Tema 3. Lectores
Tema 3. Lectores
Tema 3. Lectores
Existe un único Pueblo de Dios. Existe un solo Israel, cuya característica es aceptar y hacer
la voluntad del Padre, “hacer los frutos del Reino”, poniéndose una mano ante sus ojos
para significar que el misterio de fe anunciado por estas palabras es un misterio accesible
sólo a la escucha y no a la visión. En efecto, la identidad profunda del pueblo hebreo ante
Dios es la de ser un pueblo que escucha: por vocación, Israel es llamado, no tanto a ver,
sino, más bien, a escuchar. Los que han acudido a esta convocatoria, forman la Iglesia, que
es una, compuesta de judíos y gentiles: “a cuantos a recibieron, les da poder para ser hijos
de Dios.” La Iglesia es, así, la comunidad que acoge al Verbo y se deja configurar por Él.
- La lectio. El primer paso es leer la Sgda. Escritura varias veces e incluso en voz alta, pues
“la fe entra por el oído”
- La meditatio es la actitud de María ante las palabras del ángel, de los pastores, de
Simeón y de Jesús
. Dentro de este paso se incluye el esfuerzo no sólo de leer repetidamente, sino incluso de
memorizar e incluso de trascribir la página sagrada objeto de la oración. Este contacto,
incluso material con la Palabra de Dios, nos ayuda a escapar de una lectura superficial de
la misma y a no pasar por alto ni juzgar ociosa ninguna palabra.
- La oratio es el contacto con la Palabra en el diálogo con Dios: toma las palabras que
estaba repitiendo en la meditatio para hablar ahora con Dios poniendo “yo” y “tú”.
La oratio tiene diversas formas según las necesidades que cada uno percibe en su interior:
Los Padres distinguían varias clases de oración: arrepentimiento, petición, acción de
gracias, alabanza...: ella guardaba todas las palabras de su Hijo en su corazón y las rumiaba
en su interior. Parece como si el corazón de María fuera un horno en el que entran esas
palabras y allí se amalgaman, se funden unas con otras, se confronten entre ellas y se
clarifiquen e iluminen mutuamente. Cuando se ha leído con piedad y repetido con
docilidad la Palabra de Dios, al martillear las palabras, una y otra vez, de ellas saltan
chispan que caen sobre otros pasajes de la Sagrada Escritura. Una palabra nos trae a la
mente otro texto u otro personaje de la Escritura. Y así, casi sin darnos cuenta, todas las
palabras se van compenetrando entre sí, unos textos son iluminados por otros y vamos
entrando en lo profundo y saboreando la Palabra divina. Para hacer la meditatio nos
podrían ayudar los textos paralelos que nos son propuestos en las diversas ediciones de la
Sagrada Escritura.
a) La plegaria eucarística se ha ido formulando desde la tradición del gesto realizado por
Jesús, según los testimonios bíblicos: “Y tomando pan, dio gracias, lo partió́ y se lo dio,
diciendo…”
b) La estructura de la Eucaristía responde al modelo del encuentro del Resucitado con los
dos discípulos de Emaús, narrado por san Lucas: explicación de las Escrituras, a la luz de
Cristo Resucitado, y reconocimiento de su presencia viva en el pan bendecido, partido y
dado por Él en alimento.
c) Las aclamaciones, los saludos a la asamblea y los textos de las oraciones están siempre
inspirados por la Biblia.
Actividad:
El formador deberá explicar los pasos para una correcta Lectio Divina y juntamente con los
asistentes harán una práctica de la misma. Ej: evangelio del domingo que se aproxime.