Trastornos Alimenticios

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1.

INTRODUCCION

El presente trabajo se realizo para dar a conocer la importancia que posee en la


actualidad el presente tema, tomando en cuenta la inmensa cantidad de estudiantes
con este problema.

Los trastornos alimenticios se presentan por problemas psicológicos relacionados


con la apariencia física, posteriormente tiende a convertirse en una dependencia
patológica, la cual sirve como terapía inconsciente para la persona dejando de lado
que se trata de comportamientos alimentarios extremos, dietas que nunca terminan y
que gradualmente se vuelven más estrictas, diversos factores que lo ocasionan y las
crueles consecuencias que estos provocan, como enfermedades que con el paso del
tiempo conllevando a la muerte.

También se debe tomar en cuenta que en el entorno actual en el que vivimos la


publicidad y los medios de comunicación, constantemente muestran modelos y
prototipos perfectos de belleza tanto para la mujer como para el hombre, en donde la
delgadez es común, lo que en parte hace una gran responsabilidad, sobre aquellos
que padecen éste tipo de trastornos. La exhibición de cuerpos extremadamente
magros, van asociados con el éxito, lo cual repercute cuando hay falta de autoestima
en los pacientes y al mismo tiempo, la gran contradicción, de empresas de comidas
rápidas y poco saludables hacen que se fomente mucho más los trastornos
alimentarios. Para llevar una alimentación saludable y adecuada, ya sea para perder
peso o mantenerlo, siempre es necesario consultar con un especialista.

Sobre todo se debe tomar en cuenta la falta de comunicación, una mala educación
alimentaria, y ponen sus expectativas en falsos tratamientos, otra característica es
que en la familia haya personas obesas, padres opresivos o con desórdenes
alimenticios, alcoholismo o con adicciones a sustancias tóxicas.
2. ANTECEDENTES

Pese a las alarmantes cifras de obesidad en niños chilenos, siendo éstas de 10,6%
en niños en el grupo etario de 2 a 5 años, el nivel de consulta de lactantes y
preescolares con dificultades para alimentarse parece permanecer estable tanto en
policlínicos de nutrición infantil como en los de pediatría general.

Es difícil de precisar en nuestro medio y a nivel mundial, debido a que no se cuenta


con una clara definición del problema. Se estima que hasta un 25% de niños de otra
manera sanos y un 80% de aquellos con necesidades especiales, sufren de algún
trastorno de la alimentación infantil, ocurriendo con mayor frecuencia en el rango de
edad entre los 7 y 11 meses, probablemente por coincidir con el inicio y
establecimiento de la alimentación complementaria.

Es así como podemos encontrar a estos pacientes bajo el nombre de “anorexia


infantil”, “trastorno alimentario” o “trastorno del apetito”.

En 1994 el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM-IV)


introdujo el término: “Trastornos de la alimentación”, definiéndolo como un disturbio
para alimentarse manifestado por una persistente dificultad para comer
adecuadamente, asociado a dificultad para ganar peso o la pérdida de peso
significativa por al menos un mes, que se inicia antes de los 6 años de edad. Por otro
lado, Chatoor junto a un grupo de expertos propuso una clasificación con seis
subtipos de este trastorno.

Es así como los Criterios de Wolfson demostraron tener un 98% de sensibilidad para
determinar el origen conductual del trastorno, habiéndose usado los criterios de
DSM-IV como la referencia estándar. Estos criterios comprenden: 1) Rechazo
alimentario por más de un mes; 2) Ausencia de enfermedad orgánica; 3) Edad de
comienzo de algunos signos o síntomas antes de los 2 años y edad de presentación
antes de los seis años; 4) Presencia de alimentación patológica y/o vómitos
anticipatorios.

Algunos ejemplos de alimentación patológica son: Alimentación nocturna, múltiples


intentos, en lugares y horarios inhabituales por parte de los padres para alimentar al
niño, alimentación forzada, alimentación mecanizada, alimentación con distracción,
entre otros. Todas las anteriores representan estrategias desesperadas del adulto
que alimenta al niño pero que lamentablemente, no respetan la sensación de hambre
o saciedad del infante.

3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

¿Cuáles son los trastornos alimenticios que se relacionan con la apariencia física y
autoestima de los estudiantes de la Unidad Educativa José Manuel Belgrano Turno-
Mañana?

