Hergenhahn Lectura
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L a definición de psicología ha ido cambiando a medida que se modifica su enfoque. E n distintos momen-
tos de la historia, la psicología ha sido definida como el estudio de la psique o la mente, el espíritu, la
conciencia y, en fecha m á s reciente, como el estudio o ciencia de la conducta. Dado lo anterior, tal vez
podamos llegar a una definición aceptable de la psicología moderna si observamos las actividades de los
psicólogos c o n t e m p o r á n e o s :
• Algunos buscan los correlatos biológicos de hechos mentales, como la sensación, la percepción o la
ideación.
• Algunos se concentran en comprender los principios que rigen el aprendizaje y la memoria.
• Algunos estudian los animales para tratar de entender a los humanos.
• Algunos estudian la motivación inconsciente.
• Algunos aplican los principios de la psicología para tratar de mejorar la productividad de las industrias
y las organizaciones, las prácticas educativas o las prácticas de crianza de los infantes.
• Algunos intentan explicar la conducta humana en razón de la teoría evolutiva.
• Algunos tratan de explicar las diferencias individuales de las personas en áreas como la personalidad,
la inteligencia y la creatividad.
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• Algunos se interesan primordialmente en perfeccionar las herramientas terapéuticas que
ayudan a individuos que padecen de trastornos mentales.
• Algunos se concentran en las estrategias que emplean las personas para adaptarse al en-
torno o para resolver problemas.
• Algunos estudian la formación del lenguaje y cómo, una vez desarrollado, se relaciona
con diversas actividades culturales.
• Algunos exploran los programas de computadora como modelos para comprender los
procesos del pensamiento humano.
• Otros m á s estudian los cambios que registran los humanos durante su existencia como
consecuencia de la m a d u r a c i ó n y la experiencia.
Las anteriores sólo son algunas de las actividades que desarrollan los psicólogos contem-
poráneos.
Es evidente que no existe una única definición de lo que es la psicología y que pueda to-
mar en cuenta la amplia variedad de actividades que desarrollan los m á s de 148 mil afiliados
y miembros de la American Psychological Association, por no mencionar a los muchos otros
psicólogos que hay en todo el mundo. Parece m á s conveniente indicar, simplemente, que la psi-
cología se define en r a z ó n de las actividades profesionales de los psicólogos. Estas actividades
se caracterizan por una enorme diversidad de m é t o d o s , temas de interés y supuestos sobre la
naturaleza humana. U n o de los propósitos de este libro es estudiar el origen de la psicología
moderna, y mostrar que la mayor parte de los intereses de los psicólogos de hoy son manifes-
taciones de temas que han formado parte de ella durante cientos o, en algunos casos, miles
de a ñ o s .
Dónde empezar
Psicología significa, literalmente, el estudio de la psique o la mente, y es tan antigua como el
g é n e r o humano. Por ejemplo, en la A n t i g ü e d a d , la gente trataba de explicar los s u e ñ o s , las
enfermedades mentales, las emociones y las fantasías. ¿Eso era psicología? O bien, ¿la psico-
logía c o m e n z ó cuando las explicaciones de la experiencia cognitiva de los humanos, como las
propuestas por los antiguos griegos, se volvieron m á s sistemáticas? Por ejemplo. Platón y
Aristóteles formularon intrincadas teorías que intentaban explicar procesos como la memo-
ria, la percepción y el aprendizaje. ¿Inició la psicología en ese punto? O bien, ¿la psicología
n a c i ó cuando se convirtió en una ciencia independiente en el siglo xix? E n nuestros días es
frecuente iniciar una historia de l a psicología en el momento en el cual se convirtió en una
ciencia independiente. Este planteamiento no es satisfactorio por dos razones: 1) ignora el
vasto legado filosófico que m o l d e ó la psicología hasta convertirse en la clase de ciencia que
llegó a ser con el tiempo; y 2) omite importantes aspectos de la psicología que no se incluyen
en el terreno de la ciencia. E s innegable que desde mediados del siglo xix la psicología ha
adoptado el m é t o d o científico en gran medida, pero muchos psicólogos muy influyentes no se
sienten obligados a seguir los dictados de ese m é t o d o , y no podemos ignorar su obra.
Este libro acerca de la historia de la psicología no se r e m o n t a r á a las concepciones de la
A n t i g ü e d a d . Considero que esas concepciones e s t á n dentro del terreno de la psicología,
pero, por cuestiones de espacio, no es posible escribir una historia tan vasta. Por el contrario,
este libro empieza con los principales filósofos griegos, cuyas explicaciones de la conducta
Capitulo I Introducción
humana y los procesos del pensamiento son las que han tomado los filósofos y los psicólogos
desde entonces.
Qué incluir
Por lo habitual, para establecer lo que se incluirá en una historia de cualquier cosa, uno sigue
el rastro de las personas, las ideas y los hechos que han conducido a lo que es importante
en el presente. Este libro t a m b i é n adopta ese enfoque y parte de c ó m o es la psicología en la
actualidad, para d e s p u é s tratar de explicar por q u é se ha convertido en lo que es hoy. Sin e m -
bargo, emplear el estado presente de la psicología como guía para narrar su historia e n t r a ñ a
cuando menos un gran peligro. Stocking (1965) llama presentismo a este enfoque de la his-
toria, en c o m p a r a c i ó n con el estudio del pasado en sí, ese que no trata de demostrar la rela-
ción entre el pasado y el presente, o lo que él llama historicismo. Copleston (2001) describe
así el historicismo aplicado a la filosofía:
Si uno desea entender la filosofía de una época dada, es necesario procurar comprender la
mentalidad y los supuestos de los hombres que vivieron en esa época, independientemente
de que se comparta, o no, esa mentalidad y esos supuestos, (p. I I )
Tratar de entender lo que significaron los hechos históricos para aquellos que participaron
en ellos es razonable y deseable, pero efectuar una investigación histórica —desde la selec-
ción de proyectos hasta la evaluación de fuentes y la interpretación de los resultados— sin
considerar el conocimiento presente es contraproducente. La tendencia actual a"contextua-
lizar la historia" apoya esta afirmación tan pronto como preguntamos qué estamos contex-
tualizando en términos históricos, es decir la investigación y el ejercido de la psicología. Si
esperamos saber alguna vez dónde ha habido progreso y dónde no lo ha habido, a pesar de
que sólo queramos apreciar el cambio, es necesario cierto grado de presentismo; sin el pre-
sente, el concepto mismo de "historia" carecen'a de sentido, (p. 33)
Capítulo I introduoolón
¿Por qué e s t u d i a r l a h i s t o r i a d e l a psicología?
