Historia Del Constitucionalismo Dominicano
Historia Del Constitucionalismo Dominicano
Historia Del Constitucionalismo Dominicano
Con la declaración de independencia de la parte oriental de la isla de Santo Domingo, el 27 de febrero de 1844,
nace el nuevo Estado, bautizado con el nombre de República Dominicana. Como era de esperarse, en dicho
territorio, surgen luchas horripilantes entre los liberales de la época, dirigidos por el padre de la patria Juan
Pablo Duarte1, y los conservadores, capitaneados por el hatero y general Pedro Santana, quien utilizó su poder
militar para imponer su autoridad en perjuicio de los opositores.
En el mismo mes y año, se constituyó una Junta Central Gubernativa Provisional -o Comité Insurreccional-,
presidida por el también padre de la patria, Francisco Del Rosario Sánchez. En marzo del mismo año, se
conformó de manera definitiva una Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla y Briones,
organismo que se encargó de organizar las elecciones para elegir los miembros de la Asamblea Constituyente;
elecciones estas que se celebran y, dicha Asamblea, bajo la presidencia de Manuel María Valencia, inicia sus
trabajos en el mes de septiembre.
El 24 de julio la Junta Central Gubernativa, decidió convocar y reglamentar la elección de una Asamblea
Constituyente –denominado Congreso Constituyente-, compuesta por 37 diputados, y los cuales debían ser
elegidos por voto directo durante los días del 20 al 30 de agosto. Para septiembre quedó formalmente
constituida la Asamblea Constituyente, escogiendo como ciudad sede del Congreso Constituyente, a la otrora
villa de San Cristóbal.
Este Congreso Constituyente, como alternativa para la elaboración, redacción y estructuración del próximo
texto constitucional, decidió encomendar a una Comisión la redacción de un proyecto de Constitución que
debía ser sometido a la Asamblea para su sanción y aprobación definitiva. Esta Comisión, compuesta por los
diputados Vicente Mancebo, Buenaventura Báez, Manuel María Valencia, Julián Aponte y Andrés Rosón, concluyó
sus trabajos el 21 de octubre y, los presentó al día siguiente a la Asamblea.
Las deliberaciones del Congreso Constituyente, finalizaron antes del 06 de noviembre, día y mes en que fue
promulgada la primera Constitución de la República, por parte del presidente general Pedro Santana, quien
había sido escogido por la Asamblea Constituyente para ser el primer presidente del nuevo Estado, sin
necesidad de elecciones libres y por dos períodos consecutivos, sin previa elecciones, puesto que era el militar
más influyente política y económicamente.
De los diputados miembros de la Asamblea Constituyente, unos habían formado parte en la suscripción del Acta
de Independencia Efímera de 1821; otros en cambio, fueron diputados de la Asamblea que instituyó la
Constitución haitiana de 1843; pero ambos textos constitucionales rigieron previamente al entonces territorio
de la parte oriental de la isla de Santo Domingo, por lo que se evidenciaba la influencia de estos textos
constitucionales, así como de las ideas liberales de la época, en la Constitución primigenia.
De ahí que los gérmenes de la primigenia CD se manifiestan y son evidentes, en el conocimiento previo y de
1
En República Dominicana son considerado Padres de la Patrias, sin discusión alguna, a: Juan Pablo Duarte y Diez, Matías Ramón Mella y Castillo y Francisco Del Rosario Sánchez -
quienes encabezaron el movimiento de independencia del 27 de febrero de 1844, con un grupo formado por menos de cien combatientes-. Hay historiadores que entienden que debe agregarse a
esta lista al general Gregorio Luperón, puesto que después de independizada la República, fue anexada a España en 1861 por el presidente y general Pedro Santana, siendo el general Luperón
el líder y guía de la batalla del 16 de agosto de 1863, que dio el triunfo a los dominicanos y con la cual se logró restaurar la República. Se le denomina a esta batalla “Guerra de Restauración”.
En RD, son días de fiestas patrias el 27 de febrero y 16 de agosto de cada año. En el primero se celebra la Independencia Nacional, y en el segundo, la Restauración de la República. También,
esta última fecha, es el día de traspaso de mando de la Presidencia de la República, cada cuatro años.
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otros textos constitucionales por parte de los miembros del Congreso Constituyente dominicano, como resulta
de las leyes constitucionales francesas de 1791 al 1804, así como en las constituciones de los Estados Unidos de
América de 1787 -de Filadelfia-, de Cádiz de 1812, haitianas de 1816 y 1843, Acta Independentista de 1821, el
Acta de Separación Dominicana del 16 de enero de 1844, así como en la época actual, una sellada influencia
latinoamericana.
Las leyes constitucionales francesas son notorias en las ideas de Jean Rousseau, toda vez que sustenta el
contrato social de éste, al consignar el constituyente que “la nación dominicana es la reunión de todos los
dominicanos asociados bajo el mismo pacto político”. Se aprecia además, en la organización del poder
legislativo, en la creación del consejo conservador, el tribunado, en la división territorial, al formar las
comunes. En la actualidad se agrega, el intento de instauración de la jurisdicción contencioso-administrativa,
de manera independiente al Poder Judicial, como ocurre en Francia.
El predominio español se observa, en el seguimiento de cerca que tuvo el constituyente de San Cristóbal sobre
el modelo implantado por la constitución de Cádiz, al extremo de que hay quienes señalan que los dominicanos,
a través del texto de Cádiz, asimilan las ideas liberales inglesas, francesas y norteamericanas. Además, se
considera la valoración por el constituyente dominicano, en la consagración de la Iglesia Católica como la
iglesia del Estado, en la división de provincias, en el establecimiento de los ayuntamientos por municipios y en
las diputaciones provinciales. También, se entiende, que al ser el territorio dominicano, colonia de España
durante el período 1809-1821, y regido al mismo tiempo por la Constitución española de 1812, este último texto
constitucional fue conocido por los Constituyentes dominicano de 1844. Hoy por hoy, se observa el aporte
español, en la instauración del Tribunal Constitucional, en la denominación de Estado Social Democrático de
Derecho, en la ampliación del catálogo de derechos fundamentales, en la división política del Estado en
regiones, aunque no en territorios autonómicos y, en la creación del Consejo del Poder Judicial;
El Acta Independentista del 01 de diciembre de 1821, ideada por José Núñez de Cáceres, tienen su influencia
en el texto constitucional de 1844, debido a que en este también participaron diputados, que habían sido
signatario del Acta de Independencia Efímera, tal es el caso del diputado Vicente Mancebo, diputado provincial
y luego de Santo Domingo.
2
RODRIGUEZ DEMORIZI, Emilio. 1980. La Constitución de San Cristóbal”. Citado por Eduardo Jorge Prats, en: “Derecho constitucional”, Ed. Amigo del Hogar, Tomo I, 2005, Santo Domingo,
República Dominicana, págs. 34-35
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Respecto al Acta de Separación Dominicana del 16 de enero de 1844, la preponderancia es palmaria, habida
cuenta de que diputados que participaron en la Asamblea Constituyente de 1844, también formaron parte como
suscriptores en el Acta de Separación del 16 de enero, tales son los casos de Domingo Rocha, diputado por
Santo Domingo y, José Valverde, diputado por Cotuí.
Con razón se sustenta que “los constituyentes dominicanos conocían las dos Constituciones haitianas que habían
regido durante el período de unificación: La de 1816 y la reciente de 1843, esta última con escasos meses de
promulgación. En la elaboración de ésta habían trabajado cinco constituyentes reunidos en San Cristóbal, y
conocían también la Constitución española promulgada en Cádiz en 1812, que les había sido aplicada en dos
ocasiones durante el último período colonial español. Parece probable que conocían también las leyes
constitucionales francesas de 1799 y 1804, pues algunos términos del texto dominicano provienen de ellas. La
Constitución de los Estados Unidos había sido conocida por los redactores del Manifiesto del 16 de enero por lo
que parece razonable suponer que era también conocida entre muchos dominicanos, máxime porque algunos de
los constituyentes habían sido signatarios del Manifiesto”.
Hoy en día, se habla del predominio constitucional latinoamericano, y este es visible, en los aportes del
constitucionalismo social a nuestra Constitución, los cuales son reconocibles en la consagración de los derechos
sociales en la reforma constitucional de 1955; además, es identificable tal dominio, en la consagración de la
doble vuelta electoral para la candidatura presidencial, así como la instauración del control concentrado de
constitucionalidad en la reforma constitucional de 1994.
Esta primigenia CD ha tenido treinta y ocho modificaciones, como sinónimo de reformas y revisiones,
excluyendo las reformas de 19163 y 2002-I, que no llegaron a materializarse por razones evidentes. La primera
reforma, debido a la intervención de los Estados Unidos de América en la República Dominicana, imperio que
controló dicha República aproximadamente durante ocho años -1916-1924-, y bajo el manto de lo que en
Derecho Internacional Público se ha conocido como “La Doctrina Drago”, procedió a controlar las aduanas
dominicanas para el cobro de la deuda externa existente. La segunda, fruto de la declaratoria de
inconstitucionalidad por parte de la Suprema Corte de Justicia, como tribunal constitucional, de la ley que
declaró la necesidad de la reforma, por no cumplirse con los procedimientos constitucionales instituidos.
Estas reformas han sido realizadas, en algunos casos, por el Congreso Nacional y, en otros, por la Convención
Nacional, Asamblea Revisora, Convención Nacional, Cámara Legislativa, Asamblea Constituyente y Consejo de
Estado; según sus denominaciones históricas.
Por otra parte, hay quienes sostienen que la República Dominicana ha tenido una Constitución, con varias
reformas; en tanto otros, entienden, que han habido varias Constituciones4. Estas corrientes constitucionales
han sido identificada por la doctrina constitucional como: Teoría de la Estabilidad Constitucional –llamada
también de la Continuidad Constitucional- y Teoría de la Inestabilidad Constitucional –llamada también de la No
Continuidad Constitucional-.
Los que nutren la primera, de la Estabilidad Constitucional, tienen como fundamento el hecho de que no ha
existido una alteración esencial de la teoría política que desde el principio inspiró la primigenia Constitución;
que de esta primigenia Constitución queda la base jurídica, sus principios de libertad, sus postulados
democráticos, su eficacia en la organización del Estado, la afirmación de la nacionalidad; además, que las
revisiones y modificaciones realizadas, no han tenido cambios fundamentales en oposición con la doctrina
adoptada por la Constitución de 1844; finalmente entienden, que las reformas producidas no han sido más que
3
Véase: Julio Brea Franco, en su “Sistema Constitucional Dominicano”, Tomo I, ediciones Universidad Pedro Henríquez Ureña, primera edición, 1983, Pág. 91 in fine, Santo Domingo,
República Dominicana.
4
Aquí se encuentran los doctores Flavio Darío Espinal en “Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana”, Nassef Perdomo en su “El Mito de la Continuidad
Constitucional”, José Francisco Peña Gómez, quien sostiene que la vida constitucional y republicana se anuló de 1916 a 1924, en su obra “Fracaso de la Democracia Representativa a la Luz del
Derecho constitucional”, y Wenceslao Vega, en su “Historia del Derecho Dominicano”. Para este último autor, el país ha tenido nueve Constituciones, sobre la base de que han sido verdaderas
Constituciones y no han sido meras modificaciones. A Saber: La Constitución del 27 de febrero de 1844, la de febrero de 1854, de diciembre de 1854, de Moca de 1858, de 1865, de 1877, de
1908, de 1942 y la de 1963. Además, entiende este prestigioso abogado que “No es cierto que el país haya tenido 29 Constituciones desde 1844. Esa aseveración la han usado generalmente los
extranjeros para probar la larga inestabilidad institucional del país y su atraso, sin reconocer que en realidad adoptamos el sistema de que cuando se produce alguna modificación a la
Constitución, aunque sea ligera e intrascendente, se promulga un texto completo y nuevo”. Véase: Historia del Derecho Dominicano, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda
reimpresión, 2004, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 288
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“obras de retoque que una ruptura con el orden constitucional establecido en 1844”5. Conciben también, que
en la República ha existido inestabilidad política, pero que la misma no se ha traducido en inestabilidad
constitucional si se entiende por ella cambios completos de Constitución como los ocurridos en Francia en 1791.
Asimismo, esta corriente es de opinión que cuando se han hecho reformas constitucionales, conforme al
mecanismo establecido en la Constitución, son expresiones de la “autorreferencialidad normativa” que
caracteriza a todo ordenamiento constitucional democrático en donde este regula su propio cambio; que
cuando la sucesión de las diversas Constituciones se lleva a cabo mediante ruptura, es decir, los cambios
constitucionales se han realizado ignorando el sistema de reforma constitucional previsto en el texto
constitucional, se ha debido en gran medida al carácter militar de los actos que determinan los cambios
políticos en la historia republicana6.
Los que lactan la segunda teoría, de la Inestabilidad Constitucional, por su parte, se basan en que no ha
existido estabilidad constitucional, sino más bien, un mito de la continuidad constitucional; que se está
obviando que el Estado dominicano dejó de existir entre los años 1861-1863 durante la Anexión a España, y es
posible que dejara de hacerlo durante la Ocupación Militar Norteamericana de 1916-1924, cuando se suspendió
la aplicación de la Constitución dominicana, para permitir que un militar estadounidense gobernara mediante
Ordenes Ejecutivas y Regulaciones7. Agregan además, que no ha existido una confusión entre inestabilidad
política e inestabilidad constitucional, sino que han ocurrido ambas. Así que, entre 1865 y 1900…puede decirse
que hubo un período de gran inestabilidad política; ahora bien, en ese mismo período hubo poco avance o
cambio político y el sistema de gobierno que establecieron las Constituciones fue poco alterado8.
Asimismo entienden, que la vida constitucional y republicana del Estado Dominicano quedó anulada con la
intervención militar norteamericana, la cual fue un abuso9. De ahí que “…muchos de los procesos de adopción o
cambio constitucional no tuvieron como contraparte procesos políticos que le dieran sustentación, aplicación
práctica y viabilidad a los mismos”; que al ser ocupado militarmente el país, por los norteamericanos desde
1916 a 1924 y, gobernado a través de Ordenes Ejecutivas y Regulaciones, hubo un “paréntesis histórico” en el
desarrollo del constitucionalismo dominicano…”10. Y que “desde 1844 a mediados de 1961 el país tuvo treinta y
un procesos constitucionales, a veces más de uno durante el mismo año, o un proceso tras otro durante varios
años consecutivos”. Entienden igualmente, “que la primera CD permaneció vigente durante diez años, un
período relativamente largo cuando se compara con los tiempos de vigencia de las Constituciones que se
adoptaron con posterioridad a ésta”; además conciben que, en la historia republicana se ha dado un
proliferación de textos constitucionales, debido a que el país tuvo entre 1865 y 1899, alrededor de quince
cambios constitucionales, lo cual reflejó no sólo la falta de estabilidad política, sino la práctica de cada
gobernante empleaba su Constitución11.