4. OBJETIVOS
4.1. Objetivo General

4.2. Objetivos Específicos
 Establecer los parámetros a tomar en cuenta para identificar el tipo de
trastorno y el tratamiento que se debe realizar.
 Conocer las características médicas, psicológicas y patológicos de los
trastornos alimenticios.
 Analizar los factores que conllevan a los estudiantes a adquirir trastornos
alimenticios.
5. JUSTIFICACION

Habitualmente se tiende se estudia el trastorno alimenticio, imagen corporal y


autoestima por separado, pero es importante asociarlos, pues pueden mantener
correlación. La conducta alimentaria al ser alteradas da lugar a los trastornos
alimenticios, los cuales causan varias afecciones en la persona. En el ámbito
psicológico se puede identificar depresión, ansiedad, exclusión, y por el mismo hecho
de presentar estas complicaciones, llegan a disminuir su nivel de concentración.
Algunos aspectos fisiológicos que se ven afectados son los relacionados con la
nutrición, presentándose problemas como anemia, desnutrición y un desbalance
metabólico en general. En el aspecto medico se presenta alteración en el sistema
circulatorio, inmunológico, digestivo, endocrino y renal, en casos extremos puede
causar la muerte.

Como se puede evidenciar los trastornos alimenticios provocan grandes cambios en


la salud de las personas, comprometiendo incluso su vida si no son detectados y
tratados a tiempo. La anorexia es el trastorno alimentario que con mayor frecuencia
provoca la muerte de la persona, se estima un porcentaje de 1-5% de mortalidad en
estos pacientes.

La imagen corporal es un constructo complejo en la cual la persona puede alterar su


percepción sobre la misma, manifestando cambios en sus actitudes, sentimientos y
pensamientos. La gravedad de la distorsión de la imagen corporal es directamente
proporcional al nivel de restricción alimentaria. Se vuelve necesario establecer la
debida relación entre imagen corporal y conducta alimentaria. La distorsión de la
imagen corporal provoca una debilidad en el estado de ánimo de la persona; lo que
conlleva incluso a la depresión ya que al sentirse supuestamente “diferente” ante los
fines corporales propuestos por la sociedad, la persona no se siente a gusto consigo
misma y empieza a sentirse vacía, absteniéndose de su entorno familiar.

Por eso es importante tomar en cuenta los factore que conlleva a los estudiantes a
adquirir un trastorno alimenticio en la unidad educativa del Colegio Belgrano ya que a
través del mismo se puede identificar a las personas que pueden padecer de estos
trastornos a través de su temperamento, conducta alimenticia, problemas
emocionales, comportamiento en el entorno familiar y social, la educación brindada
en el hogar, después de identificar al estudiante es importante comunicarse con el
estudiante y los padres de familia para realizar la evaluación y tratamiento del mismo.

6. MARCO TEORICO
6.1. Definición

Se caracterizan por una alteración en la alimentación o en el comportamiento


relacionado con la alimentación que lleva a una alteración en el consumo o en la
absorción de los alimentos y que causa un deterioro significativo en la salud física o
del funcionamiento psicosocial. (Pierre, DSM-IV, 1995 pag:553)

6.2. Tipos de trastornos alimenticios


6.2.1. Anorexia Nerviosa

Es un trastorno caracterizado por la distorsión e insatisfacción de la imagen corporal,


el miedo intenso a engordar y un fuerte deseo por adelgazar por medio de
restricciones alimentarias, el ejercicio físico riguroso y provocación de vomito.

Fue descrito por primera vez en el año 1694 por Richard Morton, aunque el síndrome
clínico actual lo estableció William W. Gull en 1874. Posteriormente, Charles
Lasègue detalló las manifestaciones clínicas de dicho trastorno.

El término anorexia proviene del griego an- (‘no, sin’) y orexis (‘apetecer’). La
denominación resulta equívoca, puesto que rara vez pierden el apetito, sino que es la
conducta alimentaria la que tienen alterada. De hecho, suelen interesarse por temas
relacionados con la comida y su preparación, y llegan incluso a mostrar una
preocupación obsesiva. (Cabañero Simarro Belen, pag: 21-22)
La persona con este trastorno mantiene un peso corporal por debajo del nivel normal
mínimo para su edad y su talla. Si se inicia en la niñez o en las primeras etapas de la
adolescencia, en lugar de pérdida puede haber falta de aumento de peso. Esto
significa que el peso de la persona es inferior al 85 % del peso considerado normal
para su edad y su talla.

