Ensayo SocFia (Oficial)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

El arte de aprender

Eduardo San Martín Fermín


(IES Fuente Fresnedo, Laredo)

En el siguiente texto no pretendo criticar nada sino hacer una pequeña


apología de la educación pero en especial, de las humanidades y la filosofía.

Desde hace pocos años, incido, pocos años, existe un gran conflicto entre
estudiantes de humanidades y estudiantes de ciencias. Incluso me atrevería a
decir que el conflicto ha llegado a padres y profesores. Éste no es otro más que
la lucha entre qué es mejor: las enseñanzas humanísticas, que son calificadas
de “inferiores” y para los “sin futuro”, y las enseñanzas científicas, las cuales
son calificadas por la mayoría como las “mejores” y “cuyos alumnos
prosperarán en la vida”.

Echemos la vista atrás, recordemos épocas pasadas, como la ateniense o la


romana. Fijémonos en los antiguos griegos, esos que fundaron la filosofía, las
primeras escuelas... Allí donde surgió el teatro, los mapas, las Olimpiadas, la
filosofía clásica, y lo más importante, la democracia. Esa democracia que
desea todo el mundo, cuya propia palabra nos dice que el poder reside en el
«demos» , ésta que hace que los hombres nazcan libres e iguales y no sea una
sociedad clasista en lanque el poder reside en una sola persona o en una élite.

Aquella sociedad de la Grecia Clásica era poderosa gracias a sus intelectuales,


pensadores y filósofos, aunque también he de decir que destacaron numerosos
matemáticos y astrónomos como el gran Pitágoras o Tales de Mileto.

Llegados a este punto, no puedo permitirme el lujo de ignorar lo que es


evidente para muchos de nosotros, estudiantes de humanidades, los cuales
nos podemos autoproclamar “humanistas”. Grecia fue grande por sus filósofos
y pensadores tales como Platón, Aristóteles, Zenón, Anaximandro o Jenofonte,
cuyos textos aún se traducen en la asignatura de griego clásico en todos los
institutos españoles.En resumen: ¿Cómo es posible renunciar e incluso
repudiar las letras, cuando son el origen de nuestro lenguaje y nuestra actual
sociedad?

¿Quién no ha escuchado la típica pregunta: por qué estudias latín y griego, si


son lenguas muertas? Muy bien, tengo respuesta a esa irritante cuestión.
Alguien que estudia griego o latín no lo estudia porque digan que es fácil (ya
que de fácil tiene más bien poco), sino porque le gustaría aprender el origen de
nuestra lengua, el castellano, le interesa como escribían nuestros antepasados,
siente por estas lenguas algo más que conocimiento. En mi caso, puedo decir
que he llegado a amar las letras, he llegado a amar el griego, el latín, la lengua
castellana, nuestra cultura, la pasada, nuestra historia, empecé a amar las
humanidades tal y como las amo ahora. Y eso es lo que debería hacer todo el
mundo, no digo amar, sino comprender que son una de las partes más
importantes de nuestra existencia. Como ya dijo Ovidio en aquella época: “ Por
más que te esmeres en encontrar qué pudo hacer, no habrá nada más útil que
estas artes, que no tienen ninguna utilidad” (Cum bene quaesieris quid agam,
magis utile nil est; artibus his, quae nil utilitatis habent).
Nuccio Ordine advierte en su obra “La utilidad de lo inútil” (2013) que por
consecuencia de este conflicto científico-humanístico se acabará con los
filólogos y estudiantes de la Antigüedad, lo que llevará a cerrar bibliotecas con
sus libros y documentos, clases de lenguas del pasado...; lo que llevará a una
amnesia total que hará desconocer a las generaciones venideras cuál fue su
pasado para poder conocer el presente e imaginar el futuro.

Y en verdad Nuccio Ordine está en lo correcto, una vez los estudiantes


científicos persuadan a las próximas generaciones, las enseñanzas
humanísticas quedarán relegadas no a un segundo, sino a un quinto plano,
donde los estudiantes no serán conscientes de que existe dicha educación y
por lo tanto desconocerán la historia de su lengua materna, la historia del
pensamiento actual, incluso de su propia historia, la historia de la humanidad.
Una vez olvidado todo esto, el ser humano estará sometido a un período infinito
de analfabetismo cultural, y con ello se verá desde la Tierra que el fin del
universo al fin ha llegado.

Imaginemos por un momento, que las humanidades no existen, que


desaparecieron hace miles de años. Nos veríamos en una situación de caos,
en la que no tendríamos conocimiento acerca de qué significan todos esos
textos antiguos, no sabríamos cómo hablar correctamente, no conoceríamos la
historia de la humanidad... Resumiendo, la humanidad se vería adentrada en
un agujero negro de incultura y analfabetismo del que no sabría cómo salir, ya
que ni siquiera tiene mínimos conocimientos acerca de lo que un agujero negro
significa.

El mundo no gira ni ha de girar en torno a las humanidades, también ha de


hacerlo en torno a las ciencias o las artes plásticas o escénicas. Todas estas
son importantes para no hacer de nosotros seres con cerebros sin esencia,
obcecados solamente en una cosa, ya sea una disciplina u otra de la
educación.

Martha Nussbaun, premio príncipe de Asturias en ciencias sociales, afirma que


las humanidades proporcionan tres ingredientes que cualquier sociedad
decente necesita con urgencia: la capacidad socrática de examinarse a uno
mismo y pensar críticamente, la capacidad de pensar sobre los problemas
universales como 'ciudadano del mundo' y una imaginación cultivada, es decir,
la capacidad de ver cómo el mundo mira a través de los ojos de personas muy
diferentes de uno mismo. Actualmente en nuestro país, por desgracia,
disminuye cada vez más el nivel de educación y con ello los tres “ingredientes”
que Nussbaun defiende. Ello llevará a la sociedad española a carecer de
pensamiento crítico.

