Características Del Estalinismo
Características Del Estalinismo
Características Del Estalinismo
En este trabajo queremos esbozar tres cuestiones relativas al estalinismo: sus ideas principales, las purgas y
el controvertido asunto del consenso social. Stalin es el gran creador de la versión totalitaria y nacionalista del
marxismo, sin ser un teórico. En realidad, fue el menos intelectual de todos los bolcheviques que hicieron la
Revolución. Stalin no estaba muy preocupado por las ideas, al contrario que Lenin, al que es innegable
considerarle un genio ideológico al haber conseguido adaptar el marxismo a una nueva realidad para la que
Marx no había escrito. Stalin estaba más interesado por el poder y por el fortalecimiento del estado. Esa
preocupación le hizo desarrollar un fuerte nacionalismo ruso, tanto en relación con otras nacionalidades del
antiguo Imperio Zarista, como hacia el exterior. En este sentido, la Segunda Guerra Mundial tuvo un marcado
carácter nacionalista fomentado desde el Kremlin.
La primera consecuencia del estalinismo fue la eliminación de los posibles rivales de Stalin. El principal
enemigo fue, sin lugar a dudas Trotsky, porque era el más brillante en todos los aspectos entre sus antiguos
camaradas revolucionarios y por su teoría de la revolución permanente e internacional. La revolución se debía
dar en un país: en la URSS. Otra de las consecuencias del estalinismo fue el desarrollo de un rígido
centralismo jerárquico en el partido y en el gobierno de la URSS y, sobre todo, por la aplicación de una
intensísima política de represión de cualquier disensión, a través de purgas, juicios, encarcelamientos,
ejecuciones, deportaciones y el gulag.
Una vez que la planificación económica comenzó a dar sus frutos y el régimen contaba con un apoyo
mayoritario entre la población parecía que se entraría, a comienzos de la década de los años treinta, en una
etapa de mayor tranquilidad en todos los ámbitos pero, a partir de 1933 se desató una profunda crisis dentro
del Partido Comunista. En ese momento comenzaron las purgas internas, motivadas por el deseo de Stalin de
terminar con cualquier tipo de disidencia o crítica interna, unido a una verdadera obsesión enfermiza que le
hacía ver conspiraciones en todas partes. Se dieron tres oleadas de depuraciones. Las dos primeras,
desarrolladas en 1933 y 1934, depuraron el partido con un gran número de expulsiones. Pero la tercera
oleada, desarrollada entre 1936 y 1938, con los conocidos como los Procesos de Moscú, fue la más
importante. Fueron juzgados y ejecutados, acusados de crímenes inexistentes y hasta absurdos, casi todos
los antiguos dirigentes bolcheviques que habían hecho la revolución, así como muchos oficiales del ejército
rojo. Esto provocó el surgimiento de nuevos cuadros de dirigentes afines y leales a Stalin, al que se le
comenzó a dedicar un intenso culto a la personalidad.
La sociedad soviética de los años treinta había cambiado sustancialmente desde la época de la Revolución. El
régimen soviético se había consolidado y el Partido Comunista dominaba todos los ámbitos de la vida política,
económica, social y cultural de la URSS. Además, el país se había convertido en una potencia económica
mundial en un mundo en crisis. El aumento del nivel de vida, el retorno al orden, la paz después de un largo
período de revolución y guerra civil, la potenciación oficial del sentimiento patriótico, la propaganda constante
y eficaz, así como un evidente desarrollo educativo y cultural, junto al hecho de que la represión no afectó de
forma evidente a la población común, explican el amplio consenso que disfrutó el régimen, aunque se hubiera
conseguido a cambio de un alto precio humano.