Por último, opinan éstos juristas que, los que sustentan la tesis –de continuidad constitucional- de que el país
ha tenido una sola Constitución con más de treinta reformas –como sinónimo de enmiendas-, sobre la base de
que dichas reformas no se hacían independientemente al texto original, sino más bien, que las mismas eran
incorporadas en el cuerpo de la Constitución y un nuevo texto constitucional era publicado; tienen una visión
formalista de la evolución del constitucionalismo dominicano, toda vez que no se toma en cuenta que muchos
de los textos constitucionales que se han adoptados fueron el producto de rebeliones, golpes de Estado, crisis
de orden público, etc., por lo que resulta irrelevante decir que la Constitución era la misma, pero enmendada,
habida cuenta de que esa interpretación ignora el carácter accidentado del tramado político en el que se ha
desarrollado el constitucionalismo dominicano; de donde se extrae, que no ha existido una confusión entre
5
Estas expresiones similares son sostenidas por los expertos constitucionalistas dominicanos, Julio Brea Franco, en su “Sistema Constitucional Dominicano”, ediciones Universidad Pedro
Henríquez Ureña, primera edición 1983, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 89; y Juan Jorge García, en su “Derecho Constitucional Dominicano”, editora Corripio, primera edición
1984, auspiciada por el Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, Págs. 63 y 71.
6
JORGE PRATS. Eduardo. 2005. Derecho Constitucional, T. I y II, Ed. Amigos del Hogar, Santo Domingo, República Dominicana, págs. 22-23
7
PERDOMO, Nassef. 2004. “El Mito de la Continuidad Constitucional”. Rev. Gaceta Judicial. No. 200, Año 8, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 27.
8
VEGA, Wenceslao. 2004. Historia del Derecho Dominicano, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda reimpresión, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 289
9
PEÑA GOMEZ, José Francisco. 2002. Fracaso de la Democracia Representativa a la luz del Derecho Constitucional, Ed. Manatí, primera edición, Santo Domingo, Republica
Dominicana, pág. 79
10
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 99
11
Ibidem, 85
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inestabilidad política e inestabilidad constitucional –como sustentan los de la continuidad constitucional-, sino
que han ocurrido ambas en nuestra historia republicana12.
Se puede afirmar, que en RD ha existido inestabilidad política e inestabilidad constitucional, y que la primera
no se ha traducido en inestabilidad constitucional. No es necesario que haya un texto constitucional nuevo y
completo para que exista la inestabilidad constitucional, sino más bien, un rompimiento del orden
constitucional, como ha ocurrido con el constitucionalismo dominicano, si se observa que una y otra época, se
ha tenido aplicación de textos constitucionales extranjeros, abandonando los domésticos; y más aún, ese es el
sistema de reforma y revisión, adoptado por República Dominicana. Tal como lo sustenta el abogado Wenceslao
Vega, refiriendo a la innecesaria promulgación parcial del texto constitucional reformado: “Esa aseveración la
han usado generalmente los extranjeros para probar la larga inestabilidad institucional del país y su atraso, sin
reconocer que en realidad adoptamos el sistema de que cuando se produce alguna modificación a la
Constitución, aunque sea ligera e intrascendente, se promulga un texto completo y nuevo”13.
A modo de ejemplo histórico se pueden citar las coexistencias de rupturas políticas y constitucionales
siguientes: El Primer Período Constitucional 1844-1861, el cual abarca desde la independencia de la República
hasta la “Anexión” del Estado al Reino de España, lo que significó una sujeción del Estado dominicano a nuevas
normas constitucionales, las españolas; el Segundo Período Constitucional 1865-1916, que comprende la nueva
independencia de la República, por medio de lo que se ha denominado “Restauración de la República”, hasta la
“Invasión Norteamericana”, lo que implicó una reforma constitucional al estilo caudillo y una suspensión de
aplicación de la reforma constitucional de 1916, a fin de permitir el establecimiento de un gobernador
estadounidense, asunto que prohibía dicha reforma; el Tercer Período Constitucional 1924-1965, que engloba el
fin de la Invasión Norteamericana y hasta la Guerra Civil, que trajo como consecuencia un nuevo orden político
y constitucional, al instituirse el Acta Institucional; y por último, el Cuarto Período Constitucional 1965-2009,
que incluye el término de la Guerra Civil hasta la época democrática y social de derecho actual, la cual
estableció como consecuencia la reforma constitucional de 1966.
A la par, es aceptado que la CD –en su reforma del 25 de julio de 2002- tiene una estructura singular, puesto que
consta de una Parte Dogmática, una Parte Orgánica, una Parte Reformadora, así como una Parte Transitoria, lo
que fue cumplimentado con la reforma del 26 de enero de 2010.
Es obvio que no instituye un Preámbulo, como lo estableció la primigenia Constitución, en el cual se identifican
los principios del Estado, las expectativas de futuros, las perspectivas del poder constituyente, así como la
clarificación de qué es lo que se pretende normalizar en el momento; pero, que más luego, el 26 de enero de
2010, volvió a restituir. La Parte Orgánica, incorpora la organización del poder en el Estado, así como la
sujeción del mismo a los órganos de control. En la Parte Dogmática, se evidencia la consagración de derechos,
deberes, libertades y responsabilidades de los ciudadanos, así como el establecimiento de los principios en que
se inspiran las acciones de los gobernantes. La Parte Reformadora, expresa las modalidades para reformar la
Constitución, las condiciones exigidas, y el órgano que hará la misma; en la Parte de Disposiciones Generales y
Transitorias, se regula la entrada en vigencia de manera efectiva, parcial o del conjunto de disposiciones
constitucionales, haciendo mención de la duración, propósitos, y término de lo enunciado allí; y en la
Disposición Final, menciona su entrada en vigencia y la ordenanza de su publicación íntegra e inmediata.
Esta Constitución, detallaba 122 artículos, divididos en catorce títulos y estos a su vez, en secciones. El primer
título, tiene tres secciones y siete artículos, y representan la caracterización del Estado, a la soberanía,
principio de no intervención, reconocimiento del Derecho Internacional, separación de los poderes, división del
territorio, identificación de la capital del Estado y del régimen económico y social fronterizo. El segundo título,
tienen dos secciones y tres artículos, y reseñan a los derechos individuales y sociales, sus garantías y la
recepción de los derechos reconocidos por el Derecho Internacional, debidamente ratificados por el Estado, así
también contiene, y los deberes de los ciudadanos. El tercer título, tienen dos secciones y cinco artículos, y se
12
Ibidem, Pág. 54, 68
13
VEGA, Wenceslao. 2004. Historia del Derecho Dominicano, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda reimpresión, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 288
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focalizan en la nacionalidad y sus condiciones, y la ciudadanía, derechos de los ciudadanos, pérdida y
suspensión de esos derechos. El título cuarto, consta de seis secciones y tiene treinta y tres artículos, y se
describen sobre el Poder Legislativo, requisitos, atribuciones, derechos, composición; atribuciones separadas en
Cámaras, como Congreso, como Asamblea Nacional; iniciativa en la formación de las leyes, procedimiento para
aprobar las leyes, y el principio de supremacía constitucional. El título quinto, se compone de dos secciones y
catorce artículos, y se establecen lo referente al Poder Ejecutivo, requisitos para ser presidente y
vicepresidente de la República, atribuciones del presidente de la República, la reelección presidencial, a los
Secretarios de Estado y reserva de ley en ese sentido. El título sexto, contiene seis secciones y quince artículos,
y se expresan sobre el Poder Judicial y su estructura, y funciones y atribuciones de los tribunales que dependan
del orden judicial. El título séptimo, se contrae cuatro artículos sin secciones y, se refieren a la Cámara de
Cuentas, requisitos, período, atribuciones y reserva de ley en ese sentido. El título octavo, tiene cuatro
artículos sin secciones y, se identifica con el Distrito Nacional y los Municipios, desglosados por los
Ayuntamientos y los Síndicos y Regidores. El título noveno, consigna dos artículos sin secciones, y se componen
del régimen de las provincias, así como de los gobernadores, requisitos y reserva de ley en ese sentido. El título
décimo, se compone de cinco artículos sin secciones y, se refieren a las asambleas electorales, a la Junta
Central Electoral, a la celebración de las elecciones, y a los votos necesarios para obtener el triunfo en las
elecciones. El título décimo primero, tiene dos artículos sin secciones y, establece lo referente a las Fuerzas
Armadas y la reserva de ley en ese sentido. El título décimo segundo, se constituye de veinte artículos sin
secciones y, se contraen a la bandera, escudo e himno nacional; la usurpación de autoridad, igualdad de los
dominicanos y prohibición de privilegios,, los días patrios, personalidad de las penas, sobre los yacimientos
mineros, la libertad de partidos y asociaciones políticas, inmunidad del presidente y vicepresidente de la
República, deber de juramento de todo funcionario público, incompatibilidad de la función pública, gratuidad
de la justicia, establecimiento de la moneda, prohibición de exención y exoneración de impuestos en beneficios
de particulares, regulación del sistema bancario y monetario, y sobre la ley de presupuesto anual del Estado. El
título décimo tercero, tiene cinco artículos sin secciones y, se expresan sobre las reformas constitucionales,
régimen de reforma, mecanismo y procedimiento. Finalmente, el Capítulo décimo cuarto, consta de las
disposiciones transitorias y, se enuncian sobre la culminación del período presidencial que se inicia, fecha de
las próximas elecciones, así como la separación de las elecciones presidenciales y congresionales y municipales.
Además, la CD tiene características que la hacen diferente. Esta ley fundamental del Estado es Unidocumental
o unitextual, puesto que se encuentra en un solo documento solemne; es escrita como chocante de la
consuetudinaria; es de emanación popular, habida cuenta de que fue redactada y sancionada por una Asamblea
Constituyente; pertenece al tipo de Constitución jurídico-positiva, ya que lo jurídico equivale a lo legal y no
existe mas Derecho que el expresado en la ley; es derivada, toda vez que no aporta ningún principio
constitucional nuevo, sino que los arrastra de la experiencia constitucional de otros países con estilo marcado.
Además, es una Constitución liberal, ya que tiene una declaración de los derechos individuales y sociales, con
una concepción negativa del Estado, así como la instauración del derecho de propiedad; es rígida, puesto que
no puede ser reformada por un procedimiento distinto al que ella expresamente establece; pertenece a las
constitucionales extensas, puesto que consta de 277 artículos, 19 disposiciones transitorias y 1 disposición final,
como ocurre con otras Constituciones, como la colombiana de 1991, con sus 380 artículos, además de 50
artículos transitorios, y la francesa de 1795, con sus 377 artículos; contrario a como ocurría con la reforma
constitucional del 25 de julio de 2002, que pertenecía a las Constituciones breves14, sobre la base del contenido
general que deben tener las normas constitucionales y toda vez que lo comprendido se encontraba en 122
artículos. Asimismo, es una Constitución republicana, debido a la forma de gobierno que sostiene, que es el
republicano; es una Constitución programática, toda vez que concibe aspectos ideológicos y utilitarios para el
funcionamiento del Estado; es normativa, habida cuenta de que limita la arbitrariedad del poder, por medio de
su sometimiento a las leyes y al Derecho.
14
Experto dominicano en Derecho Constitucional, entiende que la Constitución dominicana es extensa -Julio Brea Franco-; otro sostiene que no es ni muy breve ni muy extensa, sino intermedia -
Manuel A. Amiama-.
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I.2 El Constitucionalismo Dominicano y su Incidencia en la Conciencia Constitucional Dominicana
La isla de Santo Domingo comprende, actualmente, el territorio de dos países, con las denominaciones de
República Dominicana15 y República de Haití. Además, que está situada en el centro de las Antillas Mayores y es
la segunda en tamaño, después de la República de Cuba. Su extensión es aproximadamente de 77,000 km2, de
los cuales 48,442 km2 pertenecen al espacio dominicano y 29,000 km2, a la zona haitiana.
Su historia republicana ha sido dividida en “República”, no como forma de gobierno, sino más bien, de acuerdo
con los hechos trascendentes ocurridos, mediante los cuales se ha afectado su soberanía, así como por la
libertad estatal lograda sobre esos hechos.
Para algunos historiadores han existido dos República, para otros tres, otros cuatro; incluso, hay quienes
entienden que han existido cinco16. Los primeros conciben que la Primera República es 1844-1861, la Segunda
República de 1863-Actual; para los segundos, la Primera República comprende los años 1844-1861, la Segunda
República abarca 1865-1916, la Tercera República engloba 1924 y la época actual. Los Terceros delimitan la
Tercera República dentro de los años 1924-1965 y la Cuarta República entre 1965 y la época actual. Por último,
los cuarto entienden que de 1965 a 1994 existió una República, puesto que hubo un “Pacto Nacional” entre los
partidos políticos mayoritarios, debido al fraude alegado en las elecciones presidenciales y congresionales de
1994, cuyo Pacto trajo como consecuencia la modificación de la Constitución de la República para, prohibir la
reelección presidencial, instaurar la doble vuelta electoral para ganar las elecciones presidenciales, establecer
el 50 % más un voto para obtener el triunfo en la primera vuelta, separar con intervalo de dos años, las
elecciones presidenciales y congresionales; establecer los colegios electorales cerrados, implantar la
inamovilidad de los jueces, instituir la autonomía administrativa y presupuestaria de la Suprema Corte de
Justicia; y otorgarle facultad a la Suprema Corte de Justicia para conocer de manera directa de las acciones de
constitucionalidad de las leyes; de ahí que de 1994 hasta la fecha existe otra República: La Quinta.
Ha tenido, como es natural, su proceso histórico, ideológico y político –entendido como constitucionalismo- por
medio del cual ha ido logrando su propia Constitución, en la que se delimiten los poderes de los gobernantes,
así como la efectividad en las garantías de los derechos individuales y sociales de los gobernados y la
estabilidad e institucionalidad legítima del Estado, de que forma parte.
Este proceso histórico y político ha sido exhibido como lucha entre liberales y conservadores, pero olvidando
que nuestra vida republicana ha tenido corrientes liberales que han favorecido Constituciones conservadoras y,
corrientes conservadores que, en los hechos, han sostenido ideas liberales. Las ambiciones personales y las
rivalidades entre “Jefes” se han impuesto sobre las divisiones ideológicas y sobre los cambios programáticos
propuestos.
De ahí que es más plausible analizar el constitucionalismo dominicano desde la óptica del triunfo en los textos
de las corrientes liberales, aunque por razones históricas, políticas y sociológicas, las fuerzas conservadoras se
han impuesto en los hechos, llegando a descomponer conforme a sus apetencias personales, el contenido
constitucional.
15
República Dominicana, es denominada hoy en día, la capital del Merengue y de la Bachata, tomando en cuenta los orígenes de estos ritmos musicales por autores, compositores y cantantes, así
como por su nacimiento en suelo dominicano.
16
El profesor, abogado y politólogo dominicano Flavio Darío Espinal, en su “Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República dominicana”, hace una clasificación del constitucionalismo
dominicano de la siguiente manera: 1844-1861, 1865-1916, 1924-1961, 1961-1966, 1966-1986 y 1986-1994.
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Jesús De Galíndez17, con sabiduría sobrada, entiende que para el estudio de la historia constitucional de la
República Dominicana, se debe dividir la misma en períodos constitucionales, sustentando al efecto, que en
dicho país han existido tres períodos constitucionales. A saber: 1. 1844-1861 (interrumpido por la Anexión a
España), 2. 1865-1916 (interrumpido por la ocupación norteamericana), y 3. 1923 hasta el día de hoy.
Este autor que, fue secuestrado y desaparecido físicamente en marzo de 1956, al día de hoy, tal vez, tuviera
una ampliación histórica de la historia constitucional dominicana, puesto que posterior a su ausencia han
existido procesos históricos semejantes en sus causas y efectos, que los que él había tomado en cuenta para la
estructuración de los períodos constitucionales.