Se presenta a traves de:

 Ingestión persistente de sustancias no nutritivas y no alimentarias durante un


período mínimo de un mes.
 La ingestión de sustancias no nutritivas y no alimentarias es inapropiada al
grado de desarrollo del individuo.
 El comportamiento alimentario no forma parte de una práctica culturalmente
aceptada o socialmente normativa.
 Si el comportamiento alimentario se produce en el contexto de otro trastorno
mental o afección médica, es suficientemente grave para justificar la atención
clínica adiciona.
 Regurgitación repetida de alimentos durante un período mínimo de un mes.
Los alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, a tragar o se
escupen.
 La regurgitación repetida no se puede atribuir a una afección gastrointestinal
asociada u otra afección médica
 El trastorno alimentario no se produce exclusivamente en el curso de la
anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno de atracones o el trastorno
de evitación/restricción de la ingestión de alimentos. (Tammy, 2013)

Se pueden dividir en 2 tipos:

Anorexia nerviosa tipo restrictivo: consiste en la pérdida de peso a través de la


dieta, el ejercicio excesivo o el ayuno. No se utilizan métodos purgativos y no se
presentan episodios de descontrol.

Anorexia nerviosa tipo con atracones o purgas: la persona presenta episodios


recurrentes de atracones o purgas.
Por consiguiente, puede traer consigo complicaciones medicas como:

Complicaciones endocrinas: puede producirse detención del crecimiento


longitudinal y retraso en el inicio de la pubertad, hipotiroidismo clínico,
hipoestrogenismo e hipercortisolismo.

Complicaciones metabólicas: con frecuencia los niveles de colesterol aparecen


elevados. Pueden presentar hipercarotinemia, que origina un color anaranjado de la
piel. Debido a la disminución de la grasa corporal se ven también reducidos los
niveles de leptina.

Complicaciones musculoesqueléticas: existe riesgo de desarrollar una atrofia


permanente del crecimiento en personas prepuberales o puberales. Asimismo, hay
presencia de baja densidad mineral ósea, con áreas específicas de osteoporosis u
osteopenia; como consecuencia, en los casos graves aumenta el riesgo de fracturas.
Complicaciones gastrointestinales: se produce retraso en el vaciamiento gástrico
y se da una prolongación del tránsito intestinal, lo que origina sensación de plenitud,
borborigmos y estreñimiento, lo que a su vez tiende a perpetuar la restricción de
alimentos y a precipitar conductas de purga.

Complicaciones cardiovasculares: puede aparecer bradicardia e hipotensión


debido a la desnutrición. Son comunes los edemas de tobillos y la disminución de la
temperatura en las extremidades. En casos graves se produce una disminución del
tamaño cardiaco.

Complicaciones renales: aparece una perturbación del funcionamiento del riñón


que produce retención de líquidos, edemas periféricos y mayor concentración de
iones en la sangre. En los casos más graves, la poliuria inicial es sustituida por una
anuria, que pone en peligro el funcionamiento adecuado del riñón.

Complicaciones auditivas: pueden aparecer trastornos auditivos (sensación de


eco) por la pérdida del tejido graso en áreas específicas del oído.

Complicaciones orofaciales: las personas que vomitan con frecuencia durante un


tiempo prolongado pueden presentar dientes cariados por la erosión ácida y contraen
con mayor facilidad infecciones gingivales.
En el aspecto psicológico pueden padecer de:

Alteraciones en el carácter: entre las que destacan la ira, la irritabilidad y la


agresividad.

Insomnio: el sueño es más ligero, se interrumpe varias veces en la noche y se


puede reducir el tiempo correspondiente al sueño.

Sensación de inseguridad: en el desempeño de las áreas ocupacionales. Ansiedad


desmedida ante situaciones cotidianas que les generan estrés, con tendencia a evitar
estas situaciones.

Sentimiento de culpa y autodesprecio: cuando los resultados que se imponen no


son los esperados, como en las notas de un examen, el peso que han de bajar, las
horas de ejercicio físico. Estos sentimientos se intensifican tras la ingesta de
alimentos.

