Universidad Del Azuay
Universidad Del Azuay
Universidad Del Azuay
Escuela de Derecho
Cuenca – Ecuador
2019
DEDICATORIA:
ii
AGRADECIMIENTO:
iii
ÍNDICE
DEDICATORIA: .............................................................................................................. ii
AGRADECIMIENTO: .................................................................................................... iii
ÍNDICE ............................................................................................................................ iv
RESUMEN ...................................................................................................................... vi
ABSTRACT.................................................................................................................... vii
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1
iv
CAPÍTULO III: ESTUDIO CRÍTICO DEL SISTEMA ACTUAL REFERENTE A
LA CONTINUACIÓN DE LA PERSONA DEL CAUSANTE COMO BASE PARA
UNA POSIBLE REFORMA LEGAL ......................................................................... 50
3.1 Concepción del sistema de la continuación de la personalidad jurídica del causante
y responsabilidad ultra vires haereditatis en el derecho sucesorio ecuatoriano. ......... 50
3.2 Propuesta: Reforma al sistema de la continuación de la personalidad jurídica del
causante en el sistema sucesorio ecuatoriano.............................................................. 77
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 91
RECOMENDACIONES ................................................................................................. 93
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 95
v
RESUMEN
El presente trabajo de investigación tiene por objeto realizar un análisis crítico respecto
al sistema de la continuación de la personalidad jurídica del causante y la responsabilidad
ilimitada o ultra vires haereditatis que asumen los sucesores. Para ello, se considerará
varias concepciones y planteamientos formulados por juristas y legislaciones tanto en el
sistema tradicional como en el sistema actual. De esta manera, se podrá determinar cuál
es la noción o inclinación que debería optar nuestro sistema jurídico ecuatoriano respecto
al tema.
En virtud de los criterios que se expongan en este trabajo y tomando como referencia
varias disposiciones legales establecidas en otros ordenamientos jurídicos extranjeros se
propondrá una posible o eventual reforma en el derecho sucesorio ecuatoriano.
vi
ABSTRACT
vii
INTRODUCCIÓN
Por otra parte, se establecen ciertas excepciones a este principio, figuras jurídicas o
mecanismos que permiten precautelar intereses tanto de los herederos como de acreedores
del causante generando una protección contra el peligro de herencias ruinosas e
insolventes e impidiendo la confusión de patrimonios de esta manera, se reconoce el
1
beneficio de inventario y el beneficio de separación de patrimonios, figuras que se
encuentran reguladas en varias legislaciones y de igual manera se encuentran planteadas
en nuestro ordenamiento jurídico ecuatoriano.
En relación a los antecedentes planteados, se puede indicar que la idea central de este
trabajo, es plantear un análisis crítico del sistema actual referente a la continuación de la
personalidad jurídica del causante como base para una posible reforma legal, para lo cual
será necesario realizar un estudio comparativo de este sistema y su relación con la
responsabilidad que acarrea la transmisión de bienes, estableciendo los alcances y límites
del mismo por ello, se tomará como base varios puntos de vista planteados por
doctrinarios y juristas de tal manera, que se podrá encontrar cuál es la verdadera
inclinación que tiene nuestro sistema respecto a este tema, en razón que ha ido
evolucionando con el transcurso del tiempo y en el que se concibe de una forma diferente.
Nuestro sistema jurídico no plantea referencia alguna sobre el tema, para plantear la
posible reforma a nuestro código civil se tomará como referencia la regulación actual que
se establece en varios ordenamientos jurídicos extranjeros y en la que se podría
incorporar ciertas disposiciones legales de estos sistemas a nuestro ordenamiento jurídico
ecuatoriano así, se adoptaría un sistema actual que es el de la sucesión en los bienes y por
ende considerar adoptar un procedimiento de distribución, administración y liquidación
del patrimonio hereditario.
2
CAPÍTULO I: EL PRINCIPIO DE LA CONTINUACIÓN
DE LA PERSONA DEL CAUSANTE
3
Partiendo de la familia agnaticia-patriarcal, es decir, una organización familiar cuyo pilar
fundamental era la religión y la moral, su parentesco estaba fundado sobre la autoridad
paternal y conformada por los padres e hijos nacidos de un matrimonio legítimo, es
pertinente aclarar que se establecía una relación entre padre-hijo o conformada por
individuos adoptados por el pater, es decir, una relación señor-esclavo. Al fallecer el
paterfamilias, se producía una ocupación inmediata de su lugar por parte del heredero
para que así, el culto familiar no se interrumpiese ya que éste era su fundamento y se
asegura la continuidad de las funciones sacerdotales que ejercía el jefe de familia pero, el
traspaso patrimonial o de bienes de carácter económico era solamente una consecuencia
de las relaciones personales. Sobre este aspecto el autor Arturo Valencia Zea en su libro
“Derecho Civil Sucesiones” nos dice: “La adquisición del patrimonio no era, pues el fin
principal y directo de la sucesión hereditaria, sino la consecuencia y efecto de la
transmisión de aquella soberanía”. (Valencia Zea, 1970, pág. 10)
Es así que desde tiempos más remotos el heredero al ocupar el lugar del causante tenía a
su cargo el culto privado (sacra privata) y el derecho sobre los sepulcros (jura
sepulchrorum) de esta manera el autor Italiano Pedro Bonfante al respecto señala que:
“El heredero no es un adquiriente patrimonial, sino un sucesor en la potestad tendida
por el paterfamilias, transmitiendo una soberanía que comprende el culto, la sacra y el
sepulcro, esto, es el culto a los antepasados y el mantenimiento de la personalidad de la
familia”. (Bonfante, 1979, pág. 554)
Según la creencia romanista al desaparecer una persona todas sus relaciones personales y
jurídicas continuaban influyendo aún después de su muerte, y en virtud del derecho
hereditario eso seguía perdurando por lo tanto los herederos son los llamados a continuar
los atributos esenciales de la personalidad del difunto. Por ello, las consecuencias más
relevantes de esta concepción romanista son:
4
- Una vez que el heredero adquiere la calidad de sucesor, no puede perderse y por
lo tanto se considera irrevocable.
5
compromisos, responsabilidades y consecuencias son de índole personal. Se deja de lado
la idea de que el heredero; es continuador de la personalidad del causante y considera al
heredero como sucesor en los bienes; en consecuencia todo el patrimonio hereditario
como entidad pasa a la sucesión así, adquiere una masa de bienes, un patrimonio distinto
al suyo, en el mismo estado que tenía el causante y en el caso de existir deudas, el sucesor
los va a satisfacer con los bienes que reciba, y una vez satisfecha, si queda un remanente,
éste entra a su patrimonio personal. Esta concepción se funda en una relación crediticia,
donde en caso de muerte del deudor, el patrimonio de éste continuaba siendo la garantía
de sus acreedores; quienes podrían hacer efectivos sus créditos sobre el mismo sin que
sea necesario que el heredero responda con sus bienes personales, es decir, adquiere una
responsabilidad limitada o conocida como responsabilidad intra vires haereditatis. Se
configura una forma de adquisición donde el heredero es a la vez titular activo (derechos
y deberes) y también titular pasivo (deudas) que comprende el patrimonio, surgen
entonces para el autor, Juan Faustino Domínguez Reyes en su libro “Transmisión de la
Herencia” “una equiparación sucesión-adquisición”. Partiendo de esta concepción se
originan ciertos aspectos como que el heredero no es deudor de las deudas que el causante
contrajo en vida, sino que recibe bienes afectados con el gravamen, por lo tanto, las
relaciones jurídicas del causante que tuvo en vida no se transmite al heredero.
El hecho de que el sistema germano haya acogido por primera vez el principio de la
sucesión en los bienes, ha dado lugar a que varias legislaciones del mundo opten por este
principio, considerando lo más factible y adecuado de acuerdo a la época; así tenemos,
por ejemplo que este principio lo encontramos en el Código Alemán, que considera a la
sucesión como una masa autónoma, patrimonio distinto y separado del patrimonio
personal de los herederos, también; se encuentra regulado en el Código Civil Mexicano,
Código Civil de Brasil, de Perú, Costa rica, Argentina entre otros.
6
es propio a las concepciones del pasado y en la que actualmente una sucesión en los bienes
es la que prevalecerá.
7
Antonio Arias Bonet genera dos efectos en el campo del derecho sucesorio que son: “1.
El de la confusión hereditaria, quedan extinguidas cuantas relaciones jurídicas mediasen
entre ambos y; 2. El de la responsabilidad del heredero por las obligaciones del difunto,
no solo con el patrimonio dejado por éste, sino con el propio del heredero ilimitadamente
(ultra vires haereditatis)”. (Arias Ramos & Arias Bonet, 1986, pág. 902)
El segundo efecto, que hace referencia a la responsabilidad del heredero, éste tendrá o
bien sea una responsabilidad hereditaria; es decir, aquellas obligaciones y deberes que el
causante las adquirió en vida, y en virtud del cual le corresponden continuar al heredero
o adquirirá una responsabilidad testamentaria, donde es el testador el que establece en su
testamento que generalmente hará mención a disposiciones particulares (legados),
consecuentemente el heredero queda colocado en la misma situación que el causante
mantuvo en vida.
8
En el derecho moderno de igual manera se han mantenido estas excepciones como lo
indican los autores Ramón Domínguez Benavente y Ramón Domínguez Águila que su
obra “Derecho Sucesorio” nos dicen que: “La adquisición del activo y la obligación del
pasivo se detienen allí donde el sucesor se enfrenta a un derecho personalísimo o a un
bien extrapatrimonial del causante, aunque debe hacerse la salvedad que, algunos
también pasan al sucesor”. (Domínguez Benavente & Domínguez Águila, 1990, pág. 32)
Por lo que, se establecen ciertos derechos de carácter patrimonial; es decir, que tienen una
connotación económica que se extinguen con la muerte del causante y por lo tanto, no se
transmiten a sus herederos dependiendo si su naturaleza es real o personal. Respecto de
los derechos reales, que son transmisibles por herencia, que es la facultad que ejerce una
persona sobre una cosa para obtener un beneficio del mismo, como por ejemplo: prenda,
hipoteca, servidumbre, anticrecis, pero; sí existen otros derechos que se extinguen con la
muerte del titular como son: el usufructo, uso y habitación que no se transmiten. En cuanto
a los derechos personales, en principio son transmisibles hereditariamente pero, es
necesario indicar que existen ciertos derechos personales que al nacer de contratos se
extinguen con la muerte y por lo tanto no se transmiten. Así, las obligaciones nacidas de
situaciones jurídicas distintas al contrato o relacionados con el hombre se transmiten
como: responsabilidad objetiva, los hechos ilícitos, la gestión de negocios, derechos de
crédito; por otra parte, existen los llamados contratos intuitu personae que nacen de la
confianza, capacidad o aptitud de la persona, como el mandato, el depósito que en esta
clase de contratos con la muerte del mandatario o depositario se genera una extinción de
derechos y consecuentemente no se transmitirá.
Por otra parte, también existen ciertas obligaciones que se encuentran vinculadas a la
persona del causante y por lo tanto son exclusivamente personales, en virtud del cual, no
se pueden transmitir como son las prestaciones contractuales, es decir, las que tienen que
ver con las relaciones de trabajo, obligaciones que se tiene como socio dentro de una
compañía o lo relacionado a prestaciones de alimentos donde el pago le corresponde de
forma directa al alimentante.
9
1.3 Concepción del sistema de la continuación de la persona del
causante: sistema tradicional y respecto a tendencias actuales
Sistema tradicional.-
Por esta razón se expone una doctrina denominada “subjetiva” respecto al patrimonio.
