PRIMICIAS
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(El poder de las primicia en la Biblia) En varias ocasiones el Señor Jesús llevó
a los escribas y fariseos a mirar las Escrituras más allá de la letra, a leerlas por el
Espíritu, el Espíritu que las inspiró: el Espíritu Santo, pues la misma Escritura nos
dice:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (maduro)
preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16-17). Hoy abordaremos la Palabra
desde ésta perspectiva con el tema: el poder de las primicias.
"Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las
primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de
nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro
cuerpo".
El Espíritu Santo, su obra, su poder y sus dones entre nosotros, vienen a ser
una poderosa muestra inicial o primicia de toda la gloria y bendición que
nos espera. En la presencia de Dios somos bendecidos y fortalecidos son su
poder y revelación
Nota: Observemos que Dios dice: “cuando entren en la tierra que yo les doy”,
toda la creación (visible e invisible) le pertenece a Dios. Por ser un pueblo
agrícola, con el fruto de su tierra, reconocían que Dios es el dueño de todas
las cosas. La primicia es una muestra mediante la cual se reconoce que de
Dios vienen todas las cosas.
B. Agradecer a Dios por sus bendiciones, Deuteronomio 26:1-3.
Nota: Dios ordenó al pueblo que se presentará tres veces al año en el templo
de Jerusalén (allí debían presentar sus primicias):
En cada una de estas tres fiestas los israelitas traían sus primicias al
templo.
C. Activar la ley de la siembra y la cosecha, 2 Crónicas 31:1-5, 20-21.
"Hechas todas estas cosas, todos los de Israel que habían estado allí, salieron
por las ciudades de Judá, y quebraron las estatuas y destruyeron las
imágenes de Asera y derribaron los lugares altos... y arregló Ezequías la
distribución de los sacerdotes y de los levitas conforme a sus turnos...
Como resultado de todas estas acciones nos dice la Biblia en los versículo 20
y 21: "De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, y lo
recto y verdadero delante de Jehová su Dios. En todo cuanto emprendió en el
servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley, buscó a su Dios, lo hizo de
todo corazón, y fue prosperado".
Nota: Es interesante que del rey Ezequías la biblia dice: “Ezequías tuvo
riquezas y gloria, muchas en gran manera, porque Dios le había dado, y fue
prosperado en todo lo que hizo”, y observamos en éste texto que su corazón
caminaba en la ley de Dios y en los principios financieros del reino.
Dios fue propicio a la fidelidad del rey Ezequías y fue prosperado. La ley de
la siembra y la cosecha es real, dinámica e integral.
"Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y
serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebozarán de
mosto".
Sin duda las primicias son una expresión mediante la cual expresamos que al
Señor le damos el primer lugar y honor.
La Biblia también nos enseña que la prosperidad de Dios para sus hijos es
integral: “amado yo deseo que seas prosperado en todo, así como prospera
tu alma”. El deseo del Señor de bendecir también nuestras finanzas es
manifiesto a lo largo de toda la Escritura.
Como podemos ver estas tres fiestas en Israel coincidían con las tres
cosechas, por eso eran una oportunidad para agradecer al Señor por la
provisión, y lo hacían a través de las primicias.
"Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo
lo que se presente de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes;
asimismo daréis al sacerdote las primicias de todas vuestras masas, para
que repose la bendición en vuestras casas. Ninguna cosa mortecina ni
desgarrada, así de aves como de animales, comerán los sacerdotes".
b) El Señor desea darte la mejor cosecha, por eso espera una semilla
correspondiente con la naturaleza divina, esto es la primicia.
Nos dice también Éxodo 23:19 "Traerás lo mejor de las primicias de tu tierra
a la casa del Señor tu Dios. No cocerás al cabrito en la leche de su madre", lo
que nos recuerda no sólo el llevar las primicias al templo, sino que añade el
evitar prácticas paganas que en la tierra de Canaan se acostumbraban,
como cocinar el cabrito en la leche de su madre en honor a dioses o ídolos
cananeos.
El lagar era el lugar donde se depositaban las uvas y allí eran pisadas y se
obtenía el jugo, mientras esto se hacía habían cantos de alegría por la
cosecha y bendición del Señor.