Articulo para Espacios Urbanos, Solo Texto y Pies de Foto 1

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ILLIMANI, J.F. BEDREGA L

ELEMENTOS PARA UNA APROXIMACIN TEORICA A LAS CONSTELACIONES URBANAS EN LA CIUDAD DE LA PAZ BOLIVIA
Juan Francisco Bedregal Villanueva

I SOBREDETERMINACION GEOGRAFICA, COMO EXPLICACION DE LA CIUDAD


Si la fundacin de la ciudad de La Paz, fue ya un acontecimiento inusitado, pues su topografa no era funcional al objeto de ser un baluarte en la estrategia de ocupacin del territorio por parte de la fraccin de espaoles vencedores de una larga guerra civil, resulta ms inslito el hecho de que sta hubiera logrado un desarrollo fundamental en la poca de la modernidad, constituyndose en la cabeza del pas.1 Las
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En el anexo 1, Gustavo Adolfo Otero, acua la expresin La Paz, cerebro de Bolivia pp. 167 anexo de Arqueologa de los imaginarios urbanos de la modernidad en la ciudad de La Paz. Bedregal, Juan Francisco, 2009, Fundacin Cultural del Banco Central de Bolivia empresa editorial EDOBOL La Paz, Bolivia, homenaje al Bicentenario de la revolucin de Julio de 1809, se da cuenta de lo que fue la creacin y desarrollo de la modernidad en la Ciudad de La Paz, en los primeros 25 aos del siglo XX.

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razones que asisten a explicar este fenmeno urbano solo se explican en estricta observacin a la geografa, por las determinaciones y condicionantes de orden territorial, vale decir por la explotacin de recursos mineralgicos y agrcolas. La Paz por su ubicacin se convirti en una bisagra entre el flujo de la plata, que extrada del Potos, se trasladaban a los galeones anclados en el Callao 2 en Lima, y articulaba el comercio con las zonas subtropicales de los Yungas, as mismo entre el virreinato de Per y el de La Plata, como parte fundamental de la Audiencia de Charcas. La ocupacin del territorio en la colonia fue parte del proceso de colonizacin, anexin de la totalidad del territorio del Tawantinsuyo3 a una lgica extraterritorial, supresin de las instituciones originarias, dando origen a una segregacin espacial y clasista, con expresin innegable en el territorio. La ciudad se yergue como expresin de esa nueva totalidad, que posteriormente se afirma con la modernidad; pero al mismo tiempo crease el espacio de la resistencia, la discriminacin territorial y el privilegio de lo urbano crea al mismo tiempo su contrario, el campo, que es lo mismo que su complemento, quedando la realidad fracturada en dos episodios con historias propias. La instalacin de grandes factoras de extraccin de la plata, particularmente en Potos, cuya existencia sin lugar a dudas explica la permanencia ibrica en las inhspitas alturas de los Andes, durante ese periodo. Ms tarde, ya en la poca republicana la demarcacin dinmica del territorio a travs de los FFCC, tampoco se hizo impune, ni cesa su condicin segregativa, la ciudad confirma su vocacin de poder y de espacio de disputa poltica. La colonia haba establecido determinadas rutas, haba dimensionado el territorio, lo haba marcado con determinados fines, la explotacin y extraccin de la plata para la metrpoli. La larga guerra de la independencia (1809 - 1925) no haba borrado las huellas dejadas por la colonia hispana, su territorio marcado por la impronta despiadada como una cicatriz lacerante perdurar. Durante los primeros aos de la Repblica el pas se debata en una prolongada crisis de identidad; extraa ya a Lima y a Buenos Aires, que fueron las fuerzas motrices que dieron sentido a su estructura territorial y a su vida colonial, Bolivia era un cuerpo en un vestido demasiado grande, un milln de habitantes con ms de dos millones de kilmetros cuadrados, de un riqusimo territorio desarticulado, amorfo, con las nicas certezas de las lneas marcadas por la explotacin minera de ms tres siglos, sin convicciones claras, con muchos caudillos y pocos grandes hombre y una clase moderna intelectual, liberal que afianz su poder en la ciudad.

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APROXIMACION AL OBJETO DE ESTUDIO.-

Esta urbe inslita, encuntrase ubicada en un caadn que rompe la altiplanicie, de ms de 4.000 m.s.n.m. para descender verticalmente hacia las zonas bajas, por raudos
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El Callao, fue el puerto de Lima, capital del virreinato del Per, uno de los ms importantes sobre el Pacfico en la Colonia espaola.
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Tawantinsuyo, nombre con el que se conoce a la geografa del imperio inca, el Tawantinsuyo estaba formado y afectado por la cuatriparticin, La Paz, entonces Chuquiago, se ubicaba en el Kollasuyo, la ms occidental de las cuatro parcialidades del imperio, antes de formar parte del imperio fue el territorio de Tiawanaco, y de los seoros collas aymaras.

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caminos, rumbo a la Amazona, por esas estribaciones, se descolgaban los caminos del inca, para dinamizar la sabia de la economa del trueque, en pos de la coca, la madera y frutos tropicales; La Paz se ubica en la ruta entre Potos y Lima, marcando la prelacin de sta unin entre Potos a Lima, frente a la ruta Potos Buenos Aires, que se sancion con las reformas borbnicas, ya en el declinar de la colonia. Valle pluvial, La Paz, hollada, hueco u hondonada, marcada por una topografa extremadamente accidentada, cursado por un centenar de afluentes al ro que configura su topografa principal, el Chuquiapu, que dio nombre Chuquiago Marca, nombre originario del lavadero de oro, cuenca surcada por muchos tributarios, todos desembocarn en las clidas tierras del ro Beni, que ms adelante se convertir en un importante tributario del Amazonas. Las caractersticas topogrficas de este lugar parecen inadecuados con la imagen que retrataban las ordenanzas4 para la fundacin de ciudades, incompatible con una racionalidad urbana, los terrenos planos casi inexistentes, la ciudad en su mejor parte es ondulada y en las ms extremas es de abruptas precipitaciones, barrancos, precipicios insalvables, y profundidades, que muchas veces han sido utilizados en increbles juegos constructivos desafiando las leyes gravitacionales, se encuentra enclavada mirando el firmamento, pero sin horizonte y sin posibilidad de expansin.

En 1.573, Felipe II mand a recopilar este conjunto de normativas aisladas e incorporar otras en un cdigo jurdico, valindose para ello, de los nuevos conocimientos adquiridos por sus redactores a travs de las experiencias del Consejo de Indias y de las ideas renacentistas urbanas procedentes de los textos de Vitruvio y Alberti, produciendo as, un tratado conocido como Ordenanzas de Descubrimiento y Poblacin.

De los planos histricos de La Paz, uno de los ms antiguos es una pintura de Diego de Olivares (propiedad del Gobierno Municipal de la ciudad de La Paz) en la que se representa nada menos que el cerco de 1781, podemos observar las dos fracciones de la que sera la nclita ciudad; una malla direccionada por la ortogonalidad racionalista o espacio abstracto, el damero, la otra trepando hacia el alto adecuando sabiamente sus calles a las sinuosidades del paisaje, espacio existencial, estas dos ciudades coexistiran simbiticamente y simblicamente durante casi cuatro siglos, la tensin del cuadro no se expresa solamente en las beligerancias de los alzados y espaoles que caracteriza la animacin general del cuadro, que se encuentran en lo (El) alto, ni en las formaciones militares de la Plaza de Armas, ni en las caballerizas hispanas que rondan, ni en los colgados que adornar el lienzo en su parte superior, sino tambin en la heterogeneidad de los espacios, unidos y separados por una barrera, tres grandes templos en cada rivera y tres puentes al cielo. Plano Cuadro y representacin social de fines del siglo XVIII, Tpac Katari, caudillo indio siguiendo la tnica de Tpac Amaru en Per levantara a los suyos en el Alto Per Hoy Bolivia) y cercara la ciudad durante seis largos meses, ponindola en vilo, asimismo obsrvese las figuras de los soldados espaoles tanto en la plaza de armas como en los alrededores, este cuadro constituye uno de los principales documentos cartogrficos de la ciudad de la Paz.

El trazado del damero espaol no fue muy regular, pese a que se lo hizo en el lugar ms adecuado, y tuvo su complemento desordenado en los barrios de indios, San Sebastin, San Francisco y San Pedro en la orilla oriental del rio, que cumpli tambin

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el papel de apartar la ciudad espaola de los reductos indgenas, durante la modernidad se trazaron sus avenidas y se construyeron nuevos barrios residenciales sobre las campias agrcolas, dentro de la parcelas ms practicables, hasta su agotamiento fsico, dejando las altas laderas de pendientes abruptas al llamado del urbanismo informal. La ciudad de la Paz, a partir de mediados del siglo pasado ha sufrido una migracin creciente que se ha apostado en las orillas de la ciudad formal, produciendo una mancha urbana, que ha superado ya a la poblacin que vive en la ciudad oficial, luego de copar todas las laderas, se ha producido un rebalse sobre la ceja que une la hoyada con el altiplano, constituyndose un gran barrio, que formaba la parte alta de la ciudad de La Paz, denominada originalmente como El Alto de La Paz, ah se ubic el aeropuerto internacional, el crecimiento de ste barrio ha sido tal que ha derivado en una ciudad autnoma, actualmente tiene una poblacin mayor a la de la ciudad madre, es la ciudad de El Alto, probablemente una de las ms altas del mundo. Pero adems una ciudad que es casi ntegramente campesina, es decir indgena. Por lo que de por s constituye un experimento muy importante de explicar y analizar. Una de las caractersticas particulares de estas formaciones urbanas, tanto de El Alto, como de las laderas, no es su proporcin frente a la ciudad oficial, ni la velocidad con que se ha desarrollado, ya que este es un fenmeno global, sino el origen de las migraciones, si las primeras a principios del siglo tenan origen en poblaciones urbanas menores del interior de la Repblica, la ltima oleada de migracin, que no acaba an, tiene un origen principal y mayoritariamente indgena, gente del altiplano predominantemente, por lo que dicha migracin amerita un estudio de tipo antropolgico. En vista de que se ha creado una cultura que abarca todos los espectros posibles, desde la danza, la comida, la vestimenta, las costumbres, las formas de construccin de sus viviendas, a travs de instituciones de ayuda mutua de origen prehispnico, como el ayllu, el ayni, la minka, la autoconstruccin, crendose sobre los asentamientos urbanos una cultura muy particular de apropiacin del espacio urbano que amerita ser analizada.

