La Viña de Nabot
La Viña de Nabot
La Viña de Nabot
» Y sucedió que después de estas cosas, Nabot de Jezreel tenía una viña que estaba en Jezreel,
junto al palacio de Acab, rey de Samaria. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para
que me sirva de huerta para hortaliza porque está cerca, al lado de mi casa, y yo te daré en su
lugar una viña mejor; si prefieres, te daré su precio en dinero. 1 Reyes 21:1-2
Acab pensó que el trato que él estaba proponiendo era justo. Ofrecía a
Nabot una propiedad en mejores condiciones, o en caso de preferir el
dinero, pagarle el total del valor de la propiedad que ofrecía. La cuestión
era que Nabot no quería el trato ni se lo había pedido, su propiedad no
estaba en venta, ni le interesaba escuchar ofertas porque sabía que el
hacerlo era una clara violación a la ley de Dios.
Es muy fácil caer en este error. Solemos ver como justas aquellas cosas que
nos convienen, aunque realmente estas sean un abuso evidente ante los
ojos de los demás. Ponernos en los zapatos de los demás y ver las cosas
desde su posición es verdaderamente difícil, pero es necesario. Es
recomendable siempre escuchar las opiniones y puntos de vista de otros
que no estén involucrados en la transacción. Una simple opinión puede
evitar que nos metamos en un abuso de poder u autoridad.
Lección 2: Si seguimos nuestros deseos y nos dejamos seducir por
nuestros caprichos, perderemos la brújula moral.
«Pero Nabot le dijo a Acab: No permita el Señor que te dé la herencia de mis padres.» 1 Reyes
21:3
Acab, el rey de Israel, era conocedor de la Ley, y él sabía que la misma
prohibía la venta de propiedades que habían sido recibidas por herencia,
pero a pesar de ello, decidió seguir su deseo y capricho fueron más fuertes
que su moral y prudencia. Una de las cosas más vergonzosas que
podemos atravesar es recibir la reprensión de personas a las que se
supone deberíamos estar guiando, por cosas que de antemano, sabemos
que no deberíamos estar pidiendo, apoyando o solicitando.
«Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto a causa de la palabra que Nabot de
Jezreel le había dicho; pues dijo: No te daré la herencia de mis padres. Y se acostó en su
cama, volvió su rostro y no comió.» 1 Reyes 21:4
Nabot tenía una viña pequeña, era feliz y la valoraba; Acab tenía todo un
reino, y aún así estaba insatisfecho e infeliz. Las personas con avaricia, no
importa cuanto tengan, siempre estarán buscando más para sentirse
felices. Aquellos que han colocado su confianza en el Señor entenderán las
palabras de Jesús: «La vida del hombre no depende de los bienes que posee.»
Estar en una constante búsqueda de obtener más y mas solamente revela
la necesidad de un corazón infeliz. En palabras de Elisabeth Elliot: « Dios ha
prometido suplir todas nuestras necesidades, lo que no tenemos hoy, no lo necesitamos hoy«.
Lección 4: Con la excusa apropiada, las personas religiosas se
vuelven parte del sistema corrupto manteniendo su imagen.
«Pero Jezabel su mujer se acercó a él, y le dijo: ¿Por qué está tu espíritu tan decaído que no
comes?6 Entonces él le respondió: Porque le hablé a Nabot de Jezreel, y le dije: “Dame tu
viña por dinero; o, si prefieres, te daré una viña en su lugar.” Pero él dijo: “No te daré mi
viña.” Su mujer Jezabel le dijo: ¿No reinas ahora sobre Israel? Levántate, come, y alégrese tu
corazón. Yo te daré la viña de Nabot de Jezreel. Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las
selló con su sello y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con
Nabot. Y escribió en las cartas, diciendo: Proclamad ayuno y sentad a Nabot a la cabeza del
pueblo.Sentad a dos hombres malvados delante de él que testifiquen contra él, diciendo: “Tú
has blasfemado a Dios y al rey.” Entonces sacadlo y apedreadlo para que muera.» 1 Reyes
21:5-10
Lamentablemente, a lo largo de la historia ha sido común ver como
personas intelectuales, estudiadas y religiosas se han involucrado y
tomado parte en las peores causas. ¿Como sucede? De la misma forma
que operó Jezabel. Si ella únicamente hubiese dado la orden asesinar a un
hombre justo, quizás los ancianos y nobles se hubiesen negado a
obedecer, pero además de la orden, ella les dio la excusa apropiada para
actuar: ayuno y falso testimonio.
Oremos para que nuestra mente siempre sea renovada por la Palabra, y el
Espíritu nos transforme por medio de ella, que no hagamos de nuestra
opinión una regla moral, sino que nos sometamos al gobierno justo del
Soberano de los reyes de la tierra. Persigamos la justicia, tengamos
hambre y sed de ella, porque seremos saciados (Mateo 5:6)