Bajo autoconcepto: suelen ser personas perfeccionistas, disciplinadas y


autoexigentes. Se observa una necesidad constante de aquiescencia. Aparece con
frecuencia alexitimia y una dificultad importante para canalizar las emociones de
forma saludable.

Estilo cognitivo extremadamente polarizado: presentan pensamientos irracionales


y obsesivos, muestran constante preocupación por el contenido calórico de los
alimentos y por todo lo relacionado con la pérdida de peso.

Aislamiento social y familiar: más acentuado a medida que evoluciona el trastorno.

Rechazo del propio cuerpo: debido a que no cumple los requisitos de perfección
que se exigen. Frecuentemente presentan distorsión e insatisfacción de la imagen
corporal.

Durante el inicio y el mantenimiento del trastorno se puede observar una tendencia al


aislamiento y una reducción de la participación social. Los intereses se reducen a un
círculo muy limitado que normalmente tiene que ver con la forma de perder peso, la
alimentación (dietas, calorías, productos dietéticos, etc.), el trabajo, los estudios y el
ejercicio físico, y presentan hábitos y rutinas rígidas y muy estructuradas que
mantenidas en el tiempo producen un desequilibrio ocupacional. Cuando el trastorno
se agrava, las personas suelen tener problemas para mantener la atención y
concentrarse, y necesitan más tiempo para obtener los mismos resultados en los
estudios o en el trabajo. En ocasiones, la situación se vuelve insostenible y se ven
obligados a abandonar.

6.2.2. Bulimia Nerviosa

El origen etimológico de la palabra bulimia se encuentra en el griego limos, cuyo


significado es ‘hambre’, y el prefijo bou-, ‘buey’; por tanto, se traduce como ‘hambre
de buey’.

La bulimia nerviosa se caracteriza por su ciclo que se compone de las siguientes


fases: restricción, tensión, atracón, purgación, alivio y, de nuevo, restricción. Consiste
en la tendencia a restringir la ingesta de alimentos, con el fin de adelgazar de forma
rápida, y dado que la persona no puede mantener esta situación en el tiempo
experimenta una tensión incontrolable que le conduce al atracón, que le hace tomar
dichos alimentos de manera compulsiva y en grandes cantidades, para finalizar
purgándose debido al sentimiento de culpa, lo que a su vez le proporciona alivio y se
inicia de nuevo el ciclo con la restricción.

El hambre de la persona con bulimia no solo tiene que ver con la comida, sino que
responde a un vacío emocional y espiritual. La persona utiliza la ingesta excesiva de
comida y las purgas como forma de resolver sus problemas emocionales y
existenciales.

La edad de inicio del trastorno suele ubicarse entre los 16 y los 20 años.
Normalmente se da en mujeres, aunque también puede ocurrir en varones con una
proporción de 10: 1.

A pesar de que el tipo de comida que se consume en los atracones puede ser
variada, generalmente se trata de dulces y alimentos de alto contenido calórico como
helados o pasteles. Sin embargo, los atracones se caracterizan más por una
cantidad anormal de comida ingerida que por un ansia de comer un alimento
determinado, como los hidratos de carbono.
Los individuos con bulimia nerviosa ingieren más calorías en un atracón que los
individuos sin bulimia nerviosa en una comida, pero la proporción de calorías
derivadas de proteínas, ácidos grasos e hidratos de carbono es similar. Los
individuos con este trastorno se sienten muy avergonzados de su conducta e
intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan por lo normal a escondidas o
lo más disimuladamente posible.

Los episodios pueden o no haberse planeado con anterioridad y se caracterizan por


una rápida ingesta del alimento. Los atracones pueden durar hasta que el individuo
ya no pueda más, incluso hasta que llegue a sentir dolor por la plenitud. Los estados
de ánimo disfóricos, las situaciones interpersonales estresantes, el hambre intensa
secundaria a una dieta severa o los sentimientos relacionados con el peso, la silueta
y los alimentos pueden desencadenar este tipo de conducta. Suelen provocar
sentimientos de autodesprecio y estado de ánimo depresivo y se acompañan
también de sensación de falta de control.

El individuo puede estar en un estado de excitación cuando se atraca de comida.


