7 Analisis OBJETO Y CAUSA ÍLICITA
7 Analisis OBJETO Y CAUSA ÍLICITA
7 Analisis OBJETO Y CAUSA ÍLICITA
Contenido
Preámbulos..............................................................................................................................1
Legislación al respecto........................................................................................................2
Precisión legal.....................................................................................................................3
¿Cómo inicia un objeto ilícito?...............................................................................................3
Tesis establecidas en torno el objeto ilícito............................................................................3
.Tesis de Claro Solar...........................................................................................................3
. Tesis de Eugenio Velasco.................................................................................................4
¿Cómo inicia la causa ilícita?..................................................................................................4
Teorías que manejan la causa ilícita.......................................................................................5
Análisis de los casos de Objeto y causa Ilícita del Código Civil............................................7
Preámbulos
Como premisa, estos son elementos del vicio del consentimiento y al momento de no ser
cumplidos generan la nulidad de índole absoluta, tenemos establecido en obligaciones lo
siguiente:
En general para poder hablar de objeto y causa ílicita se toma de referencia el hecho ílicito
tema que ya lo analizaremos en su momento lo de primera mano es dejar en claro que dice
nuestra legislación, en cuanto al tema por lo que tenemos lo siguiente:
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Apuntes de derecho civil obligaciones.
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Francisco José Ruales Calero
Lunes 24 de noviembre del 2014
Legislación al respecto
Objeto Ilícito Y Causa Ilícita:
Art. 1480.- Hay objeto ilícito en la enajenación: De las cosas que no están en el
comercio; De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona; y, De las
cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice, o el acreedor
consienta en ello.
Art. 1481.- El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en
cuanto al dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del
dolo futuro no vale.
Art. 1482.- Hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas en juego de azar, en
la venta de libros cuya circulación está prohibida por autoridad competente, de láminas,
pinturas, estatuas, telecomunicaciones, audiovisuales obscenos, y de impresos condenados
como abusivos de la libertad de opinión y expresión; y generalmente, en todo contrato
prohibido por las leyes.
Art. 1483.- No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero no es
necesario expresarla. La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente.
Se entiende por causa el motivo que induce al acto o contrato; y por causa ilícita la
prohibida por ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público.
Así, la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece de causa; y la
promesa de dar algo en recompensa de un delito o de un hecho inmoral, tiene una causa ilícita.
Art. 1485.- Los actos o contratos que la ley declara inválidos, no dejarán de serlo por
las cláusulas que en ellos se introduzcan y en que se renuncie la acción de nulidad.
Juego y Apuesta
Son considerados juegos lisitos aquellos que requieran destreza corporal y de inteligencia.
Estos son los únicos juegos que pueden ser considerados como generadores de Ob. Naturales.
Los juegos de azar no son considerados generadores de obligaciones naturales pues su objeto
es ilícito y si autorizan a retener lo pagado, a sabiendas que es ilícito se trata mas bien de una
sanción.
Art. 1484.- No podrá repetirse lo que se ha dado o pagado por un objeto o causa
ilícita, a sabiendas.
Art. 2164.- Sobre los juegos de azar se estará a lo dicho en el Art. 1482; y en los
juegos y apuestas lícitos, a los artículos siguientes
Art. 2168.- Sin embargo de lo dispuesto en el Art. 2165, producirán acción los juegos de fuerza
o destreza corporal, como el de armas, carreras a pie o a caballo, pelota, bolas y otros
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Francisco José Ruales Calero
Lunes 24 de noviembre del 2014
semejantes, con tal que en ellos no se contravenga a las leyes o a los reglamentos de policía. En
caso de contravención desechará el juez la demanda.
