Simulacro 04

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SIMULACRO 04

NOMBRES Y APELLIDOS:
FECHA:

A.SUBRAYA LA RESPUESTA CORRECTA EN LAS SIGUIENTES SECUENCIAS


VERBALES.

PREGUNTA 1 : PREGUNTA 6 :
Copiosidad, exuberancia, plétora, Atenuar, morigerar, paliar,
............. A) Ostentosidad. ............... A) limitar.
B) Extensión. B) ajustar.
C) Hinchazón. C) mitigar.
D) Abundancia. D) anonadar.
E) Abultamiento. E) concentrar.

PREGUNTA 2 : PREGUNTA 7 :
Abdicar, ceder, claudicar, Alianza, convenio, pacto,
................. A) Despojar. ............... A) acuerdo.
B) Consentir. B) confabulación.
C) Acordar. C) asistencia.
D) Refutar. D) mezcla.
E) Renunciar. E) contubernio.

PREGUNTA 3 : PREGUNTA 8 :
Diálogo, coloquio, conversación, Tristeza, taciturno; recelo,
............... ......... suspicaz; ...............
A) Idioma. A) mutismo, sosegado.
B) Facundia. B) sabor, insípido.
C) Rumor. C) ocio, retraído.
D) Banquete. D) aflicción, atribulado.
E) Tertulia. E) susurro, callado.

PREGUNTA 4 : PREGUNTA 9 :
Desquiciado, loco, orate, Sofisma, embuste, argucia,
.............. A) Disoluto. ............... A) desencanto.
B) Impertinente. B) ironía.
C) Demente. C) engaño.
D) Irreverente. D) burla.
E) Arrebatado. E) daño.

PREGUNTA 5 : PREGUNTA 10 :
Abundante, nutrido, profuso, Abrasador, caliente, templado, frío,
............... A) colosal. ........... A) gélido.
B) dantesco. B) tibio.
C) magnífico. C) pálido.
D) oneroso. D) atemperado.
E) cuantioso. E) indiferente.
Suspicaz, desconfiado, reticente,
PREGUNTA 11 : ... A) rencoroso
Insigne, egregio, ilustre, ... B) díscolo
A) célebre. C) rebelde
B) refinado. D) receloso
C) amable. E) ramplón
D) estimado.
E) sobrio. PREGUNTA 17 :
Altruismo, grandeza, nobleza,
PREGUNTA 12 : .............. A) Misericordia.
Pelear, armonizar; lidiar, avenir; reñir, B) Concordia.
... A) otorgar. C) Justicia.
B) atender. D) Generosidad.
C) escuchar. E) Equidad.
D) comprender.
E) conciliar. PREGUNTA 18 :
Abandonar, desamparar, descuidar,
PREGUNTA 13 : ... A) Resignarse.
Poltrón, perezoso; frugal, parco; B) Ausentarse.
zafio, grosero; ... C) Desentenderse.
A) urente, gélido D) Desdeñar.
B) parlanchín, locuaz E) Repeler.
C) liberto, esclavo
D) diáfano, oculto PREGUNTA 19 :
E) lábil, macizo Goce, disfrute, satisfacción,
PREGUNTA 14 : ... A) Complacencia.
Trampa, ardid, artimaña, ... B) Recreo.
A) convenio C) Risa.
B) disputa D) Pasatiempo.
C) treta E) Juerga
D) riña
E) astucia PREGUNTA 20 :
Similar, semejante, parecido,
PREGUNTA 15 : ... A) Regular.
Cuestionar, criticar, refutar, ... B) Exacto.
A) constreñir C) Simétrico.
B) regañar D) Contiguo.
C) objetar E) Análogo.
D) delimitar
E) imputar

PREGUNTA 16 :