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El Alto y La Paz, en ambos grficos, vemos la constitucin de las dos ciudades, otrora una sola, El Alto se extiende sobre la planicie y la Sede del Gobierno en la profunda caada que rompe la uniformidad hacia las zonas subtropicales donde se cultiva la coca, hoy cada una de ellas logra explicar su identidad, no solo en su morfologa, sino en el espritu mismo, fotos tomadas del informe realizado a USAID por el Arq. Rafael Indaburu Quintana, en 2004, internet, evaluacin de la ciudad de El Alto, la ciudad dividida, (http://bolivia.usaid.gov/StudiesAndReports/BO/InformeFinalElAlto.pdfv) Las consideraciones histricas son importantes, como aproximacin metodolgica,

porque sin ellas no es posible ver los antecedentes de la ocupacin del espacio urbano, el anlisis de las migraciones indgenas sobre la mancha urbana de la ciudad nos indica que no son asentamientos informales, son asentamientos finales, ocupacin real y definitiva, conquista pacfica, consagrada por derechos de propiedad, su informalidad no las marca ni determina, son alternas, ignoran las Normas y Reglamentos Municipales, por su condicin de emergencia, pero tambin la desconocen por principio, los omiten, como parte de afirmacin de su cultura, como una forma de expresar que se encuentran en el otro lado, marcando la diferencia y la identidad, y es que por su parte, las normas se redactaron en escritorios, ignorando totalmente lo que los migrantes hicieron, son tratados de formas de habitar de sociedades globales, para gente global en terrenos globales, es decir planos, por tanto no logran nombrar el problema, con una simbologa que es ajena al proceso real de apropiacin del espacio urbano. En tanto que las construcciones de los migrantes se asimilan a las verdaderas leyes y normas que las rigen, la ley de gravitacin universal, que aunque es ignorada como formulacin terica, es manejada con maestra admirable, es posible que sea la culminacin de unas formas muy particulares de entender el espacio por parte de las culturas andinas, donde no existe un continuo, sino islas, marcadas con signos particulares, aquello que se ha denominado archipilagos ecolgicos de ocupacin del espacio.5 Y que ya ubicadas en la urbe pacea las he denominado como Constelaciones Urbanas.

Murra, John 1975 Formaciones econmicas y polticas del Mundo andino, Instituto de estudios peruanos, Lima, Per -------------------1972 El control vertical de un mximo de pisos ecolgicos en la economa de las sociedades andinas. En: Visita de la Provincia de Len de Huanuco (1567), E. Ortiz de Ziga, vol. II, pp. 429-476. Huanuco: Universidad Hermilio Valdizn. Condarco, Ramiro. 1970-71 El escenario andino y el hombre: ecologa y antropogeografa de los Andes Centrales, La Paz, Bolivia.

1.-Mapa del Amrica, realizado por el francs M. Brion, Paris, 1764 (Imagen de Mxico, Electra y Conatiuh Gutierrez), se aprecia que la ocupacin del territorio del Per solo se inclina hacia el interior del continente por el Potos, origen de los mayores caudales de plata durante la colonia; La Paz y El Cuzco median en la distancia a la ciudad de Lima y el Callao donde eran embarcadas rumbo a la metrpoli. 2.- El Cerro Rico de Potos, gravado del siglo XVII, 3.- Mapa actual de Bolivia, con la ubicacin de las ciudades de referencia del texto. 4.- imagen de la Iglesia de San Francisco en la ciudad de La Paz.

1.- La Paz, casas trepando por los cerros, foto de JFBV. 2.- Dibujo de Maurits Cornelis Escher denominado Ciclo, asumido como paradigma visual del proceso de migracin y deificacin de los hombres en el largo proceso de convertirse en objetos de la seduccin urbana.

III ALGUNOS APUNTES (A PRIORIS PARA FORMULAR UNAHIPOTESIS) Y PARA ENTENDER LAS CONSTELACIONES URBANAS.Estas formaciones urbanas no caben dentro de los conceptos del urbanismo formal, ni informal, por lo que acuamos la categora de: Constelaciones Urbanas. La mayora de los estudios sobre asentamientos informales, parten de una visin urbano centrista, quiero decir con esto que se ubican en el lado formal de la ciudad, para juzgar lo que pasa en la informal, por lo tanto siempre sern posturas marginales, al problema, por eso juzgan y no entienden. Las Constelaciones Urbanas no son asentamientos informales, son formaciones urbanas y sociales, sistemas alternativos de actividad socioeconmica y sobre todo cultural, son sistemas de organizacin espacial, las llamo Constelaciones, igual que las formaciones celestes, porque se diferencian de un universo abstracto, por tener

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sentido, el sentido que es una formacin simblica, corresponde a una figura, una imagen que aparece o se reconoce en el firmamento, estas son imgenes urbanas, imaginarios urbanos, no son conurbaciones por agregacin, tambin tienen esencialmente un sentido diferente a la totalidad, se diferencian, porque no son producto de la ciudad, sino de la migracin, luego explicaremos ms este concepto. Al igual que el estudio de las estrellas, no interesa lo que son, sino cmo se forman. Las Constelaciones Urbanas, son formas arqueolgicas pero tambin antropolgicas, capaces de reciclarse en un proceso permanente de crecimiento con plena capacidad para jugar con las lgicas de la modernidad, particularmente con la micro-acumulacin originaria del capital, en la medida en que el suelo de las ciudades es un capital fundamental, representado en el valor creciente del suelo urbano. Son exitosas en la medida en que habiendo nacido como viviendas obreras o marginales, se han convertido gracias al creciente aumento del valor agregado del capital urbano en viviendas de regular a importante valor, es decir que se han ido valorizando en el tiempo, estas constelaciones han recogido uno de los aspectos fundamentales del derecho liberal y de la modernidad, la propiedad. Propiedad que debe ser leda no solo como capacidad de adaptacin y vocacin de subsistencia, sino tambin como legitimidad, ya que en ella son posibles todos los tipos de divisin y fraccionamiento inmobiliario, horizontal y tambin vertical. Las Constelaciones son formas exitosas de asentamientos, y de orden urbano, en el caso de La Paz, los migrantes amoldaron sus formas a las dificultades de las condiciones de la topografa existente, zonas desechadas por la modernidad, por su pendiente y por el costo de apropiacin, han generado nuevos valores, la ciudad misma se valora con su existencia. Las Constelaciones Urbanas, no son un proceso ms de asentamientos informales, es decir un crecimiento por adicin de una poblacin que es absorbida por una crisis de las formas productivas agrcolas y por tanto de organizaciones sociales en desintegracin, como se dio en general, producto de una crisis agraria y un xito urbano, aqu estamos ante una crisis agraria menor a la crisis urbana, para que un proceso migratorio sea la expresin del xito de las formas capitalistas instaladas en la urbe, es necesario que los migrantes se asimilen a las formas de vida que impone la ciudad, que son por excelencia, formas capitalistas y cultura capitalista. 6 En esta asimilacin no se acepta la presencia de comunidades que puedan sostener lgicas ajenas, su asimilacin es individual, cada individuo un tomo. No son sociedades, son poblaciones, como polvo, aislados, buscando su suerte individual, es la lgica que permite que los sistemas de normalizacin (Foucault) acten, convirtiendo al hombre en ciudadano, al campesino en proletario, adscrito y respetuoso de la ley y del orden. Lo que no puede aceptar el sistema en la ciudad capitalista, es la instalacin de un grupo que sea capaz de resistir su orden, lo cual resulta impensable en la medida, en que se supone que los nuevos habitantes han roto sus vnculos con la tierra, tal como
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Foucault, Michel, Vigilar y Castigar el nacimiento del panptico, 1975 Ediciones siglo XXI, Barcelona, Espaa Este tema fue explicado en la economa del castigo, como instrumento de normalizacin de la conducta en el siglo XVII en Europa, la microfsica del poder.