Esta doctrina clásica o subjetiva encuentra su fundamento en los principios invocados en
la Revolución Francesa de 1789, que en virtud del principio de libertad individual, nace
la necesidad y el derecho de cada individuo a ostentar derechos inherentes a su condición
de ser humano; de esta manera se reconoce la posibilidad de que una persona conserve su
soberanía individual frente a la arbitrariedad del Estado; a las limitaciones del régimen
feudal de la propiedad y al sistema de las corporaciones medievales; el ser humano, por
lo tanto busca una voluntad soberana y un derecho de propiedad inviolable. El autor
Gonzalo Figueroa Yánez en su libro “El Patrimonio” expone que: “La universalidad de
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los bienes sobre los cuales el individuo ejercer propiedad, constituye patrimonio, esfera
externa de la libertad individual”. (Figueroa Yánez, 1997, pág. 29)
La teoría formulada por Aubry y Rau donde exponen que el patrimonio es una aptitud
jurídica que tiene toda persona por el hecho de ser tal, es un atributo de la personalidad,
y que consecuentemente llega a confundirse con la capacidad de goce. Si esta aptitud
jurídica llega a actualizarse y el titular llega a tener bienes y deudas, manifiestan que
existe patrimonio en acto, pero si permanece como mera aptitud jurídica se habla más
bien de capacidad de goce, que es un patrimonio en potencia. De esta manera concluye el
autor antes mencionado que: “El patrimonio, siendo, en su más alta expresión, la
personalidad misma del hombre en relación con los objetos exteriores sobre los cuales
puede o podrá ejercer derecho, comprende no sólo in actu los bienes ya adquiridos, sino
in potentia los bienes por adquirir”. (Figueroa Yánez, 1997, pág. 28)
La doctrina subjetiva permite explicar una institución jurídica de gran importancia dentro
de este estudio que es la de la herencia o sucesión por causa de muerte a título universal,
donde el heredero sucede al difunto en la totalidad o universalidad de su patrimonio o en
una cuota de la misma, es decir lo sucede en: bienes, derechos y obligaciones
transmisibles o una parte de ellos así, el sucesor está obligado a las cargas hereditarias y
testamentarias. En relación a lo expuesto el autor Gonzalo Figueroa Yánez en su obra
menciona a los autores Aubry y Rau, quienes exponen que: “El conjunto de bienes de
una persona no pierde por su muerte el carácter de universalidad jurídica. Es con este
carácter que esos bienes se transmite, bajo el nombre de “herencia” a los que son
llamados, por la ley o por la voluntad del difunto, a recogerlos en su totalidad o
solamente en una parte alícuota”. (Figueroa Yánez, 1997, pág. 29)
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Sin embargo, con el transcurso del tiempo y con el aporte de otros jurisconsultos, la teoría
de Aubry y Rau empezó a generar ciertas críticas, especialmente en cuanto a la unidad e
indivisibilidad del patrimonio, característica que los autores clásicos hacían derivar de la
unidad e indivisibilidad de la persona del titular. De esta manera, surgen ciertos aspectos
considerados como excepciones y que no están dentro de la regla general de unidad e
indivisibilidad del patrimonio, por lo tanto, entre las excepciones se exponen:
b) Los bienes del ausente y los bienes de que está por nacer, que aparentemente
carecen temporalmente de titular.
Pese a las críticas generadas a la teoría expuesta por Aubry y Rau, sigue
manteniéndose esta doctrina e inclusive siguen esta línea de pensamiento autores como
Bonnecasse, Planiol y Ripert, Robert Gary, Colin y Capitant entre otros, que conciben a
el patrimonio como una emanación de la personalidad siendo así, indisoluble
considerando que no puede concebirse su transmisión a los herederos, sino mediante la
ficción de que estos continúan la persona del fallecido.
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testamento por medio de las disposiciones testamentarias, aunque el total de esas deudas
sobrepase el monto de lo que se recibe pero, no solamente se da lugar a una
responsabilidad ultra vires, sino que se invocan razones de orden moral por el cual los
autores Ramón Domínguez Benavente y Ramón Domínguez Águila al respecto nos dicen
que: “Se aducen razones morales, ya que ella fortalece la solidaridad poniendo de cargo
de los herederos, particularmente los descendientes, el deber moral elevado a la
categoría jurídica, de hacer honor a la memoria del difunto, pagando las obligaciones
de éste”. (Domínguez Benavente & Domínguez Águila, 1990, pág. 30)
Sistema Actual.-
Por otra parte, la tendencia actual que se sigue manteniendo, parte de que la doctrina
clásica que establece que el heredero es el continuador de la persona del causante se ha
mantenido y ha perdurado a lo largo de los años, sin embargo, con el transcurso del tiempo
se han establecido críticas respecto a que el heredero ocupa el lugar del difunto y por lo
tanto lo continúa en su personalidad llegando así; a la conclusión de que con la muerte
cesa y se extingue la personalidad jurídica, y que lo que realmente subsiste es el
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patrimonio, como algo material y con una connotación de carácter económico, siendo lo
más adecuado y de acuerdo a nuestro tiempo mencionar que el sucesor lo continúa en la
personalidad patrimonial del causante o existe una sucesión en los bienes, que es la
teoría que actualmente se sostiene, es decir, que el sucesor lo continúa en sus bienes mas
no en su persona. El catedrático Rafael Rojina Villegas en su libro “Derecho Civil
Mexicano” menciona que: “El heredero como un causahabiente a título universal,
responde la finalidad económica de que la muerte no cause transtornos perjudicando a
todos aquellos terceros que han entrado en relación jurídica con el difunto”. (Rojina
Villegas, 1985, pág. 72)
Así, el heredero recibirá todo el patrimonio herencial o parte alícuota del mismo, siendo,
un titular en su propio nombre y al momento de la muerte del causante se convertirá en
sujeto activo o pasivo de las relaciones patrimoniales del testador sin importar, de ser el
caso a pesar de la transmisión del pasivo hereditario sin activo, el heredero sería un
continuador del patrimonio como entidad y un causahabiente a título universal.
Es necesario además, indicar que el sistema germano estableció por primera vez el criterio
de la sucesión en lo bienes, donde el heredero al recibirlas pagaba las deudas y satisfecho
ello; en el caso de existir un excedente lo tomaba para sí mismo, donde no había confusión
de patrimonios y no contraía responsabilidad personal alguna; de esta manera el heredero
respondia intra vires, es decir, solo con los bienes recibidos y no con su propio
patrimonio. Por otra parte, los acreedores del causante sólo podrían cobrar sus respectivos
créditos hasta donde lo permitiera el activo del patrimonio transmitido y el heredero no
recibía un activo y pasivo sino un remanente. En definitiva, se puede indicar que el
heredero es un liquidador del patrimonio del causante: paga sus deudas con los bienes
que recibe y el saldo se divide entre los coherederos.
Este sistema como se analiza es muy diferente a lo que establece el sistema romano por
el cual, se manifiestan varios criterios que están de acuerdo con esta forma de suceder,
uno de los criterios a favor es la de el comentarista del Código de Napoleón, Charles-
Buenaventure-Marie Toullier que para él, la sucesión en los bienes es un principio
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“fundado en la razón y en la equidad”, sosteniendo que no es equitativo que si el causante
en vida no podía dar a sus acreedores más de lo que tenía; después de muerto pueda darles
más, aumentando el activo de su patrimonio con el de su heredero.
Respecto a los legatarios, es decir, aquellos individuos que suceden en una o más especies
o cuerpos ciertos o en una o más especies indeterminadas de tal género (asignación a
título singular), su responsabilidad incluye estar obligados al pago de deudas hereditarias
pero, no los convierte en herederos ni mucho menos son continuadores del causante;
simplemente responderá por las obligaciones que establezca el legado o el monto del
beneficio recibido, no responde de las deudas sino cuando se le haya impuesto
expresamente la obligación, a través del testamento, por excepción el legatario responde
por las deudas hereditarias en subsidio de los herederos, su responsabilidad se extiende,
al monto del legado.
Por otra parte, los herederos responden más allá de las fuerzas de la herencia, es decir, es
responsable de las deudas que el difunto tenía en vida o de las deudas hereditarias y de
las que resultan del testamento mismo o deudas testamentarias. Representa a la persona
del difunto, jurídicamente se identifican, sus patrimonios se confunden, salvo que se
ampare en el beneficio de inventario o los acreedores soliciten el beneficio de separación.
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1.4 Críticas al sistema de la continuación de la personalidad del causante
La continuidad del sucesor se centra en que las relaciones jurídicas de una persona
no se extinguen a su muerte, sino que se transmite a otros que ocupan el lugar del difunto.
En la esfera jurídica: situaciones sociales, políticas y económicas imponen que para
seguridad de los créditos, para conservación y el incremento de la riqueza, las relaciones
de una persona sobrevivan a su muerte que como titular del patrimonio de la persona que
muere transmita a otra que sea como continuadora de la personalidad del difunto. En
virtud de los expuesto, el autor Roberto de Ruggiero manifiesta lo siguiente: “El derecho
hereditario, alla su fundamento racional en la necesidad de que la muerte no rompa las
relaciones de quien deja de existir, pues la interrupción de tales relaciones repercutiría
perjudicialmente en la economía general”. (Ruggiero, 1931, pág. 971)
Así, el deber moral que tenían los hijos en la época clásica de responder por el difunto no
puede elevarse al rango de deber jurídico, menos cuando los hijos adquieren una
personalidad propia e independiente a la del causante. Sobre este aspecto los autores
Ramón Domínguez Benavente y Ramón Domínguez Águila al respecto exponen que: “La
idea de la continuidad es, técnicamente, una ficción, de modo que lo que está muerto no
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puede revivir, y la ficción, con ser un medio técnico, no puede elevarse a la categoría de
principio jurídico”. (Domínguez Benavente & Domínguez Águila, 1990, pág. 31)
Lo que realmente existe es una continuidad patrimonial a través del heredero, quién
recibe una universalidad patrimonial del difunto en calidad de entidad jurídica distinta de
sus elementos y a pesar de que se extingan ciertos derechos personales; se transmite el
patrimonio como universalidad jurídica al sucesor, es así que, el causante al desaparecer
su personalidad jurídica se extingue puesto que ésta presupone la existencia física de su
persona, que ha desaparecido. La personalidad jurídica corresponde a cada persona y
varía según cada individuo, por lo tanto, es de naturaleza personal e individual que
desaparece con la muerte del sujeto y como consecuencia de su muerte lo va a suceder en
un ámbito patrimonial como lo expone Aquiles Yorio que nos dice: “Quien sucede en el
carácter de heredero a una persona, no puede continuar la responsabilidad jurídica, en
la misma forma, sino que sustituye a la personalidad jurídico-patrimonial, o a la
personalidad económica”. (Yorio, 1942, pág. 55)
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Al concebir a la herencia como aquella masa o conjunto de bienes que tiene una naturaleza
de carácter económico, generando una continuidad patrimonial, garantizando una
estabilidad en el pacto de créditos, una firmeza en contratación y la regularidad en las
relaciones patrimoniales, ésta finalidad económica de la herencia se logra en el momento
en que el heredero es responsable de las obligaciones de la herencia y como titular de los
derechos reales y personales; de tal manera que con la muerte del causante no se debe
generar ningún tipo de perjuicio a terceros y mucho menos se genere una extinción o
modificación en las relaciones patrimoniales que se hubieren pactado con terceros, es así
que, con la muerte del testador se busca garantizar todas las relaciones activas y pasivas
que persisten con la muerte.
Otra crítica que surge respecto a este principio es que han surgido criterios por
varios doctrinarios que establecen que el heredero es un representante del difunto, esta
idea es considerada por algunos como una ficción pero, otros están de acuerdo en dicha
idea. Así, este criterio no ha traído unificación en la doctrina ya que depende de las
concepciones de cada autor.
