El Siglo XV El Siglo XV El Siglo XV El Siglo XV
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CULTURA Y SOCIEDAD
El siglo XV es un largo puente entre la Edad Media y el Renacimiento: por un lado, decaen las formas de
vida y de pensamiento medievales; por otro, se anuncia ya el Renacimiento del siglo XVI. Es, por tanto, una
época de crisis y de contrastes, fiel reflejo de las circunstancias históricas del momento.
El sistema social basado en el feudalismo se descompone. La organización social se hace más
compleja.
En el plano político, la sensación de inestabilidad es general: una calamitosa economía y constantes
problemas con judíos y conversos.
Los nuevos avances científicos y tecnológicos contribuyen a cambiar la imagen del mundo que hasta
entonces se había tenido. Hacia la mitad del siglo, Gutenberg inventa la imprenta; esto, unido a la sustitución
del pergamino por el papel, permitió poner en circulación un amplio número de libros.
Pero el gran acontecimiento cultural del siglo XV fue el desarrollo del Humanismo. En el siglo XIV, en
Italia, los humanistas ponen de moda la admiración por la Antigüedad clásica. Tienen una concepción
antropocéntrica del mundo. El desarrollo del Humanismo determinó la secularización de la cultura.
Entre los humanistas españoles destacan:
Antonio de Nebrija: autor de la primera gramática castellana.
Luis Vives: cuya producción, escrita en latín, trata temas morales, sociales, pedagógicos y filosóficos.
Juan de Valdés: es autor del Diálogo de la lengua, obra en la que defiende la lengua vulgar (el
castellano) como la forma de expresión más natural y expone una serie de consejos sobre su uso correcto.
LA LITERATURA:
La literatura reflejará todo este caótico panorama. Encontramos dos líneas fundamentales: una literatura
de evasión y otra más realista, tendente a mostrar los problemas de la época.
a) Los nuevos modelos: Los autores del siglo XV tienen predilección por las formas y los temas
italianos, a imitación de la Divina comedia, de Dante Alighieri , Petrarca y Boccaccio
b) Temas literarios:
• El amor. El concepto de amor en esta época sigue unas reglas fijas que se corresponden con lo
que se ha denominado amor cortés: la relación amorosa es semejante a la relación feudal que
existe entre caballero y vasallo. La mujer es inalcanzable y el poeta se resigna porque el amor es
irrenunciable, ya que, si es verdadero, nunca termina: el sentimiento sólo cesa con la muerte.
El código del amor cortés se rige por una serie de convenciones:
El amante experimenta una intensa pasión amorosa que choca con un obstáculo: o bien
la dama no le corresponde y permanece indiferente, o bien se trata de un amor imposible,
por ser ella, tal vez, una mujer casada.
El amor aparece identificado con el sufrimiento. Este, a su vez, acrecienta el sentimiento
amoroso. Así, el enamorado se halla como en una cárcel de la que no puede (o no quiere)
escapar.
La relación entre el galán y la dama es semejante a la que existe entre el vasallo y el
señor feudal: se basa en el servicio, en la fidelidad y en el sometimiento del hombre a la
amada.
Aunque el enamorado aspira al encuentro erótico, no lo manifiesta expresamente: lo
insinúa por medio de palabras como galardón, premio, merced o gloria, que adquieren un
sentido sexual.
• La muerte. Es la única que posee un poder igualatorio: a todos llega la muerte, ya sean ricos o
pobres, nobles o del pueblo, sacerdotes o fieles… Nadie escapa a ella, a todos llama.
Se repite con frecuencia el tópico del ubi sunt? (¿Dónde están aquellos que llenaban el mundo con su
poder, su belleza, su bienestar...?).
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• La fortuna. Muy tratado en la época es el tema del poder de la Fortuna (entendida como destino
caprichoso del mundo). Poder absoluto, caprichoso y, en ocasiones, ligado a los designios divinos.
• La fama implica la posibilidad del ser humano de perdurar en el tiempo y de sobrevivir a la muerte,
gracias a la opinión y memoria de los vivos. Para ello hay que observar en vida un comportamiento
ejemplar.
• La sátira política y social.
LÍRICA
POESÍA CANCIONERIL
Durante el siglo XV se desarrolló, junto a la lírica popular, una lírica culta, influida por la poesía
trovadoresca. Con un estilo artificioso y convencional, los poetas de la corte tratan los más variados
temas, aunque su principal inspiración es el amor cortés.
A mediados de siglo, sus composiciones se recopilan en cancioneros, con el mecenazgo de nobles y
reyes. Destacan el Cancionero de Baena (1445) y el Cancionero de Estúñiga (1443). También ahora
escriben su obra los tres grandes poetas del siglo XV: el Marqués de Santillana (Decires narrativos,
Comedieta de Panza), Juan de Mena (Laberinto de Fortuna) y Jorge Manrique.
