Informe de La Declaración de Los Derechos Del Niño
Informe de La Declaración de Los Derechos Del Niño
Informe de La Declaración de Los Derechos Del Niño
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PRESENTADO POR:
DOCENTE
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se encuentra relacionado con el ser humano como sujeto de derechos. El
Código de la Niñez y Adolescencia de nuestro País contiene una serie de disposiciones legales
que pretende precautelar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, como a las personas
que se encuentran intrínsecamente ligados a ellos.
Al hablar de las personas que se encuentran ligados a los niños, niñas y adolescentes, nos
referimos a los padres que son quienes ejercen los derechos deberes y obligaciones sobre los
hijos, y que en la actualidad por gozar de este privilegio se lo ha llegado a mal interpretar de
tal forma que se llega al abuso sin medir las consecuencias de los actos realizados.
Ahora la Ley Nº 27337 del código del Niño y Adolescente, donde menciona que el niño y el
adolescente tienen derecho a la vida desde el momento de la concepción. Y el presente
Código garantiza la vida del concebido, protegiéndolo de experimentos o manipulaciones
genéticas contrarias a su integridad y a su desarrollo físico o mental.
Entonces todo niño y adolescente tiene derecho a que se respete su integridad personal. No
podrá ser sometido a tortura, a trato cruel o degradante. Se considera formas esclavizantes el
trabajo forzado, la explotación económica, así como la prostitución infantil, trata, venta y
tráfico de niños y adolescentes.
El niño y el adolescente tienen derecho a que se respete su integridad moral, psíquica y física
y a su libre desarrollo y bienestar. No podrán ser sometidos a tortura, ni a trato cruel o
degradante
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN------------------------------------------------------------------------------------------------2
ÍNDICE------------------------------------------------------------------------------------------------------------3
DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL NIÑO-----------------------------------------------------------4
ELEMENTOS-----------------------------------------------------------------------------------------------------5
VIENDO EN LA ACTUALIDAD LOS DERECHOS DEL NIÑO Y ADOLESCENTE-----------------------6
DEREECHOS EN EL SIGLO XXI-------------------------------------------------------------------------------7
SERVICIOS DE ASESORAMIENTO---------------------------------------------------------------------------8
CONCLUSIÓN---------------------------------------------------------------------------------------------------8
BIBLIOGRAFÍA--------------------------------------------------------------------------------------------------9
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La cuestión de los niños ya había sido examinada anteriormente por la comunidad internacional. La
Liga de las Naciones (en 1924) y las Naciones Unidas (en 1959) habían adoptado declaraciones sobre
los derechos del niño. También en varios tratados sobre derecho humanitario y derechos humanos se
habían incorporado disposiciones específicas relativas a los niños. No obstante, algunos Estados
sostuvieron que era necesario contar con una declaración amplia sobre los derechos del niño que
fuera vinculante en virtud del derecho internacional.
En esa opinión tuvieron influencia los informes sobre las graves injusticias que sufrían los niños: una
alta tasa de mortalidad infantil, cuidado sanitario deficiente y limitadas oportunidades de educación
básica. Circulaban también relatos alarmantes sobre niños que eran objeto de abuso o explotación en
la prostitución o en trabajos nocivos, niños encarcelados o en otras circunstancias difíciles y niños
refugiados y víctimas de conflictos bélicos.
La elaboración del proyecto de convención se realizó en el seno de un grupo de trabajo establecido por
la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El núcleo básico del grupo de redacción
estuvo compuesto de delegados de gobiernos, pero también tomaron parte en las deliberaciones
representantes de órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas, incluidos la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS), así como varias organizaciones no gubernamentales. El proyecto original
presentado por el Gobierno polaco fue objeto de muchas enmiendas y adiciones durante las
prolongadas deliberaciones.
La aprobación por unanimidad de la Convención en la Asamblea General abrió el camino para la etapa
siguiente: la ratificación por los Estados y el establecimiento de un comité de vigilancia. En septiembre
de 1990, a menos de un año de la aprobación, 20 Estados habían sancionado jurídicamente la
Convención, haciendo posible su entrada en vigor.