Otros autores, como el profesor Julio Brea Franco, sostienen que la historia constitucional dominicana debe ser
dividida en tres grandes períodos: 1. Primera República 1844-1861; Segunda República 1865-1916; y Tercera
República 1924-1966.
A diferencia de otras naciones de América Latina, la actual República Dominicana, no se enfrentaba a potencias
europeas para lograr su independencia nacional, sino mas bien, a una nación vecina, conocida con el nombre de
República de Haití.
Haití, había ocupado la parte oriental de la isla “La Hispaniola” en el período comprendido entre el 09 de
febrero de 1822 y 27 de febrero de 1844, con la interrupción de la “Independencia Efímera de 1821”,
sustentada por José Núñez de Cáceres, y la cual solo se mantuvo unos tres meses. También, se le había puesto
fin a la “Era Francesa en Santo Domingo” en 1809, así como a la sumisión española en 1821.
Esta isla “La Hispaniola” fue colonia española hasta 1777, fecha en que se reconoció a Francia por parte de
España, en virtud del Tratado de Aranjuez, el control sobre la parte occidental de dicha isla. Casi dos décadas
después, 1795, España le concedió también a Francia, la parte oriental de la isla, de acuerdo con el Tratado de
17
JESUS DE GALINDEZ, ilustre ciudadano español que llegó a la República Dominicana como exiliado del Reino de España a raíz de la guerra civil española de finales de 1939, cuando tenía
24 años de edad. Trabajó para el gobierno dominicano de la época “Dictadura de Trujillo”, llegando a ocupar importantes cargos en la administración pública, dentro de los que se mencionan:
Ponente y docente en la Escuela Diplomática de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, y consultor de la Secretaría de Estado de Trabajo. A principios del
año 1946 se estableció en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América, declarándose enemigo del régimen dictatorial dominicano protagonizado por Rafael Leonidas Trujillo Molina
(al cual le sirvió más de seis años: 1939-1946), y cuestionando la paternidad del dictador sobre su hijo predilecto Rafael Leonidas Trujillo Martínez –Ranfis-. Fue profesor de español y
estudiante doctoral en la Universidad de Columbia, Nueva York. Su Tesis doctoral phd, concluida en 1956, con 703 páginas, en la cual declara una cruda realidad sobre Trujillo y su familia, fue
presentada a dicha Universidad en idioma inglés, bajo el título de “Trujillo´s Dominican Republic: A Case Study of Latin American Dictatorship” -La Era de Trujillo: Un Estudio Casuístico de
Dictadura Hispanoamericana-. En ella hace pública, informaciones confidenciales e importantes sobre la dictadura de Trujillo. Fue secuestrado el 12 de marzo de 1956, al salir de clases y
dirigirse a la estación del Metro urbano entre la calle 57 y 8va. Avenida de Manhattan. Nunca más se ha vuelto a saber de él, no logrando en vida, materializar su sueño y esfuerzo intelectual de
obtener su doctorado phd. De su desaparición fue acusado el régimen de Trujillo, de quien se dice envió a secuestrarlo y asesinarlo, debido a la cara negativa internacional a la que había
sometido al régimen, con sus declaraciones y publicaciones, Esto provocó un escándalo internacional, más cuando en las investigaciones se determina que De Galíndez posee doble ciudadanía:
española y estadounidense. Este escándalo siguió en aumento por la desgracia a la que había caído el régimen -de Trujillo- con los Estados Unidos de América, con cuyo apoyo había contado
siempre, y que ya le había solicitado que abandonara la presidencia y se exiliara en su territorio, o que escogiera el país de destino. A esto se sumó las contradicciones del régimen con la Iglesia
Católica. Su Tesis, debido a la importancia del tema en la época, fue publicada inmediatamente en las Repúblicas de Chile y Argentina, en 1956, en el primer caso, por medio de un amigo de De
Galíndez, Alfonso Naranjo, nacional del primer país. Más luego, fue publicada en los Estados Unidos de América, en el Reino de España y en Francia, en este último caso, bajo el título de
“L´ere de Trujillo”. Esta obra del intelecto humano, ha sido considerada por Wiarda Howard, como “el primer estudio académico sobre una de las más largas y complejas dictaduras del siglo” -
Véase: The Era of Trujillo: Dominican Dictador, by Jesús de Galíndez”, the american political Science Review, Vol. 68, March 1974, Pág. 819-. Se sostiene que en el País Vasco, España, lugar
natural de De Galíndez, la Tesis doctoral fue publicada cuarenta años después -en la década de los 90-, a través de la Editora Ekin, Bilbao, País Vasco. Asimismo, que en República Dominicana,
dicha Tesis, fue publicada por vez primera en 1975; otros entiende que fue en 1984, y finalmente, otros no dudan que fue en 1999. A pesar de esa discrepancia, hoy por hoy, dada la libertad de
expresión existente en República Dominicana, dicha Tesis doctoral es publicada como obra didáctica e histórica de suma importancia y de obligada consulta, en los centros comerciales y
librerías públicas, bajo el título “La Era de Trujillo”. Otras obras de Jesús De Galíndez, son: 1. “La Aportación Vasca al Derecho Internacional”, Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca
Ekin, 1942; 2. “Principales Conflictos de Leyes en la América Actual”, Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca Ekin, 1945, 335 páginas; 3. “Los Vascos en el Madrid Sitiado. Memorias del
Partido Nacionalista Vasco de la Delegación de Euzkadi en Madrid desde septiembre de 1936 a mayo de 1937”. Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca Ekin, 1945, 188 páginas; 4. “El
Derecho Vasco”, Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca Ekin, 1947, 220 páginas; 5. “Estampas de la Guerra”, Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca Ekin, 1951, 224 páginas; 6. “La Tierra
de Ayala y sus Fueros”, Buenos Aires, Argentina. Editorial Vasca Ekin, 1957, 232 páginas.
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Basilea.
En 1804 los esclavos negros de la parte occidental de la isla lucharon por su liberación, materializando su
independencia y logrando ser la primera república negra que se conociera. Para 1809 un movimiento pro-
español de la parte oriental logró el regreso al reinado español. Se vivió tiempos de penurias en esta época
conocida como “La España Boba”. En la época algunos grupos de luchas propugnaban por el retorno a España;
otros por el protectorado francés; y finalmente otros, por la creación de una nación y Estado independiente de
toda potencia. El dominio español, durante “La España Boba”, fue aplastado por los dominicanos, con la
Independencia Efímera de 1821, dirigida por José Núñez de Cáceres, ut supra.
El gobierno haitiano, en 1822 y bajo el mando de Jean Pierre Boyer, ocupó la parte oriental de la isla, bajo la
premisa de que la misma era “Una e Indivisible”, todo esto con sustento en la Constitución haitiana de la época
y sobre la base de lo deleznable y la apreciada corta duración de la Independencia sostenida. Más de dos
décadas después y con posterioridad del denominado “Manifiesto del 16 de Enero de 1844”, en el cual se
plantearon formalmente las aspiraciones independentistas y de liberación nacional, bajo un sistema
democrático; la parte oriental de la isla proclamó su separación de Haití, con la Independencia Nacional del 27
de febrero de ese año.
Con la declaración de independencia, surgen luchas amargas entre los liberales de la época, encabezados por el
padre de la patria Juan Pablo Duarte18, y los conservadores, capitaneados por el hatero y general Pedro
Santana, quien utilizó su poder militar para imponer su mando en perjuicio de los opositores.
Para febrero de 1844 se constituyó una Junta Central Gubernativa Provisional -o Comité Insurreccional-,
presidida por el también padre de la patria, Francisco Del Rosario Sánchez. En marzo del mismo año, se
conformó de manera definitiva una Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla y Briones,
organismo que se encargó de organizar las elecciones para elegir los miembros de la Asamblea Constituyente;
elecciones estas que se celebran y, dicha Asamblea, bajo la presidencia de Manuel María Valencia, inicia sus
trabajos en el mes de septiembre.
A pesar de que el general Pedro Santana, contaba con una maquinaria militar, poderío económico, así como un
sólido control sobre el proceso político, la Constitución preliminar aprobada no resultó de su agrado, puesto
que en ella se vislumbraban los valores y principios liberales sustentados por Juan Pablo Duarte, tales son los
casos de la no reelección presidencial, el establecimiento de un gobierno civil y la subordinación del poder
militar al civil. Cuando el general Santana, se entera de los aspectos liberales de la Constitución a aprobarse
definitivamente, se negó a aceptar ser elegido presidente de la República si se mantenía el texto de la
Constitución como estaba concebido, con la convicción de que sería el primer presidente a escoger y elegir,
debido su influencia militar y económica, así como política, en ese momento; de ahí que autorizó a sus
militares cercar el lugar donde sesionaba la Asamblea y le demandó a esta que aprobaran una Constitución que
permitiera que el poder militar fuera el titular del poder político, puesto que se encontraban en tiempos de
guerra con el vecino país: Haití.
Al principio, la Asamblea no aceptó las exigencias de Santana, lo que produjo una crisis política que mantuvo
una tirantez entre la Asamblea y la Junta Central Gubernativa, la cual accedió a instancia del presidente de
este último organismo, estableciendo un último artículo en la Constitución que establecía plenos poderes al
Presidente de la República y lo convertía en el Ser Supremo. Con este artículo agregado, el 210, último de la
Constitución, se consagra una dictadura política que invalida las simientes democráticas de la Constitución que
se pretendía aprobar anteriormente. Como era de esperarse, hubo protesta por el artículo agregado,
18
En República Dominicana son considerado Padres de la Patrias, sin discusión alguna, a: Juan Pablo Duarte y Diez, Matías Ramón Mella y Castillo y Francisco Del Rosario Sánchez
(quienes encabezaron el movimiento de independencia del 27 de febrero de 1844, con un grupo formado por menos de cien combatientes). Hay historiadores que entienden que debe agregarse a
esta lista al general Gregorio Luperón, puesto que después de independizada la República, fue anexada a España en 1861 por el presidente y general Pedro Santana, siendo el general Luperón
el líder y guía de la batalla del 16 de agosto de 1863, que dio el triunfo a los dominicanos y con la cual se logró restaurar la República. Se le denomina a esta batalla “Guerra de Restauración”.
De ahí que, en RD, son días de fiestas patrias el 27 de febrero y 16 de agosto de cada año. En el primero se celebra la Independencia Nacional, y en el segundo, la Restauración de la República;
además, de que, esta última fecha, es el día de traspaso de mando de la Presidencia de la República, así como de traspaso de curul cada cuatro años de los Legisladores, Alcaldes, Regidores y
Directores de Distritos Municipales.
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protagonizada por Buenaventura Báez, quien había sido uno de los constituyentes de la Constitución
originalmente aprobada.
Satisfecho el general Santana, con los plenos poderes a otorgar al presidente, aceptó ser elegido Presidente de
la República por dos periodos consecutivos, tal como lo expresa la Constitución aprobada, de cuatro años cada
uno, siendo juramentado en fecha 13 de noviembre de 1844, previa aprobación definitiva en menos de dos
meses de la Constitución el 06 de noviembre de ese año, y cuyos mandatos terminaría el 15 de febrero de 1852.
Por su parte, la Junta Central Gubernativa, resolvió disolverse, habida cuenta de que había cumplido con su
misión de dotar al país de un gobierno Constitucional19.
Esta primigenia Constitución, ha sido sintetizada así: “Como una estructura dogmática de orden político
propiamente dicho, la Constitución de San Cristóbal puede caracterizarse así: Estableció el régimen
democrático de gobierno en su interpretación clásica, determinada por la creación del gobierno electivo,
representativo y responsable. Creó la división tripartita a lo Montesquieu del ejercicio del poder público.
Garantizó los derechos individuales al estilo francés de la Revolución. Organizó las provincias de acuerdo con lo
tradicional español y dio al Ayuntamiento, también a la manera peninsular, el carácter básico del sistema
político de la nación”20.
Esta Constitución, fue estructurada con el amparo de ideas liberales y democráticas, y de la siguiente manera:
Consta de 21021 artículos, divididos en títulos y estos a su vez, en capítulos. Iniciada por las palabras
sacramentales “En el nombre de Dios uno y trino, autor y supremo legislador del Universo”. Le continúa un
preciso Preámbulo, que desglosa los principios patrios enarbolados por el Estado; también contiene lo relativo a
los derechos públicos de los dominicanos; la nacionalidad, el derecho de los extranjeros a residir en el país sin
permiso especial, los derechos de los ciudadanos y sus garantías estatales y procesales ante los tribunales de la
República, tales como principio de legalidad y principio del juez natural; el control difuso de
constitucionalidad; instauración de un Congreso Bicameral, compuesto de un Tribunado y un Consejo
Conservador; un Poder Ejecutivo bajo la dirección del presidente de la República; establece cuatro Secretarías
de Estado, para la organización del Estado: Justicia e Instrucción Pública, Hacienda y Comercio, Interior y
Policía y Guerra y Marina. Además, instituye los tribunales del orden judicial; esto son, una Suprema Corte de
Justicia, las Cortes de Apelación, y una reserva de ley sobre la creación de nuevos tribunales y su
funcionamiento. Organiza al Estado en su interior, al especificar que existe un régimen de provincias y uno para
las comunes; se creó la Diputación, que era un cuerpo legislativo para cada provincia, compuesto por cuatro
diputados. Igualmente, establece lo referente a las elecciones, el voto indirecto y los ayuntamientos; Contiene
también, una amplia reserva de ley, en cuanto a variadas materias institucionales, así como disposiciones
transitorias que suplantan la voluntad popular, al expresar claramente que el presidente de la República
escogido por la Asamblea Constituyente durará dos períodos consecutivos en el cargo, pero éste debía ser
propietario de bienes raíces.
Pero, con fiasco y valentía, también se entiende que “la Constitución dominicana marca el primer hito del
poder constituyente dominicano. Ella legitima al Estado dominicano, dándole carácter de valor permanente a la
obra de los trinitarios en lo que se refiere a la consagración de la República. Este es su mayor mérito, porque
en lo que atañe a la organización democrática de la sociedad sus miras resultaron fallidas, pues en el Congreso
Constituyente de San Cristóbal quedó legalizado el golpe de Estado de Santana, que fue “electo” presidente de
la República, mientras en el exilio sufrían inmenso dolor los verdaderos fundadores de la nacionalidad, con el
estigma de traidores a la Patria”22.
El presidente Santana, no solo se encontraba satisfecho por el recién aprobado artículo 210, que lo convertía en
19
MOYA PONS, Frank. 2008. Manual de Historia Dominicana, Ed. Búho, C. por A., 14 edición, Santo Domingo, República Dominicana, págs. 294.295
20
PEÑA BATLLE, Manuel Arturo. 1981. Constitución Política y Reformas Constitucionales, 1844-1942. Vols. I y II. Publicaciones ONAP, Santo Domingo, Republica Dominicana.
21
Este último artículo, eliminó el carácter democrático y liberal de la Constitución de 1844, puesto que convierte en dictador al presidente de la República. El presidente es también, legislador y
tribunal, así con centinela de la frontera y del Estado, como comandante en jefe de las fuerzas armadas y de la política de dicho Estado.
