Los Materiales de Rembrandt
Los Materiales de Rembrandt
Los Materiales de Rembrandt
Rembrandt Van Rijn (1606-1669) nació durante el periodo hoy conocido como la Época
Dorada Holandesa. Durante este periodo muchos de los pintores holandeses,
especialmente aquellos que vivían en el puerto de Amsterdam o cerca de él, tuvieron la
oportunidad de experimentar con materiales que provenían de distintas partes del
mundo, lugares tan lejanos como India, Japón o México y otras regiones de América.
Esto trajo cómo consecuencia que dichos pintores descubrieran a partir de los nuevos
medios, nuevas técnicas de pintura con las que enriquecieron las posibilidades de la
misma. Uno de los artistas que más se interesó por experimentar con los nuevos
materiales fue Rembrandt, quien no solo fue —como todos sabemos— un pintor
excepcional, aún considerado por muchos como el más grande de la historia, sino
también un increíble técnico. En éste texto, el cual dividiré en dos entradas debido a su
extensión, hablaremos primero sobre materiales que fueron ampliamente utilizados
durante la época de Rembrandt y que formaron también parte indispensable de su
técnica de pintura. En el segundo texto hablaremos sobre su invención de distintos
nuevos medios y procedimientos, y de las ventajas y resultados que le fue posible lograr
con los mismos.
Self Portrait with two circles *oil on canvas *114,3 x 94 cm *1665 – 1669
BARNICETAS Y SUS USOS: MATERIALES PARA MEJORAR NUESTROS
RESULTADOS EN PINTURA AL ÓLEO
El óleo es uno de los medios de pintura más populares del mercado. Es poco
exigente en cuanto a su ejecución. Así como también brinda una mayor gama de
posibilidades en cuanto a metodologías de trabajo. El óleo compendia, en formas
diversas, cualidades destacadas de procesos técnicos más antiguos. Como el temple y la
encáustica. Así como también ofrece un amplio campo de aplicaciones en la pintura. Su
docilidad al pincel y la espátula, su tenaz adherencia al lienzo, la intensidad y
profundidad que da a los colores y otras de sus características, lo han hecho el favorito
de muchos artistas desde hace siglos. El óleo nos permite la fácil obtención de gruesos
impastos o capas delgadas y transparentes. Incluso al ser usado directamente del tubo o
al diluirse con solventes.
El óleo tiene muchas más opciones que ofrecer, las cuales dependen de otros medios y
agregados para lograrse. Estas variables se han vuelto actualmente, desconocidas para
muchos pintores. Sin embargo, abren puertas a fantásticos resultados plásticos,
permitiendo una nueva forma de pensar los materiales de pintura.
Existe poco interés por la experimentación artesana con los medios del óleo en el
presente. Muchos pintores no sabemos preparar nuestros propios materiales y esto limita
nuestra experimentación. Incluso, jamás hemos probado otros medios que no sean los
que se encuentran en las repisas de las tiendas cercanas de materiales. Sin embargo, la
razón por la que valen la pena este tipo de experimentaciones, es que el uso del óleo con
añadidos permite su ejecución de forma magistral.
Los añadidos son resinas, temples, barnices, barnicetas y cargas, entre otros
materiales, que convierten al óleo en un medio más duradero, atractivo y
espectacular. Estos materiales brindan al óleo la capacidad de enriquecer su
corporeidad y lustre. Así como la posibilidad de volverlo cristalino, brillante como el
vidrio y de producir -gracias a ello- fuertes reacciones, tanto en quien pinta como en
quien observa el cuadro. Estos resultados son posibles de lograr mediante el uso de los
agregados técnicos correctos.
Distintos tipos de barnicetas ttamayo.
Propiedades de la barnicetas
De todos los medios que pueden utilizarse en conjunto con el óleo, en este texto me
enfocaré exclusivamente en los medios conocidos como barnicetas. Las barnicetas son
el medio ideal para pintar al óleo a manera de veladuras y para producir ciertos
tipos de impastos. Por ejemplo, aquellas que son delgadas sirven para hacer fluido el
óleo salido del tubo. Y sin adelgazarlo en exceso, como ocurre al hacer fluido el óleo
con solvente. El uso de la barniceta en lugar de solvente es que previene que quitemos
al óleo las cualidades que el aceite le otorga. Estas son: brillantez, lustre, grosor,
transparencia y la capacidad de registrar, o no, las huellas del pincel. Las barnicetas
gruesas, por otro lado, sirven para hacer distintos tipos de impastos. Estas dan dureza y
mayor capacidad de anclaje al óleo, lo que nos da la oportunidad de anexarle cargas de
distintos materiales.