B.SUBRAYA LA RESPUESTA CORRECTA EN LOS SIGUIENTES EJERCICIOS DE

TÉRMINO EXCLUIDO. Ejercicio Nº21

COLECCIÓN a) resma d) hojarasca e) hemeroteca


b) léxico Ejercicio Nº22
c) menaje INTRASCENDENCIA a)
monada d) cocotero
b) bagatela e) higueral
c) fruslería
d) nadería Ejercicio Nº29
e) incipiencia FLÉBIL
a) funesto
Ejercicio Nº23 b) ingrato
BELLO c) luctuoso
a) maravillado d) deplorable
b) fascinado c) e) lamentable
admirado d)
asombrado e) Ejercicio Nº30
hermoso TURGENTE
a) elevado
Ejercicio Nº24 b) hinchado
EXAMINAR a) c) abultado
indagar d) aguzado
b) ordenar e) prominente
c) chequear
d) escudriñar Ejercicio Nº31
e) auscultar DULCIFICAR
a) edulcorar
Ejercicio Nº25 b) almibarar c)
ARREBATAD endulzar
O a) violento d) embadurnar
b) colérico e) acaramelar
c) contumaz
d) iracundo Ejercicio Nº32
e) furibundo FESTIVO
a) alegre
Ejercicio Nº26 b) contento
CULTERANO c) feliz
a) artificioso d) cautivador
b) rebuscado e) entusiasta
c) elocuente
d) retórico Ejercicio Nº33
e) ampuloso QUID
a) médula
Ejercicio Nº27 b) sentido
RUMBO c) esencia
a) arribo d) busilis
b) curso e) meollo
c) orientación
d) tendencia Ejercicio Nº34
e) dirección DELETÉREO
a) tóxico
Ejercicio Nº28 b) venenoso
FRUTAS c) ponzoñoso
a) manzano d) mortífero
b) vid e) trágico
c) níspero Ejercicio Nº35
MÚSICA d) melodía
a) nota e) explosión
b) atril
c) partitura Ejercicio Nº39
d) escala JABALÍ
e) espectáculoa) jabato
b) silvestre
Ejercicio Nº36 c) asta
POSTERIORIDAD a) espaldar d) elefante
b) zaga e) paquidermo
c) popa
d) retrovisor e) retaguardia Ejercicio Nº40
TEATRO
Ejercicio Nº37 CERVEZA a) guión
a) vino b) comedia
b) violencia c) actor
c) lúpulo d) acrobacia
d) embriaguez e) fermentación e) escenario

Ejercicio Nº38 ESTRUENDO


a) ruido
b) deceso
ESPANTOS DE
c) sobresalto AGOSTO

Llegamos a Arezzo un poco antes del mediodía, y perdimos más de dos horas
buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano Miguel Otero Silva había
comprado en aquel recodo idílico de la campiña toscana. Era un domingo de
principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a alguien que
supiera algo en las calles abarrotadas de turistas. Al cabo de muchas tentativas
inútiles, volvimos al automóvil, abandonamos la ciudad por un sendero de cipreses
sin indicaciones viales, y una vieja pastora de gansos nos indicó con precisión dónde
estaba el castillo. Antes de despedirse, nos preguntó si pensábamos dormir allí, y le
contestamos, como lo teníamos previsto, que solo íbamos a almorzar.

—Menos mal —dijo ella— porque en esa casa espantan.

Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos del mediodía, nos burlamos de su


credulidad. Pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con
la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente.

Miguel Otero Silva, que además de buen escritor era un anfitrión espléndido y un
comedor refinado, nos esperaba con un almuerzo de nunca olvidar. Como se nos
había hecho tarde no tuvimos tiempo de conocer el interior del castillo antes de
sentarnos a la mesa, pero su aspecto desde fuera no tenía nada de pavoroso, y
cualquier inquietud se disipaba con la visión completa de la ciudad desde la terraza
florida donde estábamos almorzando. Era difícil creer que en aquella colina de casas
encaramadas, donde apenas cabían noventa mil personas, hubieran nacido tantos
hombres de genio perdurable. Sin embargo, Miguel Otero Silva nos dijo con su humor
caribe que ninguno de tantos era el más insigne de Arezzo.

—El más grande —sentenció— fue Ludovico.


Así, sin apellidos: Ludovico, el gran señor de las artes y de la guerra, que había
construido aquel castillo de su desgracia, y de quien Miguel nos habló durante
todo el almuerzo. Nos habló de su poder inmenso, de su amor contrariado y de su
muerte espantosa. Nos contó cómo fue que en un instante de locura del corazón
había apuñalado a su dama en el lecho
donde acababan de amarse, y luego azuzó contra sí mismo a sus feroces perros de
guerra que lo despedazaron a dentelladas. Nos aseguró, muy en serio, que a partir
de la medianoche el espectro de Ludovico deambulaba por la casa en tinieblas
tratando de conseguir el sosiego en su purgatorio de amor.