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representación sin representado, consecuentemente Rafael Rojina Villegas concluye que:
“ La continuidad de las relaciones patrimoniales se explica considerando que el heredero
no es un representante del difunto, sino un causahabiente a título universal, y como tal,
adquiriente del conjunto de derechos patrimoniales”. (Rojina Villegas, 1985, pág. 72)
La representación se establece más bien para indicar la obligación que tiene el heredero
de cumplir con las obligaciones contraídas por el causante, por lo tanto, no existe una
representación propiamente así, según Gonzalo Figueroa Yánez: “La representación del
causante por los herederos, es una figura más simbólica que jurídica”. (Figueroa Yánez,
1997, pág. 473)
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CAPÍTULO II: LA RESPONSABILIDAD ULTRA VIRES
HAEREDITATIS
Se debe comprender que el patrimonio del causante está compuesto por activos y pasivos,
los activos comprenderán derechos y acciones, mientras que el pasivo está compuesto por
deberes y obligaciones así, se puede establecer que existe una gran diferencia entre estos
términos. Las deudas serán aquellas que el causante adquirió en vida, por lo tanto son
obligaciones transmisibles y están compuestas por bienes dando lugar a que el causante
ocupe una posición jurídica como deudor frente a sus acreedores, por otra parte, las cargas
surgen por la muerte del testador y constituyen un pasivo para los herederos.
Además, es indispensable establecer los sujetos que asumen responsabilidades por las
obligaciones que tuvo el causante, por ello, tenemos elementos subjetivos que son los
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herederos y los legatarios, ambos sujetos presentan diferencias importantes en cuanto se
refiere a compromisos asumidos a raíz de la muerte del causante. Por un lado, el heredero
es un asignatario a título universal, es decir, que sucede en la totalidad de los bienes,
derechos y obligaciones que constituyen la herencia, los legatarios son asignatarios a
título singular que reciben una o más especies o cuerpos ciertos, o una o más especies
indeterminadas de cierto género, sin embargo, la diferencia esencial que se establece entre
ambos es que el heredero es responsable de las deudas que el causante adquirió en vida y
de las que resultan establecidas en el testamento pero, los legatarios si suceden en bienes,
derechos y no en obligaciones, es decir, no responden por las deudas sino por lo que se
haya impuesto expresamente, por lo tanto, no lo subrogan en cuanto a posiciones pasivas
del causante, de esta manera el profesor Guillermo Lohmann en su revista jurídica titulada
“Responsabilidad Patrimonial del Heredero” respecto al tema nos dice que: “El
heredero se sustituye en las posiciones jurídicas del causante, siempre hereda todas las
obligaciones que haya, mientras que el legatario, en cambio, es un simple adquiriente de
bienes a título de liberalidad”. (Lohmann, 2018, pág. 40)
21
que recibe forman una universalidad jurídica. En efecto, tomando ésta concepción se
puede indicar que la mayor parte de la doctrina y varios criterios opuestos establecidos
por doctrinarios se han pronunciado sobre este sistema, de esta manera, el autor José F.
Bidau, profesor de Derecho Civil cita al jurista Babiloni, quién mantiene su postura
respecto a la responsabilidad ultra vires expresando que: “Se justifica tal responsabilidad
como consecuencia de la aceptación de una herencia, que trae aparejadas las cargas que
la gravan. Quién no quiere tomarlas, puede fácilmente desprenderse de esa herencia
mediante su renuncia”. (Bidau, 2018, pág. 74)
El mencionado autor con el transcurso del tiempo y observando que dicho sistema va
perdiendo su aplicación, propone cambios o modificaciones que buscando generar
consecuencias menos perjudiciales para los herederos al momento de aceptar el
patrimonio heredado así, el profesor antes mencionado también cita a Saleilles quien
establece que: “Los principios que informan la responsabilidad ultra vires se explicaban
en el Derecho Romano y aún en el consuetudinario francés, pero que han perdido
vigencia en la actualidad, por lo que no se justifica su mantenimiento”. (Bidau, 2018,
pág. 73) Este autor instauró argumentos prácticos contra la aplicación de este sistema que
ha dado lugar a que se origine reformas legislativas en varios países que concebían como
regla general la responsabilidad ultra vires y se pase a una responsabilidad intra vires.
Por otra parte, la responsabilidad limitada tiene origen germánico donde se procede
por parte del heredero a liquidar la herencia del causante y lo que buscan los sucesores o
acreedores es conservar su patrimonio íntegro, sin que exista el temor de que pueda ser
disminuido. Por lo general, lo que sucede es que con la muerte del causante surge una
confusión de patrimonios y por ende que el heredero se vea cargado de deudas que
muchas de ellas no las adquirió y ahora le corresponde asumirlas así, se otorga cierta
libertad a los sujetos de derecho para que puedan limitar su responsabilidad pudiendo
optar por un lado los herederos por el beneficio de inventario, mientras que en el caso de
los acreedores les conviene optar por el beneficio de separación de patrimonios.
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Por consiguiente, las dos responsabilidades antes mencionadas dan lugar a
expresiones y significados diferentes pero, que buscan beneficios jurídicos tanto para los
sucesores como para los acreedores del difunto así, el autor Rafal Rojina Villegas
considera que: “Son expresiones diferenciales y no sustanciales y de igual contenido y
fundamento jurídico”. (Rojina Villegas, 1985, pág. 542)
De esta manera, diversos sistemas jurídicos han adoptado por la responsabilidad ilimitada
en principio pero, también dan la posibilidad de que se adopte ciertos mecanismos legales
dando lugar a una responsabilidad limitada como por ejemplo podemos mencionar a:
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-Legislación Italiana: El heredero legítimo y el testamentario asumen un compromiso
de responder ilimitadamente por los bienes pero, al aceptar la herencia con beneficio de
inventario automáticamente asume un compromiso limitado.
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-Legislación Alemana: Parte del sistema clásico que establece como regla general el
sistema de la responsabilidad ultra vires, el heredero en el caso de aceptar la herencia
asume una responsabilidad por todas las deudas y cargas no sólo con los bienes que
comprende el patrimonio total, sino también, con los suyos propios. Por otra parte, este
cuerpo normativo reglamenta ciertos procedimientos que permiten limitar la
responsabilidad del heredero (formación inventario) que deberá realizarse de acuerdo a
los requisitos que exige la ley pero, en el caso de que no lo realice responderá
ilimitadamente.
-Legislación de Portugal: El Código Civil de Portugal del año 1867 establece por
primera vez un límite a la responsabilidad del heredero, este cuerpo legal que en el caso
de que el sucesor acepte la herencia en su totalidad tiene que probar que no tiene bienes
suficientes para el pago de las deudas. En otras palabras, la responsabilidad del heredero
se limita a los bienes heredados pero, si no aceptó con beneficio de inventario debe probar
que los bienes no alcanzan para cubrir las deudas.
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-Legislación Mexicana: Su normativa de 1928, consagra la responsabilidad limitada,
regulando que la aceptación de la herencia no produce una confusión de bienes y que al
momento de aceptarla se presume aceptada con beneficio de inventario, aunque, no se
indique de forma expresa.
26
acreedores de la sucesión, prohibiéndoles de esta manera perseguir a los herederos
para el cobro de los créditos que adeuda el causante.
La crítica principal que se hace a esta doctrina es que se rechaza la idea de que el
patrimonio sea una universalidad jurídica y por ende, carente de unicidad ante todo,
considera al patrimonio como aquél que está conformado por elementos activos y que
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debe soportar los elementos pasivos así, los autores Álvaro Gamio y Santiago Castellan
en su revista de derecho de la Universidad de Montevideo titulado “Límites a la creación
voluntaria de patrimonios de afectación para la salvaguarda de bienes” sostienen que:
“No se puede hablar de unicidad, pues encontramos casos en que la persona se considera
como titular de patrimonios diversos (aceptación de herencia con beneficio de inventario,
separación de patrimonios)”. (Gamio & Castellan, pág. 150)
Se puede observar que se presenta en la práctica varios casos que nos muestran que no
existe indivisibilidad del patrimonio como se sostenía al principio, porque el patrimonio
herencial va a dividirse entre los sucesores. Tampoco existe inalienabilidad del
patrimonio ya que se permite la cesión o transmisión de la herencia por causa de muerte,
la autora Adriana Rojina García en su obra “Compendio de Derecho Civil II” establece
que: “Como el derecho positivo nos presenta casos que permiten la división del
patrimonio y su enajenación total, se inicia un movimiento que se apoya en dichas
excepciones a los principios generales enunciados”. (Rojina García, 1963, pág. 10) Otro
criterio opuesto que se hace a la doctrina presentada por Aubry y Rau es que se considera
al patrimonio como un conjunto de bienes destinados al cumplimiento de fines
determinados dando origen a una teoría moderna del patrimonio.
28
2.2.1 Beneficio de Inventario
El beneficio de inventario surge del principio de la sucesión en los bienes, por el cual el
heredero se opone a la confusión de patrimonios y no asumirá una responsabilidad por
las deudas hereditarias y testamentarias sino únicamente hasta la concurrencia del valor
total de los bienes que herede; su responsabilidad por lo tanto será intra vires, quedando
limitada a las fuerzas del caudal hereditario. Este beneficio nace de la posibilidad que
tiene el heredero de proteger su patrimonio, ya que al aceptar la herencia se vería obligado
a cancelar deudas que él no las ha contraído así, el autor Arturo Valencia Zea nos dice:
“No sería equitativo que el patrimonio personal del heredero, libre de gravámenes, se
confundiera o mezclara con el del de cujus y que su responsabilidad quedará
comprometida en el mismo grado que la del causante”. (Valencia Zea, 1970, pág. 337)
29
2.2.1.1 Breve referencia a los antecedentes históricos del beneficio de
inventario y Noción
Así, se permitía al heredero no pagar las deudas de la sucesión, sino hasta el límite del
activo hereditario, bajo la condición de cumplir ciertas formalidades, generalmente no se
requería que se diera una declaración expresa por parte del heredero sino que simplemente
podía optar por el beneficio de inventario realizando un inventario de todos los bienes de
la sucesión que se lo practicaba ante un notario (tabularius), quién daba fe de los actos
públicos que se realizaban y detallaba el contenido de la herencia además, se realizaba
con presencia de los legatarios y fideicomisarios que se hallaban en el lugar y a falta de
ellos ante tres testigos que concluía con la firma (suscriptio) del heredero asegurando que
no se ha dejado de mencionar ningún bien. El inventario se lo realizaba dentro de un mes
contados a partir desde el momento en que el heredero tuvo conocimiento de la delación
(apertura de la sucesión) y concluía en el plazo de sesenta días desde que tuvo
conocimiento del mismo; el heredero declara que no ha separado bienes de la sucesión,
pero en el caso de que se probara que lo hizo se le sancionaba con la restitución del doble
del bien que se ha omitido.
30
El inventario además de tener como fin principal evitar la confusión de patrimonios,
generaba otros beneficios o ventajas al heredero, como lo indica el autor Alfredo Barros
Errazuriz en su libro titulado “Curso de Derecho Civil” indica que: “Los herederos
podrían, libertar sus bienes propios de toda responsabilidad con respecto de las deudas
del difunto, mantener su patrimonio sin confundirlo con el de su autor o causante, y
reclamar, como los demás acreedores, el pago de los créditos que tuviesen contra la
herencia” (Barros Errazuriz, 1931, pág. 339)
Por otra parte, con el inventario se permitía que el heredero únicamente fuera un
administrador de la herencia y que sea solamente responsable por las pérdidas y deterioros
que sufra el patrimonio herencial por su dolo o culpa grave; con el beneficio de inventario
el heredero tenía el derecho de retener de los legados y fideicomisos la parte
correspondiente a lo que se conocía como la cuarta Falcidia. La autora Nina Ponsa de la
Vega de Miguens en su publicación titulada “La aceptación de herencia con beneficio de
inventario en Roma y en la reforma última al Código Civil Argentino” menciona que:
“La confección del inventario es necesaria, para que el heredero tenga el goce pleno y
perfecto del derecho de herencia. En caso contrario el heredero responde ante los
acreedores, legatarios y fideicomisarios por la totalidad del monto y, por lo tanto, no
puede retener la cuarta Falcidia”. (Miguens, pág. 117)
31
quiera responder por las cargas que gravan la herencia en más del importe de ésta”.