Barniceta simple
La barniceta simple es la forma más básica de barniceta. Al igual que todas las
barnicetas, es una fusión de barniz damar, trementina y aceite de linaza refinado.
Este tipo de barniceta se mezcla generalmente con pigmentos muy delgados, para
producir capas fluidas, delgadas y transparentes de pintura. Se utilizan en las
primeras manos de un cuadro o cuando se quiere generar la sensación de distancia. Al
ser ambos materiales -pigmentos y barniceta- muy delgados, es fácil hacer películas
sutiles que se absorban en la imprimatura sin bloquearla. Permitiendo así, el paso de la
luz y dejando ver el fondo. Esto es de suma utilidad a la hora de producir lejanías en
cuadros de paisaje. Por ejemplo cuando se pintan montañas o cielos.
Barniceta prima
La barniceta prima es similar a la barniceta simple. Esta se produce con un aceite
ligeramente espesado. Su nombre proviene de la pintura italiana antigua y quiere decir
barniceta primera. Este nombre se le otorgó gracias a que fue la primera barniceta que
se utilizó para pintar un cuadro empleando la técnica veneciana. Es una barniceta
delgada, y se usa para producir capas ligeras de pintura. Pero sin ser tan delgadas como
aquellas hechas con barnictea simple. Es por eso que suele usarse para pintar espacios
interiores, o distancias que no impliquen kilómetros. En el sistema de pintura veneciano,
conocido como de magro a grasso, una barniceta como esta era por lo general la
primera barniceta que se utilizaba en la producción a la hora de pintar grisallas. Es una
barniceta sumamente versátil que nos sirve, tanto para hacer veladuras y transparencias,
como para impastos.
La barniceta prima espesada se prepara con un aceite más grueso, así como con
barniz más duro, lo que quiere decir que es una barniceta con una mayor
concentración de resina. Esta característica le brinda gran cuerpo, densidad,
elasticidad y capacidad de anclaje. Todo esto se traduce en beneficios para los pintores
que requieran de impastos gruesos que mantengan su corporeidad aún después de secar.
Este tipo de barniceta es fabricada con aceite espesado grueso. Por su alta densidad, es
capaz de soportar gran cantidad de cargas ligeras, como carbonatos o caolines. Así
como también cargas pesadas como gravillas o arenas sílicas. Se mantiene lo
suficientemente elástica como para no craquelarse con el traslado de las telas o con el
tiempo. Esta cualidad la hace ideal para hacer impastos, texturas, cargas y saturaciones
en diferentes formatos. Así como también en técnicas como el temple de barniceta o
técnica de óleo. El grosor o densidad de esta barniceta requiere que de preferencia no
sea empleada desde el principio del cuadro. Ya que no es absorbida tan fácilmente por
la imprimatura. Si esta es usada desde la mano prima, las capas de pintura pueden tener
inconvenientes a futuro, tanto estéticos como estructurales.
Barnicetas de cera
Por último, las barnicetas de cera, tanto la fluida como la espesa -la cual se conoce
también por el nombre de medio de cera fría- son barnicetas que sirven para hacer
impastos. Idealmente, estas dos barnicetas deben ser forzosamente usadas con cargas o
materiales secantes como plomo o secativos. Esto debido a que la cera tiene un tiempo
de secado muy distinto al óleo. Por lo tanto a largo plazo esto puede traer ciertos
problemas a las capas de pintura, de no ser empleadas correctamente. Ambas barnicetas
de ceras necesitan cargas para ser utilizadas. El uso de estas dependerán de cómo
queremos que la luz interactúe con ellas.
Para escoger la carga a ser empleada, se debe considerar el efecto visual que deseamos.
Existen tres tipos de cargas distintas: traslúcidas, semitraslúcidas y opacas. Las
traslúcidas son las arenas sílicas. Por otra parte las semiopacas, son el caolín y el blanco
de plomo. Y por último las opacas son carbonatos, como el carbonato de calcio y óxidos
gruesos como el bold de armenia y otros. Su uso dependerá de cómo queremos que
nuestros impastos de cera se vean. En cuanto a textura como a refracción de la luz, es el
tipo de cargas que debemos utilizar con ellos. Para entender más respecto al aspecto de
refracción de la luz de los impastos, les recomiendo leer este texto sobre veladuras. Ya
que los distintos tipos de cargas en impastos trabajan de forma similar a los pigmentos
en veladuras. De esta manera permitiendo el tránsito de la luz en mayor o menor
medida.
Las barnicetas de cera fueron desarrolladas por Rembrandt. En gran medida fue
este adelanto técnico lo que ha permitido que sus cuadros mantengan el colorido y la
flexibilidad mejor que los cuadros de algunos de sus contemporáneos. Muchos impastos
de sus cuadros mantienen aún hoy su color y no están tan gravemente craquelados.