22
PEÑA GOMEZ, José Francisco. 2002. Fracaso de la Democracia Representativa a la luz del Derecho Constitucional, Ed. Manatí, primera edición, Santo Domingo, Republica Dominicana,
pág. 31
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dictador con autorización previa y por votación popular indirecta; sino también, con las demás disposiciones
transitorias de la Constitución aprobada. Estas disposiciones establecían que el primer presidente de la
República sería electo por la Asamblea Constituyente, sin necesidad de elección popular; además, de que
permanecería en el cargo por dos períodos presidenciales consecutivos.
Con este texto constitucional el presidente de la República, creó las llamadas “Comisiones Militares”,
desvirtuando sus atribuciones originales, puesto que las mismas eran referentes a conflictos armados por y para
la patria; en tanto que, por medio a ellas, persiguió y mandó fusilar a sus opositores23, los cuales eran los
liberales de la época encabezados por los Padres de la Patria. Un ejemplo de estos fusilamientos fue el de María
Trinidad Sánchez, tía de uno de los padres de la patria: Francisco Del Rosario Sánchez24.
Los intereses eran claros, puesto que el 22 de agosto de 1844, la Junta Central Gubernativa, presidida por
Tomás Bobadilla y Briones, pero controlada por el jefe militar y hatero, general Pedro Santana, había decidido
declarar a Juan Pablo Duarte y los líderes de la denominada “Sociedad Secreta La Trinitaria”, traidores e
infieles a la Patria, ordenando su expulsión y destierro a perpetuidad del país, so pena de muerte.
El plan del presidente Santana, se había consumando: “Soy el hatero, militar y político más poderoso e
influyente del nuevo Estado; sin mí, los invasores tendrían el control de un territorio que se encuentra en el
novicio y no existiría independencia; por lo que, inmediatamente tome la Presidencia de la República, haré lo
que yo quiera con y en este territorio y, eliminaré a los únicos que pueden hacerme frente; y a los que no
pueda eliminar físicamente, los destierro a perpetuidad, para de esa manera, gobernar en mi tierra cuantas
veces quiera y para siempre, porque esto es mío25”
Esta Constitución permaneció vigente durante diez años, aproximadamente; o sea hasta 1854, más tiempo que
el que duró el presidente de la República en el cargo, que había sido hasta 1852, pero del que renunció
voluntariamente el 04 de agosto 1848. Le sustituyó en el cargo un Consejo de Secretarios de Estado que ejerció
el Poder Ejecutivo desde el 04 de agosto de hasta el 08 de septiembre de 1844, presidido por Domingo De la
Rocha, Secretario Justicia e Instrucción Pública. A este Consejo le sucedió desde el 08 de septiembre de 1848
hasta el 29 de mayo de 1849, el Ministro de Guerra y Marina, general Manuel Jiménez.
En marzo de 1849, el general Santana, debido a su capacidad, prestigio y fortaleza militar, fue solicitado por el
Congreso Nacional para que enfrentara a una de las irrupciones militares más significativas de Haití en el país,
desde la declaratoria de Independencia. Como esperaba el Congreso Nacional, el general Santana hizo frente a
las tropas invasoras, obteniendo respectivas victorias en las llamadas batallas de “El Número” y “Las Carreras”,
los días 17 y 23 de abril de ese año, obligando a los haitianos a abandonar el territorio dominicano.
El general Santana, el 23 de septiembre de 1849, deja la presidencia de la República, siendo electo presidente,
en su lugar, el Senador Buenaventura Báez, quien asumió la presidencia el 24 de septiembre de ese año hasta el
15 de febrero de 1853. Báez fue sustituido nueva vez por el general Santana, el 15 de febrero de 1853 hasta su
nueva renuncia el 26 de mayo de 1856.
En este nuevo período presidencial, Santana hizo que se revisara en dos ocasiones la Constitución,
23
Resulta asombroso y conmovedor que cien años después, a modo de ejemplo, para 1944, al Presidente dominicano se le pudiera estudiar con estas palabras: “El generalísimo (Rafael Leonidas
Trujillo Molina, gobernante durante el período 1930-1961) era capaz de recibir credenciales del Embajador a la vez que de extenderle un cheque en dólares al mismo día para ponerlo de sus
parte; era capaz de vestir su traje blanco, al que estaban y están obligados los diplomáticos al llegar al país, y al mismo tiempo decir que eliminaran a Fulano o a Zutano porque ya “se estaba
convirtiendo en un problema para el gobierno”. Veloz Maggiolo, Marcio. “El Jefe iba Descalzo”. Editorial abc, 2005, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 45.
24
María Trinidad Sánchez, fue condenada a muerte sin juicio previo ni ejercicio de derecho a la defensa efectivo, el 25 de febrero de 1845. Hoy en día esta ciudadana, es considerada como
insigne y una de las mujeres ilustres de la historia de República Dominicana. Además fueron fusilados los generales José Joaquín Puello y Antonio Duvergé; dichas sentencias sobre la base de
la norma constitucional suprema, la cual fue hecha a imagen y semejanza del dictador.
25
Esas expresiones son del autor del presente trabajo de investigación, y son el producto de una lectura y estudio acabado sobre la vida del expresidente, general Pedro Santana.
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específicamente en 1854. En estas revisiones –la primera en febrero, fue una revisión; la segunda en diciembre,
fue una reforma- se pretendían introducir cambios importantes en la Constitución de 1844, puesto que se
expresaban las aspiraciones liberales y democráticas como contrapeso de las conservadoras.
En la revisión de febrero, aunque se dejó intacta la estructura del poder, fue una profunda revisión, puesto que
se alteraron 70 artículos. Entre los cambios surgidos, se encuentran: Limitación de los excesos del Poder
Ejecutivo, con la creación de una relación contrarrestada en la estructura del gobierno; aumento del número
de legisladores, dándole fortaleza al Poder Legislativo, así como mayor independencia del presidente de la
República; eliminación del famoso artículo 210, que le dio poderes dictatoriales al general Santana, pero
dejando en sus manos disposiciones legales que permitían copiar y ampliar las disposiciones del texto
constitucional, como el restablecimiento –por parte del Congreso Nacional, el cual controlaba- del decreto del
18 de diciembre de 1845, con el que había creado Comisiones Militares e imponer penas de muerte a los
adversarios; facultad del Congreso para elegir los arzobispos y obispos de la República; prohibición al
presidente de la República la exclusividad en la promoción de oficiales del ejercito y la marina; designación de
los Síndicos y Regidores por Corregidores y Vocales, así como de Jefes Superiores Políticos por Gobernadores;
establecimiento de dos períodos presidenciales de cuatro años y sin reelección consecutiva; prohibición de la
intromisión del Poder Ejecutivo en el “Poder Judicial”, aunque la facultad de designar a los jueces de primera
instancia, previo a una lista de los diputados provinciales; supresión de las Cortes de Apelación; fortalecimiento
de la inmunidad de los legisladores; designación en cuanto al Congreso Nacional, que estaría compuesto con las
denominaciones de: Tribunado por Cámara de Representantes, y de Consejo Conservador por Senado;
designación por parte del Senado, de los Jueces de la Suprema Corte de Justicia; creación por vez primera del
cargo de Vicepresidente de la República; exclusión de preeminencia del “Jus Sanguinis” sobre el “Jus Solis”,
como principio para la adquisición de la nacionalidad; eliminación de la condición de ser propietario de
inmuebles para la adquisición de la nacionalidad dominicana; y otorgamiento de mayor autonomía a los
Ayuntamientos.
A pesar de la abolición de citado texto constitucional –art. 210- y del corte liberal de la revisión constitucional –
la de febrero de 1854-, la relevancia final estuvo inclinada hacia el general Pedro Santana, toda vez que la
preeminencia de esta revisión se baso en la permanencia de la Iglesia Católica como religión del Estado,
restricción del derecho a elegir y ser elegido, y la instauración de una disposición transitoria que expresó que el
presidente de la República permanecerá en el poder dos periodos consecutivos, dejando de lado la disposición
constitucional que prohibía la reelección presidencial consecutiva.
Independientemente de los dos períodos presidenciales específicos en la Constitución recién votada, a favor de
Pedro Santana, éste no se sentía satisfecho con la revisión alcanzada, por lo que el 25 de septiembre del mismo
año demandó del Congreso Nacional que adoptara una nueva Constitución que garantizara la estabilidad del
país. El poder de convencimiento de este general, dadas las circunstancias de la época, se impuso y, en fecha
17 de noviembre de 1854, la necesidad de reformar la Constitución había nacido. Sorprendentemente, diez días
después se concluyó el proceso de revisión constitucional y Santana tendría una Constitución a su medida. El
texto aprobado era autoritario, no liberal. Esta Constitución elevó el período presidencial a seis años, creó un
Congreso Unicameral, y se establecieron los poderes del famoso artículo 210 de la primigenia Constitución.
En cambio, en la reforma de diciembre -que fue realizada en diez días-, fue debilitado el Poder Legislativo, al
crearse un Congreso Unicameral –Senado Consultor26- y puesto que la iniciativa de ley solo la podía ejercer
conjuntamente con el presidente de la República; además, se limitaron los derechos individuales y sociales,
toda vez que dejaba en manos del presidente de la República dictar las leyes que regularan esos derechos y
libertades, ampliando la gama de disposiciones del artículo 210 ut supra; se estableció que el presidente de la
República permanecería dos períodos consecutivos en el cargo; se clarificó la situación de cuál era el Tratado
con el que se regían los límites de la frontera dominico-haitiana –el de Aranjuez de 1795-; se extendió el
período presidencial de cuatro a seis años, con prohibición de la reelección inmediata; y se delimitó las
funciones del Vicepresidente de la República, en el sentido de que a falta del Presidente, solo podía convocar a
26
Su utilidad la refleja su nombre “Consultor”. Era una fachada de Poder Legislativo, habida cuenta de que era usado a su antojo, por parte del caudillo.
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los Colegios Electorales para que designen el sucesor presidencial.
El presidente Santana abandonó el cargo antes de terminar su mandato de doce años, legitimados por los
constituyentes de diciembre de 1854. Fue sustituido por el vicepresidente de la República, general Manuel De
la Regla Mota. Este mantuvo la presidencia hasta el 08 de octubre de 1856, fecha en que retorna a la
presidencia Buenaventura Báez, hasta el 12 de junio de 1858. El gobierno de Báez se caracterizó por acrecentar
las erradas políticas económicas del general Santana, así como la no reducción de los niveles de represión
alcanzados. Esto motivó a que productores, comerciantes e intelectuales de la región del Cibao organizaran una
resistencia militar al gobierno; que trajo como consecuencia una guerra civil que concluyó en junio de 1858,
con la victoria de los revolucionarios cibaeños.
El resultado no fue el esperado. Se establecieron dos gobiernos simultáneos en el país: 1. En el Cibao, presidido
por el general José Desiderio Valverde y Mallol, desde el 07 de julio de 1857 hasta el 31 de agosto de 1858; 2.
En la Capital de la República, Santo Domingo, encabezado por Buenaventura Báez Méndez.
El gobierno del Cibao, sobre la base de que con un texto constitucional liberal y democrático se podrían
resolver las diferentes crisis de facciones, confrontaciones militares y la lucha por el poder del Estado,
organizaron una Asamblea Constituyente, a partir del 07 de diciembre de 1857, la cual concluyó los trabajos el
18 de febrero de 1858, con la adopción de una nueva Constitución, denominada “Constitución de Moca27”. Esta
Constitución estableció períodos presidenciales de cuatro años sin reelección consecutiva, restituyó el Congreso
Bicameral; los jueces de la Suprema Corte de Justicia eran designados por el Senado, de la lista de candidatos
presentados por la Cámara de Representantes; excluyó al Poder Ejecutivo del proceso de selección de los
miembros del Poder Judicial; definió el régimen de excepción; se estableció también, que la Asamblea
Constituyente, en esta ocasión solamente, elegirá al Presidente y Vicepresidente de la República; hizo una
descentralización del país, al dividirlo en Departamentos, los cuales eran dirigidos por Gobernadores designados
por el Poder Ejecutivo; se instituyó la elección por medio del voto directo, al presidente y vicepresidente de la
República, Cámara de Representantes, los Diputados Provinciales, los Síndicos y los Regidores; se prohibió la
pena de muerte por delitos políticos; se estableció el principio de igualdad ante la ley, con aplicación para los
extranjeros; se solidificó la supremacía del Poder Legislativo sobre el Ejecutivo; se establecieron dos grados
para el conocimiento de los litigios, excluyendo a la Suprema Corte de Justicia como un tercer grado; y se
declaró a la ciudad de Santiago de los Caballeros28, capital de la República y asiento del gobierno.
El gobierno cibaeño, tuvo corta duración; menos de un mes. En julio de 1858 el general Santana y sus fuerzas
militares destronaron al gobierno instituido por los revolucionarios en la ciudad de Santiago de los Caballeros,
en contra del gobierno de Buenaventura Báez. Encabezó un Golpe de Estado contra la sublevación cibaeña y
toma el poder del Estado. Se proclamó jefe del gobierno y restableció la ciudad de Santo Domingo como la
capital de la República y asiento del gobierno nacional. En septiembre del mismo año, Santana anuló la
Constitución, alegando que la esta no proveía seguridad ni bienestar al país, restableciendo así, la Constitución
de diciembre de 1854, que le daba plenos poderes y autoritarismo. Este mandato se mantuvo hasta el 18 de
marzo de 1861, fecha en que éste proclamo la Anexión de la República a España29, bajo el fundamento de que
“España era la madre que toma de nuevo a su hijo para darle paz, protección y seguridad”30.
Producto de la Anexión de la República, el general Santana renunció a su mandato, puesto que el gobierno
español envió de manera sucesiva a oficiales españoles, quienes presidirían el gobierno en territorio dominicano
27
Se le llamó así, debido al lugar donde sesionó la Asamblea, en la ciudad de Moca, provincia Espaillat; al norte de República Dominicana.
28
La ciudad de Santiago de los Caballeros, forma parte del Cibao (región norte del país). Hoy en día se le denomina a Santiago de los Caballeros, la Ciudad Corazón y Capital del Cibao. La
Región Norte o Cibao, es la zona que cuenta con el más amplio poder económico de la República, así también, es la más rica en tierra fértil, agricultura y empresas comerciales. La República
Dominicana, actualmente, tiene 31 Provincias y 1 Distrito Nacional. De esas 31 Provincias, 15 pertenecen a la Región Norte o Cibao, si se toman en cuenta de manera expedita los “Cuatro
Puntos Cardinales” (Norte, Sur, Este y Oeste), a saber: Santiago de los Caballeros, Santiago Rodríguez, Puerto Plata, Espaillat, Samaná, Monte Plata, Hermanas Mirabal, La Vega, Monseñor
Novel, Montecristi, Valverde, Duarte, Sánchez Ramírez, Dajabón y María Trinidad Sánchez.
