23.16 Segunda Parte
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Diapo 15. En estas imágenes se muestra la reconstrucción realizada por Ziegler (1999) de la
evolución del Atlántico norte, Europa occidental y norte de Africa durante el Cenozoico . Las
áreas en gris oscuro representan los orógenos alpinos. En gris claro las áreas emergidas. En
marrón los sedimentos sinorogénicos de las cuencas de antepaís alpinas. Y en verdes y
amarillos las rocas mesozoicas y sedimentos cenozoicos.
A principios del Cenozoico (60 Ma.) ya han empezado a levantarse los Pirineos, como
consecuencia de la rotación antihoraria de la Península Ibérica. En este momento (entre los 60
y los 55 Ma según los autores) finaliza la apertura del Golfo de Vizcaya.
Diapo 16. El Golfo de Vizcaya deja de abrirse debido al empuje de la Placa africana por el sur
de la Península Ibérica. Y en 20 Ma. aprox., ésta se desplaza hacia el norte 120 Km (recuadro
superior derecho). Este desplazamiento se realizó por la actuación de una zona de falla
paralela a la costa cantábrica, la prolongación hacia el oeste de la Falla Nor-Pirenaica. Esta
zona de falla (o zona deprimida) fue detectada en los años 60 del pasado siglo, cuando,
utilizando el sonar (inventado por los británicos para detectar a los submarinos alemanes en la
2ª guerra mundial), se estaba conociendo la topografía de los fondos oceánicos en todo el
mundo, descubriéndose la existencia de las dorsales y las fosas oceánicas. Inmediatamente, y
dada su ubicación paralela a la costa, esta zona se interpretó como la falla asociada a una zona
de subducción de la corteza oceánica recién formada en el Golfo de Vizcaya que se habría
introducido bajo la Península Ibérica dando lugar a la Cordillera Cantábrica. Alguien puso una
objeción a esta interpretación: En la Cordillera Cantábrica no hay volcanes, ni resto de ellos. No
le hicieron caso.
Diapo 17. En el año 2000 J. Gallastegui, en su Tesis doctoral, presenta un corte geológico de en
el que se interpreta la estructura a escala cortical del margen continental nor-ibérico (entre el
centro del Golfo de Vizcaya y Castilla y León) en el momento actual. Para la realización de este
corte geológico se utilizaron datos de muy diverso tipo: Información de la geología de
superficie (mapas geológicos), perfiles sísmicos (ESCIN-2 y ESCIN-4), datos de sondeos de
prospección de hidrocarburos, mapas gravimétricos, etc. La corteza se representa en color
beige y el manto en gris.
Con datos más actualizados, podemos decir que entre los 50 y los 15 Ma. Se pasó de la
situación de margen continental pasivo (parte inferior de la Diapo) a la formación de la
Cordillera Cantábrica, lo que supuso un acortamiento de la corteza de casi 100 Km. Como se ve
en el corte superior, la cordillera se levantó como consecuencia de la formación de una cuña
de corteza inferior que se imbricó a nivel de la corteza media. La Cordillera Cantábrica es por
tanto muy particular, puesto que no se trata de una cordillera formada en relación con una
subducción ni tampoco se ha formado por una colisión de dos continentes.
Junto con la imbricación de la cuña de corteza inferior, en la corteza superior se formó una
cordillera con doble vergencia: la rama norte formada por un imbricado de cabalgamientos
submarinos vergentes al norte y que enraízan en el límite corteza superior-corteza inferior; y la
rama sur, formada por un gran pliegue de propagación de falla asociado a un cabalgamiento
vergente al sur, acompañado de otras pocas fallas inversas y cabalgamientos con la misma
vergencia. Si nos fijamos en ambos cortes geológicos nos damos cuenta que el cabalgamiento
asociado al gran pliegue se formó por la reactivación de una importante falla normal, la más
meridional de las que se formaron en el margen continental pasivo cantábrico del Golfo de
Vizcaya. En realidad, la mayor parte de los cabalgamientos y fallas inversas de esta rama sur de
la Cordillera se formaron del mismo modo, por la reactivación de antiguas fallas directas. Este
fenómeno, muy común en la formación de cordilleras, recibe el nombre de “Inversión
Tectónica”.
