Luis Echeverría Álvarez

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Luis Echeverría Álvarez

(Ciudad de México, 1922) Político mexicano, presidente de la república entre 1970 y 1976.
Cursó estudios de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Inició su
carrera política a los 22 años como secretario particular del general Rodolfo Sánchez
Taboada, que presidía el Partido de la Revolución Mexicana. Ocupó distintos cargos
oficiales, entre ellos el de secretario de Gobernación en el gabinete del presidente Gustavo
Díaz Ordaz.

Luis Echeverría Álvarez

El 14 de noviembre de 1969 fue elegido candidato del Partido Revolucionario Institucional a


la presidencia de la República. Triunfó en las elecciones de 1970 y gobernó desde el 1 de
diciembre del mismo año hasta el 30 de noviembre de 1976. Su período presidencial cargó
con las consecuencias de la represión oficial del movimiento estudiantil de 1968 (matanza
de Tlatelolco) bajo el mandato de su predecesor, Gustavo Díaz Ordaz. En el ámbito
internacional se iniciaba un fenómeno de inflación-recesión que tuvo efectos relevantes para
México.

El gobierno de Echeverría optó por una política de apertura para restaurar la normalidad de
la vida democrática. En cuanto a las relaciones exteriores, pretendió diversificar el comercio
y las fuentes de tecnología y financiamiento. Durante todo su mandato, la tasa de inflación
creció hasta alcanzar el 27 por ciento anual. En su último informe de gobierno dio a conocer
una brusca e irrefrenable devaluación del peso frente al dólar, la primera en más de dos
décadas.

Tras dejar la presidencia a su sucesor, José López Portillo, fue nombrado embajador de
México ante la UNESCO en París hasta 1979, año en que fue enviado como representante
diplomático a Australia y Nueva Zelanda. Posteriormente se hizo cargo en México del
Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo y asumió la presidencia de la
Asociación Latinoamericana de los Derechos Humanos (ALDHU).

El halconazo
El 10 de junio de 1971, justo cuando se celebraba el Jueves de Corpus, estudiantes de,
principalmente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto
Politécnico Nacional (IPN) salieron a las calles en apoyo a la huelga de la Universidad de
Nuevo León (UANL), reuniéndose en los alrededores de la estación del metro Normal para
marchar hacia el Zócalo capitalino .[1]

A finales de la década de 1960, en la UANL profesores como estudiantes presentaron una


ley orgánica donde se proponía un gobierno paritario. Gracias a ésta llegó a la rectoría
Héctor Ulises Leal Flores en 1971. En total desacuerdo, el gobierno redujo los presupuestos
y obligó al Consejo Universitario a aprobar un nuevo proyecto de ley donde se suprimía la
autonomía de la universidad. Por ello, los estudiantes salieron a las calles a manifestar su
descontento y, quienes integraban el comité estudiantil, pidieron a las demás universidades
del país su apoyo. Tanto la UNAM como el IPN respondieron, decidieron unirse y realizar
una manifestación masiva el 10 de junio de 1971 .[2]

La marcha iniciaría en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, para después tomar la
calle de Carpio y salir hacia la Calzada México-Tacuba. Sin embargo, cuando el contingente
avanzaba por Avenida de los Maestros, los llamados halcones abrieron fuego contra los
estudiantes desde las alturas. Por ello, esta matanza se conoce como “Halconazo” .[3]

“Los halcones” eran los miembros de un grupo paramilitar, jóvenes reclutados en barrios
marginados y violentos de la capital mexicana que habían sido entrenados por militares de
los gobiernos de México y los Estados Unidos a finales de esa década . [4]Con balas calibre
45 y carabinas 30 M-2 abatieron a jóvenes manifestantes, quienes corrieron para poder
salvar sus vidas. No obstante, la persecución acabó después de horas; hombres armados
intimidaron en las salas de urgencia de los hospitales a médicos y enfermeras: no debían
atender a los marchistas heridos. El objetivo no era disolver la manifestación… era matar.
[5]

Desafortunadamente, a casi cincuenta de la brutal agresión el evento no ha sido


condenado. Luis Echeverría Álvarez fue jurídicamente exonerado de toda culpa en 2009,
por falta de evidencia tangible, y aún se desconoce el número real de personas muertas,
desaparecidas o heridas. La cifra oficial señaló ciento veinte fallecidos y cientos de heridos,
entre ellos estudiantes, civiles y prensa nacional e internacional .[6]

Así, podemos hacer mención de algunos de los derechos vulnerados ese 10 de junio de
1971:

Derecho a la vida;
Derecho a la integridad personal;
Derecho a la libertad de reunión;
Derecho a la libertad de expresión; y
Derecho a la protesta social pacífica.

