TEMA25 Rev011001 JTG

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TEMA25-rev011001-jtg INGENIERÍA SANITARIA Y AMBIENTAL

TEMA 25
REDES DE DISTRIBUCIÓN DE
AGUA POTABLE

25.1.- INTRODUCCIÓN.
25.2.- TIPOS DE REDES DE DISTRIBUCIÓN.
25.2.1.- Redes ramificadas
25.2.2.- Redes malladas
25.3.- ELEMENTOS DE LAS REDES DE DISTRIBUCIÓN.
25.4.- FÓRMULAS EMPLEADAS PARA EL CÁLCULO DE TUBERÍAS A PRESIÓN.
25.4.1.- Fórmula de Chezy
25.4.1.1.- Fórmula de Kutter.
25.4.1.2.- Fórmula de Bazin
25.4.2.- Fórmulas de coeficientes constntes
25.4.2.1.- Fórmula de Manning.
25.4.2.2.- Fórmula de Hazen-Williams.
25.4.3.- Fórmula de Darçy-Weisbach y aproximación de Colebrook
25.5.- DIMENSIONAMIENTO DE LA RED DE DISTRIBUCIÓN.
25.6.- PRUEBAS EN LA RED.
25.6.1.-Prueba de presión interior
25.6.2.-Prueba de estanqueidad
25.7.- DESINFECCIÓN DE LOS CONDUCTOS.

25.1.- INTRODUCCIÓN

Las conducciones de agua potable transportan las aguas desde la captación


hasta un depósito de regulación. A lo largo de este trayecto se sitúa la ETAP. Desde
el depósito, generalmente llamado de cabecera, parte la red de distribución de aguas
potables hacia los usuarios finales. En general las aguas circulan a presión por estas
conducciones.

Para conseguir que las tuberías de la red tengan una presión adecuada pueden
emplearse dos métodos. El primero de ellos consiste en situar el depósito de
almacenamiento en un lugar elevado, de tal forma que, descontando las pérdidas de
carga, el agua llegue a los usuarios con la presión mínima de diseño. Obviamente
para plantear esta solución se ha de disponer de la posibilidad de situar el depósito en
un lugar con cota suficiente. El segundo método consiste en impulsar las aguas
mediante bombas. Lo más habitual en una red de distribución de aguas es combinar
ambos métodos. Es muy frecuente situar un depósito aguas abajo de la ETAP al que
llegan las aguas por impulsión o gravedad y a continuación un tramo de circulación
por gravedad hasta la red de distribución. En el caso de que la cota del depósito de
cabecera no sea suficiente puede recurrirse a la colocación adicional de un depósito
en cola; ambos depósitos elevados permiten elevar la línea de energía y, por tanto,
realizar el abastecimiento a la presión necesaria. En el Tema 16 se estudia el
dimensionamiento de estos depósitos. Las Normas para la redacción de proyectos de
abastecimiento y saneamiento de poblaciones (MOPU, 1977) establecen que los
depósitos reguladores deben situarse a una cota tal que permitan que la línea
piezométrica de las arterias de la red de distribución, a pleno consumo, sobrepase en
5 m por lo menos, la parte superior de las edificaciones, elevada en una altura igual a
la pérdida de carga interior de la misma. Por tanto, la altura de edificación máxima

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permitida influirá en el diseño de la red. Por otra parte la carga estática (dada por la
línea piezométrica en el caso de que el agua no circule, es decir el término de pérdida
de carga continua por fricción se hace cero y la línea piezométrica es más elevada
que en el caso de que el agua esté circulando) sobre la red no debe exceder los 60
metros.



  


 


  


 

  




 

   


 

25.2.- TIPOS DE REDES DE DISTRIBUCIÓN

Básicamente las redes de distribución se pueden clasificar en ramificadas y


malladas. Si bien existen redes que son combinaciones de ambas.

25.2.1.- Redes ramificadas.

El agua circula por la red en un único sentido. La estructura de esta tipología


recuerda las ramas de un árbol. En función del diámetro de los conductos se pueden
clasificar en tramos primarios, secundarios, terciarios, etc. El cálculo de estas redes es
más sencillo que las malladas. Sin embargo, presentan problemas en los puntos
finales debido a la detención de las aguas y a los problemas relacionados con la
pérdida de efectividad del cloro residual por el transcurso del tiempo. Por otra parte,
en el caso de averías en un conducto se deja sin servicio a los tramos que estén
situados aguas abajo.