El castillo, en realidad, era inmenso y sombrío. Pero a pleno día, con el estómago
lleno y el corazón contento, el relato de Miguel no podía parecer sino una broma
como tantas otras suyas para entretener a sus invitados. Los ochenta y dos cuartos
que recorrimos sin asombro después de la siesta habían padecido toda clase de
mudanzas de sus dueños sucesivos. Miguel había restaurado por completo la planta
baja y se había hecho construir un dormitorio moderno con suelos de mármol e
instalaciones para sauna y cultura física, y la terraza de ores intensas donde
habíamos almorzado. La segunda planta, que había sido la más usada en el curso de
los siglos, era una sucesión de cuartos sin ningún carácter, con muebles de diferentes
épocas abandonados a su suerte. Pero en la última se conservaba una habitación
intacta por donde el tiempo se había olvidado de pasar. Era el dormitorio de Ludovico.

Fue un instante mágico. Allí estaba la cama de cortinas bordadas con hilos de oro, y el
sobrecama de prodigios de pasamanería todavía acartonado por la sangre seca de la
amante sacrificada. Estaba la chimenea con las cenizas heladas y el último leño
convertido en piedra, el armario con sus armas bien cebadas, y el retrato al óleo del
caballero pensativo en un marco de oro, pintado por alguno de los maestros
florentinos que no tuvieron la fortuna de sobrevivir a su tiempo. Sin embargo, lo que
más me impresionó fue el olor de fresas recientes que permanecía estancado sin
explicación posible en el ámbito del dormitorio.

Los días del verano son largos y parsimoniosos en la Toscana, y el horizonte se


mantiene en su sitio hasta las nueve de la noche. Cuando terminamos de conocer el
castillo eran más de las cinco, pero Miguel insistió en llevarnos a ver los frescos de
Piero della Francesca en la Iglesia de San Francisco, luego nos tomamos un café
bien conversado bajo las pérgolas de la plaza, y cuando regresamos para recoger las
maletas encontramos la cena servida. De modo que nos quedamos a cenar.

Mientras lo hacíamos, bajo un cielo malva con una sola estrella, los niños
prendieron unas antorchas en la cocina, y se fueron a explorar las tinieblas en los
pisos altos. Desde la mesa oíamos sus galopes de caballos cerreros por las
escaleras, los lamentos de las puertas, los gritos felices llamando a Ludovico en
los cuartos tenebrosos. Fue a ellos a quienes se les ocurrió la mala idea de
quedarnos a dormir. Miguel Otero Silva los apoyó encantado, y nosotros no
tuvimos el valor civil de decirles que no.

Al contrario de lo que yo temía, dormimos muy bien, mi esposa y yo en un dormitorio


de la planta baja y mis hijos en el cuarto contiguo. Ambos habían sido modernizados
y no tenían nada de tenebrosos. Mientras trataba de conseguir el sueño, conté los
doce toques insomnes del reloj de péndulo de la sala y me acordé de la advertencia
pavorosa de la pastora de gansos. Pero estábamos tan cansados que nos dormimos
muy pronto con un sueño denso y continuo, y desperté después de las siete con un
sol espléndido entre las enredaderas de la ventana. A mi lado, mi esposa navegaba
en el mar apacible de los inocentes. “Qué tontería –me dije–, que alguien siga
creyendo en fantasmas por estos tiempos”. Solo entonces me estremeció el olor de
fresas recién cortadas, y vi la chimenea con las cenizas frías y el último leño
convertido en
piedra, y el retrato del caballero triste que nos miraba desde tres siglos antes en el
marco de oro. Pues no estábamos en la alcoba de la planta baja donde nos
habíamos acostado la noche anterior, sino en el dormitorio de Ludovico, bajo la
cornisa, las cortinas polvorientas y las sábanas empapadas de sangre todavía
caliente de su cama maldita.

SUBRAYA LA RESPUESTA CORRECTA

41 Según su estructura externa, ¿qué tipo de texto es?


a. Un texto informativo.
b. Un texto instructivo.
c. Un texto narrativo.
d. Un texto dramático.

42 Deduce el significado de las siguientes palabras. Para ello, apóyate en el texto.


Luego une con una flecha la alternativa correcta.

1. Espantar. a. Andar, caminar sin dirección determinada. 2.


Deambular. b. Cosa especial, excelente y poco común. 3. Prodigio. c.
Que no puede dormir.
4. Insomne. d. Dar miedo, asustar.

43 Deduce las características y cualidades del personaje Ludovico.


a. Artista, gladiador, dulce.
b. Bondadoso, valiente, pasivo.
c. Impulsivo, cobarde, agresivo.
d. Feliz, adinerado, gracioso.