Perspectiva
Como hemos visto, las ideas rara vez, o nunca, nacen desarrolladas por completo. Por el con-
trario, se suelen desarrollar durante mucho tiempo. L a s ideas vistas desde su perspectiva
histórica permiten al estudiante apreciar a plenitud el tema de la psicología moderna. No
obstante, es humillante, y a veces frustrante, ver que los problemas y las preguntas que abor-
da actualmente la psicología son manifestaciones de problemas y preguntas milenarias. E n
resumidas cuentas, si los problemas de la psicología han persistido durante tantos siglos, a
estas alturas, ¿ n o d e b e r í a n estar resueltos? E n cambio, es emocionante saber que algunas de
las mentes m á s brillantes de la historia de la humanidad han compartido nuestros estudios
actuales y aportado mucho a ellos.
Nuestra profesión avanza a trompicones, en gran medida, acicateada por la moda... Al pare-
cer jamás resolvemos nuestros problemas ni agotamos nuestros conceptos: simplemente
nos cansamos de ellos...
No repetir errores
George Santayana dijo: "Quienes no recuerdan el pasado e s t á n condenados a repetirlo". L a
repetición sería bastante mala si sólo implicara los éxitos, porque significaría un enorme des-
perdicio de tiempo y energía. Sin embargo, es especialmente desafortunada cuando se repiten
los errores. Como veremos en este libro, la psicología ha tenido su cuota de errores y callejo-
nes sin salida. U n error fue la aceptación de la frenología: la creencia de que el estudio de las
protuberancias y las depresiones del c r á n e o de una persona permitía conocer las característi-
cas de su personalidad (véase el capítulo 8). L a escuela entera del estructuralismo, cuyos se-
guidores trataron de estudiar los elementos del pensamiento con un m é t o d o de introspección
(véase el capítulo 9), tal vez haya sido u n callejón sin salida. E n general, se considera que los
esfuerzos de los estructuralistas, si bien gozaron de suma popularidad en su tiempo, fueron
estériles y nada productivos. Sin embargo, para la psicología fue importante que se realizara
aquel esfuerzo, pues supimos que ese enfoque no conducía a nada útil. Estas lecciones impor-
tantes y otras m á s se h a b r í a n perdido si se hubiesen repetido los errores del pasado debido a
la falta de información histórica.
Mediante el estudio de la historia podemos descubrir ideas que fueron planteadas en u n tiem-
po anterior, pero que, por el motivo que fuere, permanecieron en estado latente. L a historia
b Capítulo 1 Introducción
de la ciencia ofrece varios ejemplos de una idea que no fue aceptada hasta que fue redescu-
bierta mucho tiempo d e s p u é s de que fuera propuesta por primera vez. Este hecho encaja a la
perfección con la interpretación zeitgeistista de la historia, pues sugiere que algunas condicio-
nes son m á s i d ó n e a s que otras para que se acepte una idea. L a s nociones de la evolución, la
motivación inconsciente y las respuestas condicionadas fueron propuestas varias veces antes
de que se presentaran en u n ambiente que permitiera su evaluación crítica. Hasta la "revolu-
cionaria" teoría heliocéntrica de C o p é r n i c o había sido acariciada por los griegos, muchos s i -
glos antes de que él la propusiera. U n ú l t i m o ejemplo es la lateralidad de las funciones del
cerebro. Muchas personas piensan que la idea de que los dos hemisferios del cerebro funcio-
nan de manera radicalmente diferente es nueva. S i n embargo, hace m á s de 100 a ñ o s , el ar-
tículo de B r o w n - S é q u a r d titulado "Have We Two Brains or O n e ? " ("¿Tenemos dos cerebros o
uno?") (1890) fue uno de los muchos que se escribieron sobre el tema. D e hecho, las ideas
científicas importantes suelen ser rechazadas m á s de una vez antes de ser, finalmente, acep-
tadas. Eeyerabend (1987) dijo:
La historia de la ciencia está llena de teorías que fueron declaradas muertas; después re-
surgieron; a continuación, se volvió a declarar su muerte, pero sólo para celebrar otro regre-
so triunfante.Tiene sentido preservar los puntos de vista defectuosos para un posible uso
futuro. La historia de las ideas, los métodos y los prejuicios forman parte importante del
ejercicio permanente de la ciencia, el cual puede cambiar de curso de maneras sorprenden-
tes, (p. 33)
No cabe duda que muchas ideas de la psicología que p o d r í a n ser fructíferas e s t á n en es-
pera de ser probadas de nueva cuenta en otras circunstancias, tal vez m á s receptivas.
La curiosidad
E n lugar de plantearnos la pregunta: ¿por q u é estudiar la historia de la psicología?, tal vez
sería m á s sensato preguntar: ¿por q u é no estudiarla? Muchas personas estudian la historia de
Estados Unidos porque e s t á n interesadas en el país y a los jóvenes de una familia, muchas
veces, les encanta escuchar historias de los primeros a ñ o s de sus mayores. E n otras palabras,
el deseo de saber lo m á s posible acerca de u n tema o una persona que nos interesa, incluso su
historia, es algo natural; y la psicología no es l a excepción.
¿Qué e s l a c i e n c i a ?