LAS COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE, DE JORGE MANRIQUE
Jorge Manrique, poeta y guerrero, defensor de la causa de los Reyes Católicos, escribió unas cincuenta
composiciones al estilo de los poetas del cancionero, sobre temas amorosos, burlescos y morales. Pero su
obra maestra son las Coplas a la muerte de su padre, en la que llora la muerte de su padre, don Rodrigo
Manrique. Se trata de 40 sextillas o coplas dobles de pie quebrado, que conforman una elegía: subgénero de
larga tradición que expresa sentimientos dolorosos por la muerte de un ser querido.
El tema de las Coplas
Con un estilo sencillo y emotivo, las Coplas a la muerte de su padre recogen todos los temas básicos
del pensamiento medieval, como la inconsistencia de las cosas de este mundo, el paso del tiempo y la
fugacidad de la vida, la inevitabilidad de la muerte, la arbitrariedad de la fortuna o la importancia de la fama.
Pero el tema central lo constituye la meditación sobre la muerte y la fugacidad de la vida.
Estructura del poema
El poema se divide en tres partes, en las que la reflexión sobre la muerte se gradúa de lo general a lo
particular:
Primera parte: coplas I-XIV: Se hace una reflexión general sobre la fugacidad de la vida y el
valor universal de la muerte.
Segunda parte: coplas XV-XXIV: Referencia a la muerte de unas personas concretas que ilustran lo
dicho anteriormente; se evoca el pasado histórico inmediato a través del tópico medieval del Ubi
sunt (¿Dónde están?), pregunta retórica para inquietar al auditorio.
Tercera parte: coplas XXV-XL: Se alude a la vida ejemplar y a la muerte de don Rodrigo Manrique,
quien logra alcanzar la vida de la fama y la vida eterna.
Lenguaje y estilo
El lenguaje y el estilo de la obra se caracterizan por su sencillez, su naturalidad y su sobriedad. El
autor utiliza un lenguaje sentencioso que condensa la expresión dotándola de una fuerte carga emotiva.
Manrique involucra al lector y lo invita a que participe en su reflexión mediante fórmulas exhortativas
(«Recuerde el alma dormida...»), imperativos («Ved de cuán poco valor...») y metáforas personalizadoras
(«Nuestras vidas son los ríos...»).
Sentido y modernidad de las Coplas
La obra de Manrique supone una recopilación de todo el sentir medieval acerca de la muerte, a lo que se
suma la propia visión personal del autor, que aporta destacadas novedades: este tema, que había sido
concebido como paso a la vida eterna, aparece renovado por la presencia de la fama, capaz de vencer a la
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muerte: las Coplas ilustran perfectamente el fin de una época, la medieval, y el comienzo de otra, la
renacentista.
A pesar de haber sido escritas en el siglo XV y referirse a temas típicamente medievales, la lectura de
las Coplas conmueve al lector actual. El carácter universal de su obra se debe a que el poeta ha conseguido
expresar de forma magistral la sensación del fluir del tiempo; para ello ha mostrado el drama esencial de la
condición humana: su temporalidad.
NARRATIVA:
LA PROSA DE FICCIÓN EN EL SIGLO XV
a) La novela de caballerías
Las novelas de caballerías son narraciones extensas protagonizadas por un héroe: el caballero
andante, personaje de alta alcurnia. A la nobleza de sangre añade su nobleza de espíritu, que demuestra
en las múltiples aventuras que vive a lo largo de su vida. El caballero es joven y fuerte, movido por su deseo
de fama personal y por el amor a su amada.
Estos libros alternan episodios realistas y fantásticos.
Las dos primeras novelas de caballerías españolas son La leyenda del caballero del cisne y El
caballero Cifar (del siglo XIV), pero la más famosa es Amadís de Gaula.
b) La novela sentimental
La novela sentimental surge a mediados del siglo XV. Es una narración de corta extensión,
protagonizada por personajes nobles que viven una pasión amorosa en un escenario cortesano. Por lo común
se trata de historias desgraciadas, que suelen acabar con la muerte de los protagonistas.
La acción se desarrolla generalmente en lugares geográficos alejados (Macedonia, Hungría, Escocia) y
describe una pasión amorosa de gran intensidad, según los códigos del amor cortés.
Algunas de las principales novelas sentimentales son: Siervo libre de amor, de Juan Rodríguez del
Padrón (hacia 1440), iniciadora del género, y Cárcel de Amor (1492), de Diego de San Pedro.
LA CELESTINA
1.- Autores de La Celestina
Fernando de Rojas revela en la carta de «El autor a un su amigo» (con la que se presenta la obra) que
el primer acto de La Celestina pertenece a un escritor anónimo. La crítica moderna admite la existencia de
dos autores.