Si nos fijamos en la escala vertical de la izquierda, vemos que el pliegue de propagación de falla
tenía un lomo en el flanco normal de 10 Km de altura; obviamente la cordillera nunca tuvo esa
altitud, pues a medida que el pliegue se formaba también se iba erosionando.
El tiempo pasa rápido y cada vez se van acumulando nueva información y métodos más
sofisticados para tratar los datos. La siguiente Diapo 18, muestra una figura del trabajo de
Pedreira y otros (2015) en la que podemos ver un modelo mucho más preciso y detallado, en
diferentes pasos correspondientes a diferentes edades geológicas.
Diapo 19. Yendo más al detalle, la estructura de la Cordillera Cantábrica se muestra en estos
dos cortes N-S del trabajo de Alonso y otros de 1996. En ellos se pone de manifiesto el detalle
del gran pliegue de propagación de falla que constituye el frente sur de la Cordillera y que
involucra al basamento paleozoico y a la cobertera mesozoica. La erosión del relieve generado
produce los sedimentos de la cuenca de antepaís continental de la cordillera, los depósitos
terciarios (cenozoico, en amarillo) de la Cuenca del Duero.
Diapo 21. Hacia el Este, la Falla de Llanera pasa a denominarse “Falla del Cuera”, pues es la
responsable asimismo de la elevación de los relieves de esta sierra y de la Sierra del Sueve. La
fotografía esta tomada desde el Torbina, pico mas alto de la Sierra del Cuera, mirando hacia el
sur. Al fondo, los Picos de Europa, donde la Cordillera Cantábrica alcanza sus cumbres más
altas (2648m en el Pico Torrecerredo) y el sector de Ponga a la derecha. Entre ambas, el valle
de Cabrales, en el extremo oriental de la depresión central asturiana.
Diapo 22. Este es un corte geológico muy esquemático, pensado para la divulgación y dibujado
por mí. Correspondería al sector del corte de la cordillera enmarcado en el rectángulo.
El perfil topográfico desde el Cantábrico hasta la Meseta nos muestra un margen continental
con pequeñas cuencas sedimentarias, una costa acantilada y la rasa costera a continuación.
Dos grandes bloques elevados por fallas inversas: el bloque menor, levantado por la falla de
Cuera-Llanera, eleva las sierras litorales sobre la depresión central asturiana, mientras que en
el mayor se talló el relieve de la Cordillera Cantábrica, que se levanta sobre la meseta. Los
sedimentos producto de la erosión de ambos bloques (Cenozoico) rellenan las cuencas
marinas, la depresión central asturiana y la cuenca del Duero. En esta última, y debido a que
en el Terciario el clima era mucho más cálido y seco que el actual, se formaron enormes
abanicos torrenciales que produjeron más de 1500m de depósitos; en el frente de estos
abanicos existían lagos continentales sometidos a fuerte evaporación, y ahí se formaron las
“Calizas de los Páramos” que vemos coronando los cerros planos de la provincia de Valladolid
en la autopista camino de Madrid.
Diapo 24. Los epicentros de los sismos de los últimos 60 años muestran su relación con la
actividad tectónica (neotectónica) de las fallas alpinas en el NO de la Península. Se trata en
general de sismos de baja intensidad y escasa peligrosidad, que muestran que, aunque la
cordillera ya no se está elevando, aún existe una cierta actividad en dichas fallas.
Para terminar el Tema, en las siguientes diapos, diferentes cortes geológicos muestran
diferentes interpretaciones sobre la estructura a escala cortical de las Cordillera Cantábrica en
su extremo oriental y de las diferentes cordilleras alpinas de la Península Ibérica.
Cualquier duda sobre esto, y sobre cualquier otro aspecto del tema, podéis comentármela por
correo y trataré de responderos y aclarárosla.