E n diversos momentos de la historia, algunos individuos influyentes (como Galileo y Kant)
han sostenido que la psicología j a m á s sería una ciencia porque trata de la experiencia subje-
tiva. Muchos científicos naturalistas siguen opinando lo mismo, y algunos psicólogos no dis-
cutirían con ellos. E l hecho de considerar que la psicología es una ciencia, o no, influye en
c ó m o se escribe su historia. S i n embargo, antes de responder a si la psicología es una ciencia
o no lo es, debemos definir q u é es la ciencia. L a ciencia surgió como vía para responder a pre-
guntas acerca de la naturaleza mediante el estudio directo de ésta, sin recurrir tan sólo a los
dogmas religiosos, las autoridades del pasado, las supersticiones n i los procesos del pensa-
miento abstracto. Desde su inicio, la m á x i m a autoridad de la ciencia ha sido l a o b s e r v a c i ó n
e m p í r i c a (la observación directa de la naturaleza), pero la ciencia e n t r a ñ a mucho m á s que la
simple observación de l a naturaleza. Para que las observaciones tengan alguna utilidad deben
ser ordenadas, o clasificadas de alguna manera y se deben señalar sus similitudes y diferencias
frente a otras observaciones. U n a vez que se han s e ñ a l a d o las similitudes y las diferencias que
existen entre las observaciones, muchos científicos van u n paso m á s allá: tratan de explicar
aquello que han observado. Luego entonces, la ciencia muchas veces se caracteriza porque
incluye dos elementos centrales: 1) la observación empírica y 2) la teoría. S e g ú n H u l l (1943),
¿Qué 0 S I Q o I c n o l Q ? 7
estos dos aspectos de la ciencia resaltan en los primeros esfuerzos de los humanos por com-
prender su mundo:
La búsqueda de leyes
Otra característica de la ciencia trata de descubrir leyes en sus relaciones. U n a ley científica
se entiende como una relación que se observa de forma consistente entre dos o m á s clases de
hechos empíricos. Por ejemplo, cuando se presenta X , t a m b i é n se suele presentar Y . E l énfasis
que la ciencia pone en las leyes proclama un interés por el caso general y no por el particular.
Por lo habitual, la ciencia no se ocupa de hechos privados o únicos, sino de leyes generales
que es posible observar y comprobar de forma pública; es decir, una ley científica es general
y, como describe una relación entre hechos empíricos, es sujeto de la o b s e r v a c i ó n pública.
E l concepto de la observación pública es un aspecto muy importante de la ciencia. Todos los
postulados científicos deben permitir que una persona interesada los compruebe. E n la cien-
cia no existe u n conocimiento secreto que esté exclusivamente a disposición de las autorida-
des calificadas.
8 I Capitulo I introduoolón
Las leyes científicas caben dentro de dos categorías generales. U n a corresponde a las le-
yes de correlación, las cuales describen c ó m o diferentes clases de hechos varían juntos de
forma sistemática. Por ejemplo, las calificaciones de las pruebas de inteligencia tienden a pre-
sentar una correlación positiva con las calificaciones de las pruebas de creatividad. C o n esta
información, sólo es posible hacer predicciones; es decir, si conocemos la calificación obtenida
por una persona en una prueba de inteligencia, podremos predecir su calificación en una
prueba de creatividad, o viceversa. L a s leyes de causalidad, que especifican la relación causal
entre los hechos, corresponden a una categoría m á s potente. Por ejemplo, si c o n o c i é r a m o s las
causas de una enfermedad, p o d r í a m o s predecirla y t a m b i é n controlarla; al evitar que se pre-
senten las causas de una enfermedad, se evita que ésta se presente. Por lo tanto, las leyes de
correlación permiten la predicción, pero las leyes de causalidad permiten la predicción y el
control. Luego entonces, las leyes de causalidad son m á s potentes que las de correlación y, por
ende, se suelen considerar m á s convenientes.
U n a meta primordial de la ciencia es descubrir las causas de los f e n ó m e n o s naturales. Sin
embargo, especificar las causas de los hechos naturales es una tarea sumamente compleja y
requiere una cantidad considerable de investigación experimental. Por ejemplo, no se puede
suponer que la contigüidad produzca causalidad. Si llueve d e s p u é s de que se h a efectuado
una danza ritual para que llueva, no puede suponerse que la danza necesariamente causó la
lluvia. E l hecho de que los sucesos rara vez tengan una sola causa, sino que suelen tener m u -
chas, complica las cosas. Preguntas como ¿cuáles fueron las causas de la Segunda Guerra
Mundial? y ¿cuáles son las causas de la esquizofrenia? distan mucho de haber encontrado
respuesta. Incluso preguntas m á s simples como: ¿por q u é r e n u n c i ó Juan a su trabajo? O bien,
¿por q u é Juana se casó con Juan? E n realidad, son tremendamente complejas. E n la historia
de la filosofía y la ciencia, el concepto de causalidad h a sido uno de los m á s intrigantes (véase,
p. e., Clatterbaugh, 1999).
Hace 25 años, en Viena, traté de exponer (este) punto a un grupo de estudiantes de física
cuando inicié una clase con estas instrucciones: "Tomen lápiz y papel; observen con cuidado,
y después escriban lo que han observado". Por supuesto que me preguntaron que qué que-
na que observaran. Por supuesto que la orden: "¡Observen!" es absurda... La observación
siempre es selectiva; requiere un objeto elegido, una tarea definida, un interés, un punto de
vista, un problema, (p. 61)
En la vida científica real, las teorías no suelen aportar algo porque son correctas, sino porque
están equivocadas. En otras palabras, el avance científico en la teoría y en los experimentos
se suele erigir sobre correcciones sucesivas de muchos errores tanto pequeños como gran-
des. Por lo tanto, la noción popular de que una teoría debe ser cierta para que sea de utilidad
no es correcta, (p. 249)
Popper decía que, con el transcurso del tiempo, se encuentra que todas las teorías cientí-
ficas han sido falsas, y serán reemplazadas por otras m á s adecuadas; siempre será tan sólo
10 Capítulo I Introducción
cuestión de tiempo. Por tal motivo, s e g ú n él, el grado m á s alto que puede alcanzar una teoría
científica es que todavía no ha sido desmentida. L a ciencia popperiana es una interminable
b ú s q u e d a de soluciones de problemas, o explicaciones de f e n ó m e n o s , que va mejorando.
Brett (1912-1921/1965) p l a n t e ó este punto con gran eficacia:
¿Significa lo anterior que Popper pensaba que las teorías que no son científicas son inúti-
les? ¡Por supuesto que no! Él señalaba:
En términos históricos, todas las teorías científicas, o casi todas, parten de mitos y... un mito
puede contener adelantos importantes de teorías científicas. Por lo tanto, [considero] que,
cuando se descubre que una teoría no es científica, o que es "metafísica"..., eso no revela que
carezca de Importancia o que sea insignificante, ni que "carezca de significado o sentido".
(l963/2002a, p. 50)
Thomas Kuhn
Hasta fecha muy reciente, infinidad de personas creían que el m é t o d o científico garantizaba
.a objetividad, y que la ciencia producía información de forma progresiva y constante. Se s u -
7 : n í a que el mundo estaba compuesto por "verdades" conocibles y, que si se s e g u í a n proce-
;;mientos científicos, eso permitiría que la ciencia se aproximara s i s t e m á t i c a m e n t e a esas
ardades. E n otras palabras, la actividad científica estaba regida por la teoría de la correspon-
dencia con la verdad: " L a n o c i ó n de que, cuando se evalúan leyes o teorías científicas, la
- e t a es establecer si corresponden con un mundo externo independiente de la mente, o no
--: corresponden" (Kuhn, 2000a, p. 95). Thomas K u h n (1922-1996) cambió esa concepción
I r la ciencia cuando d e m o s t r ó que es una empresa sumamente subjetiva.
