Preservacion Del Medio Marino
Preservacion Del Medio Marino
Preservacion Del Medio Marino
TUTO DE EST AL S
NIVfR Ir:
\
PRESERVACION
DEL
MEDIO AMBIENTE
MARINO
Editado por
FRANCISCO ORREGO VICUI\IA
Esta obra forma parte de la Colección Estudios Internacionales, publicada por el Instituto
de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
La Colección Estudios Internacionales incluye los siguientes t(tulos:
Celso Furtado: La economía latinoamericana. Una síntesis desde la conquista ibérica
hasta la revolución cubana. Editorial Universitaria. 1969.
John Gittings: El conflicto chino-soviético. Editorial Universitaria 1969.
Marros Kaplan: Formación del Estado Nacional en América Latina. Ed ¡torial Univer-
sitaria.1969.
Osvaldo Sunkel: Integración política y económica: el proceso europeo y el prOblema
latinoamericano. Editorial Universitaria.1970.
Claudia Véliz: El conformismo en América Latina. Editorial Universitaria. 1970.
Francisro Orrego Vicuña (ed): Chile: The Balanced View. Editorial Gabriela Mistral.
1975.
Francisco Orrego Vicuña: Los Fondos Marinos y Oceánicos. Editorial Andrés Bello.
1976.
Rodrigo Diaz A. (ed.): El Mar en seis dimensiones. Estudios presentados al Seminario
Interdisciplinario sobre problemas mar(timos. Editorial Universitaria. 1976.
Francisro Orrego Vicuña (00): Políticas de preservación del medio ambiente marino.
Estudios presentados al Seminario internacional sobre preservación del medio ambiente
marino.1976.
Francisro Orrego Vicuña (00): Ciencia y Tecnología en la Cuenca del Pacífico.
Estudios presentados al Tercer Seminario Trans-Padfiro. 1976.
4
El Instituto de Estudios Internacionales, es un centro de enseñanza superior e investi-
gaciones en el ámbito de las relaciones internacionales, en sus aspectos pol{tioos,
jurídioos, eoonómioos e histórioos. Imparte docencia de pre y post-grado en la Univer-
sidad de Chile y coopera con otras instituciones académicas.
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5
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Universidad de Chile
\
INDICE
INTRODUCCION
Las Po I(ticas de Preservación del Medio Ambiente Marino,
Francisco Orrego Vicuña. .................................................................................... 10
Discurso inaugural pronunciado por el Ministro de Educación, Contralmirante
Arturo Troncoso Daroch. .................................................................................... 14
7
El convenio internacional sobre responsabilidad civil por daños causados por la
contaminación de las aguas del mar por hidrocarburos y la legislación chilena.
Mario Alegr(a A. .................................................................................................. 259
Hacia una administración moderna de la zona costera de Chile. V{ctor A. 269
Gallardo. ............................................................................................................... 269
The United States program in marine environmental protectíon and U .S.
Coast Guard role in that programo James A. Atkinson ..............................:........... 283
Marine Environmental Protection: national and international developments.
J.D. Sipes ............................................................................................................. 291
Observaciones sobre la experiencia del Ecuador en materia de contaminación
marina. Juan Suescum ............................ :............................................................. 301
8
INTRODUCCION
LAS POLITICAS DE PRESERVACION DEL MEDIO AMBIENTE MARINO
Véase Rodrigo O(az A. (00): El Mar en seis dimensiones. Estudios presentados al Seminario
Interdisciplinario sobre Problemas Madtimos. Colección Estudios Internacionales. Editorial
Universitaria. 1976.
2 Véase Creación de una zona libre de armas nucleares en el Pacífico Meridional. Fiji. Nueva Zelandia
y Papua Nueva Guinea: proyecto ele resolución. Naciones Unidas. A/c. l/L. 719. 20 de octubre de
1975.
10
Trans-Pacífico, organizado por el Instituto para analizar los problemas de la transferencia
y adquisiciones de tecnología en la Cuenca del Pacífico, con la participación de
destacadas personalidades extranjeras3 •
La protección y preservación del medio ambiente marino ha constituido desde los
inicios de este programa de trabajos, una prioridad especial, por referirse a una de las áreas
más inquietantes a que se ve enfrentado Chile y la comunidad internacional en general.
Con motivo de los accidentes del Napier en 1973 y del supertanque Metula en
1974, que evidencian que el incremento de la navegación de gran tonelaje que circula por
el litoral marítimo y los estrechos y rutas australes de Chile necesariamente involucra un
aumento de los riesgos de accidentes y consecuente contaminación, se concibió la idea de
organizar un Seminario Internacional sobre la Preservación del Medio Ambiente Marino.
Dicho Seminario se reunió en Santiago los días 25,26 Y 27 de Septiembre de 1975,
con la participación de distinguidos especialistas nacionales y extranjeros, con el fin de
analizar con una visión actualizada los aspectos cruciales de la elaboración de una poi I't ica
de preservación del medio ambiente marino. Los estudios y documentos presentados a
este Seminario son los que se recogen en este volumen.
El primer aspecto de interés para un análisis de esta naturaleza está constituido por
el problema del equilibrio del ecosistema oceánico, pues resulta fundamental conocer la
interacción de los diversos factores componentes para poder apreciar de qué manera ellos
pueden verse afectados por la contaminación marina u otras causas. A este propósito
obedece la primera parte de la obra que, fundamentada en un enfoque eminentemente
cientrfico, explica los ecosistemas marinos de Chile, la problemática general de la
contaminación marina en el pars, las posibilidades de crear parques marinos, los
problemas de equilibrio ecológico en comunidades pelágicas y, como elemento
comparativo, los resultados de estudios sobre la materia en las zonas portuarias de Los
Angeles y Long Beach. California. ""-
La segunda parte de la obra estudia los factores de rompimiento del equilibrio del
ecosistema oceánico, con particular referencia a la contaminación causada por hidro-
carburos. Además, se explica la incidencia de las regulaciones de pesca en la preservación
del equilibrio y los problemas específicos del balance del ecosistema en el caso de las
pesquerías, todo lo cual permite apreciar los distintos angulos que deben tenerse en
cuenta para el logro de una política global de preservación.
La experiencia derivada de los accidentes ocurridos en el litoral chileno, particula~
mente los casos Napier y Metula. es estudiada detenidamente en la tercera parte de la
obra. Por una parte. se examinan los antecedentes de hecho y 'condiciones en que se
produjeron los accidentes y, por otra parte, se consideran los daños ecológicos de ellos
derivados, particularmente en relación al supertanque Metula. A la vez, se analizan las
medidas que el accidente del Metula ha permitido poner en vigor en el Estado de Texas,
aprovechando la experiencia observada, y los diferentes proyectos de investigación que
este accidente ha suscitado en los Estados Unidos.
Seguidamente se estudian los elementos de una política nacional de medio ambiente
marino, sobre la base de un detenido examen de la legislación nacional y sus limitaciones,
los problemas específicos de la responsabilidad civil por daños y contaminación, las
cOncepciones modernas relativas a la administración de zonas costeras y la experiencia
que en materia de políticasde control han tenido los Estados Unidos yel Ecuador.
La última parte de la obra se concentra en las políticas internacionales de medio
ambiente marino, con particular referencia a las Convenciones de IMCO, a la cooperación
3 Véase Francisco Orrego Vicuña (OO): Ciencia V Tecnología en la Cuenca del Pacífico. Estudios
presentados al Tercer Seminario Trans-Pacífico. Colección Estudios Internacionales. 1976.
11
internacional en la elaboración del Código de Medio Ambiente de Colombia y a las
pol(ticas ambientales en el PaC(fico Sur.
El conjunto de ensayos que se han reunido en esta obra ofrecen por primera vez en
Chile un panorama sistemático de los numerosos y complejos problemas que inciden en
una política moderna de preservaci6n del medio ambiente marino y. como tales, están
destinados a constituir una valiosa fuente de sugerencias para todos los organismos que
tienen responsabilidades en est!l plano.
El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile desea agradecer
especiaimente la cooperación prestada a dicho Seminario por la Administraci6n Oceánica
y Atmosférica de los Estados Unidos, entidad que facilitó la presencia del señor Charles
Gunnerson, director de los laboratorios ambientales de la misma; por el Servicio de
Guardacostas de los Estados Unidos, representado por el Comandante James Atkinson y
el profesor Roy Hann, del Departamento de Ingeniería Ambiental de la Universidad A&M
de Texas; por la Universidad del Sur de California y la Fundaci6n Allan Hancock,
representada por su Presidente, doctor Bernad Abbott; por el Instituto Oceánico de
Woods Hole, representado por el Doctor Víctor Gallardo; por el Instituto Oceanográfico
de la Armada del Ecuador, representado por el Ingeniero Juan Suescum; y por la Facultad
de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. representada por su decana,
doctora Leonor C. de Cajas.
Igualmente el Instituto agradece la valiosa cooperación prestada al Seminario por la
Armada Nacional, el Instituto Hidrográfico de la Armada y la Dirección del Litoral y de
Marina Mercante, así cómo de las diversas entidades auspiciadoras cuyo nombre se
reconoce al final de este volumen.
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DISCURSO INAUGURAL
PRONUNCIADO
Señoras y $eñores:
Constituye un alto honor para el Ministro de Educaci6n que habJa el intervenir en el
a-ctó . inaugural del' Seminario Internacional sobre Preservación .del Medio Ambiente
Marino, que con singular oportunidad ha organizado e'l Instituto de Estudios Interna-
cionales de la Universidad de Chile, siguiendo su tradición de ¡levar a lél atención pública y
académica los aspectos más sobresalientes de la vida internacional contemporánea.
Los rápidos desarrollos de la ciencia y la tecnología de los océanos han determinado
que el espacio oceánico constituya hoy d(a una gran unidad en que 'se combinan los
problemas cient(ficos· con los jurídicos y los pol(ticos, e.n el marro de una interrelación
permanente. Sólo un enfoque integral de los océanos puede entregar respuestas viables a
los n·umerosos problemas que hoy caracterizall el aprovechamiento de los recursos
marítimos y los múltiples usos del mar.'
Particular importancia reviste la visión integral de los océanos para un pa(s como
Chile, cuya presencia e interés' marítimo encuentra manifestaciones en todos los grandes
problemas del derecho del mar 00 ntemporá neo. Su riqueza pesquera, el rápido
incremento de su marina mercante, su potencialiqad en el campo de los -cultivos marinos;
su vecindad con importantes yacimientos minerales submarinos, la longftud de su costa,
sus territorios insulares, sus archipiélagos continentales, su territorio antártico, sus
estrechos australes y su vecindad con pa(ses sin litoral·son, entre muchos otros, ejemplos
indicativos de un interés permanente y sostenido de Chile en el desarrollo ordenado de los
océanos.
En función de esta realidad es que Chile ha participada de manera muy activa en las
complejas negociaciones de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
derecho del mar, procurando en todo momento compatibilizar el respeto de sus legítimos
derechos e intereses con la búsqueda de soluciones universalmente aceptables, para as(
crear un régimen de los océanos perdurable y estable, que se caracterice por el ejercicio de
la cooperación internacional en reemplazo de la pugna y el conflicto.
El Seminario Internacional que hoy inauguramos tratará con detenimiento y
jerarqu{a bino de los probJemas crudales del desarrollo oceánico contemporáneo: la
preservaci6n del medio ambiente marino. La falta de conciencia que hasta hace poco
exist(a en este campo, llevó a que muchos mares del mundo se vieran amenazados en su '
vida vegetal y animal, afectando de esta manera las posibilidades de sobrevivencia de la
propia humanidad.
El riesgo aun pard.ura, pero resulta positivo comprobar que la preocupación de la
comunidad internacional ha ido en aumento progresivo, lo que a su vez se ha traducido en
}Jn fortalecimiento de la. investigación científica y el desarrollo tecnológico aplicado a
preservar la vida de los océanos, todo lo cual permite abrigar esperanzas de solución.
Quizás en este campo es donde mejor se puede observar la necesidad de un enfoque
integral de los océanos. La contaminación de los mares no reconoce límites geográficos ni
jur(dicos, lo que obl~ga a atacar sus fuentes donde quiera que ellas se encuentren. Surge,
14
en consecuencia, el deber imperativo de armonizar los legítimos derechos que todo
Estado ribereño está llamado a ejercer dentro de su zona económica con medidas de
cooperación internacional adoptadas sobre la base de evidencias científicas objetivas, que
eviten toda forma de discriminación o la protección velada de intereses degradantes del
medio marino.
Por otra parte, es un hecho bien conocido que la ruptura del ecosistema oceánico
no sólo se genera en factores vinculados al uso y aprovechamiento de los mares, como la
contaminación generada por buques o la sobreexplotación de las especies. También se
genera en fuentes terrestres, como las industrias contaminantes de las aguas y el aire o el
vertimiento sistemático de desperdicios humanos, industriales o mineros, fuentes que
muchas veces causan un daño más grave, aunque quizás menos espectacular.
De esta manera, para encontrar soluciones apropiadas, no basta con mirar el
problema únicamente con una perspectiva oceánica; también se hace necesario enfocar la
vinculación que, en este plano, tiene el medio terrestre y atmosférico con la vida de los
mares.
Chile tiene un especial interés en preservar la calidad de la vida de sus mares, pues
enfrenta la vastedad del océanos Pac(fico Sur, que continúa siendo uno de los mares más
puros y v{rgenes del mundo. Deseamos proceder en forma intensiva al aprovechamiento
de sus riquezas, pero conservando su calidad y pureza de vida. Para ello deseamos
fomentar la conciencia ecológica de los chilenos y de todos quienes deseen hacer uso
legítimo de los espacios marinos que nos circundan.
Sin embargo el deterioro de nuestro ecosistema ya se ha hecho presente de manera
dramática. Primero sufrimos la abusiva sobreexplotación de la ballena en los mares
australes, que llevó prácticamente a la extinción de tan valiosa especie. Luego hemos
asistido a la sobreexplotación de otras especies características de nuestro litoral. No
deseamos que lo mismo suceda en el futuro con otros recursos vivos del mar, como los
vastos cardúmenes del Krill antártico y otras especies que constituyen una reserva
alimenticia de la humanidad.
También la contaminación por hidrocarburos se ha hecho presente en nuestro
litoral. Con todo el dramatismo que han revestido los casos Napier y Metula,-entre otros
que han afectado nuestro medio marino, han tenido la virtud de despertar conciencia en
torno a un problema que cada d¡'a se hará más agudo, sobre todo en la medida en que se
desarrolle la navegación de supertanques y se introduzcan otras innovaciones tecnológicas
en la navegación de gran volumen, que inevitablemente está llamada a circular por
nuestras costas para hacer uso del Estrecho de Magallanes o del paso del Drake en los
confines del continente americano.
La experiencia derivada de estos casos, y que es uno· de los motivos que reúnen a
este importante Seminario, servirá para precaver futuras repeticiones, sobre la base de
diseño de pol¡'ticas nacionales e internacionales que puedan compatibilizar la libertad de
navegación con la seguridad de la misma y redundar así en la protección indispensable del
medio marino. A la vez servirá esta experiencia para insthucionalizar los procedimientos
apropiados para la prevención y reparación de daños ecológicos y los complejos
problemas cienHficos, técnicos y jurídicos involucrados.
Lamentablemente, el deterioro de nuestro ecosistema marino también encuentra su
origen en otras fuentes. Estamos conscientes del daño ambiental generado por industrias
contaminantes, como las de celulósa y petroqu¡'mica, entre otras, que ya han prodUCido
serios problemas en algunas regiones del país, como la zona litoral de Talcahuano.
También estamos conscientes del deterioro emanado de relaves mineros y otras fuentes.
Todo ello debe ser materia de estudio y solución si deseamos preservar la calidad de
nuestro medio marino.
De no adoptarse medidas preventivas desde ahora, el futuro planteará riesgos
ecológicos todavía más serios, derivados principalmente de la intensificación de la
15
actividad industrial en nuestro país y del incremento oonstante de la navE9ación por
nuestras oostas.
También nos preocupa seriamente la eventual explotación de los recursos
antártioos, materia que ya se ha planteado en el seno de la Reunión Consultiva del
Tratado Antártioo, pues bien se sabe el enorme peligro de la oontaminación producida en
zonas de hielo y de aguas frías, oomo las que caracterizan nuestro territorio antártico y
mares australes.
Todo lo anterior obliga al diseño de una política nacional de preservación del medio
ambiente, sin perjuicio de las medidas de oooperación internacional que actualmente se
encuentran en estudio. Las deliberaciones de este Seminario pueden oontribuir de manera
muy significativa al diseño de esta pOlítica, al aportar perspectivas imaginativas e
innovadoras, fundamentadas en una realidad cient(fica que los distinguidos participantes
oonocen por experiencia propia.
El primer objetivo de una política integrada de medio ambiente debe ser el de elevar
al plano legislativo la preocupación eool6gica del país. En este sentido, el Ministro que
habla propondrá que, entre las normas constitucionales que se encuentran en estudio,
figure una que indique que será acción preferente del Estado la de oonservar y promover
la calidad del medio ambienté de Chile. A la vez, propondrá que entre los derechos del
individuo se consagre el derecho inalienable a la calidad de la vida, oomo también su deber
de preservarla.
El segundo gran objetivo de una política en este plano debe ser el de proceder a una
ooordinación institucional sistemática en materia de medio ambiente. En la actualidad son
numerosos los organismos públioos que tienen responsabilidades de pol(tjca de medio
ambiente, entre los cuales se cuentan, a título de ejemplo, el Ministerio de Minen'a y sus
empresas y organismos dependientes, el Ministerio de Salud, la Dirección de Industria y
Comercio, la Dirección del Litoral y Marina Mercante y otros muchos, todos los cuales
deben aunar sus esfuerzos para generar una política intE9rada.
En este sentido cabe proponer la creación de un Consejo Nacional del Medio
Ambiente, que reúna a todos los sectores pertinentes y apruebe las directrices de una
política general que permita atacar las fuentes de oontaminación en su raíz misma,
cualquiera que sea la actividad de donde emanen efectos nocivos. De esta manera no sólo
se asegurará un medio ambiente marino estable, sino también una poll'tica ambiental
integrada y permanente.
Las universidades chilenas tienen un rol muy significativo que desempeñar en el
diseño de u'na política ambiental, con particular referencia al medio marino, pues cuentan
oon una importante capacidad científica, técnica y jun'dica, que les otorga oompetencia y
autoridad en este plano.
El Centro de Investigaciones del Mar y la Escuela de Pesquerías de la Universidad
Católica de Valparaíso, el Departamento. de Biología Ambiental de la Universidad
Católica de Santiago, el Instituto Central de Biología de la Universidad de Concepción, el
Departamento de Oceanografía de la Universidad de Chile en Montemar, el Centro de
Investigaciones Submarinas de la Universidad del. Norte. el Centro Oceanográfico de la
Universidad Técnica del Estado en Puerto Monft y otras muchas reparticiones univer-
sitarias que sería largo enumerar, cuentan oon experiencia y capacidad suficiente para
emprender una tarea de largo alcance.
De igual forma, otros organismos como el Instituto Hidrográfioo de la Armada y el
Instituto de Fomento Pesquero de Corfo ralizan estudios y una promoción muy
importante en lo que se refiere a la explotación racional de todo cuanto existe y se
relaciona oon el medio ambiente marino.
Séame permitido destacar en forma muy especial el activo rol que en materia de
derecho del mar ha asumido este Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad
de Chile, que ha demostrado una notable capacidad de iniciativa para proceder a
16
coordinar en función de problemas específicos a los principales centros universitarios del
país. asegurando reuniones periódicas de investigadores y académicos de las más variadas
disciplinas y proporcionando un marco de alta jerarquía para el intercambio de ideas con
representantes del sector público y privado.
El Seminario Interdisciplinario sobre problemas marítimos realizado en diciembre
de 1974, el Seminario Internacional que hoy inauguramos. las publicaciones especia-
lizadas que de aqu( emanen en forma periódica, las encuestas sobre sistematización de la
información relativa a las ciencias del mar. los seminarios proyectados para el año
venidero y los contactos permanentes con Naciones Unidas y organismos especializados,
entre otras actividades, han determinado que progresivamente este Instituto haya
contribuido de manera muy efectiva a la concreción de una política oceánica chilena.
El gobierno ha tomado nota con gran interés de la iniciativa de este Instituto de
crear un Centro de información relativo a problemas marl'timos. que permitirá reunir y
diseminar los antecedentes apropiados respecto de las grandes áreas de la poHtica oceánica
contemporánea. facilitando así estrechas relaciones entre investigadores chilenos y
extranjeros, intercambio de informaciones y coordinación de programas comunes.
Este Seminario Internacional constituye la mejor evidencia del aporte que puede
realizar la comunidad académica a la formulación de una política moderna sobre medio
ambiente marino. Se encuentran aquí reunidos los principales centros universitarios del
país, todos los organismos públicos competentes en asuntos del mar y el sector privado.
Nos acompañan también distinguidos expertos de universidades extranjeras, de centros
oceanoQráficos de ier¡:¡rquía mundial. de servicios Qubernamentales de países amigos y de
organismos internacionales, universales y regionales. Todos nos hemos reunido bajo la
preocupación común de procurar el mejoramiento del medio ambiente marino y su
preservación, en beneficio de nuestros respectivos pa (ses y de la humanidad toda.
El gobierno de Chile aprecia sinceramente vuestra presencia y cooperación, que
simboliza el deseo de estudio e investigación, así como una positiva colaboración
internacional, en torno a materias que constituyen un verdadero patrimonio común de la
humanidad. Particularmente significativa es vuestra presencia en momentos en que grupos
interesados pretenden denegar a Chile su legítima participación en la comunidad
internacional contemporánea.
Séame permitido agregar que la ciencia está por encima de las banderas políticas de
cualquiera naturaleza y que Chile. como cualquier otro país. tiene un derecho inalienable
a gozar de un medio ambiente sano, para lo cual tiene también el derecho de solicitar la
cooperación internacional.
Por desconocimiento. por información mal intencionada o por razones que me
atrevo a calificar de antipatrióticas, algunos centros universitarios extranjeros han hecho
saber a autoridades de nuestro gobierno de las inquietudes que les merecen la actual
pol(tica universitaria: Felizmente para nosotros, nada tenemos que ocultar y muy por el
'Dntrario me atrevo a asegurar que existe. plena concienCia en la comunidad científica y
universitaria chilena, que la actitud de orientación del gobierno hacia los centros de la
Educación Superior, tiene como única finalidad preparar profesionales útiles a su Patria y
a satisfacer las necesidades de su desarrollo y progreso.
El gobierno considera que no sólo tiene el derecho, sino también el deber de
orientar el quehacer universitario y científico en aras de los grandes inter.eSes nacionales.
que no son otros que el bien común de la colectividad chilena. Ello, de manera alguna
implica restringir en su realización la autonomía académica, de investigación y de
extensión de las Universidades. para cumplir con las metas que el país requiere.
La única limitación que este gobierno exige es una limitación común a todos los
centros universitarios r~spetables del mundo: que la universidad cumpla su función de tal
y no se transforme en una herramienta al servicio del proselitismo político o de ideologías
determinadas, cualesquiera que estas sean.
17
Las deliberaciones que ustedes inician permitirán encontrar nUel(Os y modernos
cauces para enfocar las poi iticas nacionales de medio ambiente marino y sus relaciones con
las pol(ticas de cooperación internacional, en el marco de una perspectiva cienHfica de
alta calidad y jerarqu(a. Los puntos de vista y conclusiones que de aquí emanen no sólo
tendrán relevancia para Chile; también la tendrán para otros paises de América Latina y
del mundo en desarrollo. En este sentido vuestro aporte intelectual, de experiencias y
antecedentes vendrá ciertamente a llenar un vacío, permitiendo un mejor conocimiento y
maduración de un área vital para el desarrollo oceánico.
Muchas gracias.
18
PARTE PRIMERA:
EL EQUILIBRIO
UN ANALISIS CIENTIFICO
ECOSISTEMAS MARINOS DE CHILE:
PRINCIPIOS GENERALES Y
PROPOSICION DE CLASIFICACION
ECOSISTEMAS MARINOS DE CHILE: PRINCIPIOS GENERALES Y PROPOSICION
DE CLASIFICACION
Juan Carlos Castilla
Jefe del Departamento de Biología
Ambiental y de Poblaciones,
Universidad Católica de Chile.
INTRODUCCION
... niche is the total functional aspect of a population-environment
system.
...The functional aspect of a community is an Ecosystem. As a
community is an association of populations of different species, so a
community ecosystem is an association of niches. Every ecosystem has
characteristic properties, which depend in great measure upon the
properties of the niches of the population involvOO. l\Jaturally, the
ecosystem properties depend also upon the nature of the environment.
J.W. Valentine (Evolutionary Paleoecology of the Marine Biosphere,
1973, pp. 63 Y 711.
22
CONSIDERACIONES TEORICAS
1. CARACTERIZACION DE LOS ECOSISTEMAS MARINOS
Es difícil caracter.izar a los Ecosistemas Marinos en términos generales. Podemos
quizás intentar una comparaci6n entre los ecosistemas marinos y los terrestres, lo que
brindará algunas luces sobre las características de unos y otros.
Extensión. El primer factor que salta a la vista es el tamaño de unos y otros, en térm inos
generales y solamente basados en la proporción agua: tierra en el planeta resulta claro que
los Ecosistemas Marinos son bastante más extensos que los terrestres, pero también que
por la uniformidad y relativa constancia del elemento I¡'quido parecerían ser menos
diversos, numéricamente, que los terrestres. Veremos más adelante que es posible aceptar
esta posición, pero que a medida que investigarnos más profundamente el océano la
afirmación de arriba parece debilitarse.
Intervención AntrÓpica. Una segunda característica que también tiende a cambiar en
tiempos recientes es la acción del hombre -intervención- en unos y otros. En líneas
generales es .posible afirmar que como un conjunto la intervención humana es bastante
menor -aún- en los sistemas marinos que en los terrestres.
Productividad Primaria. Una característica muy peculiar y de trascendencia en unos y
otros es la Productividad Primaria. Hasta la publicación de los trabajos de Steemann
Nielsen (1954) Y Ryther (1959) los cálculos aún más conservadores, indicaban que la
productividad primaria en el mar era del mismo orden o aún mayor que la terrestre. Sin
embargo y en especial despúes de la revisión de \f\Jestlake (1963) y los numerosos datos
allí aportados, parecería claro que la productividad primaria es superior en los ecosistemas
terrestres que en los marinos. Sin embargo, no es esta la diferencia principal entre ambos
ecosistemas. En efecto, lo fundamental es que en el caso del fitoplancton marino,
prácticamente todo lo producido es ingerido por los hervíboros y sólo una cantidad muy
pequeña siguen el camino de "muerte natural"; en cambio en el Ecosistema Terrestre, una
cant ¡dad muy elevada de lo "producido" por los productores primarios nunca es ingerido
por los hervíboros, sino que sigue el camino de servir de alimento a los descomponedores.
elemento muy disminuido en el Ecosistema Marino (Macfadyen. 1964). Del mismo modo
tenemos que la Producción Secundaria en el Ecosistema Marino es generalmente muy
superior a la del Ecosistema Terrestre (Steel. 1974).
2. POBLACIONES.
Antes de discutir los elementos interactuantes en la Estabilidad de una Comunidad
Marina recurrarros a la ejemplificación de un nivel de organización inferior, cual es la
población. Para ellos sólo recordemos el conocido caso del crecimiento de una población
y su estabilidad o balance numérico (densidad). Esto, para puntualizar tempranamente
algunos factores elementales de estabilidad o balance numérico de las pOblaciones en
relación al Medio Ambiente.
Si no ponerros barreras al crecimiento de una población. ésta crecerá de acuerdo a la
ecuación siguiente:
donde derivando:
óN
N
ót
23
Por supuesto que esto no puede continuar indefinidamente en la naturaleza, así
estas poblaciones pueden crecer de acuerdo a dos modalidades:
1. Hasta que se auto-controlan (they crash) -"No steady state"-
2.. Hasta que alcanzan un límite que pone el MocHo Ambiente -"steady state".
En el primer caso "mortalidad" está dado por factores abióticos externos a la
población (i.e. tormentas, plagas, seqUl'as periódicas, etc,). La población crece con una
fase acelerativa y de pronto decae abruptamente. Ocurre generalmente en ambientes muy
inestables.
En el segundo caso, ambientes más estables o medios favorables, se produce un
"steady state" o equilibrio de rrodo que la poblaCión crece hasta un punto determinado
-hasta alcanzar la "carrying capacity K" del medio ambiente- y allí se mantiene en
estado estacionario (en cuanto a número). Esta última situación se puede presentar así:
~= r ( K-N
<5 t N K
24
Así, es necesario plantear, como primer escalón de la regulación poblacional (N)
dentro de u na población intraespec(fico), el problema inter-específico (=
competencia). Sería largo enumerar las bases fundamentales. Baste decir, que la misma
ecuación log(stica indicada arriba puede ser usada. Si nos proponemos explicar qué sucede
competitivamente con 2 poblaciones, basados en la ecuación log(stica yen el concepto de
"Nicho" dado por Hutchinson (1957), llegamos al siguiente resultado para un caso
hipotético de competencia por factores limitantes (alimento, espacio, territorio, etc.)
entre 2 especies.
1. Parte del nicho de la especie 1 no puede ser ocupado por la especie 2 y viceversa.
2. Nicho de la especie 1 incluye completamente nicho especie 2.
3. N icho de la especie 2 incluye completamente nicho especie 1.
4. Nichos especies 1 y 2 son idénticos o coincidentes.
En todas estas situaciones, con excepción de la 1, habrá exclusi6n de una de las
especies competidoras. Y esto nos lleva directamente al Principio de Exclusi6n
Competitiva, que dice: "ESPECIES QUE POSEEN NICHOS MUY SIMILARES O SON
ECOLOGICAMENTE MUY SIMILARES O CERCANOS NO PUEDEN COEXISTIR".
Entre otros autores, Paine (1966 y 1969), Paine y Vadas (1969). Dayton (1971) Y
Sutherland (1974 al han discutido, ejemplificado y resumido la información concerniente
a las relaciones presa-predador y cómo afecta esta interacci6n biológica el equilibrio de la
comunidad. Ha quedado demostrado, teórica y prácticamente, como Predación y
Competencia pueden ser antagonistas. y como grados moderados de predaci6n pueden
influir en aumento de diversidad específica, més que la estabilidad del Medio Ambiente
como lo sostiene Sanders (1968).
Puesto que el aspecto funcional de una comunidad es un Ecosistema (Valentine,
1973), podemos agregar que en resumen la Estabilidad del Ecosistema puede ser
planteada bajo 2 puntos de vista:
a) El primero hace referencia al grado de persistencia de los parémetros en el tiempo y
aduce que comunidades altamente diversas se encuentran all( donde existen Medios
Ambientes estables o persistentes en el tiempo (i.e. fondo del océano, Sanders, 1900).
b) El otro enfoque, experimental, sostiene sus puntos de vista basados en algunas
preguntas tales como ¿Retornará una comunidad a su estado original luego de haber
sido modificada? • ¿Está la estabilidad de la comunidad directamente relacionada a la
diversidad de la comunidad? (Paine, 1969). Las respuestas a estas preguntas llevan al
convencimiento que son interacciones biológicas tales como predación, competencia,
etc., las responsables de las estabilidades de los ecosistemas, más que la estabilidad de
los Medios Ambientes.
Para finalizar esta sección digamos que el "approach" moderno al problema de la
Estabilidad de una Comunidad está dado por Lewontin (1969) quien propone pensar en
n-dimensional:
Densidad\I.don,/
la Comunidad (grupo de especies o poblaciones) como un vector en un espacio
otros factores
25
Si esta población N es una partícula en el espacio su avance estará dado entre otros
por los factores que se indican arriba. quienes a su vez condicionarán su evolución
ecológica.
El tratamiento -siempre con la ecuación logística de base- de esta situación en una
Comunidad de varias especies en un campo n-dimensional (Ecosistema), puede ser
teóricamente resuelto a través de un "Vector de campo" oon una serie de ecuaciones
diferenciales simultáneas.
Sutherland (1974 a) ha interpretado gráficamente los posibles resultados de tal
tratamiento y los esquemas que se adjuntan son tomados de ese trabajo.
Situación 1:
Situación 2:
Situación 3:
e
Situación 4:
26
Explicación:
27
Arica. Asimismo detecta la "puerta de entrada" del West Wind Drift (Corrientes superfi-
ciales) a la altura de Chil6e-Valdivia y la formación de dos masas de agua, una que se
desplaza hacia el Norte (Corriente de Humboldt) y otra menor hacia el Sur. Cuando estos
procesos dinámicos y sus estacionalidades sean mejor conocidos, podremos también
realizar un enfoque más cr(tico de nuestros ecosistemas marinos.
En un primer enfoque general podr(amos, con los conocimientos actuales, tratar de
distinguir grandes Globalidades-Ecosistemas para la situación man'tima de Chile:
1. Ecosistemas Oceánicos
. al Oceánicos-Abiertos
b) De Surgencia Costera
cl De Convergencia
dI Antárticos
2. Eoosistemas Litorales
al Intermareales
b) Ner(ticos
3. Ecosistemas Insulares o de Archipiélago
4. Ecosistemas Estuarinos
Cada uno de ellos está en alguna medida representando en nuestro pa(s. Es
necesario aclarar que las divisiones planteadas no son necesariamente unitarias; as(, dentro
de los Ecosistemas de Surgencia Costera, Intermareales u otros se dan subdivisiones a lo
largo del pa(s. Sin emban:¡o en cada una de las division'¡3s aqu( propuestas es posible
visualizar grandes características o globalidades.
Para los Ecosistemas Abiertos o de Convergencia es posible caracterizar masas de
agua particulares o encuentro de masas de agua de distintas caracter(sticas,f(sico-qu(micas
(i.e. Convergencia Antártical. En el caso de los Ecosistemas de Surgencia Costera, el grado
de la Surgencia, estacionalidad del fen6meno, periodicidad de procesos que la enmascaran
(Le. Corriente de Humboldt y Fen6meno del Niño), son todos los elementos de
importancia en las subdivisiones y comprensión del aspecto funcional de las comunidades
marinas contenidos en ellos.
En el caso de los Ecosistemas Litorales podemos extrapolar información de otras
latitudes, pero tampoco es posible hablar de un Ecosistema litoral Chileno. Necesa-
riamente deberemos emprender un análisis biogeográfico del sector chileno. Castilla
(1975) ha planteado una divisi6n m (nima de 7 provincias para este Ecosistema (Provincia
Norte CHilena; Provincia Territorios Insulares alejados del Continente; Provincia Central
Chilena; Provincia Valdiviana Chilena ChilQta expuesta; Provincia Chilota protegida de los
canales; Provincia Magallánica y Provincia Litoral Ant<1rtica). En cada una de ellas se
pueden distinguir caracter(sticas diferenciales mayores (fauna, flora, temperatura,
luminosidad, contaminación, intervención humana, etc.) que permiten configurar
ecosistemas distintos.
Los Ecosistemas Insulares o de Archipiélagos son numerosos en el extremo sur del
pa(s y poseen, sin duda, caracter(sticas propias. Casos extremos están representados en
frente de las zonas Norte-Central de Chile por los territorios chilenos de Juan Fernández e
Isla de Pascua, que poseen, en especial la última, una fauna muy particular y altamente
endémica.
Conocemos muy poco de los componentes de estos ecosistemas (elementos
taxon6mi<?Os; densidades; flujos de energ(a; cadenas tróficas; diversidad, etc.) y por tanto
sus estabilidades y elementos perturbadores en casi todos ellos, son desconocidos. As(,
ante un grave accidente como el encallamiento del BUQue TanQue Petrolero Metula en
Magallanes en 1974 y el derrame de aproximadamente 50.000 ton. de petróleo, no
podemos evaluar cient(ficamente el dai'io ecológico de tal contaminante, ni vislumbrar su
28
influencia en el Eoosistema.
Es cierto que ésta es una sitllaci6n de orden mundial y sólo son cientrfícamente
oonocidos, oon relativa profundidad, unos pocos Eoosistemas Marinos Mundiales. En
especial aquéllos que por su importancia en pesquer(as o problemas de oontaminación han
recibido mayor atención i.e. Nbrth Sea; Long Island Sound, etc.
2. TRAMAS ALIMENTARIAS
A fin de oonocer y "manejar" los Eoosistemas Marinos Chilenos es necesario
profundizar el oonocimiento interdisciplinario de numerosos y variados aspectos del
medio marino. Uno de estos aspectos, de fundamental importancia, es el estudio de las
tramas alimentarias de los Eoosistemas Marinos de nuestro pa(s. Ellas permiten visualizar
el comportamiento trofodinámioo de las poblaciones oomo un conjunto integral .. Conocer
los eslabones alimentarios y la incidencia de perturbaciones es importante para, por
ejemplo, las pesquer(as oomerciales. Pero no s610 eso, sino que, oomo en la trama
alimentaria entregada por Koepke y Koepke (1952) para la macrofauna marina de playas
de arena en Perú y la presentada en este trabajo para el mismo habitat en Chile Central, se
puede vislumbrar toda una riqueza de interrelaciones a numerosos niveles tr6fioos y en
variados ambientes (mar, tierra, agua dulce, etc.) y las consecuencias eool6gicas que
implicar(a el modificar parte de estas relaciones por intervenci6n humana, oontaminación,
etc.
A oontinuación (Figs. 1-4) se entregan 4 de estas Tramas Alimentarias para 3 de los
Eoosisternas Marinos Oceánioos más importantes de Chile y uno Litoral muy espec(fioo.
1) Zona Oceánica de la Convergencia Antártica
2) Zona Oceánica Central (no influida plenamente por la Corriente de Humboldt).
3) Zona de Surgencia influida por la Corriente de Humboldt.
4) Zona Litoral Intermareal de Playas de Arena (Zona Central de Chile).
En cada una de ellas se pueden observar las relaciones tr6ficas de algunas de las
especies más importantes de las pesquer(as Chilenas (Anchovetas, Merluza" etc,). Se
destaca por ejemplo el desarrollo de pesquer(as bent6nicas importantes en la Zona de la
Convergencia y su ausencia en la Zona Norte. sepuede vislumbrar cómo la explotación
exagerada de ciertos recursos podr(a influenciar seriamente en las pesquer(as de segundos
eslabones, etc. Recordemos la introducción de este trabajo y la interpretaCión de
Sutherland (1974 a) a la proposición de Lewontin (1969) para visualizar la Estabilidad del
Eoosistema, y basado en ella adelantemos el peligro de que las poblaciones no sean, por
ejemplo, explotadas racionalmente.
A pesar de que las tramas alimentarias en el Litoral chileno no han sido objeto de
estudio acucioso, es necesario mencionar peligros latentes de desequilibrios por
sobre-explotaci6n de algunos recursos. Como por ejemplo "Erizo" (Loxechinus albus);
Looo (Concholepas concholepas); Algas café (Durvillaea antarctica), etc. En estos casos
necesitamos antecedentes biológicos básioos de las especies y poblaciones para oom-
prender el desequilibrio que ya vislumbramos y que puede llevar a la extinción de estos
recursos.
3. DI NAMICA FISICO..QUIMICA DE LOS ECOSISTEMAS MARINOS
Elementos esenciales en la comprensión del Eoosistema Marino son los factores
dinámicos físico-qu(mioos del océano. De por sí Chile, oon su extensa costa, enfrenta una
problemática variada y compleja. No basta con conocer las cadenas y tramas alimentarias;
debemos manejar además los factores directamente relacionados oon la Productividad
Primaria (Fito plancton), Productividad Secundaria, Transferencia de Energía y además la
dinámica de las masas de agua. A este' respecto esfuerzos oomo los de I FOP (Robles, et. al.
1975) a fin de oonocer y caracterizar las variaciones estacionales de las masas de agua en
la Corriente de Humboldt, deben profundizarse. Es sólo este oonocimiento interdisci-
29
plinario lo que nos permitirá en el futuro "Manejar Racionalmente el Ecosistema Marino
Chileno" y conocer de su estabilidad y perturbaciones.
4. ECO LOG lA DE SISTEMAS
El desarrollo de la Ecología de Sistemas Marinos se nutre de numerosas disciplinas y
apunta a la elaboración de Modelos predictivos que establecen los límites del Ecosistema,
caracterizan componentes bióticos y abi6ticos, determinan entrada y salida de energ fa,
eficiencia de transferencia entre los componentes y eventualmente son "la herramienta"
para planear una política racional de manejo de los recursos. El desarrollo de esta
disciplina en Chile debe profundizarse.
RESUMEN
Se establece una definición de Ecosistema Marino y se discuten teóricamente las
diferencias y similitudes entre Ecosistemas Terrestres y Marinos en base a: Extensión,
Productividad Primaria e Intervención Antrópica. Se establecen los elementos teóricos en
la regulación numérica de las Poblaciones en base a la Ecuación Logística de Crecimiento
y se presentan sumariamente los tipos de selecciones 'Ir" y "K". Para las Comunidades y
Ecosistemas se presenta un tratamiento también basado en la Ecuación Logística para 2
poblaciones inter-actuantes y las posiciones de Sanders (1969) y Paine (1969) respecto a
los factores responsables de la Estabilidad del Ecosistema. Se utiliza el planteamiento de
Lewontin (1969) para explicar el punto de vista moderno sobre Estabilidad de una
Comunidad.
Se propone una divisi6n de los Ecosistemas Marinos de Chile y se discuten sus
localizaciones y subdivisiones en el país. Se ilustran 3 Tramas Alimentarias Oceánicas y
una Litoral como ejemplo de elementos importantes de considerar en los Ecosistemas
Marinos Chilenos. Finalmente, se esboza la necesidád del conocimiento de la dinámica
físico-química de estos Ecosistemas Marinos y la urgente prioridad que se debe dar al
desarrollo de la disciplina de la Ecologíi3 de Sistemas.
30
REFERENCIAS
32
Pilpilen común Haematopus ostraleguslpitanax
Zarapito común Numenius phaeopus hudsonicus
Pollito de playa Caladris alba
Jote Corapygs atratus
Churretes Cinclodes
Minero Comúh , Geositta cunicularia
Lagartija Liolaemus sp.
Zorro culpeo Dusycion culpaeus
33
La trama alimentaria ilustra el estado actual del conocimiento para las relaciones tr6ficas
que ocurren en zonas·cercanas a la Convergencia Antártica Chilena. Para esta Fig. como
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34
Fig.2 TRAMA ALIMEN TARI A
(San Antonio-Chile Central)
(zona intermedía-com C. de Hu m bold t )
Lobo de
mo
Detritus orgánico
(mod. de J.Movillo¡1968)
35
Fig.3 TRAMA ALlMEI\JTARIA
NORTE de CHILE
(zona de surgenci a. Corrien t e de
Humboldt)
36
Fig.4 TRAMA ALIMEN TARIA
NeZíter-
tinos
,,
e
nsectos~
V
37
DIVERSIDAD Y EQUILIBRIO
ECOLOGICO
EN COMUNIDADES PELAGICAS
DIVERSIDAD Y EQUILIBRIO ECOLOGICO EN COMUNIDADES PELAGICAS
Tarsicio Antezana J.
Biólogo Marino, Departamento
de Oceanología, Universidad
de Chile, Valparaíso.
1. INTRODUCCION
El conocimiento o desconocimiento del ambiente marino ha motivado un interés y
ha ejercido una influencia cada vez mayores en la humanidad, debido quizás a la
gravitación ya ineludible de dos problemas mundiales: agotamiento progresivo de la
energía obtenible de los ecosistemas, especialmente del terrestre, y aumento progresivo de
la contaminaci6n artificial con sus efectos nocivos en los sistemas dulceacuicola, terrestre
y marino.
Chile no se ub ica fuera de este marco general. Sin embargo hasta hace algunos años
estos problemas tenían particular relevancia sólo en el área central y oorte del pa(s (en
especial en lo que se refiere al ambiente marioo); la regi6n de los archipiélagos se
manten(a casi inexplotada, 00 contaminada e ignorada desde el punto de vista de su
'ambiente f(sico y biológico. En la actualidad, las condiciones han cambiado drásticamente
por acci6n del hombre, 00 así en lo que respecta al conocimiento ambiental.
Condentes de los problemas globales y locales señalados, y en cierto modo
previendo la incidencia de agentes perturbadores en el ecosistema archipelágico austral de
Chile, logramos tomar datos y ob~ervaciones en el ambiente pelágico de esta región, robre
los que damos cuenta a continuación. Los resultados se refieren a la distribución de la
biomasa plact6nica con especial énfasis en la localización de concentraciones de Krill
(Eufausidosl. y a la composición y diversidad de la comunidad planctónica. Como un
objetivo derivado del anterior podemos mencionar, el de establecer un planteamiento
teórico y una metodología de trabajo adecuadas para abordar el problema de la detección
y estimaci6n del efecto de los perturbadores 00 predecibles robre el equilibrio de las
comunidades pelágicas.
Agradecimientos.
Me corresponde y me place dejar constancia de mi agradecimiento por el apoyo y ayuda
humana y material recibidas para colectar los datos y observaciones en el mar, de parte de
los Drs. Edward Brinton y Paul Dayton, y de la Fundación Nacional de Ciencias de los
EE.UU. Me es igualmente grato reconocer la entusiasta colaboración recibida durante el
desarrollo de este trabajo en el laboratorio. de parte de los Srs. Luis González, Luis
Ariztra y Eduardo Estay de la Universidad de tllíle.
40
están condicionadas por algunos factores peculiares: la uniformidad relativa del medio y
la dilución de los nutrientes, debido a constantes procesos advectivos, y la gran separación
entre el estrato de mayor energía solar y el de mayor concentraCión de nutrientes
inorgánicos. La incidencia de estos factores explicaría el reducido tamaño y baja densidad,
de los vegetales y herb(voros marinos y la gran eficiencia de transferencia de la energía en
el eslabón fitozooplancton de la cadena alimentaria (Isaac, 1900). Paralelamente, la trama
alimentaria a nivel del zooplancton adquiere una gran complejidad (explicable quizás por
un contacto ininterrumpido entre los predadores y una gran diversidad de presas) que
imprime por su baja entropía una gran estabilidad a este eslabón Fito-Zooplancton.
La diversidad espeC(fica que tal complejidad alimentaria involucra, puede explicarse
por un fracaso permanente de las especies por lograr un equilibrio interespecífico, sin
alcanzar el estado de exclusión espacial en un ambiente aparentemente isotrópico, y por
una consecuente diversificación de nichos ecológicos, o por una combinación de ambos
procesos.
Lo que aparece evidente es que existe una gran diversidad especffica en el plancton,
que es función de interacciones biológicas (competencia, predación, etc.1 Y ambientales
(perturbaciones de diverso grado y magnitud), y que tal diversidad está correlacionada
con la estabilidad de la comunidad.
Si bien es cierto que podemos definir y medir más o menos apropiadamente la
diversidad de una comunidad, estamos lejos de poder hacerlo con su estabilidad.
41
especies fue estimada de tablas que relacionan el número, peso húmedo y tamaño de
especímenes (Isaac et. aL, 1971).
La comunidad pelágica en esta región parece estar expuesta a una gran
heterogeneidad espacial y presumiblemente estacional. Las temperaturas superficiales
observadas fluctuaron entre 60 y 10,40 C y las salinidades entre 24 y 34 por mil y no
mostraron correlación significativa con la latitud, ni profundidad del fondo ni distancia al
océano abierto. Estos parámetros presentan también una gran irregularidad en el sentido
vertical en el estrato más superficial, según lo establece Pickard (1971) en un detallado
estudio hidrográfico de la región.
El origen de estas variaciones sería función del flujo de agua dulce que cae sobre el
mar y el continente, el flujo de agua marina, y también de vectores físicos que controlan
la dinámica de los fluidos. Es pues una región especialmente heterogénea, fluctuante,
inestable, pero perturbada más bien de una manera supuestamente predecible por factores
físicos (como las fluctuaciones estacionales de la luz v temoeratura al menosl.
La biomasa zooplanct6nica y la densidad de eufáusidos (F ig. 2) no guardan relación
aparente con la latitud ni correlación con la salinidad aunque sí la tienen entre s((Coef.
de Correlación Tau O. 792), al constituir el Krill el grupo de animales dominante en
biomasa del plancton en esa época y área (X =720 /0 ).
Cópedos, quetogmatos, anfípodos, salpas, decápodos, nantia y ostrácodos siguieron
a los eufáusidos en abundancia decreciente (entre el 1 y 100 /0 de la biomasa total
expresada en peso húmedo). Complementan la biomasa total del plancton en esa región:
langostinillo (Munida gregaria), sifon6foros, heterépodos, poliquetos, y otros menos
abundantes aún.
La presencia de grandes concentraciones monoespecíficas (o monotáxicas) entre los
representantes de la mayoría de los grupos nombrados fue un rasgo común en esta área.
Las más notorias por su densidad y frecuencia fueron las de eufáusidos en Angostura
Inglesa, y Cabo de Hornos, de copépodos en el Canal Moraleda, de langostinillos en Cabo
de Hornos, de salpas en el Golfo de Penas y anf(podos en el Canal Sarmiento.
El orden de los eufáusidos estuvo representado por las siguientes especies:
Euphausia vallentini, E. lucens, Nematoscelis megalops, Thysanoessa gregaria y
Stylocheiron maximun. (Fig. 1) E. vallentini es la especie de Krill más frecuente y
abundante alcanzando una dominancia de hasta el 1000 /0 de la biomasa planctónica*,
sólo comparable a especies de Krill de conocida importancia en las tramas tr6ficas del mar
tales como Euphasia superba, E. mucronata, Meganyctyphanes norvegica, etc. Le sigue a
E. vallentini en abundancia, T. gregaria siendo ambas excluyentes cuando se encuentran
en congregaciones. De menor importancia cuantitativa se presenta E. lucens, excepto en el
Canal Messier (Estación 19), Y mucho menos aún N megalops y S. maximum.
Estas especies se encuentran en el océano abierto de donde colonizaron con mayor
o menor éxito los geológicamente más recientes ambientes de los canales. Si bien
suponemos que esta tasa de inmigración se manifiesta en la época actual, presumimos que
es menor o nula debido a que los nichos ecológicos han sido llenados por especies que han
pasado ya una primeta etapa adaptativa en la sucesión de la comunidad. E. vallentini
presenta incluso un cierto grado de endemismo que se expresa en su comportamiento
poblacional y morfolog(a (Antezana, in letterisl.
En la división zoogeográfica de las regiones oceánicas de la costa
pacífico-sudamericana, Antezana (loc.citJ identifica E. vallentini y E. lucens como
especies subantárticas, a T. gregaria y N. megalops como transicionales, ya S. maximum
como mesopelágica cosmopolita. La presencia de especies cosmopolitas en el plancton de
algunos canales también fue señalada para las diatomeas (Avaria, 1970). Una relación más
* Las estimaciones de abundancia de eufáusidos basadas en muestras colectadas con redes de plancton
se consideran muy inferiores a las reales (Macl< intosh, 1972).
42
rompleta de la distribución cuantitativa de los eufáusidos de esta región se encuentra en
su fase de preparación.
Las fluctuaciones de la biomasa planctónica total están fuertemente influidas.,por la
abundancia relativa de algunas especies. Esto indicaría que existen romunidades de
estructura diferente en cada localidad o romunidades en diversas fases de una sucesión
que tendría un patrón común.
La diversidad específica como se ha establecido es esencialmente una expresión de
carácter y estado ecológiro evolutivo de una romunidad. Comunidades de baja diversidad
caracterizan erosistemas inmaduros y perturbados; usualmente tienen una o pocas
especies dominantes, fisiológica y erológicamente bien adaptadas a ambientes fluctuantes
e impredecibles. Lo opuesto se puede decir para romunidades de alta diversidad. En
erosistemas inestables con perturbaciones cíclicas o al menos predecibles -tales romo los
de los archipiélagos australes del Sur de Chile-, encontraremos presumiblemente
romunidades de diversidad intermedia integradas por:
a. Especies oportunistas: euribiontes de gran plasticidad en su comportamiento
nutricional (generalistas) y reproductivo (gran capacidad de dispersión, alta tecundidad
y frecuencia reproductiva); especies dispuestas a pagar con una alta mortal idad, la
inversión energética de una alta reproducción que requieren para la ro Ionización de un
área inestable con nichos transitoriamente vacantes.
b. Especies en equilibrio: estenobiontes ron hábitos biológiros y ecológicos mas rI'gidos y
favorablemente adaptados a la rompetencia interespecífica por recursos limitantes. Su
presencia y densidad están reguladas por procesos intra e interespecífiros ~s que por
perturbaciones abióticas del ambiente.
La diversidad de los grupos del zooplancton y especies de eufáusidos de la región de
los archipiélagos australes del Sur de Chile (Fig. 3a Y b), es baja en casi todas las
localidades m:.Jestreadas y presenta fluctuaciones de mucho menor amplitud que las de sus
biomasas.
Entre los diversos modos de expresión de la diversidad hemos preferido el uso del
(ndice de Shanon-Wiener (H =- ~ pi Inpn que mide el grado de incertidumbre que
ro n lleva a la predicción de la especie a que pertenecerá el siguiente organismo tomado al
azar. Este índice es el que mejor expresa las probabilidades de encuentro interespec(fico
versus intraespecífico (Fager, 1972); ron el fin de aumentar la romparabil ¡dad de las
diversidades obtenidas en muestras ron número diferente de individuos, cada valor de H
fue reubicado (H*) dentro de un rango de valor máximo y mínimo (dados por el número
de individuos y especies presentes en la muestra), según lo reromienda Fager (Ioc. cit.) y
luego llevado a un rango máximo-m(nimo romún (H** en las figuras 3a. y b).
Al comparar los valores de la diversidad del zooplancton y eufáusidos de los
archipiélagos con los datos (tomados de Fagetti y Fisher, 1964) de Chile Central (H**
0.47 Y 5.8 respectivamente), vemos una similitud, lo que nos hace suponer que ambas
romunidades (aunque perturbadas por diversos factores supuestamente predecibles)
tienen una estabilidad semejante.
Para el fitoplancton hemos establecido una relación similar entre ambas
comunidades por un método diferente que aunque menos exacto nos parece válido para
observaciones de abundancias imprecisas (rangos). Hemos usado para ello los datos de
fitoplancton obtenido en Valparaíso y en los canales de Puerto Montt y Aysén en verano
de 1965 e identificado por Avaria (1970, 1971). Hemos expresado la diversidad especifica
en un sistema de coordenadas que relaciona la frecuencia de ocurrencia de las especies
(ordenadas) en todas las muestras con los rangos de abundancia que presentaban en cada
muestra {abcisal. En ambas regiones las especies de menor abundancia son las más
frecuentes en las muestras (Fig. 4), lo que indica una alta diversidad que es similar en
ambas regiones.
43
Estos datos nos llevan a concluir que los cambios en la diversidad observados se
deberían a interacciones específicas que se inician y son reguladas por agentes
perturbadores de la estabilidad, predecibles en cada localidad, pero que no actúan
simultáneamente en toda la región. Su efecto se expresaría en una heterogeneidad espacial
(aún en el ambiente pelágico) que permite la existencia de muchos pequeños subsistemas
ecológicos en la Región de los Archipiélagos Australes de Chile.
44
"instantánea" de n-l individuos, lo que se expresaría en una diversidad mínima para la
comunidad. En este estado el ecosistema presenta teóricamente n-l nichos vacantes que
ir(an siendo llenados inicialmente por especies oportunistas cuyo éxito como
colonizadores será función de su grado de plasticidad' biológica, relacionada especialmente
con la calidad y magnitud del impulso perturbador cuyo efecto recién empieza a decaer.
Su capacidad de dispersión y reproducción serán altas; sus hábitos nutricionales serán los
de un generalista, en esta etapa donde el ambiente está caracterizado por recursos no
limitantes.
La diversidad de la comunidad en este estado de la sucesión (período "b" - "c") va
en aumento y es función de la tasa de inmigración específica; en el caso del plancton de
los archipiélagos será alta, por su cercanía con el océano abierto (fuente de origen de la
fauna local actualmente presente), y por la fuerza del factor advectivo sobre las
comunidades planctónicas en la zona.
La diversidad alcanzará su cúspide (tiempo "c") cuando el efecto perturbador se
haga también tolerable a las especies en equilibrio y caiga inmediatamente bajo el rango
efectivo de las perturbaciones predecibles. En este estado de la sucesión la comunidad
pOdría alcanzar un equilibrio no interactivo (Wilson, 1969) momentáneo, donde la
disponibilidad de nichos evitaría la exclusión o extinción de especies por competencia.
A partir del momento "c", la diversidad empezaría a disminuir brúscamente, como
lo observó Wilson (Ioc. cit.!. en insectos colonizadores de islas. En este período ("c" -
"d"), el efecto de las perturbaciones predecibles se sobrepone al del perturbador de tipo
catastrófico. La regulación de las poblaciones ante recursos limitantes se lleva a efecto
primordialmente a través de mecanismos de interacción intra e interespec(ficos. Entonces,
la plasticidad de los colonizadores oportunistas es un rasgo menos común que la rigidez
fisiológica y ecológica de las especies en equilibrio en la comunidad.
Cuando el impulso perturbador alcanza su nivel primitivo en "e", los procesos
interactivos entre organismos se desarrollan aún, para lograr imprimir a la comunidad un
equilibrio interactivo en "f"; la diversidad entonces es baja pero no necesariamente igual
que la del estado primitivo, pero al menos fluctuante en un rango de amplitudes similar.
¿Oué espectro de variación presenta este patrón simplificado ante las variaciones de
sus vectores? . En la fig. 6 indicarnos para ello en forma también esquemática, diversos
modelos que representan la reacción de la comunidad (medida en su diverSidad), en
función de la magnitud y tasa de decaimiento del impulso perturbador y de la naturaleza
de la muestra escogida para su estudio.
45
En comunidades de baja diversidad los cambios de estructura en los niveles tróficos
inferiores repercutirán en los niveles superiores en forma más notoria que en comunidades
de alta diversidad. Por su parte el fitoplancton debido a su tamaño, capacidad de
dispersión y tasa de reproducción debería ser bastante sensible a los efectos perturbadores
(por pequeña amplitud que tengan); pero estas mismas caracter(sticas no le permitiría ser
indicativo de un impulso cuyo efecto se predice a largo plazo.
Entre los organismos del zooplancton, algunas especies de ctenóforos, celenterados,
urocordados, etc., comparten algunas de las caracter(sticas de oportunistas del
fitoplancton y no las hace recomendables para ser consideradas como representantes de
un estado de equilibrio.
Otros organismos del ambiente pelágico presentan además de su calidad de
indicadores de masas de agua (especies en equilibrio), la de ser grandes concentradores de
partr'culas en suspensión, como es el caso de muchos herbívoros entre ellos los eufáusidos
(indicadores por ejemplo de la contaminación radioactiva) (Antezana, 1972), y que por
jugar un papel importante en la transferencia de la materia hacia niveles trófiros que
incluyen el hombre, adquieren una importancia muy relevante en este estudio del efecto
global y final de la contaminación en el erosistema marino.
Como estrategia de desarrollo de estas investigaciones parece prioritario: establecer
un programa de observaciones ront(nuas o esporádicas al menos ron el fin de medir el
ruido natural de la diversidad y establecer un intercambio cient(firo y tecnolÓJico que
asegure una visión interdisciplinaria del problema. Como medida de índole inmediata se
esperaría la creación de áreas santuario nacionales que sirvan entre otros efectos como
rontrol para experimentos diseñados ron estos fines.
V. RESUMEN
46
caracten'sticas de la comunidad planctónica (biomasa, composición faun(stica, diversidad)
de la Región de los Canales Australes del Sur de Chile en toda su extensión latitudinal con
especial énfasis en las especies de Krill. Estos resultados indican una gran heterogeneidad
espacial y la existencia de muchos subsistemas ecológicos en la región estudiada.
VI.SUMMARY
The problem of detection and estimation of disturbance effects on ecosystems is
examined on a theoretical basis.
A model for the effect of disturbance (predictable and catastrophic) on the
community structure, -expressed in terms of diversity-, through time is discussed; this
would be paíticularly relevant for pelagic communities of environments which are
affected by strong cyclic, predictable disturbanoe.
Before and after a catastrophic disturbance occurs, the following changes in
community diversity are predictéd in such environments (Fig. 5). Diversity is low and
oscillating in the community at the equilibrium sta te; it rapídly fa 115 to a mínimum due to
sudden extínction of organisms after a catastrophic dísturbance occurs; it reaches a
max imum followíng initial colonization by opportunistics, and equilibrium species la ter;
and eventually it attains a pre-<listurbance level when the equilibrium species replaoe the
former. This model shows parallel patterns (Fig. 6). sinoe the effect of the perturber
upon community diversity varíes along wíth the stress and remaínance of the perturber,
as well as the component of the community on study.
In order to establish the validity of the model in nature it is necessary to estimate
normal oscillations of community diversity and compare them with the amplitude,
reaction time and recovery time of those following a cat~strophic disturbance.
The first recorded results on biomass distribution and diversity of planktonic
community with emphasis on the krill species (euphausiids) of the Pátagonian Channels
of Southern Chile are there presented; they show the existence of a spat ial heterogeneous
pelagic environment and of communities in various states of succession.
47
VII. REFERENCIAS BIBIOGRAFICAS
48
40"
80° 70·W
E. vallent¡n¡
e T. gregaria
@ N. megalops
$. maxímum
/17 E.lucens
~.
¿~/3
15
1'l
J
,15
13
sa·
Expedición"HERO 73 -2"
Estaciones Planctónicas
Distribución de Kríll
I'{ ,S' 46' '7' '8' ,g' 50' 51' 52' 53' S/,' 55' ILAT.' S.l
I I ! I I I I I I
PESO HUMEOO
(Gr •. / 1000m', [TI ZOOPLANCTON
[IJ
300
, !
/
KRILL
100 -
50 .-
O I
J I! I I
HJ
I I I
fl
17 16 15 18 19 l' 131112 9876542
50
Eufáusidos
Archipielagos Chile
(4"-46'S)
Latitud
,," 45' 46' 47' 48' 51' 4V'
52' so'
53' 54' 55' 56', L.I~S,
1 _--I.I_--II_...-JI_ _'-I_-,-1_ - , - _ - , - 1 _
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54
TROPHIC RELATIONSHIP ANO
HARBORS, CALIFORNIA
TROPHIC RELATIONSHIPAND BIOTIC-ABIOTIC INTERACTIONS IN
LOS ANGELES - LONG BEACH HARBORS, CALIFORNIA
Abstraet: The Los Angeles Long Beach Harbor is art ificially structured from the
Pleistocene oonfigurations and Recent mud flats of the former river bed of the Los
. Angeles R iver and adjacent waters of San Pedro Bay, California. Physically an estuary, the
harbor lacks the usual salinitV gradients and oontinual freshwater flow, because rainfall
averaging 6-14 inches annually is restricted to a few winter months. Baseline inventory,
monitoring. and experimental programs have been carrieq out by a group of investigators
for the past 4 years. .
Nutrient input from cannery and sewer outfalls appear to be significant to the
trophic system. Bacterial oounts and'BOD's are high and microbial cycling seems to
perform both driving and limiting fúnctions, Primary productivities and "Red Tide"
blooms are cyclic throughout the year and may in turn drive and limit the extensive
populations in the food web of zooplankton, benthic invertebrates and fishes. Evidence
of direct nutrient transfer to so-called secondary oonsumers has also been obtained. A
high incidence ,af trace and heavy metal and pesticide oontamination is found in
sediments. The ratios of oontamination (uptake) of organisms tested are not oonsistent
with background levels, indicating that varying degrees of regulations occur. The rolesof
the trace elements in limiting and/or stimulating energy transfer in tt'le system are not yet
identified. Variatións in populations have been oorrelated with other abiotic parameters
such as temperature, oxygen, salinity and pH and localized circulation patterns
INTRODUCTION
The Los Angeles - Long Beach Harbors had never had a ooordinated biological,
physical and chemic:al survey until· the initiation of the present studies by Harbor'
Environmental Projects of the Allan' Hanoock Foundation, University of Southern
California, in spite of the fact that it is one of the major portsin the United States and
houses a Navy base. Under the impetus of the National Environmental Policy Act pf 1969
.and subsequent legislation, private industry and public agencies found a need for
environmental infmmation· that either did not exist or was proprietary and henoe not
available to,thern. Acoordingly, a baseline surveryand monitoring program was begun by
the University for the outer Los Angeles Harbor in 1971, under sponsorship {)f Pacific
Lighting Service Corporation, and expanded in 1972 under the USC Sea Grant Program
(Depart ment of Commerce NOAA) and contracts with the Los Angeles Board of Harbor
Commissioners. The U.S. Army Corps of Engineers, Los Angeles District, in 1973
oontracted to extend the program to oover the entire harbor, and added to the list of
parameters to be studied. These investigations are now oompleted and computer analysis
56
of the data has bEJen carried out.
A total of 43 stations was selected to be rronitored for thís study (Figure 11. The
locations selected were chosen to permit the optimal coverage of areas and expected
patterns of variability within the scope of our facilities. These stations were divided into
regional groups for convenience in dealing with the operational time and work load
constraints involved in the program of sampling and data analysis.
Monthly sampling at each station included remote sensor measurement of water
temperature, salinity, pH, dissolved oxygen and turbidity at one meter depth intervals
through the water column. Surface water samples were collected for analysis of dissolved
oxygen (DO) by Winkler titration and for determination of BOO, N0 3 -N, NO:z-N,
NH 3 -N, P0 4 -P, and sulfide. Biological sampling included collection of surface water tor
determination of bacterial populations including coliforms, phytoplankton productivity
and chlorophyll a. Also surface tows were made for zooplankton, usin;¡ a 253 micron
mesh 1/2 meter net equipped with a flowmeter. Screened settling racks containing glass
slides were deployed monthly at 24 stations throughout the harbor to sample water
column fauna. Separate sampling operatíons were conducted tor determining fish crop
and for bird census.
At approximately quarterly íntervals each station was sampled tor determination of
sediment grain síze and for benthic fauna, using either a modified Reinecke box corer or a
small Campbell grabo Chemical analysis of sediments for 33 parameters of trace and heavy
metals and chlorinated pesticides were performed at 43 stations within the harbor. Under
separate contracts with the Los Angeles Harbor Oepartment sediment chemistry was
determined for 60 stations in 4 transects across the San Pedro Channel to Santa Catalina
Island, for comparison with pollutant levels in the harbor. Bioassay and toxicity tests on
harbor benthic, planktonic and pelagic species were also carried out to determine
potential effects of proposed massive dredge and fill operations for port development.
Thermal effluents and toxic wasted were similary tested with bioassay techniques to
determine ranges of tolerance and identify interference with reproductive capabilities.
The Los Angeles and Long Beach Harbors are actually part of a single water area
which has been artificially restructured by dredging from the river mouth sedimentsand
channels of the Los Angeles R iver basin and adjacent waters of San Pedro Bay. Termina~1
Island is primarily constructed of fil!. The harbar is divided roughly in half by a dotted
line of competing local jurisdictions, the Ports of the two cities. While water masses,
pollutants and organisms do not recognize these boundaries, local, regional, and national
public agencies control some or most of the activities withín the water and the peripheral
land area.
Southern California is a young area geologically, and severa I times during Pliocene
and Pleistocene periods sea levels varied so that the entire basin was submerged. At other
periods of receding waters, the Channel Islands may have been connected to the
mainland. The Los Angeles River bed changed course severa I times, exiting into Santa
Monica Bay to the west for some periods, and most recently to the south in an estuarine
configuration. Further eastward, the San Gabriel River also empties to the south, but
both rivers were diverted to permanent channels some forty years ago. Thus the
watershed of the San Gabriel mountains 30 miles to the north of the basin drains into
areas southeast of the two ports. Although estuarine in configuration, the area cannot be
c1assified as a true estuary, with continual treshwater flow. Instead it receives an annual
rainfall of 9-14 inches entirely in the winter rronths. Sewer outfalls provide the only
other major freshwater flow, and that mixes in the outher harbor sufficiently that
bio logical gradients due to salinity differences cannot ordinarily be seen.
Evidence from our studies indicates that the Los Angeles R iver channel is an
unexpected major source of pollutants, apparently because catch basins upstream receive
debris and waste drainage which is carried downstream during major storms. In January,
57
1974,9 inches of rain fell in a single storm of several days' duration, and affected the
annual mean levels of pollutants, as mapped by computer. The oil well islands, to the
southeast of the river, are outside the harbor jurisdict ions, but evidence was accumulated
that they may be ¡ntermittent sources of heavy CODo The San Gabriel R iver mouth
carries large thermal eMluents which do not seem to exert any extensive deleterioL¡s
effects on biota.
The principal problems facing both ports, in addition to the multiplicity of
jurisdictions, rise from the need to modernize port facilities and deepen channels for
containerized cargo and for receipt of Alaska and Indonesian oil and liquified natural gas
(LNG). On the west, in Los Angeles Harbor, the main channp.1 clepth is only 35 feet, due
to the underlying bedrock of the Palos Verdes Iimesto nes. To the east, the Long Beach
Harbor channels range from 35 feet inside to about 80 feet at the entrance. Much of their
land is "fill", and subsidence has ocurred where oil drilling was carried out on Terminal
Island. Inner harbor channels are narrow, and much land is owned by raílroad and oíl
companies so it is not available to the Port foro general cargo. Hence the ports plan
extensive dredging and building of new land in the outer harbor utilizing underwater
diking and treatment of dredged sediments with polymers in order to contain pollutants
as inert fil!.
The California Environmental Ouality Act requires preparation, of Environmental
Impact Reports (EIR) in order to predict the impact ofvariousproposed changesonthe
coastal waters which might affect the environment and urban growth. To implement port
mOdernization, the basic biological, chemical and physical marine studies are needed. As
these were performed during our studies, alternate sites for port facilities were also
examined. The large team of investigators agreed in general that it would be better to
impact an area already extensively influenced and rnodified by restructuring and by
pollutants than to destroy the few relatively natural estuarine areas rema ining in southern
California. Chief among these natural areas are Morro Bay and Mugu Lagoon to the north,
and Anaheim Bay on the southeast. The latter two were contained within naval bases for
years and the natural environment preserved, although interior watershOOs were altered
by adjacent urbanizaticin.
The following sections of the present paper d iscuss briefly some of the findings of
these studies, which form a .baseline for determining future impacto A scientific journal,
Marine Studies of San Pedro Bay, California, was established to make readily available the
data and information that are needed by the southern California community and by
public agencies. To date, nine volumes have been publíshed by the Allan Hancock
Foundation and the USC Sea Grant Programo A summary report has also be en circulatOO
by the U.S. Army Corps of Engineers, who are responsible for navigable waterways and
for issuing permits to dredge, dump and otherwise alter those waterways.
RESULTS
PHYSICAL WATER OUALlTY
Tidally generatOO water circulation ín outer San Pedro Bay is dominatOO by two
large patterns, separated by Pier J. in Long Beach Harbor. To the west, water enters and
leaves Angels Gate on a rising tide and feOOs a large gyre in the o'uter basin. A smaller gyre
to the west off Carbillo Beach appears intermittently and a portion of the water enters
and leaves the inner harbor by the maln channel. Most of the water entering Long Beach
maln channel is also derived from the gyre.
The area east of Pier J is fOO by the Los Angeles R¡ver and by water entering
Oueens Gate on a rising tide and forms a series of minar complex gyres, with water also
entering from the east. The net water movement, however, is eastward. On a falling tide
the water leaves the harbor through the éastern breakwater opening with a small portion
flowing out of Oueens Gate.
58
The described patterns indicate that two, almost separate, hydrodynamic systems
are responsible for distribut ion of various parameters in the study area in the harbors of
San Pedro Bay.
Inspection of the results for this study shows fairly uniform annual temperature
means except in the vicinity of the Alamitos generating station cooling water outfall at
the San Gabriel River mouth. Here temperatures are elevated considerably over those
prevailing in other areas.
Mean salinity at the various stations point out four major sources of fresh water
entering the harbor. LOW salinities at the Cabrillo Beach area and the West Channel
probably are due to runoff and impoundment, since water circulation is somewhat
restricted there. The area east of Fish Harbor is the location of two cannery waste outfalls
and one large municipal sewage effluent line. Water discharged there enters the large
current gyre in the outer harbor and is therefore primarily retained in the harbor, causing
some small reductions of salinity levels throughout the outer harbor. The sewage
presently receives only advanced primary treatment,so that the outer harbor acts as a
natural oxidation pondo The Los Angeles R iver carries runoff and assorted waste
discharges from inland. The area of the Alamitos generating station outfal! at the San
Gabriel River mouth is the last of the four sources of fresh water in the harbar. Tidal
flushing patterns were significantly altered when the Pier J. fill to the east as
constructed by Long Beach in the 1940's. Previously the tidal flow entered the eastern
channel, Queens Gate, slightly earlier than at the westward Angels Gate. The nodal point
occurred near the lift bridge in the middle of the inner channel, and surge damage
occasionally occurred there. After the Pier J. fill, the easterly tidal flow was diverted to
the east and north, and served to flush, or mix with, river effluent along the shore. Beach
sampling showed that area to be impoverished biologically.
The easterly circulation pattern gyres may help to create "water cells" in the area
which are not adequately flushed and may help to create the red tide dinoflagellate
blooms which occur periodically in the harbor and adjacent waters.
Nutrient chemistry measurements revealed that there are two major sources of
phosphate (P0 4 P) in the study area; the waste outfalls area, and the San Gabriel R iver
mouth area.
The major source of nitrite (N0 2 - N) was the Los Angeles R iver mouth and two
minor sources were at the outfalls area and at the San Gabriel R iver mouth.
The major nitrate (N0 3 - N) concetration occurred at Cabrillo Beach, a public
recreation area with beach, fishing pier and small boat facilities, while the river mouths
showed minor concentrations.
The waste outfalls showed low values of N0 3 - N but the highest values of ammonia
(N H4 N), Ammonia was also high at the river mouth.
High nutrient concentrations in the harbor and bay appear to be associated with the
areas of freshwater input and lowered salinities; this suggests a terrigenous origin for the
nutrients, or possibly multiple origins from waste effluents and land run-off.
Mean dissolved oxygen (DO) levels were lower in the four areas of lowered
salinities, while higher values appeared in the areas of the main gyre systems; in the outer
Los Angeles Harbor, and between the two river mouths (F igures 2, 3).
The pattern for high biochemical oxygen demand (BOO) coincided most closely
with the pattern for ammonia, namely, highest at the waste outfalls and next highest at
the two river mouths. The inverse occurrence of DO and BOO levels demonstrates the
heavy organic loading of effluent water and run-off in those areas.
BIOLOGICAL QUALlTY
Microbial surveys of presumptive total coliforms, fecal coliforms and fecal strep and
Standard Plate Counts were carried out. Standard Methods utilizing distilled water for
59
BOD and microbial counts were compared with methods developed to use seawater as a
diluent (Juge and Griest, 1975). This suggests that the usual public health sampling
methods may not show the extensive persistence of coliforms in sea water. Counts were
high, as might then be expected in the outfalls area, and in the gyre. High countsat the
Los Angeles R iver coincided with the 1974 heavy rain storm. High total coliform counts,
without confirming fecol coliforms, indicote a terrigenous rather than a sewage origino
There is some controversy as to whether coliforms in fish guts are normal, or indicote
ingestion of contaminated waters or wastes.
While the high microbial levels could be considered as a public health problem, no
instances of human illness have been documented from the area. The outfalls area is
posted against fishing and water contact sports, but locol residents con be seen along the
jetties fishing, nevertheless.
The fact remains that the harbor fish standing crop is the highest of any local area,
inside or outside the harbor (Stephens et al., 1973, 1974; Chamberlain, 1973, 1974).
Radioactive tagging of amino acids in cannerly wastes by Chamberlain (1975)
showed that the wastes could be directly taken up by fish without microbial recycling or
an intermediate food chain. While a zone of inhibition of biologicol life occurred at the
immediate site of the outfalls, the areas adjacent to them, near or in the better
oxygenated gyre, showed exceptional crops of benthic and planktonic organisms.
Phytoplankton productivity moosurements using 14 C inoculation and incubation
showed moderate values in the outer harbor areas. To the oost, a gradient occurred, with
highest values occurring near the Los Angeles R iver mouth, decreasing in al1 easterly
direction toward the San Gabrjel R iver mouth. This pattern was duplicated in the
chlorophyll a values. Assimilation ratio values were moderately high near the outfalls and
in the outer harbor areas. The gradients of productivity and chlorophyll a values were
reverser! in the area to the east for assimilation ratios; values were low at the Los Angeles
River and higher toward the San Gabriel River.
Zooplankton densities colculated as 5ettling volumes were roughly in agreement
with the gradient of phytoplankton assimilation ratios. Wet weights of fauna oollected on
settling racks were also determined. Pattern5 of distribution for hotoplankton and
meroplankton showed decided preferences for different areas by different species.
The investigation of physical, chemical and biologicol parameters, within the scope
of a single baseline study and ancillary research, permits the application of oomputer
analysis techniques; hence correlations, or the lack thereof, are revealed which might not
otherwise be apparent under subjective evaluation.