De Fernando de Rojas sabemos poco. Parece cierto que nació en Puebla de Montalbán (Toledo), hacia
1476, en el seno de una familia de conversos. Estudió leyes en Salamanca y, posteriormente, se trasladó a
Talavera de la Reina (Toledo), ciudad de la que llegó a ser Alcalde Mayor. Allí murió en 1541. Debió de
escribir La Celestina hacia 1497.
2.- Género de La Celestina
Desde el siglo XVIII, los críticos discutieron el carácter dramático de La Celestina. En la actualidad se
considera que La Celestina pertenece al subgénero de la comedia humanística: obra creada para la lectura
en voz alta ante un pequeño auditorio y no para la representación.
3.- Argumento
Calisto, joven burgués rico, persiguiendo a su halcón, entra en la huerta de Melibea, y la ve. Melibea,
joven y hermosa, única hija de Pleberio y Alisa, pertenece también a una clase privilegiada. Se enamora de
ella y trata de obtener su favor, pero es rechazado. Calisto le cuenta lo sucedido a su criado Sempronio, quien
le recomienda tomar los servicios de una vieja alcahueta, Celestina, pese a la opinión inicialmente contraria
de Pármeno, criado de menor edad. Ésta, mediante su sabiduría y sus hechizos, consigue unir a los jóvenes
enamorados. Después, los criados de Calisto, Pármeno y Sempronio, llevados por la codicia, matan a
Celestina; a partir de ahí las acciones se suceden: Calisto muere al caerse desde el muro de la casa de
Melibea y ésta se suicida por amor. La obra finaliza con las lamentaciones de Pleberio, padre de Melibea.
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4.- Temas
En esta obra existen temas y tópicos que permiten definir la actuación de los personajes y su
caracterización, relacionándolos unas veces con el mundo medieval y otras con el próximo Renacimiento.
El amor es el tema básico de la obra. Todos los personajes viven o desean experiencias amorosas. Este
sentimiento es visto como ley vital que nadie puede eludir (« ¡Oh amor, amor! ¡Que no pensé que tenías
fuerza ni poder de matar a tus sujetos!»). La caracterización del tema es doble. Por una parte está presente el
amor cortés, con todos sus tópicos. Calisto convierte el amor en religión y a Melibea en su dios. Es el tópico
de la “religio amoris” (religión del amor). El enamorado describe la belleza de la dama empezando por sus
cabellos, siguiendo por sus ojos… es el tipo de belleza ideal de la sociedad del momento y que se mantendrá
durante el Renacimiento. Se trata del tópico de la “descriptio puellae” (descripción de la muchacha). Por otra,
el amor ilícito, que busca exclusivamente el placer sexual, desencadenante de la tragedia.
Otros temas presentes en la obra son los siguientes: el egoísmo y el afán de lucro; la muerte; la
deslealtad de los criados (representada simbólicamente en la evolución de Pármeno), la magia y la crítica
social.
Todos estos temas que caracterizan a La Celestina y que expone Pleberio en su monólogo final
configuran una visión pesimista de la vida, totalmente alejada de los principios morales y religiosos del
teocentrismo medieval.
5.- Estructura
El texto propiamente dicho consta de veintiún actos, precedidos cada uno de ellos de un breve
argumento. Se divide en tres partes:
• Prólogo. Sería la primera escena, en la que se plantea la trama: el encuentro fortuito de Calisto y
Melibea.
• Primera parte: actos I a XII. Se produce la mediación de Celestina y la rendición de Melibea. Termina
con la muerte de Celestina y de los criados.
• Segunda parte: actos XIII a XXI. Los amantes viven su pasión amorosa y, al final, mueren.
6.- Personajes
Los personajes de La Celestina pertenecen a diversas clases sociales: por una parte, el mundo refinado
de Calisto y Melibea; por otra, el mundo bajo e innoble de Celestina, de los criados y de las prostitutas.
Tienen un marcado carácter relista. Todos ellos muestran un marcado individualismo. Para presentarlos
Rojas utiliza el perspectivismo descriptivo. Nos muestra a sus personajes desde distintos ángulos: los
conocemos por lo que dicen en diálogos y monólogos, y por lo que hacen; también conocemos las opiniones
de unos personajes sobre otros. Todo esto dota a la obra de gran variedad y verosimilitud.
♦ Melibea, decidida y apasionada, tiene una personalidad compleja que evoluciona a lo largo de la obra.
Conocemos su conflicto interior: vemos cómo duda y rechaza a Calisto y cómo luego se entrega al amor y al
placer. Es enérgica y decidida, arrogante, apasionada e imaginativa. Tiene conciencia del lugar que ocupa en
la sociedad; pero cuando se enamora no duda en romper las barreras sociales por encima de conceptos
como el honor o la opinión ajena.
