Meditación Escrita

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Meditación guiada escrita

Si ya estás en una posición comoda relajas las manos, entonces ya es el momento de


comenzar con esta meditación guiada escrita gratis.

Parte 1. Fase de relajación


Empieza tomando una larga y profunda respiración que aguantaras unos instantes
para seguidamente expulsar el aire lentamente.
Realiza esta respiración hasta cuatros veces y relaja la postura de una manera gradual.
En este justo momento ya deberías estar entrando en un estado de relajación, de no
ser así continua cuatro veces más.
Seguidamente la respiración debe ser lenta y suave.
Siente poco a poco la relajación y relájate.
Ahora haz conscientemente la parte más alta de tu cabeza
Desde la parte superior de la cabeza comienza extendiendo esta relajación hacia
abajo, relaja el ceño, los ojos, la boca hasta las cervicales.
Todos los músculos de la frente deben relajarse. Los ojos también se tienen que
relajar, como si estuvieras a punto de dormir.
No ofrezcan resistencia ni con los ojos, ni mejillas, deja que se relajen poco a poco y
de una consciente.
Desde la parte del cuello debes sentir como va descendiendo el estado de relajación.
Continuamos con el cuello donde cada musculo debes permitir que se relaje.
Ahora debe fluir una sensación de paz interior que debe descender como el cauce de
un rio por el cuello hasta llegar a los músculos de los hombros.
Relaja los hombres, aleja cualquier tipo de tensión.
Respira profundamente y siente como esa relajación circula por tus brazos, pasando
por el codo, la muñeca hasta llegar a las puntas de los dedos.
Poco a poco tu cuerpo se relaja y siente como pierde fuerza de gravedad, como si
entrarás en una nube blanco rodeada de un cielo azulado.
Continuamos con una respiración profunda y nota como desciende ahora hacia el
pecho y seguidamente pasa por la zona abdominal.
En la zona abdominal exactamente en la parte del estómago debes apreciar cómo se
eleva y desciende de una manera suave mientras mantienes una respiración profunda.
Además, paralelamente debes sentir esa misma sensación como recorre espalda hacia
abajo.
Llegamos a la cadera y en este instante debes relajar primero la cadera para ir
descendiendo poco a poco, pero sin perder el control de la respiración profunda.
Seguidamente siente como se relajan tus rodillas y pantorrillas hasta llegar a los
tobillos.
Ya por último llegamos a la última parte del cuerpo, los dedos de los pies.
En este instante todo tu cuerpo debe estar relajado a nivel físico.
Después de esto, debes exhalar aire fresco y tomate tu tiempo para pasar a la parte 2,
la cual no debes pasar si no has conseguido la relajación necesaria.

Parte 2. Viaje interior


El cuerpo ya está perfectamente relajado, ahora toca comenzar el pequeño viaje
transcendental de tu interior.
Imagínate de pie, en medio de una densa niebla que no deja ver absolutamente nada de lo
que existe a tu alrededor.
Solo sientes un pequeño escalofrío, pero sin sensación ni de frio ni de calor. Es como si el
reloj se hubiera parado. Te invade un importante olor a humedad.
Pero justo en este momento es cuando el sol comienza a dejarse ver.
Los primeros rayos de sol atraviesan la densa niebla que poco a poco comienza a
desaparecer.
Es entonces cuando el calor empieza a recorrer poco a poco todo tu cuerpo,
empezando desde los pies, y subiendo por todo tu cuerpo hasta la punta de la cabeza.
Poco a poco vas notando como sube tu temperatura corporal.
Por otro lado, empieza a chocar una agradable brisa contra todo tu cuerpo.
Y empiezas a escuchar el sonido del aire mientras masajea tu cara suavemente.
Ahora si puedes ver lo que tienes a tu alrededor, es un prado verde que se acaba al
principio de una zona boscosa.
No puedes evitar empezar a caminar poco a poco hacia esa zona boscosa llena de
árboles.
Ya en el bosque te dispones adentrarte poco a poco en él.
Caminas sin calzado por lo que puedes sentir cada una de las ramas caídas de los
árboles.
Es un camino de paz plena y segura con el resguardo de los árboles.
Poco a poco caminas adentrándote más en el bosque hasta que llegas a un punto en
que la arbolada de acaba.
Ante ti se encuentra un rio de agua cristalina, en el agua, un gran tronco de un árbol
caído.
En ese instante subes sobre el tronco el cual debido a tu peso comienza a navegar rio
abajo como una hoja del árbol.
Relájate y déjate llevar por las corrientes del rio como si fueras una hoja.
Encima del tronco a la deriva, sin rumbo, simplemente guiado por el aire y las
corrientes del agua
El ruido del agua y la brisa de aire que chocan contra tu cuerpo te induce a una
profunda relajación y te viene a la memoria en olor del aire fresco.
Por otro lado, el sol está empezando a calentar tu cuerpo y sientes como tu mente está
despejada.
Rodeado de agua en todas las direcciones, pero ante ti vas apreciando como te
acercas a una zona de aguas tranquilas y prácticamente estancada.
El tronco comienza a navegar más lentamente y suavemente choca contra la orilla.
Llegaste al final del camino.
Tomate un momento para poder apreciar la imagen que tienes ante ti.
Un lugar de belleza exótica.
Aves exóticas que cantan y vuelan de árbol en árbol, de vivos colores.
El sonido del aire se convierte en música celestial.
Y un olor a bosque invade absolutamente todo tu olfato.
Aquí, justo en este lugar e instante estás libre de cualquier pasado, así como cualquier
pensamiento del futuro.
Un lugar donde solo se ve, respira y huele a paz, todos tus sentidos tienen la misma
sensación.
Observando el agua totalmente parada y cristalina ves como una escalera con tan solo
tres escalones está situada bajo ti, en el agua.
Tu curiosidad te obliga a bajar del tronco para descender por las escaleras situadas
bajo el agua.
Conforme bajas el primer escalón notas como ya no se oye la brisa del aire.
El aire ha desaparecido, como si alguien lo hubiese apagado.
Bajas el segundo escalón y ya no hueles a nada, perdiste totalmente el sentido del
olfato.
Y ya bajando al tercer y último escalón tu visión del paisaje exótico desaparece por
completo.
Ahora te sientas en un estado profundo de relajación donde no tienes ningún tipo de
pensamiento.
Sin olores, ni sonidos, ni visión, tu mente comienza a volver a la realizad.
Enfócate en la respiración profunda y ve tomando consciencia tanto de tu cuerpo
físico, como del entorno que te rodea.
Ahora tomate tu tiempo para volver a conectar con la realidad y cuando creas
oportuno abre los ojos y descansa 5 minutos.

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