Incluso con la gran cantidad de plomo y cargas que él usó en ellos. Recordemos que el
plomo, así como el aceite de linaza y en especial el aceite con plomo, tiene una fuerte
tendencia a oscurecerse. Sin embargo, el uso de cera en conjunto con estos materiales
encapsula las moléculas, tanto de aceite como de plomo, lo que hace que este proceso se
detenga en gran medida. Ésta es una de las grandes ventajas de las técnicas de cera.
Ahora lo prometido: la receta del temple de barniceta o temple alemán. Este es el temple
ideal para ser trabajado en conjunto con óleo, combinación que nos permite lograr todo
aquello de lo que hablé en el texto anterior respecto a los beneficios de la mezcla de
óleo y temple.
Diego Velázquez, Dios Marte (The God Mars), 179 cm x 95 cm.
Pasos a seguir:
Este temple puede ser usado con un solo volumen de agua o hasta con 10 volúmenes; la
cantidad de agua depende de lo que se desee pintar. Hay que considerar que a más
cantidad de agua tenga el temple, menor será su capacidad de anclaje y por lo tanto,
menor la cantidad de pigmento que podrá cargar. Usar el temple muy diluido es
ideal para ciertos tipos de veladuras fluidas, o para ciertas etapas de los cuadros, como
los comienzos. La razón es debido a que por la gran cantidad de agua, esa primera mano
penetrará fácilmente en la imprimatura y nos permitirá construir a partir de ella con
mejores resultados. Otra característica del temple con mucha agua es su carácter visual
mate. A más agua contenga un temple, será más magro y a menos agua contenga, será
más graso. Un temple magro será mate y un temple graso será un poco más lustroso o
satinado, dependiendo esto también de la cantidad y el tipo de pigmento -o cargas- que
se le agreguen.
También puede ser utilizado este temple, diluido con poca agua, o incluso sin diluir.
Esto nos permitirá dar pinceladas más gruesas y lustrosas, y es de hecho ésta la manera
en que debe utilizarse para ser mezclado con óleo, ya que el agua dificulta un poco la
fusión de estos dos medios. Otro elemento importante que facilita la integración entre el
temple y el óleo son las cargas que se le agreguen a los mismos para realizar los
impastos. Se recomienda sólo usar cargas sutiles, como el caolín y el carbonato, en las
primeras manos y no ponerle cargas ni muy pesadas ni en mucha cantidad a las mismas,
ya que éstas no resistirán, a menos que se les agregue más barniceta u óleo a nuestros
impastos. A mayor cantidad de óleo o barniceta, más variedades y cantidad de cargas
pueden ser utilizadas.
Para usar cargas pesadas en conjunto con el temple, en caso de que se quiera utilizar
éste como técnica única sin mezclarlo con óleo, habría que agregarle la clara del huevo
al mismo temple e integrarle con los demás materiales. De esta forma se tendría la
posibilidad de agregar cargas considerablemente más pesadas, como arenas sílicas
delgadas, y mayor cantidad de cargas delgadas, como carbonato de calcio o el caolín.
Por supuesto, a mayor proporción de pigmento y carga, mayor la proporción que se
requiere de temple y menor la cantidad de agua que éste debe tener. Con la clara, la
calidad visual del temple cambia y se vuelve ligeramente menos oleosa; si esto
representa un problema, se pueden poner veladuras finales sobre las cargas con un
temple sin clara.
Si un cuadro se comenzó con un temple hecho con x tipo de barniceta, los temples que
se utilicen para continuar el cuadro deben ser de preferencia preparados con el mismo
tipo de barniceta, o barnicetas más gruesas conforme se avance hacia las capas
superiores. Nunca debe continuarse con barnicetas más delgadas, porque las capas de
pintura podrían tener problemas, a causa de las variables en los tiempos de secado.
Si tienen alguna duda respecto al uso de este temple, o respecto a su combinación con
óleo, no duden en dejarnos un comentario.
Aunque hoy en día ha caído en desuso, el temple es uno de los medios de pintura más
antiguos que existen. En últimos tiempos ha sido remplazado por óleos, gouaches,
acrílicos y acuarelas prefabricados que las empresas de materiales
vendemos, probablemente por la practicidad que nos brinda la posibilidad de apachurrar
un tubo y extraer pintura para pintar de forma inmediata. Sin embargo, pese a los
avances tecnológicos de la industria de los materiales de pintura, el temple sigue siendo
quizá el mejor, más versátil y visualmente atractivo medio de pintura de la historia, no
teniendo un sustituto entre los medios actuales, ni comparación en cuanto a los
resultados que con él se logran.