25.2.2.- Redes malladas.

Como su nombre indica su estructura en planta tiene forma de malla. El agua


puede circular hacia cualquier dirección de la red. Su cálculo es más complicado que
en el caso anterior. Existen métodos manuales como el de Hardy-Cross para su
resolución aunque actualmente se suele utilizar el ordenador. Un programa para la
resolución de cualquier tipo de red es el popular EPANET (EPA, 1995). Al contrario de
lo que sucedía con las redes ramificadas una avería en un tubo no implica dejar sin
servicio otras partes del sistema ya que es posible modificar los sentidos de
circulación mediante el accionamiento de válvulas. Las Normas para la Redacción de
Proyectos de Abastecimiento y Saneamiento (1977) proponen el uso de mallas
cerradas para asegurar el servicio a zonas urbanizadas. Sólo para el caso de núcleos
pequeños o dispersos se deben usar las redes ramificadas.

25.3.- ELEMENTOS DE LAS REDES DE DISTRIBUCIÓN.

En una red de distribución pueden distinguirse diferentes tuberías en función


de su ubicación y diámetro:

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• Arterias. Transportan el agua hasta la red secundaria y se suelen tender


desde los depósitos lo más directamente posible hacia el centro o centros
de gravedad del consumo.
• Red secundaria. Es abastecida por las arterias, sus diámetros son
inferiores a los de estas y se dirigen hacia los diferentes núcleos de
consumo.
• Ramales y tuberías de distribución. Son las tuberías de menores
diámetros y permiten la llegada de las aguas potables hasta las
acometidas.

Además de los conductos existen una serie de elementos auxiliares como los
siguientes:

• Cámaras de rotura de carga. Sirven para realizar la transición entre una


tubería de impulsión y otra forzada o rodada, o bien entre una forzada y
una rodada. Sus dimensiones deben ser tales que el chorro de agua a
presión procedente de la impulsión disipe su energía cinética en las aguas
de la cámara. Las aguas de la cámara deben estar en contacto con la
atmósfera. También se usan estos dispositivos para reducir las presiones
estáticas de una tubería. Este es el caso de una tubería que realice un
recorrido en el que haya una gran diferencia de cota. En este caso puede
resultar que en el punto más bajo la presión debida al agua de la columna
no pueda ser soportado por las paredes del tubo.

En las redes de distribución se utilizan válvulas reductoras de presión que


funcionan generando una gran pérdida de carga reduciendo la presión en
exceso. El agua para pasar debe vencer la fuerza opuesta de un muelle.

• Desagües. Se sitúan en los puntos bajos de las conducciones con objeto


de permitir el vaciado de la tubería y realizar reparaciones. En el caso de no
haber previsto estos elementos se puede generar un grave problema de
explotación, especialmente en conducciones de gran diámetro. En general,
todos los tramos que puedan aislarse en la red de distribución mediante
válvulas deben tener un desagüe para su vaciado. En las Normas para la
Redacción de Proyectos de Abastecimiento y Saneamiento (1977) se indica
que deben proyectarse como una derivación y su diámetro debe ser de 80
ó 60 mm dependiendo del volumen de agua a desaguar.

• Ventosas. Estos elementos sirven para dar salida o entrada al aire que
pueda haber pasado a los conductos especialmente en los llenados y
vaciados de los conductos. Se sitúan en los puntos altos de la conducción
que es donde se acumulan las bolsas de aire. Si éstas son considerables y
no se colocan ventosas o funcionan mal puede llegar a impedirse el flujo de
agua.

Los elementos citados se emplean tanto en el tramo de la conducción hasta el


depósito de cabecera como en la red de distribución. En esta última se pueden
distinguir, además, los elementos siguientes:

• Llaves y válvulas. Permiten o interrumpen el flujo de agua dependiendo de


si están abiertas o cerradas. Se colocan en arquetas para facilitar su
manipulación. En el caso de redes malladas se sitúan, al menos, en los
arranques de los ramales de cada polígono para, en caso de avería poder
aislarlo del resto de la red. Para diámetros superiores a 300 mm se suelen

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emplear válvulas de mariposa y para diámetros inferiores válvulas de


compuerta. En las acometidas para diámetros superiores a 2” se emplean
válvulas de compuerta y para diámetros menores válvulas de bola. Como
idea general se deberían colocar válvulas a distancias inferiores a 300 m en
el caso de ramales, 600 m en la red secundaria y 1500 m en el caso de
arterias.

