en forma continua en los últimos años.

En la vertiente internacional, como desde hace décadas, los principales receptores de


turismo son Francia y España, seguidos por Estados Unidos y, recientemente, China. En un
segundo nivel se ubican Italia, la Gran Bretaña, México y Alemania. México destaca por
ser, junto con China y Turquía, uno más de los países en desarrollo que se encuentra en la
lista de los diez primeros países con mayores llegadas de turistas en el mundo.

Pero las preferencias de la demanda cambian. Las tendencias mundiales de acuerdo a


la Organización Mundial de Turismo (OMT) plantean una mayor división de los
mercados entre nuevos competidores como China, Grecia y Turquía.

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El desarrollo de nuevas formas de turismo, especialmente las relacionadas con la
naturaleza y la cultura, han cobrado un auge sin precedente. Ello ha conducido a la
creación de nuevos programas de viaje organizados de distinta forma a los tradicionales.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) estima que en el año 2017 la participación
del PIB turístico respecto al PIB global mundial será de 10.9% y cubrirá el 8.3% del empleo
global. Este grupo privado que promueve políticas flexibles a favor de desregulación
responsable que permita la movilidad de personas y capitales en los diferentes países,
señala que esta diversificación de las motivaciones y destinos y el entorno político y
económico hacen que la perspectiva mundial del turismo sea favorable.

Desde diferentes ángulos, esta situación es también favorable para México dadas las
características de su patrimonio cultural y natural, la estabilidad de su economía, la
infraestructura existente, las vinculaciones comerciales y de inversión con los principales
mercados emisores de turismo, así como la existencia de un mercado turístico doméstico
amplio y en expansión.

En los últimos 12 años el país se ha movido, con ascensos y descensos, en la franja de 20


millones de turistas internacionales al año y se realizan más de 140 millones de viajes
turísticos domésticos.

Sin embargo, para potenciar estas condiciones en la vertiente nacional se necesita


resolver problemáticas internas que no han permitido un mayor crecimiento del turismo y
sobre todo, de los beneficios directos e indirectos que puede implicar para mejorar las
condiciones de vida de su población en las zonas de interés turístico:

existe una oportunidad para replantear el modelo de desarrollo del turismo, sobre la base
de lo que ya se ha hecho y experimentado, pero sobre todo para dirigir mejor los
esfuerzos de los programas actuales de desarrollo regional.

Uno de los mayores retos es la concurrencia de las políticas públicas. La problemática de


concurrencia federal involucra a cuando menos catorce organismos públicos entre
secretarías y entidades descentralizadas que están vinculados principalmente con
aspectos de inversión en infraestructuras y equipamientos, seguridad pública y de uso y
conservación del patrimonio natural y cultural, entre otros factores.

La falta de coordinación, la duplicidad de esfuerzos, así como los vacíos de regulación


jurídica, son temas que es necesario resolver.

En esta problemática también se incluye a la vertiente estatal, a la iniciativa privada y al


sector social. Es necesario actualizar el marco regulatorio de la actividad turística en temas
ambientales, laborales, de inversión, de salud e higiene y de igualdad de género entre
otros, que contribuyan a elevar la competitividad y la sustentabilidad ambiental,
económica y social de los proyectos turísticos.

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En la vertiente municipal, la actividad turística toca y se vincula con múltiples actividades
productivas y de infraestructura.

Por ello la acción de las dependencias de los tres niveles de gobierno en concurrencia
transversal representan uno de los más importantes retos, en virtud de que es necesario
resolver problemas de conectividad, accesibilidad, de sustentabilidad ambiental, social y
económica, de información y comunicación y de higiene, entre muchos otros temas, para
que la oferta turística logre resultados rentables y competitivos.

D. TURISMO CULTURAL

En los últimos años, las instituciones culturales y turísticas, tanto de México como del
extranjero, han realizado esfuerzos para analizar el turismo cultural y los subsegmentos
que lo conforman; si por el lado del turismo existe cierto acuerdo tácito sobre sus límites,
en el caso de la cultura la discusión es más amplia.