(Rojina Villegas, 1985, pág. 480)
Por otra parte, el beneficio de inventario no se concede a cierto número de herederos sino
que todo heredero universal llamado a suceder tiene derecho a optar por esta garantía y
por lo tanto, no se admite que el causante puede negar a que el heredero lo adopte y por
consiguiente, se ha fijado positivamente en cuerpos normativos que no se le puede
prohibir al heredero optar por este mecanismo ya que si no se lo establece puede generar
varios conflictos como por ejemplo: en el caso de asignaciones testamentarias en el que
prima la voluntad del testador y éste pudiera restringir su adopción siendo necesario
establecerlo expresamente. Por lo tanto, puede adoptar el beneficio de inventario todo
aquél que tenga interés jurídico, es por esto que el autor Rafael Rojina Villegas considera
que: “Teóricamente en un sistema perfecto debería permitirse que el beneficio de
inventario se invoque por todo aquel que tenga interés jurídico y tienen interés jurídico
los herederos, los legatarios, los acreedores de la herencia y los acreedores personales
del heredero”. (Rojina Villegas, 1985, pág. 482)
32
Heredero: Al aceptar la herencia con beneficio de inventario anticipa evitar una confusión
de patrimonios y que terceros tengan garantía respecto al cumplimiento de lo que se
adeuda.
Legatario: En el momento de que tenga temor de que el patrimonio personal del heredero
sea insolvente, optará por el beneficio de inventario caso contrario el heredero podría
cubrir sus deudas personales con los bienes de la herencia.
Acreedores de la herencia: En el caso de que el heredero sea insolvente, para que los
acreedores personales no cobren sus créditos sobre los bienes de la herencia se debe
invocar el beneficio de inventario, dando lugar a que se separen las deudas hereditarias
de las deudas personales del heredero.
33
Sin embargo, cabe señalar que los legatarios no pueden acogerse a este beneficio en virtud
del cual éste es un sucesor en el bien que le asignó el causante y no es por lo tanto un
continuador de su personalidad y solamente podrá aceptar o repudiar los bienes legados.
Para que el beneficio de inventario opere es necesario que se cumpla ciertas condiciones
o requisitos que son los siguientes:
34
contrario, la aceptación será pura y simple, pues, el beneficio de inventario se presenta
como una excepción a la aceptación misma. Este criterio lo podemos encontrar
regulado en el Código Civil Ecuatoriano, expresamente en su artículo 1275 que
establece lo siguiente: “Todo heredero conserva la facultad de aceptar con beneficio
de inventario mientras no haya hecho acto de heredero”. (Código Civil Ecuatoriano,
2015, pág. 301)
Es preciso indicar además, que dicha aceptación requiere que esté precedido por la
formación de un inventario solemne, de esta manera se presume su intención de que
va a optar por el beneficio de inventario, caso contrario, se entenderá que si no existe
previamente un enlistamiento de bienes el sucesor será ilimitadamente responsable de
las deudas hereditarias y testamentarias.
35
▪ Facción de inventario solemne: Se puede aceptar la herencia con beneficio de
inventario llevando al interesado a la formación de un inventario para conocer el
contenido del patrimonio hereditario. Por consiguiente, el inventario es una figura
jurídica que se otorga a ciertos sujetos con la finalidad de conocer y determinar los
activos y pasivos del causante. Con el inventario, se detalla o enlista todos los bienes
dejados por el causante sin que pueda existir el ocultamiento de bienes por parte de
los herederos.
Otro de los objetivos que tiene el inventario, es que únicamente los bienes heredados
se reserven al pago de las deudas hereditarias quedando para el sucesor una
responsabilidad limitada, también con el inventario se busca que los acreedores
hereditarios tengan preferencia sobre los acreedores de los herederos para el cobro de
sus créditos.
36
señala que el inventario debe ser solemne no se menciona un plazo en que se debe
efectuar el mismo. Finalmente: el inventario tampoco se presenta como una
obligación que tiene el heredero de efectuarla sino más bien como una carga, por lo
que los autores Ludwing Enneccerus y Theodore Kipp mencionan que: “El heredero
no puede ser obligado a realizar el inventario, pero sino lo realiza a pesar de
habérsele señalado un plazo o si se hace culpable de infracciones perfectamente
concretadas contra el deber de veracidad en el inventario, su responsabilidad se hace
ilimitada”. (Enneccerus & Kipp, 1976, pág. 130)
▪ El inventario debe ser completo, fiel y exacto: Justiniano al establecer por primera
vez el beneficio de inventario y por ende la obligación de que debe ser solemne;
establecía que en éste se debe realizar una enumeración de los bienes y en el cual el
heredero ante un notario indicaba que no habrá fraude de su parte, de igual manera se
le concedían a los acreedores, legatarios y fideicomisarios la posibilidad de acudir
ante todos los medios legales en el caso que consideraran que los bienes establecidos
por el heredero no son los que ellos creyeren, y en el caso que se verificara que el
heredero hubiese ocultado algunos bienes se le sancionaba con el duplo de su valor,
éste aspecto lo menciona el autor Luis Claro Solar al establecer que: “El ocultamiento
de bienes de la herencia, si era hecho maliciosamente, es decir de mala fe y con
fraude, o de su substracción para disminuir el monto o cantidad de la herencia,
perjudicando a los acreedores hereditarios o testamentarios, eran, castigados con la
pena del duplo”. (Claro Solar, 2013, pág. 96)
Estas concepciones si bien son parte de la historia romanista y que han servido para
incorporarlas en varios ordenamientos jurídicos, es preciso indicar que cada
legislación actualmente establece sus propias sanciones en el caso de ocultamiento o
fraude de dichos bienes como por ejemplo el Código Civil Ecuatoriano, en su artículo
1279 indica que: “El heredero que en la formación del inventario omitiere de mala
fe hacer mención de cualquier parte de los bienes, por pequeña que sea, o supiere
deudas que no existen, no gozará el beneficio de inventario”. (Código Civil
Ecuatoriano, 2015, pág. 302)
37
Es por esto que al formar un inventario completo, solemne, exacto y fiel permite a los
interesados asegurar que todos los bienes del difunto serán utilizados para el pago de
sus créditos.
Se han planteado efectos generales que ocasiona el hecho que el heredero opte por el
beneficio de inventario en el momento de la aceptación de la herencia, efectos que se
indican a continuación:
38
La doctrina indica que el heredero beneficiario responde las deudas de la herencia
únicamente con el patrimonio herencial a lo que se denomina que su
responsabilidad es cum viribus, sin embargo, no se establece que el heredero debe
responder pro viribus, es decir, que es la obligación del heredero de responder
personalmente de las deudas hasta la concurrencia del activo de la sucesión.
El heredero será titular de los bienes de la herencia y podrá ser perseguido tanto
por los acreedores del difunto como por los acreedores del heredero pero,
solamente responderá con el valor de los bienes que se hayan practicado en el
inventario pero, siempre a beneficio de éste.
39
Pero al aceptar la herencia con beneficio de inventario esta confusión no se
produce, se limita la responsabilidad del heredero y por consiguiente en el caso
de que el heredero sea deudor del difunto, su deuda se considerará como un valor
en contra del difunto y formará el activo de la masa de bienes pero, en el caso de
que el heredero sea acreedor del difunto habrá que deducir su monto de la misma
masa de bienes; y la cantidad que resulte en cualquiera de las dos situaciones
determinaría la responsabilidad para con los otros acreedores de la sucesión. De
esta manera el doctrinario Luis Claro Solar concluye indicando que: “Si el
heredero era deudor o acreedor del difunto, su deuda o crédito tienen que seguir
figurando en la situación que jurídicamente corresponde a las calidades de
deudor y acreedor, como si se tratara de un extraño”. (Claro Solar, 2013, pág.
106)
40
Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 302) es decir, que el heredero beneficiario es
responsable por los bienes que se han incluido en el inventario y también por los
bienes que sobrevengan a la herencia y se incluyan al inventario.
El artículo 1281 del mismo cuerpo normativo menciona que: “Se hará asimismo
responsable de todos los créditos como si los hubiese efectivamente cobrado; sin
perjuicio de que para su descargo en el tiempo debido, justifique lo que sin culpa
suya haya dejado de cobrar, poniendo a disposición de los interesado las
acciones y títulos no pagados” (Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 302) así, en
el caso de que el heredero no haya cobrado los créditos, los acreedores pueden
demandar al heredero pero, este puede justificar que no ha podido cobrar sin su
culpa, y podrá otorgar acciones al interesado para que pueda cobrar el crédito.
Y por último, el artículo 1283 nos dice que: “El heredero beneficiario será
responsable hasta por culpa leve de la conservación de las especies o cuerpos
ciertos que se deban” (Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 302) que en otras
palabras, lo que nos quiere decir este artículo es que: la obligación que tiene el
heredero es de entregar determinadas especies o cuerpos ciertos a personas a
quienes el difunto los debiera pero, en el caso que el causante haya sido deudor al
ocupar su lugar el sucesor se convierte en deudor, por lo tanto, debe responder
igualmente. El sucesor debe emplear el cuidado en las especies o cuerpos ciertos
como lo hubiera empleado un buen padre de familia.
41
(deudas) y por lo tanto no puede cumplir con el pago a los acreedores del causante. De
esta manera, los acreedores hereditarios o testamentarios del difunto son los principales
interesados en evitar que tanto el patrimonio del causante como del heredero se confundan
y formen un solo patrimonio. Así, se concede un beneficio a los acreedores de la sucesión
que buscan generar una separación de patrimonios y también tener una garantía para el
pago de créditos con preferencia respecto de los acreedores del heredero así, de acuerdo
al criterio expuesto por la profesora de Derecho Romano Paula Domínguez en la Revista
Internacional de Derecho Romano “RIDROM” nos dice que: “Los acreedores
hereditarios declaran su voluntad de apartarse de la persona del heredero, optando, en
consecuencia, por mantener inalterada su posición como acreedores del finado”.
(Domínguez P. , 2011, pág. 233)
42
sucesor, y hasta se admitía que no podían hacerse pagar de los bienes de este último”.
(Colin & Capitant, 1949, pág. 377)
43
inventario que a consecuencia de la separación de bienes sí limita la responsabilidad del
heredero.
Cabe señalar, que este beneficio se lo considera como una excepción que pueden optar
los acreedores del causante en vista que la regla general es que se acepte la herencia pura
y simple generando así, que ambos patrimonios se confundan. A consecuencia de esta
regla los acreedores hereditarios, testamentarios y los acreedores del heredero acudirán
en igualdad de condiciones para hacer efectivo sus pagos pero, con la adopción de este
beneficio se concede una preferencia a los acreedores de la sucesión.
44
De igual manera, en nuestra legislación se ha incorporado este sistema así, en el código
civil específicamente en su artículo 1394 estipula que: “Los acreedores hereditarios y los
acreedores testamentarios podrán pedir que no se confundan los bienes del difunto con
los bienes del heredero; y en virtud de este beneficio de separación tendrán derecho a
que con los bienes del difunto se les cumplan las obligaciones hereditarias o
testamentarias, con preferencia a las deudas propias del heredero”. (Código Civil
Ecuatoriano, 2015, pág. 326)
Los requisitos necesarios para que opere el beneficio de separación van a diferir y
variar de acuerdo a cada legislación en virtud que cada sistema jurídico lo regula de forma
diferente y establece distintas condiciones que se requiere para cumplir con la finalidad
principal de este beneficio. Por consiguiente, no existe uniformidad en cuanto a los
requisitos que se necesita para que opere este sistema; podemos mencionar que como
ejemplo en ciertas legislaciones se establecen ciertos términos o plazos para poder ejercer
este beneficio a través de la interposición de una acción judicial, para la elaboración de
instrumentos públicos e inscripción ante la autoridad competente, además, para optar por
este sistema se da la opción o la posibilidad que los acreedores de la sucesión formen o
no un inventario estableciéndose no como una obligación.