Precisión legal
Revisado los puntos de nuestra legislación podemos observar que para objeto y causa ílicita es
por todo acto que contravenga el derecho público, siendo este la materia sobre la cual se
pacte
Como segundo punto nuestra legislación hace un análisis bien profundo sobre el juegos de
azar o juegos que ciertamente el Estado toleraba pero que siempre generaban conflictos por
materia de cobro de créditos generados en ellos, donde se crea el principio de derechos
naturales de retención mientras no exista dolo, claro que ahora el nivel de tolerancia es
mínimo porque son actos totalmente prohibidos en la legislación. Habiendo dado estas
precisiones y visión general en derecho podemos remitirnos a la legislación chilena para
explicar mejor el tema de trabajo.
Consecuentemente por esta premisa, si un acto tiene un objeto, aunque este sea ílicito, en el
hay un suceso imputable que yendo por lo penal establecería la tipificación de un acto,
cumpliendo con un requisito de existencia, el punto es que nace con un vicio que es
susceptible de facilitar la anulación de lo pactado.
El problema en el objeto y al definirlo es que solo se propugnan tesis que conforme a nuestro
código seguimos la Eugenio Velasco pero este tiene visión ejemplificativa no descriptiva por lo
que no hay un precepto de fundamento para establecer argumento de reproche o de defensa
al momento de que se den hechos ílicitos para establecer sus objetos ilícitos.
Para este autor, la clave está en el artículo 1461(art 1477 en Ecuador) inciso final, que define al
objeto moralmente imposible, y en el artículo 1467, que define la causa ilícita como
aquella que es "prohibida por ley, o contraria a las buenas
costumbres o al orden público", de modo que el objeto ilícito será aquel
que es contrario a la ley, a las buenas costumbres y/o al orden público.
Esta tesis confunde objeto ilícito con el requisito que exige que el hecho
como objeto del contrato sea moralmente posible, cualidad esencial del
objeto cuando recae en un hecho.
Para este autor, objeto ilícito sería aquel que carece de cualquiera de los
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Francisco José Ruales Calero
Lunes 24 de noviembre del 2014
requisitos que la ley señala al objeto, sea que consista en cosa o hecho
(determinación, comerciabilidad, existencia, posibilidad física y moral).
Por lo mismo, el objeto lícito no sería un requisito adicional a los
anteriores, sino que simplemente supondría la concurrencia de todos ellos.
Esta tesis sostiene que el objeto ilícito es aquel que recae sobre: (i)
cosas incomerciables (art. 1464 Nº1en chile-art 1480 en Ecuador); (ii) hechos o
contratos prohibidos
por las leyes (art. 1466 Chile- Art 1480 Ecuador); o, (iii) hechos contrarios a las buenas
costumbres o al orden público (art. 1461 Chile, art 1478 Ecuador).
Según este autor hay objeto ilícito en todo acto o contrato que recaiga
sobre un hecho ilícito, porque las cosas en sí mismas no son lícitas ni
ilícitas. Por lo anterior, elimina de la tesis de León Hurtado que el
objeto ilícito recaiga sobre las cosas incomerciables, pero coincide con él
en que objeto ilícito es el que versa sobre: (i) hechos o contratos
prohibidos por las leyes; o, (ii) hechos contrarios a las buenas costumbres
o al orden público.
En forma preparatoria la causa inicia por tres razones que El profesor Peña2, magistralmente,
explica en estas breves líneas los diversos conceptos que se utilizan al respecto: “En el lenguaje
del derecho civil, la palabra causa suele utilizarse en, al menos, tres sentidos distintos (Claro
Solar, XI, 908; Terré, 316; Guzmán Brito, VI, agrega varios otros provenientes de la tradición
romana, como, por ejemplo, fundamento de la entrega de una cosa, causa como modo de
adquirir el dominio, etc..). En consonancia con el uso lingüístico habitual usamos la palabra
causa para aludir a un evento que se encuentra -a la luz del conocimiento disponible- ligado
coexistencialmente con otro: "x" es causa de "y" si es el caso que verificado "x" sucede "y".