Setection of the mode of analysis con, of course, influence the patterns d isplayed.
In general, means were utilized and extremes were transformed and standardized so that
basic trends rather than variability could be seen. Hence, for example, the most common
species are used in dendrogram analysis, and the extent of diversity is only revealed in the
computer lists.
The patterns for the biotic and abiotic parameters are clearly demonstrated by the
methods for computer mapping of data, developed by John McDonald, a University of
Southern California geographer. Computer classification and ordination programs were
developed by Robert W. Smith, of the Allan Hancock Foundation, for analysis of
biotic-abiotic relationships.
The most consistent general pattern for species distribution and related physical
parameters divides the harbor into three area types: 1) Potluted innermost slips with
piling communities and low circulation; 2) main channel fauna where circulation is better;
and 3) the outer harbor with extensive fauna, high nutrients, and the best circulation.
Since the current outside the harbor is probably not more than one half knot and tidal
flushing is reduced, circulation even in the outer harbor i5 not particularly good.
It seems clear that plans to cut down extensively on water areas in the outer harbor
and put in slips and piers will alter the species composition of the biota to a piling or
fouling community.
Since the harbor sediments are grossly contaminated (Chen and Lu, 1974)
hydraulic dredging and filling, followed by treatment with polymer5 should reduce that
pollution. Hydraulic dredging can be carried on with a very minimal sediment plume, but
vast numbers of benthic po 1ychaet es will be eliminated by fill, Experiments in the
resuspension of contaminated sediments carried out in our laboratories have shown that
chemical changes occur in the pollutants, which are adsorbed on fine silt and clay
particles and may be inert in that formo Certain of the planktonic and benthic crustaceans
were particularly vulnerable. Standard toxicity tests which require only 96 hour exposure
in a 1:4 ratio of sediment to sea water, have often showed no impact, whereas longer
term tests which include the ability to survive and to reproduce have indicated a reduced
reproductive capacity.
Although the Los Angeles Harbor was virtually dead prior to the enforcement of
water quality standards in 1969-70, an extensive fauna has developed sinc€ that time. The
most important single action was probably diverting of oil field and refinery wastes into
sumps. Gradually t he water quality has improved, to the po ilit where no areas are barren
of life and some areas are rich in both diversity and biomass.
It will be very difficult to protect these gains in the proposed new port
configurations. The probable use of the port as a major oil terminal and transshipping
point also suggests that constant care will be required to prevent accidental spills. This
problem is controlled well in many port by complex computerized controls and double
safety systems.
Spills from ship collisions will no doubt continue due to hu man error, but
containment and clean-up techniques have improved greatly. While monobuoys have been
widely proposed for supertankers outside of harbors, the problems of containment are
greater there. One problem that affects the biota on a world-wide scale is the tanker
practice of blowing tanks while at sea. Even isolated coral reefs far from harbors but
on shipping lanes show globs of crude in festoons on the corals. It will take particular
care and vigilance to preserve some biological diversity and maintain the precarious
biotic-abiotic balance presently achieved· in the Los Angeles-Long Beach Harbors.
61
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62
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FACTORES DE ROMPIMIENTO
DEL EQUILIBRIO DE L
ECOSISTEMA OCEANICO
EL PETROLEO.
COMO CONTAMINANTE
EL PETROLEO COMO CONTAMINANTE
Lisandro Chuecas
Departamento de Biología Marina
y Oceanografía, Universidad
de Concepción.
INTRODUCCION
Como resultado de la explosión demográfica y de las act ividades del hombre en un
mundo cada vez más urbanizado e industrializado, los océanos están recibiendo
cantidades cada vez mayores de materiales de desecho de la más diversa índole. Esto ha
causado significativos cambios del equilibrio ecológice en muchos lugares del planeta.
Todo lo que no puede ser usado, almacenado en, tierra firme o transformado en gas,
es vaciado en el agua, ya sea directamente en el mar o en los n'os, los cuales
eventualmente vierten su contenido en el océano (Fyn, 1965). Esto trae cemo
censecuencia la contaminación de estuarios, bahías y áreas acuáticas costeras.
Hace una década, sólo poces cienHfices se daban cuenta de la escala en que se iban
diseminando algunos contaminantes como ciertos metales pesados e hidrocarburos
cloreados y del real significado de los efectos nocivos y tóxices del petróleo en el
ambiente marino. A pesar de que se han realizado investigaciones intensivas al respecto,
aún son válidas muchas incógnitas sobre el destino y los efectos de esos centaminantes en
el agua y sus recursos.
CONSIDERACIONES GENERALES
El criterio utilizado para la evaluación de los procesos de contaminación depende en
gran medida de la definición del cencepto de "centaminación". Si se censidera los
principios de "preservación", la introducción de cualquier materia o energía en el agua
que alterare la cendición "natural" de esta última estaría prohibida. De esta manera, la
teoría de "preservacióri" elimina toda posibilidad de cualquier desarrollo ecenómice de
recursos acuáticos de gran importancia para la alimentación y ecenom(a humanas.
En centraste a la teoría de "preservación" existe el cencepto del "uso múltiple"
mantenido por el criterio de "conservación", Este se basa esencialmente en que el recurso
debe ser utilizado en cualquier forma que no dañe o altere otros usos beneficiosos (Stein
y Den ison, 1967).
En los últimos años ha sido causa de controversia el tema "El Mar cemo un recurso
y un vertedero", Sin embargo, parece prevalecer la idea de que una de las más importantes
características del mar es su capacidad para recibir productos de desechos (Revelle, 1900),
El enorme volumen de los océanos y la relativamente rápida agitación de sus aguas,
permiten la posibilidad de vaciar en ellas grandes cantidades de desechos, sin causar
efectos deletéreos, cada vez que se consideren precauciones y medidas basadas en un
adecuado cenocimiento cientl'fico y se mantenga un claro y positivo respeto por los
72
diferentes usos que del mar puede hacer el hombre.
Renunciar a lo anterior y prohibir completamente que se vacien desechos en los
mares sería transferir el peligro a otros recursos naturales con menor capacidad para
aceptarlos. Lo que debe procurarse es, por lo tanto, utilizar la capacidad de absorción de
residuos por el mar de manera que no interfiera negativamente con otros usos 1e:;J(timos
de los mares. Lograr correctamente tal balance y manejar el inmenso número de fuentes
de contaminación .•. ése es el complejo y complicado problema.
1
El GESAMp ha llegado a la siguiente definición de contaminación marina y que en
gran medida se puede extender al medio acuático en general:
"La introd ucción directa o ind irecta por el hombre de sustancias o energ ía en el
ambiente marino (incluidos los estuarios) causantes de efectos deletéreos como daños a
los recursos vivos, peligros a la salud humana, obstáculos a las actividades marinas,
incluida la pesca, deterioro de la calidad del agua marina para su uso y reducción de las
amenidades" .
Esta amplia definición incluye la introducción de cantidades significativas de
productos químicos que son constituyentes normales del agua de mar, (e.g., agua, que
puede afectar el balánce osmótico de muchos organismos) así como sustancias ajenas a
este ambiente, contaminantes radioactivos y energía calórica. La producción de
biotoxinas en los organismos marinos puede relaciooarse de alguna manera con las
sustancias introducidas por el hombre en el ambiente acuático.
La interpretación de la definición enunciada ha sido y probablemente sigue siendo
objeto de controversia. Ella considera la adición de cualquier sustancia o energía al
ambiente como resultado de la actividad del hombre, generalmente referida a un efecto
que puede ser cuantifiCable. Excluye el impacto de fenómenos naturales como erupciones
volcánicas (e.g., Bahía Foster, Isla Decepción, Antártica) o destrucción de bancos de
ostras por acción de maremotos (Golfo de Ouetalmahue, Chiloé, Chile, 1961) o exceso de
productos de erosión continental transportados por los ríos. Por otra parte, es un hecho
conocido que los parámetros de la calidad natural del agua han cambiado
inexorablemente desde tiempos prehistóricos como resultado de fenómenos naturales.
También es sabido que la proliferación de cada forma de vida en el planeta ejerce una
influencia en el ambiente. El hombre no es una excepción, e inevitablemente produce un
impacto en el ambiente. Sin embargo, el sólo hecho de que los parámetros naturales del
ambiente sean alterados por la actividad del hombre no significa, necesariamente, que
constituyen un proceso de contaminación. Pueden haber situaciones en que el vaciado
controlado y previamente estudiado de desechos domésticos (i.e., efluentes con gran
contenido en nutrientes) mejoran significativamente la calidad de las aguas dando como
consecuencia un áumento de la biomasa de organismos bentónicos y su bio(ndice (i.e.,
razón entre el número de espec(menes y número de especies) que, a su vez, pueden ser
utilizados como suplemento de la alimentación animal y/o como fertilizantes en
agricultura.
Cabe preguntarnos, ¿const ¡tuve lo anterior un proceso de contaminación? . ¿Son
los cambios que se producen en el ambiente adversos para otros usos beneficiosos del
agua? . Estas son el tipo de incógnitas Que es necesario dilucidar y tener presente antes de
decidir si el vaciado de un "desecho" causa realmente un proceso de contaminación. En
muchos casos, una evaluación objetiva de los cambios de la biota puede demostrar Que
esos cambios son en verdad, beneficiosos y no déteriorantes del ambiente marino, pese a
que e1l0s representan una alteración del ambiente natural.
El concepto de contaminación del GESAMP implica y presupone la detección de un
cambio perjudical o dañino, o la posibilidad de riesgo o cambio perjudicial. Si una cierta
sustancia o energía es o no perjudicial, depende esencialmente de su naturaleza, en
1 Group of Experts on the Scientific aspects of Marine Pollution (OCMI FAO. UNESCO, OMM.
OMS,OIEA. NUl.
73
panicular: i) su reacción química en el agua de mar, su SJlubilidad, su facilidad de
precipitacióJ"P y rapidez de sedimentación; ii) su reacción en los organismos, y iii)
características de mezcla, difusión turbulenta y flujo de rorriente del cuerpo de agua
receptor.
Bien se puede generalizar diciendo que el roncepto de rontaminación es muy
relativo y que su característica principal es un cambio dañino o perjudicial bajo
rondiciones determinadas, muy particulares, en que se produce la alteración. Así,
podemos llegar a la ronclusión de que la definición de rontaminación implica juicios
SJbre valores. Decir que alguna parte del ambiente (agua, aire o superficie terrestre) está
rontaminada, indica que algún aspecto de ese ambiente ha cambiado de ta I manera que ya
no cumple ron los criterios necesarios para un uso determinado (Wilber, 1900l.
Solamente en base a los ronceptos rontenidos en la definición de Contaminación
Marina, es posible romprender la romplejidad del problema. En efecto, puesto que el
ambiente ronstituye un sistema bio-físiro extremadamente romplejo y delicadamente
balanceado, la administración efectiva y racional a ronsiderar para su ronservación, debe
estar basada en la realización de programas integrales, oportunos y adecuados que
contemplen estudios multidisciplinarios, rontinuados y detallados. Para su logro, es de
gran necesidad y urgencia el establecer mecanismos institucionales que permitan la
romplementación y/o comparación de resultados, para obtener una estimación cuali y
cuantitativa del ambiente acuático marino.
Todo lo planteado sobre el problema de rontaminación ha sido enmarcado por los
preceptos de la "conservación del ambiente", vale decir, "el USJ racional de los recursos
naturales renovables". Ello rontempla situaciones que implícitamente indican la urgente e
imperiosa necesidad de controlar y/o eliminar procesos que claramente constituyan
deterioro del ambiente marino y sus recurSJs renovables. Sin embargo, es fundamental
agregar a lo anterior los principios de "preservación del ambiente", vale decir, una
evaluación de la existencia o ausencia de peligros potenciales de contaminación de áreas
no contaminadas. Esto debe ser hecho en base a la prospección de posibles áreas de
reserva y "santuarios naturales". Como desgraciadamente hasta la actualidad es imposible
precisar en qué med ida los cambios producidos están afectando los ecosistemas de manera
irreversible. la humanidad necesita oreservar toda parte de los ambientes que no estén
modificados, en igual forma que tratar de rerobrar aquellas áreas modificadas, en la
medida que ello sea posible.
Son pocas las regiones en el mundo en que existen áreas no modificadas en forma
mínima. Chile es afortunado en contar en el extremo sur con áreas de este tipo. que por
su inaccesibilidad se mantienen aún aisladas.
Por tales razones es un imperativo el establecer "santuarios naturales", cuya
"preservaci6n" permita la existencia de áreas que por su importancia biológiro-erol6gica
constituyan:
a) Un patrimonio inapreciable para la investigación y educación de toda la humanidad.
b) Punto de comparación para el estudio de áreas modificadas a rorto plazo y largo plazo
y, así, planificar modificaciones que no alcancen los trágicos efectos constatados en
ciertas áreas del mundo.
c) Amplias oportunidades de recreación educativa.
CONTAMINANTES AMBIENTALES
Desde un punto de vista teórico es razonable aseverar que todos los compuestos
usados y liberados por el hombre constituirían, eventualmente, rontaminantes marinos.
De esta manera, el número total de compuestos a ser incluidos en la lista de
contaminantes marinos podría llegar a decenas de miles. Sin embargo, la mayoría de los
rompuestos sintéticos no han sido detectados o ni siquiera buscados en el ambiente
74
marino. Afortunadamente la mayorl'a de ellos no son persistentes 'de tal manera que su
permanencia en el océano es limitada. Sólo para un pequeño número de esos compuestos
que han sido investigados y detectados existe algo más que datos bibliográficos aislados o
dispersos, la mayoría de los cuales corresponden a petróleo, hidrocarburos cloreados y
metales pesados. Así la ignorancia en el tema es monumental y la habilidad para evaluar la
situación actual y establecer futuras I(neas de investigación, en relación a la
contaminaci6n marina total, es prácticamente inexistente.
Los contaminantes ambientales pueden poner en peligro el uso de los recursos
marinos renovables de dos maneras: 1) matando o reduciendo el número de organismos
por alteraciÓn del ambiente natural en que viven y 2) comunicando a los organismos
características inadecuadas para el ronsumo humano.
Por lo anterior, los rontaminantes marinos representan una amenaza potencial para
los recursos vivientes que debe ser evaluada en base a esos dos puntos de vista.
75
océano abierto.
Las corrientes oceánicas costeras tienden a aislar las aguas del área costera de las del
océano abierto. En general, las corrientes oosteras oorren paralelas a la oosta, de manera
que los materiales introducidos en cualquier punto tienden a fluir más bien a lo largo de la
oosta, que hacia afuera, para mezclarse oon el océano abierto. Este tipo de circulación
generalmente mantiene a los desechos cerca de la oosta.
Las tasas de intercambio de aguas a través del océano oostero y los procesos que
controlan este intercambio, son poco oonocidos en la mayoría de las aguas costeras. El
movimiento de las aguas sub superficiales, a diferencia de la circulación material
mencionada anteriormente también tiende, en la mayor parte del océano oostero, a aislar
las aguas oosteras del océano abierto, aumentando la retención de los desechos en esas
aguas.
A lo largo de las oostas en que el aporte de agua dulce proveniente del continente y
la precipitación normalmente exceden a la cantidad de agua perdida por evaporación en la
superficie del océano, se establece una circulación del tipo estuarina (se llama as( por estar
bien desarrollada en los estuarios).
En un estuario, el agua dulce de los ríos que fluyen hacia el primero. forma una
capa superficial menos densa que se dirige hacia el mar, mezclándose oon el tiempo oon la
solución salina que se encuentra debajo. La picnoclina que se prOduce entre esas dos
capas, funciona como una válvula unidireccional que permite el paso hacia arriba de las
capas subyacentes produciéndose la mezcla.
La extracción de agua salada desde la capa sub-superficial, a su vez: produce una
oorriente sub-superficial que trae agua oceánica hacia la oosta. As!', la circulación estuarina
oonstituye una calle dé doble tráfioo.
Esta circulación influye poderosamente en el oomportamiento de los materiales en
el océano oostero. Por ejemplo, las partfculas sedimentan o precipitan a partir de las capas
superficiales y son captadas por las aguas sub-superficiales que se mueven hacia la costa, y
de esta manera tienden a permanecer en las agua sobre la plataforma continental. Este
mismo sistema de circulaci6n estuarina, tiende a retener los nutrientes y otros materiales
usados por los organismos para su crecimiento, oomo también productos de su
metabolismo y restosorgánioos de esos organismos.
Otro aspecto de la ingerencia de la picnoclina en problemas de oontaminaci6n es en
los casos de la llamada "contaminaci6n térmica"; la mayor temperatura de las descargas,
trae como resultado el que estas aguas sean menos densas imp idiendo su mezcla oon aguas
subyacentes. Debido a su mayor temperatura, la descarga pierde su capacidad de retener
oxígeno disuelto y aumenta la tasa de oonsumo del mismo, creando un ambiente
desfavorable para la vida de algunos organismos marinos. Estas condiciones pueden ser
también la caus:¡ estimulante rle un exhuberante des:¡rrollo de algas, a veces denominado
"bloom de algas",
Como hemos reoordado, la circulación estuarina no transporta fácilmente hacia el
mar abierto los desechos descargados en áreas costeras. S610 aquellos desechos que se
disuelven en el agua de mar y no se asocian, ni a partfculas de sedimentos, ni oon
organismos, escapan fácilmente hacia el océano abierto.
INTROOUCCION
La moderna tecnología basada esencialmente en el uso de combustibles fÓsiles
establece oomo consecuencia inevitable la oontaminaci6n del ambiente por petróleo. Esto
se realiza a través de descargas intencionadas o a través de pérdidas accidentales en la
producción, transporte, refinación y uso del petrÓleo. ¿Cuál es la magnitud de la
contaminación por petróleo y cuáles son sus efectos y destino en los océanos? . Hasta
76
fecha muy reciente, se había cre(do que la importancia del petróleo como contaminante
del ambiente marino era relativamente reducida para la estabilidad del sistema. Sin
embargo, en la actualidad existe un gran cúmulúde evidencias que permiten aseverar que
el petróleo y sus derivados representan una grave amenaza, no sólo para el ecosistema sino
también para la salud humana, y cuyos efectos son, por ahora, muy dif(ciles de predecir.
Blumer (1971) ha publicado un excelente y documentado trabajo sobre el tema, el cual
ha sido especialmente considerado para la presente exposición.
DESCRIPCION DE L CONTAMINANTE
Los hidrocarburos se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza
(Gerarde, 1962). En el ambiente marino provienen de fuentes naturales, por ejemplo, de
organismos o de infiltrados submarinos, o por otra parte, son introducidos por la acción
del hombre en forma de contaminación con combustibles fósiles. Los hidrocarburos
entran en el mar a concentraciones altas y bajas y con frecuencia no son detectados
visualmente si están disueltos en el agua o dispersos en los desagües de los alcantarillados.
La toxicidad del petróleo y sus derivados var(a ampliamente y se ha demostrado
que las diferentes especies de organismos y las diferentes fases de su vida presentan
diferentes susceptibilidades a la contaminación (Cowell, 1969; Baker, 1970). Los
hidrocarburos biogénicos pueden tener funciones biológicas bien definidas. Por lo tanto
los métodos para la investigación de la contaminación con petróleo deben poder actuar
con el espectro completo de aceites y productos oleosos a altas y bajas concentraciones,
lo mismo que con los hidrocarburos naturales en sedimentos y organismos.
Los hidrocarburos del petróleo cubren una amplia gama de pesos moleculares, desde
16 (metano) hasta muy por encima de 20.000. Los proeesos geoqu(micos, responsables de
la formación del petróleo crudo, conducen a la formación de un inmenso número de
hidrocarburos individuales (Eglinton y Murphy, 1969).
Existen sensibles diferencias de composición entre los hidrocarburos de los
organismos vivos y los correspondientes a los combustibles fósiles. La cromatograf(a de
gas proporciona la base para diferencias entre hidrocarburos naturales y contaminantes.
Por otra parte, la variedad de procesos geoquímicos y de refinamiento de cada petrÓleo
irriprime en él rasgos característicos de composición y estructura. As(, técnicas anal(ticas
de elevada capacidad de resolución pueden ser utilizadas para distinguir petróleos crudos
de diferentes procedencias.
El petróleo crudo y sus productos esparcidos en la naturaleza son alterados por la
evaporación, la disolución y el ataque bacteriano y químico. La exposición al ambiente
afecta tanto el nivel de contaminación como la composición relativa del contaminante.
Pese a los complejos procesos que ocurren durante la exposición a la intemperie,
muchos parámetros de composición son relativamente estables. Estos parámetros estables
pueden ser util izados para identificar un petrÓleo contaminante y para correlacionarlo con
su punto de prOCedencia durante muchas semanas, cuando no meses, después del derrame.
TOXICIDAD DEL PETROLEO Y SUS DERIVADOS
Todos los petróleos crudos y todas las fracciones del petróleo, con excepción de
productos muy puros, son tóxicos y/o nocivos para todos los organismos marinos.
Ya en 1957 el derrame de petróleo producido por el 'Tampico", Baja Cal ifornía,
México, creó una situaci6n en que una éxtensa área natural fue prácticamente destruida.
Entre las especies muertas se contaban moluscos y crustáceos de gran importancia
econ6mica. Se pOdría dar muchos otros ejemplos, incluyendo los graves daños sobre la
flora y fauna marinas ocasionados por el cuantioso derrame de petrÓleo (ca. 40.000 ton)
del Metula en la Costa Norte de Tierra del Fuego (Región Austral de Chile) en 1974.
La toxicidad puede ser inmediata y produce la muerte desde minutos a algunas
horas. Las fracciones responsables son muy solubles en el agua (e.g., hidrocarburos
77
saturados de bajo punto de ebullición; hidrocarburos oleHnicos presentes en productos
refinados) produciendo anestesia y narcosis a bajas concentraciones y daño celular y
muerte en una gran variedad de organismos a concentraciones altas. Muchos de los
componentes del petróleo son igualmente tóxicos para el hombre.
En la actualidad se conoce con certeza que muchos productos químicos que
componen el petróleo son responsables del cáncer en animales y en el hombre. Esto
último fue observado hace algunos años en el personal de una refinería de petróleo que
mostraba una alta incidencia de cáncer a la piel. Se estableció que la causa había sido el
contacto prolongado de esas personas con petróleo y productos de refinación. Si
consideramos que los organismos marinos ingieren y retienen hidrocarburos que,
eventualmente, son transferidos a través de la cadena alimentaria, podemos establecer
grandes implicancias para los peces y moluscos comerciales y, consecuentemente, para la
salud humana. Existe una creciente evidencia que estos productos marinos han sido y
siguen siendo comercial izados -aún cuando representan grandes riesgos para la salud
humana. Las pruebas de sabor a que son comúnmente sometidos son incompletas; sólo
una pequeña fracción del petróleo posee un olor pronunciado y éste puede ser eliminado
aún cuando productos dañinos a largo plazo pueden ser retenidos. El ebullir o freír los
organismos puede remover el olor pero no la toxicidad.
En contraste con la toxicidad a corto plazo y propiedades carcinológicas del
petróleo crudo y derivados del petróleo, los efectos a largo plazo de bajas concentraciones
de petróleo, prácticamente no se conocen. Estos podrran ser mucho más graves y
duraderos que aquellos a corto plazo que de por s( son más obvios. Es reconocida la
urgente necesidad de realizar investigación en esta área.
78
Cuadro I
ORIGEN T/año
Escapes naturales ?
Refinerías 300.000
Desechos de óleos gastados Automotrices e Industriales 450.000
Precipitaciones de hidrocar- (Probablemente relativamen~
buros. te baja). ?
Naves bajo 100 t de re- I ncl uyendo naves de pi acer
gistro. (probablemente relativamen-
te alta). ?
Estas cifras no son suficientemente exactas para fijar el grado de contaminación de las
diferentes regiones oceánicas por los diferentes petróleos crudos y productos del petróleo.
Se necesita urgentemente estudios mucho mejores y más detallados de los océanos,
especialmente en las regiones más productivas si se ha de estimar el efecto de la
contaminación por el petróleo sobre los sistemas ecológicos marino y sobre los recursos
de la pesca.
79
minimizar sus efectos tóxicos son inadecuadas si se tiene en cuenta el número y tamaño
de los accidentes y desastres.
Aún cuando pudiera eliminarse un daño estético es altamente improbable que las
actuales técnicas permitan eliminar el impacto ecológico de la contaminación por
petr6leo. Las fracciones más tóxicas son alta'mente solubles en agua y las cotrientes
marinas las dispersarán en tal forma que si el accidente ocurre en áreas costeras, la entera
columna de agua será contaminada aún cuando una gran cantidad de petrÓleo permanezca
flotando en la superficie. Por otra parte la emulsiÓn del petróleo, producida por la
agitación del agua, presenta un área de superficie mucho mayor al agua, lo cual determina
que la disolución sea más rápida y, consecuentemente, la concentraci6n sea mayor.
La única situación en que podría ser evitado el efecto biológico de la contaminación
por petróleo es aquella en que la recuperación de este último pudiera efectuarse
inmediatamente después del derrame. Sin embargo, la tecnología para lograr esto no
existe en la actualidad. Por estas razones las únicas alternativas que ofrecen las actuales
técnicas son minimizar un daño general o un daño referente a determinados recursos de
gran importancia económica.
Respecto a la transformación del petróleo en el ambiente se desconoce la suerte
final del petróleo en muchos ecosistemas marinos y de los productos de la degradación
bacteriana del petróleo. Se requieren estudios toxicológicos y de composición de los
hidrocarburos y sus productos de degradación en el medio ambiente. También se necesitan
estudios para definir los mecanisrms y tasa de disipaciÓn de hidrocarburos procedentes de
petr61eo flotante o dispersadO, por procesos como evaporaci6n, disoluci6n, distribuci6n y
degradación bacteriana.
80
cerca del área en estudio, como única manera de atacar en forma integral un problema
determinado que SJbrepase varias disciplinas cientl'ficas y as!' lograr que cada invest igador
estudie su tema y desarrolle sus investigaciones disponiendo del mayor número de
elementos de ju icio. Por otra parte, es de gran importancia el desarrollo de programas de
investigación regulares e indefinidos como requerimiento para conocer la evolución de los
efectos a largo plazo de la contaminación, En este sentido, es una necesidad inmediata el
establecer "áreas de reserva" o "santuarios naturales", que aseguren su protección ante
posibles impactos provocados por problemas de contaminación,
Algunas de las conclusiones derivadas del conocimiento actual sobre la
contaminacion marina por petróleo han sido extractadas del trabajo de Blumer y son las
sigu ientes:
1. El petróleo y sus derivados dañan el ecosistema marino y son peligrosos para la
salud humana.
2. Sólo se posee una información aproximada sobre el grado de contaminación marina
por petróleo.
3. Debido a la alteración de la ecología marina de muchas áreas se hace urgente el
disponer de una información básica de referencia sobre la composición y densidades
de la fauna y flora marinas y de las concentraciones de los hidrocarburos
encontrados en los organismos marinos, se::limentos y masas de agua.
4. Es necesario considerar todas las precauciones para evitar los derrames de petróleo,
generalmente debidos a errores humanos.
5. La prevenCión de los derrames deberl'a de realizarse por medio de una vigilancia
adecuada y respaldada por la ley.
6. Perfeccionamiento y USJ más intenso de los métodos LOT (Ioad-on-Top) como
primer paso en la disminución de la contaminación por petróleo producida por los
super-tanq ues.
7. Es necesario iniciar estudios químicos y biológicos coordinados para evaluar de
manera más precisa el real impacto de la contaminación por petróloo sobre
organismos marinos y recursos alimentarios para el hombre.
8. Se necesita urgentemente realizar estudios sobre los efectos de la contaminación por
petróleo a bajas concentraciones y a largo plazo,
9. Se debe definir las concentraciones y tipos de compuestos' carcinogénicos en los
diferentes petróleos crudos y productos derivados y su significado para la salud
humana.
10. El daño ecológico y el daño a los recursos pesqueros SJn consecuencias directas de
los derrames de petrÓloo. En el futuro, los costos de producción de petróloo
debieran de incluir un financiamiento para llevar a cabo docencia e investigación en
el campo de la "Conservación Ambiental" en general, y en el tema "Contaminación
por. Petróloo", en particu lar,
81
REFERENCIAS
BAKER, J.M., 1970
.. Succesi~ sp iIIages" •
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Communities. J. Inst. Petrol.
BLUMER, M .. 1971
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Volume 1. Number 1,1971, by the Woods Hole Ocea'nographic Institution.
BROCKIS, G.L., 1975
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Conferencia dictada en el primer curso de capacitaci6n FAO·SIDA sobre contaminación de las
aguas del mar en relación con la protección de los recursos vivos. Suplemento al informe. Róma
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COWELL, E.G .. 1969
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. Ann. Rev. 3: 95·114. Harold Barnes (Ed.l. George Allen and Unwin Ltd., London.
GERARDE. H.W .. 1962
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WILBER, C.G.,1969
"The Biological, aspects of water Pollution" Charles C. Thomas, Publisher Springfield, IIlinois,
U.S.A.
82
LAS REGULACIONES . DE PESCA
LAS REGULACIONES DE PESCA
Patricio Arana Espina
Centro de Investigaciones del Mar
Universidad Católica de Valparaíso
INTRODUCCION
La explotación racional de los recursos vivos del mar plantea a cienHficos, poli'ticos,
instituciones gubernamentales, pescadores y a la comunidad en general una díf(cil
problemática que requiere de oportunas y enérg icas decisiones, las cuales sólo pueden ser
adoptadas si se cuenta con un adecuado respaldo cient(fico. Para lograr esta explotación
racional, es necesario además compatibilizar diversos objetivos, muchos de ellos,
antagónicos y complejamente interrrelacionados entre s(. los cuales tienden
fundamentalmente a la conservación de las poblaciones; a obtener de ellas el máximo
rendimiento sostenido y de all{ a optimizar los beneficios sociales y económicos; a
asegurar la igualdad de participación en la actividad pesquera' y á re~uardar Jos intereses
de los Estados ante la atención internacional que es estimulada por el gran potencial de
los océanos. '
La conservación de las pesquen'as ha sido intentada desde hace varios milenios
asociada principalmente a conceptos místicos que han perdurado a través de los años
orientando las actuales reglamentaciones. Ejemplos de medidas adoptadas para proteger
los recursos marinos pueden encontrarse ya en culturas como la egipcia, china, griega,
romana, etc. (Royce, 1972), en las cuales se prohibía la captura de ejemplares en
avanzado estado de madurez e incluso se declararon como lugares sagrados las áreas donde
se efectuaba la reproducción de las especies.
El concepto moderno de Administración Pesquera incluye toda acción encaminada
, a mantener o incrementar las poblaciones sujetas a explotación, como asimismo a lograr el
máximo aprovechamiento de las capturas. Este concepto incluye una gran variedad de
temas sobre los cuales se debe prestar atención con el objeto de alcanzar una adecuada
cOmprensión de los problemas que afectan o pueden afectar a una pesquería y de alli'
proponer las medidas que conduzcan a una solución integral.
La pesca mundial alcanza actualmente, en cifras redondas, alrededor de 70 millones
de toneladas métricas, desembarques que aún pueden ser incrementados hasta los 100 ó
120 millones de toneladas, cantidad que se alcanzar(a antes de completarse una nueva
década. (Oavis, 1973).
Esta cifra incluye todos los recursos marinos susceptibles de ser capturados, de
acuerdo a proyecciones realizadas por eminentes cienHficos en base a la actual
información disponible ya las tecnólog(as empleadas. A I avecindarse la fecha en la cual se
alcanzará esta predicción conducirá, como lógica consecuencia, a que se plantee como
interrogante de difícil respuesta sobre las medidas que puedan adoptarse, a nivel mundial
o en las zonas bajo la jurisdicción de los Estados, para afrontar la situación de estabilidad
en el sector pesquero y la forma de evitar las situaciones de conflicto que puedan
86
producirse ante el natural deseo de los Estados y de los propios pescadores de incrementar
individualmente sus capturas.
En forma particular, debe ser protegida cada población natural con el objeto de
asegurar de ellas un máximo rendimiento sostenido que permita cumplir el principal
objeto de las pesquerías que es, la utilización de los recursos marinos en la medida que la
comunidad los neoesite. Puede indicarse también, que en algunas pesquer(as cuyas
capturas fueran mejor aprovechadas, podrían experimentar una reducción de sus
volúmenes de pesca.
La experiencia alcanzada tras largos años de pesca intensiva como asimismo los
resultados de estudios teóricos señalan los graves riesgos que produce una pesca
incontrolada. A I mismo tiempo, se ha demostrado que la ordenación de las pesquerías a
través de reglamentaciones adecuadas a cada necesidad espec(fica permite el
desenvolvimiento de la actividad pesquera en un alto nivel de eficiencia
bio-tecno-socio-económica. Por esta misma razón, las medidas de regulación deben ser
entendidas en un sentido positivo por medio de las cuales se asegura una labor
permanente aún cuando en primera instancia parecieran ser resoluciones limitativas. Elliot
(1975) ha declarado que son esenciales las reglamentaciones de pesca ya que "si ésta se
practica libremente, llegará el día en que no quede nada".
Pese a ello, las reglamentaciones deben ser encaminadas hacia objetivos prácticos
considerando la naturaleza social, técnica, económica y comercial del país; deben ser
basadas en estudios cient(ficos que abarquen el conocimiento de los parámetros pesqueros
y ambientales e incluyan la conservación, elaboración y distribución de las capturas.
Además de las consideraciones anteriores, es preciso lograr la coordinación de las labores
de las instituciones relacionadas directa o indirectamente con las regulaciones o su
control. Sin embargo, para que cualquier medida conducente a regular la pesca sea
cumplida, debe ponerse de manifiesto ante quienes deben obedeoerlas, las razones que
motivaron su adopción como también las ventajas de su aplicación.
Este documento analiza el desarrollo de una pesquería hasta alcanzar el máximo
rendimiento sostenido y las situaciones de conflicto que pueden presentarse en la
explotación de los recursos marinos. Además, se discuten las med idas regulatorias
aplicadas a la pesca con el fin de obtener una explotación racional e integral de los
recursos pesqueros y junto con ello se esboza la tendencia del Derecho del Mar
contemporáneo sobre la administración de los recursos naturales renovables del océano.
87
Para fines prácticos, puede considerarse como comienzo de una pesquen'a a aquel
momento en el cual se descubre un recurso como consecuencia de investigaciones
planificadas, pescas exploratorias o debido a la casualidad como sucedió alrededor del
año 1953 con el camarón nylon (Heterocarpus reedi) cuya existencia fue conocida al
realizarse faenas comerciales a mayor profundidad de lo habitual (Mistakidis y Henríquez,
1966), Detectado un recurso y demostrado que pueden obtenerse rendimientos
comerciales, es posible que alguna de las características de la especie que lo constituye,
como por ejemplo su valor econ6mico, su aporte nutricional, su importancia a nivel
industrial u otros factores o la combinación de los mismos, despierten el interés por
iniciar de inmediato su explotación. Otra alternativa posible, es que permanezcan en
condiciones de recursos potenciales hasta superar las dificultades que han impedido su
explotación, sean éstas motivadas por deficiencias o carencias de tecnologl'asadecuadas de
extracción y elaboración o por falta de mercados, capitales, etc.
Los estados por los cuales pasa una pesquería en algún momento de su historia son;
al Nacimiento, b) desarrollo, c) estabilización, d) declinación, el e)(tinción y f) manejo.
b) PESQUERIA EN DESARROLLO
Iniciadas las faenas en una pesquería dada, se encuentra que durante un cierto
período de tiempo puede producirse un continuo incremento de las unidades de pesca, lo
cual se traduce en un aumento progresivo de los desembarques. (Figura l,A-B y B-Cl. En
forma paralela, se observa también en este período un cambio en la tecnología utilizada,
desarrollo que involucra mayor cantidad de mano de obra empleada, equipos, plantas,
etc., todo lo cual permite aumentar la eficiencia de las operaciones pesqueras.
Es común que los cambios Que se realizan combinen los desarrollos cuantitativos y
cualitativos ya Que por lo general se encuentra un aumento en el número de embarcaciones,
plantas procesadoras, equipos, etc., mostrando cada uno de estos elementos mejoras
técnicas sobre sus precedentes. En el caso particular de las embarcaciones, la
mecanización, la incorporación de equipos electrónicos de navegación y detección de
concentraciones de especies ícticas provocan un incremento del poder de pesca de las
mismas. Este aumento de poder de pesca y de allí el esfuerzo pesquero debe ser
cuidadosamente controlado con el fin de evitar un sobredimensionamiento industrial, el
cual puede permanecer enmascarado por algún tiempo. En tal estado aparece la
competencia y en muchos casos situaciones de conflicto al disminuir las capturas aún
cuando se incrementen las embarcaciones pesqueras. .
Por su parte los sectores secundarios y terciarios, se desarrollan en forma paralela y
en las investigaciones se da especial énfasis a la evaluación de los recursos, a los estudios
biológico-pesqueros y a aquellos orientados a determinar nuevos métodos de elaboración
88
o a mejorar los estándares de calidad de los productos.
Durante esta etapa se producen notables cambios en la romposición y abundancia
de los recursos debido a la mortalidad por pesca derivada de la explotación intensiva. De
allí que se encuentren cada vez una menor cantidad de ejemplares de tallas grandes en la
población, lo cual se refleja en las capturas que presentan tallas medias progresivamente
menores que las aIcanzadas al comienzo de las act ividades.
Finalmente, puede señalarse, que el desarrollo de una pe&:¡uería está directamente
relacionado ron la demanda espontánea de los ronsumidores sobre ciertas especies o
productos, por las necesidades industriales o por polfticas de fomento, motivadas estas
últimas por razones económicas y sociales. De no existir estos incentivos puede
permanecer esta actividad sin desarrollarse, aunque existe la posibilidad de incrementarla
a través de promociones de mercado para sus productos.
cl PESQUERIA ESTABILIZADA
Como su nombre lo indica, es un estado en el cual no se observan cambios o si
éstos se presentan son m(nimos. Por esta razón, sobresale durante esta etapa la
mantención de un cierto nivel de desembarque, el cual puede ser causado porque el
esfuerzo se mantiene ronstante o porque a pesar de incrementarse éste, las capturas no
varían debido a que la población está disminuyendo. Asimismo la estabilización de uno de
los sectores no es limitante para que pueda desarrollarse otro, aún cuando exista una
captura estable.
Dentro de este roncepto general de estabilización deben entenderse dos tipos
diferentes, aJ aquella estabilización que puede dar paso a una nueva etapa de desarrollo, y,
bJ aquella que puede rontinuar indefinidamente en el nivel alcanzado o ser seJuida por
una declinación de la pesquería.
El primero de estos casos (Figura 1 BJ puede entenderse por unlapso variable de
tiempo, aunque por lo general de rorta duración, posterior al cual se observa una etapa de
desarrollo seJuido por un nuevo período de estabilización, aunque esta vez alcanzando a
un nivel más alto. De all!' que puede indicarse, que la especie no está en su grado máximo
de explotación, razón por la cual pueden esperarse mayores capturas dentro de los
márgenes permisibles de pesca.
En el segundo caso (Figura 1 Cl. están aquellos recursos que no son capaces de
soportar un mayor nivel de explotación. Este momento, el cual puede ser considerado
romo el crítico dentro del desarrollo de una pesquen'a, presenta romo única alternativa
para mantener la pesca en su máximo rendimiento, iniciar el manejo del recurso y en
general la administración de la pesquería (Figura 1 E).
Además de las características antes señaladas los recursos se ven afectados por la
explotación continuada observándose una progresiva disminución de las tallas-edad-peso
promedio en las capturas, todo lo cual induce a orientar las investigaciones pesqueras para
determinar preferentemente el efecto de la pesca sobre las poblaciones naturales y a que
el Gobierno se preocupe de dictar medidas regulatorias ron el objeto de evitar ronflictos o
el detrimento de losrecursos.
d) PESQUERIA EN DECLlNACION
La característica fundamental de esta etapa es la disminución de las capturas debido
a que la poblaCión explotada ha sido afectada por una intensidad de pesca excesiva o
sObrepesca. S in embargo, los efectos negativos de una actividad pesquera
sobredimensionada se evidencian únicamente después de un tiempo de actuación ya que
generalmente se mantiene un determinado volumen de desembarque mediante la
incorporación de nuevas embarcaciones a las faenas de pesca. Estos intentos se rontínúan
89
hasta que los resultados muestran un efecto negativo. Entonces, se alcanzan las tallas
promedios más bajas en las capturas, los desembarques disminuyen y el esfuerzo pesquero
también decrece (Figura 1 F y G), pues no existe interés en los pescadores por continuar
realizando faenas que les proporcionan cada vez menores rendimientos e irgresos.
Por la misma razón, la industria pesquera trabaja muy por debajo de su capacidad
instalada y el sector terciario decrece en igual proporción que el resto de los sectores.
el PESQUERIA EXTINGUIDA
Generalmente, en esta etapa cesan las actividades industriales o a lo menos se
mantienen a un nivel reducido ya que la magnitud del anteriormente abundante recurso,
ha disminuido a tal punto que hace antiecon6mica su explotación (Figura 1 H).
No obstante, la causa señalada anteriormente no es la única que puede motivar la
declinación de una pesquería, ya que también puede influir decisivamente en ella
cualquier cambio en los hábitos o preferencia de la población consumidora, prescindencia
de su uso a nivel industrial y por la aparición de sustitutos de mayor calidad o de menor
costo.
LAS REGULACIONES DE PESCA
Una actividad pesquera realizada en forma irracional ya sea porque ésta traspasa su
dimensionamiento óptimo lo cual le hace derivar en una sobrepesca,o por realizarse una
explotación que no considere las necesarias medidas que deben proteger la conservación
de los recursos naturales renovables, constituyen el efecto negativo que ejerce el hombre
a I aprovechar para sí los organismos vivos del mar. Y no es ésta la única influencia adversa
que ejercen los humanos sobre ellos sino que además contribuye poderosamente al
deterioro del medio amb iente, donde se desarrollan eStos organismos.
La Ciencia Pesquera moderna da especial importancia al estudio del efecto que
produce la explotación intensiva sobre las poblaciones acuáticas con miras a la obtención
del máximo rendimiento sostenido. InduGlablemente que el lograr y mantener una cifra de
captura igualo cercana a ese máximo representa todo un desafio, siendo dicha etapa en la
historia de una pesquería, el momento en que se consigue el equilibrio entre los "desa-
rrollistas" y los "conservacionistas". Dicho de otra forma, deben obtenerse todos los
beneficios posibles de los recyrsos, aunque teniendo en todo momento presente, que se
trata con organismos que viven en e$trecha relación con su ambiente y que tienen una
capacidad de producción limitada. Debe, por tanto, aprovecharse al máximo los recursos
con miras al bienestar humano, evitando la "subpesca" pero también debe cuidarse de que
no sean excesivamente explotados o "sobrepescados" más allá de su capacidad natural de
bioproducción.
Para lograr una actividad pesquera racional, se hacen ineludiblemente necesarias las
regulaciones que permitan compatibilizar los distintos objetivos que confluyen en la
explotación de los recursos marinos. Estos son: al· alimentación y bienestar humano; b)
actividad humana; c)empleo de capitales y dI otros objetivos derivados de los anteriores
(manejo de los recursos, desarrollo de actividades tUfl'sticas y deportes, creación de
industrias conexas a la pesca, etc. (ARANA, 1974).
De al!( es que se presenten conflictos cuando los pescadores, persiguiendo sus
objetivos particulares sean estos aficionados, artesanales o industriales, compiten por la
captura de un determinado recurso. Además de estos problemas, existe una gran
diversidad de factores que influyen en una toma de decisión respecto a administrar la
actividad pesquera. As(, por ejemplo, es frecuente la rivalidad entre los pescadores
artesanales y las embarcaciones de gran tonelaje que capturan en algunos casos los mismos
recursos, aunque con intereses diferentes, como as( también usando art~s de pesca no
siempre compatibles para una misma área de pesca. Complican aun más esta situación, en
desmedro generalmente de los recursos, las propias exigencias de la demanda que
90
requieren los productos del mar en ciertos momentos o con caracten'sticas determinadas.
Junto con ello es preciso considerar los aspectos sociales y económicos de la
actividad pesquera, además los lineamientos de pol(tica sectorial que aplica un Gobierño.
Gran preocupaci6n debe merecer la seguridad ocupacional, la remuneración del personal
que labora en él y los ingresos que pua:len generarse en el mercado nacional o en la
exportación de sus productos.
Para resguardar estos intereses, como aquellos relacionados con la seguridad de las
Naciones, se ha recurrido a la administración de las pesquer(as, cuando corresponde, las
medidas de protección, conservación o de regulación de pesca cuando se hace evidente
una actividad irracional o se observan indicios de deterioro del medio ambiente marino.
A la destrucción del habitat natural de los organismos marinos contribuyen
principalmente los contaminantes provenientes de:
al alcantarillados y residuos de los centros urbanos
b) desperdicios industriales
el -residuos de la miner(a tradicional
di erosión terrestre
el intensificación del transporte oceánico
fl minen'a submarina
gl productos qw'micos usados en la agricultura
Al agotamiento de las poblaciones de organismos útiles al hombre contribuyen,
.entre otros:
al El escaso conocimiento cientffico con que se cuenta en la mayoda de los casos,
sobre las especies explotadas.
bl La dif(cil determinación de potenciales explotables y lo complejo de evaluar los
efectos que produce una pesca intensiva en las poblaciones.
cl Legislaci6n inadecuada o carencia total de ella que proteja la conservación de los
recursos y que permita el control de la contaminación.
dI Utiliza<;iÓn de artes y sistemas inadecuados para la pesca.
el Falta de reglamentación mundial para controlar la explotación de algunas especies
migratorias, de mam(feros o poblaciones pescadas por más de una naciÓn.
Los océanos y los mares del mundo deben protegerse como una parte más de la
naturaleza, distinguiendo entre lo que conforma el medio propiamente tal (atmósfera,
aguas y fondos), las bellezas naturales y los organismos vivos que lo habitan. Dentro de
esta última subdivisión se encuentran los recursos pesqueros que pueden.a su vez,
protegerse a través de medidas de tipo directo o indirecto (Figura 21.
Por definición, una regulación prohibe la realización de una o mels actividades lo
cual implica necesariamente rechazar igual número de objetivos. Generalmente, aunque
no siempre es as(, las regulaciones se establecen para satisfacer los deseos mayoritarios
sobre una minor(a la cual puede hacer lo que desee, teniendo plena libertad de participar
en los beneficios del régimen que se imponga. No obstante, es común que los pescadores
no creen en las ventajas de una regulación y de no imponerse ésta, algunos de ellos pueden
seguir su propia volu ntad aún sobre los deseos comunitarios.
Por todo ello, en las regulaciones de pesca debe tenerse especialmente en cuenta las
metas que se desean obtener con la aplicación de las medidas y al mismo tiempo es
conveniente comprobar que estas sean las más apropiadas para lograr los objetivos
prefijados -y que se consideren debidamente las razones que motivaron su implantación.
Hasta el presente se han dado diversas explicaciones a cerca de las causas que obligan a
establecer las regulaciones (Tabla O, sin embargo lo más importante es que se las
considere como instrumentos de Gob ierno que se apl ican en representación de la
comunidad para proteger sus múltiples intereses.
Los principios en Que se basan la mayor(a de las reglamentaciones esteln rela-
91
cionadas con la idea de prescindir de los beneficios de explotar una parte de la población,
permitiendo con ello asegurar las pescas futuras. As{, los fundamentos serían:
10 Asegurar un cierto número de ejemplares adultos que permita la conservación de la
población.
20 No capturar los individuos juveniles hasta que no hayan alcanzado su primera
madurez sexual, y
'P Proteger a los ejemplares en los momentos en que se reproducen.
Consecuentes con estas ideas, las regulaciones de las pesquen'as se intentan
limitando el volumen y el flujo de y entre los distintos componentes de la actividad
pesquera (Figura 31. Estas medidas se pueden agrupar en:
a) Regulaciones con respecto a la cantidad y composición de las capturas (Tabla 11).
b) Regulaciones que regulan la operación de las unidades de pesca (pen'odos, lugar,
intensidad, etc.). (Tabla 111).
e) Regulaciones relacionadas con los artes o sistemas de pesca (TabJa IV).
d) Regulaciones sobre las unidades de pesca (Número, poder, etc.). (Tabla Vl.
e) Regulaciones sobre el destino de la materia prima y la calidad de los productos.
f) Regulaciones tendientes a proteger el medio ambiente y a controlar la con-
taminación. .
Es necesario considerar además que una determinada regulación puede producir
ciertos efectos indirectos que no son causa de la regulación misma, sino que se provocan
al realizarse las faenas de acuerdo con las modalidades impuestas (Figura 4). KESTEVEN
et al. (1971), ha señalado como principales efectos de una regulación los siguientes:
10 Limitación de la captura total por pen'odos determinados.
20 Restricción del esfuerzo pesquero si se limita.
a) el poder total de pesca
b) el tiempo dedicado a la pesca durante ciertos pen'odos
'P Si se desea reducir la mortalidad de pesca sobre una parte de la población o sobre
toda e"a, es preciso establecer prohibiciones en las operaciones de pesca.
a) en ciertos pen'odos de tiempo (vedas)
b) en ciertos lugares (santuarios)
e) limitando la captura de ejemplares con edades o tallas determinadas
d) limitando la captura de un sexo o atendiendo a algunas condiciones de los
ejemplares (Hembras ovígeras).
40 Prevenir la captura de individuos que temporalmente tienen escaso o ningún valor
comercial (ejemplares juveniles).
50 Se reduce la oportunidad de empleo. de inversión de capitales y de actividades de
recreación si se limita o restringe a las unidades de pesca.
a) el poder de pesca
b) el tiempo que pueden dedicarse a las faenas de extracción
el la captura total
d) a operar en ciertos lugares
el el número de ellas
fP Servir convenientemente a los pescadores y contribuir a la eficiencia de la actividad
pesquera.
Las medidas de reguladón enunciadas anteriormente son aproximaciones a
situaciones que se estiman como .as más convenientes para los deseos comunitarios. Por
ello debe darse especial importancia a instruir a los pescadores sobre las bases en que se
apoyan estas regulaciones, como así también, en los beneficios que ellas pueden producir.
Posteriormente es adecuado continuar informando a los pescadores sobre el desarrollo de
su aplicación y los resultados obtenidos. Solo as( es posible que sean comprendidas y
92
respetadas.
La implantación de medidas de administración pesquera solo deben establecerse
como una respuesta a una necesidad real y estar basadas en los estudios correspondientes
que impliquen la adecuada información, el desarrollo de planes pilotos y la administración
y el control de las regulaciones (Figura 5).
Todos los intentos de establecer medidas de este tipo deben asegurar:
10 Que los recursos acuáticos sean resguardados de un uso indiscriminado, corno
medida preventiva para su utilización con propósitos de nutrición o económicos.
2? Que se resguarden los intereses nacionales en sus aguas juridiccionales y que estas
medidas sean concordantes con la legislación internacional.
;fJ Que se aseguren las operaciones industr,iales (sectores primarios, secundarios y
terciarios); que se empleen los métodos más convenientes y que las condiciones de
productividad humana como los costos de producción sean los adecuados.
40 Que ex ista seg ur idad para las faenas de extracción, procesa miento, a Imacena miento,
comercialización y distribución de los recursos explotados y de los productos de la
pesca, con el objeto que Se obtenga de ellos su mejor utilización y que se
encuentren a la disposición de ¡os consumidores en todos los lugares de un pa(s, y
50 Que se tienda a elevar y mantener estable la situación social y económica de quienes
laboran en el sector pesquero, dando especial atención a los pescadores.
93
Tabla I
SCOTT KESTEVEN
(1962' . (1971)
Captura total Límite de ballenas captu- Mantener constilnte las cap- La poqlación podría mantenerse "~stable". Las unidades
radas por año. turas. de pesca tienden il aUfTIentar su poder, de ma'1era qe
obtener individualmente la mayor prpporCión de la
captura total. Por ello puede necesitarse un ¡::ontrol
directo del esfuerzo de pesca.
Captura por unidad de pesca Número de trampas; de via- Expansión 9 mantenimiento Distribución de las capturas entre un número óptimo
jes; número de anzuelos por de las ocupaciones relacio- de participantes,
espinel, etc. nadas con la pesca. Puede conducir a una baja explotación () a Un aumento
de la eficiencia individual de las unidades de pesca.
Tamaño de los individuos Longitud total (peces). lon- Obtener el máximo rendi· Sobrevivencia y crecimiento de individuos pequeños y
gitud de cefalotórax (cama- mienW de la població:n pes- un m.ayor tamaño medio de las capturas.
rones, langostas, etc.). cable. Necesita ser combinado con regulaciones sobre la ope-
ración y sobre las características de los artes de pesca.
Composición de sexos Prohibición de capturar crus- . Mantener constante las cap- Sobrevivencía y posibilidad de reproducción que asegure
táceos con huevos en el turas. la conservación de las poblaciones. Puede ser innecesaria
abdómen (camarones, lan- si la mortalidad es alta.
gostas, etc.!.
Tabla 111
Períodos de Pesca Temporada de v·eda (lan" Mantener constante los de- Preservación de poblaciones vu Inerables.
gostas, choros, ostras, etc.). sembarques y prevenir la Poder de pesca y captura total limitada.
captura de los ejemplares Concentración del esfuerzo de pesca en épocas libres
en épocas de reproducción .. de limitaciones.
Es necesario un control directo sobre el esfuerzo y las
capturas.
Vedas parciales (prohibición Seguridad en la continuidad de las operaciones.
de pescar en la noche, fines Conservación de las condi-
de semana, etc.). ciones de empleo.
Sitios de pesca Areas prohibidas de pesca. Mantener constante las cap- Preservación de poblaciones vulnerables, aunque se
turas y prevenir la captura observa una concentración del esfuerzo en áreas libres
de ejemplares juveniles. para la pesca por lo cual es necesario un control directo
sobre el esfuerzo y las capturas.
Zonas prohibidas de pesca Seguridad de empleo. Desarrollo de flotas individuales para cada una de las
(partes de áreas). zonas no prohibidas. Debe imponer limitaciones de
operación a cada flota, pese a ello no se limita el esfuerzo
de pesca.
Frecuencia o cantidad de Mantener constante la. cap- Capacidad de pesca y captura total limitada, aunque no
artes usado. turas. restringe el número de unidades de pesca, medida que
puede ser necesaria.
Esfuerzo total Mantener constante las cap- Capacidad de pesca y captura total limitada.
turas. Puede producir una intensa competición entre las
unidades de pesca.
Tabla IV
Características que determi· Especificaciones de tamaño Máximo rendimiento de la Permite el escape y crecimiento de los peces juveniles.
nan selectividad. de mallas, tamaño de los población capturable. No limita el esfuerzo.
anzuelos, etc.
Dimensiones del arte Especificaciones del largo y Mantener constante las cap· Poder de pesca restringido y capturas totales limitadas.
otras dimensiones del arte; turas. limita la eficiencia de las unidades de pesca.
boca de las dragas, etc. Dicha medida puede ser anu lada por mejoras en las ca·
racterí sticas no regu ladas de los artes.
Propiedades de los materia· Prohibición de emplear cier· Seguridad de empleo. Poder de pesca restringido y capturas totales limitadas.
les con que está construido tos materiales (fibras) en Impide desarrollar mejoras en los artes y el aumento
el arte. las redes. de la eficiencia de éstos.
<D
ca
Tabla V
Número Licencia limitada en-algunas Mantener constante la cap- Limitación del esfuerzo. Organización de las operaciones.
pesquerías. tura total y la captura por para capturar la cuota permitida.
unidad de peSCij. Provoca un menor incentivo para mejorar la eficiencia,
y, pueden ser necesarias regulaciones del poder de pesca
de las unidades y de las propiedades de los materiales
de los artes de pesca.
Poder individual Límite de trampas de lan- Mantener constantes las cap- Limitación del esfuerzo y de la captura total, para lo
gosta, número de anzuelos, turas y seguridad de empleo. cual debe controlarse el número de unidades y el
etc. esfuerzo total.
LAS 200 MILLAS Y LOS RECURSOS PESQUEROS CHILENOS
¿De quién son .Ios océanos? . ¿A quién pertenecen sus recursos? . ¿Puede un Estado
restr ingir los derechos de otro Estado a nav~ar, investigar o pescar en las -aguas
oceánicas / . Hoy en día existe consenso casi unánime en que los océanos son patrimonio
de toda la humanidad y que tanto los Estados con o sin litoral tienen igual derecho a
navegar por los mares del mundo ya participar en la explotación de los recursos naturales
de las aguas, suelo y subsuelo oceánico.
Pese a ello, los recursos pesqueros no son inagotables como por un tiempo se pensó,
siendo por esta razón necesario que se adopten diversas medidas con el fin de evitar el
colapg:¡ de los recursos por una sobre-explotación o por su utilización en forma irracional.
De allí es que se precisen las reglamentaciones sobre los derechos y deberes de quienes se
dedican a la pesca, ordenamientos que pueden clasificarse en nacionales, regionales o
internacionales.
Los reglamentos y leyes nacionales son sólo aplicables dentro de la zona donde un
Estado ejerce soberanía, mientras que los organismos regionales e internacionales se han
establecido por la necesidad de regular ciertas pesquerías explotadas por más de un
Estado o de algunas poblaciones que presentan amplios movimientos migratorios: para
preservar aquellas especies en peligro de extinción por pesca excesiva (cetáceos,
pinnípedos, etc.) y además establecer coordinación en las investigaciones cient¡'ficas a
nivel intergubernamental.
Este tipo de cooperación entre las naciones no constituye un esquema reciente, sino
que se tienen como precedentes diversos tratados suscritos ya en el siglo XVI, la mayoría
de ellos establecidos como documentos bilaterales entre países limítrofes o sobre regiones
de confluencia de sus intereses pesqueros. No obstante ello, el primer organismo
internacional creado fue para la Regulación de la Ballena (International Convention for
the Regulation of Whaling), cuyo primer protocolo fue firmado en Washington en 1946.
En la actualidad existe una gran cantidad de organismos internacionales y regionales
de pesca (Investigación, protección, ronservación de los recursos vivos del mar y del
medio ambiente) que cubren en mayor o menor medida casi todos los mares y océanos
del orbe (Ver Apéndice I y Figura 6), organismos que centran su atención en algunas
especies en particular, grupos de ellas o en todos los recursos presentes en sus áreas
respectivas de rompetencia. El aumento progresivo de las actividades de pesca a nivel
mundial ha motivado la creación de estos organismos r~ionales e internacionales ron un
claro objetivo de equilibrar el desarrollo pesquero y la necesidad de ronservar y explotar
racionalmente los recursos vivos del mar, materia que es de responsabilidad de todas las
naciones, sin excepción.
En la actual concepcióll del Derecho Mar(timo, está primando un alto sentido
humanista, pese a las tremendas presiones que han ejercido los intereses económiros de las
naciones desarrolladas, las cuales postulan la libertad total de los mares y océanos del
mundo, condición altamente beneficiosa para sus flotas mercantes y pesqueras como así
también para las futuras operaciones encaminadas a explotar los minerales de los fondos
oceánicos. Por su parte los países en desarrollo, ron menor capacidad económica y
tecnológica, en una reacción que puede ser calificada como normal y encaminada a nivelar
esta incapacidad frente a Estados de mayor desarrollo, han postulado una Zona, más allá
del mar territorial. en la cual los Estados ejercen soberanía, con el objeto de as~urar para
SI fundamentalmente la conservación, desarrollo y aprovechamiento de los recursos
naturales, sin que ello afecte en modo alguno la libertad de navegación o el sobrevuelo de
dicha zona.
Las diversas posiciones y puntos de vista suscitados en la discusión de la amplia
gama de problemas que se encuentra en el Derecho del Mar contemporáneo, han sido
refundidas en un texto óniro de n~ociación, fruto de la Tercera Conferencia del Derecho
99
del Mar celebrada en Ginebra (abril de 1975), texto que no prejuzga la posición de
ninguna Nación ni constituye un texto negociado o una transacción aceptada.
En su aspecto general y ron relación a los recursos naturales del océano, este
Documento establece que la soberanía de un Estado ribereño puede extenderse a una
franja de mar adyacente, al suelo, al subsuelo y al espacio a~reo sobre él, hasta un h'mite
que no exceda de 12 millas marinas, medidas desde su I(nea de base (línea de bajamar, a,
lo largo de la costa). zona que, es denominada como mar territorial. Dentro de esta zona
los buques de cualquier Estado gozarán del derecho de paso inocente, que se entenderá
como tal toda navegación ininterrumpida y que no sea perjudicial para la paz, el orden o
la seguridad del Estado ribereño.
Más allá del mar territorial y hasta un máximo de 200 millas náuticas, medidas
desde la línea de base, se encuentra la zona económica exclusiva en la cual el Estado
ribereño ejercerá derechos roberanos (aunque teniendo en cuenta los derecros y
obligaciones de los otros Estados, inclusive los sin litoral) en orden a asegurarles
principalmente:
al Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación, conservaci6n y
administración de los recurros naturales, tanto renovables como no renovables, de los
fondos marinos y subsuelo y de las aguas suprayacentes;
bl Jurisdicción exclusiva a actividades de investigación científica, explotación económica
de la zona como la producción de energ ía derivada del agua, corrientes, vientos, etc.; y,
el Jurisdicción con respecto a la preservación del medio ambiente marino, incluidos el
control y la eliminación de la contaminación.
Dentro de esta zona económica exclusiva, se ha prestado especial atención a las
normas que regirán la utilización de los recursos renovables que en la actualidad permiten
el desarrollo de pesquerías o que posteriormente pueden llegar a ronstituirlas. De esta
manera se encomienda al Estato ribereño a determinar, dentro de su zona, el máximo
rendimiento sostenido que puede obtenerse de los recursos pesqueros y le entrega la
responsabilidad de establecer las medidas de conservación y administración necesarias
para que los recursos no se vean amenzados por un exceso de explotación. Además se
especifica que si un Estado carece de la capacidad necesaria para pescar esta captura
máxima permisible, dará acceso a otros Estados para alcanzarla, no obstante sujetos a las
modalidades y rondiciones establecidas en los reglamentos del Estado ribereño al cual
pertenece la respectiva zona económica exclusiva.
Asimismo se incluye una serie de disposiciones complementarias sobre especies
migratorias, ya sean estas catádromas o anádromas, entregándose la responsabilidad de
estas poblaciones a los Estados en los cuales se reproduzcan o pasen la mayor parte de su
ciclo vital, mientras que las pesquerías de estas especies romo de aquellas calificadas como
sumamente migratorias, deberán reglamentarse por acuerdos entre los Estados interesados
ya sea en forma directa o a través de organismos regionales o internacionales. No
obstante, se deja en libertad a los Estados ribereños u organismos internacionales, según
proceda, a prohibir, regular y restringir la explotación de los mamíferos marinos con
miras a la protección y ordenamiento de la explotación de los mismos.
Una situación especial se presenta con la plataforma continental, la cual puede
considerarse como una continuación natural del territorio terrestre, razón por la cual se
ha establecido que los Estados podrán ejercer soberanía sobre ella, desde el It'mite del mar
territorial hasta el borde exterior del margen continental, aún cuando supere la distancia
de 200 millas, señalado como límite para la zona económica exclusiva. Esta soberanía se
entenderá para los efectos de exploración y explotación de sus recursos minerales y los
organismos vivos pertenecientes a las especies sedentarias, vale decir aquellas que en el
momento de su captura están inmÓviles en el lecho del mar o en su subsuelo o sólo
pueden moverse en constante contacto con dicho lecho.
100
El área oceánica que ro pertenece a las zonas ya descritas o a las aguas interiores de
un Estado ni a las aguas de un Estado Archipiélago, se conoce como alta mar, abierta a
todos los Estados con o sin litoral y reservada para fines paC(ficos, en la cual se ejercerán
las cuatro libertades fundamentales del mar: navegaci6n, pesca, tendido de cables y
tuber{a submarina y sobrevuelo.
Finalmente cabe seflalar que se está dando especial énfasis a incentivar la
cooperaci6n internacional "ya sea en forma directa o a través de organismos subreg ionales,
regionales o internacionales para coordinar, entre otras labores, la protección y
conservaci6n del medio mariro y sus recursos; facilitar la transmisi6n de tecrologías, la
asistencia técnica, la formaci6n de personal cientffico y técnico; coordinar la realizaci6n
de investigaciones cient(ficas yel intercambio de informaci6n, como asimismo a procurar
que las oontroversias sean resueltas por la vía pacífica en forma directa o sometiéndose a
los tribunales oorrespondientes.
En un sentido general este texto únioo de negociaci6n interpreta en gran medida los
principios sustentados por Chile 'respecto a asegurar para su población las riquezas
oonocidas o que en el futuro se descubran y que son indispensables para el bienestar yel
progreso del país. Estos principios fueron vertidos or el Presidente D. Gabriel González
Videla, quien en una visionaria declaración Presidencial seflal6:
10 El Gobierno de Chile confirma y proclama la soberanía nacional sobre todo el
zócalo rontinental adyacente a las costas continentales e insulares del territorio
nacional, cualquiera que sea la profundidad en que se encuentre, reivindicando, por
consiguiente, todas las riquezas naturales que existen sobre dicho z6calo, en él y
bajo él, 00 nocida s o por descubrirse.
20 El Gobierno de Chile confirma y proclama la soberanía nacional sobre los mares
adyacentes a sus rostas, cualquiera que sea su profundidad, en toda la extensi6n
necesaria para reservar, proteger, ronservar y aprovechar los recursos y riquezas
naturales de cualquiera naturaleza que sobre dichos mares, en ellos y bajo ellos se
encuentren, sometiendo a la vigilancia del Gobierro, especialmente, las faenas de
pesca y caza marítima, con el objeto de impedir que las riquezas de este orden sean
explotadas en perjuicio de los habitantes de Chile y mermadas o destruidas en
detrimento del país y del ContInente americaro.
:F La demarcaci6n de las zonas de protecci6n de caza y pesca mar(timas en los mares
continentales e insulares que quedan bajo el control del Gobierno de Chile será
hecha, en virtud de esta declaraci6n de soberanía, cada vez que el Gobierno lo crea
conveniente, sea ratificando, ampliando o de cualquier manera modificando dichas
demarcaciones, conforme a los oonocimientos. descubrimientos, estud ios e intereses
de Chile que sean advertidos en el futuro, declarándose desde luego dicha
protección y rontrol sobre todo el mar oomprendido dentro del perímetro formado
por la costa con una paralela matemática proyectada en el mar a doscientas millas
marinas de distancia de las rostas oontinentales chilenas. Esta demarcaciÓn se
medirá respecto de las islas chilenas, seflalándose una zona de mar contigua a las
oostas de las mismas, proyectadas paralelamente a éstas, a doscientas millas marinas
por todo su contorro.
40 La presente declaraci6n de soberanía ro desconoce leg(timos derechos similares de
otros Estados sobre la base de reciprocidad, ni afecta a los derechos de libre
navegaci6n sobre la alta mar.
Esta Declaración, aunque nunca fue sancionada legalmente, constituye el primer
precedente en el mundo de una reivindicaci6n de doscientas millas marinas.
Posteriormente, siguiendo el ejemplO chileno, una gran cantidad de países, especialmente
latinoamericanos, extendieron sus soberanías hasta una distancia igual a la establecida por
nuestro país.
101
La roincidencia de posiciones de Chile, Ecuador y Perú permitió que se estableciera
el primer instrumento multilateral latinoamericano sobre las 200 millas, el cual recibió
por t(tulo "Declaración sobre Zona Marl'tima", ronocido comúnmente como
"Declaración de Santiago" (18 de Agosto de 1952). Este acuerdo permit ió además la
Organización de la Comisión Permanente del Pac(firo Sur que está encargada de "efectuar
estudios y adoptar las resoluciones necesarias para la ronservación y mejor
aprovechamiento de la fauna y demás riquezas mar(timas, tomando en cuenta los
intereses de los respectivos pa(ses".
Sin embargo se ha discutido extensamente el por qué de las 200 millas y no otra
distancia. Al respecto pueden encontrarse tres precedentes, los cuales pueden haber
influido para la determinación de esta distancia:
10 Ley angloámericana de 1940, la cual creó una zona marítima neutral de 200 millas
alrededor de todo el rontinente Americano, ley ron claro objetivo bélico motivado
por las acciones de la Segunda Guerra Mundial.
20 Ancho estimado en ese entonces para la rorriente de Humboldt. Hoy d(a se ha
establecido que su anchura es mucho mayor alcanzando 400 o más millas frente a la
costa Central de Chile, y
'.§l Comportamiento migratorio de las ballenás y actividad de caza de estos cetáceos. Es
ronocido que las ballenas migran en invierno hacia la zona tropical para procrear y
en épocas de verano buscan la zona antártica para alimentarse fundamentalmente
del krill. En sus desplazamientos siguen una dirección paralela al continente y a
distancias que pueden estimarse como menores de 200 millasde la costa. Al mismo
tiempo, una embarcación cazadora no puede capturar cetáceos a una mayor
distancia, limitadas por el tiempo necesario para remolcar su pesca hasta la planta
faenadora, antes que ésta se desromponga. Así, la influyente industda ballenera de
la época habría presionado por la adopción de medidas que protegieran esta
actividad como as( también las poblaciones de cetáceos del Pac(fico Suroriental.
Sin lugar a dudas ahora no interesa mayormente las verdaderas causas que
motivaron la elección de esta distancia, sino que lo importante es la existencia de
suficientes razones cientlfico-socio-eron6micas, algunas de ellas presentadas
anteriormente, para sostener la necesidad de esta zona económica exclusiva.
Históricamente los recursos marinos han jugado un importante papel en la
alimentación de los chilenos, valor que ya lo tenían para las poblaciones ind(genas que
habitaban la zona costera, como lo atestiguan extensos conchales que se encuentran de
norte a sur. Pese a ello, la actividad pesquera propiamente tal puede remontarse en
nuestro país a la fecha de llegada de los primeros colonizadores españoles, quienes
impusieron desde entonces su afición por los productos marinos.
En el extenso litoral chileno y en sus aguas a'dyacentes, existe una amplia diversidad
de especies, algunas presentando gran abundancia, lo cua'l ha permitido que se señale a
nuestro océano como una fuente inagotable de alimento. Pese a ello, es esta una verdad a
medias pues si bien esta mar presenta inmejorables rondiciones para obtener de él
recursos en cantidad y calidad destacada, es preciSO que se consideren niveles adecuados
de extracción para las especies, con el objeto de evitar que la pesca intensiva ,las ponga en
peligro de extinción. Numerosos ejemplos de este tipo se han dado en el mundo como
para no estar atentos. Incluso algunos recursos de aguas chilenas, hasta hace poco tiempo
abundantes y ron altos volúmenes de captura han disminuido a niveles, que hacen
difícilmente rentables las operaciones normales de extracción, lo cual ha motivado la
implantación de medidas regulatorias y la comercialización clandestina, a altos precios.
Para evitar estos problemas, deben planificarse oportunamente las pesquer(as e introducir
las medidas regulatorias que permitan el manejo de los recursos, de tal manera que se
obtengan de ellos los máximos rendimientos sostenidos.
102
El análisis de estas perspectivas se efectúa considerando las siete zonas establecidas
por Arana (1974) Y Guzmán (1974) para Chile Continental y Antártico, a las cuales se ha
agregado una octava, correspondiente a la región oceánica. La determinación de estas
zonas se ha realizado de acuerdo a las comunidades marinas y a los factores ambientales
predominantes, los que a su vez cond icionan ciertos métodos de pesca caracten'sticos.
Estas zonas son: 1) Norte, de Arica a Antofagasta; 2) Norte Centro, de Antofagasta a
Coquimbo; 3) Central; de Coquimbo a Golfo de Arauco; 4) Centro Sur, de Golfo de
Arauco a Puerto Montt; 5) Sur, de Puerto Montt a Golfo de Penas; 6) Austral, de Golfo
de Penas a Cabo de Hornos; 7) Antártica, y 8) Oceánica. (Figura 7).
Puede resumirse que Chile presenta grandes perspectivas pesqueras a través de la
utilización racional de los recursos naturales renovables que le ofrece su mar. (Tabla VI).
Como característica general puede destacarse que las especies de mayor abundancia son
las pelágicas, las cuales van disminuyendo en importancia hacia el sur donde inversamente
alcanzan preponderancia los mariscos, las algas y los peces demersales. Paralelamente,
también se observa hacia- el sur un paulatino empeoramiento de las condiciones
meteorológicas que hacen m~s difícil la explotación de los recursos pesqueros, salvo en los
canales de las zonas sur y austral. .
Por otra parte, la mayoría de las especies de importancia pesquera presentan una
amplia distribución geográfica, lo cual constituye una garantía para sustentar extracciones
intensivas o Soportar cambios ambientales que puedan afectar a las poblaciones.
Las zonas de mayor relevancia pesquera, en cuanto a toneladas potenciales de
desembarque son la zona norte, con peces pelágicos; la zona central, principalmente con
peces pelágit:os, peces demersales y mariscos; las zonas sur y austral, relevantes por su
posibilidad en cultivos maripos, peces demersales y mariscos, y, la zona antártica por el
krill (Figura 7). En conjunto los recursos de nuestro océano dan pOsibilidad a lo menos de
duplicar los actuales desembarques, sin afectar las poblaciones, todo ello sin considerar las
5.000.000 dé toneladas que podrían obtenerse del krill antártico. Esta estimación, aunque
aproximada, muestra claramente la dimensión que pueden alcanzar las pesquer(as
nacionales. Sin embargo, valga recordar una vez más que los recursos marinos son
limitados y que deben ser administrados para lograr así una explotación racional que haga
realidad la gran promesa que encierra el Mar de Chile.
103
TABLA VI
Fuente: Seminario sobre las perspectivas de Desarrollo del Sector Pesquero Chileno
(GUZMAN. 1974; ARANA Y GUZMAN, 1974). Servicio Agrícola y Ganadero (SAG)
Instituto de Fomento Pesquero (1 FOP). Desembarques Potencialidad
promedios
(1963· 1972)
1) Facultada sólo pesca deporth/a hasta un máx¡mu'n de DI EZ ejemplares por excursión V estrictamente
prohibido el comercio de estas especies. (Decreto 432 de 18-8-1964"
2) Esta veda es únicamente dentro del litoral comprendido entre Punta Lilén (Quintero). y Punta Loros
(Qulntav). (Decreto 455 de 29-2·1940).
30 Veda indeHnlda desde provincia LlanQulhue al sur, V por tres años en el resto del país, (Decreto 271
de 24-8·1971).
41 Veda indefinida en todo el país, excepto en la provincia de Magallanes, (Decreto 275 de 30·6-1971"
5) Las langostas capturadas V declaradas antes del 15 de mayo de cada año, pOdran ser entregadas al con·
sumo en estado fresco hasta el 20 de sePtiembre det mismo año, previa autorización dei Depto. de Pes'
ca v Caza. (Decreto 399 de 4·6·19671.
105
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26p.
107
FUNCION
ESTATAL Fomento Regulatoria Administrativa
E Captur.a
A
F", ',G
................ H
Tiempo (años)
-- _ _
,_
.......... --
. -
, .... , .. CIOf'IttCD'Ia
, .. ",,;.,.
:'
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I
..............
I
"-"---=;':~=-i""- T;::,~;;:r
...._---------,---------------- ---_...
•
....
,
I
.
II
ACnVIIWl
.
PESQUERA
i
I
ACTIVIDAD HUMANA
109
--
o Regulación de las artes
y sistemas de pesca
UNI DAD DE
PESCA
e
Reclutamiento :il
")~~ I operan-l PESCADORES I--ganancias
ACTIVIDAD HUMANA
'-
" \ NATURAL
i i +--Q9-_..J._
Regulación y contral de
- contamlnación- COMUNIDAD
HUMANA
\
~ lo contaminación.
Mortalidad
natural
Mortalidad
...--_--1...._--, o
t
E
por pesca industrialización ::J
ID
e
l
..,o
r--L----'""'I-_ _ _ _ _ _ _ _
CAPTURA
;--+l DISTRIBUCION
y VENTA
Control de lo calidad
Regulación de lo cantidad y de los productos.
composición de los capturas.
DI RECTA
CAPTURAS
11:
; Restricciones
..... _................................. .............. _.. -
Cualitativo Cuolitativa
Especi ficociones sobre
tamaños demall a.
Especificaciones sobre
artes y sistemas de pesco.
_..... _........................
--+'---
_...... _..... _..................L:::::========================:,--------.J
Restricción DIRECTA INDIRECTA
Fig. 4.- Ilustración del doble efecto que producen las medidas de regulación en las pesquerías.