R e v i s i o n e s d e l oriterio trodioionol d e o i e n o i o
K u h n equiparaba a la ciencia normal con la r e s o l u c i ó n de acertijos. L o s problemas de la
ciencia normal, a semejanza de los acertijos, tienen una solución garantizada y existen "reglas
que limitan la índole de las soluciones aceptables y t a m b i é n los pasos que se emplean para
obtenerlas" (Kuhn, 1996, p. 38). Pensaba que n i la ciencia normal ni la resolución de acertijos
implican mucha creatividad: " L a característica m á s destacada de... los problemas de la inves-
tigación normal... tal vez sea que casi no pretenden generar grandes novedades, ni en concep-
tos ni en f e n ó m e n o s " (1996, p. 35). U n paradigma restringe el abanico de f e n ó m e n o s que
estudian los científicos, pero garantiza que algunos de ellos sean estudiados a conciencia.
Capitulo I introduoolón
K u h n retrataba a la ciencia como u n m é t o d o de investigación que combina el m é t o d o
científico objetivo y la composición emocional del científico. S e g ú n él, la ciencia avanza por-
que los científicos se ven obligados a cambiar sus sistemas de creencias; y éstos son muy difí-
ciles de cambiar, trátese de u n grupo de científicos u otra persona cualquiera.
Paradigmas y psicología
Q u é tiene que ver todo lo anterior con la psicología? Se h a descrito a la psicología como una
disciplina p r e p a r a d i g m á t i c a (Staats, 1981) porque no posee u n solo paradigma ampliamente
aceptado, sino varias escuelas o campos que compiten y existen al mismo tiempo. Por ejem-
plo, en la psicología actual encontramos campos que se clasifican como el conductista, el fun-
donalista, el cognitivo, el psicobiológico, el psicoanalítico, el evolucionista y el humanista. H a y
quienes consideran que esta situación p r e p a r a d i g m á t i c a es negativa e insisten que la psicolo-
gía está preparada para sintetizar sus diversos elementos en u n paradigma unificado (p. e.,
Staats, 1981, 1989,1991). Otros psicólogos no consideran que la psicología sea una disciplina
p r e p a r a d i g m á t i c a y sostienen que es una disciplina que incluye, y tal vez siempre ha incluido,
'.3rios paradigmas que coexisten (o, cuando menos, temas o corrientes de investigación). E s -
ros psicólogos piensan que j a m á s ha habido, n i ha sido necesario que haya, una clase de re-
volución kuhniana (p. e., Koch, 1981, 1993; L e a h e y 1992; Royce, 1975; Rychlak, 1975). Estos
•últimos psicólogos consideran que es sano, productivo y tal vez hasta inevitable que coexistan
w i o s paradigmas en l a psicología porque ésta estudia los humanos.
Mayr (1994) señala que K u h n era físico y que su análisis del cambio científico tal vez era
^•álido para esa ciencia, pero no para otras. Por ejemplo, Mayr observa que en la biología siem-
pre han existido varios paradigmas de forma s i m u l t á n e a y que entre ellos hubo una especie
de competencia darwiniana para l a aceptación de sus ideas. L a s ideas exitosas, independien-
-r-.ente de su fuente, perduraron y las no exitosas no lo hicieron. Esta selección natural de las
; ras se llama epistemología evolutiva y es contraria al concepto de los cambios de paradigma
: r K u h n . Resta por aclarar si, en este sentido, la psicología se parece m á s a la biología o a la
-:;a. E n este libro, suponemos que la psicología es una disciplina m u l t i p a r a d i g m á t i c a y no
-T.a que se encuentra en la etapa p r e p a r a d i g m á t i c a de su desarrollo.
Desde que K u h n publicó La estructura de las revoluciones científicas en 1962 (la segunda
:: ::ón apareció en 1970 y la tercera en 1996), los psicólogos, generalmente, han adoptado los
: aceptos y la terminología kuhniana para describir la condición y la historia de su disciplina,
r , er-Linn (2003) explica las razones que explicarían por q u é el uso de K u h n está tan gene-
•; zado entre los psicólogos, así como algunas de las a m b i g ü e d a d e s y desacuerdos que ge-
• ese uso.
R e v i s i o n e s d e l oritefio t r a d i c i o n a l d e c i e n c i a
Popper frente a Kuhn
U n punto importante de disensión entre K u h n y Popper se refiere al concepto de la ciencia
normal de K u h n . Como hemos visto, éste señala que una vez que se ha aceptado u n paradig-
ma, la mayoría de los científicos se ocupan en proyectos de investigación dictados por ese
paradigma; es decir, hacen ciencia normal.
Para Popper, lo que K u h n llamaba ciencia normal no es ciencia en absoluto. L o s proble-
mas científicos no son como acertijos porque nada restringe lo que contará como solución ni
los procedimientos que se aplicarán para resolver u n problema. S e g ú n Popper, la resolución
de problemas científicos es una actividad sumamente imaginativa y creativa, que nada tiene
que ver con la resolución de acertijos descrita por K u h n . E s m á s , s e g ú n éste, la ciencia no se
puede entender sin tomar en cuenta los factores psicológicos y sociológicos. S e g ú n él, la ob-
servación científica neutral no existe. L a s observaciones siempre se hacen a través del lente de
un paradigma. E n la ciencia popperiana, estos factores son extraños; los problemas existen y
las soluciones propuestas superan los rigurosos intentos por refutarlas; o no los superan. Por
lo tanto, el análisis de la ciencia de K u h n subraya las convenciones y los factores subjetivos y
el análisis de Popper hace hincapié en l a lógica y la creatividad. D . N . Robinson (1986) sugiere
que la visión de los dos podría ser correcta: " C o n á n i m o conciliador, cabría sugerir que el
principal desacuerdo de K u h n con Popper desaparece si imaginamos que K u h n describe lo
que h a sido la ciencia en t é r m i n o s históricos y que Popper sentenciaba lo que d e b e r í a ser"
(p. 24). No obstante, cabe señalar que existe u n a diferencia entre la filosofía de la ciencia de Es
Popper y la de K u h n . E l primero pensaba que existen verdades respecto del mundo físico y
que la ciencia se aproxima a ellas; es decir, Popper aceptaba la teoría de la correspondencia
con la verdad. Por otro lado, K u h n rechazaba esta teoría y, en cambio, afirmaba que el para-
digma aceptado por un grupo de científicos crea la "realidad" que éstos exploran. Por tal ra-
zón, K u h n "llegó a la visión radical de que la verdad misma está en relación con un paradigma"
(Okasha, 2002, p. 88).
