Kuhn

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Resumen

- Para Kuhn, el progreso científico se da de dos maneras: a través de la ciencia normal y a


través de las revoluciones científicas. 
- Durante los periodos de ciencia normal, los científicos resuelven problemas a partir de un
paradigma. 
- Los paradigmas son conjuntos de teorías, ideas y métodos que guían la investigación
científica. 
- Cuando un paradigma se muestra incapaz de resolver un conjunto de problemas importantes,
puede darse una revolución. 
- Las revoluciones cambian un paradigma antiguo, por uno nuevo. No solo las explicaciones
cambian, sino incluso los conceptos

¿Qué planteaba Kuhn? 

Según Alexander Bird, profesor de filosofía y medicina en el King’s College de Londres, Kuhn
tenía una visión del desarrollo de las ciencias muy distinta a las teorías de otros filósofos
anteriores. Usualmente, se consideraba que la ciencia añadía, con el tiempo, nuevas verdades
a un conjunto de verdades que se había recopilado previamente. Cada descubrimiento nuevo
se añadía a un corpus de conocimientos anteriores y, solo en algunos casos, estas verdades
anteriores eran corregidas cuando era requerido.
Por el contrario, explica Bird, Kuhn no creía que el desarrollo de la ciencia sigue un patrón
uniforme, sino que envuelve dos procesos o fases distintas: el de ciencia normal y el de ciencia
revolucionaria.
La primera fase se acomoda a nuestras intuiciones usuales de cómo progresa la ciencia. Es
decir, de manera acumulativa. Por otra parte, durante los procesos revolucionarios, buena
parte del corpus de conocimientos científicos puede ser cambiado. Veamos a continuación
cada una de estas fases.

Periodos de la ciencia normal

Los periodos de ciencia normal están caracterizados por un compromiso de la comunidad


científica con un conjunto de teorías compartidas, valores, instrumentos y técnicas. Esta serie
de compromisos es llamada por Kuhn un paradigma. ¿Qué es un paradigma? Según Victor
Gijsbers, de la Universidad de Leiden, en Holanda, un paradigma es un conjunto grande de
teorías, ideas, conceptos, métodos e instrumentos de medición que los científicos dan por
sentado; es decir, que aceptan. 
Lo interesante, explica Gijsbers, es que estos paradigmas, durante los periodos normales de la
ciencia, no son criticados por los científicos. El mismo Kuhn explica que estos paradigmas son
enseñados a los estudiantes antes de que sean miembros de la comunidad científica. Por
ejemplo, los libros de texto de ahora “indican al estudiante que la luz es fotones, entidades (...)
que muestran ciertas características de ondas y otras de partículas”. Por otro lado, antes de
que se aceptara este paradigma “los textos de física indicaban que la luz era [solo] un
movimiento ondulante transversal”. Y, antes de eso, la óptica de Newton “enseñaba que la luz
era corpúsculos de materia”.
En cada uno de estos periodos, los estudiantes tomaban como verdadero que la luz era o
fotones u ondulaciones o corpúsculos e investigaban dando todo esto por sentado, sin ser
críticos de estas ideas. 
Pero ¿por qué son importantes los paradigmas? Según Bird, Kuhn describe a los periodos
previos a un paradigma como periodos de ciencia inmadura. En ellos no hay consenso entre los
científicos, sino que hay diferentes escuelas de pensamiento, cada una con sus respectivas
teorías y procedimiento. Cada escuela tiene sus propios métodos e ideas y mucha de la energía
intelectual es empleada en fundamentar los paradigmas de la propia escuela, frente a las
demás escuelas. 
Uno podría asemejar un periodo como este a la situación actual de alguna rama de la filosofía.
Tomemos, por ejemplo, la filosofía moral. Existen muchas escuelas de pensamiento acerca de
qué es lo bueno. Dado que existen muchas formas de interpretar qué es lo bueno, la mayor
parte del esfuerzo de cada escuela filosófica se destinará a explicar por qué su postura es
mejor. En estos contextos, no hay mucho progreso. No hay nuevos descubrimientos, porque el
debate gira en torno a justificarse con respecto a las diferentes formas de pensar. 
Lo mismo sucede con la ciencia. Kuhn afirma, por ejemplo, con respecto a la etapa previa al
paradigma newtoniano en la rama de la óptica, lo siguiente: “al no tener la posibilidad de no
dar por sentado ningún caudal común de creencias, cada escritor de óptica física se sentía
obligado a construir su propio campo completamente, desde los cimientos”. En este contexto,
es muy difícil que haya progreso. 
Sin embargo, Kuhn piensa que en algún momento alguna de estas escuelas se impone sobre
las demás y, por primera vez, hay un consenso entre los estudiosos. Estos consensos, por lo
general, se manifiestan en una obra ejemplar de ciencia, como las leyes de Newton. Estos
trabajos se convierten en paradigmas, los cuales guiarán el trabajo de los científicos en lo que
Kuhn llama un periodo de ciencia normal. 
Durante estos periodos, la investigación será dominada por un paradigma: ya sean las leyes de
Newton o la teoría de la relatividad de Einstein. Estos periodos son, para Kuhn, periodos de
resolución de “rompecabezas”. Los paradigmas le dan a los científicos guías de cómo resolver
problemas, pero también les indican qué problemas son relevantes y cuáles son los estándares
para evaluar las soluciones propuestas.
Por ejemplo, durante un periodo en el que el paradigma dominante es dictado por las leyes de
Newton, el movimiento de los astros será explicado por estas leyes. Al mismo tiempo, si los
científicos ven que un cuerpo celeste no se mueve de manera habitual según estas leyes,
tratarán de usar el mismo paradigma para explicar qué puede estar pasando.
Por ejemplo, pueden proponer que hay otro cuerpo celeste que influye en el movimiento del
planeta. La idea es que las explicaciones y las soluciones de problemas científicos se darán
usando las leyes, conceptos y métodos del paradigma que los científicos han incorporado.