• Bocas de riego. Son elementos que permiten la conexión de una


manguera a la red y, por tanto facilitan el trabajo de los servicios de
limpieza viaria o de parques y jardines. Las bocas de riego se colocan en
arquetas situadas en las aceras y se conectan a la red con tomas de 50
mm (MOPU, 1977), se suelen espaciar 25 – 30 metros con el fin de facilitar
el baldeo manual de aceras y viales.

• Hidrantes o bocas de incendios. Se emplean para facilitar agua a los


bomberos en caso de incendio. Son similares a las bocas de riego pero de
mayor capacidad. Es frecuente que se coloquen verticalmente, a diferencia
de las bocas de riego, en la acera sobre un elemento pintado de color
llamativo, generalmente rojo. Se conectan a la red con tomas de 100 mm
(MOPU, 1977). Es aconsejable colocarlos a distancias inferiores a 200
metros.

• Anclajes. En codos de la red formados por conductos de gran diámetro


habrá que tener previsto un sistema de anclaje para soportar la resultante
de fuerzas debida al empuje del agua sobre el codo.

• Contadores. Su misión consiste en medir el consumo de agua del


conducto situado aguas abajo.

25.4.- FÓRMULAS EMPLEADAS PARA EL CÁLCULO DE TUBERÍAS A


PRESIÓN

Las fórmulas experimentales usadas para el cálculo de la velocidad de


circulación del agua en un conducto se pueden dividir, de forma general, en las
derivadas de la fórmula de Chezy, las que tienen coeficientes constantes y las
derivadas de la ecuación de Darçy-Weisbach.

25.4.1.- Fórmula de Chezy

Esta formula establece que:

v = c· R·I

siendo:
v= Velocidad (m/s)
sec ción líquida
R= Radio hidráulico= (m)
perímetro mojado
I= Pendiente de la línea de carga (m/m)
1/2 -1
c= Coeficiente de velocidad (m · s )

Muchos investigadores han tratado de determinar el valor de “c”. Estos trabajos


permiten obtener las fórmulas derivadas de la de Chezy sin más que sustituir el valor
del coeficiente de velocidad en la fórmula de la velocidad antes planteada.

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25.4.1.1.- Fórmula de Kutter

La expresión de Kutter es una de las más utilizadas dentro de este grupo de


fórmulas relacionadas con la de Chezy. Según esta ecuación:

100· R
c=
m+ R

Siendo “m” un coeficiente que depende del material del que está compuesta la tubería
y del tipo de agua tratada. En la siguiente tabla se dan algunos valores de este
coeficiente.

Tipo de agua Material m


Agua Fibrocemento 0,15
limpia Fundición nueva 0,20
Agua residual Fibrocemento, hormigón, fundición o acero 0,35

25.4.1.2.- Fórmula de Bazin

En este caso la constante “c” se puede calcular mediante la expresión


siguiente:

87· R
c=
γ+ R

Siendo “ γ ” un coeficiente que es función del tipo de agua a transportar y de la


naturaleza del material del que está hecho el conducto. Para aguas limpias pueden
utilizarse los valores de la siguiente tabla.

Material γ
Fibrocemento 0,6
Fundición nueva 0,6
Fundición usada 0,12

25.4.2.- Fórmulas de coeficientes constantes

Bajo este epígrafe se agrupan las fórmulas del tipo:

v = k·R x ·I y

Las más empleadas son las de Manning y Hazen-Williams.

25.4.2.1.- Fórmula de Manning

Es una fórmula muy empleada en conducciones en las que el agua circule en


lámina libre.

2 1
1
v = ·R 3 ·I 2
n
siendo:

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v= Velocidad (m/s)
n= Coeficiente de rugosidad de Manning (adimensional)
sec ción líquida
R= Radio hidráulico= (m)
perímetro mojado
I= Pendiente de la línea de carga en conducciones a presión y de la superficie
libre o solera del conducto en las conducciones que funcionan a lámina libre
(m/m).

En la tabla adjunta se dan algunos valores del coeficiente de rugosidad de Manning.

Material n
Hormigón 0,013-0,017
Ladrillo 0,013
Piedra 0,014
PVC 0,009
Fibrocemento 0,0095
Acero 0,008-0,011
Río con mucha maleza 0,100

25.4.2.2.- Fórmula de Hazen-Williams.