45
Colombia, 2006, pág. 353) Esto de igual manera lo encontramos estipulado en el artículo
1385 del Código Civil Chileno.
a) El artículo 1395 del Código Civil Ecuatoriano señala que: “Para poder pedir el
beneficio de separación no es necesario que lo que se deba sea inmediatamente exigible.
Basta que se deba a día cierto o bajo condición”. (Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág.
327)
b) Que el crédito no haya prescrito, esto se encuentra estipulado en el artículo 1396 del
Código Civil de Ecuador que indica: “El derecho de cada acreedor a pedir el beneficio
de separación subsiste mientras no haya prescrito su crédito…”. (Código Civil
Ecuatoriano, 2015, pág. 327)
c) Que el heredero sea deudor de los acreedores de la sucesión, es decir, que una vez se
acepta la herencia lleva consigo la confusión de patrimonios y por ende los acreedores de
la sucesión reconocen como sujeto pasivo de los créditos de la masa herencial al heredero
así, el autor José García Ramírez en su publicación expone lo siguiente: “Es obvio que la
condición de titular de las deudas hereditarias la asume el heredero por el simple hecho
de haber aceptado la herencia y con absoluta independencia de cuál sea la voluntad de
los acreedores”. (García Ramírez, 2007)
Por otro lado, el artículo 1396 del Código Civil establece que el beneficio de separación
no tendrá lugar: “1. Cuando el acreedor ha reconocido al heredero por deudor,
aceptando un pagaré, fianza, prenda o hipoteca de dicho heredero, o un pago parcial de
la deuda; 2. Cuando los bienes de la sucesión han salido ya de manos del heredero, o se
46
han confundido con los bienes de éste, de manera que no sea posible reconocerlos”.
(Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 327)
d) Que el heredero carezca de medios propios para cumplir sus obligaciones, no cuente
con recursos de carácter económico que le permitan solventar sus obligaciones, es decir,
que sea insolvente, esto se ha concebido desde la época romanista donde la insolvencia
del heredero ha sido objeto de discusiones. La insolvencia en algunos casos se
consideraba como presupuesto para que se pueda optar por el beneficio de separación
pero, existen otros criterios que manifiestan que la insolvencia no era un requisito para
conceder el beneficio de separación, porque ésta debía ser valorada por el pretor
discrecionalmente y solo lo concedía si existía riesgo de impago a los acreedores del
difunto
47
▪ Se origina un derecho de prelación en favor de los acreedores de la sucesión.-
Los acreedores hereditarios y testamentarios gozan de un derecho de preferencia
para que los bienes que componen la masa herencial se destinen exclusivamente
al pago de sus créditos. De esta manera, los acreedores de la sucesión tendrán la
seguridad que se va a cancelar con preferencia a ellos antes que a los acreedores
personales del heredero. El autor Alfredo Barros Errazuriz respecto a lo
mencionado nos dice que: “Lo que caracteriza propiamente al beneficio de
separación es la preferencia concedida a los acreedores del difunto para pagarse
antes que los acreedores personales del heredero, con los bienes de la herencia”.
(Barros Errazuriz, 1931, pág. 407)
48
▪ Efectos respecto a los acreedores personales del heredero: Si los acreedores de
la sucesión, que se han acogido a este beneficio, persiguen el pago de sus créditos
sobre los bienes que integran el patrimonio del heredero; los acreedores
personales del heredero podrán oponerse a dicho pago hasta que se les pague la
totalidad de los créditos. Sin embargo, existe una especie de injusticia para los
acreedores personales del heredero porque son cancelados después de los
acreedores del causante así, el autor Guillermo Borda nos dice: “Son postergados
por los separatistas en lo que atañe a los bienes de la sucesión, pero sufren la
concurrencia de ellos en lo que atañe a los bienes propios del heredero”. (Borda,
1846, pág. 318)
49
CAPÍTULO III: ESTUDIO CRÍTICO DEL SISTEMA
ACTUAL REFERENTE A LA CONTINUACIÓN DE LA
PERSONA DEL CAUSANTE COMO BASE PARA UNA
POSIBLE REFORMA LEGAL
50
La continuación de la persona del causante y la responsabilidad de los sucesores permite
justificar la idea de la transmisión de las obligaciones que prevaleció en el antiguo
derecho romano; pero con la evolución de la sociedad este sistema fue considerado como
una ficción en razón que no correspondía con la realidad jurídica de la actualidad y de
basarse en fundamentos de desigualdad e injusticia en los que se veían envueltos los
sucesores, quienes, tenían que asumir responsabilidades que no contrajeron y en muchos
de los casos debían responden con su propio patrimonio.
Las ideas de sustitución personal o subrogación por parte del heredero han quedado
únicamente como referente histórico dando lugar a la existencia de un nuevo sistema
conocido como sucesión en los bienes. Este sistema que actualmente se encuentra
regulado en varios ordenamientos jurídicos; incluso en el sistema jurídico ecuatoriano
como por ejemplo: el código civil incorpora un libro destinado exclusivamente a la forma
en la que debe destinarse el patrimonio de una persona que fallece. En dicho cuerpo legal
se considera aspectos de orden económico que colocan al heredero como responsable de
todo el patrimonio transmitido así, el artículo 993 del Código Civil Ecuatoriano en
resumen manifiesta: que se puede suceder en bienes, derechos y obligaciones
transmisibles o se puede suceder en especies o cuerpos ciertos, además, regula lo relativo
a la sucesión testamentaria cuando se trata de disposiciones de última voluntad efectuadas
por el causante. Es importante indicar que se incorpora en nuestra ley mecanismos
jurídicos tendientes a limitar la responsabilidad de herederos y acreedores del causante
como es el beneficio de inventario y el beneficio de separación de patrimonios.
Nuestra normativa legal toma una mínima parte del sistema que se siguió en Roma, en el
aspecto en que se considera lazos familiares para la sucesión entonces en el momento que
fallece una persona, su patrimonio se transmite a sus descendientes y ascendientes, es
decir, se considera una unión de sangre pero, nuestro ordenamiento legal es
eminentemente patrimonial debido a que regula únicamente aspectos relativos a la
transmisión de bienes, derechos y obligaciones en un campo eminentemente económico.
51
El sistema de la sucesión en los bienes establecido en legislaciones del derecho anglosajón
se inclina a colocar dentro de sus concepciones a la liquidación del patrimonio hereditario.
Sistema que consiste en que: el heredero adquiere todos los bienes, derechos y
obligaciones del causante y toma el valor de los activos para poder deducir el pasivo así,
el profesor Lluis Puig I Ferriol nos dice al respecto que: “En el Derecho germánico el
heredero, como simple adquiriente de los bienes hereditarios, responde normalmente con
los mismos de las deudas del causante, y se presenta en cierto modo como un donatario
universal gravado con el pacto de liquidar las deudas con el importe de los bienes y
derechos adquiridos por el causante”. (Puig I Ferriol, 1967, pág. 11)
52
código regula la institución de la prelación de créditos, esta figura lo define Guillermo
Cabanellas de la siguiente manera: “Orden de preferencia con que han de satisfacerse
los diversos créditos concurrentes en caso de ejecución forzosa de un deudor moroso o
insolvente”. (Cabanellas, 1998) Nuestro código tiene un apartado destinado
exclusivamente a la prelación de créditos, enumerándolos en distintas clases en base a la
importancia en la que se debe cumplir con cada uno de ellos. Sin embargo, esto no quiere
decir que esta preferencia en el pago de créditos sea considerada como una forma de
liquidación o administración de bienes. En otras legislaciones, sí se encuentra regulado
este procedimiento de liquidación específicamente para la sucesión en los bienes por
causa de muerte. Además, se puede tomar como referente otras normativas legales que sí
regula este sistema de liquidación.
Legislación Argentina
53
del tiempo fue necesario una reforma, codificación y unificación de la legislación civil y
comercial de Argentina. De esta manera, en el año 2013, se finalizó con la redacción del
nuevo código en el que se consolida en un solo cuerpo normativo tanto la legislación civil
como comercial; dando lugar a una variedad de disposiciones legales que regulan de
mejor manera el ordenamiento jurídico argentino, además, de cambios sustanciales en
cuanto al tema de liquidación de patrimonios hereditarios.
Código Civil de Vélez Sársfield.- En este código se establece la facultad que tiene
los sucesores de aceptar la herencia o repudiarla (renuncia) y una vez aceptada se entiende
que se lo hace bajo beneficio de inventario como lo dispone el artículo 3363: “Toda
aceptación de herencia se presume efectuada bajo beneficio de inventario, cualquiera
sea el tiempo en que se haga. La realización de actos prohibidos en este código al
heredero beneficiario importará la pérdida del beneficio”. (Código Civil de Vélez
Sársfield, 1871) Esto conlleva a que el heredero forme un inventario de todos los bienes
que integra el patrimonio hereditario cumpliendo las condiciones establecidas en el
cuerpo legal así, el heredero adquiere una responsabilidad limitada por el pago de las
deudas que el causante adquirió en vida como lo dispone el artículo 3371 que nos dice
que: “El heredero que acepta la herencia con beneficio de inventario, está obligado por
las deudas y cargas de la sucesión sólo hasta la concurrencia del valor de los bienes que
ha recibido de la herencia. Su patrimonio no se confunde con el del difunto, y puede
reclamar como cualquier otro acreedor los créditos que tuviese contra la sucesión”.
(Código Civil de Vélez Sársfield, 1871) Una vez aceptada la herencia bajo beneficio de
inventario y efectuado el inventario de bienes; el heredero tiene la obligación de
administrar la herencia y rendir cuentas a los acreedores y legatarios así, el artículo 3383
establece en su inciso segundo que: “Tiene derecho de recibir todas las sumas que se
deban a la sucesión, y puede pagar las deudas y cargas de la sucesión que sean
54
legítimas”. (Código Civil de Vélez Sársfield, 1871) De esta manera, el autor Esteban
Gutiérrez Dalla en su publicación titulada “Nueva regulación para liquidar el pasivo
hereditario en el Código Civil y Comercial” al respecto nos dice que: “El heredero que
acepta la herencia y la administra, asume el deber de atender el pago de tales
obligaciones, previo a recibir el contenido despejado de la misma, por efecto de la
sucesión mortis causa”. (Gutiérrez Dalla, 2015, pág. 1)
Así, el heredero al administrar una herencia tiene la obligación de pagar a los acreedores
hereditarios y legatarios en la medida en que se presenten salvo que mediare oposición
de algún acreedor. En el caso de que exista o no oposición por parte de los acreedores el
autor Francisco Ferrer, dice que: “Si no lo hay el heredero paga a medida que se
presenten sin embargo, cuando los bienes sucesorios son insuficientes para atender el
pago íntegro de las deudas hereditarias, los acreedores del causante podrán mediante la
oposición impedir que el heredero continúe disponiendo discrecionalmente el orden de
pagos”. (Ferrer, 2007, pág. 345) En otras palabras, cuando exista un acreedor que se
oponga en cuanto a la administración hereditaria; el heredero deberá considerar a este
acreedor antes de seguir liquidando o distribuyendo el pasivo hereditario, caso contrario,
será responsable por los perjuicios que ocasione. En el caso que el acreedor presentara su
oposición ante un juez, el autor Esteban Gutiérrez Dalla dice que: “Ello le brinda al juez
la posibilidad de poner orden en la liquidación de la herencia, y organizar un
procedimiento colectivo y equitativo de pago a los acreedores”. (Gutiérrez Dalla, 2015,
pág. 2) Por último, con respecto a la administración de la herencia en el caso que
aparecieren acreedores nuevos que el heredero no canceló; éstos podrán perseguir a los
legatarios.