Algunos enfermos describen síntomas de naturaleza disociativa durante o después
de los atracones. A medida que la enfermedad progresa, los atracones ya no se
caracterizan por una sensación aguda de pérdida de control, sino por conductas de
alteración del control, como es la dificultad para evitar los atracones o la dificultad
para acabarlos.

a) Un episodio de atracón se caracteriza por los dos hechos siguientes:

Ingestión, en un periodo determinado (p. ej., dentro de un período cualquiera de dos


horas), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría
de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas.

Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio (p. ej.,
sensación de que no se puede dejar de comer o no se puede controlar lo que se
ingiere o la cantidad de lo que se ingiere).

b) Los episodios de atracones se asocian a tres o más de los hechos siguientes:

1. Comer mucho más rápidamente de lo normal.


2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.

3. Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente.

4. Comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.

5. Sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado.

c) Malestar intenso respecto a los atracones.


d) Los atracones se producen, de promedio, al menos una vez a la semana
durante tres meses.
e) El atracón no se asocia a la presencia recurrente de un comportamiento
compensatorio inapropiado como en la bulimia nerviosa y no se produce
exclusivamente en el curso de la bulimia.

Especificar si:

En remisión parcial: Después de haberse cumplido con anterioridad todos los


criterios para el trastorno por atracón, los atracones se producen con una frecuencia
media inferior a un episodio semanal durante un período continuado.

En remisión total: Después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios
para el trastorno de atracones, no se ha cumplido ninguno de los criterios durante un
período continuado.

La gravedad mínima se basa en la frecuencia de los episodios de atracones y puede


aumentar para reflejar otros síntomas y el grado de discapacidad funcional y puede
ser:

Leve: 1–3 atracones a la semana.

Moderado: 4–7 atracones a la semana.

Grave: 8–13 atracones a la semana.

Extremo: 14 o más atracones a la semana.

Pueden sufrir alteraciones psicológicas como:


Sintomatología ansiosa: antes del atracón, en forma de impulso incontrolable por
comer, excitación intensa, angustia, intranquilidad e inquietud psicomotriz; después
del atracón, aparecen sentimientos de culpa y miedo intenso a engordar.

Baja autoestima: como sus valores suelen estar muy centrados en el cuerpo, las
tallas, la belleza, etc. pasan desapercibidos los aspectos positivos de su persona.

Alteración de la imagen corporal: Se altera la percepción de las sensaciones de


hambre y saciedad.

Inestabilidad emocional y síntomas depresivos: apatía, desgana, desilusión para


iniciar proyectos, anhedonia, sensación de soledad y vacío.

Necesidad de aprobación ajena: se dejan llevar fácilmente por los mensajes de los
medios de comunicación, familiares, amigos y conocidos.

Problemas de relación social: algunas tienen miedo a sentirse observadas, al


contacto físico y otras tienen una marcada vida social, y necesitan ser vistas y
admiradas por los demás.

Pueden sufrir complicaciones medicas como:

Complicaciones por los atracones: pueden ser la dilatación gástrica, llegando a


producirse en casos graves y puntuales una rotura del estómago. Las digestiones
son más lentas o puede aparecer dolor abdominal.

Complicaciones por el vómito: destacan la aparición de pequeñas roturas


vasculares en las mejillas y bajo los ojos, las erosiones y la pérdida de dientes
debido al efecto del ácido del vómito en el esmalte dental. Aparecen erosiones o
heridas en el dorso de la mano debido a la utilización de los dedos para provocarse
el vómito. El rostro puede parecer edematoso por la hipertrofia de las glándulas
salivales parotídeas. También, úlceras en la boca y lesiones en la mucosa gástrica y
esofágica producidas por los ácidos gástricos, neumonía por la aspiración de los
vómitos autoprovocados, desequilibrios hidroelectrolíticos, fatiga y dolores
musculares, arritmias por la disminución de potasio o cloro por la sangre que se
pierde en los vómitos, etc.
Complicaciones por el uso de laxantes: alteración de la motilidad intestinal, cuyas
consecuencias son la presencia de estreñimiento o diarreas y la retención de
líquidos, que se evidencia cuando aparecen edemas en las extremidades, sobre todo
al finalizar el día.