Durante el mismo mes se celebró en Nueva York, por iniciativa del UNICEF y seis Estados (Canadá,
Egipto, Malí, México, Pakistán y Suecia) la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia. La Cumbre alentó a
todos los Estados a que ratificaran la Convención; al final de 1990 la habían ratificado 57 Estados, que
pasaron así a ser Estados Partes. En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en
Viena declaró que el objetivo era la ratificación universal para finales de 1995. Para enero de 2,003 la
habían ratificado no menos de 191 países, cifra que no tiene precedentes en la esfera de los derechos
humanos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado dos Protocolos Facultativos a la Convención
sobre los Derechos del Niño. El primero entró en vigor el 12 de febrero del 2002, y se refiere la
participación de niños en los conflictos armados. El segundo es del 18 de enero del mismo año, y tiene
como objetivo combatir la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la
pornografía.
La Convención sobre los Derechos del Niño tiene el mismo significado para los pueblos de todas partes
del mundo. Al establecer las normas comunes, la Convención tiene en cuenta las diferentes realidades
culturales, sociales, económicas y políticas de cada Estado a fin de que cada uno de ellos pueda
escoger sus propios medios para aplicar los derechos comunes a todos.
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-No discriminación (art. 2): Los Estados Partes asegurarán que todos los niños sujetos a su jurisdicción
gocen de sus derechos. Ningún niño debe sufrir discriminación. Esto se aplica a todos los niños
"independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política, el origen
nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier
otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales". El mensaje esencial es la
igualdad de oportunidades. Las niñas deben tener las mismas oportunidades que los niños. Los niños
refugiados, los niños de origen extranjero, los niños de grupos indígenas o minoritarios deben tener los
mismos derechos que todos los demás niños. Los niños discapacitados deben tener iguales
oportunidades de gozar de un nivel de vida adecuado.
- Los intereses superiores del niño (art. 3): En todas las medidas concernientes a los niños que tomen
las instituciones públicas, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño. Este principio se refiere a las decisiones de los tribunales judiciales, los órganos administrativos y
legislativos, y las instituciones de bienestar social, tanto públicas como privadas. Este es, por supuesto,
un mensaje fundamental de la Convención, cuya aplicación plantea un importante desafío.
- El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo (art. 6): En el artículo sobre el derecho a la vida
se mencionan el derecho a la supervivencia y al desarrollo, que se deben garantizar "en la máxima
medida posible". En este contexto, el término "desarrollo" debe interpretarse en sentido amplio,
agregando una dimensión cualitativa: se refiere no sólo a la salud física sino también al desarrollo
mental, emocional, cognitivo, social y cultural.
- Las opiniones del niño (art. 12): Los niños deberán estar en condiciones de formarse un juicio propio
sobre todos los asuntos que les afectan y esas opiniones se deben tener debidamente en cuenta "en
función de la edad y madurez del niño". La idea subyacente es que los niños tienen el derecho a ser
escuchados y a que sus opiniones se tengan en cuenta seriamente, incluso en cualquier procedimiento
de tipo judicial o administrativo que les afecte.
Todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida, y los Estados garantizarán en la máxima medida posible
la supervivencia y el desarrollo del niño.
Los niños no serán separados de sus padres excepto cuando las autoridades competentes lo juzguen
necesario para su bienestar.
Los Estados facilitarán la reunificación de las familias permitiendo la entrada o la salida de su territorio
a esos efectos.
Todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales será tratado de manera acorde con el
fomento de su sentido de la dignidad y el valor, y procurando su reintegración en la sociedad.
Los Estados deberán dar a conocer ampliamente los derechos enunciados en la Convención tanto a los
adultos como a los niños.
El Comité de los Derechos del Niño A principios de 1991 se convocó a una reunión de representantes
de los Estados Partes en la Convención sobre los Derechos del Niño, a fin de celebrar la primera
elección para su órgano de vigilancia: el Comité de los Derechos del Niño. Se habían presentado 40
candidatos para 10 puestos. Los expertos elegidos en esta primera ocasión provenían de Barbados,
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Brasil, Burkina Faso, Egipto, Filipinas, Perú, Portugal, Suecia, la ex Unión Soviética y Zimbabwe. Seis
eran mujeres y cuatro hombres. Representaban a grupos profesionales de diversas disciplinas,
incluidos los derechos humanos y el derecho internacional, la justicia juvenil, la labor social, la
medicina, el periodismo y la labor a nivel gubernamental y no gubernamental.
El Comité de los Derechos del Niño celebra actualmente tres períodos de sesiones, cada uno de cuatro
semanas de duración. La última semana se reserva siempre para la preparación del siguiente período
de sesiones. El Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra presta servicios al
Comité.