29
La “Anexión de República Dominicana” al Reino de España, fue considerada como una acción inconstitucional, clandestina, irregular y nula; por parte de senadores de la época, tales como
Pedro Pablo Bobadilla, Manuel María Valencia y Melitón Valverde. Véase: Flavio Darío Espinal, en su “Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana”, ed. Manatí,
primera edición 2001, auspicio de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra –PUCMM-, Santo Domingo, República Dominicana, Pág. 79
30
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 78
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y encontrándose éste con su poder autoritario disminuido. A partir del 16 de agosto de 1863 inicia la “Guerra
Restauradora”, constituyéndose el 14 septiembre de ese año un Gobierno Provisional Restaurador, presidido por
el general José Antonio Salcedo, el cual se mantuvo hasta el 10 de octubre de 1864, cuando fue derrocado. El
general Santana ya había falleció el 14 de junio de 1864, de ahí que no presenció cómo los dominicanos en 1865
pusieron fin a la guerra sangrienta contra los españoles, trayendo como consecuencia la restauración de la
Independencia Nacional. Al general Salcedo, en este período republicano y constitucional, le siguieron en
mandato, el general Gaspar Polanco y Borbón, una Junta Provisional Gubernativa y el general Pedro Antonio
Pimentel.
Con la interrupción del constitucionalismo dominicano hasta marzo de 1865 –fecha en que España declaró
formalmente el fin de la Anexión y retiró sus tropas a más tardar en julio de ese año-, como corolario de la
“Anexión de la República” al Reino de España, de protestas en contra de la misma, persecuciones políticas y,
una guerra restauradora de aproximadamente dieciocho meses de duración. La República, de la misma manera,
se enfrentó una inestabilidad política.
Se sustenta que desde 1865 a 1899, RD tuvo alrededor de sesenta y cinco gobiernos31, muchos de los cuales
duraban meses o días32 y, que cuando hubo estabilidad política y continuidad de los gobernantes fue bajo la
sombra de mandos autoritarios33. Pero asimismo, es indudable, que durante el período de 1865 a 1916, el país
contó con diecisiete reformas constitucionales, específicamente, durante los años 1865, 1866, 1868, 1872,
1874, 1875, 1876, 1877, 1878, 1879, 1880, 1881, 1887, 1896, 1907, 1908 y 191634.
El primer gobierno de la “Nueva República”, en fecha 14 de septiembre de 1865, adoptó un nuevo texto
constitucional -puesto que había nacido otra República-, el cual se mantuvo vigente pocos días y, había sido
estructurado con sostén en las Constituciones de 1854 y 1858, puesto que se estableció lo que no había existido
desde la independencia de la República, acontecida el 27 de febrero de 1844: El sufragio universal “sin
condiciones restrictivas”.
Este texto constitucional, como se ha dicho, fue promulgado bajo la sombra de la Constituciones de 1854 y la
de Moca de 1858, aunque más democrática y liberal, dado el cambio de los tiempos y las circunstancias, en el
entendido de que el país había tenido varias reformas constitucionales a la medida del gobernante de turno, así
como por la recién obtenida nueva independencia nacional. Esta Constitución estableció la prohibición de la
pena de muerte por causas políticas, la diversidad de religiones en el país, se excluyó el requisito de ser
propietario de bienes raíces para optar por la presidencia de la República, así como por un cargo al Congreso.
Además, instituyó un nuevo poder del Estado, el Municipal –al estilo del proyecto de Constitución del padre
fundador de la República: Juan Pablo Duarte-.
Durante la vigencia de la Constitución de referencia, se inició una rebelión armada por parte de los adeptos del
denominado Partido Rojo35, a favor del expresidente de la República, Buenaventura Báez, y cuyo resultado fue
exitoso para los que favorecían dicho movimiento, habida cuenta de que derrocaron al gobierno existente y en
su lugar colocaron a su líder y guía.
31
El destacado abogado dominicano, Dr. Wenceslao Vega, sostiene que entre 1865 y 1990, rigieron el país 30 gobiernos, de los cuales 11 surgieron de elecciones; los demás, surgieron de
revoluciones, asonadas, acuerdos políticos. “Historia del Derecho Dominicano”, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda reimpresión, 2004, Santo Domingo, República Dominicana, Pág.
289
32
El Dr. Wenceslao Vega, sostiene que entre 1865 y 1899, 28 gobierno se sucedieron durante esos treinta y cuatro años, que el de mayor duración fue el de Ulises Heureaux con doce años
consecutivos. Además entiende, que los situaciones de interinidad entre uno y otro gobierno, no se cuentan en este cómputo.
33
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 81
34
La reforma constitucional de 1916 ha sido dejada de lado por la mayoría de los constitucionalistas dominicanos, puesto que no tuvo aplicación en el territorio. La causa de esta inaplicación
constitucional se fundamenta en el hecho de que en el año 1916 el territorio dominicano fue víctima de una “Intervención Militar Norteamericana”, como corolario de deuda externa, la cual
duró aproximadamente ocho años; de ahí que tuvieron aplicación las Ordenes y Regulaciones del gobierno provisional norteamericano, no la norma suprema de la República. Vale decir, con la
vigencia de la Constitución de 1916, el imperio norteamericano no podía establecer un gobierno a su imagen y semejanza en la República Dominicana, por lo que suspendió su vigencia, bajo
los criterios de deudas externas que fueron amparados por lo que se conoce en el Derecho Internacional Público como la “Doctrina Drago”.
35
Para la época existían los partidos Rojo y Azul. El primero, representaba a las fuerzas conservadoras, bajo el liderazgo del expresidente de la República, Buenaventura Báez. El segundo,
pertenecía a la corriente liberal, con especificidad en la Región del Cibao, parte norte de la República Dominicana, bajo el liderazgo del general Gregorio Luperón. Estos dos partidos, durante la
época, mantuvieron a la República Dominicana, en constante guerra, de cuya duración se estima en casi tres años.
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Una vez en el poder, el Presidente Báez, decide abolir la Constitución de noviembre de 1865, para en su lugar
situar la Constitución de diciembre de 1854, la cual era más afín a su personalidad, a sus propósitos y a las
circunstancias existentes. Los gobiernos no eran duraderos, sino más bien, que quienes lo presidían solo
lograban tener la condición de presidente, sin saber si al otro amanecía con el cargo.
La oposición política, patrocinada por el Partido Azul, presidido por el general Gregorio Luperón36, se rebeló en
contra del presidente Báez, pregonando el restablecimiento de la Constitución de 1865, impuesta por el
movimiento restaurador, y logrando que éste renunciara en mayo de 1866.
Los Restauradores, luego de tener nuevamente el poder político en la República, proclamaron en 1866 una
nueva Constitución, un nuevo texto constitucional, el cual ha sido definido históricamente como una expresión
de la Constitución de 1865, y cuya duración se ajusta a menos de dos años.
Nueva vez los seguidores del Partido Rojo, se rebelaron en contra del gobierno del Partido Azul, trayendo como
consecuencia en enero de 1868, la renuncia del presidente de la República, José María Cabral, así como el
retorno al poder del líder del Partido Rojo, Buenaventura Báez, quien se encontraba en el exilio. Ya en el
poder, el Partido Rojo, se organiza una Convención, con el fin de adoptar un nuevo texto constitucional, con las
características y fotografía del gobernante de turno, logrando su propósito en diciembre de 1868, fecha en que
se proclama la nueva Constitución. Este gobierno duró seis años ininterrumpidos y se caracterizó por los
métodos represivos en contra de los opositores y sus ideas anexionistas en beneficio de los Estados Unidos de
América37.
La Constitución de Báez, de 1868, establecía un periodo presidencial de seis años, con limitación sobre la
reelección presidencial; de ahí que, el presidente de la República decidiera reformar el texto constitucional a
fin de poder reelegirse en el cargo. Para septiembre de 1872, logró su propósito, puesto que se reformó la
Constitución y se estableció en ella una especie de reelección presidencial sin obstáculos, como había existido
hasta la fecha.
El presidente Báez, no logró su meta de reelegirse por otro período de seis años, ya que tuvo que enfrentar
incluso a miembro de su propio Partido Rojo, quienes se habían declarados contrarios a la continuidad del
presidente en el poder, así como a su afán por anexar parte del territorio dominicano a los Estados Unidos de
América. Estos contrarios de su partido, dirigidos por el Gobernador Provincial y general Ignacio María
González, conjuntamente con los afines circunstanciales del Partido Azul, formaron una gran alianza y rebelión,
que contó con el apoyo mayoritario de la población y que hizo que el presidente renunciara del cargo en enero
de 1874, y se marchara al extranjero.
Luego de la renuncia del presidente Báez, quien había gobernado por cuarta ocasión, el país tuvo un duro
camino en materia política y constitucional, habida cuenta de que los gobiernos eran de corta duración, como
corolario de las insurrecciones de los opositores políticos existentes, así como por la fragilidad con la que se
modificaba el texto constitucional, lo cual evidenciaba una desnaturalización del verdadero contenido y sentido
de las normas constitucionales.
En febrero de 1874, el presidente González, hizo ingentes esfuerzos para reformar el texto constitucional
existente, a fin de poder quitar supremacía conceptual expresa “Poder” a la función municipal, sustituir el
Congreso Bicameral por el Unicameral, así como para prohibir la emisión de papel moneda. El presidente logró
su meta. Se constituyó la Asamblea Nacional y se reformó el texto constitucional en marzo de ese año.
El general González, no gobernó como había concertado en la “Gran Alianza”38 de las circunstancias y la época.
36
El general Gregorio Luperón, había sido el líder de la “Guerra de la Restauración”, que trajo como consecuencia la nueva independencia de la República en julio de 1865, con el abandono
definitivo del territorio de las tropas españolas. Además, Gregorio Luperón, era uno de los políticos y militares más importantes e influyentes de la época.
37
El general Buenaventura Báez, distinto al general Pedro Santana, primer presidente de la República, era partidario de la anexión parcial del territorio dominicano y en favor de los Estados
Unidos de América; en tanto que Santana, era partidario de la anexión total del territorio dominicano y en favor del Reino de España.
38
Así se le denominó a la alianza electoral entre dos de los partidos mayoritarios dominicanos en las elecciones congresionales y municipales del año 2006: Partido Revolucionario Dominicano –
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Este nuevo gobierno, debido al gran respaldo popular y de los seguidores de los partidos Rojo y Azul, impuso
medidas políticas y jurídicas que eran recibidas con donaire por el pueblo; entre ellas, la de rescindir el
contrato de arrendamiento de la codiciada “Bahía de Samaná”, aprovechando el hecho de que la compañía
arrendataria se había atrasado en el pago de las cuotas anuales y, que dicho contrato establecía, que en caso
de atraso en el pago por parte del arrendatario, el arrendador podía anular el contrato. Asimismo, el gobierno
firmó el “Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación”, con el gobierno de la República de Haití, el 09 de
noviembre de 1874, mediante el cual se dispuso que las líneas fronterizas se implantarán conforme a los
intereses de ambos países y permitiendo el establecimiento del comercio, mediante el pago de una
indemnización de cincuenta mil pesos anuales, durante ocho años y en favor del Estado dominicano. Además, se
aceptaba la dominación de los haitianos en los territorios ocupados por ellos hasta la fecha del Tratado. Este
Tratado, como corolario, permitió que ciudadanos del vecino país se sintieran como en su casa, en territorio
dominicano; de ahí que penetraban plácidamente y ocupaban tierras más allá de las señaladas en el
instrumento internacional, bajo el subterfugio de que existía libre comercio entre ambos países.
Al perder las elecciones los del partido “Rojo” -puesto que el presidente de la República es ex-rojo-, se
dedicaron a conspirar para tratar de sacar del poder al presidente González, para situar en su lugar a Manuel
Altagracia Cáceres, con el cual gozarían de apoyo desde el poder y se garantizaba el texto constitucional de su
interés. Cuando el presidente se entera de tal conspiración, y por recomendación de sus correligionarios,
entiende que la República requiere de un gobierno mano dura, por lo que declaró “Dictador”, anuló la
Constitución vigente y, decidió presentar una nueva reforma constitucional, sobre la base de que no se
adaptaba a las circunstancias.
En abril de 1875 se proclamó el nuevo texto constitucional, el cual fue aprobado por un Congreso Unicameral,
compuesto por treinta y un diputados elegidos por voto directo, en razón de cinco por provincias y tres por
distrito. Con el se delimitaba el territorio y se da carácter constitucional al Tratado de Paz entre los países
vecinos, suscrito anteriormente. Su duración se prolongó hasta octubre de 1876, a pesar de que se vio forzado a
reducir de cuatro a dos años el período presidencial, lo que se materializó mediante “Acta Adicional” de marzo
de 1876, que modificó las disposiciones de los artículos 53 y 109 de la Constitución.
Como se ha dicho, el presidente González, no gobernó como había concertado en la “Gran Alianza”39. Se apartó
del gobierno de los azules, abandonó los ideales de la revolución democrática del 25 de noviembre de 1873, se
le acusó de haber incurrido en violaciones constitucionales graves, como las de declararse dictador y de abolir
la Constitución vigente y, se aprisionó en el poder y sus delicadezas, dejando como secuela: La amplia
corrupción administrativa desde el poder. Fue obligado a renunciar de la presidencia, luego de una enérgica
revolución de los seguidores del Partito Azul.
En las elecciones celebradas en 1876, resultó electo mayoritariamente Ulises Francisco Espaillat, con el apoyo
del máximo dirigente del Partido Azul e importante líder político y militar, general Gregorio Luperón. A esta
administración se le considera como el primer gobierno civil y democrático que conoció nuestro país durante la
Segunda República40. Al ser un gobierno civil y con carácter democrático, no resultaba exitoso para la época y
las circunstancias; de ahí que, las medidas austeras tomadas por la administración, no fueron del agrado de los
líderes políticos y militares, que le acompañaban; que las consideraban desconcertadas. Este gobierno de
Espaillat, duró aproximadamente siete meses. Renunció de la presidencia el 20 de diciembre de 1876, tras
fuertes revueltas de generales opositores, que contaban con un importante apoyo en la población armada. Su
renuncia fue acompañada de una decisión equilibrada, puesto que entendió pertinente entregar el poder a los
seguidores del Partido Verde41, bajo el liderazgo del general Ignacio María González, que a los correligionarios
PRD- y Partido Reformista Social Cristiano –PRSC-. En realidad al movimiento de la Segunda República se le denominó: “Revolución Unionista”, en vista de que había sido llevada a cabo por
miembros del Partido Azul, conjuntamente con seguidores decepcionados del Partido Rojo. Fue materializada el 25 de noviembre de 1873.
39
Así se le denominó a la alianza electoral entre dos de los partidos mayoritarios dominicanos en las elecciones congresionales y municipales del año 2006: Partido Revolucionario Dominicano –
PRD- y Partido Reformista Social Cristiano –PRSC-. En realidad al movimiento de la Segunda República se le denominó: “Revolución Unionista”, en vista de que había sido llevada a cabo por
miembros del Partido Azul, conjuntamente con seguidores decepcionados del Partido Rojo. Fue materializada el 25 de noviembre de 1873.
40
PEÑA GOMEZ, José Francisco. 2002. Fracaso de la Democracia Representativa a la luz del Derecho Constitucional, Ed. Manatí, primera edición, Santo Domingo, Republica Dominicana,
pág. 53
41
Este Partido Verde, fue fundado por el general Ignacio María González, quien había sido un importante dirigente y líder del Partido Rojo; pero que al llegar a la presidencia de la República, con
el auspicio de la “Revolución Unionista” del 25 de noviembre de 1873, compuesta por miembros de los partidos Rojo y Azul; abandonó sus ideales. El Partido Verde fue bautizado en la época,
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del Partido Rojo, que se encontraba bajo la sombra de Buenaventura Báez, expresidente de la República en
cuatro ocasiones. El presidente González, también fue obligado a renunciar, puesto que los seguidores del
Partido Rojo, ahora con su mayoría militar abrumadora, no se encontraban satisfechos con la renuncia de
Espaillat, y puesto que los miembros del Partido Azul, que habían sido expulsados del poder a causa de la
alianza con el general González, le negaron el apoyo. Finalmente, el 27 de diciembre de 1876, tomó posesión
como presidente de la República, por quinta ocasión, Buenaventura Báez, cuyo gobierno duraría
aproximadamente catorce meses.