Un importante número de turistas que viajan reconocen estar interesados en el


patrimonio cultural, aunque su viaje no se haya realizado por motivos estrictamente
culturales. Para ellos, las actividades relacionadas con el conocimiento de las culturas
locales y el disfrute de su patrimonio son un componente muy importante para su
satisfacción.

En este sentido, es necesario identificar los tipos de corrientes turísticas vinculadas con la
cultura a partir de las cuales sería posible establecer estrategias de desarrollo promoción y
comercialización a nivel local.

Los turistas con interés especial en la cultura corresponden al segmento del turismo
cultural, es decir, su tamaño y valor son directamente imputables a los valores culturales
del país que motivan a los turistas a realizar un viaje.

Los turistas con interés ocasional en la cultura pertenecen a otros segmentos turísticos
con diversas motivaciones, en ellos la cultura es un valor agregado al que solo se imputa
directamente el gasto adicional que realizan al desarrollar actividades relacionadas con la
cultura.

No obstante, el factor cultural como elemento de diferenciación se puede convertir en un


motivo para decidir entre un lugar y otros destinos competidores que ofrecen productos
similares que satisfacen la motivación principal de estos turistas.

La complejidad del análisis del turismo relacionado con la cultura, radica en la necesidad
de considerar las características de funcionamiento de dos sectores que, si bien se
complementan, tienen lógicas y necesidades diferentes, aunque ambas se determinan en
el entorno político, social, económico y ambiental de los sitios en que se ubica.

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Cualquier programa de fomento específico para el turismo relacionado con la cultura debe
reconocer los valores o aportaciones que puede tener el turismo por la cultura y viceversa,
para capitalizar los efectos positivos y generar sinergias para el desarrollo de ambos
sectores.

El turismo se comporta como un elemento dinamizador del patrimonio y las comunidades,


genera reconocimiento y creación de sentimiento de orgullo comunitario, y es factor de
divulgación del patrimonio. Como valor para la cultura, genera recursos para la
conservación y beneficia a las comunidades receptoras, motiva las comunidades en la
gestión de su patrimonio y crea conciencia del valor de los diferentes patrimonios locales
entre los turistas.

El turismo representa una oportunidad de aprovechar el patrimonio cultural si se planea,


organiza y promueve con profesionalismo, generando recursos para su conservación y
desarrollo.

En cuanto al valor de la cultura para el turismo, el patrimonio cultural es un elemento de


identidad de los sitios y comunidades, es un atributo diferenciador como base para
desarrollar actividades para los turistas y el valor para el turismo da coherencia a la oferta
de los destinos, aumenta la competitividad, la estadía, el gasto y la satisfacción de los
turistas y los anfitriones.

Yucatán, dada las características de su patrimonio cultural y natural, la seguridad, la


infraestructura existente, las vinculaciones comerciales, desde diferentes ángulos, la
situación arriba mencionada le puede ser favorable sólo si se reconoce la interdependencia
de los sectores turístico y cultural en el manejo de los espacios patrimoniales y la necesidad
de establecer una estrecha cooperación en la definición de estrategias de planeación,
desarrollo y promoción para convertirse en un centro de atracción para la inversión para los
principales mercados emisores de turismo incluido el mercado doméstico.

- La economía es, ante todo, un asunto humano.

La esencia de la actividad económica consiste en la división del trabajo coordinada,


flexible y confiable, en la combinación productiva del talento y esfuerzo humanos con la
maquinaria tecnológica y con los recursos extraídos del medio ambiente.

Depende entonces, en gran medida, de la trama de las expectativas humanas


coordinadas. Ser de necesidades, el hombre busca satisfacerlas, y ello es indudablemente
parte de los fines de la economía; pero es también un ser que, más allá de la satisfacción
de sus necesidades, tiene otras y más altas aspiraciones y deseos, y éstos son también
parte de su objetivo económico.