44 ¿Cuál es el propósito del autor del texto?


a. Informar sobre la verdad de un hecho.
b. Entretener con una historia mágico-maravillosa.
c. Ejemplificar la muerte de un ser.
d. Dar a conocer los hechos que se pueden vivir durante una condena.

45 El autor nos traslada a un mundo fantasioso. ¿Crees que en la sociedad actual


hay hombres como Ludovico? ¿Qué opinas de los hombres que se parecen a este
personaje? Argumenta tu respuesta. Emplea como mínimo cinco líneas.
Si, Por los propios actos de día a día. Al creer que somos superficiales a los
____________________________________________________________________
________ demás, lo que en parte puede ser positivo y negativo al generar
____________________________________________________________________
_________ discriminación y producir daños hacia otra personas, Ademas
Tambien por
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_________ qué Tratamos mal a los demás por el simple hechos que otros
Tambien lo
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_________ hicieron con nosotros.
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MENSAJE DE TEXTO
Mi nombre es Oswaldo y me encuentro atrapado entre los escombros del que fuera
mi hogar. A pesar de lo terrible de la situación, agradezco a los cielos que toda mi
familia esté a salvo. Pudimos escapar de la muerte a tiempo cuando escuchamos ese
ruido espantoso, preludio de la tragedia.

Aún no entiendo con exactitud qué y cómo pasó. Solo sé que de pronto, sobre
nosotros, se formó un escudo de sólido concreto que cayó e impidió que la
estructura de la casa 920 de la hermosa avenida Los Geranios nos sepultara. Pero
esas columnas milagrosas ahora también son nuestra cárcel.

Pero estamos vivos. Los niños, descalzos, lloran abrazados a su madre, uno al lado
del otro. Mi mujer, aún aturdida, se aferra a ellos como para no derrumbarse.

—¡Cálmense, hijitos! Dios nos ayudará. Su papá ya encontrará la forma de salir de


aquí —les dice—. Yo muevo la cabeza confirmando lo que les dice mi mujer.

Observo con detenimiento a mi padre que no lleva los anteojos y se ve extraño. ¡Si la
viejita lo pudiera ver! Y recuerdo, al ver su rostro pálido, su problema de presión y
siento que el tiempo y el oxígeno se van demasiado a prisa.

Elsa sangra, su baja estatura la hace ver aún más frágil, pero en sus ojos el dolor
ha sido vencido por el deseo infinito de sobrevivir, no quiere ceder. Pensar que
hace apenas unas horas repartía el pastel de cumpleaños que le había
preparado a su marido, mi hermano Rubén, a pesar de que a él su diabetes le
impedía probar esas delicias, así era ella, dócil, serena. Ahora, mira a Rubén,
intuyo que quiere llorar, pero permanece tranquila.

Es una suerte que los demás salieran por más bebida, caso contrario ahora
estaríamos todos atrapados.

Rubén se mueve buscando una salida, pero todo está tan oscuro que, si no fuera
por la linterna de mi celular, no podríamos ver nada. Un momento, ¡mi celular!,
puedo enviar un mensaje de texto a Emergencias Médicas; pero solo tengo un
último mensaje y debo pensar rápido, pues se acaba la batería y con ella la única
posibilidad de que nos encuentren a tiempo... Son 140 caracteres y debo escoger
las palabras exactas que nos lleven a la luz, a la vida, a la salvación.

46 ¿Qué estaba haciendo Elsa antes de la tragedia?


a. Preparaba un pastel para su marido.
b. Servía las bebidas a los invitados.
c. Buscaba una linterna para alumbrar.
d. Repartía un pastel de cumpleaños.

47 ¿Para qué se ha escrito principalmente este texto?


a. Para narrar una historia.
b. Para describir una situación.
c. Para argumentar una opinión.
d. Para explicar una acción.

48 ¿Quién es Elsa?
a. La mamá de Oswaldo.
b. La hija de Oswaldo.
c. La cuñada de Oswaldo.
d. La esposa de Oswaldo.

49 ¿Cuántas personas están atrapadas en la casa?


a. 4
b. 5
c. 6
d. 7

50 Lee el siguiente fragmento del texto:


“Su papá ya encontrará la forma de salir de aquí —les dice—”.
¿Para qué el autor ha escrito entre rayas el enunciado les dice?
a. Para indicar que es una idea importante.
b. Para señalar qué personaje habla.
c. Para indicar la finalidad del personaje.
d. Para aclarar que es una cita textual.