Recopilaciones estadísticas Investigaciones biológicas Producción industrial
.1 NFORMACION Capturo por unidad de esfuerzo Operaciones de pesco COiloS y salarios
Costos de operación Disefio de artes Distribución y comercialización
•
DESARROLLO DE Promoción de cooperativos Operaciones experimentales " Estudios de mercado
Créditos Promoción de técnica s • Terminales pesqueros
PLANES PILOTO
Aseson'o técnico Evaluación de sistemas Legislación
Predicciones
".~
.,.,- ~"'M; ~"" r'" . <"c,
~
~,_c_f··· ...,
......... ,
..........' ........ ~ \
..,
.,~} l' S
'"
./
./ (")
'-:,'0
~
O
/- O
I O F C
o
4 F
Antártica {T A
SCAR
CJ
.
ORGANISMOS DE CARACTER MUNDIAL' COI, COFI, IWC, SCIBP.
100' 90· 60·
ZONAS
Norte Centro
COPhHO potenetol "187.000 'on._
-;-;i===----fJ
tfJ: :::.'::~~"~
Zona
Oceánica
CophltO octuol- 15.180 ton.
Sur
(!)_V-====-_-tJ~
Capturo POlenCiOI"1!2_05_00_"_.O_ _ _____ ~ ___ :!f.O;>
Capturo actual" 34.500 ton.
Sur
Capturo potenciol'" 259.000 Ion.
o
K R I LL
o Potenciol
11 Cultivos
• Moriscos
Algas
~ Pece. deMertolet
L1J
_""_O Peces pelóoicoa
Fíg.- 7.- Zonas pesqueras, copturas actuales y potencialidad del Mar Chileno.
114
PRINCIPALES ORGANISMOS INTERNACIONALES Y REGIONALES DE
PESCA, (lNVESTIGACION. PROTECCION. CONSERVACION DE LOS
RECURSOS VIVOS DEL MAR).
(INFORMACION AL 3) DE DICIEMBRE DE 1974).
Sigla Fecha y lugar del Nombre del organismo, Objetivos (O), Estados sig-
Establecimiento natarios (E), Area de competencia (A), Recursos
involucrados (R).
115
o: Coordinar la investigación científica y pesquera
sobre crustáceos de interés comercial y recomendar
las medidas de conservación necesarias para los
mismos; E: Dinamarca, Noruega y Suecia; A: Aguas
de los Estrechos de Skagerrak y Kattegat; R: Crus-
táceos comerciales.
SCNEA 1957 - Oslo Comisión para las Focas del Atlántico Nordeste
Sealing Commission for the Northeast Atlantic
O: Formular proposiciones respecto a investigaciones
científicas y medidas de conservación, incluyendo
áreas de estaciones vedadas para la explotación y
cuotas de caza; E: Noruega y URSS; A: Atlántico
Nordeste y Mar de Barents; R: Focas en general.
SCNWA 1971 - Ottawa Comisión para las Focas del Atlántico Nordeste
Sealing Commission for the Northwest Atlantic.
O: Formular recomendaciones referente a la con-
servación de las poblaciones de focas, cuotas de los
Estados miembros, fechas de inicio y cierre de tem-
porada de explotación, métodos de caza, investi-
gación científica, etc; E: Canadá y Noruega; A:
Atlántico Nordeste, al norte de la latitud 450 N Y al
Oeste de la longitud 450 W; R: Focas en general.
NPFSC 1957 - Washington Comisión sobre las Focas de Peletería del Pacífico
Septentrional
North Pacific Fur SealCommission
O: Formular y coordinar programas de investigación
científica, recomendar medidas de conservación, de-
terminar las características, número, lugar y época
para capturar ejemplares destinados a estudios y
marcajes, etc.; E: Canadá, Japón, USA y URSS;
A: Océano Pacífico Norte, en general; R: Foca
peletera del Pacífico Norte (Callorhinus ursinus).
ICCAT 1966 - Río deJaneiro Comisión Internacional para la Conservación del Atún
del Atlántico.
I nternational Commission tor the Conservation of
Atlantic Tunas.
o: Efectuar estudios y recomendar medidas de con-
servación para el atún del Atlántico; E: Brasil,
Canadá, Cuba, Francia Ghana, Costa Ivory, Japón,
Marruecos, Portugal, Senegal, Sud Africa, España y
USA; A: Océano Atlántico y mares adyacentes; R:
Atunes, especies afines y otras especies capturadas
por las embrcaciones atuneras.
117
ICNAF 1949 Washington Comisión Internacional de Pesquerías del Atlántico
Noroeste.
International Commission for the Northwest Atlantíc
Fisheries.
O: Llevar a cabo investigaciones y expediciones
pesqueras con el objeto de reunir la información
necesaria para mantener la abundancia de las especies
sujetas a explotación. Además formular recomenda-
ciones para la conservación de los recursos; E:
Bulgaria, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Gran
Bretaña, Islandia, Italia, Japón, Noruega, Polonia,
Portugal, República Democrática Alemana, República
Federal Alemana, Rumania, USA y URSS; A: Alta
mar del Oceáno Atlántico Noroeste, al oeste de la
longitud 42 0 W y al norte de la latitud 39 0 N;
R: Todos los recursos pesqueros con referencia
especial a los gádidos, peces planos y gallineta.
MCBSF 1959 Varna Comisión Mixta para las Pesquerías del Mar Negro
Mixed Commission tor Black Sea Fisheries
118
o: Reglamentar la pesca en el Mar Negro con el fin
de conservar e incrementar los recursos pesqueros y
también para desarrollar las técnicas de la pesca
comercial; E: Bulgaria, Rumania y URSS; A: El Mar
Negro; R: Todos los recursos pesqueros.
119
NEAFC 1959 - Londres Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste
North-East Atlantic Fisheries Commission
o: Promover estudios científicos de las pesquerías y
recomendar las medidas de conservación necesarias;
E: Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Holanda,
Islandia, Irlanda, Noruega, Polonia, Portugal, Repú-
blica Democrática Alemana, República Federal Ale-
mana, Suecia y URSS; A: Océano Atlántico Nordeste,
Océano Artico y mares adyacentes (entre las lon-
gitudes 51 0 E y 48 0 W, y al norte de la latitud
360 N); R: Todos los recursos pesqueros.
120
BSSSC 1972 Comité Permanente para la Protección del Salmón
del Mar Báltico.
Baltic Sea Sal mon Standing Committee
O: Fomentar el desarrollo de las poblaciones de
salmón y recomendar medidas para la explotación
racional de este recurso; E: Dinamarca, Polonia,
Suecia y República Federal Alemana; A: Mar Báltico,
incluyendo los golfos de Bothnia y de Finlandia;
R: El salmón (Salmo salar).
121
recursos vivos; preparar los programas necesarios para
alcanzar los objetivos prefijados y publicar o difun-
dir los resultados obtenidos bajo su auspicio; E: Bélgi-
ca, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia,
Gran Bretaña, Holanda, Iraland, Islandia, Italia, No-
ruega, Polonia, Portugal, República Federal Alemana,
Suecia y URSS; A: El Océano Atlátnico y mares
adyacentes, con referencia especial al Atlántico Norte.
I
las especies que son comercializadas internacional-
122
mente.
123
LAS PESQUERIAS
126
El conocimiento puede concretarse en una descripción del sistema presa-predador,
en un modelo de la dinámica del recurso y"en predicciones de su comportamiento
mediante la aplicación de los modelos a información referente a los parámetros de la
población natural en explotación (estad ísticas vitales).
También participa en el planteamiento y solución de los problemas prácticos, lo que
podríamos llamar la pol(tica general sobre recursos. Esta puede ser considerada romo un
objetivo (o conjuntos de objetivos) junto con los medios que parezcan justificados y
prometedores para el logro del (o los) objetivos. En la pol(tica deben estar considerados
los aspectos sociales y económicos que implica la explotación de recursos.
Tanto el conocimiento básico como la política se combinan para plantear un
problema práctico genuino y encaminar la acción hacia su solución.
ENFOQUE POBlACIONAl
EL CARACTER DE LOS MODELOS PESQUEROS
En el punto anterior hemos puesto en evidencia que en el comienzo de toda acción
racional en el manejo de un recurso existe una previsión cientJ'fica. Dicha previsión adopta
generalmente el carácter de una predicción cuantitativa del comportamiento del recurso
mediante el uso de una representación de las relaciones entre las variables relevantes del
sistema, a la cual llamamos habitualmente modelo.
El rasgo caracter(stico de los modelos que se emplean en el manejo de recursos es el
sacrificio de la generalidad para lograr realismo y precisión. Su construcción está
destinada, en un amplio sentido, a simular un proceso de predación determinado para
desarrollar estrategias óptimas de predación. En este sentido, se alejan de los modelos
fundamentales de la Oceonografía en los cuales están basados. En éstos últimos, dado que
su función es esencialmente la de clarificar y comunicar ideas, se busca generalidad y
realismo en desmedro de la precisión.
EFECTOS DE LA PESCA
El stock (población susceptible de explotación) en estado virgen y bajo condiciones
ambientales promedios, fluctúa alrededor de una población media igual a la capacidad de
sustentación en ese ambiente. Cuando el stock es sometido a la acción de una pesquer{a
incipiente el resultado es una captura anual pequeña y una gran captura por unidad de
esfuerzo de pesca; reflejo de la elevada abundancia que tiene la población en ese instante.
A medida que va creciendo la intensidad de pesca, aumenta la captura anual en una
proporción menor que el aumento de la intensidad, mientras que la abundancia disminuye
pau lat i namente.
Si la intensidad de pesca continúa aumentando, llegará el momento en que el
retorno en biomasa no compensa la inversión de más esfuerzo y se alcanza un "punto de
inflexión biológico". Es común que antes de llegar a este punto los costos que implica la
explotación hayan subido en una medida tal, que no sea rentable aumentar el esfuerzo.
En este caso estamos-frente a un "punto de inflexión económico".
En ciertas ocasiones, cuando las demandas de alimento para la población humana
justifican cualquier gasto, o bien cuando el valor del recurso continúa siendo elevado, es
posible que se sobrepasen estos puntos de inflexión con el consiguiente riesgo de
extinción del recurso. Sin embargo, lo más probable es que antes que desaparezca la presa,
desaparezca la pesquería.
INTERPRETACION DE LA PESCA EN TERMINOS DE LA DINAMICA DE
POBLACIONES
Un recurso puede considerarse como una población natural cualquiera cuyo tamaño
o densidad depende de la interacción de cuatro componentes: natalidad, inmigración,
127
mortalidad y emigración.
Si la población es cerrada, es decir, no recibe aportes de individuos de poblaciones
vecinas, ni tampoco aporta a ellas, sus fluctuaciones dep,enderán sólo de la natalidad y la
mortalidad. Ese podría ser el caso ue la población de un recurso cuyos movimientos no
rebasen el área de la pesqueda.
Durante la fase de preexplotación, en promedio, los nacimientos equilibrarán a las
muertes y la población se mantendrá en un estado estacionario; sin aumentar ni disminuir
su número total, el cual será muy próximo a la capacidad de sustentación. Bajo estas
condiciones el tamaño que alcanza la población es el resultado del efecto depresivo, en la
tasa de crecimiento, de factores ambientales cuyo efecto depende de la densidad de la
población. Así, por ejemplo; en la mortalidad natural (provocada por factores ajenos al
hombre) es importante la participación de agentes compensatorios tales como predación,
parasitismo, competencia intraespecífica por alimento, refugios, zonas de postura, etc.
Cuando el recurso entra en la fase de explotación se agrega otra fuente de
mortalidad (mortalidad por pesca), la cual en la medida que no reemplaza a la mortalidad
natural ya existente, provoca una disminución de la densidad y un cambio en la
composición de la población. La extracción selectiva de una parte constituida
principalmente de individuos adultos, desplaza la estructura de edad hacia un predominio
de las clases más jóvenes.
Sin embargo, si bien la población está disminuida en número y los individuos son
más pequeños, la disminución de la densidad ha aminorado el efecto de los factores
densidad dependientes. creándose condiciones más favorables para la reproducción. el
crecimiento y la sobrevivencia. La consecuencia será una tasa de incremento natural
mayor.
La población, al pasar de un nivel de densidad a otro menor e incrementar la
producción de biomasa. deja en condiciones a la pesquería de cosechar aquel excedente
de producción que la sustenta. .
La acción progresiva de la pesquería hará aumentar la tasa de incremento natural
hasta un límite, más allá del cual comenzará a disminuir porque la cantidad de
reproductores (stock parental) es insuficiente para generar una progenie (reclutas) que
sobreviva para renovar la fracción reproductiva.
Si en todo momento la pesquería preda una cantidad media igual a la tasa de
incremento natural del stock, podrá estar en equilibrio con él á Gualquier nivel de
abundancia. Aquella captura que durante un período determinado (un año por ejemplo)
no cambia la abundancia media del stock se denomina pesca de equilibrio.
De lo anterior se puede concluir que, en algún nivel intermedio de densidad, la
población tendrá una productividad máxima y por lo tanto, será factible ejercer una pesca
máxima de equilibrio (o rendimiento biológico óptimo).
Cuando la intensidad de pesca lleva a la poblaci6n a niveles donde no se puede
obtener el incremento natural que permite una captura de equilibrio máxima, se dice que
el recurso está en sobrepesca.
• ~ - .. --:. Rendimiento
.. -- ...... --- ----- -_.. _--- ....
I I
128
Un stock capturable con una biomasa inicial dada, al cabo de un cierto tiempo (un
año por ejemplo). alcanza una biomasa resultante de: la adición en peso de todos los
individuos transferidos desde el stock no capturable, que alcanzaron la talla de
reclutamiento; de la suma del crecimiento de los individuos que han sobrevivido durante
el año; de la sustracción del peso total de las muertes ocurridas en el año; y de las pérdidas
ocasionadas por las capturas durante el mismo período.
Si P 1 es la biomasa del stock capturable al comienzo del año y Pz es la biomasa al
final del año, lo anterior se puede expresar de la siguiente manera:
Pz -P 1 +A+G-M e
donde:
A es el aumento en peso del stock por el reclutamiento de nuevos individuos
durante el año.
G es el aumento en peso del stock por crecimiento durante el año.
M es la pérdida en peS(' por mortalidad natural en el año.
e es el peso de la captura anual.
El cambio del stock durante el año
AP = Pz - P1 A + G - M- e
dependerá del balance que se establezca entre los cuatro componentes antes mencionados.
En particular es de interés el caso t:P =0 dado e ~ A --fG - N, es decir, la permanencia del
stock cuando se obtiene una captura correspondiente de incremento natural durante el
año.
El mismo modelo, utilizando tasas instantáneas y agregando un efecto ambiental
aleatorio, (Schaffer y Everton, 1963) se puede plantear como:
luego para conocer el rendimiento total y en un intervalo de tiempo dado, que puede
obtenerse de la pesquer(a bajo rondiciones de equilibrio, es preciso integrar los
incrementos instantáneos sobredicho per(odo.
Dos enfoques se han desarrollado en la ronstrucci6n de modelos pesqueros. Un
enfoque formula y estima términos individuales para el reclutamiento, crecimiento y
129
mortalidad y los combina para obtener la captura de equilibrio (modelos pool dinámico)
(Beverton y Holt. 1957; Picher. 1958). El otro confunde todos estos términos en una tasa
de incremento natural, la cual expresan como una función de P; modelos log(sticos
(Schafer. 1954. 1957; Pella y Tomlinson, 1969).
130
ENFOQUE DE COMUNIDADES
EL EFECTO DE LA PESCA
La explotación de recursos a este nivel puede verse como el aprovechamiento de la
productividad global de un ecosistema determinado por la pesquería. Esta se acopla en
algún punto del ecosistema, predando especies de variado tipo, ya sea pelágicas,
demersales, bent6nicas, etc., siguiendo tres formas principales de explotación:
monoespedfico, sucesional e integrado (o mixto) (Garrod, 1973).
El establecimiento de una pesquería monoespeCl'fica, aquella que ataca de
preferencia a una sola población, depende de la alta producción de biomasa de ciertas
especies, bajo un determinado marco de condiciones biológicas y ambientales; y la
aceptación de ésta por la población humana. Habitualmente estas dos razones han sido
suficientes para incentivar el desarrollo de pesquer(as espeCl'ficas, como por ejemplo, en
nuestro pa(s lo son las pesquedas de anchoveta en el norte y merluza en la zona central.
Estas pesquer(as comienzan frecuentemente captando cierta proporción de fauna
acompañante, a excepción de otras que por la alta selectividad del arte son estrictamente
monoespec(f icas.
En otros casos las pesquer(as se tornan su cesio na les, ya sea porque el recurso ha
entrado en colapso debido a una pesca intensiva, o bien porque su valor, en términos
humanos, ha disminuido y otras especies han adquirido preponderancia. T di es el caso en
nuestro pa(s de lo ocurrido recientemente en la pesquer(a de la zona norte, donde a causa
de la deplesión del stock de anchoveta, se ha desviado el esfuerzo a los stock s de jurel y
sardina.
El otro tipo de explotación mencionado, el integrado, ocurre cuando stock s
múltiples son objeto de una misma pesquería. Es la situación que se da generalmente en
los inicios de la explotación; as!' por ejemplo, en la pesquería demersal de la zona central,
las capturas tempranas estaban constituidas por merluza, congrio negro, pejegallo,
blanquillo, rayas y otras especies en proporciones decrecientes, en cambio, a medida que
aumentó la tasa de explotación, la composición de especies cambió, desplazándose hacia
el predominio casi exclusivo de la merluza. Descrito este mismo proceso en términos
pesqueros, se dice que la captura se va "limpiando" mientras transcurre la explotación.
El reconocimiento de estos tres tipos de explotación, si bien un tanto artificial,
pone de manifiesto que el efecto de la pesca trasciende más allá de las poblaciones sobra
las cuales existe un interés directo de explotación, comprometiendo a toda la comunidad,
y que el desarrollo a largo plazo de las pesquerl'as depende de ciertas propiedades de los
ecosistemas en los cuales se desenvuelven los recursos reales o potenciales; siendo preciso
tornarles en cuenta si queremos tener mejores bases para el manejo racional de este
recurso.
INTERPRETACION DE LA PESCA EN TERMINOS DE LA DINAMICA DE LA
COMUNIDAD
Para describir el efecto de la pesca en relación a la dinámica de la comunidad es
necesario recurrir a dos conceptos: el de sucesión ecológicá y el de stress (perturbación o
disturbio). Por sucesi6n podemos entender una serie de cambios ordenados de la
comunidad motivada por algún cambio del ambiente flsico, pero que es biológicamente
dirigido o controlado por la comunidad. En este sentido, la sucesión es una respuesta de la
comunidad al stress ambiental, orientada hacia algún dominio de estabilidad de dicha
comunidad. Por stress se entiende una fuerza ejercida por un factor o grupo de factores
ambientales que provoca una tensión o deformación en alguna propiedad del sistema
(Regler y Henderson, 1973). Variables de la comunidad a través de las cuales se puede
apreciar el efecto de los stress ambientales son la diversidad, la estabilidad (en sus tres
aspectos: persistencia. elasticidad y homeostasisl. la productividad primaria y la biomasa
total, por nombrar algunas.
131
Si para simplificar partimos de la condición de una comunidad clímax, abiótica-
mente estable y aún no explotada, las características que presenta la comunidad en ese
momento se muestran en la columna de la extrema derecha en la figura que sigue (Odum,
1969).' Tomando a Iguna de ellas, la comunidad aparece poseyendo un gran standing crop;
.el cuociente productividad primaria/respiración de la comunidad ((ndice P/R) es cercano
al, es decir, el ecosistema se encuentra en estado estacionario o de equilibrio dinámico
porque la energía fijada en la fotosíntesis está balanceada por la energía de costo
mantención de la comunidad que es alta; la tasa de producción es baja dado que no queda
excedente apreciable de energ{a para incrementar la biomasa total; el rendimiento es bajo
por la misma razón; la diversidad, tanto en riqueza de especies como en abundancia
relativa (equitatividad) es alta y la estabilidad también es alta.
Al sobrevenir el stress de la pesca se producen cambios sucesivos que conducen a
una comunidad más ·simple. S~ observa que las variables telacionadas con la organización
de la' comunidad, diversidad y estabilidad, disminuyen, mientras el cuociente
productividad primaria/biomasa de la comunidad (índice P/B) aumenta debido a que
standing crop decrece por efecto de la pesca sin una disminución importante de la
productividad primaria, por lo· tanto la tasa de producción y el rendimiento de la
comunidad también aumenta.
Extrapolando podemos decir que el stress ocasionado por una pesca intensiva
llevará a la comunidad a un estado bajo de sucesión, en el cual el rendimiento promedio
(relacionado directamente con P/B) se obtiene en virtud de un deterioro de la
organización de la comunidad. Llevado esto a su extremo provocará la disminución de la
.producción y fuertes fluctuaciones en la abundancia de los recursos, con el consiguiente
trastorno para el desarrollo de las pesquer¡'as.
Energía de la comunidad
Estructur a de la Comunidad
6. Materia orgánica total Pequeña Grande
7. Nutrientes inorgánicos Extrabiótica Intrabiótica
B. Diversidad de especies como Baja Alta
ponente de variedad.
9. Diversidad de especies com- Baja Alta
ponente de equitatividad.
10.
11.
Diversidad bioquímica
Estratificación y heterogen·
Baja
Pobremente organizada
Alta
Bien organizada I
sidad espacial (patrón de di·
versidad). .
132
•
I
Historia vital
12. Especialización del núcelo Amplio Estrecho
13. Tamaño de los organismos Corto y simple Largo y complejo
14. Ciclo vital Corto y simple 'Largo y complejo
Ciclaje de nutrientes
15. Ciclo mineral ,Abierto Cerrado
16. Tasa de intercambio de nu· Rápido Len,to
trientes entre organismos y
ambiente.
17. Rol del detritus en la re· No importante
generación de nutrientes.
Presión' selectiva
18. Forma del crecimiento Rápi~o.(selección rl, Controlado por food·back (selec-
ción Kl.
19. Producción Cantidad Calídad
Homeostasis general
20. Simbiosis interna No desarrolláda Desarrollada'
21. Conservación de nutrientes. Pobre Buena
22. Estabilidad (resistencia a pero Pobre Buena
turbaciones externas).
23. Entropía Alta Baja
24. Información Baja Alta
133
En el estado de desarrollo de este modelo no es posible hacer predicciones
cuantitativas del efecto de la pesca, sin embargo, algunas de sus consecuencias, más bien
cualitativas, se pueden apreciar. Como se planteó en la sección anterior, P cambia
levemente con el aumento de la pesca (F) según una función decreciente de F. además B
cambia drásticamente de acuerdo a una función decreciente de F, por lo tanto el índice
P/B será una función creciente de F. Luego si se piensa en el modelo anterior, sY -o 4 1/8)
será una función creciente de F, Y como K dS una constante, (D - lIS) debe ser una
función decreciente de F. (D - lIS) es una expresión que mide el grado de organización de
la comunidad (Margalef op. cit.).
Resumiendo. el modelo nos dice que si introducimos la pesca en una comunidad
virgen y continuamos aumentando paulatinamente el esfuerzo F, aumentará el índice P/B
(el cual está en relación directa con el rendimiento V) a expensas del grado de
organización de la comunidad (D - lIS). Pór'otra parte, el modelo también señala que al
introducir variables estructurales del ecosistema (diversidad y estabilidad). el criterio
tradicional de rendimiento máximo sostenido se enriquece. porque precisamente para ser
sostenido debe preservar la "estructura productiva" del ecosistema.
134
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135
LA PESCA Y LA CONTAMINACION
EN EL MAR CHILENO
LA PESCA Y LA CONTAMINACION EN EL MAR CHILENO·
I NTR ODUCCION
Chile es un país favorecido por un mar de gran riqueza potencial, en el cual se
conjugan diversos factores que permiten la existencia de una flora y una fauna
características de diferentes regiones marinas, tanto tropicales, templadas como polares.
Esto significa la presencia de una gran variedad de especies y en algunos casos de
gran abundancia de organismos m'arinos cuya explotación es fuente de alimentación y
trabajo para el pa(s.
La investigación en ciencias del Mar está permitiendo el conocimiento paulatino del
medio ambiente oceánico, de los organismos que lo habitan y de sus interrelaciones. Todo
esto tiende a lograr la conservación del medio ambiente marino y una explotación
racional de nuestros recursos a la vez de ejercer sobre ellos una soberan(a científica, base
fundamental de las decisiones económicas.
138
también produce una migración y gran mortandad de aves marinas.
La costa central y norte de Chile se ve a su vez favorecida por el fenómeno de
surgencia que consiste en el ascenso de aguas subsuperficiales, ricas en nutrientes hacia la
superficie, fertilizando el océano y contribuyendo con esto al crecimiento del plancton,
alimento base de los organismos marinos que constituyen, a su vez, la riqueza pesquera de
la zona.
Las investigaciones en biolog(a marina, iniciadas por nuestro pa(s en la década del
40, se han orientado principalmente a la identificación de especies de nuestra flora y
fauna marina; a estudios de ecología y distribución del plancton, peces, crustáceos, algas, •
aves y mamíferos marinos y al conocimiento del ciclo vital de ciertas especies de
importancia económica.
Especialmente destacable es la labor desarrollada en este campo por las
Universidades de Chile (Departamento de Oceonología, Montemar) y Concepción. Sin
embargo, nuestro conocimiento actual es fragmentario y heterogéneo, debiendo
intensificarse la labor en este campo, especialmente sobre especies de importé1ncia
comercial y de aquellas potenciales.
PESCA
Las estadísticas de pesca de los últimos años señalan como principales recursos
nacionales en explotación a la anchoveta, merluza, camarones, langostinos, sardinas,
moluscos y algas (Ver figura y Cuadro 1). Sin embargo, los resultados de las
investigaciones biol6gico-pesqueras realizadas principalmente por el Instituto de Fomento
Pesquero y.la Universidad Católica de Valparaíso, han permitido determinar que estos
recursos están en su nivel máximo de explotación. Por esta raz6n es necesario tomar hoy
las medidas tendientes a regular la intensidad de pesca, ya que de lo contrario pOdría
lIeJarse, en fecha próxima~ al punto crítico en el cual no se puedan recuperar las
poblaciones.
Otros recursos, como el jurel y la centolla. aún no han alcanzado su máximo nivel
de extracción, lo cual permitiría una intensificación de las capturas sobre ambas especies.
Sin embargo, lo que abre grandes perspectivas para el futuro son algunos recursos
potenciales que se perfilan de gran abundancia e importancia económica. Entre ellos
pueden citarse recursos de alta mar, agujilla y caballa; del talud continental, bacalaos y
crustáceos; en la región de los canales, merluza de cola, cabrilla, sardina, jaivas,
langostinos, algas y bivalvos; y, en el extremo austral y reJión antártica, krill.
La racionalización de la explotación de las pesquerías tradicionales, la iniciación de
faenas de pesca sobre los recursos potenciales y el desarrollo de los cultivos marinos,
permitirán al menos duplicar los actuales niveles de captura, situación que repercutirá
directamente en el desarrollo socioeconómico nacional.
La flota industrial chilena está formada por 275 embarcaciones, dedicadas la mayor
cantidad de ellas, a la pesca de cerco (60 0 /0) y las restantes a la pesca de arrastre y
transporte de mariscos (Cuadro 31. Por otra parte, el sector pesquero artesanal, de gran
importancia ya que es el principal abastecedor de especies finas para consumo en fresco,
está compuesto por un considerable núcleo de pescadores. con una cantidad aproximada
de 6.000 embarcaciones distribuidas a lo largo de todo el litoral.
A nivel industrial existen aproximadamente 60 empresas pesqueras dedicadas a la
elaboración de harina, congelados, conservas y otros productos de menor importancia.
Estas empresas, cuya producción abastece el mercado nacional además de exportar sus
productos, cuentan con la capacidad necesaria para procesar los actuales niveles de
explotación (Cuadro 4).
Finalmente cabe recordar que el desarrollo de las pesquen'as chilenas ocurrió con
posterioridad al término de la Segunda Guerra Mundial que, tras un vertiQinoso desarrollo
139
durante la década del 60, alcanz6 su climax en el año 1971 con un desembarque total
cercano al mi 116n y med io de toneladas.
Esta cifra sitúa a Chile como el segundo país de importancia· pesquera en
Latinoamérica a la vez de ocupar su sitial entre las 15 naciones de mayor relevancia en el
sector pesquero mundial, con una cifra promedio de 25 millones de d61ares anuales.
(Cuadro 2).
140
características hubieran sido otras.
Hoy d(a nos enfrentamos a un accidente similar aUrQue de una magnitud muy
superior. El viernes 9 de agosto de 1974, el super-tanque holandés "METULA" encalló en
el Estrecho de Magallanes, transportando la impresionante cantidad de 193.000 toneladas
de petrÓleo crudo. A la fecha se calcula derramadas en las aguas del estrecho más de
40,000 toneladas de su carga.
Hasta el momento no se conocen las repercusiones de este desastre y es posible Que
transcurra un largo tiempo antes de poder evaluar todos los alcances de esta nueva
tragedia para la flora y fauna marina de la región austral.
A nivel nacional se ha preócupado de la Contaminación marina el Comité
Oceonográfico Naciónal (CONA). Además fue creada. el 26 de Abril de 1971 (Decreto NO
315 del Ministerio de Salud Pública!' una Comisión Nacional de Alto Nivel Contra la
Contaminación Ambiental. la cual tiene entre otras misiones la de diagnosticar. proponer
medidas de control y prevenir la contaminación ambiental, en base a una política racional
y adecuada planificación, con el objeto de aprovechar al máximo los recursos disponibles.
CONSIDERACIONES FINALES
La legislación chilena sobre la protección del medio ambiente y de los recursos
naturales en general y pesqueros en particular, acusa de una gran pobreza de estudios
científicos al respecto. Los decretos legales se han sucedido con contínuascorecciones,
obedeciendo en muchos casos a presiones pol(ticas o económicas del momento. De esta
manera hay numerosas especies sin protección y otras se han llegado a legislar~cuando
están prácticamente extinguidas. Sobre la conservación del medio ambiente aún es más
deficiente la actual legislación. Sin embargo, nuestras leyes contemplan casi todos los
medios de protección enunciados teóricamente, pero, en general, estas medidas no están'
respaldadas científicamente y son sólo aplicadas en forma somera.
Por esta razón debe emprenderse hoy, no mañana, un programa Nacional
tendiente al estudio del efecto de la explotación sobre los recursos marinos Que permita
desarrollar técnicas para el incremento y manejo de las poblaciones como asimismo de la
prevención y control de la contaminación marina.
Para ello es necesario Que principalmente se considere:
a) Realizar estudios básicos del medio ambiente y'de los recursos del océano.
b) Establecer una coordinación efectiva entre los organismos nacionales e internacionales
Que realizan trabajos al respecto,
el Financiar programas y projectos de investigación cuyos cibjetivos permitan el control
del medio ambiente y el manejo de los recursos del Océano,
d) Contar con facilidades y medios para el desarrollo de las acciones encaminadas al logro
de estos objetivos,
e) Revisar periódicamente la legislación, pol(ticas, regulaciones, etc ..
f) Formar profesionales y técnicos capacitados para emprender las labores de
investigación y extensión, y
g) Educar a la comunidad sobre la necesidad de conservar el medio ambiente y utilizar
racionalmente los recursos marinos.
Para finalizar esta breve exposición, cabe aquí recalcar, una vez más, Que los
problemas de la protección de la haturaleza, deben interesar no solamente a los científicos
ya los gobernantes, sino a la comunidad por entero.
141
Utilización de los desembarques
(Promedio de los últimos años)
Conservas
Congelados
- Consumo .humano
,directo
Harina
TON.X 1000
1500
• Cap tu r a t o tal
1000
500
100
50 55 60 70 75 AÑO
142
Cuadro 1-
D'!sembarque
total 1.392.925 1.095.149 1.181.321 1.494.383 791.978 (635.000)
) Valores estimados
143
Cuadro 2
EXPORTACIONES E.IMPORTACIONES DE
PRODUCTOSPEsaUEROS
(1968 - 1972)
Exportaciones Importaciones
Año Cantidades Valores FOB Cantidades Valores CIF
(Ton.) (US$) (Ton.) (US$)
144
Cuadro 3
Arica 27
27
Iquique 66 8 74
Antofagasta (1) 19
19
Coquimbo 6 4 10
Quintero
6 6
Valparaiso 5 17 23
San Antonio 9 14 24
Tomé
4 4
Talcahuano 34 11 2 3 (2) 50
Valdivia 4 1 6
Puerto Montt
4 4
Calbuco
14 14
Quellon
2 2
Puerto Aguirre
3 3
Punta Arenas
9 9
Total 112 8 45 26 :t, 47 37 275
Arica 4
Iquique 8 4 2
Tocopilla 1
Mejillones 1
Antofagasta 2 3 2
Taltal 1
Caldera 1
Coquimbo 2 2 1
Quintero 1
Valparaíso 1 5 4 2
San Antonio 3 1 4 1
Tomé 1 1 1
Talcahuano 13 9 3 3
Valdivia 1 1 1
Cal buco 7 1
Ouellón 3
Puerto Aguirre 2
Punta Arenas 1 3
Porvenir 4
Total 37 44 21 10
146
INSTITUCIONES CHILENAS QUE TIENEN ACTIVIDADES RELACIONADAS
CON EL ESTUDIO DE LA CONTAMINACION MARINA
147
Especies o Comunidades Planctónicas, bentónicas
Formas de contaminantes metales
Laboratorio de Zoologla
Universidad Católica de Chile
Casilla 114 - O
Santiago
148
NOMBRES CIENTIFICOS DE LAS PRINCIPALES
ESPECIES DE IMPORTANCIA COMERCIAL
149
Sardina común Strangomera bentincki Cerco; 'bolinche
Sardina de los canales Clupea fuegensis Enmalle
Sardina española Sardinops sagax Cerco
Sierra Thyrsites atun Línea de mano; trolling'
Tollo MU,stelus mento Espinel; línea de mano
Vidriola J.F. Seriola mazatlana Línea de mano
150
PARTE TERCERA:
EXPERIENCIA DERIVADA DE
EN EL LITORAL CHILENO:
EL NAPIER Y EL METULA
LOS CASOS NAPIER Y METULA:
INTRODUCCION
Tengo el honor de exponer en esta esclarecida tribuna, los antecedentes de hecho
que conformaron los accidentes de los buques tanques "NAPI ER" Y "METU LA",
ocurridos en nuestro litoral en los años 1973 y 1974 respectivamente.
En consideración a los propósitos de este Seminario, sobre "Política de Medio
Ambiente Marino", que está fundamentado en tener un conocimiento directo de todos
los aspectos involucrados, y a fin que, el análisis de hechos tenga esa profundidad de
carácter internacional, nacional y regional es que voy a permitirme hacer algunas
consideraciones que tengan también la misma dimensión.
Creo que el motivo por el cual personas de muy distintas disci¡:¡linas se aboquen al
estudio de este problema, está plenamente justificado, por cuanto está en juego la
supervivencia de nuestro planeta.
Es necesario que, no sólo los estudiosos y los cientl'ficos se preocupen, luego los
hombres de gobierno, de leyes y todos aquéllos que de alguna manera tienen res-
ponsabilidad en el manejo de materiales contaminantes, sino que, aún es necesario que
esta inquietud alcance, en lo posible, a la mayoría de la poblaciÓn mundíal y, en el peor
de los casos, a todos aquellos hombres y mujeres que en alguna medida están en
condiciones de decisión para que impidan que se efectúe impunemente la contaminación
del medio ambiente en general yen especial del mar.
Redundando en lo ya conocido, siendo la superficie del planeta cubierta en su casi
tres cuartas partes por los Océanos, es evidente el papel regulador de éstos para mantener
el equilibrio ecológico, en estrecha relación y misma funciÓn que la capa gaseosa que
envuelve a la Tierra en su totalidad.
La línea inalcanzable del horizonte de mar, las profundidades abisales, el infinito
insondable del cielo hizo creer a toda la humanidad en gigantes invencibles. Pero he aqu(
que; a ese mar y ese aire que parecían colosales titanes los estamos enfermando lentamente,
les estamos dañando su epidermis, cada d(a en mayor extensiÓn y profundidad hasta poder
provocar su muerte.
Los Océanos y la Atmósfera han constituido por siglos los resumideros y depósitos
de gases de desperdicios de una civilización que avanza. El aumento de la población
mundial, el avance de la tecnología yen consecuencia la industrialización han aumentado
los desperdicios y acelerado la evolución de la enfermedad, al coparle su capacidad de
absorción. .
La OceanograHa, ciencia relativamente nueva, y los estudiosos que a ella se han
entregado, han dado la voz de alerta. Jacques Cousteau, Picard y tantos otros están
hablando de graves estragos en la capacidad de vida en el mar en sólo los últimos 20 años.
154
Siendo entoncés, los Océanos la gran reserva de la humanidad en lo económico, habiendo
sido el medio en que se desarrolló la vida orgánica del planeta y posteriormente ha sido el
medio catalizador que permitió que ella se perpetuara, debemos defenderlos de la
contaminación, su enemigo más peligroso, que es lo mismo que defender la supervivencia
de la humanidad.
Miremos pues, al Océano como un ser viviente al cual debemos cuidarle: en primer
lugar los riesgos de enfermedad, y en segundo lugar las posibles heridas que podamos
causarle, me refiero a la contaminación lenta y persistente y aquélla otra violenta, por -
considerables pérdidas de cargamentos contaminantes producidas ocasionalmente en
accidentes marítimos o por ótras causas.
Cuando los estudiosos y cienHficos nos han puesto en alerta y, en forma dramática
y sobria, dan cuenta que la salud del planéta está en peligro, lo hacen en función de
hechos consumados, de daños latentes; corresponden'a entonces buscar los antecedentes
que provocaron esa situación.
El progreso de la civilización, más que el aumento de la población mundial, ha
llevado la industrialización a los más altos niveles; pero ha herido de muerte los Lagos,
Canales. Ríos navegables y Bahías cerradas. En general, todas las aguas interiores de aquellos
países cuyas industrias se establecieron en las riberas y usaron las vías de agua, además
de transporte, como materia prima y resumidero a la vez. En este caso la muerte se
generó en casa.
Pero uno de los patrimonios de la humanidad, que son los Océanos, están siendo
afectados en forma masiva y se ha determinado que hay una causa principal que altera los
ciclos ecológicos de la vida en el mar, esto es, la contaminación por hidrocarburos.
El pavor que genera la contaminación por hidrocarburos está basado en su
extensión, la particularidad qu~ tiene de abarcar grandes superficies de mar, que al
cubrirlo con una pel¡'cula consiStente;actúa como aislante e impide el proceso qu(mico y
físico que genera el calor del sol y el contacto directo con la atmósfera, que son vitales
para mantener la inmutabilidad de la composición del agua de mar y de la vida que en ella
se desarrolla.
Esbozado el problema con el fin de darle las dimensiones y formas, vaya referirme:
a los dos aspectos que tiene la contaminación por hidrocarburos; en lo primero, aquélla
lenta y persistente. que quizás sea la más grave, haciendo uso de publicaciones estad (st ica s
de las Naciones Unidas CEPAL 1973, del Lloyd's Register of Shipping de 1974 y de la
Asociación Nacional de Armadores de Chile de 1974; en lo segundo, aquellos accidentes
marítimos que producen contaminación masiva por los grandes derrames del cargamento,
para lo cual hay suficientes antecedentes, por haber ocurrido dos de ellos en nuestras
costas; y finalmente al control y procedimientos vigentes sobre este tipo de contaminación.
155
Esto significa que la cantidad de buques señalados, en sus navegaciones, están
achicando sentinas al mar, vaciando al mar petróleo contaminado con agua, o
sencillamente lavando o limpiando estanques de combustibles con agua de mar.
Naturalmente, esto afecta permanentemente a todas las rutas de navegación en el
mundo, en la proporción que sean usadas, pero donde el problema aparece pavoroso, es
cuando se refiere a los buqubs tanques, que recorren las rutas de abastecimientos entre los
países prOductores de petróleo y los países industrializados que lo necesitan.
Las estad(sticas de 1974 demuestran que las cantidades de naves que se dedican al
transporte de productos contaminantes en el mundo son las siguientes, dentro de los
totales ya mencionados:
6.785 petroleros con 129.491.466 toneladas registro grueso y con 238.399.002
toneladas de peso muerto.
291 buques tanques para productos qUl'micos con 748.436 toneladas de registro
grueso.
Estas nuevas cantidades expuestas, comprendidas dentro de las anteriores, indirnn
que, además de las condiciones contaminantes dadas a conocer, que son normales a todo
buque navegandQ en servicio activo, debe agregarse estas otras que son agravantes,
provocadas por estas naves dedicadas al transporte de I(quidos, en las que deben hacerse
limpiezas normales de estanques, los deslastres obligatorios para efectuar los cargamentos
y lasdesgasificaciones ocasionales por mantención o reparación de estanques y casco.
Pero, para medir mejor la necesidad de preocuparnos de estos problemas y justificar
las voces de alarma, podemos referirnos, a la tendencia que ha tenido el transporte
marftimo de hidrocarburos y cuál es su curva ascendente, entre 1900 a 1972. Aunque no
se ha mantenido tan pronunciada en el año 1974, por causas de todos conocidas, no lo
será tanto para nivelarse en un futuro próximo.
1900 se transportaron en buques tanques 540 millones tons métricas
1965 se transportaron en buques tanques 862 millones tons métricas
1970 se transportaron en buques tanques 1.440 millones tons métrirns
1972 se transportaron en buques tanques 1.637 millones tons métricas.
En 1971, se calculaba que el volumen de transporte man'timo de hidrornrburos era
el 57 0 /0 del total del transporte por mar.
Estos últimos guarismos nos dan la dimensión real del riesgo de contaminación, por
cuanto, es fácil imaginar que si sólo una m(nima parte de ese petróleo llega al mar, la
rnntidad es siempre fabulosa.
Si a estas citras, que indican los millones de toneladas que se transportan por mar, les
aplicamos las distancias recorridas entre los diferentes terminales petroleros, ahora sI', que
tenemos el riesgo configurado.
1965: 3.120 MILLONES DE TONELADAS MILLAS
1970: 6.487 MILLONES DE TONELADAS MILLAS
1972: 8.620 MILLONES DE TONELADAS MILLAS
De estos cuadros estad(sticos mundiales, de sólo pocos años, se observa que los
hidrocarburos transportados por mar aumentan en forma asombrosa y no as( el número
de naves que lo efectúan, sin embargo, ello es posible por el aumento de las capacidades
·de carga de las nuevas naves. Esto obedece, a un crecimiento acelerado de los pa(ses
industrializados y al cambio de rnrbón a petróleo que hubo en el uso de combustible para
producir energ(a. Aún cuando todas esas enormes cantidades de tonelaje-millas
transportadas por mar, son sólo un riesgo y está concentrado en las rutas, de los pa(ses
productores hacia las zonas altamente industrializadas, no hay duda que, sólo la operación
normal de los buques que lo efectúan produce la contaminación más grave.
Nuestras costas no están exentas de estos riesgos y de acuerdo también a nuestra
156
capacidad de industrialización y en la proporción adecuada, se nos está produciendo una
contaminación que tenemos el deber de evaluar, ya sea en la explotación de nuestros
yacimientos en la zona austral, las instalaciones de nuestras refinerías, el u::o de los
terminales petroleros, las industrias establecidas en las riberas y finalmente en el
transporte marítimo en general y de hidrocarburos en especial, que ocurre en nuestras
rostas.
Las estadísticas nacionales dicen lo siguiente, en un promedio de 1973-1974, con el
objeto de tener una imagen del problema a nuestro nivel.
Hidrocarburos transportados por mar: 3 millones de toneladas y las distancias que
tienen que rerorrer e::os cargamentos para llegar de sus puertos de origen a los de destino,
es de 4.000 millones de toneladas kilómetros.
El número de buques que cumplen este transporte, es de 18 buq ues entre na cio na les
y extranjeros, usando el mismo promedio anterior. El número de buques que transitan
por nuestras rutas, ron cargamentos de hidrocarburos no destinados a nuestro consumo y
no controlados por nuestros organismos especializados, es esca::o.
Nuestro rie!go de contaminación, lenta y persistente, estaría definido en los
terminales, la navegación de aguas interiores que son los Canales y Estrecho de
Magallanes, las rutas de navegación a lo largo de la rosta y el transporte del crudo desde el
Golfo Pérsico, yacimientos del Estrecho, Venezuela, Ecuador y Arica hasta las Refinerl'as
de Concon y San Vicente o bien los productos refinados desde estas Refinerías hacia
Arica o Punta Arenas y puertos intermedios. En menor escala en las industrias
establecidas en las riberas.
EL CASO "NAPIER"
Corresponde referirnos a ese riesgo de rontaminación que Significan los accidentes
marftimos y de los cuales tenemos dos ca::os, de trascendencia internacional y que a
rontinuación se exponen, en los puntos relevantes, para poder ::ometerlos a análisis.
El buque tanque Liberiano "NAPIER" con tripulación griega, perteneciente a la
STAR SHIPPING CO., de Sudáfrica, hizo el viaje en lastre, por el Estrecho de Magallanes
desde Río Grande, Brasil, hasta Arica, Chile, para tomar un cargamento de 35.510
toneladas largas de petróleo crudo boliviano, tipo paraHniro de API 56 0 5 F, peso
específico 0,753. . ..
El Práctico que piloteó la nave, en viaje hasta Arica, informó que el radar estaba
fuera de servicio, pero que el resto de los instrumentos de navegación estaban operables y
::olamente observó que el giropiloto tuvo una falla en alta mar, que fue subsanada
inmediatamente y que la navegación entre Evangelistas y Arica, se hizo pasando a 00
millas afuera de Punta Curaumilla frente a Valpara(::o.
Esta nave tenía las siguientes características: 210 mts de eslora, 28 mts de marqa,
calado cargado a proa 34'06" y a popa 36'06", velocidad 16 nudos, tonelaje grue::o
23.690 y tonelaje neto 15.460; construida en Japón en 1967. zarpó de regre::o de Arica a
R (o Grande. el 4 de junio de 1973 ron recalada forzosa en Valpara(so, para embarcar
Práctico y reparar el girorompás Sperry XIV, que tenía fallas el parecer subsanables.
Permaneció en Valparaíso tres horas y media, desde el 6 de junio a las 23.00 horas hasta
el día siguiente 7 a las 02.3:> horas. En dos horas se le hizo un recorrido y limpieza al
girocompáS cambiando dos tubos amplificadores. que tenía a bordo, encontrando uno de
los que tenía puesto, fallado. por lo que no trabajaba el amplificador. Con respecto al
radar, lo hab(a reparado en Arica y quedó nuevamente fuera de servicio, un día antes de
llegar a Valpara(::o.
La ruta de navegación, después que zarpó de Valpara(so, se trazó muy lejos de la
costa. de tal forma que sólo pudieron situarse visualmente entre Punta Angeles y Punta
Curaumilla, poco después de zarpar, y. posteriormente. al pasar por Isla Guafo, pusieron
en servicio el Radiogoniómetro, escucharon las señales del Radiofaro, pero no las
157
demarcaron por ser la señal muy intensa.
En la navegación al Sur, encontraron mantos de neblina por lo que disminuían' la
velocidad. Estimaron que se reduda el andar a 5 Ó 6 nudos, y en una de esas reducciones,
el 9 de junio a las 06.50 horas, varó la nave en un lugar que ro pudieron identificar, por la
oscuridad y la neblina. Acudió el Práctico chileno al puente de mando y cooperó de
inmediato, situando la nave por demarcaci6n radiogoni6métrica con el Radiofaro de
Guafo y luego, por telefonía en 2.182 Kc se puso en contacto con el Faro Raper y envió
el primer mensaje del accidente, informando el lugar que hasta ese momento se presumía,
Isla Guambl(n, solicitando auxilio. Al aclarar el día y la neblina se confirmó la posición.
Asumió el mando directo en el área, para disponer la asistencia al desastre, el
Comandante de la Estación Naval y Gobernador Marrtimo de Puerto Montt, quién de
inmediato ordenó el zarpe del pp. "LAUTARO", lo que se cumplió a las cuatro horas de
ocurrido el varamiento, en un viaje de 200 millas que los separaba entre Puerto Montt y la
Isla Guamblin, además se ordenó acudir al lugar a todos los buques que navegaban en las
proximidades.
La situación de la nave desde el momento mismo de varada fue gravísima, porque
había ocurrido en la parte rorte de una de las zonas más inhospitalarias de los mares del
mundo. La conformación irregular y accidentada del litoral, la severidad del clima, con la
violencia del oleaje y los vientos duros reinantes, lo inhabitado del lugar para prestar
ayuda rápida.
Varó la nave en el extremo Nornoreste de la Isla Guambl(n, sobre un bajo fondo
rocoso a 300 mts. de la costa, proa a ella, pasando por encima de la roca más de la mitad
de su eslora, para quedar afirmado en el tercio posterior. En las proximidades de la pleamar
de las 07.58 horas. Se había producido el cuarto creciente de la luna el 7 de junio a las
07.11 horas. La luna llena fue el 15 de junio a las 16.36 horas con una amplitud de
mareas de 2,35 metros.
El casco quedó sometido a tensiones violentas, con oscilaciones de la orientación de
la proa en 10 grados, grandes vibraciones que se debieron a que gran parte de su eslora
quedÓ flotando, expuesta a losgolpes de mar, los que le produjeron rajaduras en el costado
a la altura de los estanques 5 y 6. Tenía 11 estanques de carga a lo largo de su eslora y los
estanq ues eran a su vez, fraccionados en tres de babor a estribor, lo que constituía una
estructura sólida. Todos estaban cargados completos, excepto los tres estanques número
siete, que estaban vacíos. El buque se quebrantó en el transcurso de las primeras horas de
varado y a las roturas de los estanques centrales y popa, se sumaron la sala de bombas y la
de máquinas. Quedó el buque sin ningún poder después de 14 horas del accidente, al
sumergirse los generadores que estaban a cierta altura en la sala de máquinas. Abandonó la
nave la tripulación en la mañana del día 10 y ya se apreció el quebrantamiento de ella, a
la altura de los estanques seis y siete, como asimismo totalmente inundadas la sala de
máquinas y la de bombas, por lo que la determinaron como perdida definitivamente.
La asistencia inmediata que dieron al "NAPI ER", los tres buques que acudieron al
sitio del siniestro, además del PP. "LAUT ARO", y que mantllvieron un contacto
permanente con la nave accidentada, mientras se aproximaban, permitió que la moral de
la tripulación se mantuviera alta y a pesar que los buques llegaron en horas de oscuridad
lo que ro permitiÓ efectuar al trasbordo por las adversas condiciones de tiempo, tuvo el
efecto psicológiCO de tenerlos a la vista durante la noche y prepararse para el abandono de
la nave al día siguiente.
Las condiciones meteorológicas antes de vararse fueron malas, con viento N.W.
fuerza de 4 a 5, muy fuerte marejada y visibilidad reducida. Siguieron malas y
agravándose durante el día para mejorar en la amanecida y la mañana del día 10, lo que
permitió el abandono de la nave, al abarloar el PP. "LAUTARO", entre las 10.00 y las
11.00 horas. en arriesgada maniobra. Siguió norteando en los días siguientes hasta
declararse un temporal el día 14, lo que impidi6 sobrevolar la zona. El área continuó con
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los efectos de vientos regulares a fuertes del N .W. y fueron marejadas.
El día 12 de junio a las 13.00 horas, por orden del Gobierno Nacional y con la
aprobación del Comité Oceanográfico Nacional (CONA), unas escuadrillas de la FACH,
procedieron a bombardear el buque náufrago y abandonado con bombas incendiarias que
provocaron un incendio en los estanques de proa por un lapso de 3J horas y otro en la
parte de popa de menor duración; con esta medida también se incendió el petróleo sobre
el mar en las proximidades de la nave donde había mayor concentración de combustible.
Posteriormente el buque se partió en dos en el transcurso del mal tiempo que se acentuó
el 14 de junio, sumergiéndose en poca profundidad la parte de proa.
La parte del cargamento de petróleo que se derramó desde el momento de la varada
no se pudo precisar, ex iste una apreciación de la tripu lación, que se refiere a más de
15.000 toneladas al momento de chocar, lo que parece una exageración por el fuerte
compartimentaje que tenía la nave, treinta y tres estanques de carga y además por los
informe visuales. Todas las declaraciones indican que no se formó una película o una capa
densa, que cubriera una gran área y solamente la périda del petróleo bunker, del consumo
del buque, que era un total de 1.400 toneladas, fue notorio su derrame por varios días
debido al color negro u oscuro que tiene. Hubo denuncias de manchas de petróleo al Sur
de Isla Guamblin de los buques que acudían en auxilio, pero tueron necesarios bastantes
días para observar manchas de petróleo al Sur, dentro de 100 millas, en las proximidades
de las costas de Cabo Taitao, que alcanzaba a las Islas exteriores del archipiélago. No se
observaron manchas dentro de los Canales y las que se habían denunciado en el Canal
Puluche, durante inspecciones aéreas, resultó que, según las muestras recolectadas más
tarde, eran de origen volcánico.
Expertos ingleses, que llegaron al país a solicitud de nuestras autoridades, en
representación de la FAO y del Tovalop, "Federación Internacional de Contaminación de
los Armadores de Buques Tanques", sobrevolaron la zona afectada el 16 de junio y se
mantuvieron en el país hasta más o menos el día 25 de ese mes recibiendo y analizando
informes. Posteriormente llegó un experto canadiense que sobrevoló la zona ello de
julio. Todos ellos emitieron sendos informes y aconsejaron procedimientos.
Del 10 de julio al 10 de agosto, el PP. "LAUTARO" recorrió la zona con un equipo
técnico y especialistas chilenos, para determinar la contaminación y daños visibles y
obtener muestras para estudios de laboratorio.
Todos los informes emitidos concuerdan que la contaminación fue decididamente
baja, para la observación directa y en la proporción que corresponde a la cantidad
derramada.
Finalmente para cerrar este caso, el 13 de marzo de 1974, en cumplimiento de
instrucciones del CONA, se examinaron productos envasados de la zona afectada, por el
Instituto Bacteriológico y no se encontró nada anormal en dichas conservas, para
consumo habitual.
159
rumbos a navegar se hizo muy fuera de la rosta y no se probó que se hicieron esfuerzos
para situar la nave.
b) Existen numerosas rontradicciones ron relación a los estados meteorológicos, entre los
declarantes y los informes cada cuatro horas de los Faros por donde pasó el buque,
estas rontradicciones existen hasta ron las declaraciones del Práctico que ven(a a
bordo, las que coinciden ron los informes de los Faros.
c) El Capitán declaró tener un diploma otorgado por la "OFICIAL NAUTICAL SCHOOL
ELECTROt\IIC MARINE INSTRUMENT" por mantención de instrumentos, sin
embargo, la reparación del girocompás en Valpara(so consistió sólo en limpieza,
recorrido y un cambio de tubo que estaba a bordo. El radar hada un mes que se había
denunciado fallado por falta de respuesto de fábrica, sin embargo fue reparado en
Arica y cuando falló antes de llegar a Valpara(so nuevamente se informó que
necesitaba repuesto de fábrica. El radiogoni6metro se hizo funcionar pero no se usó
porque la señal que se recib(a era intensa, lo que no fue capaz de rontrolar.
EL CASO "METULA"
En un relato circunstanciado v en la misma forma del caso anterior, los hechos
160
relevantes en este accidente marítimo, que desde la entrada de la nave al Estrecho de
Magallanes hast<,l que salió a remolque, tuvo una duración de 95 días, son los siguientes:
La Shell International Marine de Londres tenía hasta fines de 1974, un cdntrato de
transporte de petróleo crudo para la ENAP CHI LE desde el Golfo Pérsico hasta Quintero
por el Estrecho de Magallanes. Hasta principios de ese año lo cumplió con naves de más o
menos 60.000 a 80.000 toneladas de registro grueso, pero desde febrero lo hizo, entre
otros, oon buques de 100.000 toneladas de registro grueso y calado sobre 60 pies, en
viajes con cargamento oompleto y regreso al Golfo Pérsico en lastre.
El "METULA" era el cuarto buque que hacía este viaje y venía cargado con
193.472 toneladas largas de petróleo crudo árabe liviano A.P.I. 350 5 F Y peso específico
0,858, cuando varó en la restinga del bajo Satélite en el lado occidental de la Primera
Angostura, en el Estrecho de Magallanes, oon todo su andar, el 9 de agosto de 1974 a las
22.18 horas.
El Capitán del buque, de bandera y tripulación holandesa, había preparado el
tránsito de su nave por el Estrecho oon las precauciones que demandaban. sus
dimensiones: 325 mts de eslora, 47 mts de manga, calado máximo a popa 62'06" andar
normal 15,8 nudos y oontruido en Japón en 1969, ayudado oon los informes de viajes
anteriores efectuados por las otras naves de sus Armadores.
Los Práctioos que pilotearon la nave, se embarcaron tres horas antes del accidente
en el lugar denominado Posesión, en el Estrecho, a las 19.30 horas de ese día 9 de agosto,
lo hicieron oon nueve horas de atraso a la recalada que hizo el "METU LA" en la boca
oriental, del Estrecho de Magallanes, debido a que el buque que venían piloteando de
Oeste al Este, sufrió una demora por mal tiempo desde su navegación de VALPARAISO,
de más de 24 horas en la llegada a Posesión, para desembarcarlos oportunamente. La
navegación que hicieron a bordo del "METU LA" hasta el lugar del accidente fue metód ica
y razonablemente cuidadosa de acuerdo oon el Capitán del buque. Se hizo uso de todos
los instrumentos y elementos de la nave que funcionaron oorrectamente, oon carta chilena
que se había editado recientemente, oonfeccionada oon los más modernos elementos de
levantamientos hidrográfioos.
La Investigación Sumaria oomprobó que después de pasar a través del Faro Satélite,
a las 22.07 horas, saliendo de la Primera Angostura, navegaron una derrota que los dejaba
libres de riesgos, especialmente del Bajo Satélite y otros que ten(an en ambos lados de la
ruta, sin embargo se produjeron las a Iteraciones que provocaron la varada. Unas
situaciones de la nave en que se manifestó una leve tendencia a estribor de la ruta trazada,
fueron oonsideradas normales. Cinco minutos antes de varar, las situaciones hicieron más
notoria la tendencia a estribor, por lo que oorrigieron el rumbo sin apremio,
oonslderando los riesgos que tenía cuatro m illas más adelante a ambos lados de la derrota,
y es solamente unos dos o tres minutos antes que, nuevas situaciones indicaron peligro
inminente por un desplazamiento constante e inteso a estribor, a pesar de las correcciones
efectuadas, y creyendo que podían evadir el bajo, se intentó un cambio violento de
rumbo cuando vararon oon suavidad pero firmemente, al" quedar detenida la nave en 80
mts, que es la distancia desde la roda hasta pasado el estanque NO 1 estribor, que fue la
parte que quedó en seoo.
El Capitán dispuso un reoonocimiento inmediato de los daños y las condiciones del
varamiento, al mismo tiempo que avisó del accidente a sus Armadores en Holanda ya los
Agentes Marítimos en Chile ya su vez los Práctioos lo hadan a las Autoridades Mar(timas
oorrespond ientes.
De acuerdo a los cinoo estanques que se rompieron oon el impacto de la varada, se
estimó un derrame inmediato de alrededor de 6.000 toneladas de petróleo, y en
oonsideración a que el buque tenía leves movimientos de balance y ronza, se trató de
reflotarlo sin éxito en las pleamares siguientes, con los medios propios.
Las Autoridades Navales y Marítimas tomaron conocimiento del accidente y
161
apreciaron la situación existente, dieron las instrucciones de la asistencia y en relación al
salvataje, por intermedio de la Agencia Marrtima, ofrecieron soluciones inmediatas de
alije, se tomaron las medidas de seguridad y mantuvieron un control aéreo del buque y
zona afectada en concordancia a las colosales dimensiones de la nave y su cargamento
completo de petróleo. A su vez fueron informados por los Armadores que tres dJ'as más
tarde lIegarran tres técnicos en salvataje y que se enviaba un remolcador especializado
desde el R ro de la Plata.
Cuarenta y dos horas más tarde del varamiento, a las 15.50 horas del 11 de agosto,
por efectos de la fuerte corriente de flujo y reflujo, en las proximidades de la pleamar, el
buque pivoteó sobre su proa varada, en unos 55 grados de arco, y con el fondo del casco
se recostó con gran violencia en la restinga, a todo lo largo de su costado de estribor. Se
rompió el fondo de la sala de máquinas en no menos de tres partes, por lo que se inundó
rápidamente. Al empezar a bajar la marea se escoró peligrosamente, el timón se incrustó
en el casco, rompiendo el mecanismo de funcionamiento y el rasel de popa. El buque
quedó sin poder y sin servicio de ninguna naturaleza. El Capitán decidió que la tripulación
abandonara el buque y, él con los Oficiales Jefes y los Prácticos, mantuvo el control de la
nave desde tierra en las proximidades del lugar de varamiento. Esto se cumplió a las 18.00
horas por intermedio de una de las barcazas trasbordadoras que hacen el balseo entre el
Continente y la Isla de Tierra del Fuego y que estaba a 11 millas de distancia en alerta
para acudir en auxilio.
Hubo buenas condiciones meteorol6gicas en los días previos al accidente, en el
accidente y en los d(as inmediatamente posteriores. El varamiento se produjo en las
proximidades del cuarto menguante de luna y la amplitud de la marea se estimaba en unos
tres metros o pocos menos.
Desde el primer momento del accidente tomó el control de las operaciones
mar(timas, el Gobernador Mar(timo de Punta Arenas y posteriormente asumió el mando
total en el teatro de operaciones, el Comandante en Jefe de la lila. Zona Naval en
representación del Gobierno, Autoridades Navales y Marftimas, para los efectos de la
contaminación y el salvataje. Se mantuvo conectado al centro del pa(s por la red naval y
con informes diarios desde el 14 de agosto para todos los interesados. La Agencia
Marítima del buque en Punta Arenas organizó un servicio de telex con Holanda, Londres,
Santiago, Valpara(so y con el buque; cuando fue posible usar la telefonía de éste, al
regresar a bordo parte de la tripulación, después del abandono. Se trabajó 16 horas diarias
y cuando fue necesario en las etapas más importantes del reflotamiento, durante las 24
horas. Este servicio se reforzó con el personal especializado del buque cuando la
tripulación lo abandonó el día 11.
Desde el martes 13, después de medio día, hasta el 16 de agosto empezaron a llegar
a Punta Arenas los expertos de salvataje con elementos transportados por avión, además
de los de seguros y de contaminación organizándose los mandos que dirigieron las
operaciones. El 15 de agosto llegó el primer remolcador especial para salvataje, el que
condujo el material llegado por avión a Punta Arenas hasta el buque averiado y al
abarloarse a su costado permitió que volvieran el 16 de agosto, a instalarse a bordo el
Capitán y Oficiales Jefes, además del equipo de salvataje.
Las inspecciones a la nave abandonada, que hizo el Capitán diariamente y la de los
expertos, por intermedio de la barcaza y de un buque Armada, permitió tomar sondas de
los estanques y reconocer los daños en detalle. Con el control aéreo diario se vigiló el área
contamir)ante por los derrames que continuaron. Al regresar el Capitán y algunos de los
Oficiales a establecerse a bordo, con la ayuda del remolcador de salvataje que le dio
energ(a eléctrica, se tuvo un mejor control de las condiciones existentes como: las
corrientes de mareas que alcanzaban de cinco a ocho nudos, del efecto de los vientos
duros del Oeste, de la estanqueidad de los sectores del buque no dañados y recién el 16 y
17 de agosto se tuvieron los primeros cálculos de reflotamiento y la forma de efectuarlos.
162
En las mareas de sicigias con amplitudes de 7 mts, el 18 de agosto, se produjeron
roturas en cuatro estanques, además de los ya averiados, resultando que, entre ese d(a yel
20 de agosto, ocurrió el mayor derrame de petróleo, lo que se estimó en unas 20.000
tons. Fueron los días más desastrosos en contaminación, cuando se cubrió con manchas
de petróleo una longitud de 75 millas de superficie de mar en el Estrecho de Magallanes,
entre la Segunda Angostura y Punta O ungenes e incluso en menor proporción, más al Este
y al Oeste de esta área.
Este agravamiento de la situación de la nave hizo variar las estimaciones del
reflota miento y planteó problemas desalentadores al equipo de salvataje.
Habiendo dado resultados las gestiones que hizo el Gobierno de Chile en la
Conferencia del Mar que por esa fecha se celebraba en Caracas, ante varios Gobiernos
extranjeros, solicitando expertos en la emergencia que se vivía, entre varios especialistas
llegó el 19 de agosto, a Punta Arenas un observador del Coast Guard de Estados Unidos
de Norteamérica, quien sugirio al grupo de salvataje el uso de elementos especializados
para este tipo de siniestro, que ha desarrollado su institución. Aceptada la oferta,
formalizó la petición el Gobierno de Chile, y, el 27 de agosto llegó el avión del Coast
Guard con personal, elementos y tres bombas sumergibles tipo ADAPTS (AIRS
DELlVERY ANTlPOLLUTIONS SYSTEM) de alto poder de bombeo (400 toneladas por
hora), lo que se trasladó a bordo del"METU LA".
Mientras tanto el domingo 25, dos constructores navales chilenos visitaron la nave
varada y tomaron conocimiento de los planes de reflotamiento que consistían en:
descargar 50.000 toneladas de petróleo de los estanques sanos en el lugar del varamiento
para darle. boyantes al buque, lastrar con agua mientras tanto, donde fuera necesario, para
compensar el petróleo descargado, eliminando nuevos riesgos de roturas, luego trasvasijar
petróleo de estanques rotos a los sanos, para facilitar los deslastres necesarios, que
determinaran los cálculos de estabilidad para que el buque flotara. Para el momento de
efectuar el reflotamiento se prepararon los achiques de los estanques. Se efectuaron los
cálculos de escora y asiento y se dispusieron los trasvasijas de petróleo, alturas de los
sellos de agua en los estanques averiados, cálculos de altura de mareas para todo lo cual se
contó con una computadora en Holanda, a la cual, se le enviaron datos para que los
procesara y entregara resultados.
Para efectuar el alije se contó con un buque tanque de 15.000 toneladas de D.W.
que hizo cuatro trasvasijes de petróleo, entre el 28 de agosto y el i 4 de septiembre, con
interrupciones debido al mal tiempo reinante y a las fuertes corrientes de mareas de
sicigias en la zona, las que a su vez trasvasijó a otro buque tanque de 90.000 toneladas
D.W. en las proximidades, el que, una vez recibidas las 50 mil toneladas descargadas del
"METULA" zarpó a Quintero para entregarlas y volver al lugar del siniestro. Facilitaron
las maniobras de atraque unas defensas especiales de alta mar tra{das por avión de Nueva
Orleans, Estados Unidos.
Entre ello y 2 de septiembre llegaron dos remolcadores especiales de salvataje con
un poder total de máqu inas entre ambos de 10.000 H.P. los que sumados a los 9.500 H.P.
del que ya estaba en el lugar, reunían la potencia de máquinas suficientes para remolcar al
buque fuera del banco.
Con la llegada de varios expertos internacionales en contaminación, además de los
científicos chileno!>, se organizaron expediciones aéreas y por tierra, las que recorrieron
toda la zona costera para evaluar los daños, se sacan muestras, se contabiliza la fauna
muerta (1.000 aves) o dañadas, se investiga la flora, se toman fotografías y
sorprendentemente se observa que los daños directos encontrados, no guardan relación
con el petróleó derramado, que se estimó hab(a llegado a un total de 40.000 toneladas.
En las nuevas mareas de sicigias se rompió otro estanque, así es que, además del derrame
persistente de los otros estanques rotos por cambios normales de mareas, se agregó éste.
Desde un principio y de acuerdo romo se dispersó el petróleo, se resolvió no aplicar
163
disolventes químicos, a pesar que se había recibido de Inglaterra una partida con equipo
dispersador, ni tampoco se resolvió quemarlo porque ambas soluciones habrían causado
más daños, que los ya presentados.
Se calculQ que las mejores condiciones para el reflotamiento serían las mareas de
cuadraturas del 21 al 25 de septiembre. De los trece estanques de carga se dañaron
finalmente ocho, además de los estanques de combustible, de lastre yagua de proa a
popa, ya sea por el impacto de la varada o por los cambios de mareas de sicigias y
corrientes. Se planeó trasvasijar el petróleo recuperable, de los estanques averiados a los
sanos que se habían descargado, para evitar mayor contaminación por derrame. Con
cuatro compresores y tres estanques de 40 galones pe alta presión, más las bombas
ADAPTS se dispuso presurizar y bombear de acuerdo al plan establecido para dar
boyantes y estabilidad necesaria y con la ayuda de los remolcadores sacar el buque del
bajo.
En la noche del 23 de septiembre, después de varias postergaciones por el mal
tiempo, se inician las maniobras de reflotamiento que debían haber culminado, según los
cálculos, con éxito a las 11.00 horas del día 24. Se hizo intentos hasta las 14.00 horas y
aún cuando no existía posibilidad de reflotarlo en esas horas, se continuó achicando el
lastre y presurizando, para volver a hacer intentos a las 23.00 horas hasta las 01.30 horas
del día 25. los que al fallar nuevamente se suspendió todo hasta la amanecida de ese d (a.
Los remolcadores continuaron haciendo trabajar los remolques en atención a un fuerte
viento del S.W. de 40 a 50 nudos.
Sorpresivamerlte, el buque empezó a moverse estando el Práctico de la Dirección del
Litoral en el puente de mando junto con el Oficial de guardia. Se liberó primero la popa.
como estaba calculado, y el remolcador allí ubicado la tiró hacia el Canal, luego liberó la
proa y con la tensión de los dos remolcadores en ese extremo rápidamente lo llevaron
hacia mayor profundidad, eran las 02.30 horas del día 25 de septiembre, todo el personal
entró en acción y el buque fue remolcado a Bahía Felipe a 13 millas de distancia donde
fondeó a las 09.15 horas, en la estoa de la corriente.
Mientras se esperó el reconocimiento del casco y se efectuó la descarga final, la nave
soportó vientos del Weste hasta Be 100 nudos que la hicieron garrear ocho cables de su
fondeadero.
Durante la presurización de los estanques rotos o del bombeo del lastre que tenían
algunos de los estanques sanos. para poder reflotar 'Ia nave, se produjeron los últimos
derrames abundantes de petróleo mezclados con agua. Posteriormente, una vez a flote con
la altura calculada de los selles de agua con que se mantuvieron los estanques rotos, no
hubo más pérdidas de la carga.
Del 10 al 10 de octubre, el buque tanque alijador de 90.000 toneladas D.W. se
mantuvo atracado al "METULA", con interrupciones por el mal tiempo, hasta completar
su capacidad de carga, quedó en el buque averiado solamente 4.000 toneladas sin
trasvasijar. El buque alijador zarpó a Quintero a .terminar de entregar el cargamento
salvado.
El Coast Guard dio por terminada su labor, con la descarga total del buque
averiado, y por tanto, el riesgo de contaminación controlado. Tt-asladó todo su equipo a
Punta Arenas para iniciar el regreso a Estados Unidos.
Ello Y 19 de octubre respectivamente, son despachados los nos remolcadores de
menos potencia de máquina. que vinieron a apoyar el reflotamiento. Mientras tanto se
determinaron las averías, se hicieron las reparaciones inmediatas y se presupuestaron las
definitivas, como asimismo, el destino de la nave para ejecutarlas. y se preparó el
remolque final.
El 2 de noviembre llegó a la zona un remolcador de salvataje de 11.500 H.P. de
poder de máquina para participar en el remOlque final el que se cumplió el 12 de
noviembre a las 09.05 horas saliendo hacia el Atlántico. destino a Brasil, remolcado de
164
popa, por los dos remolcadores en paralelo, con un calado de 52 píes a proa y 42 pies de
popa, después que fue inspeccionado por Autoridades Mar(timas y por los inspectores del
Lloyd's. Movió sus maquinas auxiliares para virar la cadena con aire comprimido
proporcionado por uno de los remolcadores. .
La altura de los sellos de agua, en los estanques rotos, se mantuvieron con la presión
de aire suficiente de los estanques sanos que se prepararon y se usaron en las maniobras de
reflotamiento y que continuaron conectados y controlados con manómetros hasta terminar
el viaje en Brasil.
El buque pasó por Dungenes hacia el Atlántico, a las 23.55 horas de ese di'a 12,
llegando a Brasil sin novedad el 29 de noviembre, donde quedó fondeado en la abrigada
bah{a de Isla Grande a 70 millas de R (o de Janeiro, donde se mantiene hasta la fecha, en
este momento en trámites de venta.
Se había efectuado una de las maniobras más difíciles de salvataje, que pasará a la
historia marítima como una hazaña sin preoedentes, por las condiciones en que se efectuó
y como una demostración de lo que es posible desarrollar, cuando existe el aporte técnico
de varias naciones, ante un riesgo tan grande de contaminación como eran las 194.000
toneladas de petróleo de carga' y que de las cuales, a pesar de todo, se derramaron algo
más de 51.500 toneladas, entre carga y combustible, se condujeron a puerto 145.500
toneladas restantes, quedando en el buque como residuo unas 4.000 toneladas.
165
nave, participando en todas las maniobras que se efectuaron.
166
reflotar; se suspendió todo hasta la amanecida. Sin embargo, el buque empezó a flotar a
las 02,3) hOras, después de 47 d(as varado, fue oonducido a remolque hasta fondeadero
seguro.
Fue fondeado a la gira y se inició recién el reconocimiento de los daños del casco/ la
posibilidad de repararlo yen qué lugar, al mismo tiempo que se completó la descarga del
10 al 10 de octubre, directamente al buque alijador más grande y ya no existl'a más riesgo
de contaminación, el Coast Guard. dio por terminado el trabajo de sus equipos especia les,
los trasladó a Punta Arenas y preparó su regreso a Estados Unidos. Debido a las
dificultades propias de la zona y en especial de esta parte del EstrechO, para hacer
reparaciones, se preparó el remolque y se resuelve llevarlo a Brasil oon el refuerzo de otro
remolcador de salvataje de gran potencia, Zarpó el convoy del fondeadero después de
otros 48 d(as de permanencia, el 12 de noviembre y salió al Atlántico sin novedad esa
misma noche.
167
CONDICIONES METEOROLOGICAS y MAREAS.
Aún cuando alrededor de los d ¡as del accidente no hubo malos tiempos,
posteriormente se hicieron oonstantes los vientos del W., S.w. y N.iN. de 3) a 50 nudos,
que disminuían durante la noche, oon marejada alta y corta, llegando a su máxima
violencia los d (as inmediatos posteriores al desvaramiento, que soplaron vientos del Weste
de 100 nudos. Las temperaturas ambientes muy bajas oon algunas nevazones en agosto.
Estas oondiciones de vientos muy fuertes, mar oon oleaje corto y alto fue el mejor
dispersante del petróleo. Eh la cresta de las olas se volatizaba y lo que no se dispersó fue
arrastrado por este mismo oleaje hasta las playas y empujado más arriba de la h'nea de alta
marea.
Las oorrientes de mareas y la amplitud de ellas fueron los agentes más destructores
en la causa de averías al buque, mucho más que los derivados del impacto de la varada en
este accidente y por consiguiente las causas de la mayor contaminación, según se
desprende de lo siguiente:
. a) En la navegación rueron los que desplazaron el buque hasta abatirlo sobre el bajo.
b) Cuarenta horas después de la varada y durante una pleamar, la nave pivotea sobre el
extremo de proa afirmada en tierra y se recuesta violentamente sobre la restinga del
bajo causando las mayores averías al inutilizar la propulsión y el gobierno.
el Los cambios de mareas diarias que variaban hasta siete metros en sicigias, produjeron
un derrame que averiaba de lento a abundar)te en forma constante, de acuerdo a las
mareas de cuadraturas a sicigias.
d) Se rompieron más estanques, en las tres mareas de sicigias que soportó el buque
varado, que en la misma varada, siéndo la marea de sicigia del 18 de agosto la más
grave, por la mayor amplitud al coincidir esta sicigia con el perigeo lunar.
e) Estas corrientes de mareas impidieron el reoonocimiento del casco por hombres-ranas,
cuando estaba varado, debido a que las estoas eran muy oortas, oondic.ionaron los
atraques del buque alijador en el lugar del vara miento a los oortos momentos de estoa
y a las menores mareas de cuadratura, determinó por la misma razón planear el
reflotamiento cuando tuvieran esa menor intensidad. Esas mareas y' corrientes
reflotaron el buque, cuando los esfuerzos del equipo salvataje se habían suspendido,
debido a que a partir de cierta hora de ese día las condiciones eran desfavorables por
seis horas más, según los cálculos. Es interesante aootar que el buque flotó en el mismo
momento del ciclo de la marea en que varó, según las mareas de esa parte del Estrecho
de Magallanes, es decir, a media marea entre una baja y una plea, poco antes de
producirse el cambio de oorriente o la estoa. Finalmente estas oorrientes de mareas
debieron ser consideradas para fondear el buque después de reflotado y para efectuar
el remolque final al salir del Estrecho.