♦ Calisto, joven adinerado, ocioso y exaltado, cuyo único interés es gozar del amor de Melibea. Se
expresa en un lenguaje artificioso, propio del amor cortés. No tiene amigos ni familiares. Es egoísta y utiliza a
los demás para su propio provecho. Su pasión le hace inseguro e impaciente. A veces cae en
comportamientos extremos y exaltados. Representa entonces al loco enamorado, cuya actitud se intenta
censurar en la obra.
♦ Celestina: Es sin duda el personaje mejor trazado y más famoso de la obra. Es una vieja amoral, astuta
y codiciosa, su mayor deseo es conseguir el dinero que le garantice la vejez. Es falsa y desleal, gran
conocedora de las pasiones debilidades humanas, domina las artes del engaño y la seducción. Traza sus
planes con exactitud, pero sabe improvisar. Se muestra aficionada al vino y al sexo, y sabe de embrujos,
bebedizos y filtros.
♦ Los criados: Representan el fin del vasallaje medieval: no buscan el bien de su señor, sino su propio
beneficio, y sólo son leales por dinero. Sempronio es calculador, agresivo, egoísta y ambicioso; Pármeno se
muestra sensual, agudo e inteligente. Al principio este se comporta como un adolescente fiel, que considera
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un valor la lealtad a su amo; pero las artes seductoras de Celestina y la ingratitud de Calisto le hacen cambiar
y adoptar al final una actitud desleal.
7.- Recursos teatrales en La Celestina
En la obra se utilizan con gran maestría las acotaciones escénicas, los apartes, las escenas simultáneas
y los diálogos.
a) Las acotaciones. En La Celestina no existen en sentido literal, pero, en un sentido amplio, se puede
hablar de la existencia de acotaciones internas, incluidas en los diálogos que se usan para incorporar nuevos
personajes, para comunicar al lector lo que sucede fuera del escenario, para informarle de la ubicación y de
los movimientos de los personajes, o para dar a conocer otras reacciones, como risas, llantos, gestos, etc.
b) En los apartes un personaje que dialoga con otro, rompiendo las normas de verosimilitud, formula
opiniones dirigidas exclusivamente al público. Este recurso se utiliza repetidamente en La Celestina y tiene
distintas variantes.
c) Las escenas simultáneas son un convencionalismo teatral que pone ante los ojos del espectador dos
escenas que ocurren al mismo tiempo en lugares diferentes.
8.- Espacio y tiempo
El espacio y el tiempo tienen un tratamiento muy flexible en la obra. Los personajes evocan escenarios
que el lector debe imaginar y el tiempo puede alargarse o abreviarse según las necesidades de la trama.
La acción se desarrolla en cinco espacios básicos: las casas de Melibea, Calisto, Celestina y Areúsa,
y las calles de una ciudad castellana (el autor no hace referencia a ninguna en concreto).
La acción se desarrolla a lo largo de cuatro días. Los actos I al XVI corresponden a los tres primeros.
Entre el acto XVI y XVII se produce un salto temporal. Los hechos del cuarto día (actos XVII al XXI) suceden
un mes después.
9.- Lenguaje y estilo
Fernando de Rojas construyó una obra de estilo cuidado, con diálogos variados, llenos de viveza y
calor humano. En ella, el lenguaje caracteriza a los personajes: cada uno se expresa como corresponde a
su clase social.
Melibea y, sobre todo, Calisto se expresan en el habla retórica y ampulosa. En cambio, el lenguaje de
los criados, de Celestina y de sus pupilas es punzante y coloquial, reflejo del habla popular de la época.
Pero, cuando la ocasión lo requiere, los personajes humildes se expresan como los señores o estos utilizan
un tono más coloquial.
10.- Sentido de la obra e intención del autor
La obra refleja la crisis de la sociedad castellana del siglo XV, en la que las antiguas normas están
siendo sustituidas por los nuevos valores del capitalismo incipiente: individualismo, afán de lucro, deseo de
gozar los placeres de la vida, etc. Los críticos han destacado la visión pesimista, incluso nihilista, que
transmite su autor. En efecto, en La Celestina subyace una concepción caótica de la existencia, reflejo de
una sociedad en crisis. El cambio y la confusión de valores se manifiestan claramente en las relaciones
sociales.
La Celestina es una obra vitalista en su exaltación del amor y la pasión. Esto ha llevado a algunos
críticos a dudar de la intención moralizadora que Rojas expresa al principio de su obra.
TEATRO
Tras los autos medievales, representados en las iglesias, aparecen otras obras en las que poco a poco
van incorporándose elementos profanos. El teatro se convierte en un elemento de diversión y entretenimiento
y pasa a ser representado en las plazas públicas.
Autores como Juan del Encina, Bartolomé Torres Naharro y Gil Vicente crean obras dialogadas que
recogen temas como el amor y la muerte, según los mismos puntos de vista que hemos venido observando
en este momento de transición.