La regulación del Código de Vélez Sársfield ha sido considerada por autores como
insuficiente e ineficaz en razón que considera que todo dependerá de los criterios que
viertan los acreedores en el caso de oposición y lo que disponga el juez, sin embargo, el
autor Esteban Gutiérrez Dalla, dice que: “Las acciones individuales que hubiere iniciado
los acreedores no resultan suspendidas, por la actividad del heredero que aceptó la
herencia con beneficio de inventario y es administrador de la herencia, por cuanto los
55
acreedores sucesorios conservan el derecho de embargar y ejecutar individualmente los
bienes hereditarios”. (Gutiérrez Dalla, 2015, pág. 2)
Se reglamenta entonces, respecto a la libertad que tiene el heredero que una vez fallecido
su antecesor pueda aceptar o renunciar a la herencia en el que se establece un tiempo
prudencial para hacerlo, caso contrario, caducará su derecho. El heredero por regla
general adquiere una responsabilidad limitada como lo estipula el artículo 2317: “El
heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión sólo hasta la
concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos. En caso de pluralidad de
herederos, éstos responden con la masa hereditaria indivisa”. (Código Civil y Comercial
de la Nación, 2013, pág. 384) Sin embargo, se establece como excepción que el heredero
adquiere una responsabilidad ilimitada en el caso de que oculte o sustraiga bienes de la
herencia perdiendo así, el derecho de poder renunciar a la misma (art. 2295).
56
administrador del patrimonio hereditario. El administrador tiene las siguientes funciones:
realizar actos conservatorios de bienes, continuar con el giro normal de los negocios del
causante, enajenar cosas muebles, pago de deudas y legados, cobrar créditos del causante,
rendir cuentas de su administración, entre otras.
Una vez que los acreedores hayan denunciado sus créditos, se establece un procedimiento
para el pago en el cual se plantea un rango de preferencia de cada crédito de acuerdo a la
ley de concursos, posteriormente se procederá a cancelar los legados en el que se deberá
seguir un orden de acuerdo al artículo 2358 ultimo inciso: “a) Los que tienen preferencia
otorgada por el testamento, b) los de cosa cierta y determinada, c) los demás legados. Si
hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata”. (Código Civil y Comercial de
la Nación, 2013, pág. 391) El autor Esteban Gutiérrez Dalla, al respecto dice que:
“Considero, la mejor forma de respetar el procedimiento y orden de pago establecido en
el art. 2358 CCC que tiene su fundamento en una ordenada liquidación del pasivo relicto
57
y a su vez atiende al distinto origen de las obligaciones contraídas (deudas y legados)”.
(Gutiérrez Dalla, 2015, pág. 3)
Esta normativa plantea una nueva figura jurídica que no se regulaba en el código anterior
y es que se otorga a los acreedores del causante la posibilidad de poder plantear la llamada
“declaración de legítimo abono” con el objeto que los acreedores pongan a conocimiento
la existencia de sus créditos y obtenga un pago preferente (art. 2347). Esta declaración se
la realizará ante los herederos directamente así, el autor Esteban Gutiérrez Dalla,
menciona en su publicación al autor Roberto Natale, quien dice que: “Tratándose de un
procedimiento facultativo para el acreedor, éste podrá solicitar dicho reconocimiento
ofreciendo la prueba que justifique su petición, la cual deberá ser presentada como una
suerte de demanda”. (Gutiérrez Dalla, 2015, pág. 4) Esta demanda se hará conocer a los
herederos; quienes la aceptarán o la rechazarán, si los herederos la rechazan los
acreedores de la sucesión podrán iniciar con el procedimiento de denuncia del crédito.
Legislación Española
58
a la administración hereditaria dice que: “La finalidad específica de los actos de
administración sería la de conservar la integridad del patrimonio relicto para que pueda
cumplir la finalidad determinada para él por el testador, o por los coherederos, o la
prevista por la propia ley, es decir, principalmente, mientras tiene lugar su división y
adjudicación”. (González Valverde, 2014, pág. 142) La forma de administrar y distribuir
los bienes hereditarios para muchos autores equivale a una liquidación hereditaria que
busca se genere un equilibrio de intereses tanto de acreedores hereditarios, herederos y
terceros.
59
formación de un inventario fiel y exacto de todos los bienes de la herencia, y esto se
encuentra estipulado en el artículo 1014 que establece lo siguiente: “El heredero que
tenga en su poder la herencia o parte de ella y quiera utilizar el beneficio de inventario
o el derecho de deliberar, deberá comunicarlo ante notario y pedir en el plazo de treinta
días a contar desde aquél en que supiere ser tal heredero la formación de inventario
notarial con citación a los acreedores y legatarios para que acudan a presenciarlo si les
conviniere”. (Código Civil Español, 2018, pág. 164)
Se concede a los acreedores personales de los coherederos cierta protección a sus intereses
así lo indica el artículo 1083: “Los acreedores de uno o más de los coherederos podrán
intervenir a su costa en la partición, para evitar que ésta se haga en fraude o perjuicio
de sus derechos”. (Código Civil Español, 2018, pág. 173) Los acreedores personales de
los herederos tienen interés en evitar que con la partición de bienes se genere un fraude y
se concede la posibilidad de intervenir a su costa en la partición así, el autor Antonio
González Valverde, dice que: “Permite vigilar el desarrollo de las operaciones en
60
protección de su crédito, pero no paralizarlas o evitar que tengan lugar”. (González
Valverde, 2014, pág. 195)
En cuanto al pago de las deudas hereditarias el artículo 1084 establece que: “Hecha la
partición, los acreedores podrán exigir el pago de sus deudas por entero de cualquiera
de los herederos que no hubiere aceptado la herencia a beneficio de inventario, o hasta
donde alcance su porción hereditaria, en el caso de haberla admitido con dicho
beneficio. En uno y otro caso el demandado tendrá derecho a hacer citar y emplazar a
sus coherederos, a menos que por disposición del testador, o a consecuencia de la
partición, hubiere quedado él solo obligado al pago de la deuda”. (Código Civil Español,
2018, pág. 173) En esta disposición legal se puede indicar que los herederos que hayan
aceptado la herencia pura y simple o hasta donde alcance su porción en caso de haberla
aceptado a beneficio de inventario; da lugar a una responsabilidad solidaria de los
herederos por las deudas de la herencia así, los acreedores podrán exigir el pago de sus
créditos a cualquiera de los herederos. De igual manera, el derecho de los acreedores a
reclamar la totalidad de la deuda contraída contra cualquiera de los herederos tiene que
guardar relación o armonía con el derecho de los herederos de pagar solamente la parte
proporcional a su cuota hereditaria. Por otra parte, se considera a la distribución de las
deudas hereditarias como un acto de naturaleza particional así, el autor Francisco Mariño
Pardo, dice que: “Es defendible que dentro de las facultades particionales del testador
se encuentra la de distribuir entre los herederos la responsabilidad por las deudas
hereditarias”. (Mariño Pardo, 2014) Además, el heredero demandado puede citar a sus
coherederos, a menos que por disposición hubiera quedado él solo obligado al pago.
Otra de las consecuencias del pago de las deudas hereditarias es que se otorga a los
coherederos el derecho de reclamar a los demás su parte proporcional así, el artículo 1085
indica que: “El coheredero que hubiese pagado más de lo que corresponda a su
participación en la herencia podrá reclamar de los demás su parte proporcional. Esto
mismo se observará cuando, por ser la deuda hipotecaria o consistir en cuerpo
determinado, la hubiese pagado íntegramente. El adjudicatario, en este caso, podrá
61
reclamar de sus coherederos sólo la parte proporcional, aunque el acreedor le haya
cedido sus acciones y subrogándole en su lugar”. (Código Civil Español, 2018, pág. 173)
Por último, es necesario hacer referencia respecto a las asignaciones forzosas así,
el sistema jurídico Español, regula lo relacionado a este aspecto y nos dice que el causante
está obligado a dejar ciertos bienes que componen su patrimonio a determinadas personas
(descendientes, ascendientes, cónyuge viudo) es por esto que se habla de sucesión forzosa
o legitimaria. El autor Carlos M. Díez Soto, respecto a este aspecto expresa que: “El
respeto a los derechos de los legitimarios o herederos forzosos es el principal límite a la
facultad del causante de disponer libremente de sus bienes, en vida o para después de su
muerte”. (Díez Soto, 2010, pág. 25) La legítima como límite a la libertad del causante en
cuanto a la disposición de sus bienes lo encontramos regulado en el artículo 806 del
Código Civil Español que consagra lo siguiente: “Legítima es la porción de bienes de
que el testador no puede disponer por haberla reservado la ley a determinados herederos,
llamados por esto herederos forzosos”. (Código Civil Español, 2018, pág. 140)
Así, se regula un orden en cuanto a los quienes deben ser considerados como herederos
forzosos en la legislación española, el artículo 807, dice: “Son herederos forzosos: 1. Los
hijos y descendientes respecto de sus padres y ascendientes; 2. A falta de los anteriores,
los padres y ascendientes respecto de sus hijos y descendientes; y, 3. El viudo o viuda en
la forma y medida que establece este Código”. (Código Civil Español, 2018, pág. 140)
Por otro lado, el artículo 808, regula respecto a la porción que le corresponde a cada
heredero forzoso con respecto a la legítima así, este artículo estipula que: “Constituye la
legítima de los hijos y descendientes las dos terceras partes del haber hereditario del
padre y de la madre. Sin embargo podrán estos disponer de una parte de las dos que
forman la legítima, para aplicarla como mejorar a sus hijos o descendientes…La tercera
parte será de libre disposición”. (Código Civil Español, 2018, pág. 140)
Esta legislación establece además, que la legítima de los padres o ascendientes constituye
la mitad del haber hereditario de los hijos y descendientes, salvo que concurra con el
cónyuge viudo en que será un tercio de la herencia. Al cónyuge supérstite le corresponde
62
como legítima el derecho al usufructo que corresponde los dos tercios del activo de la
herencia, siempre que no haya ascendientes ni descendientes pero, en el caso de existir
ascendientes, al cónyuge supérstite le corresponde el derecho al usufructo de la mitad de
la herencia, esto conforme a los artículos 837 y 838 del Código Civil Español.
63
Respecto al primer requisito, esto es que el testador haya autorizado dicho pago, el
artículo 841 del Código Civil Español establece que: “El testador, o el contador-partidor
expresamente autorizado por aquél, podrá adjudicar todos los bienes hereditarios o parte
de ellos a alguno de los hijos o descendientes ordenando que se pague en metálico la
porción hereditaria de los demás legitimarios. También corresponderá la facultad de
pago en metálico en el mismo supuesto del párrafo anterior al contador partidor dativo
a que se refiere el artículo 1057 del Código Civil”. (Código Civil Español, 2018, pág.
145) En este precepto se establece que el testador tiene la facultad de ordenar que se
realice el pago en dinero a los legitimarios, de tal manera, que no se genere ningún
perjuicio a éstos; cuando la disposición hace referencia al contador partidor dativo quiere
decir que será aquél designado por el Juez. Por otro lado, el artículo 842, a breves rasgos
establece que los hijos o descendientes que están obligados a pagar la cuota hereditaria
de sus hermanos podrán exigir que esa cuota sea satisfecha con bienes de la herencia, es
decir, que se permite al hijo obligado a pagar la legítima a optar por atribuir bienes en
lugar de dinero.