Podemos llamar a este uso de la palabra causa, "causa eficiente". Pero junto con ese uso
lingüístico habitual, utilizamos también la palabra "causa" para aludir al telos o fin de algún
evento o acción. Si, como sugiere Aristóteles en la Etica Nicomaquea, todo acontece por mor
de algo, entonces puede afirmarse que es también causa de la acción el propósito que tuvo en
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Véase Peña González, Carlos: La Causa, apunte de cátedra.
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Francisco José Ruales Calero
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vista el agente al tiempo de ejecutarla: así la causa final de la estrategia, dice el mismo
Aristóteles, sería la victoria. Hablaremos en este caso de "causa final". En fin, todavía la
palabra causa es utilizada para aludir al motivo o impulso de la voluntad. Dos estrategas
quieren la victoria -tal es la causa final de sus respectivas acciones- pero uno de ellos la quiere
para mayor gloria de su patria y el otro por mera vanidad. Ambos apetecen lo mismo; pero lo
apetecen por motivos distintos. En este caso suele hablarse de causa ocasional o impulsiva.
Así "x" -donde "x" es una obligación- puede tener tres causas distintas: la causa eficiente (las
denominadas fuentes de las obligaciones); la causa final (el telos de "x"); o la causa ocasional
(el motivo que impulsa al agente para ejecutar “x”)” 3.
a) causa eficiente, que son las fuentes de las obligaciones, es decir, la causa de la obligación
habrá que encontrarla en la fuentes de las obligaciones 4;
c) la causa motivo, que es personal, subjetiva e infinita en términos que cada sujeto, al
momento de celebrar un negocio, tendrá una causa motivo e impulso que le será propia y
diversa a cualquier otra.
Domat sostiene que la causa es un elemento que se encuentra en la estructura de los negocios
jurídicos, y no depende de la subjetividad de las partes sino que del negocio que éstas han
celebrado o celebrarán5. Así, Domat distingue 3 tipos de negocios, según la causa que éstos
presentan.
En primer lugar, identifica los negocios onerosos6-7, es decir, aquellos que tienen por objeto la
utilidad de ambas partes o contratantes, gravándose cada uno en beneficio de otro (artículo
1440 del Código Civil). En estos contratos onerosos, se sostiene que la causa final del contrato
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Luego, explica Peña: Suponga usted que Pedro está obligado a pagar una cierta suma de dinero. ¿Cuál es
la causa de esa obligación?. Al responder esa pregunta usted puede identificar la causa eficiente (Pedro
celebró un contrato de compraventa y esa es la causa eficiente de su obligación); usted puede, todavía,
identificar el telos de la obligación contraída por Pedro (el comprador se obliga a pagar el precio para
obtener que el vendedor se obligue a entregar la cosa); en fin, usted puede identificar la causa ocasional
(Pedro desea la cosa para lucrar con ella vendiéndola, luego, a un tercero).
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Las fuentes de las obligaciones aparecen indicadas en el artículo 1437 del Código Civil: la ley, el
contrato, el cuasicontrato, el delito y el cuasidelito.
5
Aplica, entonces, un concepto de causa final, puesto que será intrínseco al negocio celebrado, de modo
que es necesario identificar la estructura del negocio, y luego, en base a dicha estructura única y
particular, identificar la causa que éste posee.
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Los contratos onerosos bien pueden ser bilaterales (que será la regla general) o unilaterales. Al respecto,
ver Los Contratos, Parte General, López Santa María, Jorge. Tomo I, Nº21, p. 105 y nota de página 119.
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Véase el artículo 1793 del Código Civil.
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Francisco José Ruales Calero
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de uno de los contratares en la obligación correlativa del otro contratante. Así, la causa de la
obligación de uno de los contratantes es la obligación recíproca de la otra parte 8.
En segundo lugar, precisa que en los negocios gratuitos9, la causa de la obligación de donar se
encuentra en la mera liberalidad, es decir, la intención de hacer una liberalidad (POTHIER).