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se da con la desintegracin de las formas feudales de produccin en Europa antes y durante la Revolucin Industrial, ruptura econmica que implica tambin la del pensamiento, pensamiento que est determinado por el lugar que tiene un individuo en el sistema de produccin (C. Marx). No era previsible, que una sociedad rural se instalara en un artefacto capitalista como es la ciudad, con los imaginarios de sus vivas comunidades agrarias, campesinas y con su cultura indgena: el ayllu7. Por eso denominamos Constelaciones Urbanas, porque tienen una lgica, un sentido diferente al conjunto. La ciudad no se consagra como artefacto capitalista, es mediatizado por la presencia campesina. Las ciudades en lugares como Bolivia, donde la produccin capitalista es de enclave, en este caso la minera, la ciudad no se explica por s misma, forma parte de la lgica econmica del territorio, tanto en su parte fsica, como en sus movimientos sociales, la ciudad es una caja de resonancia de las fuerzas motrices que operan en el territorio, porque ella misma no logra convertirse en alfa y omega del proceso productivo, por ello es posible el fenmeno que postulamos como hiptesis. La ciudad es una sntesis del territorio, se integra en una lgica mayor, responde a condiciones geogrficas como tambin a fenmenos demogrficos como la migracin. Las Constelaciones urbanas son formas creativas de asumir la modernidad y la urbanidad, por parte de migrantes indgenas andinos, estrategias para conquistar el espacio privilegiado de la gran ciudad y a su infraestructura social, educativa, de salud y de poder, son una respuesta a la construccin de la ciudad moderna y del pas moderno, son su reflejo, la ciudad liberal que conquista el espacio, no lo hace sin generar su anttesis espacial, y es que la ciudad es un fenmeno que desde siempre ha estado intrnsecamente unido al destino del campo, campo y ciudad han sido siempre partes de una misma realidad, la realidad nacional o regional, entendemos las arqueologas como el reflejo modificado por la visin particular de los migrantes, son una forma de anticipacin imaginaria a la problemtica urbana. Las constelaciones no son formaciones ajenas a la modernidad, reflejan las condiciones de la modernidad, habra que decir que fueron inicialmente modeladas por la
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El ayllu estaba conformado por las familias nucleares (conyugales) y compuestas (familias nucleares y sus familiares cercanos); los miembros del ayllu tenan vnculos sanguneos y descendan de un antepasado comn o ttem (aupaquene) por ende compartan una pacarina (lugar de origen). Segn Luis Guillermo Lumbreras "el ayllu es la forma andina del clan", como tal se origin durante la gnesis de la civilizacin andina (la revolucin agropecuaria), que hoy sabemos se remonta al formativo pre cermico. El ayllu es considerado como la gran familia del mundo andino, la base de la sociedad prehispnica; para Hildebrando Castro Pozo el ayllu se refiere al linaje o genealoga. En el aspecto social dentro de los ayllus los hatunrunas tenan matrimonios endogmicos, es decir se casaban entre los miembros de un mismo ayllu, pero no podan recurrir al incesto (los runas deban casarse con un miembro de otra familia nuclear perteneciente a su ayllu); la exogamia y el incesto slo era permitido a la clase dominante. Otra diferencia entre los matrimonios era que a nivel del pueblo se practicaba la monogamia y a nivel de la lite (Sapa Inca y Curacas) la poligamia. El ayllu adems de ser la base social andina tambin fue una unidad de produccin econmica, los miembros del ayllu compartan tierras (markas) las cuales deban de trabajarlas en conjunto para asegurar su sustento (debemos de tener presente que en el ayllu un individuo no vala por s mismo, sino por pertenecer a una comunidad). El trabajo dentro del ayllu era recproco (ayni), si queras que te ayuden debas de ayudar (hoy por ti, maana por m). Finalmente los ayllus eran dirigidos por un Curaca "el que es mayor", ste durante el Tahuantinsuyo funga como nexo entre el estado Inca y el pueblo (hatunrunas); segn Waldemar Espinoza en el imperio incaico hubo ms de dos mil ayllus, los cuales se dividan en dos mitades o sayas (hurn-hanan).

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modernidad, aprendieron de la modernidad y la interpretaron como arquetipos culturales, por lo tanto son dignas de un estudio sistemtico que nos conduce a conocerlas en su verdadera significacin histrica, las constelaciones han asimilado lo fundamental de la modernidad, aunque se han hecho al margen de lo sper-estructural de la modernidad, han asumido lo esencial y han desechado lo superfluo, que es la Normatividad Urbana8. La normativa constructiva municipal, que les impedira desarrollarse, la normativa urbana es superflua, porque no nace del conocimiento real del proceso de apropiacin y urbanizacin, pretende imponer criterios de lo que la burocracia municipal entiende por urbanidad y por lo que ellos entienden por espacio, es decir el concepto occidental, incapaces de entender las constelaciones, como artefactos culturales, por lo que contrastarlas ya no tiene sentido9. En las Constelaciones Urbanas, lo importante es explicar el proceso de formacin, no se trata simplemente de describirlas, as como en los fenmenos celestes, lo que importa no es la explicacin pasiva de lo que son, sino de cmo se formaron, por ello no es posible entender el proceso actual, sino como una sntesis histrica de un largo devenir, en la que existen acontecimientos simblicos que perviven en la formacin de los hbitos, entendiendo stos como smbolos de un espacio semitico, son imaginarios urbanos que tienen una larga data histrica. Son formaciones urbanas, que tienen como matriz arquetpica la cultura, las caractersticas morfolgicas del terreno y la cosmovisin de sus habitantes, las instituciones de ayuda mutua, formando agrupaciones y zonas de viviendas en sistemas que son ajenos a las formas tpicas de los registros occidentales, tales como manzanos, calles, en el sentido del damero o en las formas de unidades habitacionales de la modernidad, y que por lo tanto no pueden ser aprisionadas en estas definiciones o conceptos, por lo que se ha acuado dicho trmino, como se ver no es un simple trabajo de descripcin, sino la bsqueda de razones desde varios ngulos o mbitos epistemolgicos, que en lugar de entrar en conflicto se articulan perfectamente, los aspectos de la metodologa tienden a la formulacin de un sistema de diseo urbano. IV ESPESOR Y YUXTAPOSICION HISTRICA DE LA CIUDAD DE LA PAZ.La ciudad de La Paz, es un fenmeno urbano que no se puede entender sin el largo proceso de su constitucin, la forma de la ciudad, se explica en gran medida por los acontecimientos que se vivieron en ella, por eso el tema de la historia no es un recurso ms en el proceso de explicacin del fenmeno urbano, algo de lo que se pueda prescindir, por ejemplo el gran cerco aymara de 1781, fue el primer intento indgena de
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Normatividad, en el sentido de las normas de desarrollo urbano, El USPA, Uso de Suelos y Patrones de Asentamientos, que imparte el municipio de La Paz, que es un conjunto de preceptos, normas, leyes y reglamentos que lamentablemente no se adecuan a las condiciones topogrficas, son normas pensadas para una ciudad ideal, plana y planificada, por lo que su omisin es perfectamente comprensible aunque no justificable. 9 Bedregal, J. Francisco, 2002 El espacio abigarrado de la ciudad de La Paz, Crtica a la concepcin espacial del municipio, 2002, Colegio Departamental de Arquitectos de La Paz, edicin de Eclipse Producciones, Una primera aproximacin al este fenmeno fue este libro en el que se afincaba esta dicotoma Realidad Vs. Normatividad, ahora el tema urbano avanza por la comprensin del proceso en s, ya que si la normatividad pretende ser un factor del crecimiento urbano, tendr que destilarse sobre un estudio de la realidad, caso contrario seguir siendo una referencia inconsulta y marginal.

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apropiarse de la ciudad, ese imaginario se cumple a cabalidad ahora con el cerco permanente y vivo de los migrantes aymaras en el cerco de Constelaciones Urbanas. En la actual ocupacin del espacio urbano, se cuaja una serie de imaginarios que fueron cristalizando a lo largo de siglos, son los mitos urbanos de la ciudad, sin los cuales, sa particular ciudad no es posible entender, ms que mitos son historias reales, son el itinerario histrico de unas representaciones en el largo proceso de aproximacin al hecho urbano, entre los acontecimientos ms significativos que se amalgamaron en una suerte de formacin arqueolgica, en la formacin de sta abigarrada ciudad estn los siguientes hechos: IV1.- La Fundacin de la ciudad en (1548)10, por ser el acto que modifica el curso del desarrollo endgeno de la sociedad aymara, que es fundamentalmente agraria y porque sta marca la guerra y la paz de los conquistadores, debilidad y fuerza de los invasores.

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LA FUNDACION.- La de los discordes en concordia en paz y amor se juntaron y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria, cuyo emblema es la imagen de paz entre un len y una oveja, separados por el ro de las pepitas de oro; el Choqueyapu, la de los chapetones que haban trazado el damero, como parte de las ceremonias correspondientes, imponiendo seguramente el rollo y la picota y levantado los puentes que los separaban por las corrientes y las riveras del mismo torrente aurfero, de los pueblos de indios, San Sebastin, San Francisco y San Pedro. Con este acto urbanstico se consolidaba la presencia de la corona espaola, puesta en duda por una fraccin de espaoles que se negaron a compartir las ingentes riquezas extradas de las minas de la Audiencia de Charcas, y que oblig a Don Carlos V (Hambsburgo) a enviar a Don Pedro de la Gazca a organizar un ejrcito para derrotar a los rebeldes, larga guerra civil entre espaoles, entre los que se encontraba Don Alonso de Mendoza, a la postre fundador de la ciudad, al pasar de las filas rebeldes a la de los leales servidores, y por cuyo mrito se le nombrara gobernador de una ciudad an inexistente, la misma que tendra una distante pero innegable categora sobre las otras de la audiencia, muy a pesar de la docta Charcas, este acto de fundacin se realizara en da 20 de octubre de 1548. Crespo R., Alberto, 1998, 450 Aos De La Fundacin De La Paz, Cochabamba, Bolivia: Canelas..en ;Baptista G., Mariano, 1981, La Paz Una Ciudad Indomita, La Paz, Bolivia: Biblioteca Popular Boliviana de "Ultima Hora".; en Crespo R., Alberto, 1980, 1. Alonzo de Mendoza Fundador de La Paz, La Paz, Bolivia: Biblioteca Popular Boliviana de "Ultima Hora".