Otros filósofos de l a ciencia sostienen que todos los intentos por tipificar a la ciencia e s t á n
equivocados. S e g ú n ellos, no existe u n único m é t o d o o principio científicos, y toda descrip-
ción de la ciencia se debe concentrar en la creatividad y la d e t e r m i n a c i ó n de los científicos
individuales. C o n este talante, el ilustre físico Percy W. Bridgman (1955) dijo que los científi-
cos no siguen " u n curso de acción prescrito... L a ciencia es lo que hagan los científicos y
existen tantos m é t o d o s científicos como científicos haya" (p. 83). E n su libro Against Method:
Outline ofan Anarchistic Theory ofKnowledge (Contra el método: esbozo de una teoría anarquista
del conocimiento) (1975), Paul Feyerabend (1924-1994) se alineó con los filósofos de la ciencia
que sostienen que los científicos no se sujetan a u n conjunto prescrito de reglas. D e hecho,
decía que, para que haya progreso científico, se deben infringir las reglas existentes. Feyera-
bend (1975) r e s u m i ó así esta posición:
Mi tesis señala que la anarquía ayuda a generar progreso en el sentido que uno quiera elegir.
Incluso una ciencia con ley y orden sólo tendrá éxito si se permite que, ocasionalmente, haya
movimientos anárquicos, (p. 27)
Nadie puede decir en términos abstractos, haciendo caso omiso de la idiosincrasia de la
persona y las circunstancias, qué fue precisamente lo que condujo el progreso en el pasado
y nadie puede indicar qué movimientos tendrán éxito en el futuro, (p. 19)
E n su libro Farewell to Reason (Adiós a la razón), Feyerabend (1987) prosiguió con su des-
cripción "anarquista" de la ciencia:
No existe un único "método científico", sino un enorme oportunismo: todo se vale; es decir,
cualquier cosa que sirva para impulsar el conocimiento como lo entiende un investigador
particular o una corriente de investigación. En la práctica, la ciencia muchas veces trasciende
M t Capitulo i intfodu&&ion
los límites que algunos científicos y filósofos tratan de interponer en el camino y se convier-
te en una investigación libre y sin restricciones, (p, 36)
La investigación exitosa no obedece a las normas generales: recurre a un truco, aquí y
allá, y los jugadores no siempre conocen los movimientos que la hacen avanzar U n a teoría
de la ciencia que inventa normas y elementos estructurales para todas las actividades cientí-
ficas y que tos autoriza por referencia a alguna racionalidad-teórica tal vez impresione a los
legos, pero es un instrumento demasiado burdo para las personas enteradas, es decir para
los científicos que afrontan algún problema concreto de investigación, (p. 281)
Incluso con las revisiones sugeridas por Popper, K u b n y Feyerabend, resta por conocer
m u c h o s a s p e c t o s t r a d i c i o n a l e s de l a c i e n c i a . Se s i g u e c o n s i d e r a n d o q u e l a o b s e r v a c i ó n e m p í -
r i c a es l a m á x i m a a u t o r i d a d , se s i g u e b u s c a n d o leyes de r e l a c i o n e s , se c o n t i n ú a f o r m u l a n d o y
c o m p r o b a n d o teorías y se s i g u e a c e p t a n d o e l d e t e r m i n i s m o .
P a r a u n a e s t u p e n d a r e s e ñ a h i s t ó r i c a de los c o n c e p t o s de c i e n c i a , y u n a e x p l i c a c i ó n de los
que e x i s t e n e n l a a c t u a l i d a d , v é a s e : Science Wars: What Scientists Know and How They Know It
{La guerra de la ciencia: qué saben los científicos y cómo es que lo saben) de S. L . G o l d m a n ( 2 0 0 6 ) .
La teoría de la conducta subraya que los hechos del entorno cumplen con una función cen-
tral en la determinación de la conducta humana. L a fuente de la acción no está en el interior
de la persona, sino en el entorno. Si llegamos a entender plenamente c ó m o los hechos del
entorno influyen en la conducta, podremos comprender por completo la conducta. Esta
DO
i m p o r t a n c i a de l a e x p e r i e n c i a c o g n i t i v a y e m o c i o n a l p a r a explicar l a c o n d u c t a h u m a n a . E n s u
o p i n i ó n , los d e t e r m i n a n t e s m á s i m p o r t a n t e s de l a c o n d u c t a h u m a n a s o n s u b j e t i v o s e i n c l u y e n
las creencias, las e m o c i o n e s , las s e n s a c i o n e s , las p e r c e p c i o n e s , las ideas, los v a l o r e s y las m e t a s
de u n a p e r s o n a . E s t o s p s i c ó l o g o s s u b r a y a n e l d e t e r m i n i s m o p s í q u i c o , e n l u g a r d e l físico.
E n t r e los psicólogos partidarios del d e t e r m i n i s m o psíquico están aquellos que destacan la
i m p o r t a n c i a de l o s h e c h o s m e n t a l e s de l o s q u e s o m o s c o n s c i e n t e s y a q u e l l o s q u e , c o m o
F r e u d , s u b r a y a n l a i m p o r t a n c i a de los h e c h o s m e n t a l e s de los q u e n o e s t a m o s c o n s c i e n t e s .
A d e m á s de a c e p t a r a l g u n a clase de d e t e r m i n i s m o , l o s p s i c ó l o g o s científicos t a m b i é n b u s -
c a n l e y e s g e n e r a l e s , f o r m u l a n teorías y e m p l e a n l a o b s e r v a c i ó n e m p í r i c a c o m o l a m á x i m a
a u t o r i d a d p a r a j u z g a r l a v a l i d e z de esas t e o r í a s . L a p s i c o l o g í a , c o m o l a e j e r c e n estos p s i c ó l o -
gos, es d e f i n i t i v a m e n t e científica, p e r o n o t o d o s los p s i c ó l o g o s c o i n c i d e n c o n s u s s u p u e s t o s y
métodos.