168
A. En lo primero, que se refiere a puntos conoordantes, citaremos lo siguiente:
1. Los sistemas vigentes en Chile, para velar por la Seguridad de la Vida Humana en el
Mar, fueron probados que funcionan eficientemente, porque inmediatamente que
ocurrieron los siniestros, fue posible, a través de la red de oomunialCión en escucha,
tomaran oonocimiento las Autoridades y dispusieran las medidas neresarias para
acudir al salvamento.
2. Los Organismos Nacionales, que velan por la rontaminación, se reunieron de
inmediato al tomar ronocimiento y pidieron aseson'a de expertos a los organismos
internacionales o a las Naciones oon organismos especializados. Estos expertos
empezaron a llegar al país, en ambos casos, cinoo días después del accidente. En
oontrol aéreo para vigilar, la oonfiguración y evolución de los derrames de petróleo
no tuvo dificultades, pero las hubo en las observaciones directas en base a
expediciones, en que fu.e necesario darles forma y organizarlas, considerando todos
los factores en ellos involucrados romo personal, tareas y financiamiento.
3. La zona austral de nuestro país, donde ocurrieron estos accidentes, situados a unas
750 millas náuticas de distancia, uno de otro, pero oon una climatolog{a similar, en
que predominan vientos sobre 20 nudos y que llegan con facilidad a los 60 y 100
nudos, algunas épocas del año, generando fuertes o violentos oleajes, actúan ambos
oomo un sistema dispersador natural en los derrames de hidrocarburos, mucho más
eficientes que los mecánioos o químioos, por lo que. la rontaminación directa es
mínima. Ha quedado tarea para los cienHfioos, que determinaran a través de
estudios posteriores, en qué forma sará afectada la eoolO9 ía. Es natural pensar que,
en las grandes cantidades derramadas, no todo se volatiza y que el porcentaje de
sedimentación o emulsión que se deposita, siempre será dé tal proporción que, en
alguna forma podrá alterar la eoolog(a, lo que en estos casos específicos descritos,
recién estamos tomando oonocimiento.
B. En lo segundo, de acuerdo a lo expuesto, el carácter particular de cada caso, las
circunstancias que son susceptibles de cambiar, el problema se define alrededor de
las causas de los accidentes y las medidas que tienen relación con los salvatajes, los
que siempre tendrán el carácter especial de cada uno de ellos.
1.a) En el trinomio hombres, buques y lugar que son los términos en la causa de un
accidente marítimo y que, en una u otra forma, pudieron incidir que se produjeran
en los casos mencionados, la parte humana tuvo una actuación diferente; en el
primer caso, existió una deficiente aplicación profesional y en segundo caso, la
hubo dentro de lo que pudo llamarse normal y si es que hubiera que profundizar
para buscar la perfección, se podría decir que hubo exceso de confianza en el que·
hacer.
Pareciera entonces, romo una primera medida anticontaminante que, ante estos
riesgos de la supervivencia de la humanidad, el transporte de hidrocarburos debe ser
entregado a personal de una responsabilidad y ética profesional probada. Cada pa{s
es soberano para fijar los requisitos, oonocimientos, y normas por las cuales otorga
títulos profesionales; pero se ha hecho notorio en los últimos años que, ante el
incremento de las flotas mercantes de diferentes paises y en una actividad como el
transporte marítimo, oon naves de diferentes banderas, que no solamente se
desarrolla dentro de los I(mites territoriales de un país, sino que, reoorren todas las
rutas navegables del mundo, es necesario que, los profesionales que cumplan con
esas tareas tengan oonocimientos adecuados y una ética profesional para aplicarlos
a fin de que el factor humano tenga menos incidencia en los accidentes man'timos.
Organismos Internacionales oomo IMCO están preocupados de que los pa{ses
marítimos fijen los oonocimientos m(nimos para la otorgación de Htulo profesional
a la gente de mar, y que oonstituyan obligatoriedad a todos los adherentes.
169
b) Con relación a los dos buques, eran relativamente nuevos, con siete o cinco años de
vida respectivamente, al momento del accidente. El "NAPIER" con la bandera de
conveniencia liberiana, la que tiene a su amparo una flota de 877 buques tanques,
en que más de la mitad son de un tonelaje grueso de 10.000 a 40.000 toneladas y
que, también más de la mitad de esta flota tiene menos de 15 años de vida. A pesar
de tener una flota tan numerosa que supone exigencias de mantención, sin embargo,
una parte del instrumental de navegación del "NAPI ERo no se mantenía en
servicio. El "METULA" con bandera holandesa, la que ampara una flota de sólo
100 buques tanques, la mitad de ellos entre los 10.000 a 40.000 toneladas de
registro grueso y las tres cuartas partes de ellos con menos de 15 años de edad, con
la mantención y eficiencia total de todo el instrumental de navegación y en general
con un estado de conservación muy bueno. Se hace evidente entonces que, debemos
considerar una segunda medida anticontaminante, que se refiere a que todos los
buques tanques con bandera de conveniencia no quedaran exceptuados de mantener
su maniobra de operación de cargo, de puertos, de propulsión y gobierno y en
especia I sus instrumentos de navegación en los más altos niveles de eficiencia al igual
que las flotas de buques tanques de otras banderas, para lo que se fijarían normas
internacio na les.
Los buques en sI' no son un riesgo, mientras su instrumental, propulsión, gobierno
y estructuras cumplan con los requisitos que, generalmente fijan las sociedades
clasificadoras, pero estos mismos buques expuestos a los riesgos de mar, que son
inconmensurables, aparecen las dificultades que deben enfrentar y es así, como entre
la modificación de estructuras a que se vio abocada, la construcción naval con el
cambio de la vela a la propu.!siÓn mecánica, así también, pareciera que con el gran
incremento que tienen las flotas de buques tanques y el riesgo contaminante que
significan, deberán I imitarse a un tope las dimensiones de estos buques, las
estructuras tendrán que ser reforzadas y el fraccionamiento de estanques en su
eslora y quizás en su puntal tendrán que ser aumentados, como un medio de evitar
en un abordaje o'varamiento, que los derrames sean tan abundantes como el caso
del "METULA", que sólo tenía 13 estanques de carga para sus 194.000 toneladas
de petróleo del cargamento.
Sedan las Sociedades Clasificadoras Internacionales las que, cómo una tercera
medida anticontaminante, deberían fijar nuevas reglas de contrucción naval en los
buques tanques, en las que serían consideradas la forma como evitar mayores
derrames.
Como información, las últimas estadísticas establecen que los buques tanques
VLCC, como el "METULA", o poco más grandes, que navegan actualmente, son
419. Buques tanques HLCC, (High Large Crude Carrier) mayores de 140.000
toneladas de registro grueso o 275.000 toneladas peso muerto son solamente 39,
entre éstos hay 13 buques de calado sobre 80 pies y tres buques sobre 355 metros
de eslora y 61 metros de manga. El buque tanque más grande a flote tiene 483.664
toneladas de peso muerto y 383 metros de eslora. La actual tendencia es no
construir buques más grandes, habiendo sido anulada la de uno de 707.000
toneladas de peso muerto, en el año 1973.
c) En cuanto al lugar de los accidentes y en la forma cómo podn"a incidir en"ellos,
pareciera que es el componente invariable, porque se supone conocido y porque los
dos anteriores pueden tener escala de valores.
La ruta elegida debe ser bastante estudiada y conocida, de tal forma que los riesgos
que involucra su negación deben ser suficientemente determinados; pero aparece la
interrelación de los otros componentes de este trinomio que tienen variaciones,
como los buques que cada día aumentan sus dimensiones, entonces los lugares que
eran suficientemente conocidos y estudiados, ahora no lo son tanto y es necesario
170
actualizarlos, especialmente en la navegación de aguas interiores, para saber como
esos riesgos afectan a los buques de gran calado y eslora.
En la navegación de aguas abiertas a lo largo de un litoral y, de acuerdo a la
climatología del lugar, deberá haber un tipo de señalización adecuada de apoyo
desde tierra, para que cualquier buque al cruzar el área pueda hacer uso de ella y
controlar su navegación con los medios que tenga a bordo.
En la navegación de aguas interiores, en la misma forma que la anterior, la
señalización será la adecuada para que las normas de navegación que se fijen, de
acuerdo al estudio y conocimiento del lugar, puedan ser seguidas y controladas con
la mayor seguridad, aprovechando esa señalización además de los recursos propios
de la nave. Las instrucciones que se den deben considerar el control del mayor
número de riesgos que puedan presentarse.
Como una cuarta medida anticontaminante, que esta vez corresponde aplicar a cada
país, es que las rutas que usen las naves que transporten hidrocarburos o cualquier
otro contaminante, sean reconocidas adecuadamente para los diversos tipos de
buque que hagan uso de ellas y, además, darle el máximo apoyo de instrucciones y
señalización para que sean seguras, siendo obligatorio el uso de Prácticos cuando
corresponda.
2. El salvataje en ambos buques tuvo caracteres diferentes. En el "NAPIER", fue'
simple, puesto que se concretó a salvar lá tripulación, el buque se dio por perdido
en las primeras horas de transcurrido el accidente, no había posibilidad de salvar el
cargamento y tampoco la nave. Al rescatar la tripulación solamente quedó la tarea
de evitar la contaminación.
Pero, en el "METU LA" el cuadro es mucho más complicado. Desde el momento de
la varada hasta que fue reflotado 47 días más tarde, cada día transcurrido y en
especial en las mareas de sicigias, se agravó más la situación del buque y hubo una
mayor contaminación.
Es cierto que el salvataje fue una hazaña, por las dimensiones del buque y los
inconvenientes casi insuperables de las corrientes y mareas, la dureza de la
climatología, las enormes distancias geográficas de los lugares de donde se recibió
apoyo para un buque de esas características, pero no es menos cierto que pasaron
muchos días que fueron gravísimos para la contaminación. Se puede sintetizar
cronológicamente que los elementos que llegaron a la zona del siniestro, con los
cuales efectivamente se efectuó el salvataje, tuvieron la siguiente demora, a partir
de la fecha del accidente.
Llegada Grupo Salvataje y elementos en avión especial a los cinco días, llegada
primer remolcador de salvataje a los seis días, llegada del primer buque alijador a los
diez días, llegada de las defensas especiales que permitirían abarloarse al buque
averiado a los diecisiete días, llegada de los tres sistemas ADAPTS, que efectuaron
las faenas de achique y alije y trasvasije a los dieciocho días, se inicia el alije del
buque averiado a los diecinueve días, se completa la potencia de máquinas necesaria
para remolcar, con la llegada de dos remolcadores más de salvataje a los veintidós
días y se completa la cantidad de alije planeado para iniciar el retlotamiento a los
treinta y cinco días, el buque quedó listo para iniciar el reflotamiento a los cuarenta
y un días. Fue reflotado a los 47 días.
A juicio del suscrito, es la' demora en llevar a ejecución el salvataje en lugares
críticos, como es nuestra zona austral, la que será causante siempre de los mayores
daños en accidentes de este tipo de buques, cargados con hidrocarburos o elementos
contaminantes en general.
Habiendo configurado los antecedentes de hecho, que están produciendo rie¡:gos de
contaminación en el medio ambiente marino, por hidrocarburos, es necesario conocer
171
como se están regulando esos hechos, qué medidas se están aplicando para controlarlos V
cómo enfrentar l.os casos especiales. .
Estas medidas tienen dos formas de aplicarse, cuando se refieren a aguas territoriales
o de jurisdicción marítima. cada Estado es soberano, puede dictar las normas,
procedimientos y sanciones que crea necesario para resguardar la salud de esas aguas; y
cuando se refieren a régimen de alta mar están reguladas por los principios del Derecho
Internacional Marítimo.
Basado en el principio de libre navegación y en la aplicación de la ley del Pabellón,
pareciera que.una nave puede actuar impunemente en alta mar y sólo rendir cuenta a las
autoridades del país de la bandera de la nave, de acuerdo a su legislación vigente; pero este
principio que tenía la limitación, entre otras, de ser ejercido con razonable resguardo a los
intereses de otra nave, o mejor otros Estados, está siendo limitado por un nuevo
concepto; que no es interés evaluable en términos económicos sino que se trata de la
preservación del medio ambiente marino, patrimonio de toda la humanidad.
Esta nueva limitación al uso de la libertad de los mares, que específicamente se
refiere a la echazón, ha sido considerada seriamente desde hace varios años por los
organismos internacionales y que ha resultado en convenciones sucesivas para evitar la
contaminación del mar por hidrocarburos; en la última efectuada, los pa(ses signatarios le
conceden el derecho a los Estados ribereños de intervenir en caso de accidentes que
causen contaminación, a objeto de impedirla o disminuirla. El concepto de Estado
ribereño no implica derechos territoriales, se refiere a aquél más próximo al lugar donde
ocurra el riesgo de contaminación y que en alguna forma pueda ser afectado al producirse.
Estas disposiciones internacionales se han completado con las que se refieren a
responsabilidad civil por daños por contaminación. Fijan reglas uniformes y
procedimientos, en Liña adecuada compensación a personas o personas jurídicas que
sufran daños causados por escapes o derrames de hidrocarburos, para lo cual han fijado un
fondo de garantía. Ambas convenciones no restringen sus aplicaciones al mar territorial o
jurisdicción Marítima de los países signatarios.
173
hemos expuesto y que tienen legítima vivencia han sido desplazados por otros, cuando se
trata de accidentes marítimos con riesgo de contaminación, que tienen un valor superior,
como es de luchar y actuar por la supervivencia de la humanidad. Es por ello entonces,
que todos los que debemos tomar decisiones en este tipo de accidentes tendremos presen-
te una tercera acción, ubicada entre ¡as vidas humanas y los bienes materiales, y, será una
función primordial del interés enorme de la existencia de la vida en el planeta y que está
avalada, en el momento actual, por las últimas convenciones internacionales al respecto y
que empiezan a constituir una doctrina en el Derecho Internacional, y es la Preservación
del Medio Ambi.ente Marino.
Ahora bien, como todas las disposiciones de carácter internacional yen especial las
originadas en estas convenciones, su aplicación será más o menos exitosa, según la región
o país donde se cumplan.
El naufragio del "TORREY CANYON" en el año 1967, ha sido el accidente que
desencadenó un esfuerzo mundial, con el objeto de controlar el riesgo de contaminación.
Habiendo ocurrido el mayor derrame de petróleo conocido, 120,000 toneladas de
petróleo crudo árabe, al varar en unos arrecifes al Sur de Inglaterra, en el Canal de la
Mancha, y luego partirse el casco en dos, en una región densamente poblada e
industrializada, se aplicaron todos los medios anticontaminantes que por entonces se
conocían: d ispersantes, incendio, barreras, absorbentes y finalmente el barrido de las
playas. Una de las experiencias adquiridas, quizás la más importante, que muchos de los
medios empleados causaban más contaminación que el petróleo.
Posteriormente, en otros accidentes de proporciones se han probado elementos
anticontaminantes de menos toxicidad pero finalmente se ha concluido que lo único
realmente efectivo es impedir que el material contaminante entre en contacto con el mar
en la proporción que constituya un daño ecológico. En consecuencia, en todo salvataje en
un accidente marítimo con riesgo de contaminación por hidrocarburos, tendrá como
objetivo principal después de cumplir con la seguridad de la vida humana en el mar, evitar
por cualquier med io mayores derrames.
Podemos citar como ejemplo de' esta pol(tica, lo ocurrido al super tanque japonés
"SHOWA MARU", que varó el 6 de enero de 1975 al Sur del Estrecho de Malaca, en
fondo de rocas y arrecifes de coral, en las proximidades de Singapur. De dimensiones un
poco mayores que el "METU LA", conduc(a 200.000 toneladas de petróleo crudo árabe
para Japón. El mismo día del accidente un buque tanque de 6.000 toneladas de peso
muerto empezó a trasladar carga del buque averiado a estanques en tierra y cuatro d(as
más tarde llegaba un buque tanque de 42.000 toneladas para cooperar con el alije. Las
malas condiciones de mar dificultaron las faenas de trasvasije y el posible reflotamiento
inmediato. Se estimb una pérdida de 4.200 toneladas de petróleo que fueron avistadas en
manchas hasta 40 millas de distancia. Estando varado en aguas territoriales de Indonesia,
país qUe efectuó la Investigación Sumaría, fue solicitado a los Armadores no sacar la nave
hasta que no terminara esta Investigación para determinar causas y consecuencias.
El Estrecho de Malaca tiene una densidad de tráfico anual de 4.275 petroleros
oceánicos, según estadísticas del Ministerio de Transporte de Singapur, que es a la vez un
puerto internacional de abastecimiento, reparaciones y construcción de naves, por lo
tanto, es capaz de facilitar un salvataje en cualquier momento. Estas condiciones se
pueden dar en otras regiones del mundo, donde los accidentes marl'timos puedan tener
una asistencia oportuna y rápida, acogiéndose a los convenios internacionales vigentes en
relación a los gastos en que se debe incurrir, situacibn perfectamente factible para los
gobiernos de países desarrollados, vale decir, con suficientes recursos económicos para
enfrentar gastos y compromisos inmediatos. especialmente en monedas duras, para
disponer el salvataje.
Como un segundo ejemplo de decisiones rápidas, guardando las debidas
proporciones y considerando que no era carga I(quida, el accidente ocurrido nuevamente
174
en el Estrecho de Magallanes, la Motonave chilena "ANTARTICO". de 8.000 toneladas
de registro grueso con un cargamento de carga seca var6 al Sur de la Primera Angostura el
16 de enero de 1975 a las 23.50 horas, una hora antes de la pleamar, dos horas con corriente
al Weste y cuatro días antes del cuarto creciente de luna. Siendo buque nacional, con los
Armadores, Seguros y Autoridades se dispuso el alije urgente por medio de barcazas en
consideraci6n que el 28 de enero ser(an las mareas más grandes. A las 3J horas de varado
se inició la descarga, habiendo asegurado la nave accidentada con anclas en el lugar del
siniestro. A las 50,25 horas del varamiento fue reflotado con ayuda de remolcador el 19
de enero a las 02.27 horas, dos y media horas después de la baja, terminando la corriente
al Este media hora antes del cambio y un día antes del cuarto creciente. De todas
maneras el buque quedó tan averiado, que fue declarado como pérdida total constructiva;
pero en todo caso se sa Iv6 la carga y el flete.
Concluiremos diciendo, con relación a los accidentes mar(timos con cargamento de
hidrocarburos u otros contaminantes, en regiones o rutas de navegación con Estados
ribereños, como nuestro país de limitados recursos econÓmicos y sin medios ex-profeso
para acudir a un salvataje de grandes dimensiones como el "METULA"o un "NAPIER",
con grandiosos factores económicos en juego, estimamos que al producirse un accidente
de esta naturaleza deberá establecerse de inmediato un mando operativo que tenga un
respaldo orgánico nacional o mejor aún por delegación internacional que actúe en función
de los Convenios internacionales, los derechos que asisten como pa(s ribereño, la
obligación de actuar por el interés común de la humanidad, la experiencia adquirida, lo
inhÓspito de nuestra zona austral y que asesorado por técnicos y expertos tomen
rápidamente medidas razonables e indiscutibles por su eficacia, con suficiente respaldo
económico procedente de los fondos de garant(a de Tovalop, Cristal u otros con
atribuciones para hacer uso de todos los recursos a su alcance sin dilaciones, para cumplir
el objetivo de ENitar la contaminación por el medio m~s efectivo como es impedir los
derrames.
De todos los países que invierten ingentes sumas de dinero para estimular a
diferentes organizaciones nacionales a desarrollar elementos que eviten la contaminación,
al producirse los derrames, es conveniente destacar lo logrado en Estados Unidos, como
una información de los recursos actuales que existen para dar cumplimiento a lo
expresado en el párrafo precedente. Cuando se trata de recoger petróleo derramado en
cantidades razonables en aguas tranquilas o bien de poco oleaje, aplican sistemas
mecánicos de barrera y absorción a estanques ad-hoc, combinados o independ ientes unos
de otros; pero, lo logrado por el Coast Guard nos parece el más apropiado a nuestras
costas o región y que consiste en un sistema completo, organizado en tres equipos de
ocho hombres cada uno, establecidos respectivamente en las costas Atl~nticas, Pac(fico y
del Golfo de México, denominado National Strike Force (N.S.F.), entrenados para acudir
en cualquier momento para asistir un accidente marítimo, con riesgo de derrames de
hidrocarburos, en alta mar. Componentes de cada uno de estos tres equipos estuvieron
participando en el reflotamiento del "METU LA" a cargo del material enviado y haciendo
experiencia propia para su servicio.
Los elementos que comoonen el material de trabaio de esta "National Strike
Force son los siauientes: bolsones de gomas rectangulares, infables, para recibir petróleo,
que empacados tienen el volumen de un autom6vil pequeño, con una capacidad de 63J
mts cúbicos y que una vez llenos tienen una longitud de 43 mts pareciendo enormes
colchones flotantes y que pueden ser remolcados oara llevarlos hasta el lugar de descarga.
Para trasvasijar el petróleo, se usa una bomba portátil hidráulica sumergible denominada
ADAPTS, de alto poder de bombeo, con su aparejo para movilizarla e instalarla, tuberías
flexibles, coplas, etc., con su fuente de poder. Tres de estas bombas fueron enviadas al
reflotamiento del "METULA"y se usaron por primera vez en un accidente marítimo.
Todo este material está preparado para ser aerotransportado y ser descen<;lido hasta
175
el buque averiado, por helicóptero o paraca(das y está diseñado para trasvasijar 21.147
metros cúbicos de petróleo crudo en las 24 horas y para operar con vientos de hasta 45
nudos y olas de 2,5 a 4 metros de altura.
Es conveniente mencionar para salvatajes en zonas con cierto oleaje, las
voluminosas defensas de goma, especiales para maniobra de abarloarse buques en mares
abiertos, denominadas YOKOHAMA, que están usándose en trabajos mart'timos hace
bastantes años y que lo fueron también en el caso del "METU LA".
Este trabajo, como se dijo al principio, tuvo como objetivo exponer un
planteamiento técnico general de los riesgos de contaminación en el medio ambiente
marino, por el transporte de hidrocarburos, y en especial, los antecedentes de hecho en
los dos casos más importantes de accidentes mar(timos oourridos en nuestras costas, lo
que se espera haya sido suficientemente útil para el éxito de este importante Seminario.
176
ALGUNAS CONSIDERACIONES
ECOLOGICAS EN TORNO A LA
EL ESTRECHO DE MAGALLANES
ALGUNAS CONSIDERACIONES ECOLOGICAS EN TORNO A LA CONTAMINACION
PRODUCIDA POR EL BIT METULA EN EL ESTRECHO DE MAGALLANES
Leonardo Guzmán M.
Biólogo Marino, Sección Hidrobiología,
Instituto de la Patagonia.
INTRODUCCION
Hace poco más de un año, el 9 de agosto de 1974, el super tanquero Metula de
propiedad de la Shell Company Rotterdam B.V., procedente de Ras Tenura, Arabia
Saudita y con destino a Quintero, Chile, varó en la salida oeste de la primera angostura del
Estrecho de Magallanes, en el lugar denominado Bajo Satélite (Fig. 1).·
El Metula es un super tanquero construido en Japón en 1969, registrado en las
Antillas holandesas y tripulado por holandeses. Posee las siguientes características: un
peso de aproximadamente 210.000 toneladas, una eslora de 325 metros, una manga de 47
metros y un calado, con toda su capacidad de carga, de 18 metros. Está equipado con una
rola hélice y posee un casco simple. Al ocurrir el accidente el barco viajaba a la mitad de
su velocidad de crucero y llevaba aproximadamente 195.000 toneladas de crudo árabe
liviano.
El accidente ocurrió a las 22;18 horas del d(a 9 de agosto, en una noche de lluvia y
viento, produciéndose averías en los estanques anteriores y derramándose en ese
momento una cantidad aproximada de 6.000 toneladas de crudo. Los derrames
continuaron produciéndose en los días subsiguientes y se estima que uno de los mayores
se produjo el día 19 de agosto con una cantidad aproximada de 20.000 toneladas.
Entre el 9 de agosto y el 25 de septiembre, fecha esta óltima en que se reflotó el
BIT Metula, se estima que la cantidad total de crudo' derramado alcanzó a 51.500
toneladas más una cantidad indeterminada de Bunker C.
Mientras el Metula se encontraba varado, una cantidad de 46.000 toneladas de
crudo fueron transvasadas, en varios viajes por el tanquero Harvella (de 24.000 toneladas
de capacidad) al Bergeland, el que posteriormente transportó este producto a Quintero.
El día 25 de slilPtiembre el BfT Metula mantenía en sus estanques una cantidad
aproximada de 96.000 toneladas de crudo, las que fueron transvasadas con posterioridad
al reflotamiento en un lugar ubicado a unas 10 millas al oeste del Bajo Satélite.
178
contínua entre Posesión y Punta Dungeness, aunque en este último sector los depósitos no
alcanzaron a tener la magnitud observada en Tierra del Fuego. (Fig. 2).
El mousse en todos estos sectores se encontraba en manchones de diferente
extensión en la superficie o bien cubierto por arena, grava o gravilla. Aunque las capas de
mousse eran inestables debido al efecto de las corrientes y mareas, un grupo de infantes
de marina de la Armada de Chile, realizó un acucioso reconocimiento de la costa de Tierra
del Fuego afectada registrando mediciones del ancho y espesor de la capa de mousse.
Estas mediciones fueron realizadas durante las bajamareas km a km, en el sector
comprendido entre Punta Piedra y 4 km al este de Punta Anegada. El espesor fue medido
en tres niveles: superior, medio e inferior.
El ancho del cinturón de mousse en este sector varió entre 2 y 50 metros, a menudo
entre 2 y 8 metros y el espesor varió entre 0,5 y 15 cm, corrientemente entre 0,5 y 5 cm,
siendo el nivel medio el de mayor magnitud.
En cuanto al mousse, éste podra ser de dos tipos: fresco y añejo, este último
ubicado generalmente en la l(nea de las altas mareas y con un contenido en agua inferior
al primero. El mousse fresco presentaba una consistencia semilíquida y una coloración
café claro.
Debido a la inestabilidad de la capa de mousse, este era mezclado con los
sedimentos de la playa y material orgánico en descomposición, siendo redistribuido a lo
largo de la costa y observándose además un continuo escurrimiento de petróleo durante
las bajamares.
Es difl'cil realizar una estimación precisa de la cantidad total de mousse depositada
en las costas afectadas. Sin embargo, de acuerdo con las mediciones realizadas es posible
estimar esta cantidad de mousse, se calcula que entre Punta Piedra y 4 km al norte de
Punta Anegada existía una cantidad total de aproximadamente 45.000 metros cúbicos,
sin considerar las dos entradas de mar ubicadas en las cercanías de Puerto Espora. No se
consideró además, los depósitos observados en Punta Catalina yen el continente entre
Posesión y Dungeness. No obstante se puede estimar que en estas últimas áreas existía una.
cantidad aproximada entre 10.000 y 20.000 metros cúbicos de mousse. La mayor parte
de esta cantidad sería el mousse que se encuentra depositado en las dos entradas de mar,
cuya superficie es de aproximadamente 120 hectáreas.
De acuerdo con la estimación de mousse calculado para las costas más afectadas,
sería posible cuantificar la cantidad de petróleo depositado en este sector costero. Sin
embargo, existen algunas limitaciones que impiden determinar con precisión esta cantidad.
En efecto,en este sentido existen antecedentes bastante dispares en cuanto al contenido
de agua del mousse depositado en las playas afectadas. Baker (1974) estima una cantidad
aproximada de dos tercios' de agua y otros materiales. Hann (1974), de acuerdo con
análisis realizados por el Servicio de Guarda Costas de Estados Unidos, estima un 5°10 de
agua para el mousse añejo y un 25°/0 para el mousse fresco, estableciendo un promedio
de un 20°/0. Posteriormente, sin embargo, Hann (1975) acepta un contenido de
humedad que puede llegar hasta un 30%. De acuerdo con las cifras entregadas por Hann,
en su primer informe (en promedio 20% ) se obtiene una cantidad de 0,8 m3 de Petróleo
3
por cada m de mousse. Es decir, si aceptamos como mínimo una cantidad de 45.000m 3
de mousse depositados, tendríamos 36.000 toneladas de crudo, lo que equivale a un
700 /0 del petróleo derramado. Esta cifra ser(a mayor si agregamos a la estimación de
mousse utilizada en este cálculo (45.000 m3 ), aquel depositado en las playas que no
fueron consideradas en esta estimación, de tal forma que el petróleo depositado en las
playas de acuerdo con Hann sería superior al 7rfJ/o del total derramado por el BIT
Metula. En efecto, si agregamos un promedio de 15.000 m3 de mousse a los 45.000 recién
mencionados y utilizamos las estimaciones de humedad por Himn, lIegan'amos a tener el
900 /0 del oetróleo en las playas. Es evidente que esta cifra es muy alta, debido a que
179
debemos considerar que una parte importante del petr61eo una vez derramado se evapora,
otra entra en disoluci6n y suspensi6n en la columna de agua, una tercera se mezcla con
sedimentos, etc.
Por otra parte. Hann (1975) llega a la conclusión de que 20.000 de las 51.500
toneladas de crudo derramadas estarían depositadas en las playas. Sin embargo, de acuerdo
a nuestras estimaciones de cantidad de mousse y considerando los porcentajes de
humedad por él citados esta cifra es controvertible.
En cuanto al porcentaje evaporable de crudo, tampoco existe consenso. Baker
( 1974) estima entre ?fJ·350 /0 la fracción evaporable, basándose en el trabajo
experimental realizado a raíz del deS'lstre del Torrey Canyon (Brunnock et al. 19681.
Hann (com. pers. 1975) estima un porcentaje evaporable de un 15.200 /0.
El crudo transporatado por el Metula era más liviano que aquel del Torrey Canyon
(crudo efe Kuwaitl para el cual se estimó una fracci6n evaporable de un ?fJ%. Es cierto
que durante la época del accidente las temperaturas registradás en 'el Estrecho de
Magallanes eran relativamente bajas, lo que habda disminuido la fracción evaporable. Por
otra parte, no debe dejar de considerarse el efecto de los vientos que fueron bastante
intensos en el área y especialmente durante la época en que se produjo el accidente, lo
que habría incrementado la evaporación y facilitado el efecto aerosol descrito por
Nelson-Smith (19721.
. No se realizó un buen muestreo de mousse que permita cuantificar con precisión su
contenido en agua, lo que hace totalmente imposible determinar la cantidad de petróleo
depositado en las playas. En todo caso podría hacerse una estimación basándose, en un
contenido de agua del mousse entre un 20 0 /0 y un 70°/0. Cualquier cifra contenida en
este rango podría ser un valor correcto. Por ello creemos que la cantidad real de petróleo
depositado enJas playas afectadas, debe ser materia de opinión.
Por otra parte, no existen antecedentes del petróleo que entró en disolución o aquél
que se mezcló con los sedimentos o incluso de una parte que es posible que haya S'llido al
Océano Atlántico. Las observaciones que existen al respe~to de este último punto
mediante reconocimientos y fotografl'as aéreas, permiten ase.verar que una película de
petróleo era detectable hasta una distancia de 50 km al oeste de la entrada oriental del
Estrecho de I'vlagallanes. Es decir/no existen evidencias directas que este petróleo
realmente haya salido al Océano Atlántico.
Con todo, hasta el momento existen antecedentes que permiten aseverar que la
mayor parte del mousse depositado en las playas aún continúa all(, siendo traslócado o
hab{endo sido cubierto por capas de diferente espesor'de arena, grava o gravilla, haciendo
totalmente imposible apreciar la extensión del sector costero afectado mediante
recol ¡mientos aéreos. Es importante destacar aquí la gran cantidad de mousse
depositado en las dos entradas de mar ubicadas en las cercanías de Puerto Espora, úna de
las cuales está extensamente afectada.
DAI\IOS INMEDIATOS
COMUNIDADES MARINAS LITORALES Y PESQUERIAS
A la fecha en que se produjo el derrame, no existían estudios del ecosistema marino
de la región afectada que hubieran permitido conocer su diversidad, su densidad, sus
fluctuaciones naturales, etc. Por ello, la evaluación de cualquier efecto provocado por la
introducción de algún contaminante se dificulta, lo que unido a la pobreza en
macroroganismos, en especial en la zona intermareal y supralitoral, siendo estas zonas las
más afectadas por el mousse, complican aún más la evaluación de los daños.
Comparativamente, el infralitoral y el nivel inferior del intermareal presentan una flora y
180
fauna mucho más abundante, las que son afectadas hasta la fecha por el continuo
escurrimiento del petróleo que se produce durante las baja mareas. Esta zona se caracteriza
fundamentalmente por la existencia de grandes bancos de choritos (Mytilus edulis
chilensis) y lechos de algas clorofíceas y rodofíceas (siendo las especies más importantes
Porphyra sp. y Ulva sp.). Asociados con estas especies existe una numerosa variedad de
otros organismos (ver Tabla 1).
TABLA 1
Fauna
Flora
Mytilus
Porphyra
Chtamalus
Ulva
Patinigera
Codium
Corynactis
Adenocystis
Trophon
Lithothamn ion
Balanus
Irideae
Petumytilus
Aulacomya
Tanto los choritos corro las especies de algas han sido afectados, especialmente
estas últimas, siendo posible observar un gran porcentaje de ejemplares en condiciones
deficientes y/o muertos. En cuanto a los choritos, éstos presentan un porcentaje de
mortalidad bajo, pero no están en condiciones de ser oonsumidos.
Las playas están caracterizadas en una gran extensión de costa por estar constituida
por arena, 'grava o gravilla, siendo por tanto muy inestables y sometidas a oonstantes
cambios provocados por las oorrientes y mareas. Ello impide la fijación de una biota
permanente, en especial en términos de macroorganismos. Posiblemente el meiobentos de
estas playas es comparativamente mucho más abundante. Al respecto, muestras tomadas
por científicos norteamericanos mostraron que en las zonas intermareales más afectadas
lOs crustáceos han desaparecido y, además, una reducción de la diversidad de anélidos y
otros organismos en oomparación con sitios no afectados. Sin embargo, en este estudio es
necesario resaltar que las muestras oontrol colectadas pudieron no ser las más
representativas, algunas de las cuales fueron tomadas en sitios ya contaminados por la
Empresa Nacional del Petróleo (oomo es el caso de la localidad de San Gr6Joriol.
Además, existen evidencias que las características de las playas son cambiantes, pudiendO
por tanto encontrarse en una extensión de costa no muy grande, habitantes totalmente
distintos, lo que implica la pfesencia de diferentes biotas.
En cuanto al efecto que pudO haber producido este derrame en la comunidád de
Macrocystis pyrifera, existen pJoos antecedentes. Muestras a:;¡lectadas por el Instituto de
la Patagonia en los lugares más afectados (Bahía Felipe) y posteriormente otras recogidas
conjuntamente con la Dra. Baker (Pta. Espora. Delgada) mostraron que los ejemplares
oolectados presentaban una gran can"tidad y variedad de organismos vivos entre los
hapterios de los disoos y no se observó ningún daño aparente. Por otra parte, ex isten
antecedentes que permiten aseverar que el petróleo y sus derivados tienen un efecto
negativo sobre la fotos(ntesis de esta alga (Cledenning y North, 1960; North et al, 1964).
Las observaciones realizadas permitieron detectar en grandes extensiones una delgada
película de petróleo cubriendo las frondas, el que era retenido por sus anfractuosidades
181
por largos períodos de tiempo, lo que hace presumir que hubo algún tipo de efecto sobre
esta especie.
No ex isten antecedentes acerca de los posibles daños que pud ieron haberse
producido sobre las comunidades bentónicas sub litorales y profundas, y planctónicas del
Estrecho, comunidades sobre las cuales tampoco existen antecedentes preliminares que
hubieran permitido interpretar de una mejor forma los efectos producidos.
En cuanto a las pesquerías, en su gran mayoría éstas est~n loca Ii:.adas lejos del ~rea
afectada por el derrame de petróleo. Sin embargo, existen dos especies de peces que en un
porcentaje bastante alto son extraído del sector afectado (róbalo: Eleginops maclovinus y
pejerrey: Fam. Atherinidael, aunque los volúmenes capturados de ambas, en conjunto, no
superan en promedio durante el quinquenio 1970-74 las 151 toneladas. Hasta la fecha
sólo se han realizado arnlisis en cuanto a la palatabilidad de estas especies, habiéndose
encontrado peces no aptos para el consumo algunas semanas después de ocurrido el
varamiento. Sin embargo, hasta la fecha no se han realizado estudios que permit'an
detectar la presencia de algún tipo de hidrocarburo en los tejidos de estas especies o de
algunas otras de importancia comercial, aunque éstas n.o sean explotadas en el ~rea
afectada (choritos, cholgas:Aulacomya ater, centollas: Lithódes antarctica).
Como ya se ha dicho, en las dos entradas de mar ubicadas en las cercanías de Puerto
Espora existen grandes depósitos de mousse, ello estaría afectando a una parte de la
población de róbalos (E. maclovinus), ya que esta especie utiliza este tipo de entrada de
mar durante ciertos períodos de su ciclo de vida (Guzmán y Campodonico, 1973).
AVES MARINAS
Las especies de aves total o parcialmente marinas representan un 3F!Plo del total de
la avifauna de Magallanes.
Hasta fines de agosto de 1974, se habían contabilizado mediante reconocimientos
terrestres de la zona afectada, un total de aproximadamente 250 ejemplares muertos, en
su mayoría cormoranes, pingüinos y gaviotas comunes, además de otras especies (ver Tabla
2).
TABLA 2
182
A fines de octubre el número de aves rontabilizadas, incluyendo aquellas empetro ladas
pero que no estaban muertas, alcanzaba a 1.320 ejemplares. La mayor densidad de aves
muertas se observ6 en las cercanías de Punta Anegada, siendo esta área la más afectada
por dep6sitos de moU$se. Asimismo. en este sector de mayor roncentración de mousse la
magnitud de la reflotación, el escurrimiento y la perrolación de petróleo durante.las
bajamareas era por esta razón superior. También debe tenerse en cuenta el efecto que
tiene la gran cantidad de mousse depositado en las entradas de mar ubicadas en esa área,
como otro factor que influye en la mayor mortalidad de aves en esa localidad.
Para realizar una estimación de la cantidad total de aves afectadas, se tom6 romo
base las cifras absolutas obtenidas mediante contajes directos hasta febrero de 1975,
considerándose además los siguientes factores:
al La I(nea costera recorrida, aunque incluye la ZOna más afectada por el petr6leo, no
considera todo el sector afectado por el derrame.
bl La zona rostera está caracterizada en algun9s sectores por la presencia de grandes
extensiones arbustivas de mata verde (Lepidophyllum cupressiforme), áreas en las
cuales se encontró muchos ejemplares de cormoranes y pingüinos muertos. Sin
embargo, debido a la extensión de esta zona de matorrales no fue posible recorrerla
totalmente.
el Debido a las posibilidades de dispersi6n que presentan las aves voladoras, se hace
totalmente imposible controlar toda el área a la cual pudieron llegar algunos ejemplares
empetrolados. Por ejemplo, existen antecedentes de ejemplares de rormoranes muertos
a una distancia de 1 km costa adentro.
d) Algunas aves poco empetro ladas, pueden recorrer distancias volando o nadando antes
de morir. Por tanto un porcentaje no estimado pudo no ser contabilizado.
el En ciertos sectores el espesor del mousse era lo suficientemente grande como para
cubrir los ejemplares de aves muertas, o bien s610 era posible distinguir algunos de sus
rasgos anat6micos. Ello sugiere la posibilidad de que muchos ejemplares no fueron
contabilizados.
f) También existe la posibilidad de que algunas aves empetroladas no alcanzaran nunca
las playas, ya que pudieron ser arrastradas por las corrientes o bien hundirse.
g) Asismismo debe ronsiderarse la posibilidad de que con las mareas algunos ejemplares
muertos, fueran arrastrados de las playas sin que hayan alcanzado a ser contabilizados
y
h) Existe, además, la posibilidad de que algunas aves muertas por otras causas ajenas al
derrame de petróleo, hayan sido inclu(das en los censos. Sin embargo se estima que
este .porcentaje debe ser (nfimo.
Considerando todos estos factores se llega a la conclusión de que un total de
3.000-4.000 aves resultaron muertas por efecto de este derrame y se estima que las
poblaciones de pingüinos nidificantes no fueron sustancialmente afectadas. Sin embargo,
se desronoce la densidad de aves del área afectada existentes en el momento en qué
ocurrió el desastre, por lo que no es posible cuantificar la magnitud del daño en este
sentido.
El impacto sobre las poblaciones totales de aves no fue mayor debido a qu~ la época
en la cual se produjo el accidente, precedió al per(odo durante el cual se realiza la
migración de los pingüinos hacia sus sitios de nidificaci6n, romo ase también el retorno de
algunas aves playeras migratorias que pudieran utilizar el seCtor afectado romo parte de su
habitat estacional.
Sin lugar a dudas, una mejor interpretación del efecto del daño producido por este
derrame se hubiera podido realizar de haberse dispuesto de antecedentes ecológicos que
hubieran permitido conocer las fluctuaciones anuales naturales de estas poblaciones,
además de otros parámetros biológiros de importancia en la evaluación de daños en este
183 .
tipo de incidentes.
En enero de 1975, los sitios de nidificáción de los pingüinos ubicados en el Estrecho
de Magallanes (isla Magdalena e isla Marta). mostraron un porcentaje alto de nidos
ocupados, lo que sugiere que el efecto de este derrame sobre esa población no fue
significativo. Asimismo en otro sitio de nidificación localizado en las cercanías de
Dungeness, pero en territorio argentino, también se observó un porcentaje alto de
ejemplares nidificando. .
TABLA 3
HIERBAS ARBUSTOS
Muchos ejemplares están muertos o presentan daños irreversibles, que les causarán
la muerte durante la próxima estación de crecimiento. Ello, debido por una parte, al
efecto negativo de la contaminación sobre la actividad fotosintética y por otra, al
agotamiento de las reservas aliment icias.
En cuanto al efecto de la contaminación sobre las marismas costeras, este puede
ejemplarizarse a través de los daños detectados en las dos entradas de mar localizadas en
las cercanías de Puerto Espora y que presentaban un grado de contaminación bastante
alto. (Fig. 31.
• Debido a que las entradas de mar presentan diferentes caracten'sticas físicas, el
efecto de las mareas en ambas es diferente, siendo por tanto su cubierta vegeta I d ist i nta y
por consiguiente, el efecto de la contaminación presenta diferentes grados en cada una de .
ellas.
185
El primero de ellos desemboca a unos 150 metros hacia el suroeste de Bahía Azul.
Su curso inferior, que sigue una orientación noreste suroeste, se extiende paralelamente
a la playa por unos 1.100 metros. Forma luego un ángulo de unos 450 hacia el este,
extendiéndose también unos 1.100 metros en esa dirección. (Fig. 3) En este sector
terminal y paralelo a la playa, el lecho de esta entrada de mar es angosto y profundo,
excavado en un sustrato de arcilla, por el cual corre su cauce de desagüe, el cual es bien
marcado y está sobreprofundizado. Este curso está delimitado por un angosto plano, esto
es, lateralmente, ubicado bajo el límite de las pleamares de sizigias y limitado
externamente por dunas fijas. En este plano la cubierta vegetal está representada casi
exclusivamente por S. ambigua, especie que se encuentra asociada en una muy baja
proporción con Festuca magellanica. (Fig. 4).
La parte superior del lecho, a partir del punto de inflección, es ancho, plano y poco
profundo y se encuentra en un proceso de relleno por arenas y limos aportados por las
mareas, los vientos y la erosión. Toda esta sección está bordeada por terrenos más o
menos planos con vegetación esteparia y algunas dunas bajas estabilizadas con vegetación
arbustiva. Esta zona aunque está casi completamente desvegetada ha comenzado a sufrir
un proceso de poblamiento vegetal, representado fundamentalmente por Empetrum
rubrum (además de otras especies, ver Tabla 4). Esta zona de la entrada de mar está
bordeada por terrenos relativamente planos con vegetación esteparia y algunas dunas
estabilizadas con vegetación arbustiva. Este poblamiento vegetal en forma de cojines
convexos, está asociado con un proceso de relleno y el movimiento de las mareas;
TABLA 4
Azorella trifurcata
A. compacta
Acaena magellanica
A. pinnatifida
A. serie es
A.lucida
Atriplex reichei
186
sobre un sustrato arcilloso y su origen proviene del escurrimiento de la duna. En cambio
en la parte central del cauce, la cubierta vegetal está desarrollándose directamente sobre el
sustrato arcilloso. Este, por su impermeabilidad, impide la penetración delmousse, por lo
Que no se afectan las partes subterráneas de los vegetales.
La zona superior de esta entrada de mar, como ya se ha dicho, está caracter izada
por una cubierta vegetal formada fundamentalmente por E. rubrumm. Los daños no son
tan aparentes aunque no menos importantes. Debido al desarrollo en forma de coj imes
convexos, el petróleo se ha depositado en la parte central de ellos. provocándose por
tanto la muerte del tejido vegetal en sus partes centrales.
Una funci6n que cumplen estos vegetales. en esta zona, es la de retener y permitir la
sed i mentaci6n de las part í culas sól idas arrastradas por las aguas que cubren el área
durante las pleamares de sizigias y por tanto, se facilita el lento establecimiento de un
sustrato emergido. Asimismo la cualidad de retener partículas sólidas, hace que estos
vegetales puedan a su vez retener el mousse, el que como se ha mencionado anteriormente,
afecta las porciones centrales de los cojines extendiéndose y, posteriormente, la des-
trucci6n hacia los contornos del vegetal.
La otra entrada de mar, ubicada al norte de Puerto Espora, desemboca
aproximadamente a unos 500 metros del antiguo balseadero. Forma un amplio delta
limo-arenillo-arcilloso y su curso presenta cinco bien marcadas curvas, dándole una
extensión de aprClximadamente 3:450 metros y penetrando unos 1:800 metros hacia el
interior del territorio. (Fig. 3).
La mitad superior de esta entrada de mar (aproximadamente 1.000 metros de
curso) está caracterizada por poseer un lecho de aproximadamente 180·200 metros de
ancho, por el centro del cual corre un cauce permanente de paredes verticales y cuyo
sustrato es arcilloso. Posee además la caracter(stica de irse angostando hacia el nacimiento
del lecho, donde desaparece. La vegetación que cubre esta sección es una marisma
caracterizada por Salicornia arrbigua. En la porción inferior de esta entrada de mar, que
cubre aproximadamente 1.650 metros de su curso y que se encuentra en línea recta a
unos 750 metros de la costa, el lecho es plano con un ancho aproximado de 250-400
metros. Presenta un cauce sObreprofundizado que lleva aguas permanentemente. Además,
este sector está caracterizado por presentar numerosos meandros ciegos y otros
conectados entre sí y con el cauce principal. Su vegetación está representada por un
matorral bajo y denso de Suaeda argentinensis, asociada con una cub ierta herbácea
abierta de Atriplex reichei (Fig. 5).
A diferencia de la otra entrada de mar, en esta ha penetrado una grán cantidad de
mousse, el cual permanece hasta el presente, causando daños en la vegetación bastante
graves. Los terrenos planos ubicados en el fondo del lecho, que presentaban la asociación
Suaeda-Atriplex, están totalmente cubiertos por mousse.
A consecuencia de la gran cantidad de mousse depositado, la totalidad de la
vegetación ha muerto y el sustrato se encuentra inhabilitado como para permitir un
repoblamiento de nuevas plantas.
La zona supramareal de estos lechos, presenta sustratos arenosos, los cuales se
encuentran cubiertos por mousse. Este ha sido depositado allí por la acción del oleaje y
viento. En la zona intermareal y bajo la superficie del estrato arenillo-limoso del fondo, es
posible observar mousse, el cual escurre y filtra petróleo hacia las aguas libres, afectando
toda la entrada de mar, hecho perfectamente perceptible durante las bajamares. Por ello,
en todo el cauce que presenta aguas permanentes es posible observar una delgada pel(cula
de petróleo sobre las aguas.
Dunas estabilizadas y establecidas sobre un sustrato arcilloso bordean el lecho. Este
sustrato está sobrecubierto por materiales relativamente estables de arenas finas y limos,
sobre el que se desarrolla un matorral dominado por Lepidophyllum cupressiforme.
187
CONSIDERACIONES GENERALES
Debido a la inexistencia de estudios ecológicos previas de las comun idades afectadas,
no es posible calificar la gravedad de los efectos inmediatos de este derrame y desde un
punto de vista económico, pareciera ser que los efectos inmediatos son de pequeña
importancia.
Otros aspectos que deben ser considerados al analizar los efectos y daños inmediatos
de este derrame son tres factores que pueden estimarse afortunados y que mitigaron sus
consecuencias inmediatas:
al el accidente se produjo en una localidad bastante alejada de las principales áreas de la
región de Magallanes. Este hecho además se vio favorecido por las condiciones
meteorológicas e hidrográficas que evitaron que el petróleo atravesara la segunda
angostura. Los únicos indicios de mousse derramado por el Metula, depositado más allá
de la segunda angostura, fueron algunos pequeños manchones en Cabo San Vicente.
b) la mayor parte del mousse se depositó en el inter marea I y supralitoral de playas que
pueden considerarse relativamente pobres en términos de macroorganismos. Se estima,
sin embargo, que el mousse permanecerá alll' por varios años y que la recuperación de
las playas puede ser muy lenta.
cl que el accidente ocurrió antes de la principal migración de los pingüinos, vía Estrecho
de Magallanes, hacia sus oolonias de nidificación.
Un aspecto que 1'10 puede dejar de ser mencionado, se refiere a la limpieza de las
playas. A continuación se presentarán algunos antecedentes que pretenden explicar el
por que no se utilizaron dispersantes que hubieran permitido impedir que el petrÓleo
llegara a las costas. Este problema ha creado numerosas discusiones y controversias. No
obstante, todos los informes técnicos han indicado que una labor de esta naturaleza habría
sido extremadamente dificil. Los argumentos esgrimidos en torno a este problema y que
merecen ser destacados son los siguientes:
al Las condiciones hidrográficas y meteorológicas del área. El estado del mar dificultaba
enormemente la instalación de barreras de contención y por otra parte, el petróleo
derramado se transformaba rapidamente en mousse, lo que imposibilitaba el empleo de
dispersantes. El mousse además era arrastrado por vientos, oorrientes y mareas
rápidamente a las playas. Asimismo es importante destacar que en la localidad en la
cual se encontraba varado el Metula son frecuentes los vientos con rachas de hasta 120
km/hora, lo que dificultaba cualquier medida que hubiera intentado tomarse.
bl La gran extensión del área oomprometida y su relativa lejan(a de los centros poblados.
Ello dificultaba el transporte de maquinarias pesadas a fin de realizar una remoción
fisica del mousse. Además, el área más comprometida de Tierra del Fuego, no presenta
facilidades de comunicación terrestre y otros medios de comunicación que hubieran
hecho más expedito este trabajo.
cl Se consideró, además, que la remoción física del mousse de las playas afectadas o la
dispersión del petróleo en el Estrecho hubiera causado un daño mayor a las
co munidades.
Se mantuvo como pásibilidad el empleo de dispersantes ante la eventualidad de
cualquier cambio meteorológico (vientos) que hubieran inducido el paso del petróleo
a través de la segunda angostura, situación que afortunadamente no ocurrió y
dl Asimismo, otro aspecto considerado fue el hécho de que el sector afectado de Tierra
del Fuego sólo tiene importancia para la ganader(a y la explotación petrolera, sin que
estas playas sean importantes desde el punto de vista tur istico:
Los únicos lugares donde se tomaron algunas medidas tendientes a eliminar la capa
de mousse, fue en las dos rampas ubicadas en el sector de Punta Espora. Tierra del Fuego,
188
y que son utilizadas por las bar al zas que hacen un servicio regular entre el continente y la
isla. Esta limpieza se hizo con el único y exclusivo fin de que los veh¡'culos transportados
pudieran hacer uso de ellas.
Finalmente es importante insistir en que el hecho de que las playas afectadas no
hayan sido limpiadas, constituye una fuerte contaminación crónial, que perdurará por
muchos años.
PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIQN
En general podn'a decirse que dos son los aspectos que deberían ser considerados en
cualquier política de investigación en contaminación que quisiera desarrollarse en la
región de Magallánes. Ellos son:
al Estudios a corto, mediano y largo plazo a realizarse en el área directamente afectada
por la contaminación provoalda por el B/f Matula, y
b) Estudios a largo plazo. tendientes a reunir información básial que permitan conocer los
cambios que experimentan las poblaciones en condiciones naturales a fin de evaluar
con mayor propiedad los efectos producidos por eventuales contaminaciones que se
produjeren en el futuro.
Ambos aspectos tienen la misma importancia, por lo que su desarrollo Cleber(a
realizarse paralelamente y a la brevedad posible. Un programa de investigación .de esta
magnitud supone un apoyo financiero adecuado, aspecto que hasta el momento no ha
sido debidamente considerado. Probablemente ello se ha debido, en parte, a que ,no ex iste
hasta el momento una pol¡'tial en relación a este problema y que hubiera permitido
buscar las fuentes de financiamiento apropiadas para desarrollar estos estudios.
Algunas investigaciones serán abordadas a nivel regional por el Instituto de la
Patagonia, aunque con un financiamiento muy limitado a pesar de la importancia qlle'
tienen estos estudios. Sin embargo, el almpo de acción es tan amplio y las posibílidades
de estudio tan variadas que es indudable que la participación de equipos de
investigadores nacionales y extranjeros, cumplirán un papel muy importante en muchos
aspectos.
No es ésta la ocasión de enumerar los estudios más importantes que deber(an ser
ronsiderados en un programa de investigaCión en torno al problema Metula, pero es casi
un hecho de que entre las conclusiones que surgirán de este evento, se plantearán algunos
caminos a seguir en la dictación de un plan de investigación multidisciplinario
debidamente coordinado y que permita enfocar este problema desde los más variados
aspectos, tanto en beneficio de la comunidad nacional, como de la humanidad toda.
El Instituto de la Patagonia, de acuerdo a sus posibilidades humanas y financieras,
ha programado una serie de proyectos de investigación, algunos de los cuales serán
financiados con el dinero aportado por la Shell Marine Limited de Londres y que ha sido
entregado en virtud de un convenio establecido entre el Estado de Chile y Shell Marine
Limited del Reino Unido.
Por último, entre los estudios que se desarrollan'an si se dispone de apoyo
financiero adecuado, vale la pena destacar los siguientes:
1. Evolución de la contaminación en las entradas de mar ubicadas en las ceraln(as de
Puerto Espora.
2. Evolución de la contaminación por petróleo en las marismas y la vegetación fijadora de
dunas.
3. Estudio monitor en las comunidades litorales del área comprendida entre Puerto del
Hambre y Dungeness en el continente y Bahía Inútil y Punta Catalina en la Isla Grande
de Tierra del Fuego.
4. Estud io de la dinámica poblacional de una colonia' de pingüinos (Spheniscus
magellanicus) en Isla Magdalena. Estrecho de Magallanes.
189
5. Estudio de algunas poblaciones de choritos (Mytilus edulis chilensis) del área de Tierra
del Fuego.
6. Efectos del petróleo en las poblaciones de insectos en las marismas litorales de Tierra
del Fuego.
7. Distribución espacial y temporal de las larvas de la centolla (Uthodesantarctica).
8. Efecto del petróleo y sus derivados en las larvas de la centolla (Lithodes antarctica) en
condiciones de laboratorio.
9. Geomorfología litoral del área recién mencionada.
190
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Informe mecanografiado (20-27 de sePtiembre. 19741. Infantería de Marina.
Armada de Chile. lila. Zona Naval. Punta Arenas.
191
ANEXO 1:
RECOMENDACIONES
En oonsecuencia, el Instituto de la Patagonia. oonsciente del papel que desempeña y
que le cabe en la investigación, oonocimiento y preservación de los recursos naturales
renovables de Magallanes. reoomienda la adopción de las siguientes medidas:
1. Proseguir los estudios a mediano y largo plazo para determinar los efectos mediatos
192
directos e indirectos provocados por el derrame, y a fin de extraer conclusiones y
experiencias científicamente válidas que sirvan para prevenir similares situaciones que
eventualmente pudieran ocurrir en el futuro.
2. Cercar las dos entradas de mar en el área de Puerto Espora, para evitar efectos extraños
y poder desarrollar un programa de estudios sobre la evolución de esta oontaminación
y acerca de los métodos para oontrarrestarla.
3. Efectuar siembras de "pasto arenal" en los suelos arenosos, inmediatamente detrás de
la faja natural de este pasto ya oontaminada. para evitar la futura formación de dunas.
4. Habilitar un centro de observación en el faro abandonado de la isla Magdalena (Parque
Nacional "Los Pingüinos") para oonducir estudios estacionales a largo plazo sobre su
avifauna nidificante.
PUNTA AR ENAS, 23 de agosto de 1975,
77° 75° 73° 71° .69 ° 67° 65°
O C E A NO
ATLANTICO
Es.trecho
de
Magllll an ""
55°
OC EANO
PACIFICO
N Mo,gallanes
1::":"::::::1 ARENAS S A Ll CO R N I E T U M
~ ESTEPA Y DU HAS
DELTA p=--~ SU AE DA ATRIPLECE rUM
Fig.3. Esquema de las dos entradas de mar localizadas en las cercan ras de Puerto Espora,
Tierra del Fuego (Tomado de Pisano 1975 a b~.y
I
c. IAsoc. I
Cauce
pi dop hy\l etum :Salicornietum : - -..... NW
I Marisma I Desvegetado
I
(/)
o
>
':';: (.0
: (/) ~e .
o
o:c::., :: e ,o
'-
~ó~ óc::., : o I I ~o
v
I ~ c::.,'le) . -
: a. I '.. I
t"'\V
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cauce principal meandros .
LEGISLATION ,
INTROOUCTlON
The grounding of the supertanker METULA was an event of major environmental
consequences which helped refocus the eyes of the world on the potential dangers
inherent in oil transportation by supertanker.
This paper summarizes the results of two field stud ies carried out by the author as a
guest of the Chilean Instituto de la Patagonia in Punta Arenas under the sponsorship of
the U.S. Coast Guard and ooordination of the Chilean Navy.
The paper explores the author's opinions of the significance of the METULA Spill
as applied to oil transportation activities in the United States and describes recent
legislation. training programs and university research programs related to oil spill oontrol
which have been influenced by the Chiloon experience with the METU LA.
200
men from the U.S. Coast G uard and the Chilean Navy. A fter refloatirr;¡, the METU LA left
the Straits of Magellan under tow to Isla Grande near R (o de Janeiro where at last
report, its ultimate fate was being decided.
1he involvement of the U.S. Coast Guard Team warrants special atteption.
Following an examination of technical aspects of the Torrey Canyon disaster, the U.S.
Coast Guard entered into a research program to develop air deliverable self-contained
pumping systems (ADAPTS) which could be used to pump cargo from strickened barges
and tankers.
On the seoond day of the groundirr;¡ when the METULA swung to starboard and
holed and flooded its err;¡ine room oompartments, the need for external pumpirr;¡ systems
to remove the remaining cargo became imperative.
The U.S. Coast Guard then responded to a request for assistance by the Chilean
Government on a oost reimbursable basis. The Coast Guard systems worked extremely
well and played a major role in Iimiting the loss.of oil from the METU LA.
Let us now shift our interest from the ship to the fate of its lost cargo and the
resulting deposition and impact on the Chilean ooastline and wildlife.
The initial spill of oil 'from the METULA was reported to be 6.000 tons.
Subsequent spills oontinued with the largest beirr;¡ 20.000 tons on or about August 19,
until the total reported spill quantity of 51.500 tons of crude oH and approximately
2.000 tons of Bunker C fuel oil was released. .
When released, the oil initially spread over large areas of Bahía Felipe and Bah(a
San Gregorio to the west ot the First Narrows and to a lesser aegree to Bahía Posession to
the east. The initial dispersion was predominantly by gravity spreading superimposed on
the local currents, which were as high as ten (10) knots from spring tides with ranges on
the order of 20 feet.
After initial spreading, the oil was driven by the predominantly northwesterly
winds which were on the order of 30 to 50 knots during much of the time the ship was
grounded. These winds drove the floating oil ashore, primarily on the southern shore of
the F irst Narrows and on the OCluthern shore of Bahía Felipe. Based on the generally
accepted concept of an oil slick movirr;¡ at 3 to 40 /0 of the wind speed, the oil would
move toward shore at arate of 1 to 2 knóts and thus be on shore within from one to five
hours after initial spilling and spreading. .
The author's involvement with the METULA spill beganon August 23, 1974when
he was requested by the U.S. Coast Guard to acoompany their oontirr;¡ent as Science
Advisor with the role of providing technical assistance on cleamip operations if any,
evaluating future equipment needs for high speed current oil reoovery and evaluatirr;¡ the
fate and effect of the spilled oil with regard to its application to the United States as it
enters the supertanker era, particularly in oolder c1imates. Since c1eanup of this spill was
not undertaken, the author focused his attention on learning the tate and effect of the
oil.
In this role, hewas greatly aided by staff members of the Instituto de la Patagonia, a
research institute located at Punta Arenas on the Strait of Magellan. ChHean Ornithologist
Claudi9 Venegas and a U.S. Peace Corp husband ano wife team of Zoologist 8ill Texera
and Ornithologist Jean Texera invited the author and an IMCO Consultant Dr. John
Wonham of the British Warren Springs Laboratory to join forces in a field program on
Tierra del Fuego to view first-hand the amount of oil on the beaches and its effect on
wildlife, particulary marine waterfowl.
With help from the Chilean Navy and ENAP, the group spent almost a week in the
field and surveyed the 25 miles of ooastline which was most heavily impacted and
portions of the two small tidal estuaries which enter the Straits on the OCluth shore of the
Narrows.
The author returned to the scene in January 1975 as the coordinator of a U.S.
201
Team oomprised of Dr. Dale Straughan of the University of Southern California, Mr.
Charles Gunnerron, Director of the NOAA Mar.ine Ecosystem Analysis (MESA) Program
and Mr. John Kenneth Adams of the Environmental Protection Agency.
The primary purpose of the serond trip was to determine the fate of the oil over
the intervening five month period since the spill and to look in greater detail into the
impact of the spill on the marine life in the beach and intertidal zone.
The U.S. Team again worked with a fine team from the Instituto de la Patagonia
which included Mr. Venegas, Mr. and Mrs. Texera and Marine Biologist Italo
Campodonioo and Leo Guzmán.
The initial survey in September was of necessity brief beacuse of the short days,
oold and winds (50 C and 40-50 knots) and logistical difficulties beca use of the
remoteness of the area, The study took place from August 29 to September 3, 1974 after
most of the oil had been spilled, but before the ship had been refloated.
The team found that oil on the beach was in two different forms; a dark brown
mousse material which had been deposited high on the beachfront by previous spring high
tides and winds and a lighter brown (milk chooolate) mousse which was suspended at the
present high tide mark, floafing at the water's edge and stuck to the rocks and bottom in
the intertidal area.
The dark mousse oontained 5--100 /0 water by weight and included seaweed, sand,
small organisms and other materials.
The lighter mousse oontained 25-2IJ 0 /0 water by weight and also included sand,
seaweed and small organisms as oonstituents.
The darker mousse typically oovered from 20 to 50 feet of flat area at the top of
the beach with oil from two to four inches thick.
The light brown mousse would typically oover from 50 to 200 feet of beach in
depths from one-half inch thick to two inches thick. This material would airo be found in
and around the rocky areas ex po sed in the intertidal zone when the tide would go out.
The rocks in these flat areas at ~he bottom of the beach would typically be rounded
boulders of from four to eight inches in diameter and in many cases, appeared to have a
mi/k chocolate frosting on the top (much like cupcakesl from the deposition of the oil.
The fast transport time of this mousse to shore ooupled with the cold air and water
temperatures undoubtedly resulted in less loss of volatile materials to the air and water
oolu mn than would usually occur.
The inventory oonducted on the beach on August 31 and September '1 led the team
to believe that between 75 to 90 0 /0 of the total oil spilled was ashore on a 40 mile
stretch of Tierra del Fuego.
Strong southwesterly winds on September 1 stripped rome oil from these beaches,
particularly in the exposed Narrows area and redeposited the oil on the oorthshore east of
Punta Posession and later (following another wind shift) on Banoo Lomas west of Punta
Catalina (sea map). This redistribution was verified later by aerial survey. Thus, by oorly
September, rome 75-80 miles of coastline was impacted to varying degrees.
During the follow-up trip in January, the toom was particularly ooncerned with
what had happened to the oil o.n the booches and in the two small estuaries at the First
Narrows.
On the routh shore of Bah(a Felipe, it was found that the oil previously stranded at
the top of the beach tine was stil! exposed. Under a dark skin on top was the same
chocolate mousse as observed in August.
The stranded deposit varied from a few feat wide and a fraction of an inch thick at
the routhernmost point in Bah{a Felipe to deposits fifty feet wide and severa I inches in
thickness near center of the Bah(a Felipe routhen roastline. lri addítion, it was found
that the oil below the stranded exposed layer had beoome incorporated in the beach sand
as a mixture of sand, rock and light brown mousse, often covered with cloon sand and
202
rack.
In many p,laces, this deposition of mousse, sand and rack was over six inches deep
and from 50 to 75 feet wide.
It seemed that the oil was almost everywhere under the beach sand, if one dug
down and Iooked hard enough. The toom ~on learned to locate the thicker deposits by
the quicksand-like condition crooted when the mousse coated the rocks and sand.
The heaviest deposits were located in the eastern ha If of the ~uth shore of the F irst
Narrows. Here much of the beach surface remained coated with oil and in many cases, the
mousse was well mixed with the upper three or four inehes of the intertidal bottom. The
area near the ferry at Puerto Espora has exposed tidal tlats over 000 yards wide whieh,
when the tide is out, look like a paved airport ramp over onethird mile wide and miles
long. The name moussecrete was coined for the mixture of mousse, sand, gravel, mussels,
etc. which paved the intertidal areas. This area was much heavier coated in January than
in $eptember.
The East Estuary at the Nárrows was situated with regard to wind and nearshore
currents so that it was oiled to the end of the smallest channel in the estuary -a distance
of about two miles inland.
Even after five months, the upper reaches of the estuary had 6-8 inehes of oil
floatirg in the channels. The banks near the mouth have mousse mixtures to 12 inches
deep, flat areas between channels often have pools of oil standirg four inehes deep and
the bottom of the main channel near the mouth has a one to tVI.Q inch oil coated bottom.
The West Estuary was not as' heavily coated, but still had as heavy oil deposits in
January as in the previous $eptember.
After theteam had spent several days sloshirg in oil up to six inchesdeep, shovelíng
layers of moussecrete, seeirg mussel beds asphalted like pavirg and seeing channei's of
estuaries clogged with floating oil, the members took issue quite strorgly with those who
were reported as statirg that there was little environmental harm caused by the METU LA
spill.
The initial wildlife concern was for marine waterfowl koown to be in the area. The
initial survey turned up over 200 dead or dying birds. Cormorants and penguins
predominated with a smattering of gulls, terns, dueks. albatross and other speeies being
found.
Cormorants were most' hoovily affected. The three speeies in the area were rock
cormorant. blue-eyed cormorant and the king cormorant. Most of the cormorants found
in the oiled beach zone mre ro heavily oilad that species indentificat ion was oot possible.
Cormorants were particularly susceptibleto the oil since they dive into the water for their
food and may come in contact with the oil while diving or surfucing. Curmorants airo
come in contect with the oil on the beach by landing or walking in and in the oil.
beach by landing or walk ing on and in the oil.
Penguins, although second in mortality to the cormorants. were the focus of the
grootest concern by the seientific community.
Oil affects penguins by interfering with their flotation ability and insulation. About
50 dead or dying penguins were found on shore during the initial survey. Both the
Magellanic Penguin. sometimes referred to as the Jackass Penquin. and the Rock Hopper
Penguin, whieh are common to the area, were found.
The main concern in September. however, was for the pending perguin migration
from thé Atlantic Ocean to Rookery Islands in the central Strait of Magellan. two of
which (Isla Magdalena and Isla Marta) comprise the Los Pinguinos Chilean National Park.
This migratíon which ultimately took place in middle September and whích
203
involved tens of thousands of pinguins could have been drastically harmed if the surface
of the water had been heavily oiled during their passage.
Fortunately, by the time of the migration, the ship's leaking had been minimized
and most of the spilled oi! was either pinned on the shore or naturally stabilized on the
beaches or iri the estuaries.
No one can say for sure how badly the colony was impacted other than for the
dead penguins counted on the shore in September and October. However, the visit of the
study team to Isla Magdalena in Juanuary showed what appeared to be a healthy penguin
colony.
At the time of the visit, most of the penguin chicks were losing their body down
and-beginning to grow their first feathers.
The island is one of the most fascinating places in the world for an environmentalist'
to visito It is about one-half mile wide and a mile long with soft sandstone cliffs around
three-fourths of the perimeter of the island. The central feature in the high ground in the
middle of the island is a deserted lighthouse. The terrain of the island is pock-marked,
. every few feet with a penguin burrough. Walking is treacherous beca use you often step
through the roof of an active or usually old penguin burrough. The penguins are
cautious about visitors. but usually let you approach within a few feet. Penguih nests are
also found in the face of the cliffs on all sides of the island.
The other dominant environmental teature is the presence of three cormorant
colonies with populations numbering in the thousands. The cormorant's dirt nests are
built up about six inches above the ground approximately two feet from one another.
Those of us who visited the island left it with the sincere hope that it can be
preserved as it is for the future.
Only casual examination was made of the lower intertidal zone along the impacted
area during the August-September trip:
The January trip coincided with the spring low tides and it was possible to reach
the lower intertidal zone which was uncovered. Relatively heavy mussel beds were located
in a number of rocky areas near the low water mark. Indeed the area had been much
richer in biological life than originally believed.
Although detailed analysis of samples colJected during the trip are still underway, it
is reasonable to note that marine life on the relatively uncontaminated north shore is
substantially more dense in terms of mussels. juvenile and adult limpets and a complete
lack of crustacea.
Interviews with local fishermen indicate that Pejerrev and Róbalo fishery may have
to be relocated temporarily because of the taiming of fish flesh. This fishery is an
off-seáson act ivity of king crab fishermen and is of marginal economic importa nce.
This major spill has focused the attention of many in the United States on the
potential problem of supertanker spills. This spill has shown that such spill can happen;
that' large areas of coastline (in this case almost 100 miles) can be impacted; and if not
cleaned up quickly, the oil can become incorporated into the beach sands where later
recovery can be costly and where recovery in the absence of cleanup can take long times.
In this case, the authorities decided against cleanup. Thus. the spill may serve asa
gigantic scientific experiment to see what will happen in nature to a spill of this size.
204
2. Superships are vulnerable.
·3. The magnitude of the problem is huge.
4. Most spill control methods are aimed at small spills.
5. Keeping superports and supertanker offshore help provide reaction time.
6. Huge amounts of men, equipment and materials are required for major cleanups.
7. There is need for fast mobilization and pre-training of prople.
8. Ports should be located where cleanup is possible.
9. Contingency planning for large spills is a must.
10. Dollars in the bank can't always be transferred into cleanup effort in terms of men,
material and methods.
11. Everything is harder to do and'takes longer in remote areas.
12. Local scientific capability must be utilized.
The reader Is referred to the author for further information on these topies.
The author's involvement with regard to oil pollution control stems from his role as
a profesor and research program looder at a major university (Texas A&M University) in
the State of Texas.
The State of Texas is greatly involved in the production, importation, refining and
exportation of petroleum and related petrochemical products and thus has a groot
concern for the protection of its coastline, bays, estuar.ies and rivers from petroleum
related pollution.
The experience gained by viewing the METULA Spill has an impact in Texas on
legislation, training and research program development related to oil spills.
Texas Legislation: Under the sponsorship of Senator A. R. Schwartz and other
Texas legislators the State of Texas enacted a law entitled The Texas Oil ánd Hazardous
Substances Spill Prevention and Control Act. This law deals with discharge or spillage of
oil or hazardous material into the enasta I waters of the State of Texas; provides power,
authority and responsibility to the Texas Water Quality Board, the Texas Highway
Department and the Governor to carry out the provision of the act; establishes the Texas
Coastal Protection Fund and defines certain offenses and civil and criminal penalties.
The most important features of the law are the coordination of state and federal
efforts, the establishment of responsibility for the Texas Highway Department which has
a great manpower and equipment capability to deal with spills and the establishment of a
tund to tinance cloonup activities. Further details on this law are available from tM
author.
TRAINING
Prior to the METULA Spill the author's research group had received a cóntract
from the American Petroleum I nstitute to develop instructional material s for a nationwide
oil spill training course. The course material which was developed was influenced by
METULA Spill considerations.
The training course is now being presented routinely by the Texas Engineering
Experiment Station. The one week course includes the following topics:
1. Determining Splll Recovery Priorities
2. Contingency Planning and Formation of a Trainning Program for the Response
Team.
3. Movement, Cleanup and Containment of Oil
4. Reporting Oil Spills, Establishing Communications and Utilizing Communications
Equipment
5. Preventing Certain Oil Spills
6. Documenting an Oil Spill
7. Oil and Oily Debris Disposal
8. Oil Spill Cloonup Cooperatives and Contractors
205
9. The Role of the EPA and the Coast Guard in Oil Spill Cleanup
10. Using Aircraft in Spill Surveillance
11. Security at the Spill Scene, Insurance Claims and Public Relations.
The author hopes to develop a group of specialty courses in the near future to
supplement this initial broad based course.
207
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Confinen
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OCEANO PACIFICO\
o 7" 100 KM
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STRAITS
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e BIOLOGICAL STUOY SITE O 111 10
THE METULAOILSPILL
Summary of National Oceanic and
Atmospheric Administratiori Workshop
at Boulder, Colorado • June 24-25,
1975.
by Charles G. Gunnerson, Director
Marine Ecosystems Analysis
Programa Office.
INTRODUCTION
On June 24-25, 1975, the Marine Ecosystems Analysis Program, a unit of NOAA's
Environrnental Research Laboratories, conducted a workshop at Boulder. Colorado to
review what was known about the fate and eftects of the spill; to identify follow·on
research needs which VIIOuld provide information transferrable to other areas; and to
identify United States, Chilean and international agencies or ínstitutions whose missions
provide for participation, support, information exchange, or other cooperation in future
research. Participants, listed in Appendix A, included representative of U.S. Federal
Agencies, universities, and industry; the Government of Chile; the Universities of Chile
and the Patagonian Institute; and the United Nations Educational and Scientific
Organization.
BACKGROUND
On 9 August 1974, the 206.000 ton supertanker "METULA", transiting the Strait
of Magellan (Figure 1), at 14 1/2 knots ran aground. The ship stopped in a distance of 260
feet (80 meters), a small fraction of the two or three miles (3 to 5 km) ,ordinarily required
to come to a halt. The METULA, owned by one subsidiary of Royal Dutch Shell, operated
by a second, and leased to a third was carrying oil owned by the Chilean National
Petroleum Authority (ENAP). The Government of Chile requested and received assistance
from the U.S. Coast Guard who, in cooperation with the owner's salvage forces,'
transferred most of the oil to smaller tankers. The METULAfloated free on 25 September
1974, after 51.500 tons of Saudi Arabian crude and 2.000 tons of Bunker-C had been
spilled. The spill area is iSJlated (Figure 2) and no cleanup procedures were attempted.
212
ground surface often has strong parallel ridges, with rome elongate salt pans, lined up
with the prevailing westerly to IIOthwesterly winds.
Mean air temperature near the Atlantic is 6.7 0 C (46 0 F) varying from 2.50 C (36°F)
in July to 11.70 C (53°F) in January. Annual rainfall is about 300 mm (12 in) along the
Atlantic Coast to over 1500 mm (60 in) in the higher cordillera l . Winds are almost always
westerly to northwesterly and commonly exceed 40 knots (75 km/h). Storm winds
exceed 100 knots (185 km/h). During the spill, 70 knot (110 km/h) winds frequently
occured and once exceeded 115 knots (200 km/h)2,
Water currents in the spill area are mostly due to tides with average ranges of 7.6 m
(25 ft) at the eastern entrance to about 0.8 m (2.5 ft) near Punta Arenas. Maximum
currents occur in the narrows where the cross sectional area of the water is reduced (sea
Figure 3). Currents calculated from tide table data during the spill period are as much as
4.4 to 4.8 m/sec (9.3 knots) in the First Narrows, depending on the tidal range. 9 knot
(16 km/h) currents have been mea su red in the narrows by ENAP. In Bahía Feli:>e, where
the oíl was spilled and most of it went ashore, calculated maximum tidal currents are
about 4 to 6 knots. Actual currents in the bays are affected by the wind as well as the
tide.
213
from the U .S. Environmental Protection Agency, and the writer.