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Junto al concepto de las necesidades se presenta con igual fuerza el de las capacidades.
La misma actividad económica nos lleva a expandir constantemente nuestras capacidades
de conocer y dominar el mundo, siendo ésta una de las principales motivaciones que nos
impulsan al desarrollo económico.

En cuanto sujeto, el hombre es capaz de trascender sus necesidades inmediatas, e incluso


de sacrificar su satisfacción anteponiéndole otros fines, tanto personales como sociales.
En efecto, más que en satisfacer las necesidades la economía consiste en trascenderlas.

Ella surge del sujeto que busca proyectarse, lo que implica entre otras cosas satisfacer sus
necesidades y deseos, ampliar sus capacidades y su campo de acción, expandir el
conocimiento, adquirir posiciones de poder, etc.; pero al buscar todo esto lo hace de un
cierto modo humano.

El hombre, en cuanto sujeto, actúa por objetivos, esto es, persiguiendo la realización de
determinados fines.

 La satisfacción de sus necesidades es uno de sus objetivos;


 la expansión de sus capacidades es otro;
 desarrollar el conocimiento y el poder son también objetivos humanos.

Podemos hacer una larga lista. Pero los objetivos del hombre son más que estos. Todos
ellos, en efecto, se encaminan hacia un objetivo más amplio y general.

Podemos decir que los objetivos humanos se jerarquizan de menor a mayor, en el sentido
que el logro de los objetivos más próximos o menores constituye un medio o un momento
necesario para alcanzar otros objetivos mayores o superiores.

En este sentido, los hombres se proponen determinados objetivos en su actuar


económico; pero los objetivos de la economía no son los últimos, pudiendo ser
considerados como medios para el logro de otros objetivos superiores, o bien como
objetivos intermedios que manteniendo un grado de autonomía relativa se orientan sin
embargo hacia el logro de otros objetivos más amplios y superiores.

Precisar los objetivos del hombre en su accionar económico, y más allá de estos, los
objetivos de la economía en el marco de los objetivos superiores y últimos del hombre, ser
que reflexiona sobre su condición natural y social, y sobre este hecho inserta sus fines y
sus valores, resulta por lo tanto esencial para concebir el desarrollo económico.

En efecto, es sobre el objetivo último y superior de la economía que deberemos construir


toda la teoría que nos oriente en la búsqueda y construcción de su desarrollo.

El desarrollo consistirá, en efecto, en proceder de manera tal que los fines superiores de la
economía se vayan alcanzando en la forma más amplia y completa posible.

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Pero sólo podremos saber cómo hacerlo y evaluar el grado de su logro, si el concepto que
expresa estos fines resulta suficientemente claro y completo, y no es susceptible de
interpretaciones muy disímiles:

Las principales Normas y Valores que sustentamos en nuestro sistema político, persiguen
resolver las contradicciones universales entre poder y derecho, entre igualdad y libertad,
entre sociedad e individuo; son los objetivos del proyecto nacional expresado en nuestra
Carta Magna: construir una sociedad en la que el individuo, su desarrollo y felicidad
constituyan el fin y el propósito de la cultura.

Es necesario buscar estimular un crecimiento que no deje de lado el papel del Estado en el
desarrollo, poniendo énfasis en el fomento del empleo productivo, el avance tecnológico
para una mayor competitividad, así como en la necesidad del seguir garantizando los
derechos ciudadanos al bienestar social.

Se debe poner el acento en la búsqueda de mayores niveles de equidad e integración


social ante la persistente cristalización de desigualdades sociales que originaron y originan
legítimas movilizaciones y demandas populares.

Es necesario buscar estimular un crecimiento que no deje de lado el papel del Estado en el
desarrollo, poniendo énfasis en el fomento del empleo productivo, el avance tecnológico
para una mayor competitividad, así como en la necesidad del seguir garantizando los
derechos ciudadanos al bienestar social.

