Orbit As

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ORBITAS

Las órbitas son estructuras bilaterales situadas en la mitad superior de la cara, por debajo de la
fosa craneal anterior y anteriores a la fosa craneal media.

Contienen el globo ocular, el nervio óptico, los músculos extraoculares, el aparato lagrimal,
tejido adiposo, fascia, así como los vasos y los nervios que irrigan e inervan estas estructuras.

ORBITA ÓSEA
Los huesos maxilar, cigomático, frontal, etmoides, lagrimal, esfenoides y palatino son los siete
huesos que participan en la composición de cada órbita.

En conjunto, confieren a la órbita ósea la forma de una pirámide con una base amplia que se abre
anteriormente en la cara y un vértice que se dirige en dirección posteromedial.

El vértice de la órbita ósea piramidal es el agujero óptico y la base (el reborde orbitario) está
formado por:

 El hueso frontal superiormente.


 La apófisis frontal del hueso maxilar medialmente.
 La apófisis cigomática del hueso maxilar y el hueso cigomático inferiormente.
 El hueso cigomático, la apófisis frontal del hueso cigomático y la apófisis cigomática del
hueso frontal lateralmente.

TECHO
El techo o pared superior de la órbita ósea está compuesto por la porción orbitaria del hueso
frontal y una pequeña contribución del hueso esfenoides. Esta delgada lámina ósea separa los
contenidos orbitarios del cerebro de la fosa craneal anterior.

Entre las características propias de esta pared superior se incluyen:

En su zona anteromedial, la posible prominencia de parte del seno frontal y de la fosita troclear,
donde se inserta la polea a través de la cual se refleja el músculo oblicuo superior.

En su zona anterolateral, se observa una depresión (la fosa lagrimal) para la porción orbitaria de la
glándula lagrimal.

PARED MEDIAL
Las paredes mediales de las órbitas óseas son paralelas entre sí y están formadas por cuatro
huesos: el maxilar, el lagrimal, el etmoides y el esfenoides. La mayor parte de la pared orbitaria
medial depende del hueso etmoides, que en esta región se caracteriza por la presencia de las
celdillas etmoidales, visibles claramente en un cráneo óseo.

En la unión entre el techo de la órbita y su pared medial, se observan los agujeros etmoidales
anterior y posterior, localizados en la sutura frontoetmoidal. A través de estos orificios los vasos y
los nervios etmoidales anteriores y posteriores abandonan la órbita.
Anterior al hueso etmoides se encuentra el pequeño hueso lagrimal. La porción más anterior de la
pared orbitaria medial se completa con la apófisis frontal del hueso maxilar.

Estos dos huesos participan en la formación del surco lagrimal, que aloja al saco lagrimal y se
encuentra limitado por la cresta lagrimal posterior y la cresta lagrimal anterior.

SUELO
El suelo de la órbita ósea (pared inferior) es a su vez el techo del seno maxilar. En su formación
participa mayoritariamente la superficie orbitaria del maxilar y en menor medida los huesos
cigomático y palatino.

El hueso cigomático completa el suelo orbitario por delante de la fisura orbitaria inferior. En su
región posterior, la apófisis orbitaria del hueso palatino hace una pequeña contribución al suelo
orbitario.

PARED LATERAL
La pared lateral de la órbita ósea está integrada anteriormente por el hueso cigomático y por el
ala mayor del hueso esfenoides. La fisura orbitaria superior se encuentra entra el ala mayor y el
ala menor del esfenoides que forma parte del techo.
PARPADOS
Los párpados superiores e inferiores son estructuras de disposición anterior cuyo cierre sirve de
protección de la superficie del globo ocular. La hendidura palpebral es el espacio existente entre
los párpados cuando éstos se encuentran abiertos.

Los párpados se componen de varias capas, distinguiéndose en dirección anteroposterior la piel,


el tejido celular subcutáneo, la capa de músculo voluntario, el tabique orbitario, el tarso y la
conjuntiva.

PIEL Y TEJIDO CELULAR SUBCUTÁNEO


La piel de los párpados es fina y la capa de tejido celular subcutáneo que separa la piel de la capa
de músculo voluntario también es delgada.

MÚSCULO ORBICULAR DEL OJO


En una dirección anteroposterior, la siguiente capa palpebral se compone de las fibras musculares
pertenecientes a la porción palpebral del músculo orbicular del ojo.

El músculo orbicular del ojo consta de dos porciones: la porción orbitaria, que rodea a la órbita, y
la porción palpebral, que se localiza en los párpados. El músculo orbicular del ojo recibe su
inervación del nervio facial [VII] y su acción consiste en el cierre palpebral.

La porción palpebral es delgada y se inserta en su región interna a la cresta lagrimal anterior,


mediante el ligamento palpebral medial. Lateralmente se une a las fibras musculares del párpado
inferior en el ligamento palpebral lateral.

