Artículos de Salud
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Llevar una vida demasiado ajetreada puede ser una gran fuente de estrés. Si tus días
pasan sin que apenas puedas pararte un rato a descansar, tal vez necesitas simplificar
un poco tu vida. Para ello puedes hacer lo siguiente:
De hecho, las relaciones con los demás son la principal fuente de estrés de casi todo el
mundo. Por tanto, relacionarte lo menos posible (o nada en absoluto, su puede ser)
con esas personas destructivas, puede suponer una enorme diferencia. Si es imposible
no relacionarte con algunas personas determinadas, como compañeros de trabajo que
no tienes más remedio que aguantar, interactúa con ellos lo mínimo imprescindible,
ignóralos todo lo que puedas o responde con monosílabos. Por ejemplo, si ese molesto
compañero te dice con sorna: “Te ha salido torcido ese boceto, ¿eh?”, puedes
responderle con tranquilidad: “No” y luego ignorarlo y centrare en tu trabajo.
Es sumamente estresante tener que tomar decisiones continuamente sobre lo que vas
a hacer, cómo y cuándo. Si ciertas cosas las haces de un modo automatizado (siempre
del mismo modo, el mismo día y a la misma hora) no tendrás que pensar ni planear y
eliminarás fuentes de estrés.
3. Ordena tu casa
Si no paras en todo el día, es posible que tu casa esté desordenada. Sin embargo, el
desorden crea una sensación general de incomodidad e intranquilidad. Dedica un rato
cada día a ordenar tu casa y te sentirás mejor en ella.
De este modo evitarás el estrés financiero. No importa lo mucho que ganes; si gastas
todo o más de lo que ganas, estarás en números rojos, lo cual es una fuente de
problemas y preocupaciones. Decide de antemano cuánto dinero puedes gastar cada
mes (o cada semana o día, si así te funciona mejor) y atente a ello. Si es necesario,
elimina gastos superfluos para disponer de más dinero.
5. Aprende a decir no
Entre las exigencias del trabajo, la familia, los amigos o la vida en general, no es raro
que acabemos exhaustos cuando dichas demandas son excesivas. Es importante que
tengas tiempo para ti, para tus aficiones, para el ocio y para relajarte. Un modo de
encontrar este tiempo para ti consiste en aprender a decir no ante ciertas exigencias.
Céntrate en las personas que de verdad son importantes en tu vida y sé selectivo a la
hora de decidir ante qué exigencias cedes.
Aunque que los trastornos de la alimentación pueden empezar con preocupaciones con
la comida y el peso, casi siempre tratan de algo más que de comida. Las personas con
trastornos de la alimentación a menudo utilizan la comida como un intento de
compensar sentimientos y emociones que pueden ser abrumadores. Para algunos,
hacer dieta, darse atracones o usar purgantes puede comenzar como un modo de
afrontar emociones dolorosas y sentir que tienen el control de sus vidas pero,
finalmente, estas conductas dañan la salud física y emocional de una persona, su
autoestima y su sensación de competencia y de control.
Factores psicológicos
Baja autoestima
Sentimientos de inadecuación o falta de control en la vida
Depresión, ansiedad, ira o soledad
Factores interpersonales
Factores sociales
Los científicos aún están investigando posibles causas bioquímicas o biológicas de los
trastornos de la alimentación. En algunas personas con estos trastornos se ha
encontrado que ciertas sustancias químicas cerebrales que controlan el hambre, el
apetito y la digestión presentan ciertos desequilibrios. El significado e implicación
exactos de este desequilibrio está aún bajo investigación.