Es, junto con la de Manning una fórmula muy empleada, especialmente en los
EE.UU. y para conducciones a presión.

v = 0,849·C·R 0,63 ·I 0,54

En esta ecuación “C” es el coeficiente de rugosidad. Al contrario de lo que ocurre con


el de Manning el coeficiente “C” decrece con la rugosidad. En la tabla siguiente puede
comprobarse.

Material C
Fibrocemento 135
Hormigón 130
Fundición nueva 120
Fundición vieja 90

25.4.3.- Fórmula de Darçy-Weisbach y aproximación de Colebrook.

Las fórmulas mencionadas hasta aquí pueden emplearse no sólo en conductos


a presión sino también en lámina libre. En realidad para el cálculo de tuberías a
presión con mayor precisión es necesario tener en cuenta factores como el tipo de
flujo, la temperatura y la viscosidad. Surgen así las fórmulas basadas en la ecuación
de Darçy-Weisbach.

v2
J = λ· ·L
2·g·D

siendo:
J= Pendiente de la línea de carga (m)
λ= Coeficiente de fricción (adimensional)
v= Velocidad (m/s)
D= Diámetro interior del tubo (m)

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L= Longitud de la tubería (m)

Experimentalmente se ha obtenido una relación entre λ, el número de Reynolds y la


rugosidad relativa de la tubería (cociente entre la rugosidad absoluta [K] y el diámetro
de la tubería [D]).

Mediante el ábaco de Moody puede obtenerse el valor de λ (en el gráfico adjunto este
coeficiente se representa por la letra “f”) en función de los factores antes comentados.

Ábaco de Moody (Sotelo, G., 1994)

Para movimientos no laminares puede emplearse la ecuación de Colebrook que da la


misma información que el ábaco de Moody.

1  K 2,51 
= −2·log + 

λ  3,7·D Re· λ 

siendo:
K= Rugosidad absoluta de la tubería (mm)
v·D
Re= Número de Reynolds= (adimensional)
ν
2
ν = Viscosidad cinemática del fluido (m /s),

De las cuatro posibles variables (D, I, V y el caudal [Q]) y mediante las dos ecuaciones
anteriores (Darçy-Weisbach y Colebrook) más la ecuación de la continuidad se puede,
conociendo dos variables, determinar las dos incógnitas restantes. En general, dada la
forma de la ecuación de Colebrook, este procedimiento debe hacerse mediante
iteraciones. Sin embargo, el cálculo de “V” y “Q”, conociendo “I” y “D”, puede
realizarse de forma directa ya que puede despejarse el caudal de las ecuaciones
anteriores.

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π·D2  2,51·10 6 ·ν K 
Q = −2· · 2·g·J·D ·log +
4·10 6  
 D· 2·g·J·D 3,71·D 

Estando “I” en m/km y determinándose el caudal (Q) en L/s.

En la práctica para tanteos previos o anteproyectos las ecuaciones más empleadas


son las de Manning para conducciones rodadas o Hazen-Williams para conducciones
a presión, tanto para el cálculo de caudales a presión como en lámina libre. Para
proyecto de tuberías a presión es muy habitual utilizar la fórmula de Colebrook junto
con la de Darçy-Weisbach.

25.5.- DIMENSIONAMIENTO DE LA RED DE DISTRIBUCIÓN.

El caudal de diseño correspondiente a la red de distribución corresponde al


consumo máximo horario (producto del coeficiente punta horario por el caudal medio
horario del día medio) al que hay que añadir el caudal necesario para las bocas de
riego e hidrantes.

Evidentemente la tubería deberá ser capaz de aguantar la máxima presión estática de


diseño, de no ser así habrá que situar reductores de presión. La máxima presión
estática se suele obtener por la noche en que los consumos bajan hasta que se hacen
prácticamente cero, en ese momento las pérdidas de carga continuas se hacen cero y
la línea piezométrica es prácticamente horizontal.

Las velocidades de circulación en los conductos de la red deben estar comprendidas


entre 0,5 y 2 m/s. El valor más bajo tiene sentido en el caso de aguas con partículas
sedimentables y para evitar pérdidas de cloro, y el valor más alto para evitar el golpe
de ariete, los ruidos, la erosión y elevadas pérdidas de carga.

El diámetro mínimo recomendable es de 80 mm y en casos excepcionales puede


reducirse a 63 mm (MOPU, 1977). Sin embargo en las acometidas el valor mínimo
debe ser de 1” (25,4 mm).