Kant atacó la base misma de una ciencia de la psicología. Si la psicología es el estudio de "la
m e n t e " y, si toda observación y toda deducción es una operación de una mente que en si-
lencio impone sus propias categorías a lo que está observando, entonces ¿cómo podría la
mente mirar hacia su interior y observar sus propias operaciones cuando, por su propia
naturaleza, está obligada a observar en términos de sus propias categonas? ¿Tiene sentido
encender ¡a luz para ver cómo es la oscuridad [cursivas añadidas]? (p. 146)
No determinismo. A l g u n o s p s i c ó l o g o s r e c h a z a n e n t e r a m e n t e l a c i e n c i a c o m o vía p a r a e s -
tudiar a los h u m a n o s . É s t o s , q u e p o r lo h a b i t u a l t r a b a j a n c o n u n p a r a d i g m a h u m a n i s t a o u n o
e x i s t e n c i a l , p i e n s a n q u e l a s c a u s a s m á s i m p o r t a n t e s de l a c o n d u c t a s o n g e n e r a d a s p o r u n o
m i s m o . E n o p i n i ó n de este g r u p o , l a c o n d u c t a es e l e g i d a c o n l i b e r t a d y, p o r l o tanto, es i n d e -
p e n d i e n t e d e las c a u s a s físicas o psíquicas. E s t a c r e e n c i a e n e l l i b r e a l b e d r í o es c o n t r a r i a a l
s u p u e s t o d e l d e t e r m i n i s m o y, p o r lo t a n t o , e l t r a b a j o de estos p s i c ó l o g o s n o es científico. E s t a
r o s i c i ó n se l l a m a n o d e t e r m i n i s m o . L o s n o d e t e r m i n i s t a s p i e n s a n que, c o m o e l i n d i v i d u o
eiige l i b r e m e n t e los c u r s o s de a c c i ó n , es e l ú n i c o r e s p o n s a b l e de los m i s m o s .
Sigmund K o c h (1917-1996) sostenía que, para conocer a los humanos, la psicología debe-
ría adoptar tanto la ciencia como las humanidades. U n a visión m á s comprensible de la psico-
logía h a ejercido enorme influencia y, la mayor parte del n ú m e r o de mayo del 2001 del
American Psychologist, estudia sus implicaciones.
L a psicología no se debe juzgar con demasiada dureza porque algunos de sus aspectos no
son científicos o hasta son anticientíficos. L a ciencia, como la conocemos, es relativamente
nueva, mientras que la materia de la mayoría de las ciencias, por no decir que de todas, es muy
antigua. Como señalara Popper, lo que ahora se estudia de forma científica alguna vez se es-
t u d i ó de forma filosófica o teológica. Primero estuvieron las nebulosas categorías que fueron
discutidas durante siglos de forma no científica. Esta discusión p r e p a r ó diversas categorías de
investigación para la afinación que proporciona la ciencia.
E n la psicología actual, existe investigación en todos los niveles. Algunos conceptos po-
seen u n legado filosófico muy prolongado y están listos para recibir un trato científico; otros
siguen en sus primeras etapas de desarrollo y no e s t á n preparados para u n trato científico; y
otros m á s , por su naturaleza misma, j a m á s serán sujetos a investigación científica. Todos estos
niveles y clases de investigación parecen necesarios para el crecimiento de la psicología y
unos sustentan a los otros.
P r e g u n t a s p e r s i s t e n t e s d e l a psicología
Las preguntas que la psicología está tratando de responder suelen ser las mismas que ha i n -
tentado responder desde su inicio. E n muchos casos, lo único que ha cambiado son los m é t o -
dos para lidiar con esas preguntas persistentes. Hemos visto una de las preguntas persistentes
de la psicología: ¿es la conducta humana producto del libre albedrío o está determinada? E n
la siguiente sección repasaremos otras preguntas persistentes y, al hacerlo, adelantaremos
mucho de lo que cubrirá el resto de este libro.
CQpítuio i IntfOduoGlón
gado animal permanece en la naturaleza humana? Por ejemplo, ¿ s o m o s inherentemente
agresivos? Sí, dicen los freudianos. ¿Es la naturaleza humana b á s i c a m e n t e buena y no violen-
ta? Sí, s e ñ a l a n los miembros del campo humanista, como Rogers y Maslow. O bien, ¿ n u e s t r a
naturaleza no es buena ni mala, sino neutral, como dicen los conductistas como Watson y
Skinner? L o s conductistas afirman que la experiencia hace que una persona sea buena, mala
0 lo que sea. ¿Los humanos gozan de libre albedrío? Sí, dicen los psicólogos existencialistas;
no, replican los psicólogos orientados a la ciencia. Cada uno de los paradigmas de la psicolo-
gía está asociado a u n supuesto sobre la índole de la naturaleza humana, y cada supuesto
tiene una larga historia. E n todo este libro, veremos muestras de estas concepciones de la na-
turaleza humana y las m e t o d o l o g í a s que han generado.
P r e g u n t a s p e r s i s t e n t e s d e l o psicología
los mentales de forma simultánea. Así como la cara y la cruz son dos aspectos de u n a misma
moneda, así los hechos mentales y los fisiológicos son dos aspectos de una misma persona. L a
mente y el cuerpo no i n t e r a c t ú a n ni se pueden separar j a m á s . Simplemente son dos aspectos
de cada experiencia que registramos como humanos. Otros dualistas afirman que existe una
a r m o n í a preestablecida entre los hechos corporales y los mentales; es decir, las dos clases de
hechos son diferentes y separados, pero son coordinados por un agente externo, por ejemplo.
Dios. Por último, en el siglo xvii, Nicolás de Malehranche (1638-1715) sugirió que cuando u n
deseo se presenta en la mente. Dios hace que el cuerpo actúe. Asimismo, cuando algo le s u -
cede al cuerpo. Dios causa la experiencia mental correspondiente. L a posición de Malehran-
che sobre la relación mente-cuerpo se llama ocasionalismo.
Todas estas posiciones respecto del problema mente-cuerpo e s t á n representadas en la
historia de la psicología y, por lo tanto, las encontraremos en todo este libro. L a figura 1.1
presenta el caprichoso resumen de Chisholm respecto de las relaciones mente-cuerpo que se
han propuesto.