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IV2.- El cerco de Tpac Katari (1781)11 a la ciudad, porque es la primera aproximacin de los indgenas a la ciudad, como objeto de seduccin y de poder, ya que teniendo la fuerza y el nmero para arrasar con ella, en el fondo la dejan vivir, es decir la aceptan aunque no logran entrar. IV3.- El levantamiento de Murillo (el 16 de Julio de 1809)12, que es el inicio de una aproximacin entre lo indgena y lo mestizo, y la revela que la ciudad puede convertirse en lo contrario de lo que siempre fue, instrumento de opresin. IV4.- El urbanismo moderno de los primeros veinte aos del Siglo XX 13, en la que se incorpora la modernidad y la tecnologa, porque ste acto contiene varios elementos constitutivos, el rechazo a la penetracin imperialista la consolidacin del estado
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EL CERCO DE TUPAJ KATARI.- Otra de las historias que creemos que configura la estructura urbana actual de la ciudad fue el gran levantamiento de Tupac Katari en 1781, parte de los levantamientos indgenas que conmovieron la estructura colonial iniciada por Gabriel Condor Kanqui, Tupac Amaru, en el Per, levantamiento indgena que conmovi todo el territorio del virreinato, T. Katari siti la ciudad de La Paz, por seis largos meses, dejndola sin sustento y sin agua, ponindola al borde de la muerte por inanicin, este episodio de asedio a la ciudad es el primer gran intento de los indgenas de acabar con el orden colonial y marca muy efectivamente a travs del cerco prolongado a la ciudad un primer intento de habitarla, porque habitarla era tambin una forma de transgredir las restricciones y las exclusiones, encuentra la resistencia de las milicias espaolas que logran sortear la situacin hasta la llegada de un poderoso ejrcito de la capital virreinal, Buenos Aires, dirigida por Josef Reseguin, terminando no solo con el cerco sino con la rebelin y su caudillo que sera descuartizado. La historia se repeta en cierta forma, como un arquetipo subyacente no solo en las diferencias y topografas del sobrecargado espacio, sino como una topografa sociolgica, como una antropologa de las contradicciones internas de los desencuentros de las segregaciones. qu huellas dejaron estos cercos, que huellas buscaron los seguidores del caudillo indio, quien antes de morir sentenciara, volver y ser millones, al ocupar en el siglo XX las laderas y el Alto de La Paz?. Es por toda esa larga historia de ocupaciones del territorio que las migraciones indgenas que se dan despus de mediados del siglo XX, tiene un espacio no analizado, un espacio de significaciones una dimensin ignorada y simblica del espacio urbano, que debe ser analizado. En Maria Eugenida del valle de Siles: ; en Juan Marchena F. Al otro lado del mundo. Josef Reseguin y su "generacin ilustrada" en la tempestad de los Andes. 1781-1788. Tiempos Cinco testimonios del cerco" en

Historia y Cultura, N.l, La Paz, 1973; Id.: "Tupac Catari y la rebelin de 1781. Radiografia de un caudillo aymara" en Anuario de Estudios Americanos, Vol. XXXIV, Sevilla, 1977; Id.: Testimonio del cerco de La Paz: el campo contra la ciudad, 1781, Biblioteca Popular Boliviana de Ultima Hora, La Paz, 1980; Id.: Francisco Tadeo Dez de Medina. Diario del alzamiento de indios conjurados contra la ciudad de Nuestra Seora de La Paz, 1781, Banco Boliviano Americano, La Paz, 1981; Id.: Historia de la revolucin de Tupac Catari. 1781-1782, Don Bosco, La Paz, 1990; Id.: Cerco de La Paz, 1781. Diario del alzamiento de indios conjurados contra la ciudad de Nuestra Seora de La Paz de Francisco Tadeo Diez de Medina, Banco Boliviano Americano, La Paz, 1994 de Amrica Nro. 12, 2005, pp43-11; en Fernando Cajas de la Vega:" Los Objetivos

de la revolucin indgena de 1781: El Caso de Oruro" en Revista; en Andina, N.2, 1983; Id.: "La sublevacin de indios de 1780-81 y la minera de Oruro" en Historia y Cultura, N. 10, La Paz; Id.: en "La rebelin de Oruro y las provincias aledaas en 1781" en Encuentro, N.5, La Paz, 1989; Id.: La Sublevacin Tupacamarista de 1781 en Oruro y las provincias aledaas. Sublevacin de indios y revuelta criolla, Tesis Doctoral, Univ.de Sevilla, 1987; Id.: El cerco a la ciudad de La Paz, La Paz, 1998.; en (Rossana Barragn, Espacio urbano y dinmica tnica, HISBOL, La Paz, 1988; Id.: "Espaoles patricios y espaoles europeos: conflictos intra-lites e identidades en la ciudad de La Paz en vsperas de la Independencia. 1770-1809" en Estudios Bolivianos, no 1, La Paz, 1995.; en Jorge Hidalgo Lehundea ": Amarus y Cataris: aspectos mesinicos de la rebelin indgena de 1781 en Cusco, Chayanta,La Paz, y Arica" en Chungara, no 10, Arica, 1983.; en Mujeres en rebelin: la presencia femenina en las rebeliones de Charcas del S. XVIII, Ministerio de Desarrollo Humano, La Paz, 1997.

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boliviano y la posibilidad de resolver histricos problemas polticos internos, la instalacin de un nuevo patrn de acumulacin, es la consolidacin en lo urbano del triunfo poltico y militar de La Paz, el nuevo mandato y lidezargo fruto de la nueva condicin mediterrnea de la Bolivia post guerra del Pacfico y tambin la nueva estrategia de sobrevivencia nacional. Etc. IV5.- El triunfo de la revolucin (del 9 de abril de 1952)14, la derrota militar del estado liberal en manos de obreros y campesinos en las calles y no aadimos el triunfo de los movimientos sociales actuales, por ser un acto absolutamente contemporneo, que debe prosperar para su anlisis y explicacin.
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LA TEA DE MURILLO.- La tercera historia ser el alzamiento de Don Pedro Domingo Murillo el 16 de julio de 1809 contra el gobierno establecido, deponiendo por primera vez en la historia de las colonias americanas de Espaa, un gobierno basado en la proclama llamada de la Junta Tuitiva por la que se proclama el derecho de los americanos a gobernarse por si solos, en contra de los intereses de la corona, gobierno que tambin dur un periodo muy corto habida cuenta de la llegada de otro destacamento dirigido por el general realista, Goyeneche, llev a los alzados al cadalso, en la plaza de armas de La Paz, para escarmiento no solo de los indgenas, sino mestizos y criollos, Don Pedro Domingo Murillo antes de subir gritar Compatriotas, La tea que dejo encendida, nadie la podr apagar. En Diarios de la rebelin del 16 de julio de 1809, Crispn Diez de Medina, Nicols Ortiz de Araez, Francisco Xavier Iturri Patio, Dmaso Bilbao La Vieja, 2008. Gobierno Municipal de La Paz, impresiones Grficas Virgo,La Paz, Bolivia, en Alberto Crespo Rodas, Ren Arze A, Ballivin Florencia y Money Mary, 2008 La vida cotidiana en La Paz, Durente la Guerra de la Independencia Gobierno Muncipal de La Paz, ediciones Cibeles, La Paz, Bolivia, en Bedregal Gonzalo 2009, El Protomrtir y su frase, pp 179 de Arqueologa de los imaginarios urbanos de la modernidad en la ciudad de La Paz, Ibidem.
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EL URBANISMO MODERNO.- El cuarto episodio fundacional de la ciudad est planteado por el triunfo de los liberales, quienes al despojar a la casta de encomenderos mineros y hacendados, iniciaron realmente el proceso de modernizacin, modernizacin, incluso en el hecho de dar cabida a la indiada en los asuntos de carcter nacional, en 1899. El general Jos Manuel Pando para vencer al Ejrcito Nacional dirigido por el Presidente Severo Fernndez Alonso se ala a las comunidades indgenas, a su caudillo Zrate Villca, venciendo en el altiplano, dejando en Sucre -en un sentido simblico-, el poder judicial, que le asisti en 1825, cuando se funda la Repblica, y entronizando a La Paz, como la capital de la poltica, situacin que siempre le haba sido una prerrogativa. Estos y otros acontecimientos histricos, han marcado una pertinencia importante del sincretismo, que les es propio a la ciudad, marcndose como arqueolgicos en la memoria y en el inconsciente del pueblo, Llega de la mano del imperio ingls, de la explotacin de los recursos naturales, particularmente del estao, los FFCC se instalaron de los puertos cautivos Per-bolivianos usurpados por el Estado chileno, a las grandes minas del pas, muchas de ellas explotadas por capitales chilenos, y otras que fueron disputadas por mineros bolivianos como Simn I. Patio, el rey del estao, todo esto despus de la guerra de despojo que sufri Bolivia en 1879, denominada Guerra del Pacfico, y posteriormente hacia las ciudades, particularmente Oruro 1892 y La Paz 1903.La experiencia del urbanismo, como disciplina prctica capaz de darle orden a la estructura urbana de la ciudad, se dar en La Paz, como parte de la construccin de la nueva capital o Sede del Gobierno, a partir de 1998, como resultado de la Revolucin Federal que afect los intereses de Sucre, Capital histrica. La modernizacin del pas realizado precisamente por estas mismas ciudades Oruro y La Paz, tiene un doble carcter: Primero.- La modernidad se da como respuesta a la penetracin de capitales internacionales y en rechazo a la poltica imperialista tejida desde Europa y los EEUU va Santiago por un lado (estao, cobre, guano y salitre) y desde Rio de Janeiro por otra, que promovieron las guerras de despojo la del Pacfico en 1879, en la que Bolivia pierde su salida al ocano Pacfico y la guerra del Acre, por la que Brasil logra una porcin importante de territorio boliviano sobre las ricas cuencas amaznicas, en la poca del apogeo de la Goma. Segundo.- Por otro como respuesta interna a las estructuras coloniales de la sociedad chuquisaquea afincada en Sucre a travs de los conservadores que haban retenido el poder prcticamente desde el nacimiento de la Repblica, pero lo que este proceso no se da al margen de la voluntad de la sociedad de los indgenas, no olvidemos que el caudillo paceo Jos Manuel Pando, para ganar la guerra civil a la oligarqua de La Plata, tuvo que acudir al caudillo indgena, Zrate Villca, que form parte de sus filas, por todo ello el proceso de urbanizacin, y de modernizacin contrae una significacin tanto para la oligarqua pacea, como para la poblacin indgena pacea, que se sienten herederas del proceso de modernizacin. Ver en Bedregal Villanueva Juan Francisco 2009, Arqueologa de los imaginarios urbanos de la modernidad en la ciudad de La Paz, Ibidem,; en Ramiro Velasco Romero, La sangre de todos, 2003. Plural, Editores La Paz, Bolivia. Condarco Morales, Ramiro. Zrate, 1983 El Temible Willka. Historia de la rebelin Indgena de 1899 en la Repblica de Bolivia. Ed.