En virtud del artículo 44 de la Convención, los Estados Partes aceptan la obligación de presentar al
Comité informes periódicos sobre las medidas que han adoptado para poner en práctica la Convención
y sobre los progresos en el goce de los derechos del niño en sus territorios. Dentro de los dos años de
la ratificación o adhesión a la Convención, y posteriormente cada cinco años, se deben presentar
primeros informes de aplicación. Los primeros informes iniciales debían presentarse en septiembre de
1992. Al mes de diciembre de 1995 el Comité había recibido más de 70 informes.
En su primer período de sesiones, celebrado en octubre de 1991, el Comité aprobó directrices para
ayudar a los Estados Partes a redactar y estructurar sus informes iniciales. Se recomienda a los
gobiernos que preparen sus informes de conformidad con esas directrices, en las que se hace hincapié
en que los informes deben indicar "factores y dificultades" con que ha tropezado el Estado en la
aplicación de la Convención, es decir, que esos informes deben estar orientados hacia los problemas y
ser autocríticos. Se pide también a los Estados que especifiquen sus "prioridades de aplicación" y sus
"objetivos específicos para el futuro". Junto con el informe se deben presentar los datos estadísticos y
los textos jurídicos pertinentes.
Al redactar sus directrices para la presentación de informes por los Estados, el Comité de los Derechos
del Niño hizo hincapié en las medidas concretas de aplicación que permitan hacer realidad los
principios y disposiciones de la Convención. Más concretamente, el Comité prestó especial atención a
las reformas necesarias en el espíritu de la Convención y a los procedimientos para vigilar los
progresos de manera continuada.
En virtud del artículo 4 de la Convención, los Estados Partes adoptarán todas las medidas
administrativas, legislativas y de otra índole para dar efectividad a la Convención. Con respecto a los
derechos económicos, sociales y culturales, "adoptarán esas medidas hasta el máximo de los recursos
de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional".
Una de las primeras medidas en el proceso de aplicación es el examen, por los Estados Partes, de sus
legislaciones nacionales a fin de asegurar que las leyes estén en consonancia con la Convención. Por
ejemplo, se necesitan leyes para proteger a los niños contra la explotación, tanto en el mercado de
trabajo formal como informal, y para garantizar la educación primaria gratuita y obligatoria.
Se pueden crear mecanismos a los niveles nacional y local para coordinar políticas y vigilar la aplicación
de la Convención, incluso mediante el establecimiento del cargo de ombudsman. El proceso de
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adopción de decisiones de política es importante. ¿Con qué procedimientos se cuenta para asegurar
que los asuntos de los niños se traten con seriedad a todos los niveles gubernamentales pertinentes,
así como en el Parlamento y las asambleas locales? ¿Tienen los niños y sus representantes
oportunidades de ser escuchados?
La reunión de información fiable y pertinente a la situación de los niños es otro de los pasos
importantes que hay que tomar. Con datos precisos, las deliberaciones relativas a los remedios estarán
mejor fundamentadas y serán más específicas. El mejoramiento de la capacidad de la Oficina Nacional
de Estadística puede, por lo tanto, ser una contribución esencial a la aplicación de la Convención.
Otros medios para realizar en forma genuina los principios y derechos consagrados en la Convención
son la educación y capacitación del personal que trabaja con los niños, como maestros de guarderías y
otras escuelas, psicólogos infantiles, pediatras y otro personal sanitario, la policía y otro personal de
las fuerzas del orden, trabajadores sociales y otras personas. Una mayor conciencia y más
conocimientos acerca de la Convención entre la población en general puede constituir una buena base
para su aplicación. En virtud de la Convención (art. 42), los Estados Partes tienen la obligación de dar a
conocer ampliamente esa información, tanto a los adultos como a los niños, en idiomas inteligibles.
Los informes de los Estados sobre la aplicación de la Convención también deben ser objeto de una
"amplia difusión entre el público" (art. 44, párr. 6).
¿Qué significa la disposición de que los Estados deben adoptar medidas respecto de los derechos
económicos, sociales y culturales "hasta el máximo de los recursos de que dispongan" (art. 4)? ¿Cómo
se tienen en cuenta en la Convención las limitaciones financieras?
En la Convención se reconoce que algunas de las reformas más costosas no se pueden aplicar de la
noche a la mañana. Se especifica, por ejemplo, que los derechos al disfrute de los servicios sanitarios
(art. 24) y a la educación (art. 28) se pueden lograr "progresivamente".