En enero de 1877 se convocó a elecciones para elegir los miembros de la Convención que reformaría la
Constitución de la República. El día 07 de mayo de ese año, se materializó la reforma, la cual duró
aproximadamente doce meses de vigencia.
El presidente Báez, al ser derrocado por un levantamiento armado dirigido por los generales Cesáreo Guillermo
e Ignacio María González, no pudo mantener la vigencia de la arbitraria disposición constitucional en el sentido
de que quedaban suspendidas todas las garantías de las libertades públicas, desde el 11 de agosto de 1877
hasta marzo de 1879. Este levantamiento trajo como consecuencia la celebración de elecciones en las que fue
elegido por nueva ocasión el general Ignacio María González. Debido a la influencia en el Partido Azul, por parte
del presidente de la República y dada la situación de un gobierno compartido entre generales, se llegó a la
conclusión de que convenía un gobierno provisional presidido por el general Cesáreo Guillermo; escenario que
se llevó a cabo el 05 de mazo de 1878.
El general y presidente de la República Guillermo, convocó a la Cámara Legislativa para el 09 de marzo, a fin
de que se reformara la Constitución vigente; confeccionándose el 15 de mayo de 1878 un nuevo texto
constitucional, con la que se redujo el período presidencia a un año y se reestableció el Congreso Bicameral,
compuesto de un Senado y una Cámara de Diputados.
Dado el desorden institucional, abuso y mal manejo de la cosa pública, el gobierno del general Cesáreo
Guillermo perdió credibilidad ante la población armada, por lo que el presidente de la República fue
reemplazado en fecha 06 de julio de 1878, por el general Ignacio María González. Este último dimitió el 02 de
septiembre del mismo año, puesto que no pudo controlar la rebelión armada existente; y ejerciendo la
administración de facto del gobierno, los jefes superiores de operaciones del “Movimiento Unánime Popular”,
hasta el día 07 del mismo mes, fecha en que ocupó la presidencia de la República, de manera provisional, ex–
presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jacinto De Castro.
De Castro convocó a elecciones, pero renunció de la presidencia de la República, puesto que en dichas
elecciones fue asesinado el candidato, general Manuel Altagracia Cáceres, cuyo crimen no sobrellevó. De ahí
que del 30 de septiembre de 1878 hasta el 27 de febrero de 1879, asumiera la presidencia de la República un
Consejo de Secretarios de Estado, bajo el liderazgo del general Cesáreo Guillermo, quien en definitiva fue
elegido presidente, hasta el 06 de diciembre de 1879, cuando fue derrocado por el prestigioso general Gregorio
Luperón42. Dentro de este período de gobierno del Consejo de los Secretarios de Estado, se revisó el texto
constitucional, produciendo una nueva reforma en fecha 11 de febrero de 1879. Pero, no resultó del todo,
debido a que en fecha 06 de octubre de ese año, el general Guillermo fue depuesto por un Manifiesto armado
dirigido por el imponente general Gregorio Luperón y Castellanos, principal líder del Partido Azul, y cuya
ejecución final se llevó a cabo el 06 de diciembre de 1879, dos meses después, ante la imposibilidad de
prolongar por mas tiempo la resistencia en Santo Domingo, dirigida por el general Ulises Heureaux –Lilis-. El
general Luperón asume la presidencia de la República y traslada la residencia del gobierno provisional, para la
provincia de Puerto Plata, su cuna.
Para el 07 de enero de 1880, el presidente Luperón, olvidándose de su interinidad al mando del gobierno y de la
El general Luperón, luego de promulgar el texto constitucional, entendió que era necesario convocar a
elecciones para elegir al nuevo presidente de la República, a fin de que se establezca el efectivo orden
constitucional en el Estado. De ahí que, en fecha 23 de julio de 1880, en las elecciones convocadas y bajo su
sombra, fue elegido presidente de la República el padre Fernando Arturo de Meriño y Ramírez; estableciendo
así, un gobierno civil que pudiera borrar la imagen perniciosa de los gobiernos militares, existente hasta la
fecha.
El padre Meriño, abandonó su compromiso con la Constitución liberal que se había adoptado, para poder
enfrentar los conflictos internos que perturbaban el orden público y al país. A pesar de ser partidario de las
libertades públicas, no dudó en aplicar manos duras, debido a las características y circunstancias de la época,
las cuales impedían convivir en la democracia a que aspiraba. Por tal razón, restringió las garantías
constitucionales, a fin de que se descontinuaran los levantamientos armados que le imposibilitaban gobernar.
Estas restricciones abarcaron la suspensión de la Constitución vigente de 1880 y, significó que fuera declarado
dictador, con sustento en el decreto dictado al efecto, de fecha 30 de mayo de 1881, por el que se suspendía la
vigencia de la Constitución, y con el que se sancionaba con la pena de muerte a quien se sorprendiera con arma
en las manos y en condiciones conspiradoras. Esta situación sediciosa, por parte de la población y oposición
armada, trajo como consecuencia, que el presidente convocara a elecciones para elegir a los miembros de una
Asamblea con el objetivo de modificar la Constitución. Esta reforma se efectuó el 24 de noviembre de 1881, y
por medio a ella se sancionaba con pena capital la rebelión armada, tal como lo sustentaba en el decreto
vigente hasta la fecha; como contrapeso entre un gobierno civil y democrático, una Constitución de corte
liberal y las insurrecciones armadas en contra del gobierno constitucionalmente constituido. Estuvo vigente
hasta 1887, comprendiendo el más amplio período político y militar controlado por el Partido Azul, de manera
continua.
Al gobierno civil del padre Meriño, le siguió el gobierno del general Ulises Heureaux, a partir del 01 de
septiembre de 1882. A este le continuó el gobierno del Francisco Gregorio Billini –Goyito-, quien asumió la
presidencia el 01 de septiembre de 1884 y renunció el 16 de agosto de 1885, debido a las luchas internas a las
que se había sumergido el Partido Azul. Le sucedió en el cargo el vicepresidente de la República Alejandro Woss
y Gil. Durante este interregno no hubo reformas a la ley fundamental del Estado, puesto que la discusión
existente era en cuanto al liderazgo y control del Partido Azul, que tenía el dominio del Estado y de la
población armada.
Al celebrarse las elecciones de 1886, resulta victorioso el general Heureaux, a pesar de tener como opositor un
candidato de su propio partido, evidenciándose la división interna del poderoso Partido Azul, entre sus líderes,
generales Luperón y Heureaux43. El presidente fue juramentado el 16 de enero de 1887. Una de las primeras
medidas del gobierno fue reformar la Constitución, con el objetivo de ampliar a cuatro años el período
presidencial –que era de dos y sin reelección inmediata-, así como permitir la reelección inmediata por única
vez. El 15 de noviembre de 1887, se plasmó la reforma interesada, que tuvo una vigencia de nueve años.
Durante su segundo mandato presidencial44 -el cual era de cuatro años -1893-1897-, Heureaux promovió otra
reforma constitucional, a fin de eliminar la prohibición de la reelección presidencial consecutiva, la cual tuvo
efecto el 12 de junio de 1896, y cuyo vigor se extendió hasta la revolución del general Horacio Vásquez, en
43
Los dos generales, miembros prominentes del poderoso Partido Azul, habían sido aliados y amigos durante muchos años. Heureaux había sido funcionario importante del gobierno del general
Luperón, líder de la “Restauración de la República” en 1863. A partir de este gobierno de Heureaux, en 1886, la amistad se quebró, puesto que el gobierno despótico de éste no lo soportó el
general Luperón, quien tuvo que exiliarse del país hasta los últimos días de su vida. La dictadura de Heureaux se extendió hasta 1899, puesto que el mayor oponente –el general Luperón, el
Padre de la Patria Restaurada- había sido forzado a abandonar el país, que él había restaurado e independizado del Reino de España. Limpió su camino militar y político.
44
En este espacio de tiempo, puesto que había gobernado en dos ocasiones anteriores. Finalmente, gobernó en cinco ocasiones, toda vez que fue vilmente asesinado el 26 de julio de 1899, en la
histórica ciudad de Moca, provincia Espaillat; al norte de la República Dominicana.
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abril de 1902, quien derrocó al gobernante de turno, Juan Isidro Jiménez45, y que también desconoció la
vigencia de la ley fundamental del Estado; la cual finalmente, fue reestablecida por el presidente Alejandro
Woss y Gil, en mayo de 1903. Esta reforma –en realidad revisión- tuvo su fuerte en la solución de conflictos
respecto de los límites de la frontera con la República de Haití, en el establecimiento de la reelección
presidencial indefinida, así como en la creación de nuevas provincias. Con el asesinato del presidente
Heureaux, en julio de 189946, les sucedió en el más importante cargo del Estado, Juan Isidro Jiménez como
presidente y el general Horacio Vásquez como vicepresidente. Las luchas internas, económicas y de poder de
estos dos líderes del mismo partido político, provocó que Vásquez, junto a seguidores del dictador Heureaux,
derrocara a Jiménez y asumiera la presidencia de la República.
Vásquez fue depuesto en abril de 1903, por Alejandro Woss y Gil, asumiendo como presidente provisional, y
quien convocó a elecciones en las que resultó ser electo presidente. Woss y Gil, quien había contando con
amplio respaldo de los bolos y los coludos, se enfrentó a una revolución armada, dirigida por éstos, la cual
resultó ser inútil e hizo que el presidente conservara el cargo y control del Estado. A pesar de ello, el
presidente fue destronado en diciembre de 1905, siendo forzado a exiliarse en el extranjero. El gobierno fue
controlado por un Consejo de Secretarios de Estado, y finalmente por el otrora vicepresidente de la República,
general Ramón Cáceres47. En este interregno no hubo golpe a ciegas contra el texto constitucional, que se
mantenía desde 1896.
En cuanto al primer texto, su fuerte estuvo en la consagración de la abolición de la religión católica como
religión oficial, la preservación de la reelección presidencial indefinida y por períodos de cuatro años, así como
en el establecimiento de la Asamblea Constituyente, como nuevo método de reforma constitucional. En cuanto
al segundo texto constitucional, sus importantes aportes se localizan en la extensión del período presidencial a
seis años y sin límites de reelecciones; además, en la eliminación del cargo de vicepresidente, el
restablecimiento del Congreso Bicameral, y en la facultad otorgada a la Suprema Corte de Justicia para conocer
en última instancia de la constitucionalidad de las leyes lato sensu48.
El presidente Cáceres fue reelegido bajo el amparo de la Constitución de 1908, pero no logró terminar su
período presidencial hasta 1914, puesto que el 19 de noviembre de 1911, fue vilmente asesinado; hecho
cometido con semejantes características a las utilizadas por él en el asesinado al presidente Heureaux en 1899.
La muerte del presidente Cáceres, provocó lo que había sido superado parcialmente -la inestabilidad política y
militar- hasta octubre de 1914, cuando es elegido presidente Juan Isidro Jiménez. Pero, este último fue
depuesto por uno de sus colaboradores y Jefe de las Fuerzas Armadas, general Desiderio Arias, en fecha 07 de
mayo de 1916. Asumió la presidencia el intelectual Francisco Henríquez y Carvajal, quien fue efímero en el
cargo, puesto que los Estados Unidos de América, habían decidido controlar el territorio dominicano; control
que se produjo en noviembre de 1916. La Constitución de 1908 estuvo vigente hasta noviembre de 1916, año
en que la RD fue invadida por los norteamericanos; gobierno este, en que se dejó sin efecto dicho texto
supremo.
En este período se reformó la CD en catorce ocasiones, incluyendo la denominada Acta Institucional, de fecha
03 de septiembre de 1965, así como las siete esporádicas reformas constitucionales durante la dictadura de
Rafael Leonidas Trujillo Molina -1930-1961-. Esta modificaciones ocurrieron en los años 1924, 1927, 1929-I,
45
El presidente, dictador y general Ulises Heureaux, había sido vilmente asesinado el 26 de julio de 1899, en la histórica ciudad de Moca, provincia Espaillat; al norte de la República
Dominicana.
46
A partir de esta época no se hablaba de Partido Rojo y Partido Azul, sino más bien, del Partido Bolo o de los Jimenistas y, el Partido Coludo o de los Horacistas, quienes controlaban el
escenario militar y político de principio del siglo XIX.
47
Este general fue el que organizó y ejecutó, junto a un grupo de hombres armados, el asesinato del general y presidente de la República Ulises Heureaux, en 1899.
48
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 96
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1929-II, 1934, 1942, 1947, 1955, 1959, 1960-I, 1960-II, 1962, 1963, y 1965.
El país había sido invadido por los norteamericanos -1916-1924- bajo la premisa de que no se había cumplido
con el pago de la deuda externar, al amparo de la Convención de 1907, y además, de que no se daba un uso
debido a las finanzas y las aduanas. De ahí que, cuando la Asamblea Constituyente había aprobado un nuevo
texto constitucional en 191649, este fue dejado sin efecto debido a la denominada “Invasión50
Norteamericana51”, cuyo emisario, a partir del 16 de noviembre de 1916, controló oficial y formalmente el
gobierno dominicano, así como las aduanas y la deuda externa del país; por medio de Ordenes y Regulaciones,
que dejaba sin efecto y desconocía la ley fundamental del Estado, puesto que con su vigencia no podían existir
tales Ordenes ni Regulaciones, ni gobierno invasor. La Invasión duró ocho años: 1916-1924.
Durante este último período de ocho años no hubo golpes –como sinónimo de reforma o de revisión- al texto
constitucional, puesto que no existía Constitución, ni tuvieron aplicación normas jurídicas domésticas, sino más
bien, Ordenes Ejecutivas y Regulaciones, del gobierno invasor.
Los norteamericanos lograron reorganizar y profesionalizaron a las Fuerzas Armadas dominicanas, establecieron
un sistema de comunicación a nivel nacional, nunca visto; iniciaron la modernización del servicio civil,
implementaron normas jurídicas de importancia capital, tal es el caso de la ley de tierras; y establecieron las
normas de los derechos de los trabajadores.
RD vuelve a quedar “Libre” de potencia extranjera, a partir de 1924, bajo el Acuerdo conocido como el “Plan
Hughes-Peynado”, firmado el 22 de septiembre de 1922, por un grupo de líderes políticos dominicanos y de
representantes del gobierno norteamericano, sobre la base de las reglas siguientes: 1. La designación de un
presidente provisional, 2. reconocimiento del gobierno electo, de las obligaciones financieras en que
incurrieron las autoridades norteamericanas en nombre de la RD, 3. la ratificación de las Ordenes Ejecutivas
adoptadas durante la invasión, 4. la continuación de la Convención de 1907 hasta que el gobierno dominicano
redimiera sus obligaciones financieras, y 5. la permanencia de tropas norteamericanas en al RD hasta la
formación de un gobierno permanente52.