La presión de trabajo de la tubería debe estar comprendida entre un valor mínimo, que
2
en condiciones normales debe ser superior a 2,5 kg/cm ó 25 m.c.a. (correspondería a
edificación de 5 alturas más pérdidas de carga en fontanería interior más 5 m de
2
presión residual en lo alto del edificio) y en caso de incendio a 1 kg/cm , y un valor
2
máximo de 6 kg/cm .

En el caso de redes ramificadas cada tubo se dimensiona para dar servicio a una
determinada zona. Por tanto, considerando la máxima pérdida de carga admisible y
sabiendo el caudal a transportar se puede determinar para un determinado diámetro la
velocidad del flujo. El objetivo del cálculo es conseguir el diámetro menor que permita
transportar el caudal de diseño a una velocidad admisible y manteniendo la línea
piezométrica a una altura tal que dé servicio a las viviendas con presión suficiente.

Las redes malladas actualmente se resuelven con ayuda del ordenador, aunque si
están constituidas por pocos polígonos pueden calcularse mediante el método manual
de Hardy-Cross.

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Para preservar las condiciones sanitarias del agua potable se han de mantener unas
distancias de seguridad entre los tubos de la red de abastecimiento y los
correspondientes a otros servicios, especialmente la red de alcantarillado. Es
frecuente colocar los tubos de distribución a una profundidad ( de la clave del tubo)
superior a 0,6 m bajo la acera y a 1 m bajo la calzada y guardar una distancia vertical
entre los puntos más próximos superior a 0,5 m respecto a la red de alcantarillado,
circulando esta última más profunda que la red de agua potable.

25.6.- PRUEBAS EN LA RED.

Antes de terminar la fase de construcción hay que comprobar que las


conducciones instaladas soportan las presiones de diseño y son estancas. Para ello
se realizan dos comprobaciones (MOPU, 1974):

25.6.1.- Prueba de presión interior.

Consiste en comprobar si un tramo de conducción aguanta las presiones de


diseño. Para ello se tapan los extremos del tramo y mediante una bomba se inyecta
agua a presión en la tubería. En la prueba se somete a la conducción a una presión
1,4 veces superior a la máxima de diseño (incluyendo las sobrepresiones como el
golpe de ariete) durante 30 minutos. La tubería se considera apta cuando el
P
manómetro no acuse un descenso superior a , siendo “P” la presión interior en
5
2
kg/cm .

25.6.2.- Prueba de estanqueidad.

Tras la prueba de presión se somete a la tubería durante 2 horas a una presión


igual a la estática que vaya a soportar. La pérdida en litros se calcula mediante una
expresión que tiene en cuenta el material de la tubería, la longitud del tramo y el
diámetro interior. En el caso de no superarse esta prueba hay que repasar las juntas y
los tubos y sustituir aquellos elementos defectuosos.

25.7.- DESINFECCIÓN DE LOS CONDUCTOS.

Antes de la entrada en servicio de las tuberías y una vez realizadas las


pruebas de presión y estanqueidad se hace circular agua para que arrastre las
partículas que hayan quedado dentro de los tubos. Posteriormente en muchos casos
se desinfecta la red. Para ello se cierran las salidas de agua del tramo a desinfectar y
se introduce cloro. Al cabo de 24 horas el cloro residual debe ser superior a 10 mg/L
(Dupont, 1969; Pamplona, 1989). Tras la desinfección se abren los cierres y se deja
circular agua hasta que el valor del cloro residual se encuentre entre 0,5 y 2 mg/L.

BIBLIOGRAFÍA

Aguas de la Comarca de Pamplona (1989); “Normativa sobre redes de abastecimiento y saneamiento”.

DUPONT, A. (1969); “Hydraulique urbaine. Tomo 2”; Ed. Eyrolles; París.

EPA (1985); “EPANET. Manual del usuario”.

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MOPU (1974); “Pliego de prescripciones técnicas generales para tuberías de abastecimiento de agua”.

MOPU (1977); “Normas para la redacción de proyectos de abastecimiento y saneamiento”; Centro de


estudios hidrográficos.

SOTELO, G. (1994); ”Hidráulica general. Volumen 1:fundamentos”; Ed. Limusa. Méjico.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Arocha S. (1980); “Abastecimientos de agua”; Eds. Vega. Madrid. ISBN: 84-399-8064-7

PAZ, J. y PAZ, J.Mª (1962); “Abastecimientos de agua”. E. T. S. Ingenieros de Caminos, Canales y


Puertos de Madrid.

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