METULA oil was found were it was originally deposited, although there had been
optimistic speculation that mast of the oil had been driven by winds and surface currents
into the Atlantic Ocean' ,a. The amant of oil deposited or remanining on the beaches
estuaries is not precisely known. Dr. Hann estimated that some 20.000 tons were present
in Januarl'. However, the widespread extent and persistence of the oil is obvoius, and to
argue that most of the oil went to sea is to argue that the large-scale po!lution which we
saw was due to a smaller quantity of oíl.
In the mast heavily oiled areas on the southern shore of Bahía Felipe and the First
Narrows, and in a large salt marsh, oil is ubiquitous. Heavily oiled oobbles are found on
some beClch areas. oíl and mausse (an emulsion with from 5 0 /0 to 20 0 /0 water and with
the appearance of chocolate mausse) which was originally deposited o"n the beach is
flowing through saturated beach sediments to mean tide level. In some areas, this oil
oolors the breakers and is returned to the beach as swash rnarks. Sea so na I and diurnal
heating of the dark-oolored oil deposits pro motes bleeding and flowing of the oil on the
surface and subsurface low of the oil through the sediments.
Biological impacts of the oil spill were and still are severe. Local mussel and
fin-fisheries were reported by one of the fishermen to have been moved to other areas
because of taste problems. In the salt rnarsh, large quantitities of oil were found floating
on the surface of tidal channels, deposited on tidal flats, and in isolated patches where
they had apparently been blown by the wind. There are large blackened areas which once
were oovered with green marsh plants. ,
Oiled birds were found landward of shore areas in which the original oounts of dead
birds were made. In one area, 22 dead oormorants were found within a 25 yard (25
meter) radius which had not previously been oounted. Samples of intertidal organisms
and sedirnents were oolected by Dr. Straughan at a total 3) quadrats located in areas of
heavy, light. or no visible oil oontamination. Atotal of 40 sediment and 7 tissue (mussel)
samples were collected for quantitative petroleum hydrocarbon analyses.
The physical oceanography of the Strait of Magellan is practically unknown except
for horror stodes of winds, currents, and now the METULA oil spill. Spring tides are
reduced from approxirnately 3) feet (10 rneters) at the Atlantic Ocean to about 3 feet (1
meter) at Punta Arenas. sorne 00 miles (100 km) inland.
Net flow through the Strait appeared to be from east to west. This is Qased on
observation of oil mavement and ship operations rnade by the Coast Guard during the
salvage period 9 and of an oil spill near Punta Arenas made by William Texera of the
Patagonian Institute in 197310 . Limited observations of submarine sediments in the area
have been made by the Chilean National Petroleum Agency. ENAp 11 .
FUTURE RESEARCH
There is no doubt that sorne of the METULA oil will be rernaining in the area for
many years. By way of oomparison, residuals of oil spiller from storage tanks in Valdez,
Alaska d~ring the 1964 eárthquake were present in beach sand ten years later. Follow-on
research plans for the METULA spill should provide for an initial four years. beginning by
January 1976. after which time specialized research will continue. The area meets many
though not all, of the requirements identified by a workshop sponsored by the Exxon
Production Research Company in November 197412 • Research topies include the
following:
PHYSICAL OCEANOGRAPHY ANO GEOLOGY
Determine detailed bathymetry and beach topography of the eastern Strait of
Magellan. This is needed for both navigation and scientific research. Topographic
profiles should 'be repeated at selected shore locations durina different seasons to
measure beach aggregation, degradation. and sediment movement.
214
Determine the interaction between winds, tides, and currents at all depths.
Characterize bottom sediments in the Strait and the effects of currents upon the
sediments and bathymetry.
Determine the manner in which oil or mousse movas downslope through beach
sediments. Graín sizes, porosity, mineralogy, and tidal motíon of interstítial water are
factors here. . .
Determine utility of satellite observations in tracking and predicting massive oil spill
movement.
HYDROCARBON CHEMISTRY
Physical, chemical, and biochemical processes and rates in hydrocarbon degradation
should be determined.
Accuracy and precision of analytical techniques, intra-and inter-Iaborah)ry analytical
quality control procedures, and simplified methodologies for hydrocarbon analysis
should be developed.
Hydrocarbons in the water, subtidal sed iments, benthos, and fish should be
inventoried.
BIOLOGY
Subtidal, intertidal, and tidal marsh plants and animals in areas near the spill site but
not affected by the spill should be inventoried. Particular emphasis should be placed
on the king crab population. Changas in faunal composition with depth, oil
composition, sed iment type. and organic carbon in Bahía Felipe should be determined.
Beach stations sampled in January 1975 should be resurveyed at semiannual intervals
beginning by January 1976.
The eastern estuary and marsh area should be surveyed seasonally to determine
continuing impacts of the spill on plant life. Revegetation rates should be determined.
An inventory of birds, marine mammals, and marine life throughout the Strait should
be made.
Microbiological factors in oil degradation and recovery of the impacted areas should be
characterized.
Reference collections of terrestrial, marine, intertidal, and marsh plants and animals
Should be established.
OPERATIONS RESEARCH
Procedures for cleanup of massive spills in remote though environmentally sensitive
areas should be indentified.
Institutional, economic, and environmental factors in determining whether spills
should be cleaned up should be identified and evaluated.
Begin to compile data base of environmental information too identify. and characterize
high-risk areas.
SUMMARY
The August 1974 METULA oí! spill in the Strait of Magellan was an extremely large
one in a remote area to which, for various and sufficient reasons, cleanup an<! remedial
measures were not applied. Initial obvious economic impacts of the spill on the
environmentwere not large. Longtermeffects are yetto be measured and there is a unique
opportunity for Chilean, United States, and international agencies and institutions to
develop valuable and transferrable environmental information for use in planning and
predicting impacts and remedial mea sures els6INhere. Close cooperation, joint
particípation, and full exchange of information on future research is essential.
215
REFERENCES
1 JEREZ. M. and ARANCIBIA, IVI
"TrazaCla de looyetas del Sector Centro-Oriental de la Provincia de Magallanes". Instituto de la
Patagonia, Punta Arenas, Chile, 1972.
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"Report of the VLCC Metula Ground, Pollution, and Refloating in the Strait of MalJ'jllan in
1974".
3 HANN. A.W.
"VLCC METULA Oil Spill". Final report to U.S. Coast Guard. Report No.
CG-D-64·75, Task No. 4111.15.1. December 1974.
4 HANN. R.W. •
Peroonal communication. January 1974.
5 ALLEN, RADM Eduardo.
Comrnander Chilean 4th Naval Zone, Punta Arenas, Personal communication, January 1974.
6 HANN. R.W.
"Follow-up Field Study of the Oil Pollution from the Tanker METU LA", Report to the U.S.
Coast Guard, Texas A&M Universitv, College Station Texas, 1975.
7 BAKER,J,M.
"Grounding of METULA" "MalJ'jllan Straits Ecological Survey, 9th September - 4th October
1974". Unpublished report, Oil Pollution "Aesearch Unit, Orielton Field Centre, Pembroke,
Pembrokeshire, England, 1974. •
s SMITH, J.W.
"Magellan Straits Spill", Marine Pollution Bulletin. VOl. 5 No. 11. November 1974, p. 163-164.
9 ATKINSON,CDR.J •
. U.S. Coast Guard. Peroonal communication. November 1974.
10 TEXERA, W.A.
Patagonian Institute, Punta Arenas, Chile. Peroonal communication. January 1975.
11 PALLlNI, PIETRO
ENAP. Punta Arenas. Peroonal oommunication. January 1974.
12 EXXON PRODUCTION RESEARCH COMPANY
Proceedings of a Workshop on Research Need to Determine Chronic Effect of Oil on the Marine
Environment, Houston, Texas, November 4-6, 1974.
216
MESA PROGRAM OFFICE METULA OIL SPILL WORSHOP
June 24 25, 1975
ATTENDEES
217
Dr. George Peter
Marine Ecosystems Analysis Program Offica
, t
Dr. Richard Schwartz*
Environmental Protection Agency
Dr. Dale Straughan*
University of Southern California
Dr. ÁllanP. Thomas
Offiée of Programs I Natlonal Oceanic aOO Atmospheric Administration
Dr. Scott Warner*
Batt'elle Columbus Laboratorias
Mr. John Whitman
Smithsonian Institute
Dr. William Yotko
National Environmental Satellite Servlce I Nationel Oceanic and Atmospherlc Administration
* Principie Investigators
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221
PARTE CUARTA:
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POLITICAS NACIONALES
226
medio marino oon que se inicia este trabajo no alienta otra intención'que la de servir de
punto de apoyo para justificar la inclusión en so temario de ciertas materias que por regla
general no se mencionan oomo pertenecientes a la problemática de la oontaminación de
dicho mediQ.
En esta parte, el trabajó sólo se sitúa en el plano que podría denominarse de
divulgación básica. .
1. EL PROBLEMA DE LA CONTAMINACION DEL MEDIO MARINO
No puede ponerse en. duda que el medio marino soporta en la actualidad un
progresivo proceso de contaminaciÓn generado por la ·acción del hombre. Sí puede
ponerse en duda, en cambio, que el hombre haya llegado a darse cuenta de la magnitud y
proyecciones del daño que está causando al medio marino al oonvertirlo en vertedero de
toda clase de desechos e inmundicias. .
Lo cierto parece ser que la capacidad desarrollada por el hombre para deteriorar el
m€idio marino ha llegado a estar en nuestros días muy por encima de su capacidad para
oomprender la realidad y el alcance de este deterioro; e, incluso, pq,r encima de su
oompetencia para medir las proyecciones del daño causado y para atender con
oportunidad y eficiencia a su prevención y remedio.
La Humanidad se encuentra afligida en la hora presente por el problema de no saber
cómo dominar el dominio que ha aprendido a ejercer sobre la Naturaleza.
Aventuradamente pus:> en marcha una serie de procesos que en la actualidad no se
encuentra en condiciones de oontrolar. El problema del momento es cómo proteger al
hombre contra sI' mismo; cómo hacerle entender que su independencia es esencialmente
dependiente de la integridad del medio material en que desarrolla su existencia; que, en
último término, la Naturaleza vencida no significa otra cosa que el hombre vencido.
Se trata, oomo se ve, de un problema de sobrevivencia, más que de un simple
problema de mayor o menor prosperidad.
Es relativamente reciente la fecha en. que los hombres comenzaron a darse cuenta
que los sistemas biológicos de los mares, así como los de la tierra, sólo resisten la
intervención humana hasta un cierto Irmite: que los mecanismos internos de defensa de
los mares no están en oondiciones, ni cualitativa ni cuantitativamente, para hacer frente
oon éx ito a un volumen progresivamente creciente de desperd icios vertidos en su interior;
que, al fin-de cuentas, los océanos'rnás grandes no son más que grandes lagos, inmensas
cisternas sin desagüe, con capacidad limitada para autodepurarse y que están expuestos,
por .10 mismo, al riesgo de su aniquilamiento biol6gioo, en el supuesto de que esa
caPacidad limitada de autodepuración .sea puesta a prueba en forma persistentemente
. desmed ida:
Coetáneamente el hombre ha ido progresando en la comprensi6n de su estrecha
dependencia oon el medio marino, del que ha necesitado y sigue necesitando en la
actualidad para la mantención del equilibrio en la oomposición del aire atmosférioo, y del
que necesita y probablemente necesitará desesperadamente mucho más en el futuro para
la obtenci6n de recursos a limentidos y riquezas naturales.
Sobre este particular bástenos señalar, a vía de ejemplo, que las diatomeas y las
algas microscópicas del pJancton marino, a más de .que representan el origen de las
cadenas alimentarias de las biocenosis marinas, producen el setenta por ciento del oxígeno
liberado a la atm6sfera que los hombres necesitamos para respirar. Y válganos para
'nuestros fines agregar que estos organismos son extremadamente sensibles a los efectos de
. los contaminantes de más frecuente presencia en el medio marítimo, oomo los
hidrocarburos del petróleo, los insecticidas, y, muy en particular, los herbicidas. Si el
buqué cisterna "Torrey Canyon", accidentado el 18 de marzo de 1967, hubiera
transportado herbicidas en lugar de petróleo, probablemente habría destruido todo el,
fitoplancton de los mares del noroeste europeo.!
227
No obstante, el hombre sigue actuando sobre el medio marino romo si fuera una
cloaca ilimitada capaz de sobreponerse ron sus propios recursos biológiros a los efectos
negativos más diversos causados en su ecosistema por la descarga indiscriminada e
irrestricta de los más diferentes agentes de contaminaci6n, llevando el ritmo de
vertimiento de sus desechos a extremos por entero desproporcionados con el ritmo en que
estos mismos desperdicios resultan susceptibles de ser degradados y reintegrados al ciclo
de transferencia de materia y energía por los romponentes del elemento desintegrador del
ecosistema marino. Y el efecto de este actuar irracional no ha podido ser otro que el
paulatino y creciente empobrecimiento y deterioro del medio marino, ron nefastas
ronsecuencias para el hombre de hoy y temibles promesas para el hombre del mañana.
Estemos o no preparados para admitirlo y pese a la fe que muchas personas
profesan en los avances de la ciencia y de la tecnología, el hecho es que por el momento
los hombres .seguimos dependiendo inexorablemente para vivir de los recursos naturales
regenera bies de la Tierra; y, en último término, de las plantas dotadas de clorofila, únicas
capaces de sintetizar susta ncias orgán lcas a part ir de la luz so lar y de los elementos simp les
del aire, el agua y el suelo, y únicas capaces de proporcionarnos, por lo mismo, directa o a
través de los animales que se nutren de ellas, los alimentos que necesitamos para sustentar
la vida. En la base de nuestras posibilidades de sobrevivir están los cloroplastos cargados
de clorofila de las células vegetales. De aquí podemos afirmar con propiedad que cuando
atentamos contra la sobrevivencia del mundo vegetal atentamos rontra nuestra propia
sobrevivencia y comprometemos imprudentemente el más alto interés de la humanidad de
poder seguir viviendo sobre la Tierra. z
En este mundo vegetal del que somos tributarios, el fitoplancton marino representa
cuantitativamente el componente más importante. La biomasa de la flora marina, así
romo su productividad primaria de álimentos, sobrepasa ron mucho la biomasa y la
productividad primaria de la flora continental. Por ello, nuestra dependencia respecto
del fitoplancton marino es romparativamente mayor que nuestra dependencia respecto de
la masa vegetal rontinental, aunque necesitamos tanto de una como de otra para vivir.
Esta realidad cobra proyecciones especiales en un momento como el que vivimos, en el
que, mientras por una parte la población humana se incrementa día a día en progresión
geométrica, por otra parte, debido principalmente a la existencia de un proceso erosivo
desatado, la superficie de los suelos rontinentales capacitados para sostener los cultivos
que la población humana requiere para su alimentación disminuye también, día a día, en
progresión geométrica.
Sin embargo, oon muy contadas las personas que han tomado conciencia de la
fragilidad y vulnerabilidad del ecosistema marino; así como no parecen ser más las que
han vislumbrado la pOSibilidad cierta de que el planeta en que vivimos se convierta a rorto
plazo en un lugar inhabitable por el hombre, debido precisamente a su acción equivocada
frente al medio natural en que desarrolla su existencia.
Prueba de ello la dan quienes vierten y desparraman a diario oobre el mar y sus
costas toda clase de desechos y rontaminantes, como, por ejemplo, el hidrocarburo
cloreado conocido vulgarmente como DDT, a pesar de haberse comprobado que este
agente contaminador, en concentraciones de hasta cuatro partes por mil millones, influye
negativamente en la fotosíntesis del fitoplancton marino, alterando sus procesos
metabólicos y limitando drásticamente su capacidad para sintetizar alimentos. 3
y ya hemos observado que los hombres req'uerimos del fitoplancton marino tanto
para reintegrar al aire atmosférico el oxígeno que necesitamos para respirar, cuanto para
nutrir los primeros eslabones de las cadenas alimentarias de las b iocenosis marinas que nos
proporcionan una parte significativa de los alimentos con que nos sustentamos. La
Humanidad, en efecto, obtiene de los peces, crustáceos, moluscos y demás organismos
vivos del mar aproximadamente el quince por ciento de las proteínas animales que
consume. Y todo hace suponer que este porcentaje tendrá necesariamente que ir
228
aumentando en el curso de los próximos años.
Cuando se habla de la contaminación del medio marino con mucha frecuencia se
relaciona y hasta se llega a indentificar esta situación con el problema espec(fico del
derrame de hidrocarburos del petróleo sobre los mares y sus zonas litorales. Dentro de
esta perspectiva limitada, se suele incluso conceder mayor atención a los derrames
accidentales de estos hidrocarburos causados por el naufragio de los grandes buques
cisternas petroleros, que a la evacuación deliberada de estos agentes contaminadores
encubierta en operaciones tales como el lavado de los estanques de estos barcos o la
descarga en cursos de agua que llegan al mar de los residuos I iquidos emulsionados con
petróleo o sus derivados provenientes de los establecimientos industriales que utilizan
estos productos en sus procesos fabriles.
Desde luego, el petróleo no es el único, ni siquiera el más perjud icial de los agentes
de contam inación que actúan en el hecho sobre el med io mar ino. Los desechos
radiactivos, algunos productos plásticos y ciertos insecticidas orgánicos de s(ntesis, como
el DDT, a vla de ejemplo, ejercen sobre los organismos del mar una acción tanto o más
perjudicial y desvastadora que la del petróleo y sus derivados.
Enseguida, es también equivocado pensar que los derrames accidentales de petróleo
son causa para el medio marino de mayor trastorno que el que se le inflije en forma
constante, aunque más difusa y menos espectacular, por el tráfico petrolero en sI' mismo,
por las operaciones de carga y descarga del producto, por la evacuación del agua de lavado
o de lastre de los buques cisternas petroleros, y, en general, por el vertimiento en r(os y
viaductos que desembocan en el mar de los desechos industriales I iquidos portadores de
residuos de petróleo o sus derivados.
En efecto, cada año se arroja deliberadamente a la superficie de los océanos, por
estos otros conceptos, el equivalente de por lo menos cincuenta "T orrey Canyon",
aunque los periód icos no den cabida en los titulares de sus primeras páginas a esta realidad
crónica y silenciosa. 4
Si quisiéramos enumerar, en general, los diversos tipos de contaminantes que en la
realidad de los hechos actúan de una u otra manera sobre el medio marino, tendn'amos
que mencionar los contaminantes químicos, como los productos tóxicos minerales u
orgánicos; los contaminantes biológicos, como los gérmenes patógenos y los desechos
orgánicos susceptibles de fermentar, y los contaminantes físicos, que podn'amos a su vez
agrupar en contaminantes radiactivos, como los desechos provenientes de los ensayos
nucleares; en contaminantes mecánicos, como las escorias, el polvo y otras materias
sólidas inertes; y en contaminantes térmicos, como las aguas utilizadas en los sistemas de
enfriamiento de los generadores a vapor de las plantas termoeléctricas y termonucleares.
En este cuadro general de los agentes de contaminación el petróleo tendr(a que ser
ubicado, como uno más, entre los productos químicos tóxicos de origen orgánico, junto
con ciertos plaguicidas y detergentes, los fenoles y otros compuestos. 5
Dejemos en claro también que los agentes de contaminación que operan sobre el
medio marino pueden tener su origen tanto en actividades desarrolladas en la interioridad
del mismo medio marino como en actividades llevadas a cabo en el medio terrestre, y
digamos que las operaciones navieras sólo representan una de las vías de que se valen los
agentes contaminadores para llegar al mar.
Entre los factores de contaminación que tienen su origen en el medio marino
podemos mencionar, entre otros y junto a las actividades navieras, las faenas portuarias;
las labores de prospección y extracción de petróleo de la plataforma marina; las
actividades industriales desarrolladas por las fábricas costeras y el vaciado de basuras y
desperd icios urbanos efectuados en las playas de mar y zonas I itora les.
Entre los factores de contaminación marina que tienen su fuente en el medio
terrestre podemos mencionar, en particular. los centros urbanos generadores de aguas
residuales de origen doméstico; los núcleos industriales productores de desechos sólidos,
229
Ifquidos y gaseosos; las actividades agn'colas que implican la utilización de plaguicidas y
de fertilizantes, as( como las que por el empleo de prácticas agropecuarias inapropiadas
dan lugar a la gestación de procesos erosivos, y las labores mineras, generadoras, como los
centros fabriles, de residuos de toda clase y en especialde relaves mineros.
Estos agentes de contaminación llegan al mar valiéndose de diversas rutas. Estas
podrán ser, en el caso de los residuos colectivos de la vida diaria, las instalaciones del
alcantarillado, o los cursos fluvia les, cuando las ciudades que los gener:ln se encuentren
muy alejadas del mar. Los agentes de contaminación que tienen su origen en las
actividadea agropecuarias llegarán al medio marino a través de los ríos, cuando se trate de
plaguicidas, de fertilizantes o simplemente de arena, liroo o arcilla arrastrados a los cauces
fluviales por las aguas lluvias generadoras de un proceso de erosión de suelos; o a través de
los cursos subterráneos de agua, cuando, saturados los filtros naturales del suelo, el exceso
de plaguicidas o de fertilizantes aplicados sobre su superficie sea lixiviado al nivel de las
capas freáticas; o a través, por último, del medio atmosférico, cuando los horizontes
superiores del suelo sean víctimas de un proceso de erosión eólica. En el caso de los
residuos sólidos, líquidos y gaseosos provenientes del funcionamiento de los
establecimientos industriales o mineros, los agentes de contaminación llegarán al mar
valiéndose de uno u otro de los medios indicados, según sea el caso.
Para ilustrar la potencialidad de los agentes de contaminación que tienen su origen
en el medio terrestre y que llegan al mar por vías que a primera vista pud ieran
considerarse carentes de rnayor significación, podemos señalar un ejemplo relacionado con
los residuos tóxicos gaseosos transportados a las aguas oceánicas por el medio·
atmosférico. De las 3)0.000 toneladas de plomo introducidas anualmente en losrootores
de los automóviles como antidetonante de la gasolina que emplean, más o menos las tres
cuartas partes llega en definitiva al medio atmosférico bajo la forma de aeroso les y cae al
mar arrastrada a su superficie por la acción de los vientos. Y es sabido que entre los
elementos inorgánicos que se consideran contaminantes del medio man'timo el plomo yel
mercurio figuran entre los de acción más grave y perturbadora. 6
Este panorama global de los diversos tipos de contaminantes que actúan sobre el
medio marino y de las diferentes rutas que siguen para llegar al mar, debe ser valorado en
toda su complejidad al momento de programar medidas tendientes a preservar dicho
medio de los riesgos de la contaminación. Así, una estrategia de lucha contra la
contaminación marítima debe necesariamente contemplar medidas orientadas a controlar
la generación y el desplazamiento al mar de los factores contaminantes que tienen su
origen en actividades terrestres, y no puede circunscribirse, si pretende abordar el
problema en sus verdaderas dimensiones, a neutralizar las fuentes de contaminación del
medio marino que se genera en la interioridad de este misroo medio.
Lo que en materia de contaminación del medio marino podría denominarse "el caso
chileno", reconoce una serie de particularidades que le distinguen favorablemente de la
situación en que buena parte de los países marítimos se encuentran a este respecto. La
gran extensión de su litoral mar ít iroo , por una parte, que favorece la desconcentración de
los núcleos urbanos e industriales contíguos a la costa, y el limitado grado de desarrollo de
su tecnología, por otra, que implica una consiguiente limitación tanto en la cantidad
como en la diversidad de los contaminantes producidos, hacen por el momento de Chile
un país relativamente privilegiada en materia de preservación de la integridad de su
medio marino.
Resultan'a abSG>lutamente ilusorio, sin embargo, suponer que el recientemente
denominado "Mar Chileno .. 7 se encuentra al abrigo de problemas significativos en materia
de contaminación; as( como sería inexcusable esperar a que estos problemas
experimenten algún incremento cuantitativo o cualitativo previsible para poner en
aplicación medidas y regulaciones tendientes a controlar o a paliar sus consecuencias
negativas sobre el medio marino. Ni ·debe olvidarse, tampoco, que los agentes de
23)
contaminación no respetan las fronteras nacionales, y que nuestro pa(s, junto a ciertos
factores transitorios favorables que le caracterizan en materia de contaminación oceánica,
como los señalados, reconoce, por otra parte, principalmente en su medio terrestre, algunas
realidades permanentes abrolutamente desfavorables para la preservación indirecta de la
integridad de su ecosistema marino. Tal es el caro, por ejemplo, de su singularidad
topográfica, que con sólo un veinte por ciento de áreas planas, representa una clara
predisposición territorial a la ocurrencia de fenómenos erosivos dañinos para las zonas
marít i mas receptoras de los curros fluviales portadores de los escombros de la erosión.
Para ilustrar estas afirmaciones vearros someramente algunos caros particulares.
¿Cúal es nuestra realidad, por ejemplo, en materia de contaminación marina
causada por aguas residuales de origen doméstico? . Digamos, para comenzar, que sólo un
500 /0 de las viviendas urbanas del país cuentan con sistema de eliminación de aguas
servidas, y que este porcentaje se reduce a menos de 'un 150 10 en el caso de las viviendas
rurales. Agreguemos que ninguna de las grandes ciudade.s del pa ís cu..::nta con plantas
para el tratamiento y depuración de las aguas residuales vertidas en sus redes de
alcantarillado, y que las catorce plantas de esta naturaleza que existen a lo largo de todo
el territorio ron anticuadas y trabajan permanentemente robrecargadas. a Consecuencia de
esta realidad es que las zonas marinas donde desembocan los ríos que operan como
receptáculos de las redes de alcantarillado de los grandes centros urbanos acu!an en la
. actualidad un serio problema de contaminación orgánica. Este problema alcanza niveles
críticos en las zonas de desembocadura de los ríos Aconcagua y Maipo y presenta
caracteres amenazantes en las zonas donde llegan al mar los n'os B(o Bío y Cautín.
Pero ya hemos visto que los ríos sirven también de vehículo para llegar al mar a los
rediduos sólidos y líquidos de los centros industriales y mineros y a los horizontes
superiores de los suelos arrastrados a ellos por la erosión pluvial. A este último respecto
puede señalarse que "rolamente el río Bío Bío se ha llevado en los últimos cien años la
tierra equivalente a 5.000 millones de metros cúbicos, la que cargada en camiones de diez
toneladas, parachoques con parachoques, forman'a una hilera larga que alcanzaría para
dar doce vueltas al mundo" ,9
En materia de relaves mineros transportados al mar por curros fluviales puede
citarse el caro particularmente grave del rto Salado, que durante mucho años contaminó
la bahía Chañaral de las Animas con los residuos sólidos provenientes de los minerales de
cobre de Potrerillos y El Salvador, hasta el punto de haber embancado completamente la
bahía y de habér sepultada bajo los escombros mineros la flora y fauna bentónica de las
aguas dellugar. 10
Tenemos también situaciones calificadas de contaminación química producida por
el vertido deliberado de residuos de petróleo, ya S63 en el mismo medio marino, como en
el caro de la Refinería de Petróleo de Concón, ya S63 en curros fluViales. que desembocan
en dicho medio, como en el caro de la Refinen'a de Petróleo de Concepción, que vierte
sus desechos en las aguas del río Bío B (o. Estos centros industriales pueden ser señalados,
a la vez, como un aumento de la contaminación térmica del medio en que evacúan las
aguas de refrigeración de sus generadores de energía.
y hemos sufrido también el grave daño a nuestro ecosistema marino causado por el
d erra me accidenta I d e hidrocarburos del petróleo transportados por grandes
buques-.cisternas, como en el caro del buque·tanque "NAPI ER", accidentado en Isla
Guamblin el7 de junio de 1973, y en el caro del super-tanque "METULA", encallado el9
de agosto de 1974 en aguas del Estrecho de MagaJlanes,
Valga esta breve reseña para dar un contenido real a la afirmación de que n.uestro
país exhibe un alarmante mostrario de los diverros tipos de contaminación que pueden
afectar el medio marino. El carácter incipiente de estos fenómenos de contaminación, en
algunos caros, constituye sólo una ventaja relativa en la búsqueda de resguardos para
prevenir los males'mayores a que estarros expuestos. .
231
Ver en nuestra situación actual una excusa para la inacción implicaría desertar ante
el cumplimiento de una tarea histórica que no da tiemJXl para otra cosa que para asumirla
con la responsabilidad reclamada por los altos intereses colectivos puestos en juego en su
realización oportuna V eficiente.
2. LA SOLUCION DEL PROBLEMA DE LACONTAMINACION DEL MEDIO MARINO
BUSCADA A TRAVES DEL DERECHO!!.
La problemática de la preservación del medio ambiente desemboca inevitablemente
en cuestiones de valores, y, por ende, de elección. Entraña, en último término, un
problema cultural, cuya solución, por lo mismo, debe buscarse principalmente en el
campo de la educación, o más precisamente, de la "ecoeducación", como lo mencionan
algunos especialistas. 1z
Sin embargo, resulta evidente que los problemas relacionados con la preservación
del medio ambiente -del medio marino, en nuestro caso- no pueden ser solucionados en
el solo campo de la educación. Al margen de las múltiples cuestiones de orden cientifico y
técnico que encierran, existe un nivel de solución que necesaria e insustituiblemente debe
ser asumido en el campo del Derecho. Pues no ha faltado ni habrán de faltar las personas
naturales o jurídicas que por encima de toda otra consideración sobrepongan sus intereses
individuales e inmediatos a los intereses colectivos ya largo plazo de las generaciones
venideras del país, y que vean nuestro patrimonio ambiental sólo como un bot(n en el que
es preciso hacer las mayores utilidades, en el menor tiempo posible, sin que interesen las
consecuencias que sobrevengan a futuro.
La educación, la ciencia y la técnica, poco o nada pueden hacer a este respecto.
Sólo la fuerza coactiva del Derecho es capaz de imponer un orden de conductas que traiga
el equilibrio y haga coincidir los intereses particulares de los usuarios o detentadores de
los recursos naturales regenerables del pat's con los intereses generales de la Nación
implicados en la conservación y acrecentamiento de su patrimonio ambiental.
Como en el caso de la educación, está claro que el problema de la preservación del
medio ambiental no puede ser solucionado en el solo campo del Derecho. Pero también
está claro que la solución específica que el Derecho puede aportar a este problema, por
circunscrita que sea la perspectiva en que puede ser entregada, constituye una pieza
fundamental en la elaboración de la estrategia necesariamente interdisciplinaria con que
debe ser abordado. El medio ambiental no se salvará sin el Derecho. Lo que los juristas
omiten hacer a este respecto no podrá ser suplido JXlr los cientt'ficos de otras
especialidades, no importa cual sea el empeño que apliquen al intentarlo.
Varios son los supuestos que deben recurrir para que el Derecho cumpla
satisfactoriamente su cometido ecológico en defensa del medio marino.
En primer lugar, es imperioso que las regulaciones del Derecho cubran el espectro
completo de posibilidades conductuales susceptibles, directa o indirectamente, de causar
trastorno o deterioro a dicho medio. Dentro de esta primera exigencia resulta necesario,
también. que las prescripciones normativas del Derecho guarden entre sí la debida
correlación y armonía, de tal manera que sus diversos preceptos se apoyen y
complementen unos con otros y no den cabida a contradicciones que impliquen algo así
como deshacer con una mano lo que se hace con la otra. Este requerimiento estará más
cerca de ser satisfecho en la medida en que el compuesto de las regulaciones normativas
de contenido ecológico constituya en su conjunto un Sistema Jurídico de Protección del
Medio Marino. Y, a su vez, la posibilidad de llegar a conformar un Sistema semejante
estará más cerca de hacerse realidad en la medida en que tales regulaciones normativas
sean expresión de una Política Nacional de Protección del Medio Marino previamente
elaborada y puesta en aplicación.
Pero la sola existencia de una legislación completa y coherente orientada a controlar
las posibilidades conductuales susceptibles de causar deterioro al medio marino no basta
JXlr sí sola para garantizar el resguardo jurídico de este bien protegido; como quiera que la
232
!Ola existencia de prescripciones normativas "aplicables" a situaciones determinadas no
implica necesariamente que estas prescripciones estén en el hecho siendo "aplicadas" a
tales situaciones y que estén recibiendo sometimiento de parte de las personas o entidades
cuya actividad pretend ida mente regula.
Se requiere, por lo tanto, en ~undo lugar, que el ordenamiento jurídico
implantado para garantizar coactivamente la integridad del medio marino sea en el hecho
rigurosamente aplicado a los ca!Os y situaciones previstos en sus regulaciones y obtenga,
de esta manera, un acatamiento práctico y efectivo.
Las leyes, en efecto, no se dictan para ser contempladas, sino para ser obedecidas.
Los problemas no se solucionan porque existen leyes que pueden resolverlos, sino porque
estas leyes logran alcanzar un grado suficiente de sometimiento efectivo. Los sistemas
ju~ídicos más perfeccionados no son más que expresión de buenas intenciones en tanto no
logran este mantenimiento práctico. Entre una cosa y la otra media la distancia que existe
entre la ilusión y la realidad.
y no tenemos que esforzarnos mucho para dar con algunas normas legales y
reglamentarias que en el hecho son pública e impunemente desobedecidas. Dentro de lo
que podríamos llamar el Derecho Ecológico podemos señalar, a vía de ejemplo, las
sigu ientes:
a) Las normas de la Ley d~ Bosques que prohiben la corta o destrucción de los árboles
existentes en los cerros, desde la medianía de su falda hasta la cima; y de los árboles y
arbustos nativos situados a menos de 400 metros !Obre los manantiales que nazcan en
los cerros y los situados a menos de 200 metros de sus orillas, desde el punto en que la
vertiente tenga su origen hasta aquel en que llegue al plan;13
b) Las normas reglamentarias que prohiben la circulación de todo vehículo motorizado
que despida humo visible por su tubo de escape; y que vedan dentro del radio urbano
de las ciudades la incineración libre, sea en la vía pública o en los recintos privados, de
hojas secas, basuras u otros desperoicios;l4
c) La disposición reg lamentaria que prohibe la venta 1/ exportación de aves silvestres
chilenas y que proscribe su mantención en jaulas, sin permiso previo de autoridad
competente;l5 -
d) La norma legal que impone a los ocupantes de cualquier trtulo de inmuebles situados
dentro del radio urbano de las ciudades la obligación de mantener y conservar los
árboles plantados por las Municipal idades frente a ellos en las aceras respectivas y que
les ordena ma ntener el aseo de las mismas aceras;l6 y
el El precepto legal que prohibe derramar aguas y depositar materiales, desmontes,
escombros y basuras en los caminos públicps! 7 _
233
un medio adecuado para la solución de los problemas que han motivado su
establecimiento. De nada sirve un ordenamiento jurídíro rigurosamente aplicado y
altamente obedecido, si ese ordenamiento jurídiro se muestra incapaz de reoolver los
problemas a que estamos enfrentados. La integridad del medio marino no va a ser
preservada sólo porque se preste acatamiento a las disposic;iones normativas que buscan
protegerlo, si esas normas carecen de la aptitud intn'nseca indispensable para convertirlas
en auténtiros instrumentos de ooluciÓn.
Las normas juríd icas· no ronstituyen fines, en sí mismas, sino medios puestos al
servicio de fines y objetivos que las trascienden. De tal manera que, o las normas jun'dicas
aplicadas resultan un instrumento idóneo para alcanzar los objetivos que se pretend ieron
con su establecimiento, y se justifica de esta manera su ex istencia, o, por el ro ntrar io, no
resultan un instrumento adecuado para el logro de dichos objetivos, y no se justifica, por
lo mismo, sumanténimiento. Puede darse incluoo el caso extremo de que la norma
juddica aplicada no sólo se muestre incapaz de proveer a la solución de los problemas que
se quiso resolver ron su dictación, sino que, más allá de ello, se ronvierta en causá de
problemas adicionales a'un más graves que los que supuestamente iba a ser capaz de
despejar. En un evento semejante será imperioso proceder a su derogación y habrá que
temer por la efiCacia que muestren los agentes encargados de su aplicación en el
cumplimiento de su rometido.
Así queda planteado el tercer supuesto necesario para que el Derecho pueda ofrecer
una rontribución eficaz a la causa de la preservación del medio marino. Su idoneidad, a
este respecto, debe necesariamente ser calificada por los ecólogos y demás cientl'firos y
técniros conocedores de las causas que pueden producir la degradación del medio marino
y que se encuetran por lo mismo en rondiciones de ponderar objetivamente la validez: y
suficiencia de las soluciones que se propongan para prevenirlas o combatirlas.
. Si tuviéramos que mencionar algunos ejemplOS de normas jun'd icas cuyo rontenido
se encuentra desa utorizado por la ero log ía, probablemente recurr iría mos a los sigu ientes:
a) El precepto de Reglamento de la Ley de Caza que califica de "dañinas" y permite la
caza indiscriminada de especies zoológicas nacionales romo el Jabalí," el CoaH y los
Caiquenes o Avutardas Grandes, no obstante que en la Séptima Conferencia de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reunida en Varsovia, en
1900, se llegó a la ronclusión de que no existe especie animal o vegetal que admita ser
ronsiderada romo intrr'nsecamente dañ ¡na;!!! y
b) El decreto supremo que ordenó la destrucción y eliminaciÓn de la especie botánica del
norte chileno ronocida vulgarmente romo Chañar, en razÓn de haberse romprobado
que este vegetal servía de huesped a la llamada "mosca de la fruta", declarada plaga de
rontrol obligatorio en las provincias de Tarapacá y Antofagasta. El decreto en cuestión
llegó a facultar al Departamento de Defensa Agrírola del Ministerio de Agricultura
para (tlnsumar la "eliminación" del Chañar ron el auxilio de la fuerza pública en caso
que las personas o entidades obligadas a su destrucción no actuaran ron la rapidez y
eficiencia requeridas en el rombat13 de dicha plaga" .!9 Y debe rerordarse que no sólo
la libre explotación del Chañar, sino su misma descepadura, hab(an sido objeto ron
anterioridad de una minuciosa reglamentación, en reronocimiento tácito de' su
importancia como elemento ronstitutivo del sistema erolégiro de la región
septentrional del país?O "
Estos ejemplos rorren también el riesgo de no ser los más apropiadOS por ilustrar la
factibilidad del peligro que hemos admitido romo posible. Seguramente no faltarán
quienes puedan rebatir nuestra apreciación rontraria al contenido ecológico de los
preceptos tral'dos a cuenta. Sin embargo, el solo hecho de que pueda suscitarse
controversia en torno a ellos parece suficiente para dar por establecida la "posibilidad"
de que las normas jurt'dicas de proyecciones ero lógicas tengan en el hecho un alcance
contrario a la preservación de los bienes que buscan amparar. Y esto es, por el
234
momento, lo que nos interesa establecer. "
De acuerdo con estas consideraciones, tenemos por delante, alo menos, las
siguientes tareas concretas: 1) Individualizar y sistematizar las normas legales y
reglamentarias vigentes que de rrodo directo o indirecto inciden en la problemática de la
prevenci6n del medio marino de los riesgos de contaminación; 2) Verificar la extensión en
que esta normatividad vigente resulta en el hecho aplicada y recibe acatamiento efectivo
de parte de las personas y entidades cuya actividad supuestamente está regulando; y, 3)
Comprobar el grado en que la normatividad juddica efectivamente aplicada y obedecida
constituye un instrumento cientrfica y técnicamente idóneo para la solución de los
prOblemas conc(etos que busca prevenir o resolver. :
Carecerros de competenCia para emitir juicios fundados acerca del tercero de estos
puntos. En cuanto al segundo de ellos, por falta de investigaciones emp(ricas disponibles
al respecto, sólo poderros tocarlo de paso, en aquellos casos en que el desacatamiento de
la norma jurídica alcanza caracteres públicos y notorios. De hecho, por lo tanto, tenemos
que circunscribir nuestro estudio a la primera de las materias señaladas.
Para desarrollarla formularemos un primer distíngo entre lo que denominaremos la
"prevención directa" y la "prevención indirecta" de la contaminación del medio marino.
En la primera de estas categorías incluirerros las normas legales y reglamentarias
derechamente orientadas a proteger al medio marino de los peligros de la contaminación.
En la segunda de estas categorías englobaremos las disposiciones normativas dictadas para
proteger de los peligros de la contaminación a otros medios, distintos del marino, cuya
polución, no obstant~, envuelve el riesgo potencial de redundar en contaminación mediata
del ecosistema marítimo.
En materia de prevención indirecta de los peligros de contaminación, distinguiremos
entre evacuación de agentes contaminadores "en cursos naturales de agua", como los n'os;
"en cursos artificiales de agua", corro las redes del alcantarillado; y "en el medio
atmosférico", esto es, en la capa de aire que cubre la litósfera terrestre. Esta última
clasificación responde a las principales rutas que siguen los agentes contaminadores
vertidos en el medio terrestre para llegar al mar.
3. EL ORDENAMIENTO JURIDICO VIGENTE EN MATERIA DE PREVENCION PE
LA CONTAMINACION DEL MEDIO MARINO.
3.1. PREVENCION DIRECTA
3.1.1. DESCARGA DELIBERADA DE AGENTES CONTAMINADORES
a. De acuerdo con el Art. 185 del Reglamento de Orden, Seguridad y Disciplina en
las Naves y Litoral de la República: 21
"Se prohibe arrojar lastre, escombros, basuras, derramar petróleo y sus derivados o
residuos ,de los mismos, aguas de relave de minerales u otras materias orgánicas nocivas
o peligrosas de cualquier especie, en los puertos o en las aguas jurisdiccionales de la
República, sin el consentimiento previo de la autoridad marítima respectiva, quien
designará, en todo caso, el lugar o forma cómo se procederá a efectuar algunas de
dichas operaciones... ".
Esta norma vino a precisar y a reafirmar el contenido del Art. 8 del Decreto
Orgánico del Consejo Consultivo de Pesca y Caza,22 cuyo texto dispone:
"Queda prOhibido arrojar al mar .. :, los residuos o lavados de las industrias agn'colas,
fabriles o mineras que puedan ser nocivos a la vida de los peces o mariscos, sin que
previamente hayan sido purificados o diluídos. En tal prohibición quedan
comprendidos entre otros, el aserr(n de la explotación maderera, ios residuos fabriles y
los relaves de los establecimientos mineros, los que tampoco podrán depositarse en
lugares en que puedan ser arrastrados por el mar, r(oso lagos, por el escurrimiento de
235
las aguas".
Aunque el radio de aplicación es más restringido, y admitiendo la posibilidad de
cuestionar su aplicabilidad a este caro, podemos mencionar también a este respecto el Art.
16 del Reglamento sobre Higiene y Seguridad Industrial,23 de acuerdo OJn cuyo texto~
"En ningún caro se podrá arrojar a los curros o masas deagua en general, las materias
sólidas que pueden provenir de los establecimientos industriales locales de trabajo en
genera 1, ni las semillas perjudiciales a la agricultura".
b. Supuesto que se ha producido el daño al ambiente marino que estas disposiciones
procuran prevenir, podría pensarse que cabe aplicar a estas situaciones la norma del Art.
11 de la Ley NO 9.006,24 según la cual:
El Presidente de la República podrá ordenar la paralización total o parcial de las
actividades y empresas artesanales, industriales, fabriles y mineras... que vacíen
productos o residuos en las aguas, cuando se OJmprobare que con ello se perjudica la
salud de los habitantes, se alteran las OJndiciones agrícolas de los suelos o se causa
daño a la salud, vida, integridad o desarrollo de los vegetales o animales. Dichas
empresas estarán obligadas a tomar medidas necesarias para evitar aquellos males en
OJnformidad a los procedimientos técniOJs que señale el Presidente de la República
por intermedio del Ministerio de Agricultura o del Ministerio de Salud Pública, según
sea el caro .... ".
Mas propiamente. sin embargo, correspondería aplicar a estas situaciones la
disposición del Art. 186 del Reglamento de Orden. Seguridad y Disciplina en las Naves y
Litoral de la República. antes mencionad02 5, de acuerdo con cuyo texto:
"Cuando debido a un siniestro marítimo o por otras causas se produzca la
contaminación de las aguas por el efecto de derrames de hidrocarburos u otras
sustancias nocivas o peligrosas, la autoridad marítima respectiva adoptará todas las
medidas que est ime procedentes para evitar la destrucción de la flora y fauna
marítimas. Las medidas que en estos caros adopte la autoridad mar(tima no serán
suscept ibles de reclamo o recurro alguno".
c. Las infracciones a las disposiCiones del Reglamento últimamente citado se
encuentran sancionadas OJn una multa de $ 1.000 oro a $ 1.000.000 oro, aplicable al
capitán o a los representantes de la nave infractora. Procede la aplicación de esta sanción
aún en el evento de que la transgresión haya sido ocasionada por culpa o descuido
levísimo.
Así lo establece el Art. 187 del mismo Reglamento.
d. El Art. 20 de la Ley de Pesca 26 prohibe la pesca por métodos físiOJ-qu(micos.
De acuerdo OJn el Art. 4 de la misma ley. los métodos físico-químicos oonsisten en el
empleo de materias explosivas o venenosas. El Art. 19 del Reglamento de la Ley de
Pesca27 OJntiene un precepto semejante.
Esta prescripción, en cuanto a la pesca con dina mita u otras substancias explosivas
se refiere, se encuentra reiterada en el Art. 245 del Reglamento General de Policfa
Marítima, Fluvial y Lacustre.2I!
A su vez, el Art. 145 de este mismo Reglamento prohibe, en términos generales.
arrojar explosivos al mar.
Sobre este mismo particular podemos mencionar el Art. 18 del Reglamento de
permisos a barcos pesqueros extranjeros para pescar en aguas territoriales chilenas, cuando
lleven el producto de la pesca al exterior,29 que en su letra al "prohibe en las faenas de
pesca ... emplear explosivos, sustancias tóxicas u otros medios vedados o que produzcan
daño ... ".
En una materia afin, la letra el de este mismo precepto prohibe "abandonar en la
playa o riberas o lanzar al agua en las zonas que fijen las disposiciones reglamentarias
236
respectivas, productos o desperdicios de la pesca".
En mntradicción mn la letra y el espíritu de estas normas transcritas, el Art. 121 de
la Ley de Navegación,30 previendo la posibilidad de que un buque destinado a mnducir
pasajeros mntravenga la prohibición de transportar en su carga sustancias o productos
explosivos, dispone que:
"Si estas sustancias se hubieren embarcado sin mnocimiento del capitán, una vez
descubierto el hecho, el capitán las arrojará al mar y levantará acta del suceso ... para
hacer efectiva la responsabilidad mntra quien mrresponda".
e. En relación ron las faenas de carga y descarga de petróleo e inflamables líquidos a
granel, en general, la letra h) del Art. 120 del citado Reglamento General de Policía
Marítima, Fluvia I y Lacustre 31 mnsulta la estricta prohibición de "botar o permitir
filtraciones del petróleo o inflamables en las aguas del puerto o bahía".
f. La descarga de residuos mlectivos urbanos en el medio marino también es objeto
d e algunas disposiciones particulares. Estas normas, sin embargo, sólo ofrecen
posibilidades limitadas de ser aplicadas al problema que nos ocupa, bien por estar
circunscritas a situaciones muy especfficas, bien por no eludir de modo directo el caso de
la contaminación de las aguas mar (timas.
Sobre el particular tenemos, en primer lugar, el Art. 73 del Código Sanitario,32
mnforme al cual:
"Prohíbese descargar las aguas servidas y los residuos industriales o mineros en r(os o
lagunas, o en cualquiera otra fuente o masa de agua que sirva para proporcionar agua
potable a alguna población, para riego o para balneario, sin que antes se proceda a su
depuración en la forma que se señale en los reglamentos. Sin perjuicio de lo establecido
en el Libro IX de este Código, la autoridad sanitaria podrá ordenar la inmediata
suspensión de dichas descargas y exigir la ejecución de sistemas de tratamientos
satisfactorics destinados a impedir toda mntaminación".
En segundo término podemos mencionar el Art. 15 del aludido Reglamento sobre
Higiene y Seguridad Industriales,33 que establece Que:
"En ningún caso pOdrán ... arrojarse ... en masas o en cursos de agua en general, las
aguas servidas de origen doméstico, los residuos o relaves industriales o las aguas
rontaminaaas resultantes de manipulaciones químicas o de otra naturaleza, sin ser
previamente sometidas a los tratamientos de neutralización o depuración que
prescriben en cada caso los Reglamentos Sanitarios vigentes o que se dicten en el
futuro al efecto".
g. De acuerdo con el Art. 313 del· mencionado Reglamento General de Polic(a
Marítima, Fluvial y Lacustre;34
"Se prohibe entrar mn vehículos y bañar animales en las playas designadas por la
Capitan{a del Puerto para baños públiros".
h. Las playas y mstas litorales son también objeto de algunas disposiciones
espedficas.
De acuerdo mn el Art. 185 del Reglamento de Orden, Seguridad y Disciplina en las
Naves y Litoral de la República: 3s
"Se prohibe... efectuar rellenos o avances dentro del agua sin el mnocimiento previo
de la autoridad marítima y sin contar con la respectiva concesión a la destinación que
mrresponda, en conformidad a lo dispuesto en el Reglamento General sobre
Concesiones Marítimas".
Este Reglamento sobre Concesiones Maritimas36 señala dentro de las atribuciones
de la autoridad marítima:
..... Ia de autorizar las extracciones de ripio, arena, piedras, mnchuelas, carbón cardo al
mar en procesos o faenas mmo las de carga y descarga, algas marinas (Pelillo,agar-agar I
237
chasca, etc.) y cualesquiera otras especies O materiales que se encuentren en las áreas
sujetas a su tuición, como asimismo, autorizar en esos lugares la instalación de cargas u
otras construcciones desarmables durante las temporadas veraniegas, instalación de
botaderos de materiales y avises de propaganda".
i. En este mismo Reglamento sebre Concesiones Marrtimas encontramos otras
disposiciones, Hpicamente preventivas, de importantes proyecciones.
El Art. 28 de este aJerpo normativo, al señalar los "informes" de que debe ir
acompañada la selic'itud para el otorgamiento de una concesión man'tima, los exige:
"b) Del Departamento de Pesca y Caza, cuando la selicitud tenga por objeto la
instalación de industrias o bases pesqueras y de otras industrias cuyas materias,
resid uos o relaves puedan ser nocivos para la fauna y demás riquezas pesqueras; y"
"c} Del. Jefe Zonal del Servicio Nacional de Salud, cuando la selicitud tenga por objeto
la instalación de viveros o criaderos artificiales de moluscos, industrias pesqueras,
balnearios, etc., y en general, para todas aquellas instalaciones que puedan afectar a la
salud de los habitantes por agua o aire contaminados, provenientes de o que afecten
estas instalaciones. .
j. Junto a este conjunto de normas, en las que con mayor o menor esfuerzo
podemos reconocer una intención preservasionista, encontramos también otras -como la
mencionada en la parte final de la letra d. de este párrafo- que no podrían ser señaladas
sino como tieles exponentes de la opinión de aquellos que no ven en las aguas del mar
sino el receptácu lo ilimitado capaz de cargar y hacer frente a cualquier tipo de agentes
contaminadores. Si bien la época en que fueron dictadas estas disposiciones obliga a
atenuar el juicio crítico de que se hacen merecedoras en el momento presente.
Ellas sen, en primer lugar, el Art. 73de la Ley de Navegación,37 según el cual:
"En case de muerte por enfermedad pestilencial, todos los efectos susceptibles de
transmitir contagio que hayan servido durante el curse de su enfermedad, serán si la
nave está ... en viaje, arrojados al mar y echados a pique".
En segundo lugar podemos citar el Art. 43 del Reglamento de Sanidad Madtima,
Aérea y de las Fronteras,31l cuyo texto prácticamente repite el contenido de la zona antes
transcrita. Eh él leemos:
"C uando una persena que se encuentre a bordo falleciere por enfermedad
infectocontagiosa o sespechosa de serlo, el capitán de la nave ordenará, después de las
veinticuatro horas subsiguientes a la muerte, arrojar al mar el cadáver, sus ropas y
cualesquiera otra especie que haya estado en contacto con ella .. ,".
3.1.2. DESCARGA ACCIDENTAL DE AGENTES CONTAMINADORES
a. El Art. 93 del mencionado Reglamento General de Policía Marftima, Fluvial V
Lacustre,39 establece:
"Cuando se opere en el embarque, desembarque o trasbordo de materiales disgregados,
Como arena, hueses, cenizas, piedras sueltas y otras sustancias no contenidas en envase,
que impidan su carda al agua, se pondrá entre el buque y el muelle o entre el buque y
las embarcaciones que efectúen el trasbordo o entre los buques que se encuentren en el
mismo case, una planchada de madera bien unida con aleros laterales, o en su'defecto,
encerados resistentes dispuestos en los chinquillos o tinas".
b. El Art. 188 del Reglamento de Orden, Seguridad V Disciplina en las Naves V
litoral de la República 40 ordena que: ,
"las naves que naveguen las aguas jurisdiccionales de la República como también las
que arriben a un puerto nacional oonduciendo un cargamento de petróleo o sus
derivados u otras materias Ii'quidas inflamables, nocivas o peligrosas, deberán tener,
entre los documentos de a bordo, una póliza de seguro contra todo riesgo de
238
contaminación de las aguas, por efectos de derrame de hidrocarburos o de cualquiera
otra sustancia nociva o peligrosa",' .
c, La carga y descarga de f:1etróleo y otras materias inflamables es objeto en nuestro
Derecho de varias disposiciones particulares de gran interés.
Tenemos al respecto, en primer lugar, el Art. 2 del Reglamento de Seguridad para la
manipulación de explosivos y otras mercaderías peli!1osas en los Íecintos portuarios 41
según el cual: '
,"Se prohibe ejecutar faenas ron mercaderías peligrosas en zonas o recintos portuarios
que no hayan sido expresamente autorizados para ello por el Capitán de P.uerto. La
rontravención a estas disposición se considerará romo falta grave o grav(sima, según
sea el caso y será sancionado por el Capitán de Puerto en conformidad al Capítulo
XXXIX del Reglamento General de Orden, Seguridad y Disciplina en las Naves y
Litoral de la República".
Dentro de este Reglamento General de Orden, Seguridad y Disciplina en las Naves y
, Litoral de la República, tantas veces citado, enrontramos a este propósito los siguientes
preceptos;
"Art. 125: Toda nave destinada al acarreo de petróleo, parafina, bencina, gasolina,
nafta y demás productos volátiles de la destilación del petróleo o del carbón que tenga
que descargar estas materias o las que necesiten abpstecerse de estos inflamables, sólo
podrán hacerlo en los fondeaderos especiales destinados a este objeto, debiendo
pedirse ron antiGipación al capitán de puerto la licencia y fondeadero del caso".
"Art. 126: Las naves que entren a puertos artificiales en que se hayan tendido cañerías
!pbre los malecones o espigones de atraque para el desembarque de petróleo, nafta,
parafina u otras sustancias inflamables, podrán efectuar estas faenas !plamente durante
las horas hábiles y previa solicitud por escrito al capitán de puerto, .el que ex igirá
además que se coloque una guardia especial de cuenta de la nave o de los agentes a fin
de evitar accidentes".
"Art. 13:>: Los buques estanques o simi lares que se dediquen, previa la autor ización
correspondiente. al transporte de petróleo o inflamables J(quidos a graneL. deberán"
. cuando les afecte, observar las siguientes disposiciones: d) Las cañerías, mangueras y
todo artefacto o mecanismo empleado para trasegar el líquido, deben estar a prueba de
fi Itraciones, lo cua I debe ser verificado oportunamente antes de comenzar las faenas ';'
d. La transgresión de estas prescripciones se encuentra drásticamente sancionada
por las normas modificadas actualmente vigentes al respecto.
De acuerdo con el Art. 187 del Reglamento de Orden, Seguridad y Disciplina en las
Naves y Litoral de la República: '
"T oda infracción a las presentes disposiciones será penada con una multa al capitán o a
los representantes de 1,:1 nave de $ 1.000 oro a $ 1.000.000 oro, los que serán, además,
responsables de los perjuicios ocasionados, rorriendo por cuenta la total eliminación
del elemento contaminador a entera satisfacción de la autoridad marítima, aunque la
contaminación se haya producido por caso fortuito. Procederá la ,aplicación de la
multa aunque el derrame haya sido ocasionado por culpa o descuido leVísimo".42
e. Sobre la misma materia, las disposiCiones de más reciente dictación se encuentran
contenidas en el Decreto Ley NO 1.089, de 3 de julio de 1975, sobre Contratos de
Operación Petrolera.43
El Art, 2 de este cuerpo legal define el rontrato de operación petrolera como "aquel
en virtud del cual una persona llamada contratista se obliga a realizar para la Empresa
Nacional de Petróleo las actiVidades correspondientes a las fases de exploración y
explotación de yacimientos de hidrocarburos y las que fueren complementarias de
aquéllas, dentro del área territorial señalada en el contrato".
239
De acuerdo con el Art. 5 del mismo Decreto Ley:
"En el contrato de operación el contratista deberá a lo menos: ... 10. Obligarse a tomar
las medidas necesarias para la adecuada preservación de la fauna, la flora y todo otro
recurso natural".
Sin duda el legislador, al establecer estas normas, ha pensado en la posibilidad de
que con motivo de las prospecciones y explotaciones petroleras se de ocasión a la
ocurrencia de accidentes que causen daño no deliberado al ecosistema mal ino.
f. Poderros terminar este punto aludiendo a la Convención que creó la Organización
Latinoamericana de Energ(a (OlADE)44.
De acuerdo con el Art. 3 de esta Convención, la Organización tiene, entre otros
objetivos.y funciones:
"o) Promover entre los Estados Miembros la adopción de medidas eficaces con el fin
de impedir la contaminación ambiental con ocasión de la explotación, transporte,
almacenamiento y utilización de los recursos energéticos de la Región, y recomendar
las medidas que se consideren necesarias pra evitar la contaminación ambiental causada
por la explotación, transporte, almacenamiento y utilización de recursos energéticos de
la Región, en áreas no dependientes de los Estados Miembros".
3.2. PREVENCION INDIRECTA
3.2.1. DESCARGA DE AGENTES CONTAMINADORES EN CURSOS NATURALES
DE AGUA.
a. Son bastante numerosas las disposiciones que de una u otra manera y para uno u
otro fin, más o menos amplio, prohiben el vertimiento, derrame y evacuación de desechos
y residuos sólidos y I(quidos en los cursos naturales de agua, principalmente en r(os, lagos
y esteros.
Algunos de estos proyectos, en cuanto aluden al caso de las "masas de agua, en
general", han sido citados ya al considerar la situación de los derrames deliberados de
agentes contaminadores en el medio marino.
Sin embargo, puesto que estas disposiciones, dada la amplitud de sus términos y la
intenci6n que permite entrever su articulado, resultatÍ sin duda aplicables al caso de las
masas de agua continentales, volverán a ser mencionados en esta ocasión, a propósito,
espedficamente, de la descarga deliberada o fortuita de agentes contaminadores en los
cursos naturales de agua.
De acuerdo con el Art. 1 de la Ley NO 3.133, sobre Neutralización de Residuos
Provenientes de Establecimientos Industriales: 4s
"Los establecimientos industriales, sean mineros, metalúrgicos, fabriles o de cualquiera
otra especie, no podrán vaciar en los acueductos, cauces artificiales o naturales, que
conduzcan aguas o en vertientes, lagos, lagunas o depósitos de agua, los residuos
I(quidos de su funcionamiento, que contengan sustancias nocivas a la bebida o al riego,
sin previa neutralización o depuración de tales residuos por medio de un sistema
adecuado y permanente".
y en materia de residuos sólidos la disposición agrega:
"En ningún caso se podrá arrojar a dichos cauces o depósitos de agua las materias
sólidas que puedan provenir de esos establecimientos ni las semillas perjud iciales a la
agricultura" .
Esta última norma se encuentra reproducida casi textualmente tanto en el Art. 31
del Reglamento de Cond iciones Sanitarias M (nimas en la Industria,46 como en el Art. 16
del Reglamento sobre Higiene y Seguridad Industriales,47 transcrito en la parte final de la
letra a. del párrafo 3.1.1. de este trabajo.
Las normas recién vistas de la Ley NO 3.133 encuentran su equivalente literal, en los
240
Arts. 4 Y 24 del Reglamento para la Aplicación de la Ley NO 3.133,48 que estatuyen:
.. Art. 4: De acuerdo con lo establecido en los Arts. 1 y 2 de la Ley NO 3.133, los
establecimientos industriales, sean mineros, metalúrgicos, fabriles o de cualquiera otra
especie, no pOdrán vaciar los residuos provenientes de la explotación que contengan
sustancias nocivas al riego o a la beb ida, en ningún acueducto, cauce natural o artificial
que conduzca aguas, o en vertientes, lagos, lagunas o depósitos de agua, sin -la
autorización del Presidente de la República ......
"Art. 24: Los residuos SÓlidos provenientes de los establecimientos industriales, no
podrán ser vaciados a los cauces naturales o artificiales o a depósitos de agua, según lo
establece el Art. 1 de la ley, y sólo se permitirá almacenarlos en sitios convenientes en
que no haya peligro de arrastre hacia las quebradas vecinas que conduzcan agua para la
bebida o para el riego, o en quebradas que sólo accidentalmente puedan conducir
aguas, siempre que se asegure su desviación total por una obra de carácter definít ivo".
De conformidad con el Art. 8 del Decreto del Consejo Consultivo de Pesca y Caza,
mencionado en la letra a. del párrafo 3.1.1. de 8ste estudio:
"Queda prohibido arrojar a... los r(os y lagos residuos o lavados de las industrias
agrícolas, fabriles o mineras que puedan ser nocivos a la vida de los peces o mariscos,
sin que previamente hayan sido purificados o diluidos. En tal prohibición quedan
comprendidos entre otros, el aserrín de la explotación maderera, los residuos fabriles y
los relaves de los establecimientos mineros, los que por el mar, n'os o lagos, por el
escurrimiento de las aguas".
A su vez, el Art. 73 del Código Sanitario, transcrito en la letra f. del párrafo 3.1.1.
que antecede, prOhibe descargar aguas servidas y residuos industriales y mineros en n'os,
lagos u otras fuentes o masas de agua que proporcionen este elemento para el consumo de
alguna población o para el riego.
El Art. 2 de la Ley de Pesca 49 prohibe "arrojar en los ríos y lagos los residuos y
lavados de las industrias agrícolas, fabriles y mineras que puedan ser nocivos a la vida de
los animales acuáticos, sin que previamente hayan sido purificados o diluidos en la forma
que indica el Reglamento.
Sobre este particular, en el Reglamento de la Ley de Pesca 50 encontramos las
siguientes disposiciones:
"Art. 19: Se prohibe, de acuerdo con el Art. 20 de la Ley de Pesca, pescar con
dinamita y otras sustancias explosivas y arrojar a las aguas dulces, residuos o sustancias
intox icantes o nocivas a la vida de los peces......
"Art. 20: De acuerdo con lo dispuesto en el mismo arHculo (Art. 20 de la Ley de
Pesca), se prohibe arrojar a los ríos y lagos, asern'n, residuos de curtidur(a u otras
materias que provengan de industrias o lavados de minerales. Los residuos de las
industrias y del lavado de los minerales deberán ser purificados antes de ser arrojados a
los ríos o a los lagos. Los sistemas de depuración que se empleen deberán ser
previamente aceptados por la Dirección de Agricultura y Pesca".
En materia. espedficamente. de construcción de tranques de relaves el Art. 22 del
Reglamento para la AplicaCión de la Ley NO 3.133 51 nos proporciona la siguiente
disposición:
"Los establecimientos mineros y metalúrgicos que necesiten construir tranques para la
decantación de los relaves. no podrán utilizar para tal objeto. los cauces naturales o
artificiales que conduzcan agua para la bebida o para el riego. En las quebradas que
sólo accidentalmente conduzcan aguas. se podrá autorizar la construcción de embalses,
siempre que se hagan obras definitivas para la desviación de ese caudal accidental".
Otras dos normas. especialmente interesantes en cuando aluden expresamente a la
posibilidad de contaminación de los cursos subterráneos de agua. son las siguientes:
241
En primer término, el Art. 15 del Reglamento sobre Higiene y Seguridad
Industriales,52 transcrito parcialmente en la parte final de la letra f. del párrafo 3.1.1. de
este estudio, según el cual:
"En ningún caso podrán incorporarse en los subsuelos o arrojarse en los canales de
regadío, acueductos, ríos, esteros, quebradas, lagos; lagunas o embalses... las aguas
servidas de origen doméstico, los residuos o relaves. industriales o las 'aguas
contaminadas resultantes de manipulaciones químicas o de otra naturaleza, sin ser
previamente sometidas a los tratamientos de neutralización o depuración que
prescriben en cada caso los Reglamentos Sanitarios vigentes o que se dicten en el
futuro al efecto".
En S€9undo término, el Art. 30 del Reglamento de Condiciones Sanitarias Mínimas
en la Industria,53 en cuyo texto leemos que:
"En ningún caso podrán incOrporarse a las napas de agua subterránea de los subsuelos
o arrojarse en los canales de regadío, acueductos, ríos, esteros, quebradas, lagos,
lagunas, emba,lses, o en masas o en cursos de agua en general, las aguas servidas de
origen doméstico, los relaves industriales o mineros o las aguas contaminadas con
productos tóx icos, sin ser previamente sometidas a los tratamientos de neutralización o
depuración que prescribe en cada caso el Servicio Nacional de Salud".
b. Consecuente con las disposiciones vistas, el Art. 26 del Reglamento sobre Aguas
Minerales,54 dispone: •
"Prohíbese descargar los desagües de alcantarillados de los establecimientos
crenoterápico$ en ríos, esteros, lagos o lagunas o en cualquier otra fuente que sirva
para proporcionar. agua poti,lble a algunas poblaciones o para regadío, sin que antes se
proceda a depurarlos, de acuerdo con las disposiciones del Servicio Nacional de Salud".
El Art. 11 del mismo Reglamento define como establecimiento crenoterápico "todo
aquel que está destinado a la explotación de las aguas minerales con fines terapéuticos".
c. En el mismo Reglamento General de Cementerios 55 . encontramos otra·
disposición susceptible de ser mencionada a este efecto.
Tal es su Art. 20, según el cual "Los cementerios no podrán estar situados a una
distancia menor' de cincuenta metros de la ribera de un río, manantial, acequia, pozo u
otra fuente que pueda abastecer de agua para la bebida o el riego".
d. Desde que admitirros que la erosión pluvial constituye una fuente indirecta de
contaminación del medio marino, podríamos citar en esta ocasión una variada gama de
. disposiciones orientadas espedficamente a prevenir la ocurrencia de fenómenos erosivos.
Sin embargo. a este respecto nos limitarerros a señalar, a vía de ejemplo, la
disposición contenida en el Art. 4 del Reglamento de Explotación de Bosques en Hoyas
Hidrográficas declaradas Forestales,56 cuyo texto establece que:
"En todas aquellas ocasiones en que el terreno sea de excesiva pendiente. o en que la
naturaleza de él sea muy disgregable, se impedirá en absoluto la explotación for.estal,
por lo menos en una zona no menor de 200 metros a un lado y otro del talweg. Esta
distancia se medirá sobre la cota de aguas máximas, en la zona de los talweg en que se
hayan construido embalses".
Sirva también para ilustrar el contenido de esta normatividad jur¡'dica la referencia
que hicirros en el Capítulo 3, de este trabajo a ciertas normas de la Ley de Bosques57 que
ostensiblemente son pública e impunemente desobedecidas.
e. Hemos observado con anterioridad que la erosión pluvial es causa de
contaminación directa para los cursos fluviales y de contaminación indirecta para las
zonas marinas donde desembocan estos cursos fluviales, no s610 en raz6n de las partl'culas
suspendidas de arena, limo y arcilla del suelo que arrastra a los cauces de los ríos y
242
arroyos, sino, también, en razón de las sustancias tóxicas, romo los plaguicidas, e incluso,
de algunas sustancias en sI' mismas inocuas, romo ciertos volúmenes de fertilizantes, que
eventualmente pueden también conducir a los lechos de esos cursos de agua.
No podemos, dada la naturaleza de este trabajo, entrar a un análisis detallado de las
normas legales y reglamentarias vigentes en materia de aplicación de plagu'icidas y
fertilizantes.
El Art. 92 del Código Sanitari0 5S define los "pesticidas" -nombre genériro que da
nuestra legislación a los plaguicidas- romo "Todo producto destinado a ser aplicado en el
medio ambiente con el objeto de rombatir organismos capaces de producir daños en el
hombre, animales, plantas, semillas y objetos inanimados.•. ". El Art. 1 de la Ley sobre
59
Pesticidas precisa mayormente este concepto al definir los pesticidas como "todos los
rompuestos qUl'miros orgánicos e inorgánicos y las sustancias naturales que se utilizan
solas, combinadas o en mezclas para combatir organismos capaces de causar perjuicios al
hombres, animales, plantas o viviendas".
En materia de regulaciones sobre aplicación de pesticidas por medios terrestres
podemos mencionar, a vía de ilustración, el Art. 31 del Reglamento para la aplicación de
la Ley sobre Pesticidas,6o conforme al cual:
"Toda persona natural o jur(dica que vaya a usar herbicidas por medios terrestres, sea
para s( o por cuenta de terceros, deberá dejar constancia de dicha aplicación en el
Retén de Carabineros más cercano al predio en que ella se vaya a efectuar. Este aviso
deberá darse por lo menos 24 horas antes de iniciar una aplicación ... ".
g. Señalemos finalmente que de acuerdo con el Art. 6 de la Ley sobre Seguridad del
Estado,63 rometen delito contra el orden públiro "los que inciten, promuevan o
fomenten, o de hecho, envenenen alimentos, aguas o fluidos destinados al uso o ronsumo
púb Iiros" .
243
"No podrán oonducirse a los alcantarillados los desperdicios de oocina, cenizas,
sustancias inflamagles o explosivas, aguas ácidas, escapes de vapor, y, en general,
ni ngu na su stancia o residuo industrial suceptible de ocasionar perjuicios u
obstrucciones, dañar las canalizaciones o dar origen a un peligro o molestia para la
salubridad pública, sin la autorización de la Dirección Gerieral de Sanidad ... "
En términos análogos, el Art. 27 del Reglamento para la aplicación de la Ley NO
3.133 66 dispone que:
"Los establecimientos fabriles y metalúrgíoos cuyos residuos sean evacuados a las
alcantarillas de una población, deberán ser sometidos a un procedimiento especial de
neutralización a fin de evitar la destrucción de las cañen'as. Igual medida se tomará en
caso de que los residuos dificulten la explotación del sistema de tratamiento de las
aguas servidas".
Sobre la misma meteria se encuentra aun mayor precisión en el Art. 29 .del
Reglamento de condiciones Sanitarias Mínimas en la Industria,67 de acuerdo oon cuyo
texto:
"No ¡x>drán oonducirse a los alcantarillados los desperdicios de oocina, cenizas, aguas
con exceso de sólidos en suspensión, sustancias inflamables o explosivas, aguas ácidas o
caústicas, escapes o aguas provenientes de purgas de generadores de vapor y, en
general, ninguna sustancia o residuo industrial susceptible de ocasionar períuicios u
obstrucciones o daño para la salud pública o para el vecindario.
y el precepto agrega:
"Aquellas industrias que, a juicio del Servicio Nacional de Salud, produzcan residuos
inclu idos en la anumeración anterior, deberán someter dichos residuos a tratamiento
previo a la descarga a la red de alcantarillado".
En términos muy simi lares, pero atend iendo espeCl'ficamente a la preservación de
las aguas destinadas al riego ya la bebida, el Art. 1 de la Ley NO 3.133,68 mencionado
precedentemente,69 exige que, con carácter previo a su evacuación en cauces artificiales
de agua, se proceda a la neutra I ización o depuración de los residuos provenientes del
funcionamiento de los establecimientos mineros, metalúrgioos, fabriles o de cualquiera
otra especie, cuando estos residuos sean portadores de sustancias nocivas a la bebida o al
riego.
b. En el Reglamento de Calderas y Generadores a Vapor 70 encontramos una
disposición que parece especialmente interesante en cuanto se relaciona directamente con
los problemas de la llamada contaminación "térmica".
El número 2) del Art. 25 de este Reglamento, al señalar las prescripciones a que
debe ceñi~se el funcionamiento de todo generador de vapor, expresa:
"Se prohibe unirse directamente las calderas oon las cañerl'as y servicios de agua
potable. No se permite vaciar directamente en la red de alcantarillado las descargas de
agua, de purgas de. barros, de purga de agua de oondensación, de purga de tubos de
nivel y los escapes de vapor ......
c. Señalemos, finalmente, que de acuerdo oon lo establecido en el Art. 62 del citado
Reglamento de Instalaciones domiciliarias de agua potable yalcantaritlado. 71
"Todas las aguas que se introducen al alcantarillado de la red pública deben ser
previamente neutralizadas, si ellas contienen en exceso acidez o alcalinidad".
Se pOdrá tolerar -agrega la disposición una pequeña ooncentración de ácidos libres o
sales ácidas equivalentes a un máximo de 4,5 0 /0 en peso de ácido sulfúrico o solución
ácida equivalente yaguas alcalinas hasta un equivalente de un 3.50 de potasa
caustica". La norma termina señalando que "El tratamiento qu{mico de los residuos
industriales está regido por el reglamento de la Ley NO 3.133, de 4 de septiembre de
244
1916, la cual será aplicada por los Administradores en todos los casos en que el
desagüe se haga a una red de alcantarillado público",
245
76
d. El Reglamento sobre Higiene y Seguridad Industriales aporta otro significativo
conjunto de disposiciones sobre la misma materia. En algunos casos, estas disposiciones
no exhiben una diferencia importante con el contenido y alcance de las precedentemente
transcrita s.
De acuerdo con el Art. 9 de este Reglamento:
"Todo proceso industríal que dé origen a gases, humos, polvos o emanaciones nocivas
de cualquier género, deberá consultar dispositivos destinados a (Jitar que dichos
polvos, vapores, humos, emanaciones o gases contaminen o vicien el aire ya disponer
de ellos, en tal forma que no constituyan un peligro para la salud de los obreros o para
la higiene de las habitaciones o poblaciones vecinas".
El Art. 23 de este cuerpo normativo alude a algunas fuentes contaminadoras
específicas que parece también conveniente mencionar.
", De acuerdo con el punto 20 de este articulo:
"Toda chimenea de caldera fija de cualquier establecimiento industrial deberá ...
terminar en un enrejado que evite la salida de partlculas inflamables o mat~rias
sólidas" .
El puntG 22 del mismo precepto agrega que "las chimeneas deberán limpiarse, por
lo menos, cada seis meses".
De conformidad con su punto 23:
"Los tubos de escape de los motores de combustión tendrán la altura suficiente y
llevarán los dispositivos necesarios para que los productos de la combustión no causen
accidentes o perjuicios... ".
Señalemos, finalmente, que de acuerdo con el Art. 37 de este Reglamento:
"En toda industria o maestranza flotante que dé origen a gases, vapores, humos,
polvos, emanaciones nocivas, de cualquier género, deberá consultar dispOSitivos
destinados a evitar qUe éstos contaminen o vicien el aire y que no constituyan un
peligro para la salud de los obreros... ".
e. En materia de residuos colectivos de la vida urbana, -el Art. 50 del Reglamento de
Instalaciones Domiciliarias de Agua Potable y Alcantarillado 77 prescribe que "la
cana lización de los desagües será impermeable para gases y I ¡'quidos""
f. En la primera parte de este trabajo tuvimos ocasión de resaltar la gravedad y
proyecciones del daño que puede causar al ecosistema marino, y muy especialmente a la
actividad fotosintética de su fitoplancton, la incorporación en los primeros eslabones de
sus cadenas tróficas de ciertos plaguicidas orgánicos de si'ntesis, como el DDT, por
ejemplo.
Hicimos presente en esa ocasión que los plaguicidas pueden llegar al mar sirviéndose
de diferentes vi'as; entre ellas, de! medio atmosférico. Naturalmente, el uso de esta vía
adquie.re especial importancia en los casos en que la aplicación de los plaguicidas sobre el
medio terrestre se efectúa por medios aéreos.
Al margen de la duda que puede suscitarse en orden a si nuestro legislador ha tenido
o no en cuenta esta posibilidad de contaminación del medio marino por la acción de
plaguicidas transportados por v(a aérea, el hecho es que nuestro ordenamiento juri'dico
consulta varias disposiciones reguladoras de la aplicación de pesticidas por este medio.
Al efecto podemos mencionar, en primer lugar. el Art. 8 de la Ley sobre
Pesticidas,7! en cuyo texto leemos:
" ...Tratándose de aplicaciones de pesticidas por med íos aéreos esta información deberá
ser proporcionada al Servicio Agrícola y Ganadero por la personas que realice la
aplicación, la que no podrá ejecutarse sin autorizaCión del Servicio. el que deberá
pronunciarse dentro del plazo de tres días. En caso que el Servicio no se pronunciare
246
dentro del plazo indicado, el interesado podrá ejecutar las correspondientes labores de
desinfección aérea".