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V CONSTELACIONES Y ARCHIPILAGOS, ANTROPOLOGIAS CULTURALES, LA CONDICIN ANDINA.Otro de los aspectos que es fundamental para entender los imaginarios urbanos de los migrantes aymaras de la ciudad de La Paz, Bolivia es conocer el origen de sus imaginarios, mitos leyendas y formas institucionalizadas de su formacin social prehispnica y es que estamos hablando de una poblacin dominantemente andina, indgena que ha producido una cultura. Entendiendo por ello a la posibilidad de sobrevivir en un territorio rido, fro y hostil como es el altiplano intercordillerano de la geografa andina, cuna de Tiahuanaco y de otras civilizaciones previas a la conquista, que se adhiere como determinacin psicolgica al carcter de sus habitantes, el hombre no es igual en todas partes, es y no, al mismo tiempo, es de acuerdo a la zona, al lugar donde es capaz de de existir, es su equipo cultural, as como la tierra virgen es primeramente marcada por el hombre para convertirse en territorio, el territorio nace con el hombre que al marcarlo lo convierte en algo ms que una superficie natural, lo transforma, por lo mismo adquiere los rasgos del hombre, lo convierte en parte de su cultura, as tambin el hombre es marcado por el territorio. En la actualidad se han aplicado las teoras semiolgicas a las ciencias como la geografa, dando como resultado visiones muy sugerentes, geografas post estructuralistas, que postulan que el espacio solo es posible a partir de la posibilidad de su lectura, el territorio termina donde terminan los signos, es decir que el territorio no es un continuo real y objetivo, sino tambin subjetivo, se plantea que existe un espacio simblico y que el signo es el que genera y devela la espacialidad o por lo menos su lectura, como un hecho social, intersubjetivo, pero habra que decir tambin una intersubjetividad entre hombre y territorio, en la medida en que ambos se marcan, interactan. Porque adems en la cultura andina existe una concepcin animista de la naturaleza, sta no es factor pasivo de la vida o del desarrollo, esta concepcin est plenamente vigente hoy, la Pachamama, o mama Pacha, es la deidad de la tierra razn permanente de ofrenda, la tierra que pisas como algo sagrado, costumbre arraigada en casi todas las capas sociales de la poblacin pacea. Volviendo a las consideraciones sobre el hombre andino y su geografa, debemos recordar que la ocupacin del territorio por las diferentes parcialidades que formaba parte de lo Inca, conserva una consideracin que no pudo ser comprendida por los colonizadores, ni tan siquiera por los cronistas, que eran una especie de traductores de la cultura oral y que cumplieron un rol muy importante en la supervivencia de la cultura y de la historia. OTRA ASEPCION PARA EL TEMA DEL TERRITORIO
Renovacin. 2da. Edicin. La Paz, Bolivia: 1983
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Realizada el 9 de abril de 1952, enfrentamiento con el estado oligrquico, que permite el acenso de un partido nacionalista, de carcter burgus el MNR, que se ve obligado a realizar las consignas del pueblo y sus partidos de clases, La nacionalizacin de las Minas, la Reforma Agraria, el voto universal y la reforma educativa, forma parte de los proyectos nacionalistas que se expresaron en toda Latinoamrica en el siglo XX.

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La forma en que los andinos conceban y administraban su territorio o, mejor dicho la infinidad de micro-territorios, han sido recin explicadas en el siglo XX por investigadores como Ramiro Condarco Morales15 y el norteamericano John Murra, postulando la teora del uso simultaneo de archipilagos verticales, que constituan unidades administrativas de los ayllus, que eran organizaciones gentilicias, es decir basadas en relaciones de parentesco,16 unidades que componan la sociedad andina, que hasta la fecha continua existiendo, los ayllus han servido como base para la supervivencia de la civilizacin andina, desde su formacin y su horizonte arqueolgico, el ayllu y su organizacin espacial tena la cualidad de combinar la variedad de posibilidades que ofreca el territorio del incanato, desde el altiplano, que era la base, hacia las costas del pacfico, pasando por valles interandinos, donde se asentaban pueblos o comunidades que pertenecan a la misma unidad ayllu, y luego en otra cantidad de islas verticales hacia los llanos, al oriente amaznico del territorio, pasando por las estribaciones subtropicales de los Yungas, productoras de la hoja de coca, entre ellas haban distancias que eran perfectamente recurribles, de dos, tres y hasta seis das de caminata. En todos estos sectores del territorio andino, se estableci una economa de intercambio, pero no era a travs de un mercado annimo, sino a travs de parcelas emparentadas que correspondan en diferentes latitudes a un mismo ayllu, o seoro, que trasladaban y hacan efectivo el intercambio garantizando perfectamente dietas completas, haban organizado caminos que eran utilizados por los diferentes ayllus, para conexin econmica a travs del trueque o intercambio, garantizando de este modo una dieta completa para sus habitantes, 17 sin perjuicio de que todo este territorio tambin tuviera una jurisdiccin mayor, la del incanato. Durante la conquista y la colonia, el ayllu y sus derivados, la Mita y la Encomienda fueron la base sobre la que se hizo la explotacin de la plata en las minas del Potos, fue la mas importante institucin transformada para los fines de explotacin, la mita permiti la dotacin regular de mano de obra a los socavones, su alimentacin y sobre esta estructura social tambin hoy se ha producido la migracin a las ciudades, que ha convertido a la ciudad, en una especie de piso ecolgico, ya que la ciudad provee a la estructura social y econmica lo que el campo no puede hacerlo, los productos industriales. En consecuencia no estamos hablando de un territorio continuo, sino de uno difuso y disperso y que como decamos no pudo ser entendido, territorios complementarios, difusos, salpicados, donde caban deferentes usos simultneos, esta condicin descubierta hace tan poco tiene una gran parentesco con las concepciones

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CONDARCO MORALES, 1970, Ramiro, El escenario andino y el hombre [ecologa y antropogeografa de los

Andes centrales].Publicado en Imprenta y Librera Renovacin. La Paz, Bolivia


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El Ayllu como institucin hizo posible la creacin de la cultura andina, es el dilogo entre la sociedad y la tierra, a partir de la agricultura de la papa, que es la base econmica, se construyen los mitos y la formacin de la sociedad andina, esta estructura permiti la subsistencia del Hombre ante una naturaleza agreste y fra, sta misma sirvi luego a otros propsitos como la explotacin de las minas, particularmente las del Cerro Rico de Potos.
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Murra, John, 1987. La teora de la complementariedad vertical eco-simbitica. Ediciones Hisbol. La Paz, Bolivia

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posmodernas de la geografa18, en general con la idea de los imaginarios urbanos, que no son estudios sobre superficies duras, sino que se trata de vivencias muchas veces sociolgicas o intersubjetivas, como las que analizan Armando Silva o Nstor Garca Canclini, que es la forma en que se experimenta el uso del territorio, a partir de necesidades, que van ms all de las concepciones del poder, esta forma desafa el concepto de totalidad, de espacio continuo de la modernidad, en Descartes19. Como vemos las concepciones posmodernas del espacio de los espacios de las intersubjetividades, del signo, se basan en conceptos que tienen que ver con la psicologa, y la sociologa.