Se debe poner el acento en la búsqueda de mayores niveles de equidad e integración


social ante la persistente cristalización de desigualdades sociales que originaron y originan
legítimas movilizaciones y demandas populares.

El pasado es siempre decisivo para evitar errores ya cometidos y a menudo olvidados,


pero las enseñanzas del pretérito no pueden convertirse en un canon cerrado cuando se
trata de la transformación de una sociedad, cuando se proyecta la mirada hacia el futuro.
La globalización, la sociedad de la información y el desarrollo sostenible son términos
generales.

Pero ¿qué significado concreto tienen estas tendencias y escenarios para cada individuo?
¿Según cuáles criterios queremos configurar nuestra vida en el siglo XXI? ¿Cómo el
hombre puede generar una perspectiva promisoria para el mañana?

El porvenir no está predeterminado, los conflictos, las crisis y las catástrofes previsibles,
cuyas raíces se nutren de un egoísmo exagerado o de una deficiente gestión, pueden ser
evitados.

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Por esta razón, postulamos que los yucatecos, y en particular la juventud, pueden mirar
con esperanza hacia el porvenir. La imaginación y la creatividad de cada individuo, junto
con una creciente responsabilidad social, pueden cambiar mentalidades y con ello
valores, para poder enfrentar mejor los conflictos y las crisis.

- La democracia: el gran debate del Siglo XXI

En la memoria histórica del pueblo yucateco, el referente principal es el recuerdo de la


conquista, la pérdida del territorio, la reforma, la revolución, las persecuciones y los
enfrentamientos entre bandos políticos irreconciliables y de otras crueldades cometidas
por los poderosos de cada época.

Este recuerdo es atormentador y llega a ser una carga. Pero no sólo es inevitable, sino
también productivo, o puede serlo si la memoria histórica no nos paraliza y sirve para
movilizar las fuerzas sociales y mantener la conciencia de que incluso una moderna
sociedad civilizada puede degenerar en barbarie; la evocación del pasado, compromete
políticamente a evitar tales situaciones en el futuro.

Progresivamente, y contra toda resistencia, el recuerdo debe transformarse en la piedra


angular de nuestra identidad democrática para distanciarnos claramente del pasado
despótico y totalitario.

Claro que la memoria histórica tiene también otras funciones. Pero no son a las que nos
referimos. Es obvio que ésta va más allá del mero conocimiento de la historia, nuestro
concepto tiene que ver con el esclarecimiento, con el discurso, con críticas y cambios:

Historia, como análisis de los anhelos sociales más profundos transmitidos a las nuevas
generaciones; los caminos trazados para entrar en la modernidad, vencer problemas
centenarios de desarrollo y comunicación; lograr un sentimiento de pertenecer a una
comunidad que es necesario definir de manera comprensible para todos sus habitantes.

La transformación de Yucatán no podría entenderse sin el debate intelectual y político del


siglo XX. Esa discusión siempre tuvo el hilo conductor de la necesidad de construir un
sistema social realmente democrático, frente a la lucha a contrapelo de las élites
conservadoras, liberales o socialistas. Años después, el gran debate de comienzos del
siglo XXI sigue siendo aún la democracia, el escenario es el mismo.

El máximo de memoria posible no es siempre la medida óptima. El recuerdo, como el


olvido, no se puede planificar. Pero, todo depende de la medida justa, de la forma
productiva, del sentido de las proporciones.

¿Cómo encontrarla? Es el problema que se plantea y se planteará cada nueva generación.

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En este contexto, la transformación política de Yucatán debe leerse en la gesta de la lucha
por la democracia. Un cambio de fondo en el sistema político requiere no sólo un cambio
de partidos, sino un Cambio de Paradigma Cultural, de cultura política, para ser precisos:

La política como ciencia, es decir, como sistema de conocimientos expresados en juicios;


como parte constitutiva de la ética, señalando finalidades objetivas a la conducta humana
y finalmente, como técnica social referida en cuanto tal a la legalidad causal de la
conexión de fines y medios.