Conforme lo señala el Art. 35, inciso primero, del Reglamento de la Ley sobre
Pesticidas,79
"Los Ingenieros Agrónomos Provinciales podrán fijar áreas, comunas, departamentos o
zonas en las cuales prohiban la aplicación de herbicidas por vía aérea, cuando la
densidad de cultivos sea susceptible a estos productos o cuando existan de manera
regular o permanente condiciones climáticas que hagan peligrosos estos
tratamientos... " .
'y la disposición agrega:
"Asimismo, los Ingenieros Agrónomos Provinciales podrán prohibir o suspender el uso
de ciertos herbicidas que, por sus condiciones de volatilidad u otros factores
fisiológicos y/o por condiciones climáticas especiales, los hagan peligrosos y
perjudiciales para los cultivos o animales domésticos en determinadas áreas, comunas,
departamentos o zonas".
Finalmente el precepto establece:
"Podrá, también, el Ingeniero Agrónomo Provincial, prohibir o suspender la aplicación
.de herbicidas en e!PS mismo lugares o en uno de ellos, por vía aérea, cuando as( lo
soliciten el Servicio Nacional de Salud, el Director General de Agricultura y Pesca o el
Director del Departamento de Defensa Agrícola, fundados en antecsdentes técnicos
que hagan inadecuada su aplicación".
Para dar lugar a una determinación correcta del mar'co de apl icación de estas
disposiciones reglamentarias, digamos que de acuerdo con el Art. 1 del Reglamento de la
Ley sobre Pesticidas que estamos comentando, "los pesticidas de uso agr(cola". para los
efectos de la aplicación del Art. 1 de la Ley NO 15.703, se clasificarán como sigue, de
acuerdo con las plagas. enfermedades, malezas u otros organismos perjudiciales para la
agricultura ... : a) Insecticida ... ; b) Acaricida ... ; el Nemacida.,.; dI Fungicida .. " e)
Bactericida ... ; f) Molusquicida ... ; g) Rodantecida ... ; hJ Viricida ...; i) Herbicida ... ; j)
Repelente ... ; k) Desfoliador ... ".
Debiera quedar claro, así. que el término "herbicida" que utilizan las disposiciones
reglamentarias transcritas, se encuentra muy lejos de ser homólogo del término
"pesticida". que ha venido ocupando nuestra atención.
g, En el Art. 22 del Decreto con Fuerza de Ley sobre Navegación Aérea,!!O
encontramos una declaración del mayor interés:
"El Estado ejercerá plena y exclusiva soberanía sobre el espacio atmosférico existente
sobre su territorio y sus aguas jurisdiccionales",
Del resto del artículo de este cuerpo legal es poco o nada lo que podemos
mencionar como contribución al estudio que estamos efectuando. Sólo. quizás, su Art.
64, conforme al cual:
"El que desde una aeronave, en vuelo, arrojare objetos susceptibles de causar daños en
la superficie, será castigado con multa ... ",
h. A este propósito debemos mencionar también el Art, 51 del Reglamento General
de Cementerios!!! cpnforme a cuyo texto "Sólo se permitirá la sepultación de cadáveres
rolocados en urnas herméticamente cerradas. de manera que impida el escape de gases de
putrefacción". Y la disposición agrega: "Se exceptúa del requisito exigido en el inciso
anterior a los que se sepulten en tierra",
i) Tenemos que llamar la atención, también, de un modo muy particular, sobre las
disposiciones legales y reglamentarias vigentes en nuestro derecho en materia de
contaminación "radiactiva", cuya acción sob're el medio marino puede sobrepasar ron
247
mucho el efecto de los agentes contaminadores que hemos venido estudiando.
Por disJXlsición del Art. 86 del Código Sanitario,82 "No podrán funcionar sin
autorización del Servicio Nacional de Salud los establecimientos docentes, comerciales,
industriales o mineros, en que se utilicen y manipulen substancias radiactivas o equipos
que generen radiaciones ¡onizantes".
Puesto que el término "residuo radiactivo" es ampliamente utilizado en los estudios
que tratan de este problema, conviene señalar que de acuerdo con el Art. 2 NO 24 del
Reglamento de Términos Nucleares recientemente dictad083 , se entiende por tal "todo
materíal o producto de desecho que presenta radiactividad". Y el precepto añade: "En
este concepto se incluyen las aguas y gases residuales contaminados".
Prescindiendo, por el momento, de las regulaciones que conciernen al
funcionamiento y atribuciones de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, que serán
analizadas en el próximo capítulo, podemos hacer referencia a varios Tratados
I nternaciona les suscritos por el Gobierno de Ch ile en mater ia de prevención de rie9Jos de
contaminación radiactiva.
En primer lugar, el llamado Tratado Antártico, suscrito en Washif1lton el 10 de
diciembre de 1959,114 de acuerdo ron cuyo Art. 5.1 "Toda explosión nuclear en la
Antártida y la eliminación de desechos radiactivos queda prohibida".
En segundo término, el Tratado para la Prescripción de las Armas Nucleares en la
América Latina, suscrito en ciudad de Méx iro el 14 de febrero de 1967.85
Resulta importante destacar que en la parte ronsiderativa de esta Convención los
Estados Contratantes reconocen formalmente que "las armas nucleares, cuyos terribles
efectos alcanzan indistinta e ineludiblemente tanto a las fuerzas militares como a la
población civil, constituyen, por la persistencia de la radiactividad que generan, un
atentado a la integridad de la especie humana y aun pueden tornar finalmente toda la
Tierra inhabitable ......
Según lo establecé su Art. 5, para los fectos del Tratado "se entiende por "arma
nuclear" todo artefacto que sea susceptible de liberar energía nuclear en forma no
controlada, y que tenga un ronjunto de características propias del empleo con fines
béliros ... " .
Al suscribirlo, los Estados signatarios se comprometieron "a utilizar exclusivamente
con fines paC(ficos el material y las instalaciones nucleares sometidos a su jurisdicción", y
asumieron la obligación de prohibir e impedir en sus respectivos territorios el ensayo, uso,
fabricación, producción o adquisición, recibo, almacenamiento. instalación,
emplazamiento o cualquier forma de posesión de toda arma nuclear, directa o
indirectamente, por sí misma, por mandato de terceros o de cualquier otro modo.
Tamb ién interesa destacar que de conformidad con su Art. 17, .. ninguna de las
disposiciones contenidas en el presente Tratado menoscaba los derechos de las Partes
Contratantes para usar, en conformidad con este instrumento, la energía nuclear con fines
pacíficos, de modo particular en su desarrollo económico y progreso &Jcial".
El Art. 18 del Tratado consulta diversas obligaciones para los Estados Contratantes
que deseen realizar explosiones de dispositivos nucleares con fines pacificos.
En su letra e. se establece el compromi&J de proporcionar "Los datos más
completos sobre la posible precipitaCión radiactiva que sea ronsecuencia de la explosión o
explosiones, y las medidas que se tomarán para evitar riesgos a la población, flora y fauna
y territorios de otra u otras Partes".
Dentro de este mismo plano JXldemos mencionar finalmente el Convenio de
Prescripción de Pruebas Nucleares, suscrito JXlr el Gobierno de Chile el 9 de agosto de
1963.86
En el punto 1 de esta Convención Internacional de tanta importancia. leemos,
textualmente:
"Cada una de las Partes firmantes del presente Tratado se compromete a prohibir,
248
impedir y a no realizar explosión de prueba de armas nucleares ni ninguna otra
explosión nuclear en lugar alguno que tuviere bajo su jurisdicción o control:
"a) en la atmósfera; más allá de sus límites, incluyéndose el espacio exterior; o en el
mar, incluyéndose las aguas territoriales o la alta mar; o
"b) en cualquier otro medio si tal explosión es causa de que aparezcan desechos o
restos radiactivos fuera de los Hmites territoriales del Estado bajo cuya
jurisdicción o control se hubiere realizado tal explosión ...".
Volviendo un poco al comienzo y para poner final a este párrafo, recordemos la
disposición ya mencionada del Art. 11, inciso primero de la Ley NO 9.006,87 s~ún la
cual:
"El Presidente de la Repúl;llica podrá ordenar la paralización total o parcial de las
actividades y empresas artesanales, industriales, fabriles y mineras que lancen al aire
humos, polvos o gases.... cuando se comprobare que con ello se perjudica la salud de
los habitantes, se alteran las condiciones agrícolas de los suelos o se causa daño a la
salud, vida, integridad o desarrollo de los v~etales o animales .•. ".
4. ANALlSIS CRITICO DEL ORDENAMIENTO JURIDICO VIGENTE COMO EX·
PRESION DE UNA POLlTICA NACIONAL PARA EVITAR LA CONTAMINACION
DEL MEDIO MARINO.
Expuesto el ordenamiento jurídico vigente en materia de prevención directa e
indirecta de los riesgos de contaminación del medio marino, corresponde ahora someterlo
a un análisis crítico que permita inferir de su contenido algunos rasgos distintivos de la
política seguida por nuestro país en esta materia.
a. Digamos, para comenzar, que esta pol(tica se ha caracterizado por carecer de
todo respaldo específico de ¡'ndole constitucional. .
Lo más cercano a este probrema que encontramos en la Constitución Pol(tica del
Estado, es la parte final del NO 16 de su Art. lO, según la cual:
"Es deber del Estado velar por la salud pública y el bienestar higiénico del país. Deberá
destinarse cada año una cantidad de dinero suficiente para mantener un servicio
nacional de salud".
Nuestra Carta Fundamental no consulta precepto alguno que garantice a los
habitantes de la República el derecho a vivir en un ambiente preservado de los peligros de
la contaminación.
Tampoco contiene precepto alguno que imponga a los habitantes de la República el
deber correlativo de abstenerse de todo acto que pueda dar lugar a tales peligros y de
colaborar en la realización de los programas orientados a preservar y acrecentar la
int~ridad cuantitativa y cualitativa de'dicho ambiente.
No establece, por otra parte, autoridad pública alguna encargada oficialmente de
velar por la protecciÓn y enriquecimiento del patrimonio ambiental del pa(s y de
coordinar las actividades públicas o privadas que miren a su resguardo o incremento.
Tampoco consulta la existencia de tribunales especializados encargados de resolver
las controversias que se susciten en torno a materias en que se encuentre comprometida la
suerte del patrimonio ambiental nacional.
Menos aún establece procedimientos expeditos a través de los cuales los particulares
puedan impugnar los actos de las autoridades susceptibles de causar detrimento o
menoscabo a dicho patrimonio.
De esta primera constatación podemos inferir la limitada significación que nuestro
país ha reconocido a su poli'tica sobre el medio ambiente nacional, en general, y sobre el
medio ambiente marino, en particular.
b. Una segunda característica del ordenamiento jurídico vigente en la materia radica
en la dispersión y falta de coherencia de las disposioiones que lo integran.
249
elaboradas de modo fragmentario en épocas muy diversa~, estas disposiciones
acusan marcadamente la evolución de las concepciones acerca del medio marino que
fueron inspirando sucesivamente sus preceptos: .
Entre la Ley de Navegación, por ejemplo, del año 1878; la Ley de Pesca, del año
1931; y el Reglamento de Orden, Seguridad y Disciplina en la Naves y Litoral de la
República, modificado a fines del año 1973, es muy poco lo que puede señalarse de
común. Sin embargo, estos tres cuerpos normativos se encuentran vigentes y ooexisten en
el ordenamiento jurídico que hemos estudiado.
En Chile no disponemos de nada parecido al Código Nacional de Recursos Naturales
Renovables y de Protección al Medio Ambiente dictado en la República de Colombia a
comienzos del presente año 1975. 88
Por lo demás, en el Art. 3, letra d), del decreto supremo que creó la Comisión
Nacional Permanente contra la Contaminación Ambiental 89 existe un reconocimiento
oficial del hecho que estamos comentando. De acuerdo con este precepto, corresponde a
la mencionada Comisión, entre otras funciones:
"Revisar la legislación vigente sobre Contaminación Ambiental y proponer un Código
Unico que la concentre, tendiente a que sus disposiciones sean operativas y aplicables a
la realidad nacional".
De esta segunda observación podemos inferir el carácter contingente, mudable y
falto de uniformidad que ha distinguido a nuestra política sob're el medio ambiente
nacional, en general, y sobre el medio ambiente marino, en particular.
c. Resulta notorio, en tercer lugar, que algunas disposiciones de gran significación
dictadas para prevenir la contaminación del medio marino, son, en el hecho, públicamente
desobedecidas.
Tal aparenta ser la situación, por ejemplo, de la norma contenida en el Art. 8 del
Decreto Orgánico del Consejo Consultivo de Pesca y Caza,90 de acuerdo con cuyo texto:
"Queda prohibido arrojar al mar ... los residuos o lavados de las industrias agn'colas,
fabriles o mineras que puedan. ser nocivos a la vida de peces o mariscos, sin que
previamente hayan sido purificados o diluídos ......
En el caso concreto de la Refinería de Petróleo de Concón, ciertos residuos liquidos
de la planta son evacuados directamente al mar por una cauce construído a tajo ab ierto
sobre una de las márgenes del río Aconcagua. Así transportados, estos desechos son
vertidos en la desembocadura misma del río, a unos pocos centenares de metros de uno de
los balnearios más concurridos del país. 91 Y damos este ejemplo sólo por ser el más
cercano al lugar donde vivimos.
Existen otros casos en que las disposiciones normativas resultan en el hecho
desacatadas por causa exclusivamente de la falta de operatividad intr(nseca a su
contenido.
Tal parece ser, por ejemplO, la situación de la norma contenida en el Art. 188
modificado del Reglamento de Orden, Seguridad y Disciplina en las Naves y Litoral de la
República. 92 según la cual:
"Las naves que naveguen las aguas jurisdiccionales de la República como también las
que arriben a un puerto nacional conduciendo un cargamento de petróleo o sus
rlerivados u otras materias I(quidas inflamables, nocivas o peligrosas, deberán tener,
entre los documentos de a bordo, una póliza de seguro contra todo riesgo de
contaminación de las aguas, por efectos de derrame de hidrocarburos o de cualquiera
otra sustancia nociva o peligrosa".
Como a nivel mundial no existen empresas aseguradoras que asuman riesgos de
cuant(a tan indeterminada; y como, por otra parte,los armadores de las naves no pueden
financiar primas de seguro cuyo monto no guarde proporción con el valor de la carga que
250
acarrean, esta norma reglamentaria, tan bien inspirada, sólo recibe en el hecho una
aplicación parcial.
Lo que permite concluir que, por uno u otro motivo, parte de la polftica
encaminada a proteger al medio mariro de las contingencias de su contaminación no ha
logrado concretarse en un grado suficiente de vigencia práctica.
d. Un breve análisis que efectuaremos a continuación nos permite llegar también a
la conclusión de que el ordenamiento jurídico que comentamos no cuenta con una
autoridad u organismo superior que centralice, unifique, coord ine y armonice la
aplicación de sus diferentes normas y preceptos.
Por el contrario, la aplicación de estas normas y preceptos se encuentra entregada a
una gran variedad de autoridades y organismos, según sea la naturaleza de las materias en
que deba incid ir su observancia.
Para ilustrar esta realidad podemos proporcionar los siguientes antecedentes
concretos.
93
Por disposición del Art. 3 del Código Sanitario:
"Corresponde al Servicio Nacional de Salud, sin perjuIcIo de las facultades del
Ministerio de Salud Pública, atender todas las materias relacionadas con la salud
pública y el bienestar higiénico del pa(s, de conformidad con lo dispuesto en el inciso
final del NO 14 (hoy NO 16) de la Constitución Polltica del Estado, este Código y su
Ley Orgán ica".
Más específicamente, el Art. 67 del mismo Código establece que:
"Corresponde al Servicio Nacional de Salud velar porque se eliminen o controlen todos
los factores, elementos o agentes del medio ambiente que afecten la salud, la segur.idad
y el bienestar de los habitantes en conformidad a las disposiciones del presente Código
y sus Reglamentos".
Por disposición, finalmente, del Art. 72 del mismo Código:
"El Servicio Nacional de Salud ejercerá la vigilancia sanitaria sobre provIsiones o
plantas de agua destinadas al uso del hombre. como asimismo de las plantas
depuradoras de aguas servidas y de residuos industriales mineros".
Paralelamente, el Art. 3, NO 5 del Reglamento Orgánico de la Corporación de obras
Urbanas94 encomienda a esta Corporación la aplicación de las normas sobre residuos
industriales de las leyes NO 3.133 y NO 9.006, anteriormente mencionadas en este trabaj 09 s
y se agrega a estos preceptos la norma del Art. 20 del Reglamento para la aplicación
de la Ley N° 3.133/ 6 que pone en manos del Ministerio de Obras Públicas fijar en cada
caso la cifra máxima de tolerancia de los elementos nocivos de los residuos.
De esta manera, respecto de un mismo tipo de agentes contaminadores los residuos
provenientes de los establecimientos industriales y mineros, se confieren facultades a tres
servicios públicos distintos, absolutamente independientes en su funcionamiento unos de
otros. . . ,. . I I
Situaciones como éstas conducen a mferlr que la polltlca na clona para a
protección del ecosistema mar(timo ha adolecido de una marcada dispersión en el
establecimiento de las autoridades encargadas de velar por su aplicación; problema que se
hace más CrI'tico en la medida en que no existe ninguna autoridad superior encargada
oficial y precisamente de centralizar y coordinar la acción de los diferentes servicios
dotados de competencia parcial sobre la materia.
Por lo demás, esta realidad se encuentra impl(citamente reconocida en el Art. 1 del
decreto supremo que creó la Comisión Nacional Permanente contra la Contaminación
Ambiental,97 que expresa la necesidad de contar con un organismo "que coordine la
labor de los diferentes M inisterios en este sentido".
Prescindiendo de algunos casos verdaderamente excepcionales, como el de los
artículos 185, 186, 187 Y 188 modificados del Reglamento de Orden, Seguridad y
Disciplina en las Naves y Litoral de la República!JlS, nuestra pol(tica nacional sobre el
medio ambiente marino merece también el calificativo de anticuada.
El concepto de "ecosistema marino", con todo lo que envuelve de unidad básica de
funcionamiento y de supuestos de sobrevivencia entrelazados, es ajeno a nuestro
ordenamiento jurídico.
Nuestras leyes y reglamentos sólo asumen la protección de sus diferentes
componentes en cuanto éstos ofrecen la expectativa de un beneficio concreto, siempre
medido en relación con nuestras necesidades inmediatas, o, a lo más, en relación con
nuestfas necesidades med iatas previsibles.
Es característica prevaleciente que cuando se habla de las aguas del mar, se piensa
en la seguridad nacional, en la navegación y en la pesca; cuando de sus playas, de los
balnearios; cuando de sus fondos marinos, de la posibilidad de extraer de ellos riquezas
necesarias para nuestro desarrollo económico; cuando de su flora y fauna, de la
expectativa de obtener de ellas productos alimenticios para el consumo de la población.
El valor que representan los diferentes componentes del ecosistema marino, en
cuanto simplemente constituyen un elemento necesario para la mantención de su
equilibrio ecológico global y al margen de toda expectativa de provecho que pueda
alcanzarse de éllos, es prá~icamente desconocido por nuestro ordenamiento jur(d ico.
y esta situación envuelve un grave riesgo, como quiera que no por más o menos
útiles para satisfacer las necesidades contingentes del hombre, los componentes del
ecosistema marino son más o menos significativos como factores cond icionantes de la
robrevivencia y prosperidad generales del medio de que forman parte.
f. La política general sobre el medio marino reflejada en el ordenamiento jurfdico
que hemos analizado, se car'acteriza,además, por su carácter incompleto.
Es un hecho patente qu~ el legislador nacional ha subestimado la importancia de las
causas de contaminación del medio marino que derivan de la contaminación previa de los
medios terrestres y atmosférico, que ha concentrado su atención en las causas de
contaminación que actúan directamente sobre el mismo medio marino, sin antes haber
operado como factores contaminantes de otros medios distintos.
As( lo atestiguan, por ejemplo, el Art. 73 Glel Código Sanitario99 y el Art. 1 de la
Ley NO 3.133,100 anteriormente mencionados en este trabajo,lOl que discurren,
exclusivamente, sobre la base de que los residuos h'quldos que prohiben vertir en
determinados cursos de agua contengan sustancias nocivas "para el riego o la bebida".
No parece importar mayormente a estos preceptos que los residuos evacuados en los
recursos de agua no destinada al riego ni a la bebida puedan contener sustancias nocivas
para la flora o fauna mar ít inias de las zonas en que esos cursos de agua han de desembocar
en el mar.
Sin embargo, está reconocido por uno de los considerandos del decreto supremo que
croo la Cómisión Nacional sobre Contaminación Ambiental,! 02 que la contaminación de
los ríos, lagos y masas de agua litorales es causada, principalmente, "por las descargas de
aguas servidas domésticas y por los residuos industriales Ifquidos",
También encontramos testimonio de lo afirmado en las disposiciones normativas
robre prevención de la contaminación atmosférica. .
El Art. 1 del decreto supremo NO 144, de 1961, del Ministerio de Salud Pública;103
el Art. 25 del Reglamento para la aplicación de la Ley N03.133;104 y el Art. 9 del
Reglamento sobre Higiene y Seguridad Industriales,los a vía de ejemplo, al prohibir la
descarga en el aire de polvos, vapores, humos, emanaciones o gases tóxicos, sólo discurren
sobre la base de que estos agentes contaminadores sean evacuados a la atmósfera en
centros o lugares poblados, donde resulta.n susceptibles de causar peligro, daño o molestia
a los obreros' del lugar de trabajo o vecinos dellugar. 106
La idea de que estos factores de contaminación puedan en última instancia llegar a
252
causar deterioro a la integridad del medio marino, está, manifiestamente, por entero ajena
a la preocupación de quienes dictaron estas reg lamentaciones.
g. Sin embargo, no todo ha de ser señalar los caracteres negativos de nuestra
nacional sobre el medio ambiente marino, como quiera que existen importantes aspectos
de esta política que merecen destacarse como altamente positivos y alentadores.
Aunque en una perspectiva que trasciende con mucho el problema de la
contaminación marina, debemos resaltar, en primer lugar, la significación que revistió la
creación, el año 1970, de la Comisión Nacional sobre Contaminación Ambiental/0 7 yel
establecimiento, el año 1971, de su sucesora, la Comisión Nacional Permanente contra la
Contaminación Ambiental,1011 ya mencionadas de paso en este trabajo.
En la parte considerativa del decreto supremo creador de la primera de estas
Comisiones, encontramos el importante reconocimiento de que:
..... el aumento de la población del país y, en especial, el crecimiento de los centros
urbanos derivado del desplazamiento de la población rural hacia éstos, junto con el
desarrollo acelerado de las actividades económicas, industriales y de servicios, están
produciendo un desequilibrio ecológico que se traduce en una creciente contaminación
masiva del aire, del suelo y de las aguas ... ".
A este reconocimiento se suma el contenido en la parte considerativa del segundo
de los decretos mencionados, donde leemos que:
" ... Ia contaminación ambienteal del aire, suelo yagua es un problema que afecta en
forma significativa las actividades económicas, sociales, culturales y de bienestar de la
comunidad ... ".
Como función principal, a la Comisión Nacional' Permanente contra la
Contaminación Ambiental está confiada la del/asesorar al .. .supremo. Gobierno en la
programación y coordinación de una polJ'tica a seguir sobre todo lo que diga relación con
esta materia ... ".
En un plano circunscrito, debemos resaltar, asimismo, la creación, el año 1964; de
la Comisión Nacional de" Energía Nuclear,109 y el establecimiento, el año 1965, de su
continuadora, la Comisión Chilena de Energía Nuclear. 110
De acuerdo con el Art. 3, letra f), de su Ley Orgánica, corresponde a la Comisión
Chilena de Energía Nuclear:
"Colaborar con el Servicio Nacional de Salud en la prevención de los riesgos inherentes
a la utilización de la energía atómica, especialmente en los aspectos de higiene
ocupacional, medicina del trabajo, contaminación ambiental, contaminación de los
alimentos y del aire ... ".
La Comisión, de acuerdo con el mismo precepto, "deberá mantener un sistema
efectivo de control de riesgos para la protección de su propio personal, y para prevenir' y
controlar posibles problemas de contaminación ambiental dentro y alrededor de sus
insta lacio nes nu cleares". "
También nos parecen dignas de destacarse las disposiciones de los art(culos 1 y 31
de la Ley NO 11.288, sobre Monumentos Nacionales/ 11 que consulta la posibilidad de
atribuir a determinados sitios marinos la condición de "Santuarios de la Naturaleza".
Declarados tales, estos sitios quedan de pleno derecho amparados por una
prohibición de realizar en ellos cualquier tipo de actividad -inclu(das las faenas de
excavación, la pesca y caza- que ofrezcan riesgos para la preservación de su estado
natural.
Su tuición y protección queda entregada al Consejo de Monumentos Nacionales
dependiente del Ministeriode Educación Pública.
Finalmente, y sin pretender en modo alguno haber agotado esta materia, queremos
poner de relieve las importantes tareas asignadas en relación con el estudio de los
253
problemas del mar y sus recursos al Comité Oceanográfico Nacíonal;1l2 al Consejo
Nacional de Investigaciones Hidrobiológicas,1l3 y a la Comisión para la Investigación,
Fomento y Aprovechamiento de los Recursos del Mar. 114
254
CITAS
Ver Dorst , Joon: Antes que la Naturaleza muera. Ediciones Omega S.A. Barcelona. 1972, pág.
346.
2
Ver Dorst. Joon. ob. cit .. pág. 27.
3
Ver Bobenrieth, Roberto: Contaminación de las aguas del mar. Revista "Pacffico Sur (Ciencia y.
Derecho)", editada por la Secretaría General de la Comisión Permanente del Pacífico Sur. Año
1, NO 1 , marzo 1971. Quito-Ecuador, pág. 11.
4
Ver Dorst, Joon, ob. cit., pág. 334.
5
Ver Dorst, Joon, ob. cit., pág. 328.
6 Ver Dubuisson, M.M.: El mar y los hombres, Revista "Pacífico Sur (Ciencia y Derecho)",
editada por la Secretaría ·General de la Comisión Permanente del Pacífico Sur. Año 1, NO 1,
marzo 1971, Quito-Ecuador, pág. 48.
7
Decreto Supremo NO 346, de 30 de mayo de 1974, del Ministerio de Relaciones Exteriores,
publicado en el Diario Oficial del d ra 4 de junio de 1974.
Ver Honold, Juan: Asentamientos Humanos. Trabajo presentado a las Consultas Colectivas
sobre los Problemas del Medio Ambiente en Chile, realizadas en Santiago de Chile, del 21 al 23
de agosto de 1974. pág. 8.
9
Peralta P. Mario: Métodos de conservación del recurso suelo. Curso de Conservación de la
Naturaleza y sus Recursos Renovables, Ministerio de Educación Pública, Facultad de Ciencias
Forestales. Universidad de Chile, 1974. pág. 115.
10
Castilla. Juan Carlos: Problemática General de la Contaminación Marina en Chile: Evaluación,
Estudios y Perspectivas, Trabajo presentado al Seminario Internacional sobre Preservación del
Medio Ambiente Marino organizado por el Departamento de Estudios Internacionales de la
Universidad de Chile. Septiembre de 1975, pág. 4.
11
Ver Valenzuela F.. Rafael: El Derecho, como instrumento para la protección del medio
ambiente nacional. Julio, 1974. .
12
Ver Valenzuela F., Alvaro: Ecología y Educación (Reflexiones sobre la necesidad de inspirar las
labores educacionales en la perspectivá ecológica del Informe Fauré de la UNESCO) Cuadernos
de Educación. publicación periódica del CIDE (Centro de Investigación y Desarrollo de la
Educación) Serie Orientaciones NO 32, pág. 11,
13
Ver Art. 5. Nos. 1 y 3 de la Ley de Bosques, Decreto Supremo NO 4,363. de 30 de junio de
1931, del Ministerio de Tierras y Colonización. publicado en el Diario Oficial del día 31 de
junio de 1931.
14
Ver Art. 6 y 7 del D.S. NO 144, de 2 de mayo de 1961. del Ministerio de Salud, publicado en el
0.0. del d(a 18 de mayo de 1961.
15
Ver Art. 2 del D.S. NO 268. de 31 de marzo de 1855, del Ministerio de Agricultura. publicadO
en el 0.0. del dla 6 de mayo de 1955.
16
Ver Art. 2 de la Ley NO 13.937. publicada en el 0.0. dall 0 de junio de 1960.
17
Ver Art. 14 del Decreto con Fuerza de Ley NO 206, de 26 de marzo de 1960. publicado en el
0.0. del dla 5 de abril de 1960.
lS
Ver Art. 5 del Decreto Sección Segunda NO 4.844, de 15 de noviembre de 1929, del Ministerio
de Fomento. Reglamento de la Ley NO 4.601, sobre Caza. modificado por el D.S. NO 40, de 22
de febrero de 1972, del Ministerio de Agricultura. publicado en el 0.0. del día 9 de marzo de
1972.
19
Ver D.S. NO 429. de 25 de junio de 1965. del Ministerio de Agricultura. publicado en el 0.0.
del día 7 de julio de 1965.
20
Ver D.S. NO 366, de 17 de febrero de 1944. del Ministerio de Agricultura.
21
D.S. NO 1.340 bis. de 14 de junio de 1941. del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretario de
Marina. publicado en el 0.0. del día 27 de agosto de 1941, modificado por el D.S. NO 1.063. de
24 de octubre de 1973. del mismo Ministerio. publicado en el 0.0. del dla 7 de noviembre de
1973.
22
Decreto con Fuerza de Ley NO 208. de 21 de julio de 1953. publicado en el 0.0. del día 3 de
agosto del mismo año.
23
D.S. NO 655, de 25 de noviembre de 1940. del Ministerio del Trabajo, publicado en el 0.0. Jel
tj(a 7 de marzo de 1941.
255
24
Ley NO 9.cXJ6, publicada en el 0.0. del día 9 de octubre de 1948, modificada por el Decreto
con Fuerza de Ley NO 15, de 22 de enero de 1968, publicado en el 0.0. del día 29 de enero del
mismo año.
25
Ver cita (21 l.
26
Decreto con Fuerza de Ley NO 34, de 12 de marzo de 1931. publicado en el 0.0. del d ra 17 de
marzo del mismo año.
27
O.S. NO 1.584. de 30 de abril de 1934, del Ministerio de Fomento, publicado en el 0.0. del d (a
12 de septiembre del mismo año.
28
Ver cita (21 l.
29
D.S. NO 130, de 11 de febrero de 1959,del Ministerio de.Agricultura, publicado en el 0;0. del
día 20 de marzo del mismo año.
30
Ley de Navegación. publicada en el 0.0. del día 3 de julio de 1878.
31
Ver cita (211.
32
Decreto con Fuerza de Ley NO 725, de 11 de diciembre de 1967, del Ministerio de Salud
Pública, publicado en el 0.0. del día 31 de enero de 1968. Edición Oficial al lO de junio de
1972. aprobada por D.S. NO 166, de 6 de febrero de 1973, del Ministerio de Justicia.
33
Ver cita (231.
34
Ver cita (211.
35
Ver cita (21 l.
36
D.S. NO 233, de 11 de marzo de 1968, del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaría de
Marina, publicado en el 0.0. del d ra 11 de junio del mismo año.
38
Ver cita (30).
39
D.S. NO 132, de 26 de febrero de 1941, del Ministerio de Salubridad, Previsión y Asistencia
Social, publicado en el 0.0. del dra 19 de marzo del mismo año.
39
Ver cita (21).
40
Ver cita (21).
41
D.S. NO 618, de 23 de julio de 1970, del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretarfa de
Marina, publicado en el 0.0. del día 5 de agosto del mismo año.
42
Ver Alegr(a A., Mario: La contaminación del mar y la preservaci6n de los recursos naturales de
los océanos. Trabajo presentado al Seminario de Ciencias Jurídicas de la Sede de Valparaíso de
la Universidad de Chile, julio de 1975, pág. 4.
43
Pubiicado en el 0.0. del día 9 de julio de 1975.
44 D.S. N0 431. de 1974, del Ministerio de Relaciones Exteriores. publicado en el 0.0. del d ra 29
de julio de 1974.
45
Ley NO 3.133, publicada en el 0.0. del día 7 de septiembre de 1916.
46
D.S. NO 762, de 6 de septiembre de 1956, publicado en el 0.0. del día 28 de septiembre del
mismo año.
47
Ver cita (23).
D.S. NO 2.491, de 13 de noviembre de i 916, publicado en el 0.0. del 30 de noviembre del
mismo año.
49
Ver cita (261.
50
Ver cita (271.
51
Ver cita (48).
52 Ver cita (23).
53
Ver cita (46).
54
D.S. NO 2.075, de 17 de diciembre de 1953, del Ministerio de Salud Pública, publicado en el
0.0. del dla 2 de febrero de 1954.
55
D.S. NO 357, de 15 de mayo de 1970, publicado en él 0.0. del d la 18 de junio del mismo año.
56
D.S. NO 2.374. de 15 de octubre de 1937, del Ministerio de Tierras Y Colonización.
57
Ver cita (13).
58
Ver cita (32).
59
Ley NO 15.703, publicada en el 0.0. del dla 10 de octubre de 1964.
256
60
D.S. NO 567, de 27 de octubre de 1964. del Ministerio de Agricultura, publicado en D.G. del
día' 30 de diciémbre del mismo año.
61
Ley NO 4.613, publicada en el D.G. del día 25 de julio de 1929.
62
Ver cita (24).
63
D.S. NO 1.634, de 28 de abril de 1944, del Ministerio del Interior, publicado en el D.G. del d(a
29 de julio del mismo año.
64
Ver párrafo 4.1.1., letra f.
6S
Ver cita (231.
66
Ver cita (48).
67
Ver cita (46).
6S
Ver cita (45).
69
Ver párrafo 4.2.1 •• letra a.
70
D.S. NO 190, de 24 de octubre de 1963, del Ministerio de Salud Pública, publicado en el D.G.
del dra 27 de noviembre del mismo año.
71
Ver cita (631.
72
Ver cita (32).
73
Ver cita (14).
74
Ver cita (141 y Capítulo 3 de este trabajo.
75
Ver cita (481.
75
Ver cita (231.
77
Ver cita (63).
7S
Ver cita (59). teniendo en cuenta que el texto en cuestión fue sustituido pOr el Art. 3,21. del
Decreto con Fuerza de Ley NO 15 (Agricultural. de 1968, y luego fue modificado pOr el
art(culo único del Decreto Ley NO 1.047, de 2 de junio de 1975, publicado en D.G. del d(a 7 de
junio del mismo año.
79
Ver cita (60).
SO Decreto con Fuerza de Ley NO 221 , de 15 de mayo de 1931 , publicado en el D.G. del d {a 30 de
mayo del mismo año,
81
Ver cita (551.
82
Ver cita (321.
S3
D.S. NO 450, de 3 de julio de 1975, dal Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción,
publicado en el D.G. del dra 21 de agosto del mismo año.
D.S. NO 361, de 24 de junio de 1961, del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en el
D.G. del dra 14 de julio del mismo año.
85
D.S. NO 709, de 22 de octubre de 1974. del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en
el D.G. del día 14 de diciembre del mismo año.
86
D.S. NO 555, de 7 de agosto de 1965, del Ministerio de Relaciones Exteriores. publicado en el
D.G. dal dfa 4 de septiembre del mismo año.
87
Ver cita (24).
88
Decreto NO 2811, de 18 de diciembre de 1974, publicado en el D.G. NO 34243, del día 27 de
enero de 1975, de la República de Colombia.
89
D.S. NO 315, de 26 de abril de 1971, del Ministerio de Salud Pública, publicado en el D.G. del
dra 14 de mayo del mismo año.
90
Ver cita (221.
91
Ver Castilla. Juan Carlos, ob. cit.
92
Ver cita (21).
93
Ver cita (32).
94
D.S. NO 323. de 5 de junio de 1968, del Ministerio de 'Ia Vivienda y Urbanismo, publicado en el
D.G. del día 24 de agosto del mismo año.
95
Ver citas (45) y (24).
96
Ver cita (481.
257
97
Ver cita (89l.
98
Ver cita (211.
99
Ver cita (321.
100
Ver cita (451.
101
Ver párrafo 4.2.1, a.
102
D;S. NO 507, de 20 de julio de 1970, de Ministerio de Salud Pública, publicado en el 0.0. del
d la 3 de agosto del mismo año.
103
Ver cita (731.
104
Ver cita (45l.
lOS
Ver cita (23).
106
Ver párrafo 4.2.3., letras b., c. y d.
107
Ver cita (102).
lOe Ver cita (89).
109
D.S. NO 432, de 16 de abril de 1964, del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción,
publicado en el 0.0. deldía 13 de mayo del mismo año.
110
Ley NO 16.319, publicada en el 0.0. del 23 de octubre de 1965.
111
Ley NO 17.288, publicada en el 0.0. del d(a 4de febrero de 1970.
112
D.S. NO 814, de 10 de septiembre de 1971, del Ministerio de Defensa Nacional, Subsecretaria
de Marina, publicado en el 0.0. del dra 25de septiembre del mismo año.
113
D.S. NO 926, de 15 de diciembre de 1959, de Ministerio de Agricultura, publicado en el 0.0.
del d ra 22 de enero de 1960.
114
D.S. NO 296, de 23 de enero de 1967, del Ministerio de Econom(a, Fomento y Reconstrucción,
publicado en el 0.0. del dra 19 de agosto del mismo año.
258
EL CONVENIO INTERNACIONAL
LA CONT AMINACION DE
POR HIDROCARBUROS
Y LA LEGISLACION CHILENA
EL CONVENIO INTERNACIONAL SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAr\JOS
CAUSADOS POR LA CONTAMINACION DE LAS AGUAS DEL MAR POR
HIDROCARBUROS Y LA LEGISLACION CHILENA
Mario Alegría Alegría
Director del Seminario de Derecho
Público, Departamento de Ciencias
Jurídicas, Universidad de Chi le,
Valpara íso.
INTRODUCCION
En los momentos en que Chile se prepara para ratificar el "Convenio Internacional
para prevenir la contaminación de las Aguas del Mar por hidrocarburos de 1954", parece
lógico pensar que, a tal ratificación, seguirá, más tarde o más temprano, la del Convenio
de 1969 sobre "Responsabilidad Civil por daños causados por la contaminación de las
Aguas del Mar por t"lidrocarburos", ya que ello contribuin'a a regularizar la situación de
nuestro país, frente a un sector del Derecho del Mar, en el que se ha logrado un relativo
consenso. Por otra parte, sería ésta una solución más o menos adecuada para que las
actuales exigencias del Decreto NO 1063 del 24 de octubre de 1973, que aparecen
imposibles de cumplir. se acomodaran a las posibilidades reales de cobertura en el
mercado internacional de seguros y se hiciera viable exigir su estricto acatamiento.
En efecto, es de sobra conocido, que, dentro de los h'mites de responsabilidad
establecidos en el artrculo V de la Convención de 1969 es posible y relativamente barato
para los armadores, obtener la cobertura a través de sus Propios Clubes de Protección e
Indemnización que los incorporan al TOVALOP (Tankers Owners Voluntary Agreement
Concerning Liability for Oil Pollution).
De este modo, la totalidad de los barcos mercantes que ingresen a aguas territoriales
chilenas, podrían quedar cubiertos, en lo que se refiere a su responsabilidad civil por
perjuicios ocasionados por la contaminación por hidrocarburos, dentro de los I(mites de la
Convención,
Esta es en apariencia, una solución razonablemente buena, ya que la óptima,
16gicamente, cubriría, la totalidad de los daños efectivamente causados por un derrame de
hidrocarburos o cualquier sustancia contaminante. Sin embargo, las razones'que todos
conocemos y que impiden aumentar unilateralmente las exigencias de un pa(s, por sobre
los límites establecidos en la Convención de 1969, nos llevan a considerarla como la única
solución viable, al menos por ahora, para hacer efectiva la responsabilidad civil en forma
segura y expedita.
De todas forrrns, la simple ratificación del Convenio, no resuelve los problemas de
la legislación interna de cada país y espec(ficamente del nuestro para hacerlo aplicable en
forma expedita y. lo que es más importante, justa, en relación con las partes involucradas
en cada caso de contaminación. En efecto, en ocasión anterior 1 nos referimos a los bienes
"La contaminación del Mar y la preservación de los recursos naturales de los océanos".
-Trabajo presentado al Seminario sobre Derecho del Mar. julio de 1975-, Departamento de
Ciencias Jurídicas, Universidad de Chile· Valpara(so.
260
jur(dicos protegidos y al titular de la acción indemnizatoria en cada caso. Suscintamente
podr(amos decir que, estos bienes jun'dicos protegidos sen'an: a) el medio ambiente
(entendido en un sentido muy amplio, como habitat natural de la especie humana y de la
flora y fauna que sirve para su sustento), cuyos perjuicios provocados por la
contaminación y desequilibrio ecológico podr(a cobrarlos solamente el Estado de Chile;
b) La integridad del patrimonio fiscal, que pudiera verse afectada por daños en muelles,
embarcaderos, varaderos, viveros, etc., de propiedad del Fisco y cuyo titular ser (a ,
obviamente, éste último y c) El patrimonio de los particulares, sean éstos pescadores,
osticultores, dueños de viveros, o propietarios de establecimientos de hoteler(a u otros
cuyo negocio se viera afectado directa o indirectamente por la contaminación, con la
consiguiente disminución patrimonial y cuyos titulares, serán tantos, cuanTOS sean los
patrimonios de particulares afectados.
Respecto de esas acciones es necesario buscar una solución armónica, puesto que
muchas veces, la limitación de la responsabilidad significará que la indemnización no sea
total y que, haya de indemnizarse el daño en forma incompleta. Y aqu( surge la pregunta:
¿a prorrata? , ¿con la preferencia que las reglas sobre prelación de créditos otorgan al
Fisco? o, por el contrario, ¿deberá procederse en forma inversa modificando la
legislación correspondiente?
Algunos de los interrogantes que aparecen de inmediato son los que se refieren a la
competencia; a la prueba de los perjuicios, al sistema de responsabilidad de que se
adoptar(a y otros que veremos más adelante.
LA PRUEBA DE LOS PERJUICIOS
Este es uno de .105 problemas más serios que,a nuestro juicio, se plantean en
relación con la responsabilidad civil referida al medio ambiente. En efecto, nos hacemos la
pregunta, frente a dos casos específicos de polUCión que, por su gravedad, y extensión,
van a ser materia de especial estudio en este seminario: los siniestros de los petroleros
"Napier" en la Isla Guamblín y "Metula" en el Estrecho de Magallanes, ¿cuál habn'a sido
el medio de acred itar legalmente los perjuicios ocasionados a la flora y fauna marinas, si se
hubiera tratado de perseguir la respo nsabi Iidad civil de los armadores?
En el caso del "Napier" y, en ausencia de una legislación espeCl'fica aplicable;habría
habido que recurrir a las disposiciones sobre cuasi delito civil de los arts. 2314 y siguientes
del Código del ramo. Pero nuestra primera preocupación, en ausencia de daño
indemnizable del Fisco o de particulares, habría sido determinar el titular de la acción, ya
que, el eventual perjuicio se habr(a producido en bienes nacionales de uso público, para
los que no existe un sistema orgánico de protección (Revista arto 2315 del cuerpo legal
citado). Pero ésta no habr(a sido la única preocupación, puesto que, aún en el caso de
acreditarse la imputabilidad de los perjuicios y de aceptarse como titular de la acción del
Estado, ¿cómo determinar su monto y probarlo en el juicio?
En el siniestro del "Metula" la situación hab(a variado, en cuanto, mediante la
dictación del D. 1063, se creó un r41imen de excepción, de responsabilidad objetiva e
ilimitada para el armador de la nave o sus agentes, y, en consecuencia, habr(a existido una
base razonable para ejercer la acción por el Estado de Chile, a quien se convierte en titular
de ella. Sin embargo, las dificultades de prueba subsist(an y subsisten, cuando se trata de
acreditar los perjuiciOS del medio ambiente. En efecto, los daños causados en bienes de la
ENAP, en sus muelles e instalaciones fueron rápidamente indemnizados por el Club de
Protección e Indemnización de la nave, en este caso,.el United Kingdom,as(como los
gastos en que incurriera la Armada de Chile para prestar asistencia a la nave, que fueron
reembolsados. Pero ¿qué ocurrió con el llamado daño ecológico acerca del cual tanto se
ha especuladO? . Podríamos decir que, casi nada, por la total imposibilidad de medirlo,
con los recursos técnicos y los estudios oceanográficos de Chile en esa región. Los
aseguradores del barco otorgaron becas de perfeccionamiento a algunos cienHficos del
261
Instituto de la Patagonia, para resarcir, en parte, estos perjuicios, en cuanto pueda, en el
futuro, hacerse un recuento sistemático de los recursos de la flora y fauna de la región,
. pero nada más. Y decimos que es bien poco, ¡:x¡rque, no pudo hacerse otra cosa que
examinar opiniones de expertos generalmente muy dispares: desde los que sostuvieron
que el daño producido ¡:x¡r los miles de toneladas de petróleo en el Estrecho, no fue de.
consideración y que únicamente se produjo en los momentos coetáneos e inmediatamente
¡:x¡steriores al vaciamiento; hasta los tremendistas que siguen anunciando una ::::atástrofe
de pro¡:x¡rciones en la r~ión, que tardaría poco menos que un siglo en recuperarse desde
el punto de ~ista biológico.
El autor de este art(culo no es biólogo marino y mal puede opinar acerca de las
consecuencias de este derrame de petróleo en nuestras aguas marítimas interiores, pero,
como abogado, tiene que convenir en que existió daño indemnizable y que, es preciso
arbitrar algún medio para que la prueba del mismo se haga posible aún antes que exista un
estudio definitivo y detallado de todos los recursos de la flora y fauna de nuestro extenso
litoral. En otros términos, es preciso encontrar un medio eficaz para que la
responsabilidad civil ¡:x¡r los perjuicios causados al medio ambiente, puedan r~ularse y
pers~uirse, siempre dentro del sistema y limitaciones impuestas ¡:x¡r la Convención de
1969, si es que deseamos que Chile adhiera a ella y que, además transforme esa adhesión,
en un medio eficaz de protección de nuestro medio ambiente.
En efecto. hemos convenido en que la prueba de perjuicios producidos en bienes del
Fisco o de particulares, en los diversos casos de polución, ¡:x¡dría razonablemente,
ajustarse a los medios de prueba tradicionales y actualmente existentes, pero cuando se
trata de daños a la flora y fauna, que no sean los ya descritos, las dificultades son
enormes. Mucho más cuando, como en el caso de Chile y, ~ún información que hemos
podido obtener, solamente, hasta la latitud del canal de Chacao más o menos, existe
siquiera un estudio de corrientes, de salinidad y de temperatura del mar, en las zonas
adyacentes a nuestras costas, que permit iría, formular alg unas hipótesis serias acerca de la
posibilidad de supervivencia de las diversas especies marinas. Al sur de esta zona lo que se
conoce es muy poco, incluso acerca, no ya de las condiciones que hagan posible la
existencia de una fauna más o menos rica, sino de las especies que la componen y de su
capacidad de reproducción. Es decir, que nos resultaría im¡:x¡sible, usando de los med ios
de prueba convencionales, acreditar la existencia de estos perjuicios en esta zona que es
donde, justamente, han ocurrido los dos casos de polución del mar, más graves de
nuestra historia y que se encuentran entre los mayores del mundo contemporáneo.
Debemos entonces, imaginar un nuevo sistema para hacer efectiva esta
responsabilidad que es el que esperamos desarrollar brevemente en el próximo capítulo.
262
volumen de la pesca artesanal y de la de altura en buena parte de nuestro litoral, sobre
todo al Norte de Chacao, y de las diversas especies que se procesan, as( como el valor
económico q'le representan e incluso, su ciclo vital y el límite de explotación de
determinadas especies, para no acarrear su extinción. Es decir, se cuenta por lo menos, en
la zona más cercana a nuestras costas, con un catastro de los recursos pesqueros y de la
flora marina, así como de los valores que su explotación representa. Con estos datos
podría dividirse nuestro mar territorial, dentro del II'mite general de las cien millas
considerado por la Convención de 1954, en diversas fajas o zonas de mayor o menor.
peligrosidad, según la naturaleza de su flora y fauna en cuanto se las conozca y, en todo
caso, SEgún la cercanía de la costa. Para estos efectos ser(a especialmente importante la
determinación de las líneas de base rectas, para señalar, a partir de ellas, las aguas marinas
exteriores, ya quea las interiores se les podría dar un tratamiento especial, sobre todo por
la mayor dificultad que se encontraría, generalmente, en ellas para limitar los efectos de la
contaminación.
Una vez delimitadas estas zonas, y con la necesaria publicidad, se determinar/a, que
el simple derrame, por cada tonelada de petróleo, en la zona adyacente a la costa y hasta
6 millas de ella por ejemplo, incluyendo las aguas mar{timas interiores, hace presumir
legalmente un perjuicio de 10.000 pesos oro chileno (hay que recordar a este respecto lo
dispuesto en el número 9 del artículo V del Convenio, en relación con la conversión a
moneda nacional de la garantía con el tope, como es lógico de 2.000 francos oro a su
equivalente en pesos oro chileno, por tonelada de rEgistro del barco y de acuerdo con el
número 1 del artículo ya citado del Convenio. De este modo, un derrame imputable en
los términos del Convenio, de cien toneladas de hidrocarburos dentro de esa zona se
presumiría que ha producido perjuicios en la flora y fauna del sector, equivalentes a un
millón de pesos oro chileno', por ejemplo: Si el demandado pretendiera que el perjuicio
fue menor, correspondeda a él el peso de la prueba, lo mismo si el Estado co,!sidera que
se encuentra en situación de acreditar que los perjuicios fueron mayores.
Con la fijación de tres o cuatro fajas paralelas a las líneas de base recta de la costa
que se extenderían hasta el límite dispuesto en el Convenio de 1954 para prevenir la
contamina¿¡ón de las Aguas del Mar por hidrocarburos, podría regularse también la
presunción de daños por tonelada de derrame, en forma más o menos acorde con el
conocimiento actual de nuestro propio mar. De este modo, por ejemplo, podr(a tomarse
una progresión de 10.000, 5.000, 3.000 y 2.000 pesos oro por tonelada u otra diferente,
pero, en todo caso, este sistema pondr ía de cargo del infractor, el peso de la prueba, en el
sentido de que no' existieron perjuicios o que ellos fueron menores de los determinados
por la ley interna chilena.
Convenimos que no se trata de un sistema ideal para determinar los perjuicios y
que, las presunciones tienen siempre algo de arbitrario, pero, frente a una realidad que
exige una solución a corto plazo, creemos que, con la ayuda de los biólogos marinos y
especialistas en pesquer(a y alimentación con que contamos, podrían revestir, tales
presunciones, la necesaria seriedad para hacerlas razonablemente aceptables ante la
conciencia mundial. Esta conciencia por otra parte, está siendo cada vez impactada por
los estragos de la indiscriminada contaminación y, por ello, seguramente, se avendn'a, a
reconocer de buena gana un sistema de prueba como el propuesto. Con esta observación,
no queremos significar que, en éste que es un asunto de la soberam'a interna de nuestro
país, debemos consultar a los demás países interesados, sino simplemente que, es
preferible y, esto resulta una perogrullada, que la ley sea aceptada por la conciencia de lo
justo y de lo necesario que tiene la humanidad, antes que aparezca como una imposición
sin sentido.
263
extensión de la polución fuera tan considerable que los daños directos e indirectos
causados por éste, en la flora y fauna del sector, sumados a los gastos de limpieza de los
derrames si se hubieran usado medio químicos O trsicos para tal efecto, excedieran del
total de la suma máxima de responsabilidad civil, y qué pasaría en tal caso con los demás
afectados (el Fisco y los particulares). Tenerrús que convenir en que el sistema de la
presunción de daños en función de cada tonelada de derrame y de su mayor o menor
cercan(a de la línea de base de la costa, solamente facilita el cobro por el Estado y, el
cálculo de dichos perjuicios presuntivos. Pero aún queda en pie el problema de la
prelación en el pago de los crooitos tanto del Estado, por estos perjuicios, como los del
Fisco y de los particu lares.
Nos atrevemos a sugerir que, en estos casos, se proceda a la modificación de las
disposiciones sobre prelación de créditos para otorgar preferencia; 1) el pago de los gastos
. efectivamente causados para prevenir o limitar los daños provocados por el derrame, ya.
sea que los haya efectuado el Fisro o un servicio del Estado, o incluso el propio armador
de la nave, si hubiera habido lugar para ello. Creemos que, en tal caso, y dentro de esa
preferencia, sería obligatorio estarse al prorrateo dispuesto por el artl'culo V NO 4 del
Convenio sobre responsabilidad Civil, de 1969, pero no más allá de este punto. En efecto,
el saldo del fondo, si lo hubiere, podría destinarse con el misrrú grado de preferencia y
prorrateando sus créditos, si hubiere lugar a ello, entre el Fisco y los particulares, y por
último podría indemnizarse el perjuicio causado al patrimonio nacional. no por menos
importante, sino, porque estimamos que, el resarcimiento previo de los créditos
. anteriores, todos ellos debidamente justificados, en su exacto monto, tenden'an a
normalizar en forma más rápida la actividad económica del sector afectado. El suscrito
está conciente de que la relación de la regla del número cuatro, ya referida: "El fondo
será d istribu ido entre los acreedores a prorrata del importe de sus respectivas
reclamaciones previamente aceptadas", pOdría inducir a roncluir que, entre las diversas
reclamaciones que se interpongan en un caso determinado de polución, no ex istir¡'a sino
acreedores valistas, obligados a someterse al sistema de prorrateo para el pago de sus
créditos, pero creo que, de producirse la ratificación por Chile del Conve.nio, podría
hacerse con la debida reserva, en este punto, de la preeminencia de la legislación nacional.
En efecto, parece que la regla del convenio se hubiera redactado teniendo en vista
un sistema legal en que todos los daños deban ser efectivamente comprobados, pero no
cuando el monto de ello se establezca, como ocurriría, si se aceptan las presunciones,
como base para determinarlas, en fOrma retativamente arbitraria, con respecto al perjuicio
provocado en el equilibrio ecológico de la región yen el medio ambiente.
En otros términos, si parece aceptable, romo solución inmediata y atendidos los
cortos recursos con que rontaríamos para acreditar en forma absolutamente exacta de los
daños producidos por derrames de petrÓleo, en el medio ambiente, el sistema de presumir
el monto de los daños en razón de la zona y el volumen de hidrocarburos derramados,
tendríamos que establecer una forma de prelación para el pago de los créditos del Estado,
del Fisco y de los particulares. Hemos dado ya nuestras razones para sostener que dicha
prelación tendr¡'a que ceder en beneficio de los daños efectivamente acreditados por el
Fisco y por los particulares. .
No nos parece que esta reserva afecte seriamente a la ratificación, si se asegura, en
primer término, el pago dé los créditos que el mismo Convenio pretende reembolsar,
como serían los gastos efectuados en beneficio de una menor contaminación (ver número
8 del artfculo V del Convenio).
Como creemos haber derrústrado brevemente, la presunción legal como base para
acreditar los perjuicios al medio ambiente, establecida con la adecuada justificación
cienHfica, podría servir perfectamente al propósito de cautelar el interés del Estado en la
preservación del medio ambiente, mientras se logra una evaluación real de nuestros
recursos marinos, en lo referente a la flora y fau na, y se crea todo el aparataje científico
264
necesario para determinar, con mayor rigurosidad, los perjuicios reales, en cada caso de
contaminación de las aguas del mar por hidrocarburos.
Es necesario además, hacer presente. que, nuestra leg islación interna deberá
adaptarse al artículo III del Convenio y al número 2 del artl'culo V del mismo, en lo que
se refiere a la imputabilidad de los daños ya la limitación de responsabilidad.
En efecto, como bien lo saben los concurrentes a este Seminario, que, en forma
especial, se preocupa del contenido de estos Convenios Internacionales, el propietario de
la nave tiene derecho, en determinadas circunstancias, a exonerarse total o parcialmente
de responsabilidad y, al revés, en otros casos, no puede, como contrapartida, limitar de
manera alguna su responsabilidad.
Como en la actualidad, el sistema sancionado por el Decreto 1063 corresponde a un
sistema de responsabilidad objetiva total y sin consideración ni del cuidado puesto por el
ar mador o sus depend ientes ni de u na eventua I co ncurrencia de culpas con el Estado o sus
agentes, preciso será adaptar nuestra legislación interna, en este punto, si deseamos hacer
operante el Convenio. En efecto, en el número segundo del artículo III se establecen tres
causales de inimputabilidad en favor del armador: a) acto de guerra, hostilidades, guerra
civil e insurrección o fenómeno natural, de carácter excepcional, inevitable e irresistible
(fuerza mayor); b) acción u omisión intencionada de un tercero para causar daño y el
negligencia u otro acto lesivo de cualquier Gobierno ú otra autoridad responsable del
mantenimiento de luces u otras ayudas para la navegación en el ejercicio de esa función.
Es decir, habría casos en que la eventual negligencia del Estado de Chile o de sus agentes o
dependientes podría liberar totalmente de responsabilidad al armador. Por el contrario, el
mismo Convenio se encarga de decir que 'si el siniestro ha sido causado por una falta
concreta o culpa del propietario, éste no podrá valerse del derecho a la limitación prevista
en el párrafo 1 de este artículo". Puede observarse, a primera vista, la necesidad de
armonizar nuestros conceptos de culpa grave, leve y levísima y de negligencia, con los
términos empleados por la Convención para crear un sistema de responsabilidad armónico
y articulado dentro de un marco doctrinario coherente. Por ejemplo, qué alcance tendría
para nuestros tribunales el concepto de "falta o culpa del propietario"? . Es evidente que,
no podríamos dejar a los jueces concientemente enfrentados con estas graves dudas, sin
darles solución en la propia norma jurídica, para facilitar la aplicación de esta nueva
legislación que será por lo novedosa, relativamente complicada en sus primeros pasos.
No creemos sin embargo, que las dificultades para acomodar nuestra legislación sean
tan grandes si se diseña, previamente, la política del propio Estado frente a su eventual
responsabilidad, ya que, con este antecedente, podn'an colaborar, ofreciendo soluciones
de a ItEmat iva , las diversas Universidades del país a través de sus organismos
especia I izados.
¿Oué habría ocurrido, ahora, en caso de haber existido una legislación como la
propuesta, al producirse los siniestros del Napier y del Metula? . Los detalles de ambos
casos los conocen los partiCipantes en el Seminario a través del trabajo presentado por el
Comandante don Atilio Opazo Ramos. De este modo no nos detendremos
innecesariamente en detalles, sino que plantearemos, en forma muy breve, lo que habr(a
ocurrido, a nuestro juicio, en ambos casos:
NAPIER
1) Dentro del sumario seguido contra su capitán, los gastos judiciales, y el pago de la
multa que se impuso como sanci6n se costearon por el Club de Protección e
Indemnización de la nave, en este caso, el London Steam Ship Mutual Ass., así como
los gastos de repatriación de la tripulaci6n.
2) Los daños derivados de la polución, no pudieron cobrarse por las razones que se
conocen, pero, de haber existido una legislación basada en la presunción de perjuicios
265
por el simple derrame de petróleo, el eventual resultado habría sido el siguiente: LE
nave varó y se perdió, prácticamente en aguas mar(timas interiores de Chile, (en ur
roquerío frente a la isla Guamb"n) o, cuando menos, en la zona más cercana a la rosta
que es donde presuntivamente los daños serían mayores.
Como el derrame fue de más de treinta toneladas, la responsabilidad civil por efectm
de la rontaminación, habría alcanzado, sBJuramente, al máximo de 210.000.000
franros oro y es casi imposible que los armadores hubieran estado en situación dE
demostrar que los perjuicios efectivos en la flora y fauna de la región, hubieran sido
menores. En ronsecuencia, del fondo máximo de indemnización, se habr(an pagado, en
primer término, los gastos fiscales (observación y apoyo por parte de los barros de la
Armada Nacional y observaci6n y bombardeo de la nave para incendiarla, por aviones
de la Fuerza Aérea de Chile) y, el saldo, muy ronsiderable, habr(a ronstituido la
indemnización rompensatoria del daño al medio ambiente, lo que habría permitido al
Estado acélerar la investigación en este campo y, repoblar si fuere necesario, los bancos
de mariscos existentes en las zonas cercanas, apenas disminuidos los efectos inmediatos
de la polución.
En este caso, y muy claramente, noexistía causal de inimputabilidad que pUdiera haber
alegado por el capitán y/o armadores y, por el contrario, tal vez, pudO sostenerse que
correspondía aplicar la regla del NO 2 del Articulo V de la Convención, que le habría
impedido hacer uso de la limitación de responsabilidad.
METULA
1) Dentro del sumario seguido rontra su capitán, en último término, los gastos judiciales
y el pago de la multa que se impuso romo sanción rorrespondieron al Club de
Protección e Indemnización de la nave, en este caso, al United Kingdom, así como los
gastos de repatriación de la tripulación.
2) Los gastos de asistencia de la nave, en cuanto pudieran estar destinados a limitar e
impedir la extensión de la polución y no al salvamento del barro y su cargamento
(aveda gruesa) habrían sido absorvidos por el TOVA LOP, al cual el barro está
ingresado y, se habrían pagado ron preferencia, de acuerdo a nuestra proposición, as!'
romo los reembolsos directos por gastos efectuados para la limpieza de varaderos y
muelles de ENAP y, al menos, parte de los gastos de asistencia de los barros de nuestra
Armada y de sus aviones para la observación aérea. (Nuevamente habría que
discriminar entre los gastos necesarios para salvar la nave y su cargamento (avería
gruesa) y los gastos destinados a la limitación de los efectos de la polución).
3) En todo caso, una vez pagados estos gastos, habría quedado un considerable remanente
del fondo de indemnización, que podn'a haberse aplicadO al pago de los daños que
presuntivamente habrían sido muy altos en razón del tonelaje derramado y de la
circunstancia de tratarse de aguas interiores y muy cerca de las plantas procesadoras de
pescado y marisros de Punta Arenas y Porvenir (Sociedad Frigor(firos Morro Chico y
Pesquera Camelio Sur Ltda. - Kovacic y C(a. Ltda. y Mac Lean y Cía. Ltda.l.
4) El problema que se habría planteado, respecto de este pago habría tenido relación ron
la letra el del Art(culo III de la Convención, es decir, de haber existido "negligencia u
otro acto lesivo de la autoridad responsable del mantenimiento de luces u otras ayudas
para la navegación", al haberse autorizado el paso de un buque, durante la noche, de
las características del Metula, por la Primera Angostura, en una zona de practicaje
obligatorio y ron limitadas ayudas para la navegación. No queremos en este punto, ni
ron mucho, iniciar una polémica, sino señalar, prácticamente, cuales serían, en el
futuro, las responsabilidades que, el propio Estado deben'a sumir, frente a la eventual
adhesión al Convenio y, romo resultaría también conveniente que la propia leyislación
interna, se preocupe de rBJlamentar seriamente estas materias.
266
5) En este caso, a diferencia del Napier, no nos asisten dlXlas de que los armadores
hubieran podido asilarse en la limitación de responsabilidad establecida en el NO 1 del
Art(culo V de la Convención.
EL TRIBUNAL COMPETENTE
En los siniestros mar(timos, en general, la investigaci6n y la determinaci6n de las
eventuales responsabilidades profesionales, se encargan a Tribunales. cuya romposici6n es
muy especial, según sea la naturaleza y gravedad del accidente, pero, en todo caso, a
cargo, exclusivamente, de 'autoridades de la Dirección del Litoral y Marina Mercante
Nacional. Si de resultas del siniestro, se producen lesiones o pérdidaS de vidas, se sigue,
paralelamente, un sumario por el Juzgado del Crimen rorrespondiente, para establecer las
posibles responsabilidades penales si se tratare de hechos ronstitutivos de delito o cuasi
delito y, cuando del siniestro resulten perjuicios indem nizab les, o eventualmente
indemnizables, romo en el caso de un abordaje, por ejemplo, la demanda rorrespondiente
rontra el armador se deducirá, ronforme a las reglas.generales de rompetencia, ante el
Juzgado de Comercio (Juzgado de Letras en lo Civil de Mayor Cuant(a). La pregunta que
cabe hacerse frente a estos varios procedimientos y. Tribunales, es si algunos de ellos
resultar(a Id6neo para resolver en forma acertada, respecto de las cuestiones que se
susciten en relación ron este Derecho del Mar que robra, cada ve~, mayor importancia y
amplitud. Por nuestra parte creemos que no, y que, hay que pensar, desde luego, en la
organización de un Tribunal mixto, formado por letrados y personas que profesen las
disciplinas propias de la navegación y, en algunos casos las ciencias que estudian el habitat
de la flora y fauna marinas, para mantener una justicia ágil y eficiente.
Tenemos en Chile, la experiencia de Tribunales integrados en esa forma para la
segunda instancia, romo son, en general, las Cortes Marciales y, tomándolas como
modelo, para adaptarlas a las necesidades de un Tribunal de primera instancia, podría
formarse, inicialmente, un Juzgado del Mar, con sede en Valparaíso, integrado por tres
jueces .Ietrados y dos oficiales de la Armada Nacional o de la Marina Mercante Nacional
designados por la Dirección del Litoral y de la Marina Mercante Nacional, destinado a
conocer de estos juicios. Para no crear otros tantos cargos de Jueces rentados
especialmente, al iniciar sus funciones, sin conocer el ingreso de causas que tendría este
JU2;gado podría recurrirse a designar tres Jueces de Mayor Cuantía de los 7 con que
cuenta Valpara(so, incluyendo a los Jueces del Crimen, los que se reunirían solamente,
cuando hubieren causas en estado de prueba si la naturaleza de ésta hiciera conveniente la
presencia del Tribunal y al IIf{1ar las causas al estado de fallo para acordarlo. Las
providencias de mera sustanciasi6n las dictaría el Presidente del Tribunal, cargo que
siempre tendría que recaer en uno de los vocales ietrados. Podría actuar como Secretario
del mismo, uno de los Secretarios de los Juzgados de Mayor CuanHa de Valpara(so, y
recurrirse en alzada ante la Corte Marcial de la Marina de Guerra en este puerto.
Es decir, con relativamente poco gasto, podrfa organizarse un Tribunal especial para
conocer de las cuestiones relativas al Derecho del Mar, destinado a mantener un equipo de
jueces idóneos en estas materias. Si ~as designaciones para el Tribunal, se hacen por un
plazo de tres años renovables, a menos con motivo de ascenso o traslado el vocal
correspondiente deba ser sustituido, tendremos un organismo razonablemente adecuado
para romenzar a aplicar este derecho. Puede ser,que, en el futuro se vea la necesidad de
entrf{lar a este Tribunal el Juzgamiento de otros asuntos, como podrían ser los de derecho
marftimo, en cuyo caso podría funcionar exclusivamente ron sus miembros letrados y
otorgarse permanencia total a las funciones para crear una judicatura especialmente
preparada, no solamente en este Derecho del Mar, sino en derecho mar(timo, pero, éste
podría ser un segundo paso, a darse con mayor plazo y no con la premura que exigiría la
puesta en ejecución del Convenio de 1969, si nuestro pa(s decidiera su adhesión.
267
DEL PROCEDIMIENTO
Así como parece necesario crear un Tribunal especial para conocer de estas
, materias. fuerza también será convenir en que el procedimiento deberá adaptarse a las
necesidades de un derecho que se aplicará a hecnos nuevos y en momento en que hay
normas que tienden a internacionalizarse y a perder buena parte de formalidades
innecesarias.
Es decir, habn'a que crear todo un sistema procesal diferente, en que los medios de
prueba tradicionales de nuestro derecho se complementen con todos aquéllos que la
técnica moderna permite considerar como útiles y seguros, en que se acepte, por ejemplo,
como tales, las cintas de barógrafos. de compensaciones de rumbo del piloto. automático
y todos los que, siendo dif(cilmente adulterables, provean de elementos de juicio más
variados del Tribunal. Es decir, habría que permitir el uso de todos los medios de prueba
aceptables para el Tribunal, al que se otorgaría con ello, un considerable arbitrio,
condici6n indispensable para hacer expedito el sistema, lo mismo que autorizar la
traducci6n de los documentos por peritos oficiales del Tribunal, sin perjuicio del derecho
de las partes para hacer las observaciones que' estimen pertinentes a dichas traducciones.
Son muchos y muy variados los trámites y plazos que deberían variarse para hacer
compatible el procedimiento con la necesidad de otorgar adecuadas posibilidades para su
defensa a los responsables presuntivos, sin perjuicio de la celeridad procesal; será también
necesario que se deslinden claramente las competencias de las diversas autoridades que, en
uno u otro momento intervienen en la investigación y juzgamiento de un siniestro
marítimo y que se determine, si algunas de las resoluciones de esas autoridades o
Tribunales producirá o no cosa juzgada en las materias de las que conocer(a este Tribunal
especial.
Como se ve la tarea para pol)er de acuerdo nuestra legislación interna con las
disposiciones de las Convenciones Internacionales, referentes al derecho del mar a que
nuestro país pueda adherir es variada, e importante, y necesita de 'una cuidadosa
preparación. Creemos sin embargo que, si se toman las decisiones básicas acerca del
sistema que se seguiría. tanto en lo relativo a competencia, sistema de responsabilidad y
procedimiento, podrían-las Universidades, a través de. sus Facultades correspondientes,'
preparar diversos proyectos de alternativa que sirviera para mejor disponer nuestro
sistema legal, para hacer frente a los requerimientos de un mundo cada vez más
interdependiente y complejo. En este sentido, la legislación interna sobre la
responsabilidad civil derivada de la contaminaci6n del mar y sobre la preservación del
medio ambiente en general podría ser un buen punto de partida.
268
HACIA UNA
ADMINISTRACION MODERNA
DE LA ZONA COSTERA
DE CHILE
HACIA UNA ADMINISTRACION MODERNA DE LA ZONA COSTERA DE CHILE
INTRODUCCION
La creciente diversidad y volumen de utilización que el hombre está realizando
actualmente del mar, le está también enfrentando a un incremento de los ronflictos que"
de tales uros se derivan. Cotidianamente los medios de romunicaci6n y sistemas de
información especializados nos traen notjcias de tales ronflictos, los que se presentan
incluro en los lugares más remotos del mundo. Como resultante de esta situación es que
paralelamente los parses romienzan a reconocer, afortunadamente, que los uros
tradicionales del mar, Le., como fuente de alimento para sus poblaciones, como substratos
de comunicaciones, transporte y comercio, ron relaci6n a la seguridad de los mismos
Estados, como recipiente de desechos municipales e industriales, romo fuente de salud,
recreaci6n, y deportes, como un valor estétiro y espiritual, etc., tienden a hacer crisis ron
demasiada frecuencia y que se requiere cierto grado de administración para evitarla o
minimizarla. "
la rontaminaci6n del mar a través de eventos catastróficos, como Jos derrames de
petr61eo por buques tanques, ase como otros ejemplos, menos dramáticos pero no por ello
menos importantes. de rontaminaci6n de tipo crónico, hacen aumentar en el mundo la
preocupaci6n por la conservaci6n de los frágiles ecosistemas marinos, acuáticos en
general, y por último de la bi6sfera toda.
Es fundamentalmente en la zona costera, sin embargo, definida como aquella área,
en parte marina, en parte terrestre, con componentes fluviales, lacustres a veces, donde se
hace presente, y con especial énfasis el mayor impacto de los conflictos del uro del mar
por el hombre. Esto ha sido as( históricamente y seguramente continuará siendo as( en el
futuro. Es en la zona costera y estuarina donde las interacciones geográficas entre la tierra
y el mar se multiplican, se hacen más intensas, se magnifican. Es ésta en realidad una de
las interfases m{¡s importantes del globo.
En vista de ello es que varios pa(ses ya han establecido en sus pol(ticas nacionales
mecanismos y legislaciones de administraci6n costeras, ronsecuentes con el
reconocimiento que esta zona constituye un recurso natural único, digno de una atención
especial, preferencial. Son varios los pa(ses que han declarado a sus zonas costeras y
estuarinas como recursos nacionales, patrimonios. de primera magnitud, iniciando
estudios, planificando e implementando legislaciones adecuadas para su regulada
utilizaci6n.
270
lagos), que deja tras de sí extensas áreas terrestres, donde la influencia acuática sobre la
tierra -y viceversa- se disipa con la distancia. Esta situaciÓn, sin embargo no es aplicable
para Chile, cuyo territorio continental se extiende por alra:iedor de 2.650 millas, con un
ancho que en ninguna parte supera las 250 millas (ancho medio 110 millas); lo que le
transforma en réalidad en una larga costa, en un país costero por excelencia, un pa(s
donde una definici6n de lo que es zona costera, se confundirl'a con su integridad
geográfica toda, finalmente, un país donde una administraciÓn costera integral alcanzará y
afectará a todos los aspectos de su vida interna y de sus relaciones con el exterior. Lo
dramático del carácter costero de nuestro país se acentúa más aún cuando se considera,
por un lado, la enorme barrera geográfica que constituye la Cordillera de los Andes, y por
otro, las características oceanográficas del Océano Pac(fico que le baña. con un sistema de
corrientes costeras que se desplazan ;:¡ lo largo del litoral empujadas, por el efecto de
Corion, contra la costa, e interrumpidas s610 por los esporádicos y fertilizantes
afloramientos de aguas profundas producidas por los vientos pra:iominantes y el efecto de
Ekman. Tambilln se suma a esta lista de hechos geográficos, la estrechez de la plataforma
continental, pues Chile posee sólo alrededor de 8.000 millas náuticas cuadradas de fondos
marinos de menos de 200 metros de profundidad. Cabría señalar que este es un atributo
que en el pasado, según mi opini6n personal, ha servido erróneamente para justificar la
jurisdicción sobre 200 millas de mar adyacente.
Las realidades geográficas arriba mencionadas constituyen elementos concretos en
el establecimiento de la poi (tica oceánica nacional, por lo menos en lo que dice relación a
una administración costera, y en realidad resulta un tanto curiosa la obsesión de Chile,
demostrada en su reciente historia, por las amplias jurisdicciones oceánicas. Parecen'a ser
que en realidad gran parte de la atención nacional está siendo fuertemente requerida en la
zona costera, donde se encuentra gran parte de las riquezas y ventajas que el mar puede
otorgar a Chile. Una poJ(tica de este tipo no tiene necesariamente que estar en
contradicci6ncon el interés oceánico que Chile debe mantener en la cuenca del Pac(fico,
de la cual es un componente importante.
Cuando las ideas y principios en torno al concepto de administración de las zonas
costeras estaban aÚn en pañales, Chile contÓ con un pionero en C.A. Finsterbusch,l cuyas
observaciones y percepciones deberán ser recuperadas del olvido hoy cuando comenzamos
a redescubrir el dinamismo de las relaciones de nuestro estrecho pa(s y su mar; de su zona
costera y de los usos que de ella se están haciendo.
Chile debe apresurarse en reconocer cabalmente su realidad geográfica, su "loca
geografía" segúnSubercaseaux, particularmente en su región austral ,'donde ni la moderna
tecnolog(a de supertanques y computadores ha sido un desafiante de méritos de su agreste
Naturaleza, la que obedecerá más a la planificación que a la improvisaci6n. Junto con
reconocer su realidad geográfica y los imperativos de ésta, Chile debe impulsarse de lleno
a investigar qué significa todo esto para sr, para sus planes de desarrollo en áreas tan
importantes como la obtención de alimentos, en transporte mar(timO, en defensa, en la
Msqueda de materiales energéticos, de minerales, en recreación, deportes, turismo, etc.,
todo lo cual significa fuente de trabajo y bienestar para los chilenos. Estos estudios, a
través de los métodos y objetivos de diversas ciencias y disciplinas, no sólo naturales sino
también rociales, econ6micas y políticas, deberán informar el establecimiento de
prioridades, la toma de decisiones, y el establecimiento de la legislación moderna que
regule su uro. teniendo en cuenta modelos de administraci6n que maximicen el beneficio
para el mayor número de chilenos durante el más largo plazo posible.