EL MINOTAURO

Minos se convirtió en rey de Creta, una gran isla en el mar Mediterráneo, con ayuda
de Poseidón, dios de los mares, quien le envió un espléndido toro para que lo
sacrificara en su honor. Pero Minos sacrificó un animal menos impresionante, con lo
que despertó la ira del dios. Para vengarse, Poseidón indujo a Pasifae, esposa de
Minos, a enamorarse del animal. De esta unión antinatural nació el Minotauro, un ser
monstruoso, mitad hombre mitad toro. La ira de Poseidón no tenía límites: hizo que el
Minotauro se alimentara solo de carne humana y, conforme crecía, fue volviéndose
más y más salvaje. Por ello, Minos ordenó al arquitecto Dédalo que construyese un
laberinto para alojar en él al monstruo.

Por aquel entonces, uno de los hijos de Minos, Androgeo, se encontraba en Atenas
participando en una competición olímpica de la que resultó ganador. Los atenienses, al
mando de los cuales se encontraba el rey Egeo, lo asesinaron. Por ello, el rey de
Creta les declaró la guerra: atacó el territorio y, con la ayuda de la peste que asoló
Atenas, salió vencedor. La victoria de Minos impuso varias condiciones, una de las
cuales era entregar anualmente a siete jóvenes y siete doncellas como sacrificio al
Minotauro. Cada año, catorce jóvenes eran abandonados a su suerte dentro del
laberinto, donde acababan devorados por el monstruo.

Años después, Teseo, hijo de Egeo, se ofreció a ser uno de los jóvenes que irían ese
año como sacrificio a Creta, pero con la finalidad de matar al Minotauro y así liberar a
su patria del impuesto. Egeo le dijo que si volvía con vida, cambiara las velas negras
con que los barcos retornaban de la isla por otras para darle la noticia de su victoria.
Al llegar a Creta, los jóvenes fueron presentados a Minos y Teseo conoció entonces a
Ariadna, una de las hijas del rey. Ariadna se enamoró de él y le rogó que se
abstuviera de luchar contra el Minotauro, pero Teseo la convenció de que él podría
vencer al monstruo con su ayuda. Ariadna le entregó una espada y un ovillo de hilo
para que, una vez en el laberinto, fuera desenrollándolo y lo usara de guía al regreso.
Teseo y los demás jóvenes entraron en el laberinto, y horas después se encontraron
con el Minotauro. Teseo luchó contra él y lo derrotó. Para salir del laberinto, siguió de
vuelta el hilo de Ariadna y guio a los demás. Cuenta la leyenda que Ariadna y él
partieron hacia Atenas, pero Teseo la abandonó en la isla de Naxos.
Cuando el barco llegaba a Atenas, Teseo no recordó la promesa que le había hecho a
su padre de cambiar las velas, por lo que este se suicidó arrojándose al mar.
Responde las preguntas:

51 ¿Qué hizo Poseidón para vengarse de Minos?


a. Logró que Pasifae se enamorara del toro que le había regalado a
Minos. b. Le envió a Minos un espléndido toro para que lo
sacrificara en su honor. c. Consiguió que los atenienses asesinaran
al hijo de Minos, Androgeo.
d. Hizo que Pasifae y el Minotauro se enamoraran y tuvieran un hijo.

52 El segundo párrafo del texto explica principalmente:


a. Cómo Androgeo resultó ganador de una competición olímpica en
Atenas. b. Dónde eran devorados por el Minotauro los jóvenes
atenienses.
c. Por qué cada año se entregaban catorce jóvenes como sacrificio al
Minotauro. d. Cómo los atenienses, al mando del rey Egeo, asesinaron a
Androgeo.

53 ¿Para qué viajó Teseo a Creta?


a. Para reencontrarse con su padre. b. Para conocer a Ariadna. c.
Para declararle la guerra a Minos. d. Para matar al Minotauro.

54 ¿Cuál de los siguientes hechos contribuyó a que Minos venciera a los


atenienses? a. Androgeo ganó una competición olímpica.
b. Una peste arrasó la ciudad de Atenas.
c. El Minotauro devoraba jóvenes atenienses.
d. Egeo se suicidó arrojándose al mar de Atenas.

55 ¿Por qué Egeo se suicidó arrojándose al mar cuando vio que el barco de Teseo se
acercaba a Atenas?
a. Porque no soportó que Ariadna hubiera sido abandonada en Naxos.
b. Porque asumió que se trataba de un barco que iba a atacar Atenas.
c. Porque recordó que los atenienses habían perdido una guerra.
d. Porque pensó que Teseo había perdido la vida frente al Minotauro.

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