VI.- REPORTE DE UN CASO DE ESTUDIO.Un caso de estudio, de todo este bagaje de hiptesis sobre interpretacin, estudio o lectura de la ciudad, hemos realizado un estudio de caso, perfectamente acotado sobre dos barrios, Villa de la Cruz y El Calvario, 20 en la zona norte de la ciudad de La Paz, en este acpite, hemos comprobado que algunos de los arquetipos propios del urbanismo en su concepcin moderna no logran encajar en las constelaciones, tal el caso del manzano, el manzano concebido como una fraccin urbana cerrada y moldeada por cuatro calles, que permite el ordenamiento de los lotes, no puede desagregarse en una sola calle que bordea y resuelve la totalidad del lugar urbano, sin embargo en este lugar hemos visto que es posible tal formacin urbana, una sola calle que en su ascenso en una maniobra espiral lo abarco todo, sin dar posibilidad de interseccin, el caso ha sido registrado no como un hecho particular, sino como un sntoma de posibles regularidades en otros lugares de la ciudad, esta calle es la expresin de lo que hemos denominado signos especiales que nos permiten conocer la ciudad real, el anlisis pasa de la manzana, o mejor constelacin, al anlisis del loteamiento a las insospechadas formas de lotes, que en algunos casos tienen dos salidas a la misma calle, con diferente cota, por lo que son posibles dos numeraciones diferentes a un mismo lote, as mismo hemos comprobado que estos lotes dan cabida a una

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Lindn, Alicia, Los imaginarios urbanos y el constructivismo geogrfico: los hologramas espaciales, EURE (Santiago) v.33 n.99 Santiago ago. 2007 (http://www.scielo.cl/scielo.) dice: Otra lnea de aportes a este constructivismo geogrfico se puede identificar en torno a la obra del gegrafo sueco Gunnar Olsson. Su obra como partcipe de las geografas posmodernas- tambin ha jugado un papel central en esta apertura hacia un constructivismo espacial a travs de su trabajo sobre la inclusin del lenguaje, en particular los juegos del lenguaje de Wittgenstein, pero replanteados para en el estudio de la espacialidad (Olsson, 1978; 1980; 1991a; 1991b). En este sentido se pueden recordar ciertas palabras elocuentes de Olsson: "los lmites del ecumene son los lmites de mi mundo. Los lmites de mi mundo son los lmites de mi lenguaje. Los lmites de mi lenguaje son pensamiento-y-accin al lmite de s mismo" (1997: p. 39).
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Para Descartes, el espacio es un atributo del cuerpo y por lo tanto su esencia, sin la extensin no se puede imaginar un cuerpo las dems propiedades de las sustancias, que solo pueden concebirse presuponiendo aquel la propiedad fundamental (la extensin) las llama Descartes modos o accidentes. Son lo variable en la sustancia permanente y al mismo tiempo las modificaciones especiales del correspondiente atributo, que tambin representa lo abstracto frente e los modos concretos.
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Padilla, Sergio y otros Urbanismo Informal, Universidad Autnoma Metropolitana casa abierta al tiempo, libro publicado por el grupo del SUI, Seminarios de Urbanismo Internacional, hemos publicado algunas de las aproximaciones al caso especfico articulo Constelaciones urbanas JFBV pp.75-91.

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arquitectura que se amolda a ambos hechos, al terreno y a la forma urbana, generando una arquitectura con ingresos a diferentes alturas, todo eso forma parte del objeto de estudio de constelaciones.

Conurbaciones urbanas de la ciudad de La Paz, fragmento de un mapa catastral del Gobierno Municipal de La Paz, donde puede apreciarse las formas caprichosas en que se modela el tejido urbano a partir de una condicin topogrfica determinante, tambin en las fotos puede verse los propios en edificios, foto JFBV

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La Paz, fragmento del centro de la ciudad, una de sus laderas, constelacin urbana, con toda su magnificencia, visin nocturna desde el Calvario. Fotos JFBV.

Cuadro del pintor argentino sureallista Xul Solar y foto de la ciudad de La Paz, vase las similitudes(JFBV).

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Morfologia de la ciudad, representacin de una parte central de la ciudad, en medio de todo aparece el edificio del Arq. Emilio Villanueva, El Monoblock de la Universidad Mayor de San Andrs rodeado ya muchos edificios modernos en la zona de Sopocachi, foto de jFBV.

VII CONSIDERACIONE EPISTEMOLOGICAS COMO IDEARIO POSMODERNO


La discusin de una propuesta metodolgica para abordar los problemas urbanos de La Paz, desde una visin contempornea, es decir no positivista, no materialista, se remite en primera instancia a una concepcin filosfica, que dio origen a varias posturas que han ocupado la discusin de las ltimas dcadas en esta disciplina, la fenomenologa con Husserl primero y luego con Heidegger, posteriormente la escuela de Frankfort, con Marcusse, Fromm, Theodor Adorno y Habermas, los juegos del lenguaje con Wittgesttein, que afirma que el lenguaje es una actividad, Ortega y Gasset, yo soy y mis circunstancias sino la salvo a ella, no me salvo yo, Miguel de Unamuno y su sentimiento trgico de la vida, Sartre, Walter Benjamn, Michel Foucault, sobre todo en esa su primera etapa, en la que aborda los temas de la Arqueologa, el posestructuralismo que sostiene que el conocimiento de la realidad es un recorte simblico, es decir que los campos del saber estn condicionados al lenguaje, lo que

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tratamos de descubrir son esos lenguajes, que nos permitirn conocer los significados y sobre todo el sentido. La fenomenologa, el existencialismo, la hermenutica, el estructuralismo y el pos estructuralismo constituyen con sus diferencias, la parte sustancial del pensamiento filosfico contemporneo del que no podemos sustraernos. Todas estas corrientes del pensamiento filosfico se han destilado en el desarrollo de las ciencias sociales, que, nacidas con la ilustracin, pasaron de las visiones racionalistas, empiristas y positivistas a concepciones ms equilibradas que podramos decir a groso modo posmodernas, que van reconfigurando la ciencia social y separndola de las ciencias naturales. Entonces todo lo que podemos formular, no es ni una hiptesis ni el fenmeno en s, que es algo que viene a descubrirse en el trabajo de investigacin, lo que podemos formular son las apariencias, formas en que se anuncian los fenmenos de una urbanidad en las alturas de la ciudad de La Paz, lo que vemos son asentamientos urbanos, que distan bastante de lo que la modernidad pregona como barrios urbanos, pero que sin embargo ya se han articulado, desde siempre se articularon al proceso de crecimiento de la ciudad, aunque lo hicieron de forma totalmente sui generis, porque lo hicieron no como desarrollo de la ciudad, sino como adhesiones y agregaciones por migracin, en los que aparentemente, han trado y conservado varias de las caractersticas de su existencia previa, tanto culturales como econmicas, es decir han arrastrado a la ciudad a una condicin rural y producido sincretismo que debe ser develado, para poder establecer qu clase de fenmeno se ha establecido, pudiendo dar algunas pautas hipotticas, que sus protagonistas, estamos hablando de los aymaras del altiplano que han constituido por difusin una nueva caracterstica espacial y econmica dentro de su propia formacin cultural, como raza o como cultura, y no como generalmente se los considera, simplemente migrantes que se asimilan al proceso de la modernidad, como mano de obra dentro del sistema capitalista moderno, lo que supondra una ruptura individual de sus condiciones originarias, para asimilar una nueva identidad, o mejor para ser asimilados a otra definida por la cultura urbana. En el campo especfico de las ciencias sociales Alicia Lindn (UAM Iztapalapa) dice: La Geografa Urbana se halla en una encrucijada particularmente compleja que se puede definir, por un lado por los giros que envuelven crecientemente a la Geografa Humana en su conjunto, lo que supone entre otras cosas y sobre todo, la bsqueda de nuevas formas de comprender el espacio (urbano, en este caso), el redescubrimiento del sujeto, su subjetividad social y la experiencia espacial (Buttimer y Seamon, 1980; Berdoulay y Entrikin, 1998; Di Meo y Buleon, 2005; Lussault, 2007), as como el acercamiento de la disciplina geogrfica a las otras ciencias sociales en sentido amplio (Chivallon, 2000; Lindn y Hiernaux, 2006): esto implica una Geografa Urbana que trasciende los tradicionales parentescos cultivados por la Geografa, como la Historia, la Economa y penetra en otros campos disciplinarios; por ejemplo, los que alimentan las aproximaciones culturales en Geografa (Claval, 2003) ms abiertas hacia lo urbano. (...sigue)

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El trabajo a realizar parte de esta condicin de dialogo con las diferentes ciencias que nos permiten configurar las constelaciones, desde la geografa, la sociologa, la antropologa en un dialogo permanente que nos permitan entender un fenmeno tan abigarrado como es la realidad, entendiendo entre otras cosas que la migracin del campo a la ciudad de La Paz es un largusimo proceso que requiere tambin de una explicacin histrica, desde la fundacin misma de la ciudad en 1548, poca en que se inicia la explotacin de las minas particularmente Potos, La Paz se yergue como bastin entre sta y la ciudad de los Virreyes, Lima, antecedentes fundamentales que se encuentran marcados, tales como el cerco indgena de 1781, primer intento de conquistar la ciudad, esos parentescos de los que habla Lindon, entre historia, geografa, economa y hoy deben resolverlos la las geografas pos-estructuralistas han contribuido en este sentido. En ambos casos se viene abriendo un camino que actualmente parece frtil para el dilogo entre el pensamiento sobre la espacialidad (en sus diversas vertientes) y el constructivismo en sentido amplio. As, algunos de los puentes entre los Estudios Urbanos y el pensamiento constructivista se vislumbran en particular en el replanteamiento del concepto de espacio21 Otra lnea de avance hacia el constructivismo geogrfico, expresada entre otras en el rechazo a las miradas que reducen el espacio a su componente material. La espacialidad de la vida social no debera reducirse a una realidad material, nica y externa a las personas. Precisamente, el constructivismo se presenta en este caso en la centralidad de la componente no material del espacio. Antes bien, la espacialidad se debera comprender en la mezcla entre lo imaginario y lo real (Bailly, 1989) Se han estudiado las ferias, las apachetas. La fiesta, que es muy importante, en general, la mirada sobre las laderas tiene un tono de inventario, partiendo de que son reas informales que tienen muy bajas condiciones de vida, por lo que se hace necesario conocer los materiales que se han utilizado, si tienen o no servicios y en qu porcentaje, es decir anlisis cuantitativos de la calidad del hbitat en general, Desde luego que las laderas de la ciudad de La Paz, no son reas homogneas, y podramos decir que hay algunas en las que el proceso de ocupacin es reciente y por tanto tienen ms caractersticas rurales, en tanto que hay otras ya de larga data, en las cuales es posible ver nuevas obras, renovaciones y nuevas tipologas, y procesos ms consistentes de modernidad y desde luego de habitabilidad e incluso una arquitectura con un estilo muy particular, realizada con muy buenos materiales, estudiada por el Arq. Carlos Villagmes. (Arquitectura huachafa) La historia de la ciudad ha sido parcialmente analizada, desde una ptica positivista por el Arq. lvaro Cuadros B. en su libro La Paz, 2006, aunque podramos citar la obra de Villagmez, como la ms afn a nuestro trabajo, en La Paz ha muerto, arte,

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Lindn, Alicia,1999 X Coloquio Internacional de Geocrtica, Diez aos de cambios en el mundo, en la geografa y en las ciencias sociales,(1999-2008) Barcelona.