271
general. Parece evidente que el interés de Chile en el océano y todo lo que este interés
implica, está aumentando considerablemente. El innegable valor de la zona costera yel
océano chileno, como instrumentos de progreso y bienestar económico, social y político,
están siendo finalmente reconocidos. Como oceanógrafo, creo sin embargo que es
necesario dar la voz de alerta. As( como la zona costera es el crisol en el que se funde una
gran diversidad de esperanzas e interacciones, as( también es fácil la creación de conflictos
perjudiciales en su uso, y por otro lado, es también compleja la determinación de modelos
que les optimicen. Es en la zona costera y estuarina de muchos pa(ses en donde se ha
identificado un mayor número de externalidades, es decir, donde lo que hace uno puede
afectar a otros. Estas externalidades pueden minimizarse e incluso evitarse 'si la
problemática es enfrentada concientemente, haciendo uso de modelos integrados y bien
informados de administración. Las decisiones en este ámbito no pueden real izarse
unilateralmente sin considerar el conjunto. Es fundamental considerar que en los
problemas de desarrollo de la zona costera y estuarina existen componentes no sólo
económicos sino también ecológicos y fundamentalmente de éstos últimos. y para
complicar más este pensamineto, habr(a también que reconocer la existencia de
componentes culturales. Se ha dicho que la Econom(a, es decir "Ia administración del
hogar" debe ir aparejada con la Ecolog (a, que es el "estud io del hogar". A 11 ( donde esta
dualidad ha fallado, los efectos han sido espúreos. Ejemplos existen muchos, uno de los
más publicitados por su dramatismo ejemplarizador en el caso de la construcción de la
Represa de Aswan en Egipto. Por el gran valor demostrativo de este ejemplo citaré las
palabras del R. Peterson del Consejo sobre Calidad Ambiental de los EE.UU. de NA. Dice
el Sr. Peterson respecto a este proyecto: 2 "Por el lado positivo la represa retarda la
inundación anual del R fo Nilo, dejando luego escurrir el agua gradualmente permitiendo
asf a irrigaci6n durante todo el año y la producción de cuatro cosechas al año en vez de
una. También genera 4.000.000 de kilowatts-hora de energ(a anualmente. Pero en el lado
negativo, el depósito de limo que previamente renovaba al terreno fue eliminado de
manera que lós campesinos egipcios necesitan ahora mayores y mayores cantidades de
fertilizantes; ha llevado la erosión a las costas egipcias; ha interrumpido el flujo de
nutrientes hacia el delta, con la consecuente destrucción de la pesquer(a de sardinas en el
Mediterráneo. Y, finalmente, debido a una sutil conexión ecológica entre los niveles
estabilizados del agua, una maleza llamada jacinto acuático, dos tipos de caracoles, dos
tipos de gusanos parásitos y el hábito del campesino egipcio de trabajar a pies descalzos en
los acequias de irrigación, la represa de Aswan ha incrementado dramáticamente la
incidencia de la esquistosomiasis -una enfermedad que siempre debilita al hombre y que
a veces incluso le mata. Antes de la represa, un 5 por ciento de los campesinos que
trabajan a lo largo de las 500 millas que se extienden entre Aswan y el Cairo, ten(an esta
enfermedad, hoy d(a el 65 por ciento la ha contra ido y se estima que unos 15 millones de
egipcios están infectados",
El movimiento ambientalista de otros pa(ses ha tenido históricamente varias bases:
teológicas. filosóficas, etc.,3hoy en d(a, sin embargo, el mundo ha descubierto razones
más poderosas para preocuparse de la Naturaleza y sus equilibrios. Estas razones
justamente tiene que ver con la preservación de caracter(sticas ambientales compatibles
con los requerimientos de múltiple (ndole que el hombre como ser biológico hace del
ambiente. 4 Si bien es cierto que los pa(ses en desarrollo tendrán forzosamente que
explotar sus propios ambientes, en respuesta a requerimientos del hombre como ser
cultural, en orden a alcanzar niveles de bienestar más elevados, esta explotación debe ser
extremadamente ruidadosa, bien planificada so pena de que las ventajas iniciales se
diluyan en problemas posteriores. Es evidente que en un comienzo la identificación de las
caracterfsticas ambientales de una región es en primer término una actividad poco
productiva, la aplicación de tales conocimientos posteriormente puede constituir retornos
económicos significativos.
272
Es afortunado que Chile l19,]a a la preocupación ambiental cuando mucho del polvo
levantado por intransigentes y polarizados puntos de vista entre tecnócratas, por un lado
y ambientalistas furibundos por otro, ya se ha en gran parte aclarado. (Es verdad que la
crisis energética y de recursos naturales en general ha servido para revivir antiguas
tensiones en los pa(ses de alto consumo energético). En todo caso, esta es la experiencia
que Chile debe aprovechar ,evitando la comisión ciega de errores de otros.
El concepto más acertado de hoy con respecto a una administración costera es que
no es posible soportar ni la completa destrucción del medio ambiente costero, ni la
completa prohibición de su desarrollo. Estas no pueden ser las metas de una poll'tica
nacional de administración costera. Según Ketchum: "Un balance de su uso, conservación
y preservación debe ser mantenido de manera de optimizar la utilización de los recursos
costeros a través de un plazo futuro extenso, lo que requiere que los procesos del medio
ambiente natural, sobre los cuales la mayoría de los usos de largo plazo dependen, deben
también ser mantenidos". En otras palabras: " .•.deben ser los objetivos de una
administración costera, la máxima racionalidad en el uso de los recursos, consecuente con
la retención de las características vitales, estéticas y las amenidades de los sistemas de la
zona costera".5
La preservación de las caracter(sticas más valiosas de la zona costera y la
maximización del beneficio económico no tiene necesariamente que estar en desacuerdo,
deberían por el contrario constituir una pareja indisoluble.
La mantención de tal relaciór:1, sin embargo, requiere de un esfuerzo racional y
conciente, traducido en nuevas instituciones, programas, pol(ticas y legislaciones de
administración costera. La inconveniencia de ir dejando las cosas a su propio destino, o
bajo una supervisión primitiva (, mínima, como mecanismo de política nacional marina,
ha ido quedando demostrada en varias oportunidades en nuestro país. Los casos más
sobresalientes son quizás los dos sucesos catastróficos, de impacto directo en la zona
costera chilena, de derrames de petróleo, v.gr., el producido por el NAPIER con 35.000
toneladas derramadas6 y el más reciente del VLCC METULA con 51.500 toneladas de
petróleo crudo derramados en aguas interiores de la Nación.' Problemas crónicos existen
a lo largo del país, especialmente concentrados en las zonas más industrializadas, tales
como Concepción y Va Ipara (so, cuyas naturalezas y efectos requieren de estudios
urgentes. Impactos localizados han sido denunciados en otros puntos de menos desarrollo
industrial total yen ciertos lagos del sur de Chile.
273
Dada la gran pendiente hacia el mar que tiene el territorio de Chile, la energía de los
canales es considerable. Finsterbusch llamó repetidamente la atención sobre el
embancamiento de los ríos y desembocaduras como resultado del proceso que él llamaba
de "arenación", producida en último término por la deforestación a lo largo de Chile.'
Esto demuestra que los cursos de aguas chilenas inevjtablemente afectan la zona costera y
sus poblaciones biológicas del litoral y sublitoral marinos. Los efectos del exceso de
material transportado por ríos han sido conectados con la desaparición de bancos de
mariscos que previamente habitan las costas de Chile. Debido a la argostura del país,
pareciera ser inevitable la proyección de los efectos de tierra adentro sobre la zona
costera. Estas consideraciones tienen importancia frente al desarrollo de industrias curso
arriba de los ríos, también frente a prácticas agrícolas -uso de plaguicidas e insecticidas
tóxicos, desagües municipales, etc. Por otro lado los procesos erosivos en el tiempo
geológico abren la posibilidad de recuperar diversos recursos minerales en los lechos de
ríos y desembocaduras.
Las propiedades químicas de las aguas del mar costero demuestran la influencia de
la interacci6n entre el mar y la tierra. Las aguas dulces que all(desembocan, al mezclarse
con el mar disminuye su salinidad. Este fenómeno puede mostrar una mayor o menor
estacionalidad correspondiendo a los regímenes hidrológicos de la región de que se trate.
Estas condiciones por supuesto también determinan ciclos biológicos especiales.
Físicamente las diferencias en densidad contribuyen a una estratificación donde el agua
dulce o salobre se ubica superiormente, mientras que las aguas de mayor salinidad se
ubican inferiormente. Esto es muy importante en los regímenes de estuarios, donde
siempre existe la posibilidad que con el flujo y reflujo de las mareas, agua de mar penetre
variadas distancias dentro del continente.
La característica más importante de la zona costera es, sin duda, su elevada
productividad, la que resulta de la concentración de nutrientes y la disponibilidad de
adecuadas cantidades de energía luminosa, productividad que se ve magnificada en
nuestra zona costera por los antes citados afloramientos de aguas más profundas ricas en
nutrientes regenerados en el fondo marino. La mayor cantidad de alimento aSI' disponible
asegura altas biomasas de organismos, muchos de ellos de alto valor nutritivo y económico
para las poblaciones humanas costeras. La accesibilidad al alimento contribuye tamb ién al
desarrollo de un gran número de actividades que tienen su asiento en la zona costera.
La productividad de las aguas costeras puede ser tan intensa que mucha de la
materia orgánica que no es utulizada in situ, puede depositarse en los fondos marinos,
consumiendo en su degradaci6n el ox(geno disuelto en las aguas y produciendo
sedimentos tóxicos ricos en materia orgánica, como los encontrados en nuestras
investigaciones a lo largo de nuestra plataforma y bahías. Circunstancias similares en el
9
pasado geclógico han producido los actuales depósitos de petrólec y gas. Nuestra zona
costera puede aun darnos sorpresas en lo que respecta a depósitos explotables de estos
materiales energéticos, como así también, y por circunstancias que tienen relación con la
alta productividad de las aguas, con respecto a depósitos de fosforita de posible
utilización como fertilizante.
lo
Es por todos conocida la gran riqueza de mariscos existentes en nuestra zona
costera chilena; este es un componente extremadamente importante entre nuestros
recursos costeros, quizás el componente de mayores posibilidades de expansión en el
fúturo, a través de la aplicaci6n de modernas técnicas de maricultura, es decir, de la
modificación fundamental de las actuales prácticas, que en su mayor parte son sólo de
recolección, cuyos efectos ya han alcanzado en ciertas regiones de nuestra ?:ona costera
los límites racionales de explotaci6n,u La reproducción y desarrollo de los estados
larvales de todas estas especies, y de muchas otras, componentes del ecosistema aunque
no explotables comercialmente, se realizan en las aguas de la zona costera, utilizando la
gran cantidad de alimento existente én ellas. Esto es importante de tener presente al
274
planificar los desagües de aguas de desecho industrial y municipal.i2 Los estuarios son
particularmente esenciales para algunos peces, crustáceos y otros organismos de
importancia económica que requieren de'las condiciones peculiares dadas en el ambiente
estuarino en su reproducción y crecimiento. Sin estos habitats tales organismos no
podr(an existir en una zona dada. Los estuarios además poseen una muy alta
productividad, la cual comparte con el mar costero, ya sea a la forma de materia orgánica
o nutrientes transportados por el flujo y reflujo de fas mareas, y, muy importante todav(a,
constituyen áreas de estancia temporal o permanente a una importante fauna de aves, que
no sólo ayuda a mantener el ecosistema estuarino, sino que da un valor estétioo al mismo.
Las algas dependen directamente de los sustratos tl'picos de la zona costera: las
rocas y también los fondos arenoOClS en ciertos casos. Muchas de estas algas poseen una
gran importancia económica y todas sirven de sustrato a su vez para otros organismos
importantes en la trama eco lógica de la zona costera. 13
Aun cuando aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie de la tierra
están cubiertas por el mar, la mayor parte de la prOducción de material orgánico está
concentrado en la zona costera del mundo. La gran pesquer(a de la anchoveta del Perú,
que depende de la productividad primaria de las aguas cercanas a la costa, se realiza casi
en su totalidad dentro de las primeras veinte millas ¡yóximas a la costa del Perú y Chile. 14
Es decir, el destino de la mayor pesquen'a del mundo está ligado (ntimamente a las
condiciones ambientales naturales de este mar costero y, por tanto, a cualquier
perturbación producida por el hombre en lo que nuestros internacionalistas con mucha
percepción han denominado el "biome" del PaC(fico Sur Oriental.
Un ejemplo de lo que un cambio sustancial del 'medio puede producir en esta
pesquer(a está dado en forma natural por el fenómeno de "EL NlrlJO", según la
interpretación más corriente:15 Como es de todos conocido, los cambios ecosistémicos
que ocurren durante este fenómeno, aún impredecible, repercuten fuertemente, no sólo
en los sistemas biológicos de la región, sino que también en los económicos de Perú y
Chile, y sus efectos se hacen sentir incluso más allá de estas fronteras, por ejemplo en las
econom(as productoras de "broilers" .16 Debido a la extrema ·estrechez de la plataforma
continental chilena, incluso la pesquer(a demerSaI está condenada a circunscribirse dentro
de una <;Ingosta zona frente a nuestra plataforma, excepto quizás en la zona austral.
276
2. La utilización de este conocimiento para crear un plan dinámico con el objeto de
realizar su mejor utilización, y
3. La implementación y esforzamiento de plan.
Entre los estudios por realizar para llegar a un conocimiento de la zona costera
como sistema están los siguientes, lista que no es exhaustiva sino más bien indicativa de lo
que debería incluirse:l4
Est ud ios sobre:
r Mareas y corrientes, incluyendo sus efectos sobre las playas, y además áreas
costeras.
2. Erosión, estabilidad del terreno, climatología, y meteorolog(a.
3. Ecología, incluyendo habitats estuarinos de peces, mariscos y demás vida silvestre.
4. Recreación, incluyendo playas, parques, reservas, santuarios de vida silvestre, pesca
deportiva, natación y navegación deportiva.
5. Problemas habitacionales.
6. Transporte por tierra, agua y aire, hacia, a través y dentro de las aguas costeras y
estuarinas, incluyendo nuevos métodos de transporte.
7. Espacios abiertos, incluyendo preservaciones o santuarios educacionales y naturales,
de belleza escénica y acceso público hacia las costas, áreas estuarinas, tanto visual
como físico.
8. Puertos y navegación.
9. Pesca comercial.
10. Explotación y exploración mineral, incluyendo petróleo, gas y otros minerales.
11. Necesidad de energ ía y otras ventajas.
12. Disponibilidad y calidad de aguas, incll:lyendo plantas de tratamientos de aguas
servidas e industriales, descargas de contaminantes I(quidos y el manejo de las
descargas de desechos sólidos.
13. Areas más adecuadas para desarrollo agrícolas, aCUl'colas, minerales, industriales,
comerciales y de vivienda.
14. Usos presentes, propuestas de cambio conocidas, requerimientos a largo plazo.
15. Actuales propietarios, incluyendo la administración de propiedades públicas.
16. Leyes actuales y reglamentaciones sobre el uso de las tie¡Tas y ~uas; actividades a
todos los niveles de la administración estatal.
17. Población presente y tendencias futuras, incluyendo el impacto del crecimiento
sobre el ambiente costero yestuarino.
Con el objeto de asignar recursos, no obstante, no sólo es necesario saber con qué
recursos se cuenta, sino que además por ser ellos dinámicos y no estáticos hay que
mantener una constante monitoría y control sobre sus condiciones y caractert'sticas.
También hay que tener claras las ideas sobre qué se desea hacer en la zona costera, que
objetivos se desean lograr, cual es el interés público en uno u otro lugar.
Obviamente que el país requerirá de organismos y mecanismos espeC(ficos en la
administración de la zona costera. Naturalmente que hay que utilizar los elementos
materiales y de recursos humanos con que ya se cuenta a nivel estatal tanto como a nivel
particular. Las Universidades e Institutos existentes, con incentivos adecuados podrían
emprender parte de las tareas de inventario y rronitoría, parte de los estudios sobre
impacto económico y ambiental de tal o cual actividad en una región dada, en la
formación de personal preparado para las nuevas tareas de la administración costera en sus
diversas expresiones, etc. Sin embargo, el corazón de los programas administrativos de la
zona costera probablemente tendrá que quedar concentrado en centros administrativos
regionales y centrales del Gobierno, y quien sabe si no se justificaría en una Secretaría
especial del Ambiente ..y Recursos Naturales.
Como conclusión, sólo desearía poner de relieve cuán lejos estamos de una
277
administración efectiva de la zona costera chilena, que como enfatizaba más arriba,
constituye realmente la espina dorsal de Chile. Quizás una de las pecas ventajas otorgadas
a nuestro pa(s por el desastroso derrame del VLCC METULA, en justamente el que ha
servido para enfocar nuestra atención sobre nuestro valioso mar y zona 00 st era , pues
conviene tener presente que los pa(ses "ricos" del futuro serán aquéllos que hayan sabido
administrar sus ambientes y sus recursos naturales, y esto se lo debemos no sólo a nuestras
actuales generaciones sino a las futuras. 2s
278
NOTAS Y REFERENCIAS
Entre sus' publicaciones se cuentan las siguientes: C.A. FINSTERBUSCH. De los r{os de Chile. I
parte. Mar. 18 (120): 1947; De los ríos de Chile. 11 parte. Ibid•• 18 (121): 117.127.1947; De
los ríos de Chile. 111 parte. Ibid •• 18 (123): 164-173. 1947; De losrros de Chile. IV parte. Ibid ••
18 (124): 213·228. 1947; CarbÓn yagua. Ibid .. 18 (123): 190-196, 1947; Una pesquisa
marítima. Ibid .. 18 (121): 147·153, 1947; Puntas del litoral. Ibid •• 19 (125): 5-10. 1948;
Puntas del litoral. Ibid .. 19 (126): 53-63, 1948; El puente de la vida. Ibid •• 19 (128): 149-162,
1948; Carb6n. fuego elemental. Ibid .. 20(1301: 5·12. 1949; Las islas del litoral. Ibid., 20 (1311:
75-89.1949; Las islas del litoral. 11 parte. loid•• 20 (132): 39-49. 1949; Las islas del litoral. 111
parte. Ibid •• 20 (133): 31·44, 1949; Investigaciones marrtirnas. Ibid •• 21 (134): 25-39. 1950;
Investigaciones marrtimas.lbid., 21 (135): 5-20, 1950; La migraci6n de las aves. Ibid •• 21
(136): 3-14. 1950; Aves marinas. Ibid.. 21 (137): 55-81.1950; Defensa de nuestros recursos
fluviales y lacustres. Ibid •• 22 (139: 5·24. 1951; Dragados. Ibid •• 22 (140): 7·19.1951; Río
Valdivia. Ibid •• 22 (141): 6-18,1951; Corral. Ibid., 23 (1421: 5-10. 1952; Balance de dos siglos,
1750-1950.lbid.,23 (143): 3-11,1952.
2
An unwarranted struggle: environment vs. economy. AUDUBON, JUL V, 77 (4): 91-95. 1975.
:'1
Para un tratamiento sumario de este tema ver: H.J. BARNETT and CH. MOASE. Scarcityand
growth. The economics of natural resource availability. Aesources for the future. Inc. The
Johns Hopkins U. Press, Baftimore and London, 1973.
4
Ver: D.W. DUCSIK. Shoreline for the public. A handbook of social economic, and legal
considerations regardingpublic recreational use of the nation's coastal shoreline. The MIT Press,
Cambridge. Mass•• and London. England, 1974, at p. 16 i sigo
s B.H. kETCHUM. (00.1. The water's edge: Critical problems of the coa sta I zone. The M IT Press,
1972.
6
Datos de este naufragio han sido publicados en la revista MAA de la Liga Marítima de Chile.
Valpara(so. ver par ejemplo: Anon. Un naufragio con graves repercusiones. Mar. 159: (19531. p.
22; H. MESIAS P. S.O.S.I en Guamblín. loid .. págs. 23-28; Anon. Parte de viaje. Ibid •• págs.
29-32; Anon. Informe del Práctico de corlSles.... l!:lid., págs. 33-36; G. GAUCHE T. Naufragio
del NAPIER. Ibid •• págs. 37-40; A. NAVERRETE T. Acuerdo público de LlGAMAR. Ibid.,
pág. 41; Anon. COntaminación del NAPIER. ¡bid .. págs. 42-43; Conviene destacar que este
buque. operando bajo una bandera de conveniencia. navegaba virtualmente a ciegas frente al
litoral chileno, con visibilidad cero y con el radar descompuesto; el girocompás estaba además
en mal estado de funcionamiento.
7
Datos e informes sobre este naufragio han sido publicados en las siguientes referencias: R.W.
HANN. VLCC METULA oil spill. Final Report to U.S. Coast Guard. Aepart No. CG·D-54-75,
Task No. 4111,15.1, Cee. 1974; G. GUNNEASON. Preliminary report on January 1975
reconnaissance survey of METULA oil spill, Strait of Magellan, Chile. U.S. Department of
Commerce. National Oceanic and Atmospheric Administration. Environmental Research
Laboratories. Boulder, Colorado. 1975; U.S. Coast Guard. Rapart of the VLCC METULA
1J'0undíng, pallution, and refloating in the Strait of Magellan in 1974; U.N. Third Conference
on the Law of the Sea. Second Session, Third Committee, Provisional Summary Record of the
Fifteenth Meeting. Progress Report of the Chairman of the informal meetings on items 2
(Preservation of the marine environmentl and 13 and 14 (Scientific Research and Development
of Transfer of Teehriology). A/Conf. 621C.3/Sr.15, 20 Aug. 1974; U.S. Senate Congressional
Record. Little noticoo 011 spill, ovetdue for attention, is 90ing to get it. S. 19315-519321, Oct.
161974; J. WARDLEY.sMITH. Megellan Straits spill. Mar. POli. Bull., 5 {111: 163·164,1974;
Anon. Operation METULA. Fairplay I nternat io na I Shipping Weekly. 27th Febr •• 1975; IMCO.
Progress Report on the work of other IMCO bodíes relating ta the j:)revention and control of
marine pollution from ships. Technical Assistance in cases of marine pallution resulting from
maritime accidents. Note by the United States. Marine Environment Proteetion Committee,
2nd Session, Agenda Item 14; MEPC 11/INF.14. 20 Nov., 1974. WONHAM, J. Répartona visit
to Punte Arenas and Tierra del Fuego to view the extent of the oi! pOllutión from the METULA
and assess the needs for cleanup operations. Sept. 6th, 1974; METULA presentation, Shell
Centre, 20th Febr •• 1975. Shell I nternationa I Marine. Ltda .. London; V.A. GALLARDO.
Consideraciones preliminares en torno al derrame causado par el varamiento del buque-tanque
VLCC METULA en el Estrecho de Magallanes, Chile. March 9th. 1975; A. OPAZO R.
Investigaciones sobre el varamiento del supertanque holandés METULA. Revista de Marina
(Nov.-Dic., 1914): 640·650, 1974; Anon. Selvamento del Petrolero METULA. Navitecnia, 28
(12) 39·42,1974, Buenos Aires; Anon. Consecuencias ecológicas de la varadura del METULA.
Navitecnia, 29 (2): 50-53, 1975, Buenos Aires; U.S. SENATE. Tankers and Marine
279
Environment. Hearings before the National Ocean Policy Study of the Committee on
Commerce, 94th Congress. First Session on S. 333, Jan. 29-30, 1975; Serial No. 94-7, Part. 1,
Washington, D.C. 1975; N. MOSTERT. The age of the oil-berg. Audubon, 77 (3): 18-43. May
1975.
a Ver nota ~ 1 arriba.
9
Ver nota NO 5 arriba. pág. 6.
lO W.C. BUANETT. Phosphorite from the sea floor off Perú and Chile. Aadiochemical and
geological investigations concerning their origino International Oecade of Ocean Exploration,
Office of Naval Research. Ph. D. Thesis, Hawaii Institute of Geophysics, University ot Hawaii,
1974; F. MANHEIM, G.T. ROWE and D. JIPA. Marine phosphorite formation off Perú. J.
Sedim. Petrology, 45 (1): 243-251, 1975. Otras referencias generales de importancia son: M.P.
OVERALL. Mining phosphorite from the sea. Part. 3. Evaluation as an investment. Ocean
Industry, November, 1968, pags. 51-52. Anon. Ocean·bottom minerals. Ocean Industry, June,
1968, pags. 61-74; The sea. Mineral resources of the sea. Report of the Secretary General.
United Nations Economic and Social Council, E/4973, 26 April 1971. La siguiente referencia:
Sea-bed mineral resources: recent developments. Progress Report by the Secretary General,
United Nations General Assembly, A/AC. 138190, 3 July 1973, relaciona las actuales ideas
sobre expansibn de los fondos marinos y la tect6nica de placas con la distribución de minerales
de importancia econbmica. Por lo que a nuestras costas se refiere este documento indica lo
siguiente: "Processes associated with continental margins and volcanic islands at convergent
plate boundaries appear to favour the deposition of metallic minerals and to be associated in
various ways with the accumulation of petroleum. For example, the majority of known metallic
sulfide ore bodies are concentrated at convergent boundaries including the belts of deposits
which extend along the western cordillera of North and South America .•• It is reasonatile to
expect that the growing understanding of worldwide patterns of mineral distribution that a~e
emerging from the concepts of sea floor spreading will accelerate the discovery of mineral
resources not only on the sea-bed but also on the continents.
11
Ver por ejemplo: A. COUVE R. Consideraciones para el desarrollo integral de la pesca en Chile.
Seminario sobre la actividad pesquera en Chile, Universidad Católica de Valpara(so. Escuela de
Pesquerías y Alimentos, Edic. Univ. Va Ipara rso, págs. 51-58, dic., 1970.
12
Un caso de intenso dramatismo ecológico lo ha constituido el proyecto de desagües del
complejo petroqu(mico de Lega, que ha afectado un valioso recurso estuarino en la zona de
Concepción, el Estero o R ra de Lenga.
13
Ver DONG HO KIM. Economically important seaweeds, in Chile-11 Gracilaria. Botánica Marina,
13 (2): 14Q.162, 1970; W.D. CABLE. A description of the activities of the Maull(n (Chile)
fishing cooperative in the extraction of the marine algae Gracilaria sp. January-March 1967.
Botánica Marina, 17: 60-62.
14
J. VALDIVIA. Biological aspects of the 1972-73 "EL NIt\lO". Paq 2: The Anchovy population.
IOOE: Workshop on the "El Niño" Phenomenon, Guayaquil, Ecuador, 4-12 Dec. 1974. Ver
nota 15 abajo.
15
Ver trabajos sobre el fenómeno de "El Niño" presentados al Simposio organizado por la
Comisión Oceanográgica Intergubernamental, UNESCO, FAO, WHO y la IDOE, en Guayaquil,
Ecuador. 4-12 Dic., 1974-
16
P. HUGHES. El Niño. NOAA Magazine, January, 1975, pags. 43-45.
17
Ver arriba nota NO 5 pág. 6.
18
J.W. DEVANNEY 1.11. Shall we allocate the coastal zone uneconomically? Proceedings of the
2nd New England Coastal Zone Management Conference, Sept., 1971, pags. 77-94, Boston,
Mass.
19
Ver por ejemplo: H. SCOTT GORDON. The economic theory of a common property resource:
the fishery. J. Polit. Econ., 62 (1954): 124-142; A. SCOTT. The fishery: theobjectivesof sole
ownershíp. J. Polit. Econ., 63 (1955): 116-124; J. CRUTCHFIELO. The marine fisheríes: a
problem of ínternational cooperation. Papers Proc. 76th Annual Meeting Amer. Ecoi1. Assoc.,
Amer. Econ. Rev., 54: 207~218, 1963; R.W. JOHNSON. Regulation of commercial salmon
fishermen. Paco Northwest Quart., 55: 141-145,1964.
20
Para un análisis de la administración de la anchoveta peruana antes de los recientes cambios
estructurales ver: A.A. HOLMSEN. Management of the Peruvian anchoveta resource. NOAA
Techn. Rept.NMFS. CIRC 371, April 1973, Seattle, Wash., pp. 106-111; también ver arriba
nota NO 16.
21
Una excelente discusión sobre el tema es la deA. MERINO M. Legislación pesquera chilena.
280
Seminario robre actividad pesquera en Chile, ver arriba nota NO 11, págs. 71-79.
22
Ideas presentadas en V.A. GALLARDO. Chile's interest in the oceans. Dpto. de Estudios
Internacionales, U. de Chile, Santiago (en prensa).
23
Ver arriba nota NO 5, p. 20.
24
U.S.SENATE. Creation of a National program for roastal and estuarine zone management.
Rept. of the Senate Committee on Commerce. Rept. NO 92-526, Was. D.C. 1971. págs. 23-24.
Literatura pertinente de inter~ es también: Coastal zone management. Hearings before the
Subcommittee on Oceanography of the Committee on Merchant and Fisheries, House of
Representatives, .Serial NO 92-16, 1971. Wash. D.C. Public law 92-583, 92nd Congress, S.3507,
Oct. 27, 1972; Dept. of Commerce, NOAA, Coastal zone management. Program Development.
Grants. Federal Register, 38 (229): 33044-33051, 1973, Wash. D.C.
2S
Ejemplos de mala administración pueden haber muchos; uno pertinente a nuestra idiosincracia
podrfa ser el analizado en el siguiente trabajo: V. SANCHEZ-CARDONA, T.
MORALES-CARDONA, Y P.L. CALDARI. The struggle for Puerto Riro. Environment, 17 {41:
34-40, 1975; interesantes ideas para una moderna administración ambiental y de recursos
(eco ma n agem entl den versen en: J. MAYDA. The legaHnstitutional framework for
environmental resources management (Ecomanagementl. Institute for Policy Studies and law.
Universitv of Puerto Rico, 1974.
281
'THE UNITEO STATES
PROGRAM IN MARINE
ENVIRONMENTAL PROTECTION
ANO THE U.S. COAST GUARD
ROLE IN THAT PROGRAM
THE UNITED STATES PROGRAM IN MARINE ENVIRONMENTAL PROTECTION
AND THE U.S. COAST GUARD ROLE IN THAT PROGRAM*
The U.S. Environmental Protection Program had its real beginnings in the public
concern resulting from the Torrey Canyon disaster in 1967, with additional impetus from
the Santa Bárbara spill en 1968. As the U.S. program is closely related to the
international developments, I will first discuss briefly the principal international
developments relating to the protection of the marine environment in which the'U.S. was
deeply involved. then will'discuss the principal elements of the U.S. program, and finish
up by describing the U.S. Coast Guard organization for carrying out its part of that
programo
INTERNATIONAL DEVELOPMENTS
Sinee 1967, a series of international agreements have been developed under the
I ntergovernmental Maritime Consultative Organization (IMCO) each of which is a part of
a comprehensive scheme for the international control of ocean pollution from maritime
rourees.
- The 1969 Intervention Convention authorizes a government to intervene in cases of
maritime casualties on the hígh seas involving oil, if that·natíon's coastlines or related
interest are endangered. (Ratified by the U.S. in 1974).
- The 1969 Civil Liability Conventionassigns strict liability to the owner of the vessel
which is the source of the discharge, for damage caused by pollution resulting from the
discharge of oil from ships, limiting his total liability for a single incident to $ 14
million unless the incident results from the "actual fault or privity of the owner", in
which case his liability is unlimited.
The 1971 Compensation Fund Convention creates an international fund, financed
through contributions levied on contracting natíons whích reeeíve oíl, to provide
"compensation for pollution damage to the extent that the protectíon afforded by the
liability convention is inadequate". (The Civil Liability Convention and the Fund
Convention are now under joint consideration by the U.S. Senate).
The 1972 Ocean Dumping Convention prohibits or closely regulates the deliberate
disposal at sea of materials or substanee of any kind, form or description, except fish
wastes. (Ratified by the U.S. in 1974).
* Editor's note: This presentation by Commander Atkinson is further developed in the paper by
Commander Sipes. which is reproduced next. Only the former was discussed at the Seminar.
284
In 1973, a new permanent technical committee of IMCO, The Marine Environment
Protection Committee (MEPC), was established to discharge the responsibilíties of the
organization with respect to the conventions just discussed. Membership in this
committee is open to all member states of IMCO as well as to states which are parties to
conventions for which the committee performs functions. The committee administers and
coordinates the activities of IMCO relating to the prevention and control of marine
pollution from ships, vessels and other mobile equipment operating in the marine
environment. The work program of the committee works on marine pollution-related
conventions and amendments to conventions; on codes, standard practices and guidelines;
it initiates studies of particular problems; and provides technical advice to member states.
As a strong supporter of these activities, the U.S. is committed to the open
exchange of technology and expertise to assist other governments in the further
development of their natioríal and regional pollution control programs-whenever such
assistance is desired.
The development of the U.S. program for protection of the marine environment has
been concurrent with the multilateral activity. In 1970, the National Environmental
Policy Act established the President's Council on Environmental Quality-our Nation's
first major policy commitment to restore and rnaintain environmental quality. This Act
requieres that any federal action which may significantly affect the quality of the
environment must be preoeded by an environmental impact statement which explores all
possible adverse and beneficial ramifications of the action.
Also in 1970, the Environmental Protection Agency (EPA) was formed to set and
enforce pollution control standards, and to coordinate research and monitoring activities.
With the goal of achieving a better uderstanding of the total environment, including
marine resources, for the purpose of increased control of the effects of man's activitíes
upon his habitat, the U.S. National Oceanic and Atmospheríc Administratíon (NOAA)
was establislted. (Chuck Gunnerson can best speak to matters concerning NOAA).
Being the primary federal maritime law enforcement agency, the U.S. Coast Guard
has been ínvolved for many years in the enforcement of U.S. anti-pollution laws and
international treaties. Before the beginning of this decade, however, our anti-pollution
laws were ineffective due largely to lack of public and polítical interest and the resulting
non·availability of the resources necessary to enforce such laws as we hado The MEP
Program of today ís built upon laws enacted withín the past fíve years which declare·U.S.
polícy to be aimed at the minimization of po 11 ut ion and provide the authority for various
agencies to promulgate standards and regulations to that end.
The most significant of these laws are:
The Federal Water Pollution Control Act (FWPCAl. dealing with oil, hazardous
substances other than oil, and sewage.
The Marine Protection, Research and Sanctuary (MPRSA), ocean dumping, research,
and marine sanctuaries.
The Ports and Waterways Safety Act (PWSA), traffic control, port safety, and vessel
construction.
the Deepwater Ports Act; deepwater ports outside the territorial waters.
The Oil Pollution Act of 1961 -implementing the 1954 I nternational Convention.
The Intervention on the high Seas Act -which implement the 1969 International
Convention on that subject.
In all these laws, the primary thrust of the MEP Program is threefold: Namely,
prevention, enforcement and response.
These activities extend and redirect the more traditional roles of the Coast Guard;
we consequently operate in close liaison with severa I other agencies of the federal
government, most notably the EPA.
The Federal Water Pollution Control Act (FWPCA) provides for pollution
285
preventions regulations for the oontrol of sewage from vessels, for early notiflcation of a
discharge, and for response and cleanup action. Under this Act, the USCG regulates al!
transportation-related facilities, all vessels, and handles response action in the ooastal area
of the oountry. We man the National Response Center, and provide the National Strike
Force, Port Emergency Task Forces, and administer the Pollution Fund (a revolving fun
of up to $ 35.000.000).
Some of the principal things provided by the FWPCA are the following:
A no-fault civil penalty of up to $ 5.000 for each discharge, levied against the
owner/operator of the source.
A criminal penalty of up to $ 10,000 and/or 1 year imprisonment for fa ilure to
promptly report a discharge or for wilful d ischarge.
A civil penalty of up to $ 5',000 for violation of the prevention regulations.
A cleanup liability of $ 100 per gross ton, maximum of $ 14 million for a vessel, and a
maximum of $ 8 million tor an onshore or offshore facility.
- The Pollution Fund.
- The National Response Center.
- Port Emergency Task Forces.
the National Strike Force. (This is provided by the USCG and is oomposed of three
teams, one on each of our seaooasts, each oonsisting of about 18 men with specialized
eQuipment.
- The Nati.onaI Contingency Plan.
- Regional Plans.
The first international involvement of the U.S. Coast Guard in pollution response
was the Metula; then the Showa Maru (oost-reimbursable basis).
Our NSF may not always be available internationally.
We therefore support and énoourage other nations to develop a capability to the
extent practicable.
The Marine Protection, Research and Sanctuaries Act (MPRSA) of 1972.
- Three years old.
- States the U.S. policy "To regulate the dumping of all types of materials into ocean
waters and to prevent or strictly limit the dumping into ocean waters of any material
which would adversely affect human health, welfare or activities, or the marine
environment, eoological system or eoonomic-potential it ies" ,
This Act do es not apply to industrial outfalls. It regulates the transportation of
material from the U.S. for dumping in the ocean, or from outside the U.S. for dumping
into water s under U.S. jurisdiction.
It prohibits the dumping of radiological, chemical, or biological warfare agents,or
high-Ievel radioactive waste. AII other materials are strictly regulated and reQuire a
permit for dumping. U.S. Army Corps of Engineer~ for dredge spoils, EPA for all else.
The USCG is responsible for surveillance and enforcement to see that any dumping
done is in acoordance with the oonditions of the permito Issued by EPA, the perm~t
stipulates where, when and in what manner the dump can be carr ied out.
. Civil penalties up to $ 50,000, plus criminal fines of up to $ 50,000 afld/or
imprisonment up to 1 year for intentional violations.
Title 11 provides for research and monitoring by NOAA in oooperation with the
USCG, EPA or other agencies. This research is aimed at reducing or eliminating ocean
disposal by October 1977; the monitoring provided is global in soope.
Title 11 ofthe Act allows for the establishment of marine sanctuaries by NOAA to
the limit of U.S. jurisdiction, either by applying accepted principies of international laws
or asa result of ~ific intergovernmental agreements.
In 1974, this Act was amended to implement the International dumping
286
Convention of 1972. It appears that this Convention will soon come into force, possibly
even this year.
The Ports and Waterways Safety Act of 1962:
Provides statutory authority to cope with the increasing safety hazards of maritime
transportation and with pollutíon from marine casualtíes (oíl and hazardous
substances) .
Emphasis is on prevention.
Stresses prevention of damage to vessels and structure which form parts of our port
complexes.
Title 1authorizes establishment of VTS.
It also provides permanent authoritv for mntinuance of our Port Safety Program:
Regulates pilotage, anchorage, handling of explosives and other dangerous cargo, safety
equipment.
Title 11 speaks to standards of vessel design, construction, alteration, repair,'
maintenance and operation with the goal "to mitigate the hazards of life, property,
and the marine environment".
Regulations issued under this authority are expected to include improva:! vessel
maneuvering and stopping ability; reduction of the likelihood of collision, groundirY;J
or other accidents which may result in the loss of cargo; reduction of damage to the
marine environment from normal vessel operations such as ballastirY;J, deballasting, and
cargo hand ling.
Deepwater Ports Aet of 1974 speaks to protection of the environment by establishing
procedures for the locations, construction, and operation of deepwater ports off the
coaSts of the U.S. -outside our territorial waters.
- The Coast Guard administers this Aet.
As I said before, the Coast Guard has been deeply involved in work with IMCO
since its inception, and also, of course, with the MEPC.
It is a fundamental goal of the U.S. to playa significant leading role in IMCO
(MEPC) technical matters. Our goal isto:
Assist in developing a uniform system of national, regional and international
regulations, in developing recommendations and codes of practice for the protection
of the marine environment from pollution from ships, and
- To ensure that such mea sures are adopted without prejudice to U.S. flag vessels.
The U.S. engages in bilateral exchanges of technical information and related
cooperativeefforts. Recognizing the competence of IMCO as the focus of international
concern on marine pollution, the results of all joint tasks undertaken pursuant to these
bilaterals are reported to IMCO for further distribution.
Favoring as a long-term goal, a global approach to marine pollution control, the
U.S, is committed to providing a fuI! range of expert and technical adviceand assistance
to developing countries. Such advice and assistance may be made available to individual
nations, by government·to-government request, either nationally according to the terms
of the Foreign Assistance Act, or internationally through the U.N. system of specialized
agencies. The Coast Guard has expressa:! its willingness to coordinate, domestically on
behalf of the DOS, response to resquest for technical assistanceto developing coutries in
marine pollution control appropriate to the request. This is of particular importance in
requests for emergency assistance resulting from major spillages of oil that may threaten
the shoreline or relata:! interests of individual nations.
1n conclusion:
I have discussed some high points of the U.S. Marine Environmental Protection
Program and the laws and international agreements on which it is ba sed , the interagency
approach to resolving the pollution problems and the U.S. efforts by international
287
activities in that field.
We do not oonsider our program oomplete, but do feel that we've made a good
beginning. We are working to raise the international standards as well asour own, asthe
oceans serve us all and are vital to the world human oommunity.
Through oontinuing efforts, both domestically and oooperatively with other
nations, efforts which must be carried out in the spirit of oompromise and with a
willingness to cooperate, the discharge of oil and other hazardous substances into the'
marine environment can be minimized to the benefit of all mankind.
288
1. Field guide.
2. Chemical data guide.
3. Hazard Assessment Manual.
4. Compilation of cleanup technology with annex on state-of-the-art equipment.
- Hazard Assessment Computer S')Istem (HACSl.
5. Monitoring and surveillance Branch:
Pollution Surveillance "Seavey" -multi-sensor package, aircraft-mounted.
- Ocean Dumping Surveillance.
Aircraft patrols.
• Vessel patrols.
• USCG shipriderson dumping vessels.
"Black Box" -we are developing an electronic device which can be carried on
the dumping vessel to record the track of the vessel during the ocean-dumping
voyage.
Organization in the field:
Coast Guard areas of jurisdiction are arranged in districts (12 including Hawaii and
Alaska).
Each district is divided into:
- Marine Inspection Zones.
- Captain-of-the Port (COTPI Zones.
Now ronsolidating these into MSO zones.
The Officer in Charge, Marine Inspection (OCMI) functions are in rommercial vessel
safety,all aspects:
Construction and certification.
Alteration and repair.
Lícensing and certification of personnel.
Vessel documentation.
- Operations.
investigation of marine casualties and of personnel.
Disciplinaryaction.
COTP functions:
Port safety.
Port security.
Marine environmental protection.
Vessel traffic control.
General maritime law enforcement.
With consolidation, cross-training will be carried out to optimize the use of the
MSO personnel.
To ensure that all relevant resources of the federal government will be made
available when needed in a serious marine pollution incident, we have a National response
Team, romposed of members from severa I federal agencies having a responsibilíty or
capabilityto assist. They have devised a National Contingency Plan. Under the
supervision of the National Response Team are Regional Teams with Regional Plans.
The On-Scene Coordinators (OSC) are generally predesignated officers of the U.S.
Coast Guard or officials of the EPA.
USCG in the Coastal Regions.
- EPA in Inland Regions.
I will now describe Briefly the USCG/EPA relationship. Firstly, the EPA sets
standards. Both agencies issue pollution prevention regulations. The Coast Guard
289
regulates all transportation-related, facilities, EPA the non-transportation-related ones.
The Coast Guard enforces the no·fault penalty, but rometimes utilizes evidentiary
material supplioo by the EPA on those cases in which the 1;:PA acts as the OSC. As said
before, response action is provided by the Coast Guard in the coastal regions, by the EPA
inland.
We found that for us domestic legislation in the field of the marine environment
had beoome a 'simple necessity. We feel that international treaties and standards are airo
very necessary. We have airo found that action -action in prevention, in enforcement,
and response action when spills occur- is necessary. In oar particu,lar state of
development and population it has become very necessary. We in the U.S. Coast Guard
are very much involved in all these things.
290
MARINE
ENVIRONMENTAl PROTECTION:
DEVElOPMENTS
MARINE ENVIRONMENTAL PROTECTION: NATIONAL AND INTERNATIONAL
DEVELOPMENTS
INTRODUCTION
The United States marine environmental protection (MEP) program as we know it
today carne about through a series of events. related to both cause and effect, of wh ich
perhaps the single most notable was the 1967 TORREY CANYON disaster. The
grounding of this tanker and the ensuing massive discharge of crude oil which engulfed
tne shores' of Great Britain and France made the world aware that little knowledge.
technology, or organization was avai lable with which to combat a major oil d ischarge.
INTERNATIONAL DEVELOPMENTS
Since 1967 a series of international agreements have been developed under the
auspices of the Intergovernmental Maritime Consultative O rganizat ion (IMCO), Each of
these agreements is a constitúent of a comprehensive scheme for the international control
of maritime source of ocean pollution. The 1969 Intervention Convention authorizes a
government to intervene in cases of maritime casualties on the high seas involving oil, if
that nation's coastlines orrelated interests are endangered (ratified by the U.S, in 1974),
The 1969 Civil Líbiality Convention assigns strict liability to the owner of the vessel
which is the source of the discharge, for damage caused by pollution resulting from the
discharge of oil from shi'ps, limiting his totalliability for a single incident to $ 14 million
unless the incident results from the "actual fault or privity of the owner", in which alse
his liability is unlimited. The 1971 Compensation Fund Convention creates an
international fund, financed contributions levied on contracting nations which receive oil,
to provide "compensátion for pollution damage to the extent the protection afforded by
the Liability Convention is inadequ.ate" (The Civil Líability and Fund Conventions are
currently under joint consideration by the U.S. Senate). The 1972 Ocean Dumping
Convention prohibits or closely regulates the deliberate disposal at sea of materials or
substances of any kind. íorm or description (except fresh fish wastes) (the U.S. ratified in
1974). The primary objective of the International Convention for the Preventiojl of
Po!lution from Ships, 1973 is to accomplish the complete elimination of the willful and
intentional pollution of the seas by oil and noxious substances other than oil, and the
minimízation of accidental spills. The 1973 Convention complements the agreements
discussed above more comprehensively than the 1954 Oil Pollution Convention which it
will supercede.
In 1973 a new permanent technical Committee of IMCO was established to
discharge the responsibilities of the Organization in respect of the Conventions above
with which it performs functions. Membership to the Marine Enviornmental Protection
Committee is open to all Member States of I!'v1CO as well as to States which are Partíes
to Conventions for which the Committee performs functions. The Commíttee is
292
responsible for administering and ooordinating the actívities of IMCO relating to the
prevention and oontrol of marine pollution from shíps, vessels and other mobile
equipment operatíng in the marine environment. In the broadest sense the work program
of the Committee includes:
a. providing for adoption and implémentation of international pollution-related
Conventions and amendments to Conventions.
b. adopting reoommendations; codes, standard practices and guidel ines as appropriate.
c. initiating studies on particular problems and making the results of such studies
available to interested States. "
d. providing technical advice to Member States, developing countries in particular.
Based on a comprehensive U,S, program for marine environmental protection, the
U.S. plays a significant role in assisting the Organization and Member States not only in
progressing the work program of the Committee, but also in the open exchange of
technology and expertise to assist other Governments in the further development of their
national and regional pollution control programs.
An additional international body commited to these recent development in the
field of marine environmental protection is the NATO Committee on the Challenges to
Modern Society (CCMS). One of the first pilot studies launched by CCMS after
establishment in November 1969 was concerned with coastal water pollution.
Resolutions stemming from an oil spills Conference convened by Belgium (Iead
country for the project) in November 1970 called tor action on two levels: to take more
vigorous nat10nal action through legislation, research and cont1ngency planning to ensure
that all possible measures would be taken to prevent or minimize the harm done by ocean
oil pollution; and that steps be taken by the NATO nations at the international level,
especially through the United Nations system of specialized agencies, most particulary
IMCO. to press for speedierand more effective action. The resolutions and associated
activities thus supported by the Allied Nations through CCMS succeded in drawing
needed attention to the problems stemming from oil pollution.
In view of progress made in marine pollution control since 1970, most notably in
development, under the auspices of IMCO, of the 1973 Marine Pollution Convention and
a work program of continuing IMCO activities:CCMS considers that 1ts role as a catalyst
for international action has been largely fulfilled. It has agreed however, to maintain an
act ive interest to certain areas, namely the" exchange of information on the technological
and scientific aspects of oil spills, where current international activíty ís thought to be
laggíng. To that end, Belgium ís preparing a plan to implement the new agreement on
behalf of the Committee. The U .S. fully supports these developments
U.S. APPROACH
Concurrent with multilateral activity in this regard, the U.S. program tor protection
of the marine environment developed. In January 1970, the National Envíronmental'
Policy Act (NEPA) establíshed the President's Council on Environmental Quality (CEO)
constituting our nation's first major polícy commítment to restor'e and maíntaín
environmental quality. Under the authority of the Act, all federal agencies are now
required to consider fully the environmental effect of all management decision making
and planning with which they are envolved. Any federal action which may significantly
affect the quality of the environment, from the issuing of permits tor bcean disposal of
dredge spoils to the construction of offshore ports or power plants, must be proceded by
an env1ronmental impact statement which explores all possible adverse and beneficial
ramifications of the action. As the result of a recent Executíve Order issued by the
Presídent, all significant federal actions will also be scrutinized for their inflationary
impact on the 8oonomy of the U .S.
293
In July 1970, the President of the United States, with fhe concurrence of the
Congress, set out to establish a single agency in the federal government for the
coordination of th" various researcll, monitoring, standard-setting and enforcement
activities which were, at that timB, spread throughout severa I departments and agencies.
Such a re-organization requ ired tllat the proposed agency have sufficient lat itude and
support to deal effectively with the several concerned federal and state administrat ions to
give it sufficient strength and potential to fulfill its mission.
As a result, in October 1970, the U.S. Environmental Protection Agency (EPA) was
constituted forthe purpose of setting and enforcing pollution control standards.
In the same re-organization message the President proposed tlle formulation of a
single U.S. agency whose goal was broadly described as tile achievement of a l)etter
understanding of the total environment, includiny marine resources, for the purpose of
increased control of the effects of mm's activities upon his habitat. The specific purpose
of such an agency was to echieve leadership in developing a national oceanic and
atmospheric program of rescarch and development, and to coordinate its own scientífic
and technical resources with that of other government agencies as well as private
institutions. In answer to that need, the U.S. National Oceanic and Atmospheric
Administration (NOAArwas established.
The United States Coast Guard (USCG), as the primary federal maritime law
enforcement agency, has been involved in the enforcement of U .S. anti-pollution laws and
international treaties since tile turn of the century. Untíl the begínning of this decade,
however, anti-pollution laws were ineffective due to minimal publicand pOlítical interest
and the resulting non-availability of adequate resources to enforce their intento The MEP
program of today is structured on a foundation of statutes enacted within the past five
years which declare U.S. policy to be aimed at the minimization of pollution and provide
the authority for various agencies to promulgate standards and regulations to meet this
goal. In the field of marine environmental protection, the rrost significant of these laws
are: 1) The Federal Water Pollution Control Act (FWPCA) dealing with pollution by oil,
hazardous substances other than o il, and sewage; 2) the Marine Protect ion, Research, and
Sanctuaries Act (MPRSA) whieh addresses oeean dumping, research on the effects of
oeean disposal, and the establishment of sanctuaries; 3) the Ports and Waterways Safety
Act (PWSA) which primarily addresses the control of vessel traffic entering U .S. ports and
the construetion of vessels for safety and pollution abatement purposes; 4) The
deepwater Ports Aet which establishes procedures for the location, construction, and
operation of deepwater ports off the coast (outsíde of territorial waters) of the United
States; 5) the Oil Pollution Act of 1961, as amended, implementing legislation for the
International Convention for the Prevention of Pollution of the Sea by Oil, 1954, as
amended in 1962 and 1969, and 6} the Intervention on the Higil Seas Aet which
implements the International Convention Relating to Intervention on the High Seas in
Cases of Oil Pollution Casualties, 1969. In regard to all of these statutes, the primary
thrust of the U.S. MEP program is threefold: Prevention, Enforcement, and Response.
Such activities represent a significant extension and redirection of the more traditional
roles of the Coast Guard, with the Coast Guard consequently operating in close liaison
with several agencies of the federal government, most notably EPA.
294
provisions of the FWPCA form the basis for most of the Coast Guard's marine
environmental protectíon activities.
Prevention includes the regulat ipn of commodity hand I ing operat ions and the
design and construction of vessels and onshore and offshore facilities to minimize the
occurrence of harmful discharges. To this end, the Coast Guard has placed into effect
regulations which provide for equipment requeriments and operating procedures and
training of personnel from vessels and "transportation related" facilities, such as those
which transfer oil directly to and from a vessel. EPA has published regulations designed to
prevent discharges from certain "non-transportation related" facilities located on or
adjacent to the navigable waters of the U.S. such as oil storage facilities and oil drillinq
platforms. The inspection of vessels and facilities for compliance with these regulations
has greatly furthered the prevention effort. In addition to taking action to decrease
pollution from the private sector, the Coast Guard must ensure that its own vessels and
facilit ies meet federal. state and local requirements.
The term enforcement is descriptive of efforts to ensure compliance with the laws
cited above. Under the authority of the FWPCA, failure on the part of the owner or
operator of a vessel or facility to notify the appropriate federal agency of a discharge, as
soon as he is aware of that discharge, can result in a criminal penalty of up to $ 10,000
and/or one year in jail. The Coast Guard has been designated as the appropriate agency to
receive such notification and has established a National Response Center to receive
notifications and help coordinate response activities in consonance with the National
Contingency Plan (discussed below). Addtionally, the FWPCA specifies that the Coast
Guard shall assess a civil penalty of up to $ 5,000 for every discharge of a harmful
quantify of oil or hazardous substance into or upon the navigable waters of the United
States (including the contiguous zone) or adjoining shorelines. Violation of pOllution
prevention regulations may result in a civil penalty of up to $ 5,000 assessed by the
appropriate promulgating agency (USCG or EPA).
Quite aside from the sanctions authorized by the FWPCA, the owner or operator of
the vessel or facility responsible for -a discharge is liable for the costs response and
clean-up operation (with certain exceptions). The liability for a vessel is limited by the
FWPCA to $ 100 per gross ton or $ 14 million, whichever is less; a facility is liable for up
to $ 8 million. The liability for both vessels and facilities is unlimited, however, if the
discharge occurs through willful negligence or misconduct, and liability is not incurred if
the d ischarge was caused solely oy an act of God, an act of war, negligence of the part of
the U.S. government, an act or omission of a third partv, or a combination there of. In the
event that a third party is responsible for the discharge, the third party incurs the same
liability in place of the owner or operator of the vessel or facility (subject to the same
limitations).
The National Oil and Hazardous Substance Pollution Contingency Plan coordinates
the activities of severa I federal agencies in their efforts to remove discharges of oil or
hazardous substances from U.S. waters. In accordance with this plan, the Coast Guard is
responsible for ensuring effective re rnova I in coa sta I areas, including ports and harbors
and the Great Lakes, and the Environmental Protection Agency is responsible in inland
areas. In the U.S., it is the responsability of the discharger to remove pollutants from the
water. If clean-up is inadequate, the Coast Guard or EPA, in their respective areas of
jurisdiction, may take over rernoval activities. In either case, the'owner or operator of the
vessel or facility is liable for the full cost of the effort. To facilitate government
intervention in response and clean-up activities, the Coast Guard administers a revolving
Pollution Fund of up to $ 35 million used to defray costs either when the discharger
cannot or will not effect adequate clean-up, or when the discharger cannot be identified.
The pollutor, when known, must reimburse the Fund for actual costs incurred by the U.S.
Government (with certain exception and within certain limits of Liability) In addition,
295
the Fund is replenished by monies obtained hom penalties and fines levied under
authority of the previously described provision of tlle FWPCA.
Highly specializoo elJuipment has been developed through Coast Guard research and
development efforts to limit the quantities discharged, to aid in detecting discharges and
identifying their so urce, to contain oil on the water under val-ying environmental
conditions, and recover the discharged substance from the water. Available containment
and removal equipment is stockpiled in areas where effective cooperative containment and
clean-up organizations or oompany-owned resources do not existo Additionally, wide use
is made of qualified contractors, specialists in responding to pollution incidents.
On behalf of all federal agencies with pollution abatement responsabilities, the
Coast Guard maintains the National Strike Force. a highly specialized cadre equipped to
respond to pollution incidents anywhere in the United States. Each of three teams is
specially trained to perform severa I functions associated with a discharge, including
identification of dischargers, containment and clean-up operations, and coordinatíon of
disparate forces, both organized and volunteer.
It is significant to note that the National Strike Force has been made available,
upon the request of foreign governments, to assist in two recent marine incidents
involving grave circunstances (VLCC METULA and VLCC SHOWA MARU). U.S.
scientists were also provided to assess the effects of the oil discharged as a result of these
incidents and to evaluate the effects of the resulting response activities. These services
were provided on a cost-reimbursable basis.
While the experience gained as a result of these two unfortunate incidents has been
invaluable to the U.S., certain problems have arisen regarding the provision of emergency
assistance in future incidents in foreign waters that relate directly to the nature of the
National Strike Force.
The National Strike Force was developed as the result of domestic legislatíon to
meet national needs. While the U.S. is willing 10 provide emergency assistance on a
government-to-government, oost reimbursable basis, it must be understood that as the
result of prior oommitments, operational requirements of higher national priority, the
National Strike Force may not be availableto assist at the scene of every major pollution
incident in foreign waters.
As the result of this realization, the U.S., in several international forum and in
informal discussions with foreign governments, has attempted to enoourage the
development of similar national capabilities and stands ready to provide technical advice
to governments which express an interest. In this way ultimately the U.S. can join with
other governments in providing emergency assistance to individual natíons whose
shorelines and related marine resources are thrE)atened by major marine pollution
incidents.
296
Enactment of this legislation ocurred before the Ocean Dumpirg Cooference
coovened in London in October 19n.
Title 1 of the Act addresses the dumping itself. No radioloqical, chemical or
biological warfare agents or h.igh level radioactive waste may be tmnsported from the U .S.
by anyone for the purpose of ocean disposal anywhere. The disposal of all other
material s from the U.S. is strictly regulated and requires an EPA or U.S. Army Corps
of Engineers (COE) permito No one may dump material anywhere within 12 miles of
the U.S. (or in any ocean waters if the material is transported from the U.S.) without a
permitl. Also, no U.S. citizen may transport any material from outside the U.S. for
dumping in any ocean waters without a U.S. permit or permit issued by a state party to
the international convention. Permits for the disposal of dredge spoils are issuetJ by
COE; all other permits are issued by EPA. They are granted only after a through
evaluation' of the circumtances behind eaeh reauest.
The primary Coast Guard responsabilities under the Act are to conduct slIrveillance
and enforcement activities to ensure compliance with dumping permits issued by EPA or
COE. Civil penalties of up to $ 50,000 may be assessed violators by EPA. Additionally,.
criminal fines of up to $ 50,000 may be levied, as well as imprisonment of up to one year,
for intentional violations of this title, its regulations, or conditions of the permito The Act
authorizes the Coast Guard to issue and enforce regulations relatirg to the safe
transportation, handling, stowage, and storage of materials to be dumped.
Title II of the MPRSA provides for research and monitorirg, efforts to be
condllcted by NOAA in cooperation with Coast Guard, EPA or other agencies. Emphasis
is placed 00 the effects of ocean dumping and on global monitorirg of changes 10 the
oeean ecosystem resulting from such dumping or other man-induced ehanges 10 those
ocean ecosystems. This research isalso aimed at reducing or eliminating oeean disposal by
October 1977.
Title II1 of the Act allows for the establishment of marine Sélnctuaries by NOAA to
the limit of U.S. jurisdiction, either by virtue of aeeepted principlesof internationallaw
or as a resu It of specif ic intergovernmental agreements.
The Marine Protection, Research and Sanctuaries Act wasamended in March 1974
by the U.S. Congress for the express purpose of implementing the Convention on the
Prevention of Marine Pollution by Dumping of Wasters and Other Matte'r (London,
1972). It is significant that 80 natíons undertook to negotiate and agree on international
control standards for ocean disposal. As the result of recent activities, sufficient nations
have now deposited instruments ratifying the Ocean Dumping Convention to effect its
entry into force. A meeting of States Party to the Convention, is expected to be
conducted in London, at the invitation of the United Kingdom, in I\lovember 1975. It is
expected that the 1ntergovernmental Maritime Consultative Organization will be
requested 10 admínister the Convention on behalf of the parties.
297
whirh operate in the area of a vessel traffie service to participate in that serviee. including
requiring the use of electronic or other deviees necessary to utilize the system. Additional
permanent authority is provided the Coast Guard to conduct its existing Port Safety
Programo This includes regulatory aspects of pilotage. anchorage. handling of explosives
and other dangerous cargoes. and establishment of minimum safety 6:¡uipment
requ irements.
By comparison. Title II of the Act is concerned more with redueing safety hazards
and environmental damage when a collision, grounding. or structural failure occurs. It
states that. "It is necessary that there be established, for all vessels carrying liquid cargo in
bulk, documented under the laws of the United States and entering the navigable waters
of the United States, comprehensive minimum standards of designo construction,
alteration, repair. maintenance, and operation to prevent or mitigate the hazards of life,
property. and the marine environment". Regulations issued under the authority of this
statute are expected to include possible standards to improve vessel maneuvering and
stopping ability, reduce the possibility of collision, grounding, or other accidents which
may result in cargo IOS5, and to reduce damage to the marine environment from normal
vessel operations such as ballasting, deballasting, and cargo handling.
Along these lines. the mea sures adopted for the minimization of intentional
pollution from oil and chemical tankers at the recent International Conference on Marine
Pollution (London. Oct-Nov 1973) confirm that maritime safety and the protection of
the marine environment are both important considerations in the design and construction
of ships. The International Convention tor the Prevention of Pollution from Ships, 1973
is part of a continuing effort by all nations to achievea comprehensiveand international
solution to the worldwide problem of marine pollution. The United States. in comparing
the features of the Ports and Waterways Safety Act with that of thé new Convention.
feels that the measures adopted for the prevention of intentional pollution are major
steps towards the goal of preservation and enhancement of the sea.
298
Convention.
299
and joint and cooperative testing and evaluation programs on topics ranging from general
technical requirements for ships pursuant to the 1973 Marine Pollution Convention to
detection of and response to pollutiondischarges of oil and other hazardous substances.
Recognizing the high competence of IMCO as the focus of international concern on
marine pollution, the results of all joint tasks undertaken pursuant to these bilaterals are
reported to IMCO for further distribution.
CONCLUSIONS
This paper briefly outlines the United States Marine Environmental Protection
Program, its foundation in U.S. Law, the U.S. interagency approach to resolution of the
common problems associated with protecting and enhancing man's natural habitat, and
the cIose relationship of U.S. efforts to international activities in this regard.
The U.S. Marine Environmental Protection Program is by no means considered
complete, and will continue to expand to encompass su eh existing and future
international agreements recognized by the United States as vital to the protection bf the
r;narine environment.
Through continuing efforts both domestically and cooperatively with all nations,
efforts that must be carried out in the spirit of compromise and willingness to cooperate,
the discharge of oil and hazardous substances into the marine environment can be further
minimized to the benefit of al!.
300
OBSERVACIONES SOBRE
"
EN MATERIA DE
CONTAMINACION MARINA
OBSERVACIONES SOBRE LA EXPERIENCIA DEL ECUADOR EN MATERIA DE
CONTAMINACION MARINA
Juan Suesc;um González
División de Química, Instituto
Oceanografía de la Armada,
Guayaquil, Ecuador.
ANTECEDENTES
Teniendo en cuenta las experiencias de grandes catástrofes de contaminación
marina producido por derrames de hidrocarburos en accidentes de super tanqueros
transportadores. como por ejemplo el producido en 1967 por el TORREY CANYON que
transportaba 117.000 toneladas de petróleo crudo, que encalló en el arrecife Seven Stones
partiéndose y su voluminosa carga fue derivando hacia las costas de Carnualles yae
Inglaterra con su consiguiente destrucción de la Ecología reinante: manifestándose por la
muerte de miles de ejemplares de varias especies y la posible extinción de algunas por
los efectos biológicos que se reflejaron en los ejemplos que robrevivieron.
Así también tenemos el derrame de petróleo en el canal de Santa Bárbara en
California en 1969. El naufragio del Torrey Canyon después de una investigación
realizada se concluyó que el barco había encallado únicamente a consecuencia de un error
humano. Tanto el accidente de éste como el del canal de Santa Bárbara habrían pOdido
evitarse de existir algún procedimiento estandarizado obligatorio para calcular las
posibilidades de accidentes antes de iniciar las operaciones.
Recientemente tenemos los accidentes del NAPI E R y del super tanquero METU LA
en el litoral chileno que han motivado la preocupación de buscar medidas de prevención e
impulsar la investigación robre métodos de depuración del petróleo y despejar la
confusión jur(dica internacional respecto al estudio y la delimitación de responsabilidades
en caso de accidentes.
El escape accidental de petróleo en el mar o en agua dulce cuando se trata de
terminales podría disminuir considerablemente mejorando las condiciones de navegación,
el diseño de los barcos y promulgando leyes severas acerca de la responsabilidad de las
compañ(as navieras y de los propietarios de pozos petrolíferos en el fondo del mar
respecto a observancia de precauciones de seguridad.
CONTAMINACION EN EL ECUADOR
La contaminación marina en el Ecuador no presenta caracteres alarmantes en la
actualidad principalmente a la que se refiere a la producida por Hidrocarburos y/o
derivados. A pesar de que en el Litoral Ecuatoriano existe en el Norte el terminal
petrolero de Balao que es uno de los más importantes de Sud América debido a su gran
volumen de exportaciones. Luego tenemos en la Puntilla de Santa Elena las instalaciones
de la Anglo, en la cual se encuentra su refinería.
302
Estas posibles causas de contaminación no son desronocidas por nosotros ya que ha
habido la preocupación ronstante que ha ido aumentado progresivamente en los últimos
años, principalmente en las medidas de protección con una base cientrfica y llevando a
cabo investigaciones sobre los efectos de los contaminantes en los recursos acuátiros.
Estas medidas de rontrol y protección del medio marino son llevados a cabo por la
Armada Nacional que cuenta ron repartos especializados para tal efecto y para realizar
además investigaciones relacionadas a los problemas de contaminación, no tan solo en
referente a Hidrocarburos; sino también a otro tipo de rontaminantes.
La dirección de la Marina Mercante y del Litoral (OIMMERC), que dentro de su
jurisdicción posee facultades para ejercer el rontrol de rontaminación por Hidrocarburos
y otros tipos de sustancias tóxicas; cuenta aderrás con las facultades I~ales dadas en el
código de la Policía Mar(tima en la Sección "DEL CONTROL Y PREVENCION DE LA
CONTAMINACION DE LAS COSTAS Y AGUAS NACIONALES PRODUCIDAS POR
HIDROCARBUROS".
Este decreto publicado en el registro oficial NO 643 de septiembre 20 de 1974, se lo
encontrará como ANEXO 1 del presente documento para ser ronsiderado romo un
instrumento de mucha val(a para los objetivos motivos de este seminario.
La DIMMERC cuenta en el Terminal Petrolero de Balao ron unidad de Control de
Contaminación (UCC) la cual en coordinación con la superintendencia de Texaco Gulf
tiene a su cargo la programación diaria del movimiento de deslastre de los transportadores
y de toda la operación de la Toma del petróleo crudo de las instalaciones.
El sistema de Desrontaminación del Puerto de Balao que posee en sus instalaciones
la compañi'a Texaro Gulf y que bajo la supervisión de la.UCC posee lo siguiente:
1. Un sistema para separar el Lastre descargados por los tanqueros, que se rompone
de una mezcla de petróleo yagua. Este sistema consta de:
a) Un separador donde se reroge la capa más gruesa del Hidrocarburo
b) Dos piscinas de separación que funcionan, en forma suscesivas, por el método de
decantación durante 72 horas, con capacidad suficiente para aproximadamente
100.000 barriles.
el Por último esta mezcla de petróleo agua pasa por un separador final que recoge la capa
de Hidrocarburo y lo lleva a tanques de almacenamiento. El agua decantada pasa por
un filtro final de Tamo que reroge las últimas fracciones de crudo este filtro es
cambiado según lo requiere el Análisis de Laboratorio. El agua es bombeada al Mar a
una tuber(a hasta 2000 mts fuera de la I (nea de Costa; hasta el momento se ha
separado por este procedimiento aproximadamente 14.000 barriles de Petróleo desde
su inicio de operaciones de este Sistema (1974).
En este terminal existe una gran cantidad de Paja (elementos de limpieza) para ser
utilizada en una emergencia de derrames. Además poseen una gran cantidad de
descontaminante de los tipos Gulf 113 y Petrolite los cuales son utilizados cuando hay
derrames, pero éste tiene sus limitaciones. Por esta razón la UCC tiene planeado compras
de equipos más especializados para rontrolar derrames de ronsideraciones.
La UCC además realiza un control de rontaminaci6n de Playas del Puerto de 8alao
y los sectores adyacentes mediante un plan trazado de estaciones de muestreo la cual se
realiza en forma continua.
La DIMMERC tiene también en programaci6n la realización de otra unidad de
contaminación en la Libertad, la cual se encargará de todo lo relacionado a la polución en
esta Area.
El INSTITUTO OCEANOGRAFICO DE LA ARMADA DEL ECUADOR
(INOCAR), que tiene romo misión "ejecutar las labores de cartograf(a Náutica,
señalización e investigación oceanográfica a fin de contribuir a la mejor operación de las
Unidades Navales, a la seguridad de navegación y la pol(tica de desarrollo en que participa
303
la Armada".
El INOCAR en lo que se refiere al problema de contaminación cuenta con
modernos laboratorios para la realización de proyectos nacionales y regionales de
investigación Oceánica. El Departamento de Ciencias del Mar del INOCAR preocupado
por esta pro b lemát ica ha desarrollado proyectos de invest igación a realizarse
principalmente en el Golfo de Guayaquil en el que se iniciará en breve la explotaciÓn del
gas y petróleo. El Area de mención es una de las más fértiles, del Mar Ecuatoriano, su
riqueza planctónica da origen a una de las pesquer(as más importantes del país; y es
necesario obtener una amplia información científica sobre los efectos destructivo que
ejerce el petróleo y derivados sobre los organismos mar inos.
Los proyectos de Investigación a realizar por este Instituto son básicamente
estudios interdisciplinarios para tener conocimiento del estado actual de la fauna y
composición del Golfo antes de la explotaciÓn petrolífera, ya que es la única forma de
establecer el deterioro de la ecología por agentes contaminantes.
Los Títulos de los Proyectos presentados son los siguientes:
1. Estudio Integral del Golfo de Guayaquil, con énfasis en problemas derivados de la
Contaminación de Hidrocarburos.
2. Cultivo de micro-algas del Fitoplancton marino
Estos· proyectos han sido presentados al PNUD/UNESCO los cuales esperan
realizarse de inmediato.
Actualmente se está desarrollando un programa de investigación junto al Instituto
Nacional de Pesca (1 NP) en la misma Area de Estud io.
304
ANEXO
Decreto NO 945
Guillermo Rodríguez Lara
General de Brigada
Presidente de la República
Considerando:
Que es preciso y de urgente necesidad arbitrar las med idas adecuadas por parte del
Poder Público, a fin de evitar la destrucción de la riqueza marina, a consecuencia de la
contaminación de las costas, playas yaguas nacionales, producida por sustancias tóxicas
arrojadas al mar, principa Imente los residuos y desperdicios de hidrocarburos.
Que el Código de Polic(a Mar(tima le confiere a la Dirección de la Marina Mercante
y del Litoral, dentro de su jurisdicción, facultades para ejercer el control de la
contaminación ocasionada por otra clase de sustancias tóxicas, por lo que es indispensable
también dotarle a la citada Entidad del instrumento legal que le permita combatir la
contaminación ocasionada por ios hidrocarburos.
Que, inclusive, Organismos Internacionales, como la Organización Consultiva
Marítima Intergubernamental (IMCO), han considerado la necesidad del control de la
contaminación causada por hidrocarburos, por sus graves consecuencias destructivas,
esta b lec iendo proced imientos para evitarla en los mares y puertos petroleros,
circunstancia que determina la conveniencia de armonizar nuestra legislación con las
recomendaciones propuestas por los Organismos Internacionales.
A pedido del Ministerio de Defensa; y, En uso de las atribuciones de que se halla
investido:
DECRETA:
ART. 10. Añádase al Título 111 del Código de Polic(a Mar1tima una sección que dirá
"DEL CONTROL Y PREVENCION DE LA CONTAMINACION DE LAS COSTAS Y
AGUAS NACIONALES PRODUCIDA POR HIDROCARBUROS",
ART. 20 . Declárase de interés público el control de la contaminación, producida por
hidrocarburos, en las aguas territoriales, costas y zona de playa, así como en los dos y
vías navegables y que se encuentran bajo la jurisdicci6n de la Dirección de la Marina
Mercante y Puertos.
ART. ':P. Proh(bese descargar o arrojar a las aguas del mar, a las costas o zonas de playa,
así como a los ríos y vías navegables, hidrocarburos o sus residuos, as!' como otras
sustancias tóx icas provenientes de h idrocarEluros, perjud iciales a la ecolog (a mar ina.
ART. 4°. Igualmente prohíbese a las plantas industriales, refinerías, terminales marítimos
o fluviales, instalaciones costaneras fijas ° flotantes o instalaciones similares verter
hidrocarburos ° sus residuos al mar, costas y zonas de playa, así como a los ríos y vías
navegables, sin antes haber tratado tales elementos para convert irlos en inocuos, debiendo
mantener permaner)temente para estos efectos, equipos adecuados especiales debidamente
aprobados y sujetos a inspecciones periódicas por parte de la Direccion de la Marina
Mercante y Puertos, para el control, prevención y descontaminación de las aguas y riberas.
ART. 50. Toda nave nacional o extranjera, deberá descargar el contenido de sus tanques
de lastre en las piscinas de decantación de los terminales petroleros o a sistemas similares
autorizados por la Dirección de la Marina Mercante y Puertos; caso contrario las naves de
cabotaje deberán efectuar sus descargas y limpieza en el mar fuera de las 15 millas
305
oontadas desde la I(nea base que une los puntos más salientes de la oosta ecuatoriana; y las
naves de tráfioo internacional, podrán hacerlo solamente más allá de las 50 millas
oontadas en la misma forma ..
ART. 60 . Las naves que operen oon el sistema de "Load on Top", podrán descargar sus
aguas de lastre o de limpieza de tanque a una distancia no menos de 5 millas de la rosta
ecuatoriana, rontadas en idéntica forma que lo expuesto en el art(culo anterior.
ART. 70 . El Capitán de toda nave nacional o extranjera, o el Representante legal de
instalacionés oostaneras cuya nave o industria, según el caso, ocasionare rontaminación
por hidrocarburos de las aguas y oostas y playas adyacentes, deberá informar
inmediatamente de este hecho a la Dirección de la Marina Mercante y Puertos, Capitanías
de Puertos o Superintendencias Petroleras respectivas, a fin de que ss tomen las medidas
oonducentes para oontrolar o eliminar tales riesgos. Tocará a estas autoridades, además
calificar la existencia o inexistencia de caro fortuito o fuerza mayor en tal hecho, que
para ser ronsiderado romo tal, deberá necesariamente ser alegado por el interesado. Si el
aviro que dispone este Artículo no es dado, tal oomisión se oonsiderará circunstancia
agravante para efecto de las sanciones.
ART. 80 • Es obligatorio para toda nave o instalación oostanera que haya ocasionado
rontaminación por hidrocarburos, tomar inmediatamente las medidas para hacer cesar,
atenuar, o minimizar tal hecho. La omisión de esta disposición, al igual que la indicada en
el Artículo, oonstituye una circunstancia agravante a menos de probar la imposibilidad de
tomar tales medidas.
ART. 90 • Toda nave nacional o extranjera o instalación oostanera deberá romunicar de
inmediato a la Dirección de la Marina Mercante y Puertos, Capitanías del Puerto o
Superintendencia Petrolera respectiva, cualquier novedad que detectaren y que significare
riesgo de oontaminación por hidrocarburos.
ART. 100 . Toda nave nacional o extranjera que emplee o transporte hidrocarburos y que
recale en Puertos ecuatorianos, obligatoriamente deberá llevar a bordo un Libro de
Registro de Hidrocarburos, en el que se deberá anotar la siguiente información.
a) Para los buques tanques
1) Carga de hidrocarburos de carga;
2) Transferencia de hidrocarburos de carga durante el viaje;
3) Descarga de hidrocarburos de carga;
4) Lastre de los tanques de carga;
5) Limpiada de los tanques de carga;
6) Descarga de lastre sucio;
7) Descarga de agua de los tanques de residuos;
8) Eliminación de los residuos;
9) Descarga robre la borda de agua de sentinas que oontenga hidrocarburos que se
hayan acumulado en el espacio de máquinas, mientras el buque se enoontraba en
puerto y la descarga rutinaria en el mar de agua de sentinas que oontenga
hidrocarburos.
306
hidrocarburos;
La Dirección de la Marina Mercante y Puertos reglamentará el uso del Libro de
Registros de Hidrocarburos y determinará los demás requisitos a constar en el
mismo.
ART. 11°. El Libro de Registro de Hidrocarburos constituye un instrumento legal a cargo
y responsabilidad del Capitán de la nave, debiendo ser conservado a bordo para la
inspección por parteCle la Autoridad Marítima Ecuatoriana cuando éstas lo estimen
conveniente. El Libro deberá permanecér a bordo por un pen'odo mínimo de dos años,
contados a partir del último asiento.
ART. 120 • La Dirección de la Marina Mercante y Puertos establecerá los mecanismos
necesarios para prevenir, atenuar y/o neutralizar la contaminación de las aguas navegables
y playas adyacentes producidas por hidrocarburos. Podrá ejercer esta autoridad
directamente o a través de las Cap itanías del Puerto o las Superintendencias de Terminales.
Petroleros.