Otras complicaciones: problemas en la menstruación, debidos fundamentalmente a


las variaciones en el peso y a las deficiencias nutricionales. (Cabañero Simarro
Belen, pag: 21-22)

En el entorno familia suele suscitarse problemas para para expresar sus


sentimientos, es conflictivo, caótico, con padres muy permisivos o excesivamente
dominantes, con tendencia a la sobreprotección, tan invasivos que reducen la
posibilidad de que los hijos tengan espacios propios porque predomina el déficit de
comunicación entre ellos y los valores centrados en el dinero, la belleza y el éxito.

Las relaciones con familiares, amigos y compañeros de clase pueden deteriorarse


debido a los comportamientos agresivos e impulsivos de la persona y a la no
participación en actividades que les producen malestar, lo que conlleva
progresivamente un aislamiento social, viven con tensión la ayuda que les brinda la
gente de su alrededor, por lo que evitan la interacción.

6.3. Evaluación de la persona con trastorno alimenticio

Los pasos que se siguen para el proceso de evaluación son los siguientes:

1. Revisión de informes previos (médicos, psicológicos y sociales.).

2. Entrevistas con el paciente y sus familiares.

3. Observación de las áreas de desempeño ocupacional prioritarias para el paciente.

4. Evaluación de las destrezas de las actividades que presentan problemas de


desempeño ocupacional.

5. Sinterización y resumen de los datos recabados durante la evaluación.

También se puede realizar la evaluación sin la presencia del paciente a través de


datos recabados por otros profesionales que conforman el equipo
terapéutico u otros que forman parte de la red asistencial pública o privada. Nos
permiten obtener información de forma rápida y nos ayudan a evitar redundar en
determinadas áreas exploradas con anterioridad por otros profesionales, o
profundizar en otras que el terapeuta ocupacional considere necesarias.

Los datos que las fuentes indirectas sobre la persona con trastorno alimenticio son
los siguientes:

a) Informes

 Historia clínica médica y psicosocial.


 Historia ocupacional y familiar.
 Diagnóstico principal y secundario.
 Antecedentes familiares de trastornos psiquiátricos o trastornos alimenticios.
 Inicio del trastorno, factores desencadenantes, evolución y pronóstico de este.
 Exploración física para valoración del estado nutricional, IMC, historia
menstrual, peso, etc.
 Exploración psicopatológica para variables de personalidad, actitud ante el
trastorno, presencia de alteraciones emocionales.
 Factores relacionados con la conducta alimentaria, como actitud hacia el peso
y la comida, autopercepción del aspecto físico, historia del patrón de
alimentación, dietas que ha seguido.
 Precauciones, riesgos y complicaciones.
 Presencia de conductas compensatorias, como vómitos, uso de laxantes,
ejercicio compulsivo, diuréticos u otros.
 Grado de conciencia de enfermedad por parte del paciente y motivación al
cambio.
 Tipo de tratamientos que recibe o ha recibido, como psicológico, médico y
social.
 Información sobre el número de ingresos en centros sanitarios públicos o
privados, como urgencias psiquiátricas, unidades de adultos o infanto-juvenil,
unidades de trastornos de alimentación, o sobre tratamientos en consultas
externas de otros especialistas de salud mental.

b) Entrevistas familiares

Es importante considerar que los problemas alimentarios se desarrollan


generalmente en un contexto familiar y esto, inevitablemente, origina sentimientos de
culpa en los padres, que se suelen sentir responsables de lo que le sucede a su hijo.

En ocasiones, aparecen mecanismos de defensa por parte de los padres o familiares


que minimizan el problema. Dado que el trastorno alimentario puede ser una manera
anómala de comunicación de la familia, es necesario incluirla durante el proceso de
intervención.

La familia facilitará una información muy valiosa acerca del funcionamiento


ocupacional de la persona, el contexto donde se desenvuelve, sus relaciones
familiares, amigos y compañeros.

c) Registros de huella

Aporta información que el paciente deja plasmada en los productos de sus acciones
(dibujos, fotografías, diarios, vídeos, etc.). Es una fuente de información que se
deberá aprovechar en caso de contar con ella; hace referencia al estado premórbido
del paciente, a sus formas de pensar y actuar durante los procesos agudos del
trastorno, sus intereses y relaciones sociales.

7. DIAGNOSTICO

8. ANALISIS

9. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
9.1. Conclusiones

9.2. Recomendaciones
Bibliografia

ANEXOS

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