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arquitectura, ciudad,22 que es un compendio de artculos literarios y estticos e incluso otro artculo sobre los Imaginarios Urbanos de La Paz, que se encuentra en Internet. Desde el punto de vista de la construccin y de las normas municipales, el suscrito ha escrito un libro denominado, El espacio abigarrado de la ciudad de La Paz, crtica a la concepcin espacial del Municipio23 que fue uno de los intentos de investigar el tema de la normatividad aplicada a espacios de altas pendientes, es un trabajo que pretende explicar el proceso de configuracin de las laderas24, en polmica y permanente contrastacin con las normas constructivas de la ciudad. Tambin es importante recordar la propuesta de Claude Raffestin (1986) que el territorio es una construccin social que incorporan en forma permanente un valor simblico a travs del lenguaje y de metalenguajes, signos sociales que caracterizan a la sociedad o a las sociedades, creando una atmosfera de signos, la Semiosfera. Por otro lado: Herbert Blumer, que acua el trmino interaccionismo simblico en 1983, sus principales premisas son:

1. Las personas actan sobre los objetos de su mundo e interactan con otras
personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los smbolos. El smbolo permite, adems, trascender el mbito del estmulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepcin del entorno, incrementar la capacidad de resolucin de problemas y facilitar la imaginacin y la fantasa.25 La fantasa no es solo un mundo onrico, la fantasa es un mundo cultural, por ejemplo el mundo de los danzantes, el colorido y los brillos que se den las calles y avenidas, paralizando toda la ciudad global, exhiben en los universos de las representaciones folclricas, que hacen un recorrido por el imaginario histrico, con las que retornan a las noticias que dan origen a los mitos y a la mitologa de sus identidades, en cientos de bailes que se repiten en el itinerario de un calendario sacro, pero tambin pagano, que articula las pocas, ya no solo de la siembra ni la siega agraria, sino tambin urbana. Notable fue la entrada del ao en que falleci el Dr. Vctor Paz Estensoro, el ms importante lder del nacionalismo tres veces presidente de la Republica, su sepelio
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Villagomez, Carlos 2004, La Paz ha muerto, Arte, arquitectura, ciudad, ediciones del Colegio de Arquitectos de La Paz, Plural, La Paz, Bolivia.
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Bedregal, J. Francisco, 2002 Ibidem Se conocen como laderas, en la jerga urbanstica de la ciudad, a los barrios informales, las zonas habitadas por la migracin indgena con el mismo sentido de otras particularidades regionales como las barriadas en Per, las Favelas en Rio de Janeiro, etc., etc..
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Lindon, Alica, 2008, Los giros de la geografia urbana: frente a la pantpolis, la microgeografa urbana. Scripta Nova. Revista Electrnica de Geografa y Ciencias Sociales. ...http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn270-62.htm - 58k , Universidad Autnoma Metropolitana, Iztapalapa, Ciudad de Mxico

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coincidi con la entrada del Gran Poder, obra de los migrantes, fiesta mayor del folclore paceo, que se realiza en el centro mismo de la ciudad, pese a la protesta del mundo oficial del Estado, la entrada no se cambio de fecha, son dos mundos que conviven y que casi se ignoran. 2. Los significados son producto de la interaccin social, principalmente la comunicacin, que se convierte en esencial, tanto en la constitucin del individuo como en (y debido a) la produccin social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado, el indicador social que interviene en la construccin de la conducta. La produccin social del sentido se afirma tanto en las festividades, como en la realizacin de sus bienes materiales, la interaccin social la vemos por ejemplo en los sistemas de ayuda mutua que permiten la reproduccin de la sociedad y de sus instituciones, el ayllu que fue una institucin prehispnica, conserva en si misma los secretos de la supervivencia en un determinado territorio, el altiplano de los Andes, que conlleva conductas que deben reproducirse, en forma simblica en momentos importantes de la vida social.

3. Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los


significados en los procesos interpretativos en funcin de sus expectativas y propsitos.26 Para entender esta manera de abordar los estudios urbanos contemporneos es necesario considerar que los actores son los que interactan de una manera permanente, y que sas estn sujetas a cambios en el tiempo que los individuos consideran lo social como el marco de esa interaccin semitica. Adrin Gorelick27 postula: En efecto, ambos parten del reconocimiento de la calidad heterotpica del espacio urbano moderno frente a la voluntad moderna de representarlo como utopa, por ponerlo en los trminos del propio Foucault (1976). Esta visin de Foucault28 implic una transformacin clave en la concepcin de la ciudad, mezcla audaz de matrices fenomenolgicas y estructuralistas con una impronta de las estticas vanguardistas (en el arco variado que va del dadasmo al situacionismo); por ella, la ciudad no puede ser comprendida ni como un
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Lindn, Alicia, 2008, Ibdem

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Lindo cita a Gorelik, Adrian, 2004, Imaginarios urbanos e imaginacin urbana. Para un recorrido por los lugares comunes de los estudios culturales urbanos Bifurcaciones, revista de Estudios culturales y urbanos www bifurcaciones cl- ao 2_Miradas sobre Buenos Aires, historia cultural y crtica urbana,_ siglo XXI,
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Foucault, Michael. 1967.Des espaces autres, Architecture, Mouvement, Continuit, Nro. 5, octubre de 1984. La gran obsesin que tuvo el siglo XIX fue, como se sabe, la historia: temas del desarrollo y de la interrupcin, temas de la crisis y del ciclo, temas de la acumulacin del pasado, gran sobrecarga de los muertos, enfriamiento amenazante del mundo. En el segundo principio de la termodinmica el siglo XIX encontr lo esencial de sus recursos mitolgicos. La poca actual quiz sea sobre todo la poca del espacio

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"vaco", escenario de las prcticas sociales (a la manera de la sociologa urbana), ni como un "modelo", maqueta jerrquica del pensamiento proyectual (a la manera de la urbanstica), sino como un espacio heterogneo, socialmente producido por una trama de relaciones, materializacin compleja de la cambiante textura de las prcticas sociales Parece ser esta definicin, el exacto lugar terico de nuestra intencin metodolgica y de nuestra percepcin, en el mundo de los andinos urbanos de las Altas laderas urbanas de La Paz, existe un mundo que no se comprende, donde no caben las simplificaciones como pobreza, marginalidad, sino que apunta a la reproduccin de sistemas de comunicacin que preservan y garantizan una cultura, por el contrario la ciudad ofrece sus beneficios en comparacin con la vida del campo, y dentro de estas sociedades urbano-rurales se establecen diferencias sociales que reproducen en otra escala las existentes en su origen, aquello es posible descifrar tambin en las realizaciones materiales, como son estas formaciones que hipotticamente denominamos constelaciones urbanas, donde se van consumando las diferentes posibilidades que oferta la ciudad, existe por ejemplo un cambio marcado de la calidad de las viviendas que naciendo de materiales baratos adobe transitan hacia los ms modernos, conservando elementos que le dan su identidad, en estticas aparentemente estrafalarias. Por tanto no estamos hablando solo de espacios fsicamente definibles sino de espacios simblicos, de prototipos y de arquetipos culturales. la carencia de visiones unitarias del hecho urbano se convierte en certeza de que toda visin pblica que respalde una intervencin global debe ser entendida como ejercicio y representacin del poder; y las limitaciones del pensamiento proyectual que alerta contra el deterioro urbano se convierten en meras astucias de la razn en decadencia. Entonces, la imposibilidad de pensar el cambio comienza a aparecer como ventaja y el diagnstico se convierte en programa, porque ms que un diagnstico razonado es el suelo mismo de nuestras principales creencias y de todo el edificio metafrico del que se nutrieron los estudios culturales urbanos. Ya no es un diagnstico que sacude el sentido comn sobre la ciudad de su sopor modernista, sino un nuevo sentido comn que se autorreproduce y generaliza sin ninguna posibilidad de interpelar alguna realidad especfica. En el caso paceo, esa afirmacin es categrica, ya que todos estos barrios se encuentran al margen de las regulaciones urbansticas, porque representan efectivamente la decadencia de un pensamiento que no puede gobernar sobre la mancha construida de la ciudad, que se construy al margen de y porque en efecto no fue capaz de pensar el mundo, porque no fue capaz de observar el mundo, por sus limitaciones y prejuicios de clases y de raza, pero que pretende imponer un programa que desconoce las pendientes como factor fsico fundamental e ignora y desprecia la cultura de su gente pero destila un reglamento de tipos ideales, de lotes perfectos, en suelos horizontales y de contornos ortogonales, mbitos ideales para la realizacin

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de una modernidad utpica y desconoce la modernidad abstracta y subversiva de la realidad. .No se puede seguir enarbolando el poder liberador de los imaginarios frente al control de las intervenciones pblicas, cuando el problema es que nos hemos quedado sin intervenciones pblicas; cuando el nuevo modo social y urbano apuntala la proliferacin de universos incomunicados a los que se les niega toda intervencin. En realidad, lo que se hace evidente es que en el tema urbano un tema en que la circularidad entre representacin y realidad hace imprescindible un juicio poltico sobre el rol de las representaciones, los anlisis culturales tienden a seguir recorriendo sin mayores conflictos el carril probado de la crtica a los parmetros modernistas de la ciudad, sin advertir que el fin del ciclo expansivo de la modernidad construy precisamente una ciudad no modernista, y que en el camino la cultura urbana se ha quedado sin instrumentos (en principio, sin Estado) no slo para intervenir en la ciudad, sino para pensarla. Para el caso paceo podramos decir que si la modernidad no construy la ciudad no moderna, al menos permiti que sta se impusiera, la ausencia de intervenciones pblicas es la caracterstica de la ciudad, por lo tanto la ciudad que se hizo no reconoce ningn plan, la negativa a la aplicacin de los parmetros normativos no es un acto de inconsciencia, sino una forma de revelar veladamente la disconformidad, son la expresin corporal o fsica de una forma de expresar el encuentro entre lo que se postula como ciudad desde el mundo oficial y la ciudad como se construye en los hechos.