La crisis y las revoluciones 

Ahora, como Kuhn explica, los paradigmas ganan su estatus porque son mejores que otros
marcos teóricos para resolver problemas científicos. Sin embargo, ser mejor en resolver
problemas no implica necesariamente poder resolver todos los problemas. 
Muchas veces, los paradigmas científicos son incapaces de resolver algunos problemas. A estos
problemas sin aparente resolución, Kuhn los llama anomalías. Según Gijsbers, las disciplinas
científicas siempre tienen anomalías; es decir, cosas que los científicos no saben cómo explicar.
Sin embargo, se asume que en algún momento del futuro estas se podrán explicar desde el
propio paradigma. A veces, esto sucede. 
Sin embargo, otras veces las anomalías no pueden ser explicadas. De esta manera, Gijsbers
explica que cuando el número de anomalías crece y estas no pueden ser resueltas, los
científicos empiezan a dudar del paradigma en el que están inscritos. 
En este contexto, los científicos empezarán a buscar un nuevo paradigma que les permita
responder a estas anomalías. Esta búsqueda constituye el inicio de una revolución científica. 
Si los científicos encuentran un paradigma nuevo que pueda resolver las anomalías y, además,
explique buena parte de los fenómenos explicados por el paradigma pasado, entonces podría
haber un cambio de paradigma. Para que se dé este cambio habrá un debate entre los
profesionales de la disciplina, en el que pueden involucrarse muchos factores como, incluso, la
nacionalidad de quien proponga el nuevo paradigma. 
Finalmente, si se adopta el nuevo paradigma, entonces este pasará a tomarse como
verdadero. Los estudiantes ya no aprenderán el paradigma pasado, sino el nuevo y este
marcará la forma en que los problemas serán explicados y qué problemas serán investigados.

¿El cambio de paradigma constituye conocimiento acumulativo?

Kuhn no creía que la ciencia progresara de manera acumulativa. Si bien en los periodos
normales de ciencia sí hay acumulación de conocimiento, cuando hay un cambio de paradigma
parte de lo que se consideraba conocimiento se toma como equivocado.
Por ejemplo, con respecto al cambio de la física de Newton a la de Einstein, Kuhn sostiene que
“solo puede aceptarse la teoría de Einstein reconociendo que la de Newton estaba
equivocada”. Esto sucede no solo porque las ecuaciones de Einstein son distintas a las de
Newton, sino que incluso cambian los conceptos y con ello la forma de ver el universo.
Para Newton, por ejemplo, la gravedad era una fuerza. Por el contrario, para Einstein la
gravedad es una distorsión del espacio-tiempo. Por otro lado, para Newton, la masa de un
cuerpo se conserva, mientras que para Einstein esta puede variar. 
De esta manera, cuando hay una revolución científica, no añadimos un ladrillo más al edificio
del conocimiento, sino que tumbamos una buena parte de este y lo reemplazamos por un
modelo nuevo. 

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