ÍA
FIGURA i.i
Descripción de distintas relaciones mente-cuerpo presentada por Chisholm. El ave dibujada con líneas interrumpidas
representa la mente y la dibujada con líneas continuas, el cuerpo.
FUENTE: Tomado deTaylor (1963, p. 130). Reproducido con autorización de Roderick M. Chisholm.
20 Capítulo i Introducción
humanos son agresivos por naturaleza e s t á n diciendo que los humanos tienen una predispo-
sición innata a la agresividad.
L a mayoría de los psicólogos, por no decir que todos, ahora concede que la experiencia
mental y la herencia influyen en la conducta humana, y lo que diferencia a los nativistas de los
empíricos es la importancia que conceden a una o la otra.
P r e g u n t a s p e r s i s t e n t e s d e ¡o p s i o o l o g í o
conductismo d e p e n d i ó mucho de la investigación con animales y sostenía que la conducta de
los humanos y los no humanos estaba regida por los mismos principios. Por lo tanto, los re-
sultados de esa investigación se p o d í a n generalizar al á m b i t o humano. E n el otro extremo, se
encuentran los humanistas y los existencialistas, los cuales creen que los humanos son cuali-
tativamente diferentes de otros animales y que, por lo tanto, el estudio de animales no huma-
nos no llevará al conocimiento de nada importante acerca de los humanos. Afirman que éstos
son los únicos animales que eligen libremente sus cursos de acción y que, por lo tanto, son
moralmente responsables de sus actos. Luego entonces, será sensato juzgar a la conducta
humana como buena o mala, pero los juicios similares de la conducta animal carecerían de
sentido. Sin la capacidad para razonar y elegir, no puede haber culpa. L a mayoría de los psi-
cólogos se ubica en algún punto entre estos dos extremos y t a m b i é n postula que el estudio de
otros animales permite conocer ciertas cosas de los humanos, pero otras no.
22 T C a p i t u l o I intfodua&ión
p r e s e n t e de f o r m a física. S i n e m b a r g o , m u c h o s otros d i c e n q u e s i e m p r e se p i e r d e o se g a n a
algo c u a n d o l a e x p e r i e n c i a física se t r a d u c e a l a f e n o m e n a l . L a d i s c r e p a n c i a e n t r e l o s dos t i p o s
de e x p e r i e n c i a o c u r r e c u a n d o los r e c e p t o r e s s e n s o r i a l e s r e s p o n d e n a lo q u e e s t á p r e s e n t e fí-
s i c a m e n t e , t a n s ó l o e n p a r t e ; p o r e j e m p l o , s ó l o r e s p o n d e n a c i e r t o s o n i d o s o colores. T a m b i é n
p u e d e e x i s t i r u n a d i s c r e p a n c i a s i c i e r t a i n f o r m a c i ó n se p i e r d e o d i s t o r s i o n a c u a n d o es t r a s m i -
tida de los r e c e p t o r e s de los s e n t i d o s a l c e r e b r o . A d e m á s , e l m i s m o cerebro p u e d e t r a s f o r m a r
la i n f o r m a c i ó n s e n s o r i a l , c r e a n d o c o n ello u n a d i s c r e p a n c i a e n t r e l a r e a l i d a d física y l a f e n o -
m e n a l . E n este caso, l a i n t e r r o g a n t e i m p o r t a n t e es, d a d o e l h e c h o de q u e existe u n m u n d o
m a t e r i a l y u n o p s i c o l ó g i c o , ¿ q u é r e l a c i ó n existe e n t r e los d o s ? U n a p r e g u n t a r e l a c i o n a d a es,
d a d o q u e t o d o l o q u e p o d e m o s e x p e r i m e n t a r de f o r m a d i r e c t a se r e m i t e a n u e s t r a p r o p i a
r e a l i d a d s u b j e t i v a , ¿ c ó m o p o d e m o s c o n o c e r algo d e l m u n d o m a t e r i a l ? A q u í n o s t o p a m o s
c o n e l p r o b l e m a de l a r e i f í c a c i ó n o l a t e n d e n c i a a p e n s a r q u e , c o m o a l g o t i e n e n o m b r e ,
t a m b i é n t i e n e e x i s t e n c i a i n d e p e n d i e n t e . J . S. M i l i (1843/1874) d e s c r i b i ó esta f a l a c i a d e l a s i -
guiente m a n e r a :
La falacia se puede enunciar de la siguiente forma general: Todo aquello que se pueda con-
cebir aparte, existe aparte; y su manifestación más ostensible es la personificación de las
abstracciones. L a humanidad de todas las épocas ha tenido una marcada propensión a con-
cluir que dondequiera que haya un nombre, debe existir una unidad separada distinguible
que corresponda a ese nombre; y se pensaba que t o d a idea compleja que la mente hubiese
formado para sí, por medio de la actuación de sus concepciones de las cosas individuales,
tiene una realidad objetiva e x t e r n a que responde a ella. (p. 527)
A l o l a r g o de l a h i s t o r i a de l a h u m a n i d a d , se h a n c o n c e b i d o e n t i d a d e s c o m o l a s a l m a s , l a s
m e n t e s , los dioses, los d e m o n i o s , los espíritus y los seres, y d e s p u é s se h a a s u m i d o q u e e x i s -
ten. Por supuesto que e n tiempos m á s recientes h a n surgido procedimientos que p e r m i t e n
establecer s i las e n t i d a d e s i m a g i n a d a s t i e n e n r e f e r e n t e s e n e l m u n d o e m p í r i c o . C o m o h e m o s
\1sto, l a teoría científica t r a t a de c o r r e l a c i o n a r las p a l a b r a s y los s í m b o l o s c o n l a s o b s e r v a c i o -
nes e m p í r i c a s . S i n e m b a r g o , e n e l c a s o de l a reifícación s i m p l e m e n t e se s u p o n e q u e existe l a
relación e n t r e l o i m a g i n a r i o y lo r e a l . L a t e n d e n c i a h a c i a l a reifícación es m u y m a r c a d a y p e r -
sistente, y l a e n c o n t r a r e m o s c o n f r e c u e n c i a .