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Paisaje cultura y hombre, movilizacin realizada en 2007 en defensa de la Sede de Goberno por los habitantes de La paz, El Alto y las provincias, foto de JFBV

VIII EPILOGO
Como podemos ver en este momento, la evolucin de los planteamientos de los estudios urbanos y sobre la ciudad ha evolucionado y ha tomado giros inesperados, si antes se priorizaba la materialidad de la ciudad, las ltimas tendencias de la geografa humana, hace casi total abstraccin de la dimensin material, para centrarse en los movimientos de los habitantes y sus imaginarios, prcticamente negando la posibilidad de tener un centro desde el cual se pueda tener cierta referencia, todo es un cambio permanente. La ciudad como un gran vaco, que es posible llenar con infinidad de contingencias, descomponiendo sus tiempos, en asuntos cada vez ms efmeros, incluso cada vez ms personales, la ciudad slo como escenario de actividades. Desde luego que todas las posibilidades son vlidas, aunque es posible que en algunos casos, la ciudad construida no tenga mayor relevancia, por ser producto de un proceso global, donde la arquitectura tambin lo es, obra de arquitectos y especialistas, u obras realizadas en forma masiva, sin embargo para el caso de las Constelaciones Urbanas, no, porque son formaciones materiales que en s mismas expresan parte de esos

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imaginarios, son parte indispensable de sus habitantes, que, al mismo tiempo auto constructores han generado esos espacios. La arquitectura es un producto cultural que no puede ser visa como una materialidad ajena al hombre, esta es producto de los imaginarios y es parte esencial del trabajo que proponemos, es por eso que hemos mencionado en varias oportunidades, los procedimientos arqueolgicos y antropolgicos en nuestro compromiso metodolgico, entendindolo como la manera de ligar bajo pticas complementarias lo corpreo y lo espiritual de la ciudad, la ciudad fruto de la cultura humana tiene esas dos dimensiones y los imaginarios urbanos aqu, no resultan una forma sesgada de privilegiar un aspecto de esta polifactica realidad, en detrimento del otro. No creemos que haya que retornar a las formas racionalistas de ver el problema, siempre desde la bsqueda de una verdad a demostrar, por el contrario, nos interesa trabajar con la ciudad material, en la medida en que ste es el fruto coagulado de imaginarios, aunque stos estn en proceso de cambio, tambin ese cambio nos interesa, esas diferentes fases, es decir el movimiento y los cambios que se producen. En esta ciudad de inmigrantes la construccin est perfectamente representada, es un signo de otra variedad de imaginarios. No se trata de dos mtodos, o de ver la realidad, divorciada en dos aspectos o manifestaciones, lo que creemos, es que la realidad implica tanto la forma de construccin, como la actividad que se produce en sus interiores. Toda arquitectura, y tambin toda ciudad como una arquitectura mayor, en el sentido figurado que toma ste trmino Aldo Rossi en la Arquitectura de la Ciudad, es uno de los testimonios ms directamente relacionado con las formas del habitar, que son al mismo tiempo las formas de sentir y de vivir. No estamos hablando de grandes planes multifamiliares, en los que cada individuo, representa un nmero ms, en una produccin capitalista en serie, en una superficie plana, sino que estamos hablando de que cada vivienda es un testimonio, de la ocupacin de cada uno de los sitios de las laderas, producto de una necesidad particular y especfica, aunque cumpliendo una misma condicin aferrada a un imaginario similar, un fenmeno nico: la migracin aymara, su forma, las constelaciones. Son producto de una necesidad especifica y son parte de un equilibrio entre lo necesario y lo posible, o sea ha sido una determinada manera de enfrentar una problemtica con el equipo cultural dado, entendiendo por ello tanto las posibilidades tcnicas y tecnolgicas, la memoria como arquetipo mental instalado y afirmado en una larga experiencia histrica, sobre un territorio, que no es esttico, que se modifica y que es permeable a la propia modernidad, pero incluso esa forma de aceptacin de las condiciones de modernidad tienen formas especficas, es precisamente lo que queremos estudiar, es el objeto de estudio que aparece a nuestros ojos con la forma de Constelaciones Urbanas, apariencia que debe ser estudiada en busca del fenmeno, es el quid pro quo de nuestra investigacin, es lo que queremos entender en

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consecuencia que para ello acudimos a la metodologa, si as la podemos llamar de los Imaginarios Urbanos y de las Constelaciones Urbanas. JFBV, 2009

Bibliografa:
AYMONINO, Carlo, El significado de las ciudades,1981, Biblioteca bsica de arquitectura H. Blummes editores. BANHAM, Reyner. Teora y Diseo de la arquitectura en la era de la maquina, nueva visin, arquitectura contempornea., 1960 BEDREGAL Villanueva, Juan Francisco, Arqueologa de los imaginarios urbanos de la modernidad en la ciudad de La Paz, en prensa, Fundacin del Banco Central de Bolivia, ao 2009, Bicentenario de la revolucin del 18 de julio de 1809 ---------------------------------------El espacio abigarrado de la ciudad de La Paz, Crtica a la concepcin espacial del Municipio, Edicin del Colegio de Arquitectos, 2002, eclipse producciones, La Paz, Bolivia Fisuras de las entrezonas y los deslugares, revista de bolsillo sobre arquitectura, Madrid, Diciembre de 1999 FOUCAULT, Michel, La arqueologa del saber / 1969). HEIDEGGER Martin, El Ser y el tiempo, Mxico, Fondo de Cultura econmica, 1967, original, 1927. IGNASI DE SOL, Morales Rubio, Gustavo Gili, editores, 1995 Topografa de la arquitectura contempornea,

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PRADA ALCOREZA, Ral. Antologa de lo imaginario formacin y sentido de la praxis, editorial punto cero, Mitos. La Paz, 1997 SILVA, Tllez Armando, Imaginarios Urbanos, cultura y comunicacin urbana del tercer mundo, editores.1991 SNCHEZ RUIZ, Gerardo G. Planeacin moderna de ciudades, trillas, Mxico 2008 Urbanismo Informal, Sergio Padilla Galicia. UAM Azcapotzalco, 2009 Historia de la forma urbana, desde sus orgenes hasta la revolucin Industrial, A. E. J. Morris, G.G , primera edicin en castellano 1984. Barcelona, Espaa. Diseo Urbano. Teora y mtodo Gustavo Munizaca, Facultad de Arquitectura y Bellas Artes, Universidad Catlica de Chile, 1992, Santiago de Chile. Motivos Coloniales, Emilio Villanueva Pearanda, 2006, facultad de Arquitectura Artes y Urbanismo de la Universidad Mayor de San Andrs, La paz, Bolivia.

DATOS GENERALES Nombre del Artculo ELEMENTOS PARA UNA APROXIMACIN TEORICA A LAS CONSTELACIONES URBANAS EN LA CIUDAD DE LA PAZ BOLIVIA Autor.- Mtro. Juan Francisco Bedregal Villanueva Resumen del artculo.Explica la hiptesis de llamar Constelaciones urbanas, a las formaciones urbanas a tpicas que se pueden producir en algunas latitudes del mundo , particularmente en pases en desarrollo, en los que se exprese una condicin urbana no precisamente basados en una produccin industrial de tipo capitalista, trata del tema de una migracin organizada en la que el peso de lo cultural resulta determinante en la configuracin de la mancha urbana y de sus componentes, en el cual tambin ingresa la morfologa de la ciudad como parte del debate y del discurso, en una suerte de sincretismo en elementos tales como cuadras, lotes, y hechos arquitectnicos, porque estos no son parte de la lgica de la modernidad, sino de la migracin como elemento genrico del proceso de apropiacin urbana de una ciudad, en este caso la ciudad de La Paz Bolivia. Como tal desarrolla un segundo elemento novedoso en la lectura del tejido urbano, la explicacin de la ciudad como cosificacin de la historia, no como historiografa, sino como imaginarios identitarios, todos los hechos de la historia se van representando en el espacio, para ello acude a la semitica posestructuralista como elemento de

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sustento terico. Se acude a imgenes para la explicacin de las Constelaciones porque segn se afirma, lo que importa conocer no son solo los fenmenos, sino la gnesis de su formacin, como en el estudio de los fenmenos celestes. Referencias acadmicas: Profesor de la Universidad Mayor de San Andrs de La Paz, Bolivia, profesor invitado por la UAM Azcapotzalco, gestin 2009, Arquitecto y Magister Scientiarum en Planificacin del Desarrollo. Telfonos en Mxico 55840856, 0445516239279, en La Paz, Bolivia 00591-2-2246331 Correos electrnicos ([email protected]) [email protected]

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