64
Legislación Inglesa
65
En el caso de los ejecutores se presentan exclusivamente en la sucesión testada y en el
cual el testador, es quien va a nombrar a éste que será el encargado de la administración
hereditaria. Por otro lado, el administrador se presenta en las sucesiones intestadas y será
nombrado por los tribunales o en el caso que el causante haya dispuesto sus bienes por
testamento y muera sin nombrar un ejecutor o cuando el causante ha nombrado a una
persona para que administre el patrimonio hereditario y concurre en alguna causa de
incapacidad para actuar como tal. En conclusión la autora Cristina Villó Travé, nos trae
la diferencia entre ambas figuras manifestando que: “La autorización para actuar del
executor derivaba del propio testamento, el administrator conseguirá dicha autorización
a través del grant of representation (orden o mandato de los tribunales o de la high
court)”. (Villó Travé, 2015)
66
En la normativa Administration of States Act 1925, se establece que los representantes
personales no podrán distribuir el patrimonio hereditario antes del transcurso de un año
desde la muerte del causante, además, en dicha normativa se establece que los
representantes personales son responsables de todas las deudas del causante incluso de
las que no tuviera conocimiento de su existencia; por lo que no podrán alegar su
desconocimiento para librarse de sus responsabilidades frente al pago de las deudas. Es
por esto que, en la normativa Trustee Act 1925, se reconoce un mecanismo que permite
a éstos evitar su responsabilidad de las deudas que no hayan tenido conocimiento así,
podrán optar por una publicación o aviso en un periódico de circulación en el distrito en
el que se encuentran los bienes dando a conocer los bienes que integran el patrimonio
hereditario y así únicamente cancelará las deudas que se le hubieran notificado como
consecuencia del dicha publicación y no pagará de las que no tuvo conocimiento. En el
caso que no sea posible la publicación de un anuncio; el mismo cuerpo normativo
establece otro mecanismo de protección a los intereses de los representantes personales,
esto es que pueden solicitar una orden judicial con la finalidad de evitar posibles
obligaciones desconocidas que pudieran aparecer en el futuro pudiendo así, distribuir el
patrimonio hereditario como si todas las obligaciones del causante hubieran sido
comprobadas.
67
todos los: gastos, deudas y otras obligaciones del causante y el resto del patrimonio se
repartirá entre los beneficiarios. La voluntad del causante es imprescindible porque
determinará una orden para el pago de las deudas hereditarias tomando los activos del
patrimonio hereditario, esta orden se encuentra regulado en la normativa Administrativon
of States Act 1925, pero puede, ser modificada si el causante así lo desea.
Por otra parte, en el derecho inglés con respecto a libertad de testar es amplia en el
que el causante puede disponer de sus bienes de la manera que crea conveniente, por lo
tanto, en vista que no se le restringe al causante la facultad para poder disponer de sus
bienes así, las legítimas no se encuentran reguladas en estricto sentido en el ordenamiento
jurídico inglés por lo que, el autor Alfonso Ybarra Bores, respecto a las legítimas expresa
que: “El derecho inglés descansa en principio sobre la más amplia libertad a la hora de
testar; no existen legítimas entendidas en el sentido de que se reserva una parte del
caudal relicto a ciertos herederos establecidos por ley, los legitimarios”. (Ybarra Bores,
2015, pág. 228)
68
En el sistema jurídico inglés se regula la figura del administrador y ejecutor; quienes son
los responsables de conservar, liquidar y pagar las deudas de la masa hereditaria y en el
caso de quedar un residuo las distribuye los bienes entre los herederos. Por ello, el
legislador inglés, permite que ciertos parientes del causante puedan solicitar
judicialmente que se les atribuya medios de subsistencia, manutención o provisión con
cargo al caudal relicto denominada Family Provision que tiene un carácter esencialmente
alimenticio así, el autor Manuel Barría Paredes, expone lo siguiente: “En ciertas y
determinadas situaciones, el juez podía disponer de una determinada provisión, con
cargo a la herencia, a favor de ciertos familiares dependientes del causante, que no
podían subsistir por sí mismos”. (Barría Paredes, 2013, pág. 15) Esta institución no
equivale a la legítima, la provisión familiar solamente da lugar a que se otorgue una
acción a favor de ciertas personas para reclamar que les conceda el pago de una cantidad
con cargo a la herencia del causante, esta institución se encuentra regulada en la normativa
denominada “Inheritance Provision for Family and Dependants, Act 1975” que ha sido
objeto de varias reformas, en ella se establece las personas que son beneficiarias de la
provisión.
Para poder obtener dicha provisión es necesario que se realice una solicitud por parte del
beneficiario y se debe efectuar ante el órgano jurisdiccional. Para la adjudicación de la
provisión se establece seis órdenes o niveles de individuos que tienen derecho a esta
acción así, tenemos: al cónyuge viudo, el conviviente, el ex cónyuge, los hijos del
causante, menores o adultos a los cuales el causante hubiese tratado como hijos por razón
de matrimonio y los dependientes del causante. El juez en base a su criterio o facultad
discrecional determinará si el solicitante requiere o no de la provisión es por esto que,
considerará ciertos factores como: la capacidad económica, si padece de incapacidad
física o mental y que le sea imposible subsistir únicamente con sus propios recursos así,
únicamente va a depender del criterio del juzgador para determinar si se le concede o no
la provisión.
69
Legislación Alemana
70
insolvencia del patrimonio”. (Código Civil Alemán BGB, 2017) Al administrar el caudal
relicto limita la responsabilidad del heredero. El administrador es un curador nombrado
judicialmente, en otras palabras, se habla de un mandato que se otorga a favor de una
persona para que actúe a favor de los intereses de los acreedores o cualquier otro
interesado.
El administrador del caudal relicto tiene ciertas funciones entre ellas tenemos que: debe
establecer el estado en que se encuentra el patrimonio hereditario en el momento en que
le ha sido entregado con especial atención en cuento a las obligaciones que afectan el
patrimonio, debe proceder a valorar el contenido del pasivo y proceder a su satisfacción.
Una vez satisfechas las deudas hereditarias el administrador tiene que solicitar la
extinción de la administración ante el Juzgado de esta manera se entenderá terminada sus
funciones y quedará satisfecho los interesados.
71
Por otro lado, respecto a la administración de las asignaciones forzosas debo
mencionar que el derecho civil Alemán, regula lo concerniente a los herederos legítimos
llamados legitimarios; quienes recibirán una porción de bienes de acuerdo a lo que la ley
disponga generando una protección a los intereses de ciertos individuos como
consecuencia de la muerte del causante. Este grupo de legitimarios son los descendientes,
cónyuge supérstite y también con la nueva regulación se considera como legitimarios al
miembro supérstite de una pareja de personas del mismo sexo registrada como pareja de
hecho. En el caso de no existir descendientes, los padres del causante tendrá el derecho a
la legítima, pero no tendrán este derecho los hermanos del difunto. Los titulares de la
legítima están facultados para exigir o reclamar a los herederos una porción hereditaria
que corresponde a la mitad del valor de la parte del patrimonio hereditario, esto lo
podemos encontrar regulado en el artículo 2303 BGB. Se considera a la legítima como
un derecho de reclamación como lo establece la autora Ana Hidalgo quien manifiesta
que: “La legítima no es un derecho sucesorio que crea automáticamente la participación
en el caudal hereditario; es sólo un derecho a una reclamación dineraria que puede ser
ejercitado por el legitimario frente al heredero”. (Hidalgo, 2005)
Por otra parte, los herederos pueden exigir una “moratoria”, es decir, que la legítima no
se paga de forma inmediata si consideran que el cobro inmediato de la legítima les afecta
negativamente así, el tribunal deberá decidir en cada caso cuánto tiempo se prolongará la
moratoria. La legítima se podrá reclamar en un plazo de tres años desde el momento en
que los titulares de la legítima tengan conocimiento de la apertura de la sucesión.
72
Legislación Francesa
Por otro lado, en el caso de que el heredero desee adquirir la herencia hasta el máximo
del activo neto debe cumplir con ciertas formalidades como que deberá realizar una
declaración ante la autoridad competente y esta declaración deber ir acompañada del
correspondiente inventario de bienes que componen la sucesión así, se determinará los
elementos activos y pasivos que componen el patrimonio hereditario. La formación del
inventario debe cumplir con ciertas condiciones o requisitos estipulados en el artículo 790
del Código Civil Francés. Al aceptar el patrimonio hereditario de esta manera se genera
ciertos efectos positivos para el heredero y uno de los más destacados que se puede
mencionar es que el heredero va a asumir una responsabilidad limitada por las
obligaciones hereditarias así, lo podemos observar en el artículo 791 del Código Civil
73
Francés: “La aceptación por el total del activo neto ofrece al heredero la ventaja: 1. De
evitar la confusión de sus bienes personales con los de la sucesión; 2. De conservar
contra esta todos los derechos de que gozase anteriormente sobre los bienes del
causante; y, 3. De quedar únicamente obligado al pago de las deudas de la sucesión por
el valor total de los bienes que hubiese percibido”. (Código Civil Francés, 2017) Al
respecto el autor Jean Claude Ginisty expone que: “El efecto principal de la aceptación
en concurrencia del activo neto es mantener una dualidad de concentraciones
patrimoniales para que el patrimonio sucesorio y el patrimonio personal del heredero no
estén fusionados”. (Claude Ginisty, 2018)
En Código Civil Francés además, se establece un apartado destinado al pago de las deudas
de los copartícipes así, el artículo 873 establece que: “Los herederos responderán de las
deudas y cargas de la sucesión, a título personal con su cuota hereditaria, y con garantía
hipotecaria por el todo, gozando únicamente de un derecho a reclamar a los coherederos
74
o a los legatarios universales la parte que les corresponda aportar”. (Código Civil
Francés, 2017) Por otra parte, los coherederos deberán cada uno de acuerdo a su porción
pagar las deudas hereditarias, de tal manera que se pueda solventar con totalidad las
obligaciones. Los acreedores hereditarios tendrán preferencia para solicitar el pago de sus
créditos sobre los acreedores personales de los herederos (artículo 878).
- Conforme al artículo 734 y 735 del Código Civil Francés, disponen a breves
rasgos que si el causante hubiera dejado hijos (descendientes) el patrimonio
hereditario se va a repartir entre éstos en partes iguales.
75
- Si el difunto no dejara hermanos, ni descendientes de estos últimos, la herencia se
reparte entre sus padres en partes iguales.
- El artículo 737 del mismo cuerpo normativo establece a breves rasgos que si los
padres del causante murieron con anterioridad al causante; quienes heredan serán
los hermanos y sobrinos del causante pero, quedan excluidos los demás parientes,
ascendientes o colaterales.
Una vez que se haya liquidado ese régimen, se procede a repartir el patrimonio hereditario
de la siguiente manera:
- El artículo 757-1 del Código Civil Francés, a breves rasgos establece que si el
causante no hubiera dejado hijos, pero los padres del causante siguieran vivos les
corresponde a cada uno una cuarta parte y la otra mitad le corresponde al cónyuge
supérstite pero, si uno de los padres fallece, su cuarta parte le corresponde al
cónyuge supérstite.
76
- En el caso que no hubiera dejado el causante ascendientes ni descendistes la
totalidad del patrimonio hereditario le va a corresponder al cónyuge supérstite (art.
757-2 Código Civil Francés).
El desarrollo del presente apartado está dirigido a plantear una posible reforma del
sistema sucesorio ecuatoriano principalmente respecto al principio de la continuación de
la personalidad jurídica del causante y su relación con la responsabilidad ultra vires
haereditatis de los sucesores y ciertos aspectos que derivan de este principio observando
que en nuestro sistema sucesorio no se plantea referencia alguna sobre el tema que se ha
venido desarrollando. El objetivo principal al proponer la presente reforma en nuestro
sistema jurídico ecuatoriano, es que se tome como base o referencia y de ser el caso se
incorpore regulaciones o ciertas disposiciones legales establecidas en varios
ordenamientos jurídicos modernos, como lo hemos encontrado en ciertas legislaciones
anglosajonas en el que conciben un sistema de transmisión de bienes hereditarios, distinto
al que se concibe en varias legislaciones latinoamericanas; esto es el de la sucesión en
los bienes y consecuentemente la responsabilidad que asumen los sucesores lo cual es
limitada, además de encontrar un sistema de administración, distribución y liquidación
del patrimonio hereditario.