Resumen
Las actividades de los psicólogos son la mejor vía para definir la psicología y esas actividades
han ido cambiando con el trascurso de los siglos. S i bien la psicología se remonta cuando
menos al amanecer de la civilización, nuestra versión de su historia inicia con los griegos de
la A n t i g ü e d a d . E l planteamiento para escribir este libro es un ejemplo del presentismo, por-
que usamos la psicología actual como guía para establecer la parte de la historia que cubrire-
mos. Sin embargo, en t é r m i n o s generales, consideramos que el historicismo es el enfoque
m á s válido para conocer la historia de la psicología. Este libro la presenta con una combina-
ción que abarca a los grandes personajes, las ideas persistentes, el espíritu de los tiempos y las
aportaciones de otros campos. Esta c o m b i n a c i ó n se llama enfoque ecléctico. A l estudiar la
historia de la psicología, el estudiante o b t e n d r á una perspectiva y un conocimiento m á s pro-
fundo de la psicología moderna. Asimismo, a p r e n d e r á que, en ocasiones, las condiciones
socioculturales determinan d ó n d e p o n d r á su énfasis la psicología. Por último, al estudiar la
historia de la psicología, se p o d r á n evitar errores cometidos antes, descubrir ideas importan-
tes y satisfacer la curiosidad natural respecto de algo que se considera importante.
Habitualmente, se consideraba que la ciencia iniciaba con la observación empírica y de
a h í pasaba a la formulación de una teoría. A continuación, las teorías eran evaluadas en r a z ó n
de su capacidad para generar predicciones, las cuales eran apoyadas o no por los resultados de
experimentos. L a s teorías que generaban predicciones que eran confirmadas se fortalecían,
y las que planteaban predicciones equivocadas eran revisadas o abandonadas. A l ligar la
observación empírica y la teoría, la ciencia combinaba las escuelas filosóficas del empirismo y
24 Capítulo I Introducción
-:• rionalismo. L a ciencia presume u n determinismo y busca leyes generales. Popper discre-
; z de la visión tradicional de la ciencia y decía que la actividad científica no arranca con la
- zrx ación empírica, sino con u n problema de algún tipo que guía las observaciones e m p í -
- del científico. E s m á s , afirmaba que si una teoría científica es confirmada de forma con-
-' - nte, es m á s probable que sea una equivocada, y no fuera válida. U n a buena teoría debe
Z T : predicciones arriesgadas que, de no ser confirmadas, refutarán la teoría. Para que una
.a sea clasificada como científica debe especificar por anticipado las observaciones que, de
: marse, l a refutarían. E l principio de la refutabilidad es lo que diferencia a u n a teoría cien-
;;: de otra que no lo es. U n a teoría científica debe correr el riesgo de estar equivocada y
; - : e especificar las condiciones en las cuales estaría errada. E n la psicología, teorías como las
• ^zd y Adler son demasiado vagas como para permitir comprobaciones precisas y s u -
. z .a postdicción, en lugar de la predicción. Por tal razón, infringen el principio de la re-
: didad o falsabilidad. K u h n t a m b i é n discrepaba de la visión tradicional de la ciencia. S u
- a de la ciencia subraya los factores sociológicos y psicológicos. E n u n momento dado,
-rz.u'ficos aceptan u n marco general para efectuar sus investigaciones. Este marco, que
z llamaba paradigma, determina cuáles son los problemas de la investigación y c ó m o
- z. erlos. S e g ú n Popper, la actividad científica está dirigida por los problemas, mientras que
; K u h n está guiada por u n paradigma que los científicos consideran cierto. Para Popper, la
. - y.a implica la resolución creativa de problemas, para K u h n implica la resolución de acer-
- Según K u h n , el avance científico pasa por tres etapas: la p r e p a r a d i g m á t i c a , la paradig-
z ; a v la revolucionaria. U n a diferencia fundamental entre la c o n c e p c i ó n de la ciencia de
. ; zer y la de K u h n se presenta en el hecho de que el primero aceptaba la teoría de la corres-
fondencia con la verdad y el segundo no. Otros filósofos de la ciencia, como Feyerabend,
=í:-ít:enen que no es correcto caracterizar a la ciencia o al m é t o d o científico de una manera
:.írricular. Para ellos, la ciencia es aquello que hacen los científicos y es preciso violar las re-
£ 3 5 y los reglamentos existentes para que avance la ciencia.
Algunos aspectos de la psicología son científicos y otros no lo son. E s m á s probable que
psicólogos que e s t á n dispuestos a aceptar el determinismo material o psíquico para el es-
•KÜO de los humanos tengan una orientación científica que aquellos que no aceptan ese s u -
puesto. L o s no deterministas suponen que la conducta humana es elegida con libertad y, por
ID tanto, no es propicia para u n análisis científico tradicional. E l indeterminista cree que la
conducta humana está determinada, pero que las determinantes de la conducta no siempre
se pnieden conocer con certeza. L a psicología no se debe disculpar por sus aspectos no cientí-
- ' - -z v q u e , con frecuencia, son los que h a n efectuado aportaciones significativas para com-
: a los humanos. Asimismo, en algunos casos, los conceptos desarrollados por
zos no científicos m á s adelante han sido perfeccionados por psicólogos que han utili-
i c i U ü ei m é t o d o científico.
Hemos resumido muchas de las interrogantes que h a n persistido a lo largo de la historia
ée la psicología, entre otras: ¿ e n q u é medida son libres los humanos, y en q u é medida su
• "a está determinada por causas que se pueden conocer?, ¿cuál es la í n d o l e de la natu-
-Z zaumana?, ¿ q u é relación existe entre la mente y el cuerpo?, ¿ e n q u é medida la herencia
-zzzismo) determina los atributos humanos en c o m p a r a c i ó n con l a experiencia (empiris-
'z ¿la conducta humana se puede explicar totalmente en t é r m i n o s de principios mecani-
-:zí o se debe postular a l g ú n principio vitalista adicional?, ¿ e n q u é medida es racional o
- z z i o n a l la conducta humana?, ¿qué relación existe entre los humanos y los animales no
• - zzanos?, ¿cuál es el origen del conocimiento humano?, ¿qué diferencia hay entre lo que
-:e en el á m b i t o material y lo que se experimenta mentalmente, y c ó m o se puede conocer
z -piicar esta diferencia?, ¿ c ó m o se ha utilizado el concepto del ser a lo largo de la historia de
h psicología para explicar la continuidad de la experiencia propia a lo largo del tiempo, y c u á -
les son los problemas asociados al concepto del ser?, ¿existen verdades universales conocidas
- í s r e c t o del mundo en general o de personas en particular, o la verdad siempre estará en
- ; : : ó n con las perspectivas del individuo o del grupo?