ART. 1:P. Las Capitan(as del Puerto y Superintendencias de Terminales Petroleros serán
los organismos encargados de imponer las sanciones conforme a la presente Sección. La
Dirección de la Marina Mercante y Puertos podrá revisar la sanción, de estimarlo
conveniente, en cuyo caoc> tal revisión será definitiva.
ART. 14°. Los buques nacionales ° extranjeros que infringieren las disposiciones de la
presente seccjón o las normas con respect'? a prevención de la contaminación causada por
hidrocarburos serán sancionados, considerando la magnitud del daño resultante, el
tonelaje de los buques y las demás circunstancias del hecho, sin perjuicio de hacerse
acreedores a otras sanciones impuestas por otras Autoridades y según otras disposiciones
legales, tanto mari'timas como generales, en la siguiente forma:
a) Si el hecho se cometiere dentro de las aguas interiores de la República comprendidas
dentro de la línea base que une los puntos más salientes de la costa ecuatoriana, con
multa de CI·EN mil a Un Millón de Sucres;
b) Si el hecho se cometiere dentro de las 15 millas de mar territorial de la costa
ecuatoriana, contadas desde la línea base que une los puntos más salientes de la rosta
ecuatoriana, con multa de Cincuenta Mil a Quinientos Mil Sucres;
c) Si el hecho se cometiere más allá de las quince y dentro de las cincuenta millas de la _
costa ecuatoriana, medidas conforme al litoral anterior, la multa será de Treinta Mil a
Trescientos Mil Sucres;
Estas sanciones, así como las otras previstas de este Decreto se impondrán de
conformidad oon las disposiciones aplicables del Código de Policía Marftima y las que
al respecto hubiere expedido o expidiere, de conformidad ron sus atribuciones, la
Dirección de la Marina Mercante y Puertos.
ART. 15°. Las personas naturales o juríd icas, plantas industriales, refinerías, terminales
°
marítimos fluviales o instalaciones costeras fijas o flotantes que causaren contaminación
contraviniendo disposiciones de la presente Sección, serán sancionados ron multas de
Diez Mil a Quinientos Mil Sucres sin perjuicio de otras sanciones establecidas en Leyes
Marítimas u otras.
ART. 16°. Se considera como casos fortuitos aquellos en que la éontaminaci6n se hubiere
producido por alguna de las circunstancias siguientes:
a) Para salvar vidas humanas en el mar;
b) Por seguridad propia o de otras naves;
c) Por casos de averías o pérdidas imposibles de evitar, habiéndose tomado las medidas
para remediar el escape;
d) Para evitar daño a la nave o la carga.
ART. 170 . Las sanciones que se impongan por infringir las disposiciones de la presente
307
sección o sus normas oomplementarias llevará necesariamente aparejada la del pago de los
valores que demande la limpieza de las aguas y de las riberas adyacentes y en general, la
reparación de los daños causados, sin perjuicio de las acciones civiles o penales a que
hubiere lugar.
ART. 180 . Todas las personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras que
reincidieren en los casos que han determinado las multas señaladas en los ArUculos
anteriores serán sancionadas con el doble de las penas impuestas, a juicio de la Autoridad
oompetente, para efectos de esta Secci6n oonsidérase reincidencia la repetici6n de la
misma falta, o una similar, en un plazo de doce meses.
ART. 19°, El Capitán del Puerto ° el Superintendente del Terminal Petrolero no
concederá zarpe a la nave sancionada por ocasionar oontaminaci6n por hidrocarburos,
mientras no hayan cancelado la totalidad de la multa impuesta, realizado la limpieza o
satisfecho sus gastos ° bien haya rendido fianza suficiente que a juicio de la Autoridad
respectiva garantice el pago.
ART. 20°. Responden solidariamente oon la nave por el cumplimiento de las obligaciones
establecidas en la presente sección, su Capitán, armador y agente naviero. Responde
°
asimismo en forma solidaria oon la empresa establecimiento industrial, su representante
legal.
ART, 21 0. Si el hecho que provoca oontaminaci6n, a juicio de la Autoridad competente
no es sancionable oon multa, queda implícita la obligaci6n de efectuar limpieza y en
general, oorregir los daños producidos por la oontaminaci6n.
ART. 22°, Los valores que se recauden por ooncepto de multas por violación de las
disposiciones de esta Sección, serán depositados en el Banoo Central del Ecuador en una
cuenta especial a orden de la Direcci6n de la Marina Mercante y Puertos, y serán
destinados para el cumplimiento de los programas y el mantenimiento de los servicios
necesarios impuestos en la presente Sección.
ART. 2JO. Concédese jurisdicción ooactiva a la Direcci6n de la Marina Mercante y Puertos
para el cobro de las multas y Obligaciones pecuniarias que nazca de la aplicaci6n de las
sanciones de la presente Secci6n.
ART. 240 • Concédese además acci6n popular para denunciar hechos que provoquen °
tiendan a provocar la oontaminación por hidrocarburos.
ART. 25°. La Direcci6n de la Marina Mercante y Puertos y los Repartos bajo sus órdenes,
encargados del oontrol de la oontaminación producida por hidrocarburos en las v(as
acuáticas, marítimas, fluviales ° lacustres oontrolarán, además de lo espeC(ficamente
encargado a ellos, todo tipo de contaminaci6n causada por otras materias tóxicas,
interviniendo directamente a fin de evitar daños mayores, pudiendo ademáll imponer a los
. infractores las sanciones establecidas en la presente Secci6n, pero únicamente en las zonas
bajo su propia jurisdicción.
ART. 260. De la ejecución del presente Decreto que entrará en vigencia a partir de la
fecha de su publicaci6n en el Registro oficial, encarguése el señor Ministro de Defensa
Nacional.
Dado en Quito a, 12 de Septiembre de 1974.
f) General Guillermo Rodríguez Lara, Presidente de la República. El Ministro de
Defensa Nacional, f) Marco Almeida Játiva, Gral. de Div. (R).
Es copia. Lo certifioo. f) Coronel Carlos Aguirre Asanza, Secretario General de la
Administración Pública.
3)8
PARTE QUINTA:
POLITICAS INTERNACIONALES
LA 'ORGANIZACION CONSULTIVA
MARITIMA INTERGUBERNAMENTAL
y LAS,
CONVENCIONES INTERNACIONALES
SOBRE CONTAMINACION
LA ORGANIZACION CONSULTIVA MARITIMA INTERGUBERNAMENTAL y LAS
CONVENCIONES INTERNACIONALES SOBRE CONTAMINACION
INTRODUCCION
A través de los milenios el importante océano se ha mantenido impenetrable a los
débiles asaltos del hombre. Este océano se creyó sin Hmites e incapaz de cambiar, pero el
tiempo ha tra(do cambios.
Hoy en d{a el hombre, con su industriosidad y avance ambicioso, armado de
contaminantes, desperdicios, productos qu(micos, petróleo, explosivos, materiales
radiactivos, etc., tiene el poder para destruir las capacidades purificadoras y vivificadoras
de mares y océanos. El delicado equilibrio entre la vida animal y vegetal del mar ha sido
alterado en muchos caros.
La única defensa natural del océano ha sido su tamaño. Ahora que el hombre puede
derrotar este tamaño, sólo le restan dos alternativas: robrevivir protegiendo este mar o,
sino emprende esta acción, suicidarse.
Los océanos cubren más del 700 /0 de la superficie de la tierra, un 11rea total de
alrededor de 361 millones de kilómetros cuadrados. Nuestro planeta es habitable sólo
porque la mayor parte de su superficie es agua. Los océanos son un factor ambiental
aítico que contribuye al balance atmosférico de oxrgeno y dióxido de carbono,
afectando el clima global y proveyendo la base para el sistema biológico del mundo. Hay
en ellos, los océanos, una importante fuente de prote(nas indispensables para muchas
naciones ya que ofrecen al hombre del futuro la saciedad de su hambre, pese a todas las
explosiones demográficas predecibles. Pero el hombre insiste en transformar los océanos
en el "basurero del mundo".
Hasta ahora el hombre no ha tratado a los océanos en la debida forma. Ha asumido
que su capacidad de absorción de basuras es infinita, 'pero ahora se está acumulando
evidencia por el daño causado, la contaminación es visible hasta en alta mar, largamente
fuera del alcance de la influencia dañina del hombre. Sin lugar a dudas que uno de los que
más colabora a esta hecatombe colectiva es el buque tanque. M ientras el "espacio
inferior" del océano mantiene alertagada su riqueza petrolera y mineral, gracias a que aún
los cient(ficos no rolucionan los mil y un problemas que presenta una permanencia
prolongada del hombre bajo el agua, éste, ávido de su futuro submarino ensucia
sistemáticamente la superficie del mar.
Famosos accidentes ocurridos en el transporte mar(timo crearon la ya endémica
"marea negra" fenómeno que liquida playas, asesina cardúmenes y aprisiona aves marinas.
La contaminación del mar es actualmente, y con toda seguridad lo será en el futuro
individualmente. uno de los rMS peligrosos asaltos al medio ambiente, debido a sus
efectos en el balanceo biológico y ecológico, que es decisivo para la vida de nuestro
312
planeta, además debido al grado de contaminación ya existente, las muchas grandes
fuentes de contaminación y dificultades para verificar si las reglas de protección estén
siendo cumplidas.
Una alarmante acumulación de sustancias nocivas han sido ya encontradas en el
plancton, organismos vivientes y sedimentos; algunos estuarios están siendo amenazados
seriamente actualmente por un grado de atrofia cada día en aumento.
Se pueden distinguir cuatro causas principales de contaminación del mar:
- Transporte por mar.
- Descarga deliberada de basuras al mar.
Explotación de los recursos del mar y del fondo del mar en particular la extracción de
recursos minerales desde el fondo del mar.
- La descarga de materiales de desecho desde el interior.
La prevención y restricción de las tres primeras clases de contaminación necesitan
de convenciones internacionales en un nivel global o regional. Esto acarrea problemas
sumamente complejos en los campos de supervisión y control.
En vista del importante papel del mar en el proceso de preservación y el desarrollo
de las especies, de la importancia del transporte por mar el armónico desarrollo
económico de la Humanidad, la contaminación del mar es un problema que atañe a la
Humanidad toda.
La mejor manera de proteger el medio ambiente es tratar de evitar la contaminación
del área más que combatir sus efectos una vez que ya se ha porducido. La Protección del
Medio Ambiente Marino es eñtonces. repetimos, responsabilidad de toda la comunidad;
todos debemos estar concientes de su importancia.
El combate de la contaminación del medio ambiente debe siempre comenzar en el
nivel más apropiado para el tipo de contaminante y para la región geográfica que,debe ser
protegida. Esto puede ser a nivel local. regional, nacional o internacional.
Las Naciones Unidas han estado permanentemente preocupadas. por los efectos de
la contaminación, por resolusión 2414 (XXIII) este alto organismo internacional invitó a
las organizaciones de la N.U. a que se ocupen de la contaminación, especialmente la
Organización Consultiva Marrtima Intergubernamental, IMCO, con el fin de que fomenten
la aprobación de acuerdos internacionales eficaces para impedir y controlar la
contaminación marina en la medida de lo necesario.
313
de este modo facilita el intercambio de informaci6n entre los Gobiernos acerca de todos
los asuntos que son objeto de estudio en la Organización.
MIEMBROS
Pueden ser miembros de IMCO todos los Estados Miembrosde las Naciones Unidas
y los demás Estados de ronformidadron los procedimientos de admisión estipulados en la
Convenci6n Constitutiva. El Secretario General de las Naciones Unidas es depositario de
dicha Convenci6n.
En la actualidad son 89 los Miembros de pleno derecho de la Organización.
·314
rutinarias de los buques. P6steriormente el programa se amplió para incluir:
a) La prevención de la contaminación de cualquier clase provocada por accidentes y
siniestros marítimos;
b) Prevención de la contaminación por cualquier sustancia procedente de los buques;
c) el problema de la indemnización por. daños de contaminación, inclusive las cuestiones
de responsabilidad; y
d) la prevención de la contaminación resultante de la explotación de embarcaciones y
otros artefactos distintos de los buques ro nve ncio na les. Este aspecto del trabajO de
IMCO se encuentra toda'da en su etapa incipiente.
315
Establece que estas sanciones deben ser los suficientemente severas como para desalentar
tales descargas ilegales fuera de su territorio.
En el artrculo VII se establece que los Gobiernos Contratantes tornarán las medidas
necesarias para fomentar la creación de instalaciones en los puertos capaces de recibir los
residuos y mezclas de hidrocarburos que los buques pudiesen tener para descargar después
de separada la mayor parte del agua de la mezcla. También de dotar a los terminales de
carga de hidrocarburos de instalaciones adecuadas para recibir los residuos y mezclas de
hidrocarburos que los buques petroleros pudieran tener para descargar. Lo anterior
también se hace extensivo a los puertos de reparación de buques.
A fin de que las autoridades competentes de cualquier Gobierno Contratante
puedan controlar el cumplimiento de las disposiciones mencionadas, el art(culo IX
determina que los buques petroleros y aquéllos que usen hidrocarburos como
combustibles deben llevar un libro de registro de hidrocarburos. AII( se anotará el lastrado
de los estanques de carga de buques petroleros, la limpieza de dichos estanques,
sedimentación de los estanques de decantación, vaciado de los estanques, limpieza de
estanques, descargas o escapes accidentales, etc.
Este libro de hidrocarburos debe estar permanentemente al d(a y permanecer a
bordo por lo menos dos años desde el último asiento, susceptible a ser revisado, como
indicamos anteriormente, por cualquier Autoridad Competente de un Gobierno
Contratante mientras el buque se encuentre en un puerto de ese territorio.
Este Convenio entró en vigor el 26 de mayo de 1959 y al 31 de diciembre de 1974
ha sido ratificado por 50 pa{ses.
En Chile actualmente (agosto de 1975) se encuentra en sus trámites finales de
estudio para proceder a su adhesión. Esta Dirección del Litoral y de Marina Mercante ha
sugerido que se firme bajo reserva el art(culo VIII sobre instalaciones y facilidades en los
puertos para recibir aguas de sentinas y lastres contaminados, no obstante estar esto
último solucionado.
316
En estas enmiendas se introducen algunos conceptos nuevos como ser el de "Tasa
instantánea" que significa la tasa de descarga de hidrocarburos en litros por hora en
cualquier instante dividida por la velocidad del buque en nudos en el mismo instante;
también se amalgaman en una sola las definiciones de "buque" y "petrolero".
El artículo 111 es reemplazado casi totalmente aplicándose el nuevo concepto de la
tasa instantánea. Para buques no petroleros se permite la descarga de mezclas de hidro-
carburos siempre que el buque proceda en ruta, la tasa instantánea no sea inferior a 60
litros por milla y que el contenido no sea superior a 100 ppm. A los buques tanques se les
permite la descarga siempre que procedan en ruta, tenga una tasa instantánea de 60
litros/millas y que la cantidad total de hidrocarburos descargada en un viaje en lastre no
sea superior a 1/1500 de la capacidad total de carga. En caso de no ser un buque tanque
que la descarga sea hecha tan lejos de tierra como sea practicable y en caso de buques
tanques a no menos de 50 millas.
Ademas se modificó el artículo IX en lo que se relaciona con el libro r~istro de
hidrocarburos ampliando su aplicación. Las enmiendas anteriores tenían por objeto
fomentar el sistema de carga "Load on Top", sistema mediante el cual las aguas de lavado
de los estanques se concentran en un estanque "slop". Luego este estanque se deja
decantar y se bota el agua quedando sólo el petróleo que flota, sobre el cual sevuelve a
cargar nuevamente. Este sistema sólo es aplicable a los cargamentos de petróleo crudo. El
procedimiento LOT es utilizado por las principales compañ(as petroleras que mueven
alrededor de 75 0 /0 del tonelaje de petróleo crudo transportado por mar V reduce
aproximadamente en un 80 0 /0 la descarga de residuos de petróleo al mar.
Estas enmiendas aún no entran en vigor. En diciembre de 1974 sólo había sido
aceptada por 21 Gobiernos, necesitándose un mínimo de 34.
ENMIENDAS DE 1971
Por Resolución A. 232 (VII) de la 7a. Asamblea Ordinaria de IMCO se aprobó una
enmienda propuesta por el Gobierno de Australia, a fin de proteger la Gran Barrera de
Coral que llega hasta unas 145 millas de las costas australianas. Se amplió en la zona
australiana la definición de "tierra más próxima". Esta enmienda.conocida como '~Great
Barrier Reef" aún no ha entrado en vigor, habiendo sido aceptada por sólo 9 pa(ses
(d iciembre 1974). .
Por Resolución A. 246 (VII) la misma 7a. Asamblea Ordinaria de IMCO aprobó otra
enmienda a la Convención de 1954. Por medio de ella se pretendía minimizar la cantidad
de hidrocarburos que pueda derramarse como resultado de algún siniestro marítimo. Se
agr~6 un nuevo Artículo VI Bis que tiene mucha importancia, por cuanto, para buques
cuya orden de construcción se firme el d(a de entrada en vigor del artt'culo, limita el
tamaño de los estanques de buques petroleros y fija disposiciones especiales para los casos
de que el buque sufriera aver(as. Se limita a 3:>.000 m3 el derrame hipotético de hidro-
carburos o 400 3 /DW, pero si esta cantidad es mayor se limita a no más de 40.000 m3 . El
volumen de un estanque lateral no será superior al 750 /0 del derrame hipotético y el
volumen de un estanque central no será superior a 50.000 m3 . Asimismo se fijan norm~s
sobre las esloras de los estanques.
Estas enmiendas conocidas como "Tanks" aún no han entrado en vigor y al 31 de
diciembre de 1974 sólo habían sido aceptadas por 11 Gobiernos.
Por Resolución A. 176 (VI) la 6a. Asamblea Ordinaria de IMCO decidió en 1969,
convocar para 1973 a una Conferencia Internacional con objeto de preparar un acuerdo
internacional que contribuyera a poner coto a la contaminación del mar, la tierra y el aire
317
por los buques, embarcaciones y otros artefactos que operan en el medio marino. En
1971, durante el séptimo período de sesiones ordinario de la Asamblea, se decidió
mediante la Resolución A. 2'37 (VII) que el objetivo principal de la Conferencia de 1973
fuera eliminar completamente la contaminación deliberada de los mares con hidro-
carburos y otras sustancias nocivas, minimizando los derrames accidentales, para 1975 si
fuese posible, pero en todo caso para 1980. .
La Conferencia de 1973 conciente de la necesidad de proteger el medio humano en
general y marino en particular y reconociendo, entre otros, que el derrame accidental o
deliberado de hidrocarburos y de otras sustancias perjudiciales por los buques constituye
una grave fuente de contaminación, adoptó un nuevo Convenio Internacional para.'
prevenir la Contaminación por los buques, 1973, destinado a sustituir el Convenio sobre
Contaminación de hidrocarburos 1954, al que se le reconoce importancia por haber sido
el primer Convenio Multilateral concertado con finalidad de preservar el medio.
El nuevo Convenio se refiere· a todos los aspectos de la Contaminación de los
buques excepto el vertimiento de desechos en el mar.
Se aplicó el Artículo 3 a los buques de todos los tipos, incluidos los aliscafos,
aerodeslizadores, sumergibles, artefactos flotantes y las plataformas fijas, flotantes que'
operan en el medio marino. El Convenio no reglamenta la contaminación que resulte
directamente de la exploración y explotación de los recursos mineros de los fondos
marinos.
El Convenio está constitUl'do por el art(culo propiamente dicho, dos Protocolos que
tratan respectivamente de la formulación de informes sobre sucesos relacionados con
sustancias perjudiciales y del arbitraje y cinco Anexos' que contienen Reglas, para
prevenir:
a) La contaminación por hidrocarburos;
b) la Contaminación por sustancias nocivas líquidas transportadas a granel;
c) la Contaminación por sustancias perjudiciales que no son transportadas a granel;
d) la Conta minación de las aguas sucias de los buques; y
el la Contaminación por las basuras de los buques.
En el Artículo 2 sobre definiciones se han incorporado algunas interesantes como la
espedfica de que se entiende por "sustancia perjuqicial" y que se entiende por "des-
carga". .
Por "sustancia perjudicial" se entiende cualquier sustancia cuya introducción en.el
mar pueda ocasionar rie!gos para la salud humana, dañar la flora, la fauna y los recursos
vivos del medio marino, menoscabar sus alicientes recreativos o entorpecer los usos
legítimos de las aguas del mar y, en particular. toda sustancia sometida a control de
conformidad con el presente Convenio. Por "descarga", en relación con las sustancias
perjudiciales o con los efluentes que contengan tales sustancias, se entiende cualquier
derrame procedente de un buque por cualquier causa y comprende todo tipo de escape, .
evacuación, rebase, fuga, achique, emisión, o vaciamiento. ..
No incluye el término descarga ni las operaciones de vertimiento en el sentido que
se da a este término en el Convenio sobre la prevención de lá Contaminación del mar por
vertimiento de desechos y otras materias, adoptado en Londres en noviembre de 1972, ni
el derrame de sustancias perjudiciales resultantes de la explotación y tratamiento en
instalaciones mar adentro de los recursos minerales de los fondos marinos ni cuando el
derrame de sustancias perjudiciales sea el resultado de trabajos de investigación cientrfica
relacionados con la prevención de la COntaminación.
El artículo 4 se refiere a las trasgresiones. Toda tra!gresión del Convenio por
ejemplo, la descarga il(cita de sustancias perjudiciales o la falta de cumplimiento de las
prescripciones del Convenio, relativas a la construcción y equipo de un buque, donde
quiera que se produzca esa trasgresi6n, será punible por la legislación del Estado de
pabellón. Si la tra!gresión del Convenio ocurre dentro de la jurisdicción de cualquier parte
318
en el mismo, será punible ya sea por la legislación de esa parte o ron arreglo a la
legislación del Estado de pabellón.
A este respecto se dispone que se interpretará el t.érmino "jurisdicción" a la luz del
derecho internacional vigente cuando haya de aplicarse o interpretarse el Convenio.
En el artículo 5 (certificados e inspecciones) se dispone que, ron la rola excepción
de embarcaciones muy pequeñas. todos los buques dedicados a viajes internacionales
tendrán que llevar a bordo determinados certificados internacionales que prescribe el
Convenio. Estos certificados pueden aceptarse en puertos extranjeros como evidencia
inmediata de que el buque cumple can las prescripciones del Convenio. No obstante,
cuando existan motivos claros para pensar que la rondición del buque o de sus equipos no
rorresponde sustancialmente a los pormenores del certificado, o si resulta que el buque no
lleva certificado válido, la autoridad que efectuó la inspección podrá detener el buque
hasta quedar satisfecha de que el buqwe pueda salir a la mar sin que ello signifique una
amenaza irrazonable de dañar el medio marino.
El art(culo 7 establece que se hará todo lo pOsible para evitar que se causen demoras
o inmovilización innecesarias al buque y que cuando así lo haya sido tendrá derecho a
indemnización.
El artículo 17 l'lstablece que las partes del Convenio en consulta con otros órganos
internacionales fomentarán la prestación de asistencia técnica a aquellas partes que lo
roliciten.
El Protocolo 1 se refiere a disposiciones para formular informes robre los suceros
relacionados con sustancias perjudiciales (Artícuto 8 del Convenio!. Se establece all{ la
obligación de informar, métodos para hacer caros en que debe informarse, etc.
El Protocolo II se refiere a I arbitraje a que deben rometerse las partes cuando ex ista
alguna rontroversia entre ellas, que nó ha podido ser resuelta por acuerdo. Se establece la
constitución de un Tribunal, formas de llevar el arbitraje, reglamentos, etc.
El laudo del Tribunal será definitivo e inapelable debiendo las Partes cumplir
inmediatamente lo dispuesto.
Queda sí una última instancia, cual es la de someter al mismo Tribunal, o a otro si
éste ya fue disuelto, alguna controversia robre la interpretación o ejeéución del laudo.
A continuación se hará un resumen de las principales disposiciones que contienen
los 5 anexos al Convenio de 1973.
a) Prevención de la contaminación por hidrocarburos. (Anexo I del Convenio).
El Convehio mamiene los criterios relativos a descargas de hidrocarburos prescritos
por laS'enmiendas de 1969 al Convenio de 1954, sin cambios importantes, excepto que se
reduce la cantidad máxima de hidrocarburos cuya descarga está permitida. durante el viaje
en lastre de petroleros nuevos, de 1/15.000 a 1/3:>.000 de la cantidad total de carga
transportada.
Estos criterios se aplican igualmente a los hidrocarburos persistentes (negros) y no
persistentes (blancos).
Un detalie nuevo e importante del Convenio de 1973 es el concepto de "zonas
especiales". Ciertas zonas especificadas que se consideran muy vulnerables a la contami-
nación por hidrocarburos han' sido designadas como "zonas especiales" dentro de las
cuales queda totalmente prohibida la descarga de hidrocarburos ron escasas excepciones
muy bien definidas, como son las que se originan al proteger la seguridad del buque o
salvar vidas en el mar.
Las principales zonas especiales señaladas son el Mar Mediterráneo, el Mar Negro, el
Mar Báhico, el Mar Rojo y la zona de los "Golfos", donde se deben proveer instalaciones
de recepción en los terminales de carga de hidrocarburos.Y puertos de reparación.
A todos los buques dedicados al transporte de hidrocarburos se les e;dgirá que apliquen
el Método de retención a bordo combinándolo con' el sistema de "carga sobre
319
residuos" (load-on-top) o la descarga en instalaciones de recepción. Para ello. se
dispondrá que todos los petroleros nuevos existentes y otros buques con alguna
excepci6n, tengan montado a bordo equipos adecuados que incluirán en dispositivo de
vigilancia y control de descarga de hidrocarburos, equipo separador de aguas oleosas o
un sistema de facilitaci6n, tanques de decantaci6n, tanques de residuos, instalaciones
de bombeo y tuberías de descarga.
Er lo que respecta a, la construcción de los petroleros, se han incorporado en el
Convenio de 1973 dos dispositivos importantes. Primero, los petroleros nuevos (o sea,
aquéllos cuyo contrato de construcci6n se haya concertado después del 31 de
diciembre de 1975) cuyo peso muerto (deadweight) sea de 70.000 toneladas o más.
tendrán que llevar estanques de lastre separado de capacidad suficiente para propor-
cionar un calado de servicio adecuado sin necesidad de meter agua de lastre en los
estanques de carga. Esta prescripci6n no obliga, sin embargo, a que se instalen
estanques doblefondos. Segundo, los petroleros nuevos habrán de satisfacer las
prescripciones de compartimentado y estabilidad con avería de modo que puroan
mantener suficiente flotabilidad después de sufrir una a ver (a p:>r abordaje. o varada en
cualquier cor,:,"r;ión de carga.
Se manti( ,len las disposiciones relativas a la limitación de capacidad ya la longitud de
los estanq l1es.
En los apéndices se establece la lista de hidrocarburos (1). Modelos de Certificados (11)
para petrO,leros y no petroleros y modelo de libro -"""j. tr. Je hidrocarburos (111) para
petroleros y no petroleros.
b) Control de la Contaminaclón por sustancias nocivas (Anexe 1I del Convenio).
El Convenio detalla' criterios de descarga y medidas de control de la contaminaciÓn
p:>r sustancias I(quidas nocivas transportadas a granel. A dicho efecto. se dividen las
sustancias nocivas I(quidas en cuatro categorías, con arreglo a los riegos que puroen
ocasionar para los recursos marinos, la salud humana. los alicientes recreativos y los usos
legítimos de las agua~ del mar.
Las de categoría A sup:>nen un rie!go grave para la salud humana o para los recursos
marinos. .
Las de la categon'a 8 son aquéllas que suponddan un riesgo para la salud humana o
para los recursos marinos. Los de la categoría C suponen un riesgo leve y los de la
categoría D supondrían un riesgo perceptible para la salud humana o para los recursos
marinos.
Han sido evaluadas e incluidas en una lista que forma un apéndice del Convenio más
200 sustancias. Permanentemente se está incorp:>rando nuevas sustancias a esa lista.
Este Convenio es aplicable a todos los buques que transporten sustancias líquidas a
granel. Mantiene en general. las disp:>siciones sobre definiciones. zonas especiales,
instalaciones y servicios de recepción, mroidas de rontrol, libre registro de carga,
inspecciones, certificados, etc.
La descarga de residuos que rontengan tales Sustancias solamente puroe efectuarse en
instalaciones de recepci6n o directamente en el mar si se cumplen también ciertas
cond iciones que vadan según la categoría de sustancia. As( para sustancias de la
Categoría A y 8 se exige que ellas sean descargadas a una velocidad de 7 nudos si el
buque tiene propulsión propia o 4 nudos si es remolcada; que la descarga se haga por
debajo de la I(nea de flotaci6n; que el buque se halle a lo menos a 12 millas de la tierra
más pr6xima; en el caso de la categoda 8, la cantidad descargada no debe ser mayor a
1 metro cúbico o 1/3.000 de la capacidad en metros cúbiros.
En las de categoría C la concentración de la descarga no debe exceder 10 ppm en la
estela del buque; en todo caso desde cada estanque no debe descargarSe más de 3 cm 3 o
1/1.000 de la capacidad del estanque en m3 •
320
La profundidad de las aguas en los tres casos anteriores no debe ser inferior a 25
metros.
El Mar Báltiro y el Mar Negro han sido designados zonas especiales dentro de las
cuales se prohibe la descarga de sustancias nocivas líquidas.
El apéndice I de las pautas para determinar las categor(a de las sustancias nocivas
I(quidas.
El apéndice 11 entrega la lista de sustancias nocivas líquidas transportadas a granel
ron su rorrespondiente clasificación.
El apéndice III entrega la lista de otras sustancias I(quidas transportadas a granel.
El apéndice IV trae el modelo del libro registro de carga para buques que trans-
porten sustancias nocivas I(quidas a granel.
El apéndice y entrega el modelo de certificado.
321
Se define la "basura" con toda clase de restos de vt'veres -'salvo el pescado fresco-
así como los residuos resultantes de las faenas demésticas y trabajo rutinario del buque en
condiciones normales de servicio.
El anexo es aplicable a todos los buques. Se prohiben la descarga al mar de materias
plásticas, cabullerías redes de pesca y de fibras sintéticas y bolsas de plástico para la
basura.
La madera de estiba y materiales de embalaje puede descargarse a lo menos 25
JTlillas alejado de la tierra más próxima.
Los restos de comida, y todas las demás basuras, incluidos productos de papel.
trapos, vidrios, metales, botellas, loza doméstica, etc., a una distancia no inferior a 12
millas.
Si las basuras arriba enumeradas han pasado por un triturador o desmenuzadas
podrá descargarse a una distancia menor no inferior en todo caso a 3 millas.
Se mantienen las mismas disposiciones relativas a excepciones, instalaciones de
recepción, etc.
De acuerdo a lo estipulado en el Art(culo 14 de la Convención los anexos 111, IV Y
V son "anexos facultativos", vale decir que un Estado al tiempo de firmar, ratificar,
aceptar, aprobar el Convenio o adher ir a él, puede declarar que no acepta uno o ninguno
de dichos anexos.
Podrá aceptarle sin embargo con posterioridad mediante el depósito de un instru-
mento especial.
El Convenio de 1973 entrará en vigor 12 meses después de que se haya hecho parte
de él por lo menos 15 Estados cuyas flotas mercantes combinadas constituyen no menos
del 50% del tonelaje bruto de la flota mundial.
322
de extrema gravedad, pero que señalara claramente sus límites y estipulara en que
rondiciones y con arreglo a que procedimientos podría ejercerse tal derecho de inter-
vención.
El Convenio ronfirma el derecho del Estado ribereño a tomar en Alta Mar las
medidas necesarias para prevenir, mitigar o eliminar todo peligro rontra su litoral o
intereses ronexos debido a la rontaminación o amenaza de rontaminación resultante de
un accidente marl'timo. Por actividades ronexas se define aquellas actividades mar(timas
rosteras, portuarias o de estuario, incluidas las actividades pesqueras, que ronstituyen un
medio esencial de existencia de las personas interesadas, o los atractivos turI'stiros de la
región interesada, o la salud de la población ribereña y el bienestar de la región interesada,
incluida la conservación de los recursos marinos vivientes y de su flora y fauna.
No obstante el Estado ribereño sólo puede ejercer ese derecho si ello es necesario' y
las medidas que tome guardan proporción con la rontaminación o riesgo que se produzca
y antes ha consultado ron los interesados; entre estos interesados figuran en particular el
Estado o Estados de pabellón del buque o buques afectados los propietarios de los buques
o de los cargamentos en cuestión y siempre que lo permitan las circunstancias, expertos
independientes nombrados a tal efecto. E I Estado ribereño cuyas med idas de intervención
rebasen las permitidas por el Convenio tiene la responsabilidad de indemnizar por
cualquier perjuicio que llegue a causar ron tales medidas. El Convenio contiene dispo-
siciones para la solución de controversias med iante negociaciones, conciliación o arbitraje.
Esta Convención que entró en vigor el 9 de mayo de 1975, aparece a simple vista
romo muy limitativa para los países ribereños, pero sI' muy adecuada a aquellos países
que tienen grandes flotas petroleras. Es así romo entre los 15 Estados que hicieron
posible la entrada en vigor de la Convención, aparecen Liberia, Japón, El Reino Unido,
Noruega, URSS, EE.UU., Francia y Suecia, Dinamarca y Bélgica, que en conjunto repre-
sentan cerca del 80 0 /0 de la flota mundial de petroleros, incluyendo en ellos a los buques
OBO.
Para Chile esta Convención es particularmente inronveniente dado su extenso
litoral. y por ser el Estrecho de Magallanes ruta obligada de grandes super-tanques que
multiplican evidentemente los riesgos potenciales de 'contaminación.
Otra importante cuestión jurídica que sacó a relucir el siniestro del "Torrey
Canyon" fue la necesidad de definir las bases y el alcance de la responsabilidad de los
propietarios del buque o de la carga por daños que sufrieran Estados o personas como
resultado de un siniestro man'timo que originara contaminación petrolífera.
E n virtud de este Convenio se atribuye al propietario del buque que transporte los
hidrocarburos la responsabi Iidad derivada de los daños de Contaminación petro Iífera. Esta
responsabilidad del Armador es puramente objetiva; no obstante se le exonera si puede
demostrar aue el derrame de Hidrocarburos se debió a ciertas causas excepcionales
perfectamente definidas. La responsabilidad del propietario queda limitada a todo suceso
concreto. Esta limitación se basa en el arqueo neto del buque, pero se estipula una cifra
máxima, cualquiera sea el tonelaje del buque accidentado. El Convenio rontiene cláusulas
que determinan que tribunales tendrán jurisdicción para los casos en que los daños de
contaminación ocurran en más de un Estado y disposiciones relativas a la validez y
ejecución de los fallos de los tribunales rompetentes en los demás Estados Contratantes.
Se exige que los Armadores de los Estados Contratantes sean titulares de un seguro u otra
garantía aceptable que cubrá su responsabilidad en virtud del Convenio.
Esta Convención entró en vigor el 19 de junio de 1975, fecha en la cual ya eran
partes de ella 18 países de los cuales cinco tienen flotas petroleras de más de un millón de
323
toneladas,
El propietario tendrá derecho a limitar su responsabilidad en virtud de este
Convenio hasta una cuantl'a tota I de 2,000 francos por toneladas de arqueo del barco, No
excederá en todo caso de 210 millones de fra'ncos (US$ 14.4 millones). Por tonelaje de
arqueo se entiende el arqueo neto más lo deducido del bruto por concepto de los espacios
de la máquina para calcular el neto.
La Convenci6n se aplicará a to<;lo buque tanque y otras que transporten más de
2.000 toneladas de petróleo los que deberán tener un seguro contra la contaminación.
Esto no se aplica a los buques comerciales del Estado a los que s610 se les exige un
certificado expedido por la autoridad apropiada del Estado, estableciendo que la respon-
sabilidad de ese buque respecto de la Convención está cubierta. En general aquellos
buques que no tienen certificado válido no deben comerciar hacia paises de la
Convención.
El gravamen adicional impuesto a las Armadores por esta Convención, y otras
Ie;¡islaciones, a menudo más onerosas, presenta varios problemas de se;¡ uros, particular-
mente a los Clubs, Aunque ellos son los principales aseguradores de riesgos por
Contaminación por petróleo, dependen en gran medida del mercado reasegurador para
cubrir los derrames tipo catástrofe. Sin aquel rease;¡uro un solo accidente puro e imponer
una carga intolerable sobre los Armadores quienes son aseguradores y ase;¡urados al
mismo tiempo. En esas circunstancias y en orden a mantener reciprocidad el "London
Group of P & I Associations" fue obligado a limitar su cobertura para derrames por
contaminación por petróleo a US$ 14.4 millones en cada caso.
Tradicionalmente era política dar de partida a los miembros una cobertura P & I
ilimitada.
Las obligaciones impuestas por la Convención son al presente ase;¡urables y se
confía en que los principales paises marítimos darán efecto a la Convención mediante
legislación doméstica antes que optar por una Ie;¡islación más onerosa, la que puede ser
inasegurable y por lo tanto inaplicable.
La Convención ha limitad0 la clase de buques afectados a aquellos transportando
petróleo persistente a granel como carga, pero donde el petróleo es así transportado, la
responsabilidad se hace también extensiva al que se lleva como combustible.
El Ar~dor es responsable también por los costos y cualesquiera medida adoptada
razonablemente después de la descarga o escape de petróleo con el propósito de prevenir
o reducir cualquier daño y por cualquier perjuicio producido por cualquiera de las
medidas así tomadas, La definición" Armador" sólo se refiere al Armador re;¡istrado y no
por ejemplo a un flotador (demise charterer).
324
proyecto o en curso de construcción.
En vista de ello pedían que el monto de la indemnización no estuviera limitado o
que, en todo caso, se estipulara una cifra muy elevada de limitación, si es que podía lI~ar
a aceptarse tal cifra.
Viendo las reservas así expresadas, la Conferencia de 1969 estudió una transacción
que proponía el establecimiento de un Fondo Internacional, suscrito por las personas
interesadas en la carga, y que servirl'a el doble propósito de exonerar al naviero de los
gravámenes que le imponían las prescripciones del nuevo Convenio, por una parte y por
otra, de ofrecer una indemnización adicional a las v(ctimas de daños de contaminación en
aquellos casos que las indemnizaciones previstas por el Convenio de 1969 fueron insufi-
cientes o inobtenibles.
En 1971 una Conferencia convocada por IMCO adoptó el Convenio Internacional
sobre la Constitución de un fondo internao.ional de indemnización de daños cau53dos por
la contaminación de hidrocarburos. Este Convenio es COMPLEMENTAR 10 del Convenio
Internacional sobre responsabilidad civil de 1969 relativos a los daños de contaminación
h idrocarbúrica.
En virtud del Convenio del Fondo de 1971, se constituye un Fondo internacional
de indemnización de los daños de contaminación petrOlífera con dos fines: primero, para
garantizar una indemnización adecuada a las víctimas de daños de contaminación que no
puedan obtener el resarcimiento total o parcial de esos daños en virtud del Convenio de
Responsabilidad de 1969 y sequndo, para exonerar parcialmente a los Armadores de los
gravámenes financieros adicionales que les impone ese Convenio de responsabilidad civil
de 1969. No obstante, el Armador sólo puede beneficiarse de la protección que le
confiere el Convenio de 1971 si su buque cumple con ciertos Convenios internacionales
en los cuales se estipulan normas de seguridad y de prevención de la Contaminación
(Convención sobre contaminación 1954. SOLAS/50, Líneas de Carga 1966 y Prevención
de abordajes, 1960). El Estado que haya sufrido daños de contaminación petrolífera y no
haya quedado plenamente indemnizado en virtud del Convenio de 1969, recibirá del
Fondo una indemnización que puede ser superior al doble de la cuantl'a de limitación
estipulada en el Convenio de responsabilidad civil de 1969.
El Fondo se nutre de contribuciones iniciales y anuales pagaderas por las personas
de los Estados Contratantes que reciben cantidades importantes de hidrocarburos "sujeto
a contribución" en los puertos o instalaciones de dichos Estados (a lo menos 150.000
toneladas anuales).
La determinación de cuotas y demás actividades administrativas son llevadas a cabo
por una Organización del Fondo compuesto por todos los Estados Contratantes.
Orgánicamente el Fondo estará administrado por una Asamblea, un Comité Ejecutivo (en
ciertos casos) y una secretaría regida por un Director.
325
Anexo al Protocolo o que reunen características esencialmente semejantes a las de dichas
sustancias tal como se ha expresado. Para hacerse parte de este Protocolo es esencial ser
Parte primero del Convenio de Intervención de 1969.
OTROS ASUNTOS
Actualmente en IMCO se trabaja intensamente en mejorar las especificaciones
internacionales del rendimiento de equipo separador de agua e hidrocarburos y oleó-
metros, eliminación de sentinas y lastres oleosos por los buques surtos en el puerto
(excluidOS los efluentes de los tanques de carga/lastre de los buques tanques), dispo-
siciones relativas a las tuberías y especificaciones de la conexión universal a tierra.
Algo que ha preocupado permanentemente a IMCO son las instalaciones en los
puertos para la recepción de residuos oleosos de los buques. Al respecto podemos
adelantar que ya existeo conversaciones para que la Empresa Portuaria de Chile, que
opera la mayoría de los principales puertos de Chile, disponga o contrate instalaciones
para la recepción de aguas de sentinas y basuras.
Por otra parte la Dirección del Litoral y de Marina Mercante por Resolución NO
12600/199 del 22 de julio de 1975 estableció la obligatoriedad de que existan en todos
los terminales de carga de petróleos crudos o bunkers estanques para la recepción de
lastres contaminados y de que los buques tanques deben hacer uso de ellos.
Con referencia al Manual sobre la Contaminación ya mencionado, en la 3a. Sesión
del Comité de Protección del Medio Ambiente Marino de IMCO celebrado en junio de
1975, se presentó el proyecto de la parte 1, (prevención) a fin de que sea analizado y
aprobado en un futuro cercano.
Asimismo IMCO ha estado preocupado últimamente de la asistencia técnica. Es así
como está recopilando información de los gobiernos con vistas a mantener una lista de
expertos y equipos a quienes se pueda acudir en casos de emergencia. También está en
estudio la creación de partidas regionales para combatir la contaminación. Esta moción
fue presentada por Chile durante el desarrollo de la 3a. Conferencia sobre los Derechos
del Mar, celebrada en Caracas, y tiene como objet ivo concentrar en determinadas áreas
equipos y elementos para una pronta ayuda en casos de derrames considerables. Nuestro
326
pa(s ya solicitó que Punta Arenas fuera incluida Como sooe de una de estas Partidas
regionales.
RESOLUCIONES
Por considerarlo de interés se adjuntan las Resoluciones Nos. 5,10,12,14,21,22,
23, acordadas por la Conferencia Internacional para Prevenir la Contaminación del Mar
por los buques, 1973 y la Resoluci6n DLMM. ORD. NO 12600/199 VRS. del 22 de julio
de 1975, relacionada con disposiciones sobre descarga de lastres contaminados en los
terminales marítimos de carga y descarga de petróleo crudo y bunker.
COMENTARIOS FINALES
Tal como hemos visto a nivel internacional se han logrado diversos acuerdos
tendientes por una parte a prevenir la Contaminación del Mar y por otra a otorgar
compensaciones por los daños que esa contaminaci6n puede producir.
Al entrar en vigencia recientemente el Convenio Internacional relativo a la Inter-
vención en Alta Mar en casos de accidentes que causen una contaminación por hidro-
carburos, 1969 y el Convenio Internacional sobre responsabilidad Civil, por daños
causados por la Contaminaci6n de las aguas del Mar por hidrocarburos, 1969, se ha dado
un gran paso hacia la solución del problema de las compensaciones por daños, pero y as!'
lo entendemos, lo fundamental es prevenir antes que curar.
En consecuencia todos tienen su vista puesta en la Convención de 1973 que es la
más completa que se ha hecho hasta ahora. Se espera que esta Convencrón sea puesta en
vigor en EE.UU. allá por 1978.
Sin desconocer los múltiples problemas que acarrea aprobar una Convención de este
tipo, es nuestro deseo que todos los países puooan firmarla lo antes posible, teniendo
como único objetivo el proteger la salud y el bienestar de la humanidad.
Resolución NO 5
327
accidental, por estimarse que muchos aspectos de esta materia están ya reglamentados y
seguirán estándolo en el ámbito de otros Convenios técnicos relativos a la seguridad
marftima.
CONSIDERANDO también la estrecha relación existente entre la seguridad de los
buques y la prevención de la contaminación por los mismos.
CONSI DE RANDO que la Organización ha hecho apreciables progresos hacia la
~nsecusión del segundo objetivo, elaborando proyectos de Reglas y normas interna-
Cionales encaminadas a prevenir, mitigar y reducir a un mínimo la contaminación
accidental, entre las que cabe citar la prevención de accidentes que puedan sufrir los
buques, la reducción de los derrames causados por tales accidentes y la mitigación de los
daños ulteriores.
CONSIDERANDO asimismo que, en este terreno, queda aún mucho por hacer en lo
concerniente a la elaboración y modificación de aquellos Convenios de los que la
Organización sea depositaria y de otros instrumentos relacionados con la seguridad de los
buques y la prevención de la contaminación.
RECOMIENDA que la Organización fomente y prosiga estudios relativos a la
reducción de la contaminación en el medio marino, entre ellos:
al obtener información científica relativa a la identificación de las sustancias perjudiciales
transportadas por los buques ya su efecto en el medio marino;
bl compilar estadísticas relativas a siniestros marítimos en especial los resultantes en
contaminación del medio marino;
el analizar dichas estadísticas sobre siniestros y la relación existente entre el promedio de
las dimensiones y la edad de los buques tanques, y el número de accidentes y magnitud
de los daños de contaminación.
RECOMIEf\IDA también que la Organización siga dando máxima prioridad a su
labor referente a perfeccionar para reducir al mínimo los derrames accidentales, en
especial las de:
a) prevención de accidentes en los buques mediante:
i) normas de seguridad de la navegación y dispositivos de separación de tráfico
para prevenir abordajes, varadas y encalladuras, inclusive el perfeccionamiento
de normas internacionales de rendimiento de las ayudas a la navegación;
ii) normas relativas a las guardias en puerto y en alta mar, y normas de
formación y titulación de marineros;
iii) instalación de equipo moderno de navegación y radiocomunicaciones;
ivl normas operaciones durante el transvase, carga y descarga de hidrocarburos y
otras sustancias nocivas;
v) capacidad de gobierno y maniobra de buques de grandes dimensiones;
vi) construcción y equipo de buques que transporten hidrocarburos y otras
sustancias nocivas; y
viii seguridad del transporte de mercandas peligrosas en paquetes, contenedores,
tanques portátiles, camiones-cisternas o vagones tanq ues;
b) reducción al mínimo del riesgo de escape de hidrocarburos y otras sustancias nocivas
en casos de accidentes marítimos, incluidas normas para facilitar el transvase de carga
en caso de accidente;
el reducción al mínimo de los daños causados por la contaminación del medio marino,
inclusive:
il el estudio y elaboración de nuevas técnicas y métodos de limpieza, recircu-
lación y eliminación de sustancias peligrosas transportadas por los buques; y
ii) el estudio técnico y perfeccionamiento de los dispositivos y productos
químicos utilizados para eliminar los hidrocarburos y otras susta~cias
perjudiciales descargadas en el mar, con vistas a conseguir que se tomen
328
cuanto antes las med idas oportunas para adoptar y aplicar las modificaciones
de los Convenios existentes en materia de seguridad mar(tima y prevención de
la contaminación, o de los nuevos Convenios que se estimen convenientes.
Resolución NO 10.
Puesta a punto de dispositivos eficaces de vigilancia y control del contenido de
hidrocarburos.
LA CONFERENCIA,
CONSIDERANDO que las Reglas prescritas en el Anexo I del Convenio inter-
nacional para prevenir la contaminación por los buques, 1973, basan en varios casos el
rontrol y cumplimiento de sus disposiciones, en un sistema de vigilancia y control de las
descargas de hidrocarburos y, concretamente, que la Regla 15 de dicho Anexo exige que
todo petrolero proyectado para retener hidrocarburos a bordo esté equipado con un
sistema que controle la calidad de todo efluente que se descargue en el mar.
CONSIDE RANDO también que según el párrafo 16) de la Regla 1 de ese Anexo
cabe considerar como lastre limpio el procedente de un tanque cuyo dispositivo de
vigilancia y control de hidrocarburos demuestre que el contenido de hidrocarburos del
efluente no excede de 15 partes por millón.
COI\JSI DERANDO, asimismo, la Recomendación sobre Normas internacionales de
rendimiento de separadores y oleómetros aprobada por la Asamblea de la Organización
Consultiva Mar(tima Intergubernamental mediante la Resolución A. 233 (VII).
CONSIDERANDO que es necesario y urgente seguir perfeccionando dichos
dispositivos,
R ECOMI ENDA que la Organización fomente estudios encaminados a poner a punto
instrumentos de oleometr(a más sensibles, precisos y seguros que permitan controlar
eficazmente toda la gama de hidrocarburos prevista en dicho Anexo.
Resolución NO 12
329
Resoíudón NO 14
Recomendación relativa a la evaluación de la pe1igrosidad de las sustancias nocivas
líquidas.
LA CONFERENCIA,
CO N S I DE RANDO que, en cumplimiento de sus principales objetivos, ha
concertado el Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques,
1973 y que, entre otras disposiciones, dicho Convenio incluye, en el Anexo 11, un
Reglamento para prevenir la contaminación por sustancias nocivas h'quidastransportadas
a granel.
CONSIDERANDO que en su Resolución 17 ha recomendado que se elaboren
disposiciones apropiadas relativas al control de la contaminación por sustancias nocivas
sólidas transportadas a granel.
CONSIDERANDO, en particular, que las Reglas 3 y 4del Anexo 11, y sus apéndices
II y 111, dividen las sustancias I(quidas en Categorías según los riesgos ambientales que
entraña su derrame en el mar a consecuencia de las operaciones normales de los buques.
CONSIDERANDO asimismo con satisfacción que el Grupo mixto de expertos sobre
los aspectos cient(ficos de la contaminación de las aguas del mar (GESAIV1P) ha meto-
dizado y realizado evaluaciones de peligrosidad de unas 400 sustancias de forma que cabe
determinar sus Categorías partiendo de una base científica sólida.
CONSIDERANDO la conveniencia de facilitar el comercio internacional obviando,
dentro de lo posible, la necesidad de que las Partes en el Convenio tengan que consultarse
respecto a las sustancias que no se enumeran en los Apéndices 11 y 111 del Anexo 11.
CONSIDERANDO, sin embargo, que hay sustancias sobre las que se necesita más
información para completar la evaluación de su peligrosidad para el medio, especialmente
en relación con los recursos vivos.
CONSIDERANDO la necesidad de mantener al d(a esos Apéndices,
RECOMIENDA que la Organización Consultiva Mar(tima I ntergubernamenta I tome
con cárácter de urgencia medidas encaminadas a:
al revisar los criterios aplicados para definir las sustancias de la Categoría D;
bl evaluar la peligrosidad de aquellas sustancias para las que se ha estimado necesario
contar con más información, asr como la de otras nuevas que se prevea transportar,
conforme al método preparado por el GESAMP; y
cl ampliar todas las listas de manera que comprendan todas las sustancias que se sabe que
son objeto de transporte por mar.
INVITA a los Gobiernos a proseguir y fomentar estudios aoorca de la peligrosidad
ambiental de tales sustancias y a proporcionar a la Organización toda la información
disponible que se pide en el Anexo de esta Resolución.
Resolución NO 21
Establecimiento de instalaciones de recepción para descarga de aguas sucias y
eliminación de basuras.
LA CONFERENCIA,
CONSI RANDO que los Anexos IV y V del Convenio internacional para prevenir
la contaminación por los buques, 1973, prohiben que los buques descarguen aguas sucias
y echen basuras en el mar a menos que cumplan las condiciones reglamentarias.
CONSIDERANDO necesario que se establezcan instalaciones adecuadas de
recepción que permitan aplicar esas prescripciones en lo relativo a la descarga de aguas
sucias y eliminación de basuras.
CONSIDERANDO también que la aplicación efectiva de los Anexos IV y V del
Convenio dependerá de que exista una red mundial de tales instalaciones,
330
INSTA a los Gobiernos a que tomen las medidas oportunas para facilitar, lo antes
posible, instalaciones adecuadas de recepción de aguas sucias y basuras con capacidad
suficiente para que los buques que las utilicen 00 tengan que sufrir demoras innecesarias.
Reso lución NO 22
Fomento de la cooperación técnica.
LA CONFERENCIA,
CONSIDERANDO que para la eliminación total de la contaminación del medio
marino por los buques hay que contar con una amplia cooperación internacional y con
recursos técnicos y cientrficos adecuados.
CONSIDERANDO que se pedirá a las Partes en el Convenio internacional para
prevenir la contaminación por los buques, 1973, que asuman plena responsabilidad, y
tomen las disposiciones necesarias para detectar, vigilar y controlar y prevenir o mitigar la
contaminación por los buques.
CONSI DERADNO que el fomento de la cooperación técnica a nivel interguber-
na menta I acelerará la aplicación del Convenio por aquellos Estados que no dispongan
todav(a de métodos y conocimientos técnicos y cientfficos suficientes o necesarios en esta
materia.
INSTA a los Gobiernos a que fomenten, en consulta con la Organización Consultiva
Mar(tima Intergubernamental y otros órganos internacionales y con la asistencia y
coordinación del Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, la prestación de ayuda a aquellos Estados que soliciten asistencia Técnica para:
a) formar personal cientffico y técnico;
b) suministrar el equipo, instalaciones de recepción y de vigilancia y control que se
necesiten;
cl facilitar la adopción de otras medidas y disposiciones encaminadas a prevenir o mitigar
la contaminación del medio marino por los buques; y
d) fomentar la investigación.
INSTA TAMBIEN a los Gobiernos a que tomen las medidas pertinentes a este
respecto sin esperar a que entre en vigor el Convenio.
Resoluci6n NO 23
Naturaleza y amplitud de los derechos de los Estados robre las aguas del mar.
LA CONFERENCIA,
CONSIDERANDO que ha de convocarse una Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar en virtud de la Resoluci6n 2750 C (XXV) de la Asamblea
General de las Naciones Unidas.
CONSIDERANDO el carácter especializado de la presente Conferencia.
CONSIDERANDO que el Convenio internacional para prevenir la contaminación
por los buques. 1973, establece normas de orden técnico relativas al proyecto, equipo y
explotaci6n de los buques en lo concerniente a la prevenci6n de la contaminación del
mar, siempre que sea necesario conviene ir modificando progresivamente y mejorando
tales normas internacionales en el ámbito del Convenio.
CONSIDERANDO lo dispuesto en el párrafo 2) del Artl'culo 9 del Cónvenio.
CONSIDERANDO que el Convenio se refiere esencialmente a cuestiones de orden
técnico como ron el proyecto, equipo y explotaciÓn de los buques.
CONSIDE RANDO que el foro más competente para deliberar acerca de la cuestión
de la naturaleza y amplitud de los derechos de los Estados robre las aguas del mar es la
citada Conferencia robre el Derecho del Mar.
DECLARA que la decisión de la presente Conferencia refleja una manifiesta
331
intención de dejar que esa cuestión sea tratada por dicha Conferencia sobre el Derecho del
Mar.
DECLARA TAMBIEN que el ejercicio de ciertos derechos por un Estado dentro de
su jurisdicción, de conformidad con lo dispuesto en el Convenio, no excluye la existencia
de otros derechos de ese Estado en virtud del derecho internacional.
332
C OOPE RACION INTERNACIONAL
y POLITICAS NACIONALES:
EL CODIGO NACIONAL
DE RECURSOS NATURALES
RENOVABLES Y DE PROTECCION
AL MEDIO AMBIENTE
DE COLOMBIA
COOPERACION INTERNACIONAL Y POLlTICAS NACIONALES: EL CODIGO
NACIONAL DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES Y DE PROTECCION AL
MEDIO AMBIENTE DE COLOMBIA.
Marcelo Montt
Consultor de FAO.
334
Autorjd~des ~e Aplica~ión, contando con la colaboración del Dr. Wetterberg quien
adem~s '~terv,no especialmente en toda la parte relacionada con Parques Nacionales.
También Integraron el Grupo de Consultores de FAO los Sres. Marcelo Montt y Peter
Weaver, en los temas de sus respectivas especialidades. Asimismo, el Sr. Juan J. Tauber,
representante de FAO en Colombia y con sede en Bogotá y Panamá intervino coordi-
na~o los trabajos con las autoridades colombianas y en su enlace con el representante
resldent~ del PNUD en Colombia, Sr. Douglas O liden. Por parte del Gobierno de
Colombia, la contraparte del Coordinador de FAO estuvo a cargo del Dr. Julio Carrisosa
Gerente General de INDERENA, agencia autónoma adscrita al Ministerio de Agricultura:
335
naturaleza en el mundo, por lo que, tanto el modelo romo la metodología utilizada, son
de extrema importancia para futuras situaciones similares en otros países.
336
El Código aooge políticas ambientes y de recursos naturales y las hace aplicables a
bienes de dominio público o privado. Al mismo tiempo, efectúa la necesaria
diferenciación de pol(tica ambientales según lo exigen las características especiales de las
distintas regiones que oomponen el territorio.
9. ESTRUCTURA
El Código se estructuró en un Título Preliminar, dos Libros y un T(tulo Final. El
Títu lo preliminar oontiene declaraciones de principios básioos y definiciones de carácter
general.
337
El Libro Primero trata del ambiente, estableciendo el principio fundamental de que
toda persona tiene derecho a disfrutar de un ambiente sano. También se establecen
normas con respecto de los recursos naturales que el país comparte con sus vecinos,
tratánGose en lo posible de reflejar las normas sobre la materia contenidas en la
Declaración de Montevideo de la Séptima Conferencia Americana de diciembre de 1933,
las reglas de Helsinski adoptadas en 1966 por la Asociación de Derecho Internacional
respecto a las Cuencas Hidrográficas Internacionales, los Principios 21 y 22 Y la
Recomendación 51 de la Declaración de Estocolmo votada en 1972 por la Conferencia de
las I\laciones Unidas sobre el Medio Ambiente y las Resoluciones 2995 y '3129 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, que complementan la Declaración de
Estocolmo.
El Libro Segundo trata de la propiedad, uso e influencia ambiental de los Recursos
Naturales Renovables.
338
energéticos primarios tales como las pendientes, desniveles o ca (das de agua; de los
recursos geotérmicos; de la tierra y suelos y de sus usos no agr(colas; de la flora terrestre y
de los bosques; de la fauna terrestre y de la caza; de la flora y fauna acuáticas y de la
pesca; del paisaje, recursos escénicos y panorámicos o paisaj (sticos; de las áreas de
recreación, de las cuencas hidrográficas; del sistema de parques nacionales, reservas
naturales, áreas naturales únicas y santuarios de flora y fauna, etc.
339
de Planeací6n.
Por lo tanto, toda la funci6n hacedora de política y ooordínadora quedó en manos
del Consejo Interministerial referido y de su Secretaría.
Las responsabilidades operativas fueron entrEgadas aIINDERENA, que el Proyecto
de Decreto Orgánioo de las Autoridades de Aplicación del Código propuso transformar en
INMARENA "Instituto Nacional de Manejo del Ambiente y los Recuroos Naturales
Renovables", en lugar de INDERENA "Instituto de Desarrollo de los Recursos Naturales
Renovables".
Se propuoo que el INMAR ENA quedara encargado de la aplicación operativa del
CÓdigo, de la oolección de información, de la preparación de programas y planes, de la
preparación y diseño de proyectos de obras y trabajos y especialmente de la preparación,
en oonjunto oon el Consejo, de los distintos reglamentos de las materias oontenidas en el
Código,a dictarse por el Gobierno Nacional.
EN EL PACIFICO SUR
POLlTICAS AMBIENTALES EN EL PACIFICO SUR
Luis Arriaga Mosquera
Subsecretario para Asuntos
Cient(ficos, Comisi6n Permanente
del Pac(fico Sur.
RESUMEN,
Se presentan antecedentes sobre la consideración regional del problema de la
contaminación marina en el ámbito de la Comisión Permanente del Pac¡'fjco Sur (CPPS).
Se anotan aspectos de los alcances del problema y de los fundamentos para su consi·
deración regional. Se da a conocer las actividades que está desarrollando la CPPS con el
apoyo de FAO en relaci6n a la contaminación marina en Chile, Ecuador y Perú.
INTRODUCCION
De conformidad al objetivo del Seminario, nos referimos a las acciones que se
desarrollan en relaci6n a la preservación del medio ambiente marino en el PaCIfico Sur·
oriental; y, excluyendo los aspectos relativos al manejo de los recursos explotables nos
concretaremos a los problemas vinculados a la contaminación. Asimismo, utilizaremos el
término "región" para referirnos a la zona de actividades de la Comisión Permanente del
Pac(fico Sur (CPPS), es decir. Chile, Ecuador y Perú.
Si bien 1as pol(ticas y acciones planteadas en el seno de la CPPS tienen un carácter
regional, ellas están restringidas al ambiente marino; sin embargo, para el caso de la
contaminaci6n no se ha dejado de considerar que la comprensión de sus caracter(sticas y
la futura adopción de medidas para combatirla no pueden desglosarse de la comprensión
de los procesos que ocurren en los ambientes tierra-atmósfera.
1, ANTECEDENTES
La primera acción concreta de carácter regional dentro de la CPPS fue adoptada
mediante el Acuerdo NO XII de la IX Reunión Ordinaria (Paracas, Perú, enero 1966). en
el mismc se propon(a la elaboraci6n de un "proyecto de reglamento destinado a prevenir
la contaminación de las aguas del mar por elementos nocivos para la conservación de los
seres u organismos que tienen en él su medio normal de vida", No existiendo conocimientos
adecuados para elaborar tal reglamento esta iniciativa fue desechada posteriormente (X I
Reunión Ordinaria. Acuerdo XIII).
En relación a la contaminación marina, diferentes acuerdos y recomendaciones han
sido emitidas en las Reuniones Ordinarias de la CPPS yen las Reuniones de su organismo
cientffico asesor, la Comisión Coordinadora de las Investigaciones Cientr'ficas (COCIC) y
qL!e se refieren fundamentalmente a los siguientes aspectos:
Necesidad de realizar estudios sobre la contaminación de las aguas del mar por
explosiones nucleares (COCIC. I Reunión, octubre 1966. Lima).
342
- Reoolecci6n de antecedentes y disposiciones vigentes sobre oontaminación de las aguas
del mar (COCIC,II Reuni6n, junio 1968, Lima).
- Recomendaci6n a las Secciones Nacionales de la CPPS que adopten medidas para evitar
la oontaminación del mar por relaves mineros (Acuerdo IV, X Reunión Ordinaria,
diciembre 1968, Paracas-Perú).
Reoomendaci6n a las Secciones Nacionales para la preparaci6n de especialistas y
obtenci6n de asistencia técnica de FAO (Acuerdo XIII, XI Reunión Ordinaria, enero
1970, Quito).
- Estudio de la posibilidad de crear un Instituto especializado para el Pacífico Sur-
oriental (Acuerdo 11, XII Reunión Ord inaria, enero 1974, Quito!.
Desarrollo de un proyecto específico tendiente a lograr un diagn6stico general sobre
contaminaci6n marina en la región (COCIC, Recomendación 3, IV Reunión,
noviembre 1974, Viña del Mar).
Las referencias citadas demuestran el interés y preocupación de los gobiernos de
Chile, Ecuador y Perú por enfrentar los problemas de la contaminación marina y adoptar
las medidas que procuren una adecuada protección del ambiente y sus recursos. Refle-
jarran también una pol(tica regional. encausada a través de su organismo interguber-
na menta I la CPPS, cuyos lineamientos actuales se anotarán más adelante.
343
2.2. FUNDAMENTOS DE LA CONSIDERACION REGIONAL
Agregando a los alcances del problema de la oontaminaci6n marina ya anotados,
podemos citar algunas oonsideraciones que establecen oonvergencias sobre el interés
de abordarlo regionalmente:
a. El régimen oceanográfioo-meteorológioo del Pacífioo Oriental en la zona que
va desde Ecuador hasta Chile presenta estrechas interrelaciones. La 00 m-
prensión de los fen6menos que en ella ocurren y de sus efectos requieren de
una oonsideraci6n integrada. En oonoordancia, la biota presenta aspectos
también interrelacionados y as!', importantes recursos son oomunes a la región
o al menos lo son para dos países.
Consecuentemente oon lo expuesto, oontaminantes generados en la región o
fuera de ella podría afectar los eoosistemas marinos de toda la zona. En el
desarrollo de las investigaciones y en la adopción de medidas para la preser-
vación del medio ambiente marino oontra los peligros de la oontaminación,
tales como los mecanismos de vigilancia, se requerirá de la oonsideraci6n y la
oooperación regionales.
b. Existen, relativamente, varios aspectos oomunes que se derivan de la
condición de ser países en desarrollo y que se vinculan a factores socio-
eoonómioos, urbanístioo-sanitarios, de industrialización, etc., que de ninguna
manera son ajenos a los problemas de la oontaminaci6n marina.
c. Existe también una necesidad oomún de' realizar evaluaciones eoológicas,
especialmente de 'las áreas no oontaminadas, para lo cual el intercambio de
metodología y oonocimientos son altamente reoomendables.
344
3. ACTIVIDAD REGIONAL SOBRE PRESERVACION DEL AMBIENTE MARINO
ENCOMENDADA A LA COMISION PERMANENTE DEL PACIFICO SUR
Conforme se anotó anteriormente la Secretaría Genera I de la CPPS recibió el
encargo de los Gobiernos de Chile, Ecuador y Perú de adoptar las acciones necesarias para
el estudio de los problemas de la contaminación marina en la región, procurando para tal
objeto el concurso de la asistencia técnica internacional.
En el resumen que sigue consta la política de acción regional planteada por el CPPS
y que con la aprobación de los tres gobiernos fue presentada a la FAO para obtener la
asistencia necesar ia.
3.1. OBJETIVOS
a. Efectuar un diagnóstico general sobre los problemas de la contaminación
marina en el Pacífico Sur-oriental.
b. Preparar un plan escalonado que permita resolver progresivamente los
problemas que se identifiquen en el diagn6stico y cuya meta sen'ala adopción
de medidas adecuadas para la protección de la biota y del medio ambiente
contra los peligros de la contaminación, mediante un trabajo coordinado
entre los tres países.
345
4. ENCUESTA PRELIMINAR SOBRE CONTAMINACION EN LA REGION
Con la respuesta posit ¡va de F AO a la solicitud de la CPPS, y a sugerencia de la
misma organización, se decidió llevar a cabo una ~ncuesta preliminar sobre contaminación
en el Pac(fico Sur-oriental con la finalidad de contar con un documento de trabajo que
proporcione a nivel regional, los elementos de juicio básicos para desarrollar la iniciativa
planteada. La encuesta tiene un carácter enumerativo y ha sido cumplida en su etapa de
recolección de las informaciones. Los siguientes aspectos han sido contemplados:
a. Legislación sobre contaminación de n'os, lagos yaguas marinas,
b. Contaminación doméstica (Descargas directa al mar o indirecta a través de
sistemas hidrográficos).
c. Contaminaci6n industrial (Con indicación de tipos de industrias, ubicación,
lugares de descarga, observación de efectos conocidos).
d. Contaminación por pesticidas (Con indicación de tipos y cantidades usadas).
e. Contaminación por petróleo (Con indicación de fuentes, efectos conocidos,
medios usados para combatirla, derrames accidentales, etc.).
f. Otras clases de contaminación observadas (dragados, extracción de arenas).
g. Investigaciones en ejecución sobre contaminación acuática (Instituciones,
programas, muestreos, métodos y equipos utilizados, especialistas).
h. Referencias bibliográficas.
•
•.
346
RECONOCIMIENTOS
347
NOMINA DE PARTICIPANTES
348
Sr. Juan Carlos CastilJa
Departamento de Biología Ambiental.
Universidad Católica de Chile.
Sr. José Castella Argüelles
CONICYT
Canadá 308
Sr. Jorge Castillo GonzáIez
Departamento Obras Civiles
Avda. Tupper 2140
Casilla 5373
Sr. Alfredo Cea Egaña
Centro de Investigaciones. Coquimbo.
Universidad del Norte. La Herradura
sin. Coquimbo. Casilla 117. Coquimbo.
Sr. Miguel Córdova
Memorista (Estudiante) de Licenciatura
en Química (Fotoquímica Inorgánica
Facultad de Ciencias. Universidad de
Chile.
Contralmirante José Costa Francke
Secretario General, Comisión Perma-
nente del Pacífico Sur.
Sr. José Antonio Cousiño
Investigador, Instituto de Estudios In-
ternacionales.
Sr. Jaime Chiang A.
Departamento de Química, Facultad
de Matemáticas y Ciencias Naturales.
Universidad de Chile.
Casilla 130. Valparaíso.
Sr. Lisandro Chuecas
Departamento de Biología Marina. Uni-
versidad de Concepción.
Sr. Enrique D 'Etigny
Prorrector Universidad de Chile.
Sr. Rodrigo Díaz Albónico
Profesor Instituto de Estudios Inter-
nacionales.
Sr. Marco Antonio Díaz
Profesor Instituto de Estudios Inter-
nacionales.
Sra. Maida Díaz Valdés
1nstituto Fomento Pesquero.
Avda. Pedro de Valdivía 2633.
Srta. Carmen Gloria Echeverría
Ayudante Area Histórica. Instituto de
Estudios Internacionales.
Sr. Víctor Ariel Gallardo
Post Doctoral Fellow. Marine Poliey
and Ocean Management Program;
Woods Hole Oceanographie Institution;
W.H. Masaehusetts.
Sr. Hugo Giaeaman
Ingeniero Civil Compañía Acero del
Pacífico. Planta Huachipato.
Casilla 1-C. Talcahuano.
349
Sr. Juan Grau Vilarrubias
Escuela de Carabineros .
Instituto de Ecología de Chile
Agustinas ~4J. 0(. l·A.
Sr. Leonardo Guzmán Méndez
Biólogo Marino. Instituto de la
Patagonia. Casilla J 02·D. Punta Arenas.
Avda. Bulnes km. 4. Casilla l02·D.
Sr. Charles G. GunnerSon
Mesa Program
Environmental Research Laboratories,
NOAA.
Boulder, Colorado.
Sr. Leonardo Guzmán Méndez
Biólogo Marino, Instituto de la Pa·
tagonia.
Doctor Roy W. Hann
Director Environmental Engineering
and Environmental Science Division,
Civil Engineering Departament, Texas
A&M UniverSity.
Sra. Verónica Hickmann Frindt
UniverSidad de Chile
Gran Bretaña NO 1111
Playa Ancha. Valparaíso.
Sr. Eduardo Indacochea Zamz
Comisión Permanente del Pacífico Sur.
Las Bellotas 126.
, Casilla 16.199. Correo 9 Providencia.
Sr. José Jusakos Calfa
Depto. de Pesquerías U. del Norte
Sede Antofagasta.
Avda. Angamos 0610.
Casilla 1280. Antofagasta.
Almirante Carlos Le May Délano
Jefe del Estado Mayor de la Armada.
Sr. Hugo Levy Salazar
Vicerrectoría Académica. Universidad
Técnica del Estado.
Avda. Ecuador 3469, Ser. piso.
Sra. lrma EJiana Lozada López
Facultad de Ciencias. Departamento
Biología. UniverSidad de Chile.
José Pedro Alessandri 114.
Sr. Patricio Mardones
Celulosa Constitución.
Sr. Mario Mass AlfonSO
Colegío de Arquitectos de Chile
Merced 280. 100 pIso.
Sra. Lilian Masson Salue
Facultad de Ciencias Químicas. Uni-
versidad de Chile.
Vicuña Mackenna 20.
Sr. Juan Canos Maureira Zamora
Universidad del Norte. Departamento
de Pesquerías.
350
Sr. Jaime A. Meruane ZumeJzu
Centro de Investigaciones del mar
(CIMAR). Universidad Católica de Val·
paralso.
Sr. Julio Miranda Beltrán
ENAP
CasilJa 242. Concón.
Sra. Vivian Montecino Banderet
Departamento de Ciencias. Universidad
de Chile.
Macul774.
Casilla 147. Santiago.
Sr. MarceJo Montt
Consultor de F AO '
•Sr. Rodo/fo OJivari Muñoz
Centro de Investigaciones del mar
Universidad Católica de Valparaiso
Sra. Marta Cecilia Onvio Ruiz
Departamento de Biología. Facultad
de Ciencias. Universidad de Chile.
José Pedro Alessandri 774,
Capitán Atilio Opazo
Dirección del Litoral y Marina
Mercante.
Sr. Patricio Ortiz R.
Licenciatura en Ciencias Sociales. Uni·
versidad de Chile.
Ciencias Políticas. Universidad Cató·
lica.
Avda. Lota 2366, Dpto. 21.
Sr. Juan de Dios Ortúzar Salas
bepartamento Ingeniería de Transpor-
tes.
Vicuña Mackenna 4860.
Campus San Joaquín, Universidad
Católica.
Sr. Francisco Orrego Vicuña
Director, Instituto de Estudios Inter-
nacionales. Universidad de Chile.
Sr. Raymond Paeke Guevara
Instituto Antártico
Luis Thayer Ojeda 814.
Sr. Sergio Palma González
Centro de Investigaciones del mar.
Universidad Católica de Valparaíso.
Avda. Altamirano 1480. Valparaíso.
Sr. Vioente Pérez D'AngelIo
Departamento Exploraciones ENAP.
Casilla 247. Pun ta Arenas.
Czsilla 247. Punta Arenas.
Sr. Capitán Francisco Pizarro
Dirección del Litoral y Marina
Mercante.
Sr. Comandante Maurice Poisson
Estado Mayor de la Armada.
351
Sr. Gonzalo Quezada Alvarez
Departamento de Geografía. Univer-
sidad de Chile.
Dinamarca 1622.
Sr. Luis Ramorino Meschi
Director, Departamento de Oceanogra-
Ha. Universidad de Chile. Val-
paraíso.
Sr. Eduardo Reyes Frías
Departamento Oceanografía. Universi-
dad de Chile. Valparaíso.
Casilla 13-D. Viña del Mar.
Sr. Arturo Ried Stuker
Instituto Fomento Pesquero.
Sr. Agustín Rodríguez Pulgar
Rector, Universidad de Chile.
Sr. Augusto Salinas A.
Profesor Instituto de Estudios Inter-
nacionales.
Sra. Ana María Sancha Fernández
Departamento de Obras Civiles
Avda. Tupper 2140
Casilla 5373
Sra. Malva Sánchez Araya
Laboratorio de Zoología
Casilla 114-D. Santiago.
Sr. Patricio Sánchez Reyes
Instituto de Ciencias Biológicas
Alameda 340.
Casilla 114-D. Santiago
Sr. Bernabé Santelices González
Laboratorio de Zoología. Institu to de
Ciencias Biológicas. Universidad Ca-
tólica .
. Casilla 114-D. Santiago.
Sr. Osear Scheneider Riquelme
ENAP
Ahumada 341,8 0 piso.
Sra. María Angélica Soto 01avanía
Departamento Oceanografía. Univer-
sidad de Chile. Va/paraíso.
Avda. Borgoño s/n Reñaca.
Sr. Germán Verdugo Soto
Instituto de Estudios In ternacionales.
Sr. Paul Steuer Guhl
CIMM
Avda. Parque Internacional NO 6500
Manquehue • Lo Recabarren.
Sr. Juan Suescum
Profesor de la División de Química.
Instituto Oceanográfico de la Arma-
da. Guayaquil.
Sr. Constantino Tapias-Rueda
FAO. Oficina Regional para América
Latina.
Providencia 871.
Sr. Contralmirante Arturo Troncoso
Ministro de Educación.
352
Sr. Pedro Unda Díaz
Municipalidad TaJcahuano
Casilla 87. Talcahuano.
Sr. Juan Guillermo Valenzuela
Instituto de Estudios Internacionales.
Sr. Rafael VaJeniuela
Escuela de Derecho. Universidad Ca-
tólica de Valparaíso.
Sr. Jaime VaJenzuela L.
SHELL. Chile S.A.
Providencia 1979.
Sr. Alberto Van Klaveren
Profesor. Instituto de Estudios Inter-
nacionales.
Sr. Juan Waidele
Profesor del Departamento de Indus-
tria de la Facultad de Ciencias Físicas
y Matemáticas.
Sr. JorgeYáñez González
Empresa Nacional de Petróleo.
Sr. Pedro Yáñez Rebolledo
Departamento de Pesquerías. Univer-
sidad del Norte, Sede Antofagasta.
Avda. Angamos 0610
Casilla 1280. Antofagasta.
Sr. Norberto Zuleta
Instituto Oceanografía de la Armada
Valparaíso.
Sr. Alejandro Zuleta V.
Biólogo Marino. Sección Evaluación
de Pesquerías. Departamento de Re-
cursos. Instituto de Fomento Pes-
quero.
353
'.