77
1. Análisis sobre si el heredero es sucesor en la persona o sucesor en los bienes.
78
transmisión de obligaciones del difunto, como sus creencias”. (Colin & Capitant, 1949,
pág. 328) Al considerar a este sistema como una ficción muchos autores y doctrinarios lo
han rechazo y ha dado lugar a que sea abandonada; apartándola y no incorporándola en
varias legislaciones es así, que nuestro código civil ecuatoriano no opta por este principio,
sino más bien, se inclina por el sistema de sucesión en los bienes como lo podemos
observar en el libro tercero que contiene disposiciones legales relativas a la sucesión por
causa de muerte y que en general regula todo lo relacionado con la forma de sucesión y
transmisión de bienes, derechos y obligaciones de carácter económico considerando,
además, que nuestra legislación civil recoge el interés personal del causante en cuanto al
principio de la libertad de testar que le otorga el derecho de poder disponer de sus bienes
de la manera que crea conveniente o en el caso que no haya dispuesto sus bienes de igual
manera el código regula lo relativo a la sucesión abintestato.
El artículo 994 del Código Civil Ecuatoriano establece lo siguiente: “Si se sucede en
virtud de un testamento, la sucesión se llama testamentaria; y si en virtud de la ley,
intestada o abintestato. La sucesión en los bienes de una persona puede ser, parte
testamentaria, y parte intestada”. (Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 237) Otra
disposición legal indica que nuestro sistema jurídico sigue el sistema de sucesión en los
bienes lo podemos encontrar en el artículo 997, donde expresa que: “La sucesión en los
bienes de una persona se abre en el momento de su muerte, en su último domicilio; salvo
los casos expresamente exceptuados”. (Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 238) En el
caso de la sucesión intestada nuestra ley también hace mención a la forma de sucesión en
los bienes así, tenemos que en el artículo 1021 establece que: “Las leyes reglan la
sucesión en los bienes de que el difunto no ha dispuesto, o si dispuso, no lo hizo conforme
79
a derecho, o no han surtido efecto sus disposiciones”. (Código Civil Ecuatoriano, 2015,
pág. 244)
Por otra parte, es necesario indicar que nuestra legislación no considera al heredero
como un liquidador del patrimonio hereditario, es decir, no se toma en cuenta al heredero
como un administrador o no se le otorga la facultad de distribuir el patrimonio hereditario
de tal manera que pueda solventar las deudas hereditarias. Se puede tomar como
referencia la concepción de heredero que tiene la legislación inglesa; en el que considera
que el heredero no es un sucesor en las deudas del causante sino simplemente es
responsable del pago de obligaciones hereditarias, además, la legislación francesa regula
la figura del mandato con efecto póstumo, en el que en muchos de los casos el heredero
es quien se encargará de la administración hereditaria. Por otro lado, existen casos en que
no necesariamente el heredero es quien deba administrar el patrimonio hereditario, sin
embargo, se otorga a terceros la facultad de ejecutar dicha acción como en el caso de la
legislación alemana, que la administración de la masa hereditaria se le adjudica a una
persona para que actúe en beneficio de ciertas personas, en otras palabras, se habla de un
curador.
80
en razón de que se tendría al heredero como un encargado de la administración
hereditaria.
81
En cuanto al beneficio de separación de patrimonios de igual manera el Código Civil
Ecuatoriano; contiene disposiciones que regulan esta figura, lo encontramos a partir del
articulo 1394 en que nos da una definición de la siguiente manera: “ Los acreedores
hereditarios y los acreedores testamentarios podrán pedir que no se confundan los bienes
del difunto con los bienes del heredero; y en virtud de este beneficio de separación
tendrán derecho a que con los bienes del difunto se les cumplan las obligaciones
hereditarias o testamentarias, con preferencia a las deudas propias del heredero”.
(Código Civil Ecuatoriano, 2015, pág. 326)
Sin embargo, respecto a este punto planteado considero que es necesario e indispensable
reformar todo lo relativo a la regulación del beneficio de inventario y beneficio separación
de patrimonios en razón que se puede observar que nuestro código establece un plazo
para que los herederos se acojan al mismo (en el caso del beneficio de inventario) además,
que cumplan con ciertas formalidades, requisitos etc pero, puedo opinar a mi criterio en
varios casos los herederos y acreedores hereditarios no tienen conocimiento o desconocen
que la ley les otorga una posibilidad del limitar su responsabilidad o darles preferencia en
el pago de sus créditos; si bien es cierto que nuestra ley expone que la ley a partir de su
entrada en vigencia se entiende conocido por todos pero, no quiere decir que ciertos
sujetos de derecho deban conocer con exactitud y como proceder en caso que se
82
encuentren en conflictos o esperar a que existan perjuicios económicos a sus interés para
saber cómo proceder, entonces, es necesario que nuestros legisladores opten por una
opción mucho más acertada de tal manera que eviten a ciertos sujetos de derecho verse
envueltos en problemas y evitar que se vean perjudicados económicamente. Es por esto
que, la propuesta que planteo respecto a este punto es que nos remitamos a ciertas
regulaciones extranjeras; que nos muestran un panorama mucho más equitativo tendiente
a evitar todo tipo de problemas; sin la necesidad que los herederos o acreedores
hereditarios deban necesariamente conocer las figuras jurídicas que los amparan.
83
En el caso del beneficio de separación de patrimonio con el estudio de varios sistemas
extranjeros; anteriormente planteados se ha podido observar que no se encuentra
regulación alguna sobre este sistema, sino más bien lo podemos encontrar en legislaciones
latinoamericanas, que todavía lo regulan al igual que el sistema ecuatoriano. Por lo que,
considero que lo más conveniente sería suprimir este sistema de nuestra legislación.
84
Finalmente, el ordenamiento jurídico Francés; establece como regla general que en el
momento que se acepta la herencia pura y simple se adquirirá una responsabilidad
ilimitada pero, con las nuevas reformas que se plantean en su cuerpo legal, los
legisladores han visto la necesidad de suprimir el mecanismo del beneficio de inventario
pero, lo han reemplazado por una figura en el que da la posibilidad de aceptar la herencia
por el total del activo, esta figura requiere el cumplimiento de ciertas formalidades como
es la formación de un inventario de los bienes que componen la masa hereditaria pero, el
efecto más importante de este sistema es limitar la responsabilidad del heredero por las
obligaciones hereditarias, esto lo podemos encontrar en el artículo 791 del Código Civil
Francés, manifiesta en su numeral tercero que: “La aceptación por el total del activo neto
ofrece al heredero la ventaja: 3. De quedar únicamente obligado al pago de las deudas
de la sucesión por el valor total de los bienes que hubiese percibido”. (Código Civil
Francés, 2017)
85
Regulación en cuanto a la administración y liquidación de obligaciones
hereditarias dentro del concepto del heredero como sucesor en los bienes
Dentro del concepto de heredero como sucesor en los bienes se le otorga ciertas
facultades entre ellas está la de considerarlo como liquidador y administrador del
patrimonio hereditario y claramente este concepto no se encuentra plasmado en nuestro
ordenamiento jurídico además, no se establece nada relativo a la gestión y distribución de
obligaciones hereditarias que le corresponde realizar al heredero. Se sugiere que lo más
adecuado sería que nuestra legislación opte por adoptar ciertas disposiciones legales
tendientes a regular todos los procedimientos que permitan un correcto y adecuado
sistema de distribución hereditaria, como lo hemos podido observar en varias
legislaciones extranjeras. Tomando como referencia las disposiciones legales de ciertos
ordenamientos jurídicos como la Argentina, Española, Inglesa, Alemana y Francesa,
estimo que podría incorporarse éstas en nuestro código civil.
86
observando una proporcionalidad. Sin embargo, no se debería limitar únicamente a
considerar al heredero para que ejecute dicha función, se sugiere que se podría nombrar
a un tercero para que administre el patrimonio hereditario como por ejemplo la legislación
Alemana, opta por un mecanismo de administración del patrimonio hereditario a través
de la designación de una curaduría encargada de ejecutar dicha función así, se nombra un
administrador que es un curador. Además, esta forma de administración también, la
podemos encontrar en la legislación Francesa, en la que para la gestión del patrimonio
hereditario se designa a un mandatario que en muchos de los casos es el heredero a lo que
se denomina mandato con efecto póstumo.
87
Por otra parte, un elemento subjetivo importante que se debe considerar en el sistema de
administración hereditaria son los acreedores hereditarios, quienes dan lugar a la
existencia de obligaciones hereditarias que el heredero debe cumplirlas así, sería
importante considerar que una figura que se podría otorgar a éstos es la denominada
“declaración de legítimo abono” consistente en que los acreedores hereditarios podrán
denunciar sus créditos y una vez determinado los créditos adeudados se plantea un rango
de preferencia para el pago de los mismos y donde éstos no se vean perjudicados, esta
figura estipulada en el Código Civil y Comercial de Argentina, muestra un panorama en
el que busca que los acreedores hereditarios puedan anticipar a los herederos la existencia
de obligaciones adeudadas por el causante y gocen de cierto privilegio para el cobro de
los mismos.
Todos estos aspectos mencionados considero los más acertados para adoptarlos a
nuestro sistema jurídico, ya que como observamos otras legislaciones tienen un sistema
de administración hereditaria completo en la que consideran todos los aspectos que no
pueden dejarse de lado y de la manera que no exista perjuicios económicos de ninguna
clase, además que se destine los bienes hereditarios al pago de las deudas del causante
únicamente con los bienes que conforman el patrimonio hereditario limitando así, la
responsabilidad del heredero. Nuestra legislación debería establecer estos aspectos para
crear un balance y equilibrio de intereses colocando de un lado al heredero y por otro a
los acreedores hereditarios siempre velando por los derechos que les corresponde a cada
uno de ellos.
88
Regulación en cuanto la concepción y administración de las asignaciones forzosas
dentro del concepto del heredero como sucesor en los bienes
89
Otro aspecto que se puede mencionarse y que puede observarse para que nuestra
legislación la adopte, es con relación a lo que regula la legislación inglesa, en la que no
estipula ningún aspecto relacionado con las asignaciones forzosas o legítimas sino regula
una forma más acertada de distribución de bienes hereditarios ya que lo destina a ciertos
individuos; que verdaderamente lo necesitan a ellos se les concede la llamada provisión
familiar consistente en una forma de manutención de carácter alimenticio; tomando una
parte del patrimonio hereditario y destinándolo a ciertos individuos, de tal manera que,
ninguno quede desprotegido, únicamente tendrá derecho a esta provisión los individuos
que cumplan con ciertos requisitos a lo que considero lo más adecuado ya que así, se
regula de mejor manera la forma de distribución de los bienes hereditario y en el caso que
no se alegue ninguno de los requisitos el patrimonio hereditario se dispondrá, se
distribuirá y administrará de una forma correcta ya que se destinará exclusivamente para
el pago a los acreedores hereditarios y también a los beneficiarios. Por otro lado, se podría
incluir a esta regulación un aspecto que considero indispensable y es que en el caso de
que algún individuo requiera de esta provisión podrán alegarlo en cualquier momento o
en el momento que lo necesite, es decir, que este derecho no se perderá con el transcurso
del tiempo.
90
CONCLUSIONES
91
▪ Con el transcurso del tiempo y de acuerdo a la realidad jurídica actual se presentan
varias críticas y objeciones al sistema de la continuación de la personalidad
jurídica del causante formulados por varios doctrinarios y juristas en la que
consideran a este principio como una ficción o suposición, no cabe hablar de
continuidad personal del sucesor en la que se consideraba un deber moral, que
tenían los hijos de responder por el difunto; aspecto que únicamente ha quedado
como rezago o como referencia histórica más no como criterio que debe
mantenerse hasta la actualidad.
92
RECOMENDACIONES
93
Si se considera la idea de adoptar en nuestra legislación el concepto de heredero
como sucesor o liquidador de bienes, quiere decir que el sucesor va a tener una función
importante que desempeñar que es la de liquidar o administrar el patrimonio hereditario,
es decir, se va a convertir en un liquidador así, se generaría una forma de distribución de
los bienes hereditarios de manera eficiente y equitativa en el que el sucesor tomará los
bienes hereditarios y lo destinará al pago de las deudas, únicamente con los bienes que
conforman el patrimonio hereditario limitando así, su responsabilidad. Se plantea como
recomendación que se instaure en nuestro ordenamiento jurídico disposiciones legales
que otorguen dicha función al heredero o de ser el caso a un tercero.
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