TABIQUE ORBITARIO
Profundo a la porción palpebral del músculo orbicular del ojo, tanto en el párpado superior como
en el inferior, se encuentra el tabique orbitario: una capa de periostio que se extiende a partir
del reborde orbitario. En el párpado superior el tabique orbitario se inserta en el tendón del
músculo elevador del párpado superior, mientras que en el párpado inferior se inserta en el
tarso.

TARSOS Y MÚSCULO ELEVADOR DEL PÁRPADO SUPERIOR


Los tarsos son las principales estructuras de sostén palpebral. Hay un tarso superior mayor en el
párpado superior y un tarso inferior más pequeño en el párpado inferior.

El extremo medial de estas placas de tejido conjuntivo denso se inserta en la cresta lagrimal
anterior del hueso maxilar por medio del ligamento palpebral medial, mientras que lateralmente
se inserta en el tubérculo orbitario del hueso cigomático por medio del ligamento palpebral
lateral.

La estructura y la función de los tarsos son similares tanto en el párpado superior como en el
inferior, sin embargo, entre ellos existe una diferencia importante
Asociado con el tarso en el párpado superior se encuentra el músculo elevador del párpado
superior, encargado de la elevación del párpado superior.

CONJUNTIVA
La estructura del párpado se completa por una membrana delgada (la conjuntiva) que cubre la
superficie posterior de cada párpado. Esta membrana tapiza por completo la superficie posterior
de cada párpado antes de reflejarse sobre la superficie externa (esclera) del globo ocular y se
inserta en el globo ocular en la unión entre la esclera y la córnea.

GLÁNDULAS
En el espesor de las placas tarsales se encuentran las glándulas tarsales que drenan su secreción al
borde libre de cada párpado.

Se trata de glándulas sebáceas modificadas que secretan una sustancia oleaginosa que aumenta
la viscosidad de las lágrimas y contribuye a reducir la tasa de evaporación de las lágrimas de la
superficie del globo ocular.

La obstrucción y la inflamación de una glándula tarsal resultan en la formación de un chalazión,


localizado en la superficie palpebral interna.
VASOS
La irrigación palpebral proviene de las numerosas arterias locales (fig. 8.78), entre las que se
incluyen:

 Las arterias supratroclear, supraorbitaria, lagrimal y del dorsal de la nariz, ramas de la


arteria oftálmica.
 La arteria angular, rama de la arteria facial.
 La arteria transversa de la cara, rama de la arteria temporal superficial.
 Ramas de la arteria temporal superficial.

El drenaje venoso se realiza a través de un sistema externo formado por las venas asociadas a las
arterias mencionadas y un sistema interno en dirección hacia la órbita por medio de conexiones
con las venas oftálmicas.

El drenaje linfático se realiza principalmente hacia los nódulos parotídeos. El ángulo interno del
ojo puede drenar en los nódulos submandibulares por medio de los vasos linfáticos asociados
con las arterias facial y angular.

INERVACIÓN
La inervación palpebral consta de elementos motores y sensitivos. Todos los nervios sensitivos son
ramos del nervio trigémino [V]. Los ramos palpebrales se originan de:

 Los nervios supraorbitarios, supratroclear, infra troclear y lagrimal, ramos del nervio
oftálmico [Vi].
 El ramo infraorbitario del nervio maxilar [V2].

La inervación motora proviene de:

 El nervio facial [VII], que inerva la porción palpebral del músculo orbicular del ojo.
 El nervio oculomotor [III], que inerva el músculo elevador del párpado superior.
 Las fibras simpáticas, que inervan el músculo tarsal superior.
APARATO LAGRIMAL
El aparato lagrimal es el responsable de la producción, la circulación y el drenaje de la secreción
lagrimal de la superficie del globo ocular. Está compuesto por la glándula lagrimal y sus
conductos, los conductillos lagrimales, el saco lagrimal y el conducto nasolagrimal.

La glándula lagrimal se localiza en la parte anterior de la región orbitaria superolateral y está


dividida en dos porciones por el músculo elevador del párpado superior.

La porción orbitaria es la de mayor tamaño y se localiza en la fosa lagrimal, una depresión del
hueso frontal.

La porción palpebral, más pequeña, es inferior al músculo elevador del párpado superior y se sitúa
en la porción superolateral del globo ocular.

Las secreciones glandulares se drenan a través de numerosos conductos hacia la región lateral del
fórnix conjuntival superior. La glándula lagrimal produce su secreción de modo continuo y es
repartida por la superficie del globo ocular mediante el parpadeo.

La secreción lagrimal se acumula medialmente en el lago lagrimal y se drena de dicho lago por
medio de cada uno de los conductillos lagrimales existentes en cada párpado. El punto lagrimal es
la abertura a través de la cual penetra la secreción lagrimal en los conductillos lagrimales. Los
conductillos lagrimales se dirigen medialmente y se unen antes de desembocar en el saco
lagrimal.
INERVACIÓN
La inervación de la glándula lagrimal posee tres componentes distintos

INERVACIÓN SENSITIVA
Las neuronas sensitivas de la glándula lagrimal regresan al SNC a través del ramo lagrimal del
nervio oftálmico [V1]

INERVACIÓN SECRETO MOTORA (PARASIMPÁTICA)


Las fibras secretomotoras de la fracción parasimpática de la división autónoma del SNP estimulan
la secreción de la glándula lagrimal. Estas neuronas parasimpáticas preganglionares abandonan el
SNC a través del nervio facial [VII] y continúan con él hasta que se transforma en el nervio del
conducto pterigoideo.