Finalmente, se designó al empresario Juan Bautista Vicini Burgos, en fecha 01 de octubre de 1922, presidente
provisional de la República, quien organizó las elecciones generales para el día 15 de marzo de 1924, las que
fueron ganadas por el general Horacio Vásquez –Presidente- y Federico Velásquez –Vicepresidente-. Fueron
juramentados el 12 de julio de ese año.
Una de las decisiones del gobierno electo fue organizar una Asamblea Constituyente, a fin de adoptar un nueva
Constitución, puesto que el Estado no tenía ley suprema, sino más bien, Ordenes Ejecutivas y Regulaciones
importadas. Esta se llevó a cabo el 13 de junio de 1924 y, el gobierno norteamericano puso fin a la ocupación
militar en territorio dominicano.
El gobierno dominicano gozaba de estabilidad económica y política, durante sus inicios de ejercicio en el
“Nuevo Estado”. La situación cambió, cuando el presidente y sus seguidores -sobre la base de que habían sido
electo antes de que el gobierno de transición adoptara una nueva Constitución, la cual estableció períodos
constitucionales de cuatro años, sin reelección inmediata- reclamaron que él había sido electo por un período
de seis años, como lo expresaba la Constitución vigente al momento de la invasión norteamericana. La
oposición, en cambio, sostenía que el presidente de la República había sido electo al amparo de los términos
49
Véase: Julio Brea Franco, en su “Sistema Constitucional Dominicano”, Tomo I, Ed. Universidad Pedro Henríquez Ureña, 1ra. edición 1983, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 91 in
fine.; además, Richard Peralta Decamps, en su obra “La Constitución de San Cristóbal. Apuntes para el Estudio de sus Antecedentes y Proyecciones Históricas”, 2da. edición, 2006, Santo
Domingo, República Dominicana, pág. 199 in fine.
50
Muchos profesionales, historiadores y no historiadores, han denominado este hecho histórico como “Intervención”, cuando lo correcto sería “Invasión”, puesto que en el país de destino no
existía, entre sus nacionales, un quebrantamiento ni ruptura del orden constitucional. La “Intervención” existió en 1965, cuando la República Dominicana estaba inmerso en una guerra civil,
entre sus nacionales; los cuales necesitaban de un tercero para la solución del conflicto ideológico.
51
Los Estados Unidos de América, a fin de cobrar la deuda externa y alegando violación de la Convención Dominico-Americana del 08 de febrero de 1907, en su artículo 111, invadió y controló
por un período de ocho años, a República Dominicana: 1916-1924.
52
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, págs. 100-101
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del “Plan Hughes-Peynado”, el cual contemplaba que se adoptaría una nueva Constitución que serviría para
regular el primer gobierno después del fin de la ocupación militar53.
Para tratar de resolver el problema político y jurídico –o de agravarlo-, el presidente promovió una reforma
constitucional, que se materializó el 15 de junio de 1927. Este nuevo texto constitucional incluyó que el
Vicepresidente de la República solo sustituiría al Presidente en caso de renuncia o inhabilitación, pero que en
caso de muerte el sustituto sería el presidente de la Suprema Corte de Justicia. La reforma, también
estableció, una extensión por dos años en el período de ejercicio de los diputados, lo que los llevaría a
culminar su mandato como miembros de la Cámara de Diputados, el 16 de agosto de 1930; además, que para
surtir efecto la extensión del período del Vicepresidente de la República, éste debía prestar nuevo juramento
por ante la Asamblea Nacional, y en caso de no hacerlo, se considerará dimitente a partir del 16 de agosto de
1928, en cuyo caso dicha Asamblea designaría un nuevo Vicepresidente por el período de 1928 a 193054. El
Vicepresidente de la República, por sus convicciones y debido a la fuerte oposición con que contaba dentro de
su partido, decidió no presentarse a tomar juramento, y finalmente, la Asamblea Nacional designó un nuevo
Vicepresidente con el nombre de José Dolores Alfonseca –uno de lo más prominentes líderes del partido del
presidente de la República y su doctrina-.
Llegada la fecha de los conflictos –de la reelección presidencial- que tendría lugar el 16 de mayo de 1930, y con
la evidente aspiración, de repetir el cargo, del entonces presidente de la República, aunque éste tuvo que
partir a los Estados Unidos de América –a asuntos médicos- y dejar en el ejercicio del Poder Ejecutivo al
Vicepresidente de la República –José Dolores Alfonseca-, el partido gobernante –el Nacional- se sumergió en
fuertes pugnas internas, acompañada esta por la “Gran Depresión Económica” en la economía de los Estados
Unidos de América, así como por los intentos de golpes de Estado por parte de militares aupados por políticos
interesados y de oposición al continuismo del presidente. Con la campaña electoral en su etapa final –febrero
de 1930-, el principal líder del Partido Republicano –Rafael Estrella Ureña-, conjuntamente con los líderes del
Partido Liberal –general Desiderio Arias y Elías Brache-, así como con el general, comandante en jefe de la
“Guardia Nacional”55 e influyente militar, Rafael Leonidas Trujillo Molina, decidieron enfrentar el continuismo
en el poder del presidente de la República, constituidos en un movimiento armado que la historia dominicana
conoce con el nombre de “Movimiento Cívico del 23 de Febrero”, el cual tomó la fortaleza de la ciudad de
Santiago, y marchó hacia Santo Domingo, sede del gobierno, a fin de derrocarlo o de hacerlo renunciar. El
gobierno de los Estados Unidos de América, por medio de su Legación en el país, intervino para tratar de
solucionar el grave conflicto político. Cuando los miembros armados del Movimiento de Febrero llegaron a la
ciudad de Santo Domingo, el presidente Vásquez y sus correligionarios se habían asilado en las misiones
diplomáticas. Se trató de resolver el problema, por medio de negociaciones, entre las partes, a fin de preservar
el orden público y constitucional establecido. El presidente de la República, decidió designar al líder del
“Movimiento de Febrero”, general Rafael Estrella Ureña, como Secretario de Interior y Policía, cargo próximo a
53
ESPINAL, Flavio Darío. 2001. Constitucionalismo y Procesos Políticos en la República Dominicana, Ed. Manatí, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 102. Véase en igual sentido:
Vega, Wenceslao, en su “Historia del Derecho Dominicano”, Ed. Amigo del Hogar, segunda edición, cuarta reimpresión, 2004, Santo Domingo, República Dominicana, pág. 372
54
Lo que quería el horacismo –doctrina del entonces presidente de la República y por la cual había sido electo el Vicepresidente- era que deshacerse del Vicepresidente de la República, quien era
un fuerte opositor a lo interno del partido gobernante, para que no se reformase la Constitución y extender el período presidencial a seis años, como deseaba la mayoría del gobierno. Tuvo su
fundamento en la grave enfermedad y vejez existente en el persona del Presidente de la República.
55
Hoy en día se le denomina Ejército Nacional, no siendo un organismo autónomo militar –como era en el entonces-, sino más bien, un órgano dependiente de la Secretaría de Estado de las
Fuerzas Armadas de la República Dominicana. Además del Ejército, las Fuerzas Armadas, está compuesta por la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra.
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la sucesión presidencial, después del Vicepresidente.
En este breve espacio de tiempo y de ejercicio para el Presidente Estrella Ureña, no hubo posibilidad de
golpear la norma constitucional, a fines interesados y personales –como sinónimo de reforma a la medida del
gobernante-.
El “Movimiento de Febrero”, dada la provisionalidad en el poder de su líder –Rafael Estrella Ureña- y debido a
la celebración próximamente de las elecciones, con el fin de elegir al Presidente y Vicepresidente de la
República, decidió preparar un fórmula –binomio- para ocupar los más altos cargos dirigenciales del Estado.
Escogieron para ellos al general Rafael Leonidas Trujillo Molina, jefe de la Guardia Nacional –para Presidente56-
y al general Estrella Ureña, Presidente Provisional de la República –para Vicepresidente-. Las candidaturas del
“Movimiento de Febrero”, auspiciadas por lo que se ha denominado en la historia dominicana como
“Confederación de Partidos”, puesto que era lógico, contaba con el apoyo logístico y económico del gobierno y
de la fuerza militar y económica; forzaron a la oposición aspirante a la Presidencia y Vicepresidencia –
unificación de los Partidos Nacional y Progresista- a que retiraran sus candidaturas, sobre la base de falta de
garantías y libertades y, también provocaron la renuncia de los miembros de la Junta Central Electoral, ante las
insistentes persecuciones militares a las caravanas y mítines de la oposición. Ante la renuncia de los miembros
de la Junta, se designaron seguidores de los candidatos del “Movimiento de Febrero”, puesto que querían
asegurar el “Triunfo” cueste lo que cueste.
Ante el retiro de las aspiraciones -por parte de la oposición- los candidatos oficialistas obtuvieron el triunfo sin
grandes problemas ni obstáculos; pero, dadas las persecuciones políticas y militares existentes en la campaña,
así como la falta de garantías y de transparencia de las elecciones, hubo una abstención del cincuenta por
ciento de los electores. Las elecciones fueron impugnadas por la oposición –en las personas de sus candidatos
Federico Velásquez, Presidente, y Ángel Morales, Vicepresidente-. La Corte de Apelación de Santo Domingo, las
declaró nulas, pero como corolario, sus jueces fueron perseguidos y el local del tribunal asaltado. El Senado
nombró nuevos jueces de la Corte de Apelación, la que rápidamente dictó sentencia declarando válidas las
elecciones que habían sido declaradas nulas por el mismo tribunal57. Los nuevos miembros de Junta Central
Electoral –puesto que los anteriores habían renunciados en la campaña electoral- proclamaron ganador al
binomio Trujillo-Estrella Ureña, tomando juramento de sus importantes cargos en el Estado, el día 16 de agosto
de 193058.
Con la llegada de Trujillo Molina al máximo escalón del Estado –Presidente de la República-, se inicia una de las
más brutales y complejas dictaduras de América, con partido único y, con el poder económico, político, social,
empresarial e intelectual; concentrado en un sólo hombre, quien gobernó severamente durante treinta y un
años: 1930-1961. En este período la Constitución de la República fue fuertemente golpeada, puesto que se
reformó en siete ocasiones, a saber: 1934, 1942, 1947, 1955, 1959, 1960-I y 1960-II.
Estas reformas se concentraron en insertar las nuevas ideas políticas predominantes en América –en el
56
Aunque el líder del “Movimiento de Febrero” era el general Rafael Estrella Ureña, se escogió para la Presidencia de la República al general Rafael Leonidas Trujillo Molina, debido a que éste
contaba con las más poderosa fuerza y apoyo militar –que era el poder más importante en el momento-, con el sustento de los Estados Unidos de América –quienes lo adiestraron durante la
Invasión Norteamericana de 1916 a 1924-, así también, porque éste contaba con un fuerte apoyo económico, conseguido en su “Buena Gestión” al frente de la “Guardia Nacional”.
57
La falta de independencia del Poder Judicial y la inseguridad jurídica existente en el Estado, es palmaria.
58
VEGA, Wenceslao. 2004. Historia del Derecho Dominicano, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda reimpresión, Santo Domingo, República Dominicana, Págs. 377-378
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entonces-, mayores poderes al Presidente de la República, así como también, para ensalzar al dictador. En la
primera -1934- se permitió el monopolio estatal; se eliminó la facultad del Congreso para dictar arbitrios
municipales y se asignó esta al Poder Ejecutivo, y se permitió al Poder Ejecutivo celebrar contratos sin
necesidad de aprobación del Congreso, en los casos de que no implicaran enajenación de bienes nacionales. En
la reforma de 1942, se estableció el voto de la mujer, se consagraron los derechos de la clase obrera; se
instituyó la libertad de trabajo y las garantías de protección de esta; se instauró constitucionalmente el cambio
de nombre de Ciudad de Santo Domingo por Ciudad Trujillo; se autorizó la aprobación y promulgación de una
ley que sancionara al dominicano que asumiera nacionalidad extranjera; se suprimió la Vicepresidencia de la
República; se extendió de cuatro a cinco años el período de los cargos electivos; y se autorizó al Poder
Ejecutivo a otorgar exenciones tributarias a particulares59. Dentro de los cambios de la reforma de 1947, se
encuentran: La sustitución del dólar americano por el peso dominicano, como moneda nacional; se instituyó un
sistema monetario y bancario nacional; se disminuyó –como sinónimo de eliminó- la autonomía de los
Ayuntamientos, al establecer que el Presiente de la República podía anular los arbitrios que establecieren
estos. La reforma de 1955, dentro de otros asuntos, se limitó a: Establecer que las relaciones de la iglesia y el
Estado serán reguladas por el Concordato entre la Santa Sede y el país y, se eliminó la autonomía municipal,
puesto que los síndicos en vez de ser elegidos por el voto directo y secreto de los ciudadanos, pasaron a formar
parte de la carpeta del Presidente de la República –eran nombrados por éste-.
La reforma constitucional más trascendental de 1959, se circunscribe en sustituir la Asamblea Revisora, que
requería de una consulta popular -como mecanismo de reforma constitucional- por la instauración del Congreso
Nacional –como sinónimo de Constituyente-. Para la reforma constitucional de 1960-I –en junio de 1960-, se
restableció la elección popular y directa de los síndicos y regidores, se redujo a cuatro años, el período de
duración presidencial, de senadores y diputados, así como de síndicos y regidores; y se instituyó que los
gobernadores serían elegidos por voto directo y secreto, no por designación del Poder Ejecutivo. Por último, en
la reforma constitucional de 1960-II –en diciembre de 1960-, se suprimió la Vicepresidencia de la República,
dejando a “discreción” de la “Asamblea Nacional” el llenar la vacante a falta del Presidente de la República,
previo a tomar posesión del cargo; y si ocurriese la vacante luego de la toma de posesión, el sustituto natural –
de manera sucesiva- sería el Secretario de las Fuerzas Armadas, el de Interior y Policía, y el de la Presidencia.
Estas fueron las únicas y últimas reformas constitucionales del régimen denominado históricamente en la
República Dominicana, como “La Era de Trujillo”, puesto que el 30 de mayo de 1961, el dictador Rafael
Leonidas Trujillo Molina –cuando aún no se había reformado nueva vez la Constitución- fue asesinado60.
Luego del asesinato del dictador y, más de seis meses después -el 29 de diciembre de 1961-, con el presidente
de la República, Dr. Joaquín Balaguer, como heredero y sombra, se llevó a cabo una nueva reforma al texto
constitucional, sobre la base de que el Estado debía dar paso al orden democrático, institucional y
constitucional. Esta reforma se ajusta a los artículos 116 al 125, y es palpable en ella, la instauración de un
Consejo de Estado61, así como el otorgamiento de facultades legislativas y ejecutivas a dicho Consejo, a fin de
dictar las leyes electorales pertinentes, y convocar a elecciones libres. Además, se suprimieron los artículos 107
-que garantizaba constitucionalmente los bienes de los expresidente de la República, sus viudas y sus
herederos- y, el 112 que enaltecía a la “Era de Trujillo”, como, como símbolo nacional, de necesidad y
prosperidad.