Guerra sucia
Es importante aclarar que el término “Guerra sucia” se usa para el uso desmedido de la
fuerza por parte del gobierno hacia la oposición, en los últimos años hemos visto que se usa
durante las campañas electorales como forma de desacreditar a los candidatos rivales,
hacemos esta aclaración ya que el contexto histórico para el uso de este término es
totalmente diferente.

A finales de los años 60’s y principios de los 80’s recordemos que el PRI era el partido
dominante en la cúpula del poder mexicanos, llevaban años manteniendo la silla
presidencial y las gubernaturas de los diferentes estados del país, México vivía en una falsa
democracia que era tolerable por el crecimiento económico que estaba teniendo la industria
nacional.
Con la aparición de la URSS, varios ideales de izquierda relacionados con el socialismo y el
comunismo comenzaron a llamar la atención en las nuevas generaciones de nuestro país,
esto dio pie a la búsqueda de un estado más democrático, que reconociera los derechos de
los trabajadores y que buscaba mayor igualdad entre la población.

A este periodo de tiempo se le conocería como la “Guerra sucia”, los expertos lo consideran
como una guerra de baja intensidad la cual sucedió durante los gobiernos de Gustavo Díaz
Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo, se cree que terminaría con la desaparición de
la Dirección Federal de Seguridad durante el mandato de Miguel de la Madrid.

A diferencia de lo que sucedía en otros países de Latinoamérica como Brasil, Argentina o


Chile, este conflicto no tuvo repercusiones en un cambio de gobierno, pero de igual manera
estuvo relacionado con respecto a la militarización del país y el uso excesivo de la fuerza en
forma de represión y persecución a las manifestaciones que se presentaban.

Encarcelamientos ilegales, persecución política, secuestros, tortura, desapariciones


forzadas, manipulación de los medios de comunicación, censura, corrupción, represiones,
detención de familiares y asesinatos fueron algunas de las medidas tomadas por el
gobierno a través del ejército y de la Dirección Federal de Seguridad.

Mandos policiacos durante la guerra sucia


Foto: El Universal
Como consecuencia de las violentas medidas usadas por parte del gobierno mexicano e
inspiradas por el triunfo de la revolución cubana, comenzaron a surgir diferentes guerrillas a
lo largo del país, algunas de las más importantes fueron la Liga Comunista 23 de
septiembre, el Grupo Popular Guerrillero y el Partido de los Pobres serían influencia para
otras como el Ejército Popular Revolucionario.

Chihuahua, Jalisco, Guerrero y el centro del país serían los principales escenarios durante
la guerra sucia, dentro de los hechos ocurridos en este lapso de tiempo tenemos las
matanzas del 2 de octubre y del jueves de corpus, el ataque al cuartel madera, el asesinato
de Rubén Jaramillo y el secuestro del senador Rubén Figueroa.

Además de la búsqueda de justicia por parte de las guerrillas mexicanas, surgieron otras
organizaciones civiles como el Comité ¡Eureka! El cual fue fundado en 1977 por Rosario
Ibarra de Piedra, en un principio llevaba el nombre de “Comité Pro-Defensa de Presos
Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México”.

Imagen del partido de los pobres durante la guerra sucia


Foto: El Sudamericano
Este comité buscaba presentar pruebas ante una corte internacional para castigar a los
gobernantes responsables de las desapariciones forzadas por parte del Estado mexicano
durante esos años, Rosario de Piedra fundó este movimiento tras la desaparición de su hijo,
Jesús Piedra miembro de la Liga Comunista 23 de septiembre.

Debido al control de los medios por parte del gobierno, existe poca evidencia de lo
acontecido, de hecho, cada vez que ocurría algún hecho violento, los medios de
comunicación evitaban hablar de esto o manipulaban la información para no hacer ver mal
al gobierno, en caso de no seguir las órdenes presidenciales las consecuencias eran muy
graves.

Una muestra de esto fue lo ocurrido el 8 de julio de 1976, conocido popularmente como “El
golpe a Excélsior”, infiltrados del gobierno de Luis Echeverría amedrentaron a periodistas,
reporteros, caricaturistas y trabajadores del medio, esto con la finalidad de expulsar al jefe
del periódico Julio Scherer García para así terminar con la línea editorial en contra del
gobierno en turno.

Este hecho nunca se reconoció dentro de la historia de México y trato de ocultarse por
años, fue hasta el año 2002 que, con la ruptura del presidencialismo del PRI, se creó la
Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado la cual no pudo lograr
su causa debido a las trabas del sistema de justicia mexicano y terminaría por desaparecer
en 2007.

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