Para nosotros, es la democracia, una renovación de un estilo de vida. Un estilo de vida


fincado en la búsqueda constante del mejoramiento económico, social y cultural del
pueblo. De ahí que la democracia no se agote en el proceso electoral. Ahí, apenas se inicia
su obligatoriedad; es mucho más que votar, es vivir todos los días, con la responsabilidad
de cumplir y hacer cumplir los valores que ella entraña.

Nuestra democracia constituye un proyecto de ajuste dinámico en una sociedad compleja,


distinta, contradictoria y plural. No es simplemente un sistema político, no es solamente
su régimen jurídico, como en las democracias liberales; es algo más, es una democracia
social, un estilo, un sistema de vida, es la búsqueda de la justicia social en libertad. Y el
supuesto de la justicia es la igualdad y dignidad de los hombres.

La igualdad y la igualdad de oportunidades se reducen a un formalismo irrisorio y


vergonzante, sin la capacitación para participar. No olvidemos que la democracia es
participación, ni descuidemos que el quehacer político del hombre es hacer cultural.

En una democracia puramente formal, sus grandes postulados se traducen en libertad


para vivir en la miseria y en igualdad para compartir el hambre y el analfabetismo.

En ella, los muchos únicamente tienen libertad e igualdad para contemplar cómo los
pocos consumen.

Lo que se espera del mexicano, en este siglo XXI, es la participación en los actos de
gobierno; en aquellos actos en los que tendremos que administrar la justicia social,
aquella que no se litiga, aquella que se otorga por nuestro sistema democrático, social, en
el cual el imperativo es precisamente educar, capacitar, para que las necesidades puedan
ser alcanzadas por cualquier condición de trabajo.

- La sociedad del mañana

Imaginar el futuro, es una tarea simultáneamente estéril y de urgente necesidad. Es inútil,


porque en materia política y social las variables son múltiples y el dinamismo de la vida
arrastra todo. Es necesario, porque sin imágenes de lo que nos pueda suceder, la angustia
colectiva nos impulsa a decisiones absurdas en la vida pública, los negocios y en la esfera
personal.

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El símbolo del tiempo va inserto en la vida humana; los espacios marcados que se cuentan
desde segundos pasan a minutos, horas, días, que nos traen en consecuencia los meses y
los años.

El tiempo nos subyuga, nos emplaza, nos recuerda nuestro tránsito finito, nuestra
pasajera existencia, nos compele a adivinar lo que nos falta. Por eso hacemos de él
símbolo y misterio; por esa razón medimos todo con su ritmo.

Al comparar nuestro destino con el de nuestros antepasados, podríamos aprender una


lección en cuanto a la comprensión de la realidad, no por la recopilación y actualización de
datos, sino por una profunda reflexión sobre la condición humana.

En el amanecer del siglo XXI y del tercer milenio, en Yucatán, es hora del recuento, de
volver la vista atrás, de contemplar lo ganado o hasta lo perdido para transformar nuestra
acción, para darle certeza al futuro, respetando personalidades, reconociendo legítimas
ambiciones, evitando conflicto innecesarios.

La gente quiere políticos que aborden los problemas sin preconcepciones ideológicas y
que, aplicando sus valores y principios, busquen soluciones prácticas a través de políticas
honestas, bien diseñadas y pragmáticas alrededor de grandes objetivos comunes.

El estudio del pasado es un buen principio para iniciar el camino que lleva a la
comprensión del presente. Una vez que se llegue a entender el pasado, éste dejara de
interesarnos y querremos comprender el futuro, el cual no es otra cosa sino la
prolongación de aquél; cuando lo logremos, estaremos preparados para la gran prueba: la
comprensión del presente, un cambio de paradigma cultural, en donde los ciudadanos
sean los que tengan el poder.

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