En tercer lugar, identifica que en los negocios de estructura unilateral10, tal como los contratos
reales (mutuo, comodato, etc), la obligación emana de la entrega de la cosa. El profesor Peña
enseña que “entonces la causa final de esa única obligación ha de estimarse que fue la
prestación ya ejecutada del acreedor. Así, el comodato, o préstamo de uso, es un negocio
unilateral, puesto que una vez celebrado sólo el comodatario que recibió la cosa, está obligado
(a devolverla). Así si usted celebró un comodato (prestó su casa de veraneo para que fuera
usada gratuítamente), el único obligado a resultas de ese contrato es quien se vió favorecido
con su generosidad (el comodatario). Sólo el comodatario quedó obligado: a devolver la cosa.
Una cuestión similar ocurrirá en el mutuo: si usted dio cosas fungibles o consumibles –
haciendo nacer el contrato- el mutuario queda obligado a devolver otras tantas del mismo
género y calidad. Hay, entonces, un único obligado: el mutuario. Cabe entonces preguntarse
¿cuál es la causa final de esa única obligación?. La respuesta de la doctrina de la causa final es
que la causa de esa única obligación es la entrega que de la cosa hizo el comodante . Como se
observa, al igual que la doctrina de la consideration, la doctrina de la causa final tutela el
aspecto de intercambio recíproco que poseen los negocios. Si hubo entrega, entonces, usted
debe devolver: su obligación tiene una causa suficiente. Desde el punto de vista técnico, sin
embargo, la solución alcanzada en este tipo de contratos es obviamente defectuosa. Ocurre
que si el negocio es unilateral, entonces hay nada más una obligación (en nuestro ejemplo, la
obligación del comodatario de devolver). El acto de entrega permite que el contrato se
perfeccione, puesto que el comodato, como sabemos, es real. Al ubicar la causa de la
obligación de devolver en la entrega, Domat (que a él se debe esta afirmación) abandona la
causa final y vuelve sobre la causa eficiente (Guzmán Brito, XXX).
Para la moderna teoría italiana de la causa del contrato, se entiende que la causa del contrato
es la función económica-social que caracteriza el tipo de negocio como acto de la autonomía
privada11.
Para la doctrina de la causa como móvil o impulso, se comprende que la causa del contrato es
el motivo que indujo al contratante a celebrar dicho negocio.
Para esta tesis, la causa del contrato será sumamente variable, dependiente de cada
contratante, y eminentemente subjetiva, ya que los móviles dependerán de los sujetos que
celebren los contratos12.
8
Peña González expresa que en este punto la causa es similar a la consideration del Derecho Inglés: “La
doctrina de la consideration cuida el aspecto negocial de los contratos y no la equidad. La Consideration
representa el elemento de negociación, según el cual cada parte entrega algo a cambio de otra cosa que
recibe o espera recibir y posee también una dimensión de bienestar: la parte se obliga porque espera estar
mejor después que antes del negocio (Atiyah, 6)”.
9
Véase el artículo 1386 del Código Civil.
10
Véase el artículo 2174 del Código Civil.
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Son partícipes de esta postura los profesores Emilio Betti, Nicolás Coviello y Cariota Ferrara.
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Francisco José Ruales Calero
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La teoría Anticausalista
Agrega, además, que es inútil, ya que en los contratos onerosos, hay confusión con el objeto
del contrato, ya que la causa de uno de los contratantes no es sino el objeto de la obligación
de la otra. De modo que los problemas de causa pueden ser solucionados a través del objeto;
en los contratos unilaterales, no tiene sentido la falta de causa, ya que en este caso no habrá
contrato, de modo que no sirve la institución en comento, y, por último, en los contratos
gratuitos, se confunde la causa con el consentimiento, luego, no sirve la institución.
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El Control de la licitud de la causa, vendrá entonces, por la licitud o ilicitud de este motivo o móvil
subjetivo de cada contratante.
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Francisco José Ruales Calero
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