59
VEGA, Wenceslao. 2004. Historia del Derecho Dominicano, Ed. Amigo del Hogar, cuarta edición, segunda reimpresión, Santo Domingo, República Dominicana, Págs. 380-381
60
El dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, gobernó al pueblo dominicano con manos de hierro, durante el período comprendido entre 1930-1961. Los organizadores y ejecutores del
asesinato, fueron Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barreras, Salvador Estrella Sadhalá, Amado García Guerrero, Huáscar Tejeda, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño; todos en
coordinación con Juan Tomás Díaz, Modesto Díaz, Miguel Ángel Báez Díaz, Luís Amiama Tió y Luís Manuel Cáceres –Tunti-. Hoy en día la avenida donde fue asesinado el dictador lleva por
nombre la fecha en que fue ejecutado el mismo: Av. 30 de mayo. Situada en la zona del Malecón de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, capital de la República. De todos los
organizadores y ejecutores del asesinato, solo vive físicamente el general Antonio Imbert Barreras, quien ha sido declarado por el gobierno dominicano, General y Héroe Nacional –sin haber
sido militar ni policía de carrera-.
61
Este Consejo de Estado, estaría compuesto por siete miembros, el Presidente de la República y seis miembros más. Fue conformado por los ciudadanos Joaquín Balaguer Ricardo –Presidente
de la República en ese momento-, Rafael F. Bonnelly –Primer Vicepresidente del Consejo-, Eduardo Read Barreras –Segundo Vicepresidente-, Nicolás Pichardo, Monseñor Eliseo Pérez
Sánchez, Luís Amiama Tiá y Antonio Imbert Barreras. Los dos últimos, fueron en el entonces, organizadores, ejecutores y únicos sobrevivientes del asesinato del dictador Rafael Leonidas
Trujillo Molina, ocurrido el 30 de mayo de 1961.
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Para el 16 de septiembre de 1962, se aprobó un nuevo texto constitucional, en el que se identifican como
modificaciones importantes, las siguientes: Se fijó el límite para la fecha para la celebración de elecciones
nacionales, a más tardar el 20 de diciembre de 1962; se le otorgó calidad y facultad a los miembros de la
Cámara de Diputados electos en esas elecciones, para conformar la Asamblea Constituyente e iniciar sus
trabajos tres días después de la proclamación de los ganadores por parte de la Junta Central Electoral; se
eliminó el período de tiempo de residencia en el país para los candidatos presidenciales; se instituyó la
Vicepresidencia de la República; se prohibió la reelección presidencial inmediata; se modificó el mecanismo de
sucesión presidencial; se estableció que los gobernadores provinciales sería designados por el Poder Ejecutivo,
no que serían electos; y se instauró que las autoridades municipales serían electas por dos años, no por cuatro,
como para las demás autoridades.
El 20 de diciembre de 1962 –fecha límite de la Constitución vigente-, fueron celebradas las elecciones
generales, obteniendo un triunfo aplastante –el 59.53 % de los votos válidos- el prof. Juan Bosch, candidato
presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano –PRD-. Tal como establecía la Constitución, la Cámara de
Diputados, inició sus trabajos de reforma constitucional con antelación a la toma de posesión del nuevo
gobierno –el 25 de enero de 1963-. El 29 de abril de ese año, se adoptó un nuevo texto constitucional, cuyas
características trascendentales se resumen, entre otras, en: Garantizar el derecho de propiedad; establecer los
principios del socialismo democrático, reinantes en la época; ampliar el concepto de libertad de cultos,
establecer la carrera judicial; la elección de todos los jueces era facultad del senado de la República, previas
ternas de la Cámara de Diputados; se mantuvo la prohibición de la reelección presidencial, se estableció la
sanción para la corrupción, se prohibió a los extranjeros ser propietarios de terrenos; se instituyó la igualdad
jurídica de los denominados hijos naturales, la capacidad plena y civil de la mujer, la libertad de enseñanza y la
prohibición del latifundio
El 25 de septiembre de 1963 –siete meses después de asumir el cargo, desde el 27 de febrero de 1963- fue
derrocado el gobierno presidido por el prof. Juan Bosch, y se abolió la Constitución de 1963, promulgada por
éste; así también, se instauró un Triunvirato que gobernó al país hasta las nuevas elecciones generales en 1966.
Anterior a estas elecciones, el país se enfrentó a una Guerra Civil en 1965, y a una Intervención
Norteamericana en este último año, de aproximadamente cuatro meses de duración; de ahí que, el Triunvirato
gobernó aproximadamente durante 18 meses, con poderes legislativos y ejecutivos, mediante Decretos-Leyes;
previos a la Guerra Civil.
Los generales golpistas habían derogado la Constitución de 1963, asunto prohibido por la propia ley suprema en
sus artículos 116 y 176, los cuales expresan que “la reforma de la Constitución solo podrá hacerse como ella
misma indica y, no podrá jamas ser suspendida ni anulada por ningún poder ni autoridad, ni por aclamaciones
populares”.
Era evidente que los ciudadanos que reclamaban el retorno del gobierno derrocado y de la Constitución
derogada, estaban en su derecho y con sólida base legal y constitucional; contrario a lo aclamado por el
gobierno golpista, que deseaba un gobierno provisional sin haber culminado el período constitucional por el que
había sido elegido mayoritariamente el prof. Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano –PRD-. Varios
Levantamientos militares en abril de 1965, así como una Revuelta Popular, pusieron fin al Triunvirato,
quedándose el país sin gobierno, poderes del Estado y sin institucionalización.
Con la división de altos oficiales militares de las fuerzas armadas, unos de acuerdo con el retorno del gobierno
derrocado, y otros, con la instauración de un gobierno distinto y provisional; el país quedó dividido en dos
gobiernos: Un gobierno presidido por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, con asiento en Santo
Domingo, Distrito Nacional, en el Palacio Nacional –sede del gobierno dominicano- y quien favorecía el regreso
del gobierno derrocado; y otro, presidido por el general Antonio Imbert Barreras, con asiento en la parte Este
de la ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, concretamente, en la Base Aérea de San Isidro –principal base
aérea del Estado Dominicano- .
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Finalmente, las autoridades con decisión política y, la sociedad misma, luego de una Acta Institucional, al
efecto, escogieron la segunda opción –gobierno provisional- y se estableció un gobierno provisional presidido
por el intelectual Héctor García Godoy, el cual tendría funciones ejecutivas y legislativas, y se encargaría de
convocar y organizar elecciones generales y libres; lo que ocurrió finalmente. Durante el gobierno del
Triunvirato no se llegó a modificar la Constitución, aunque en la postrimería sí se estructuraron dos documentos
con carácter, político, jurídico e institucional: 1. El “Acta de Reconciliación Dominicana”, y 2. El “Acta
Institucional”.
Con estos documentos se consiguió establecer un gobierno provisional, presidido por el intelectual Héctor
García Godoy, quien organizaría y celebraría elecciones generales para el 01 de junio de 1966, sirviendo de
puente para la estabilidad política y la vida institucional del Estado. El primero, llegó a ser un documento
natimuerto, puesto que no fue firmado por todas las partes en conflictos62. El segundo, surtió efectos jurídicos,
y su contenido, puede resumirse en: El establecimiento de un gobierno provisional que duraría nueve meses y
celebraría las elecciones en junio de 1966; especificar los poderes ejecutivo y legislativo del Presidente
Provisional, así como la organización y funcionamiento del gobierno y los derechos y libertades de los
ciudadanos; instituir que se mantendrían en vigor, parcialmente, las Constituciones de 1963 y 1962, por acuerdo
entre las partes en conflicto, principalmente lo referente a los poderes ejecutivo y legislativo; implantar que el
presidente tendría funciones ejecutivas y legislativas; acentuar la celebración de elecciones generales y que el
gobierno que resulte electo, debía convocar una Asamblea Constituyente para aprobar una nueva Constitución.
La CD tuvo cuatro golpes mortales –reformas-, en esta etapa constitucional. Estos se produjeron en 1966, 1994,
2002 y 2010. De ahí que, celebradas las elecciones generales el 01 de junio de 1966, resulta electo
abrumadoramente, el Dr. Joaquín Balaguer63 y su Partido Reformista Social Cristiano –PRSC, de recién fundación
en 1964-, frente al opositor prof. Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano –PRD-; el cual tomó
posesión del cargo el 01 de julio de 1966.
El 28 de noviembre de 1966, el presidente de la República –Dr. Joaquín Balaguer-, se deleitaba con un nuevo
texto constitucional –fue efectiva la reforma a la Constitución-, que entre otros asuntos, no establecía pena de
muerte para los casos de espionaje y acción de guerra; instituyó la obligación del Estado de proveer viviendas
propias a cada hogar dominicano; y le prestó especial atención a los derechos de familia, la maternidad y la
niñez;
El presidente Balaguer, fue reelecto en las elecciones generales y presidenciales de los períodos 1970-1974 y
1974-1978. En las elecciones de 1978 fue electo presidente de la República, el empresario Antonio Guzmán
Fernández, quien no logró culminar su mandato, debido a partido del mundo de los vivos, en julio de 1982. En
1982 se celebraron elecciones generales y es electo el Dr. Salvador Jorge Blanco. En estos períodos
presidenciales, la Constitución no pudo ser reformada, puesto que las intenciones en ese sentido, por parte del
gobierno del Dr. Jorge Blanco, fueron frustradas por una minoría en la membresía en el Congreso de la
República, con la que contaba. Nuevas elección son celebradas en 1986, y es elegido nuevamente el caudillo
rojo, Dr. Joaquín Balaguer, siendo reelecto en los períodos 1990-1994 y 1994-1996. En este último período
eleccionario y presidencial, la CD recibió un duro golpe, puesto que no se trató de una reforma constitucional,
sino más bien, de retazos y remiendos, sobre una ley suprema del Estado.
Los remiendos de la ley suprema del Estado, para 1994, es sobre la base de que hubo en RD, un “Pacto
62
El general Antonio Imbert Barreras, líder del movimiento pro gobierno provisional, no firmó el Acta de Reconciliación Dominicana.
63
El Dr. Balaguer, vivió en su interior, los treinta y un años de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, puesto que fue uno de los más estrechos colaboradores e intelectuales del régimen.
Fue el político que más beneficio extrajo de esa dictadura, habida cuenta de que a la muerte del dictador -30 de mayo de 1961- es escogido como presidente de la República hasta el 31 de
diciembre de 1961, cuando se autodisolvió el Congreso de la República, al entrar en funcionamiento oficialmente un Consejo de Estado, presidido también, por el mismo Dr. Balaguer. Más
tarde, gobernaría el país en variados períodos presidenciales consecutivos y alternos. Sumariamente, el Dr. Balaguer, ha sido el político más influyente del siglo XX, en los procesos políticos del
país –República Dominicana-. Además, es el político que más períodos presidenciales –con elección directa e indirecta válida e independientemente de la forma de gobierno implantada y
criticada- ha gobernado, con ocho: 1961-1962, 1962-1963, 1966-1970, 1970-1974, 1974-1978, 1986-1990, 1990-1994 y 1994-1996. En noviembre de 1961, a pesar del ser el heredero
predilecto de la dictadura trujillista, fue víctima –aunque no se materializó- de un golpe de Estado, por parte de los familiares del dictador asesinado, sobre la base de que este había tomado
medidas en detrimento de su viuda y familiares, así como del régimen que había existido y al que se le debía el gran desarrollo alcanzado en el país.
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Nacional” entre los partidos políticos mayoritarios, debido al fraude colosal alegado en las elecciones
presidenciales y congresionales de ese año, por parte del principal Partido Político de oposición –Revolucionario
Dominicano-. Este Pacto trajo como consecuencia la modificación de la Constitución de la República de 1966 –la
vigente-, exclusivamente, para prohibir la reelección presidencial, instaurar la doble vuelta electoral para
ganar las elecciones presidenciales, establecer el 50 % más un voto para obtener el triunfo en la primera
vuelta, separar con intervalo de dos años, las elecciones presidenciales y congresionales; establecer los
colegios electorales cerrados, implantar la inamovilidad de los jueces, instituir la autonomía administrativa y
presupuestaria de la Suprema Corte de Justicia, así como el régimen de jubilaciones y pensiones de los jueces;
crear el Consejo Nacional de la Magistratura e instaurar la carrera judicial; otorgar la facultad a la Suprema
Corte de Justicia para conocer de manera directa de las acciones de constitucionalidad de las leyes. Los
artículos modificados de esta Constitución de 1966, fueron: 49, 63, 64, 67, 88, 89, 90, 121 y 122.
Para el año 2002, la Constitución recibió “uno de los golpes mas despiadado” –como los acaecidos en los
tiempos de los generales Pedro Santana y Buenaventura Báez, durante la Primera República- de los que había
recibido durante la historia republicana. La reforma aprobada fue exclusivamente para establecer la reelección
presidencial. Con ella se abre la oportunidad al presidente de la República, de postularse nueva y
consecutivamente; pero además, se eliminaron los colegios electorales cerrados –inscripción y votación
matutina de las mujeres, vespertina de los hombres-. De ahí que solo se modificaron los artículos 49 y 89 –
eliminación de su párrafo- de la Constitución. La reforma al primero de estos textos, establece que “el
Presidente de la República podrá optar por un segundo y único período constitucional consecutivo, no pudiendo
postularse jamás al mismo cargo, ni a la vicepresidencia de la República”. La reforma al segundo, eliminó el
párrafo de texto mencionado, el cual expresaba que “las Asambleas Electorales funcionaran en Colegios
Electorales cerrados, los cuales serán organizados conforme a la ley”.
Del mismo modo, se modifica el juramento que debe prestar el Presidente y Vicepresidente de la República,
delega a la ley el monto máximo de los contratos que puede celebrar el Presidente de la República, para los
cuales no se requiere aprobación congresional; otorga facultad al Presidente de la República en lo relativo a las
zonas áreas, marítimas, fluviales, terrestres, militares y policiales; fija fecha constitucional para someter el
proyecto de presupuesto general del Estado, establece el Estatuto de la Administración Pública, reorganiza los
organismos autónomos y descentralizados del Estado, instituye el principio de responsabilidad civil del Estado y
los funcionarios, modifica las atribuciones del Presidente de la Suprema Corte de Justicia y de la Suprema Corte
de Justicia, tanto de manera administrativa como jurisdiccional; amplia las facultades del Consejo Nacional de
la Magistratura, incorpora la Escuela Nacional de la Judicatura, establece la edad de retiro obligatorio para los
jueces de la Suprema Corte de Justicia, crea el Consejo del Poder Judicial, instaura el Tribunal Constitucional,
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crea el Tribunal Superior Electoral, reduce el número de miembros de la Junta Central Electoral y modifica sus
atribuciones, agrega dentro de los requisitos para ser juez de primera instancia, de la Corte de Apelación y de
la Suprema Corte de Justicia, pertenecer a la carrera judicial; fortalece la carrera judicial al establecer que
solo por medio de la Escuela Nacional de la Judicatura se ingresa a dicha carrera, establece las normas de la
jurisdicción contenciosa administrativa y cambia el nombre de Tribunal Contencioso-Administrativo por Tribunal
Superior Administrativo; establece la defensa pública y la defensa de las víctimas, organiza el régimen y
establece la carrera del Ministerio Público, delimita las competencias de la jurisdicciones militares y policiales,
instituye y organiza los estados de excepción, establece la regionalización de la República, incorpora el
Defensor del Pueblo, instaura los mecanismos de consultas populares como el referendo y el plebiscito,
consagra el instituto de Concertación Social, incorpora el mecanismo de referendo aprobatorio para reformar la
Constitución, instituye el Procurador Electoral y otorga facultad al Consejo Nacional de la Magistratura para su
designación, organiza lo referente al lenguaje de género.