El nervio lagrimal, por último, se distribuye por la glándula lagrimal.

INERVACIÓN SIMPÁTICA
La inervación simpática de la glándula lagrimal sigue una ruta similar a la del sistema
parasimpático. Las fibras simpáticas posganglionares, que se originan en el ganglio cervical
superior, viajan con el plexo que rodea a la arteria carótida interna hasta que lo abandona. Y las
fibras simpáticas siguen el mismo recorrido que las fibras parasimpáticas para alcanzar la glándula
lagrimal.

VASOS
La irrigación arterial de la glándula lagrimal proviene de ramas de la arteria oftálmica y el drenaje
venoso se realiza a través de las venas oftálmicas.
FISURAS Y AGUJEROS
La órbita posee diversos orificios a través de los cuales acceden y la abandonan numerosas
estructuras

CONDUCTO ÓPTICO
El conducto óptico se observa en una visión anterolateral de la órbita ósea como la abertura
redondeada presente en el vértice de la pirámide orbitaria. El conducto óptico alcanza la fosa
craneal media, y se encuentra limitado por el cuerpo del esfenoides internamente y por el ala
menor del esfenoides lateralmente. El nervio óptico y la arteria oftálmica discurren por el interior
del conducto óptico.

FISURA ORBITARIA SUPERIOR


La fisura orbitaria superior, una hendidura triangular existente entre el techo y la pared lateral de
la órbita ósea, que permite el paso de estructuras entre la órbita y la fosa craneal media.

A través de la fisura orbitaria superior pasan el ramo superior y el inferior del nervio oculomotor
[III], el nervio troclear [IV], el nervio abduce [VI], los ramos naso ciliar, frontal y lagrimal del nervio
oftálmico [Vi] y la vena oftálmica superior.

FISURA ORBITARIA INFERIOR


La fisura orbitaria inferior es la abertura longitudinal que separa la pared lateral de la órbita del
suelo orbitario. Se encuentra limitada por el ala mayor del hueso esfenoides, el hueso maxilar, el
hueso palatino y el hueso cigomático. Esta larga fisura permite la comunicación entre:

 La órbita y la fosa pterigopalatina posteriormente.


 La órbita y la fosa infratemporal en el medio.
 La órbita y la fosa temporal posterolateralmente.

AGUJERO INFRAORBITARIO
El surco infraorbitario comienza posteriormente y discurre sobre cerca de dos tercios de la fisura
orbitaria inferior, continuando anteriormente a través del suelo de la órbita. Este surco enlaza con
el conducto infraorbitario, que se abre en la cara por medio del agujero infraorbitario.

El nervio infraorbitario, parte del nervio maxilar [V2] y sus vasos acompañantes alcanzan la región
facial a través de este orificio.
ESPECIALIZACIONES DE LAS FASCIAS
PERIÓRBITA
Se denomina periórbita al periostio que reviste los huesos que conforman la órbita. En el reborde
orbitario se continúa con el periostio de la superficie externa del cráneo y envía extensiones hacia
los párpados superior e inferior.

En la parte posterior de la órbita, la periórbita se hace más densa alrededor del conducto óptico y
de la parte central de la fisura orbitaria superior. Esta condensación, conocida como anillo
tendinoso común, es el punto de origen de los cuatro músculos rectos.

VAINA DEL GLOBO OCULAR


La vaina del globo ocular (vaina bulbar) es una fascia que recubre gran parte del globo ocular:

Posteriormente se halla firmemente unida a la esclera (la cubierta de color blanco del globo
ocular) alrededor de la zona de entrada del nervio óptico al globo ocular.

Anteriormente se encuentra unida con firmeza a la esclera cerca del límite con la córnea (la capa
transparente del globo ocular).

Además, a medida que los músculos se aproximan a su punto de inserción en el globo ocular, la
fascia que rodea a cada uno de ellos se fusiona con la vaina ocular

EL LIGAMENTO SUSPENSORIO
Esta estructura de soporte está compuesta por la vaina ocular y por elementos que dependen de
los dos músculos oculares inferiores y de los músculos rectos medial y lateral.

EXPANSIONES DE LOS MÚSCULOS RECTO MEDIAL Y RECTO


LATERAL
Las expansiones son otra especialización de la fascia orbitaria. Cubren a los músculos recto medial
y recto lateral, que se insertan en la pared medial y lateral de la órbita ósea, respectivamente.

Desde el punto de vista funcional, se cree que estas expansiones limitan los músculos recto medial
y recto lateral, de ahí el nombre que reciben estas zonas especializadas de la fascia.

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