Se establece también claramente que hay un deber internacional de ayudar a otros Estados en sus
esfuerzos por proteger los derechos de los niños, si bien cada Estado Parte siempre tiene sus propias
obligaciones. Ya sea rico o pobre, un Estado debe asignar el máximo posible de los recursos de que
disponga a la aplicación de la Convención: la prioridad se debe otorgar a los niños.
Se alienta a los países donantes a que examinen sus programas cooperativos de desarrollo a la luz de
la Convención. Al mismo tiempo, los países en desarrollo, en sus informes sobre la aplicación de la
Convención, pueden indicar que se necesita cooperación internacional.
En cuanto se refiere a los derechos del niño y adolescente en el presente siglo XXI y su problemática
socio-político y jurídico como consecuencia de su violación, al respecto cabe señalar que el niño en
general, así como el adolescente son personas sujetas de derecho, tanto a nivel interno como a nivel
supranacional, por tanto, resulta preocupante la problemática socio-político jurídico que está
generando el desconocimiento de sus derechos. En ese sentido el artículo primero de nuestra
Constitución Política señala que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el
fin supremo de la sociedad y del Estado”; de igual manera en su artículo 4to se señala
que “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, adolescente, madre y anciano en
situación de abandono”. Esta posición de protección hacia el menor fue respaldada por primera
primeras vez en 1924 por Naciones Unidas, con la Declaración de Ginebra sobre los derechos del niño.
Así también y posteriormente, la Organización de las Naciones Unidas promulgó la Declaración de los
Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1959, siendo ratificado por el Perú el 4 de setiembre 1990.
Este documento de suma transcendencia propone cuatro principios fundamentales: i) la no
discriminación, ii) el interés superior del niño, iii) el derecho a la vida, supervivencia y el desarrollo, y
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iv) el respeto por los puntos de vista del niño. En esta Declaración se establecen los siguientes
derechos de los niños: 1. La igualdad sin ningún tipo de distinción, discriminación, por raza, color, sexo,
idioma, religión y nacionalidad. 2. A la protección para su desarrollo físico, mental y social. 3. Al
nombre y nacionalidad
Servicios de asesoramiento
La Convención sobre los Derechos del Niño y el Comité de los Derechos del Niño otorgan especial
importancia a la cooperación y la asistencia internacionales, como medios de lograr la protección
efectiva de los derechos de los niños. En el apartado b) del artículo 45 se autoriza al Comité a
transmitir a los organismos y órganos pertinentes todo informe de los Estados Partes que contenga
una petición que indique una necesidad de asesoramiento o asistencia técnica, junto con las
observaciones y sugerencias del Comité. El Comité suele hacer recomendaciones de cooperación
técnica en sus observaciones finales dirigidas a los Estados Partes como uno de los resultados del
diálogo sobre la presentación de informes.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cuyo mandato incluye el
mejoramiento de la cooperación internacional para la promoción y protección de todos los derechos
humanos, presta asistencia a este respecto y alienta a los gobiernos a que respondan favorablemente
a las recomendaciones del Comité.
Conclusión
La grave situación de derechos humanos a la que se ven enfrentados los niños, niñas y adolescentes
colombianos, la existencia de un código basado en la doctrina de la situación irregular y el hecho de
que a buena parte de la infancia colombiana no le llegue la acción del Estado en lo que respecta a la
satisfacción de sus derechos, hace necesario dar estricto cumplimiento al compromiso de Colombia
con los postulados de la Convención Internacional de los Derechos del Niño y los documentos que la
complementan.
Esto implica desarrollar una adecuación normativa, atendiendo las perspectivas de derechos,
protección integral, equidad de género y con base en el principio de corresponsabilidad. A través de
este marco normativo garantista, podría transformarse tanto el enfoque de abordaje como la
intervención misma de la problemática de la niñez víctima de reclutamiento ilícito. En el marco de las
posibilidades de tratamiento jurídico de la problemática de la niñez desvinculada, para la Defensoría
del Pueblo es imperativo que las y los operadores judiciales y de protección, en el ejercicio de las
actuaciones que les competen, partan de reconocer a la población infantil desvinculada de los grupos
armados ilegales como víctimas de la violencia; tengan en cuenta las condiciones de vulnerabilidad, las
precarias condiciones de ejercicio de los derechos humanos de la niñez antes del reclutamiento y
reconozcan la negación total de derechos que se produce durante la permanencia en el grupo armado,
negación que incluye la infracción a la normativa internacional humanitaria.
BIBLIOGRAFÍA
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