¿Por qué no esforzarse en mejorar nuestra educación en vez de estar


pendientes de qué disciplina es la mejor? Actualmente hacen falta todos los
estudios, ya sean humanísticos, científicos o artísticos para ser una persona
cultivada y llegar a encontrar un buen trabajo con el que poder vivir bien, y no
me refiero solo económicamente sino poder vivir feliz con lo que se estudia o
trabaja. Nuestro Sr. Ministro de Educación, Jose Ignacio Wert, cree que la
única solución para llevar a la juventud española a un buen futuro es pasar por
continuas reformas, que lo único que harán es que cada vez haya más
abandono escolar y se privatice la educación, lo que llevaría al incumplimiento
de un derecho fundamental: el derecho a una educación gratuita. Para J.I. Wert
la filosofía y las artes pasan a segundo plano. Bajo mi punto de vista, la
filosofía no es una asignatura cualquiera, sino que te enseña a tener análisis
crítico y te enseña a concebir muchas formas de pensar, las cuales te ayudarán
en un futuro no muy próximo a fundamentar tu propia manera de pensar.
Platón, Kant, Descartes, Sto. Tomás de Aquino, Hume o Montesquieu han
ayudado a la sociedad a saber qué somos y, sobre todo, a fundamentar
nuestra sociedad actual. Su filosofía debe formar parte del saber de cualquier
persona y por ello, ésta no debería desaparecer ni quedar a un plano relegado.
Si no fuese por Montesquieu o por Locke, seguiríamos en una sociedad
estamental donde la clase baja no tendría ni un ápice de los derechos y
libertades de los que tiene en la actualidad.

“Podemos calificar a la filosofía como la historia de los que somos”. (Amelia


Valcárcel). Lo que quiere decir Valcárcel es lo que ya he dicho antes. La
filosofía nos ayuda a entender cuales fueron los pensamientos de los filósofos
de la Antigüedad, los cuales ayudaron a fundamentar la actual sociedad, tanto
en educación, como política, economía, ciencia... entre otras muchas cosas.
Unamuno dijo una vez, que la cultura de un país es lo que se aprende en el
bachillerato. Subjetivamente, pienso que si solo te obcecas en aprender una
cosa como son las matemáticas, no conocerás el placer de lo que es una
buena poesía, de conocer la historia no solo de tu propio país sino la del
mundo, la de la Tierra o la del universo, no conocerás las ideologías antiguas,
sus formas de pensar de la época y creo que sin conocer la historia no puedes
permitirte elegir en política por un bando u otro. Para poder elegir algo debes
conocer que pasó con ese “algo” antes.

“¿Es posible imaginar a un hombre culto en nuestro tiempo sin haberse


asomado, con el rigor que proporciona el estudio de una disciplina, a los
grandes pensadores, desde Sócrates hasta nuestro Ortega, que han
conformado las ideas que están en la base de nuestra comprensión del
mundo?” - Pregunta Eugenio Nasarre, vicepresidente de la Comisión de
Educación en el Congreso de los diputados.

Pues no, para mí, personalmente, es imposible. La filosofía tiene que formar
parte de nuestras vidas,aunque a veces nos resulte algo pesada, pero
consigues hasta una cierta satisfacción y orgullo cuando entiendes lo que han
conseguido en nuestra época al escribir todo lo que escribieron exponiendo sus
ideologías. Las humanidades y la filosofía son la base de la cultura y de la
civilización, lo que nos distingue de meros robots. Nos permiten desarrollar,
entre otras cosas, aquellas cualidades fundamentales para crear una nación y
garantizar la convivencia democrática en una sociedad.

En conclusión, creo que nos deberíamos dejar de reformas educativas,


fomentar una educación pública y rica en valores, que no excluya a nadie y
sobretodo que no excluya asignaturas que ayuden a enriquecer nuestra cultura
y ayuden a formarnos como personas maduras que sepan apreciar su historia,
su lenguaje, su cultura, su arte, sus figuras más importantes, no dejando de
ladola educación científica, la cual se esconde detrás de todo. No debemos
abandonar ningún campo de la educación y valorar todas las disciplinas, ya
que sin ellas no seríamos seres humanos con cabeza, sino seres inertes que
se ciñen a órdenes públicos que conducen a las masas.

Si tuviese que mandar un mensaje a los estudiantes que empiezan la


secundaria o actuales de bachillerato o estudios superiores, les diría que las
salidas profesionales de las artes, humanidades y ciencias no se basan en el
dinero que vayas a ganar en un futuro trabajo, sino en la felicidad, en el placer
y satisfacción que consigues al acabar tus estudios y cumplir tus sueños. No
todo en esta vida se basa en el dinero.

Para acabar, sólo decir que aunque nos quiten la filosofía como asignatura
obligatoria, aunque nos intenten meter en nuestras cabezas falsos valores,
pasemos por cuatrocientas reformas educativas u hombres con traje nos roben
el dinero de nuestra educación, que no nos quiten nuestros sueños ni los
valores que nos han enseñado a cada uno de nosotros en nuestras casas.
Luchemos por las artes, por las humanidades, la filosofía, las ciencias.
Luchemos por lo que es nuestro, por nuestra educación y nuestro futuro.
Simplemente, luchemos.

También podría gustarte