El Problema de Las Adicciones
El Problema de Las Adicciones
El Problema de Las Adicciones
Una enfermedad
Familiar, social y global.
Agradecimientos
A la institución que me dio la oportunidad de ser parte de su alumnado de una especialidad tan
importante y poderosa. A mi Amiga Patrizia, que, aunque hace tan poquito que la conozco, que,
aunque nos separa posiblemente medio país o más, digo la conozco porque hemos entablado
una gran y hermosa relación que siento que la conozco de mil años, fue, en este TIF, un gran
apoyo moral, psicológico y más. A Raúl, mi pareja, quien soportó mis ataques de ansiedad y
miedo, y que también es uno de los pilares de mi vida junto con toda mi familia.
Significado de Adicción
Son muchos los significados de la palabra “Adicción”. Por ejemplo, según la RAE.es
(Diccionario de la Lengua Española), una adicción es la “Dependencia de sustancias o
actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico. Y la Afición a alguien o algo”. De
acuerdo con significados.com “la adicción es la dependencia persistente y compulsiva hacia una
sustancia o conducta…se caracteriza por la negación, por el descontrol en el uso o en la
conducta a pesar de conocer las consecuencias negativas que conlleva, y por las distorsiones de
pensamiento con respecto a la adicción en episodios periódicos o continuos”.
También tenemos a Wikipedia, que señala a la “adicción, (derivada del latín ADDICTUS), a
una enfermedad crónica y recurrente del “Cerebro” que se caracteriza por una búsqueda
patológica de la recompensa o alivio a través de una sustancia u otras acciones. Esto implica
una incapacidad de controlar una conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo
imperioso de consumo, disminución del reconocimiento de los problemas significativos
causados por la propia conducta y en las relaciones interpersonales, así como en la respuesta
emocional disfuncional.
Según Portal Clínica, son un trastorno mental crónico y recidivante, es decir, que alternan
periodos de consumo más descontrolado con periodos de abstinencia en los que se abandona el
consumo. Generan cambios en los circuitos del cerebro que provocan que la persona consuma
de forma compulsiva a pesar de las consecuencias negativas físicas, psicológicas y sociales.
Normalmente se habla de adicción cuando el patrón desadaptativo de consumo, con deterioro o
malestar significativo se mantiene durante al menos doce meses.
Ahora, hay unas contradicciones, de acuerdo a la etimología de la palabra. Se dice que deriva
del latín ADDICTUS. Partiendo desde ahí, y siendo una palabra que se utilizaba para nombrar a
los esclavos en tiempos del Imperio Romano, cuyo significado era asignado o entregado,
cuando se vendía un esclavo se le llamaba el Addictus de…, con el tiempo pasó a adjudicarse la
palabra Adicto a quien estaba entregado o dominado por…
Según otro punto de vista, la palabra se define o traduce como “Sin Palabras”, así, lo que no
se puede o no se quiere decir es lo que provoca la adicción, ya que lo que se busca es el evitar el
contacto con la emoción, sea cual sea ésta; también es la falta de comunicación intrafamiliar, y
frente a frente, que es lo esencial en estos casos, más que nada hoy en día donde todo es virtual
y pasamos muchísimo tiempo solos o desconectados del mundo real y la charla de persona a
persona pasa a un segundo plano.
Tipos de adicciones
El tema de las adicciones ya no es especifico de algún país, sino ya es a nivel mundial, todos
los países tienen algo que ver en ella, tampoco es un tema de alguna franja etaria en particular,
sino que se encuentra en todas las franjas, no conoce de clase social ni distingue razas. Pero sí
podemos distinguir entre ellas a dos grupos, las químicas y las comportamentales. La
diferenciación entre ellas es importante para el abordaje terapéutico. Las adicciones químicas o
de sustancias son aquellas en la que el adicto utiliza una sustancia o elemento externo, (cocaína,
marihuana, etc.) y las comportamentales que son aquellas que tienen todas las características de
una adicción, pero no les hace falta o no necesitan elementos externos. Se activan por un
mecanismo de refuerzo positivo, como el placer, pero al perder el control es cuando aparecen
los síntomas de una adicción como tal.
Las emociones que afectan al sujeto pueden ser de la más variadas, incluyendo miedos,
decepciones, tristezas, resentimientos, etc., y otros combos “heredados”, pasados de padres a
hijos, de generación en generación, como sobreprotección, abandono, padres muy estrictos y
rígidos, sumados a la incapacidad del sujeto para resolver conflictos, termina, paulatinamente
llevando al deterioro mental, derivando en un adicto.
La negación de la enfermedad es uno de los tantos factores determinantes, junto con la
ignorancia por parte del entorno sobre cómo actuar en tal caso siendo lo primero el callar u
ocultar lo que está sucediendo, ya que se tiene la falsa creencia de que, si esto no se habla, no
está sucediendo o nunca a va suceder, y son también de gran importancia, los síntomas
emocionales, mentales y conductuales respecto de cada miembro el entorno familiar. Por
ejemplo, unos acusarán al adicto de falta de buena conducta de su parte hacia la familia, otros
ocultarán sus emociones para que el adicto no se exalte, estará el codependiente que velará por
el adicto pensando que así lo ayuda y en realidad lo único que logra es hacerse daño a sí mismo
también, entrando en una especie de rueda sin fin de ayuda y desilusión, y provocando que el
sujeto en la adicción se deteriore más mentalmente, y en lugar de aceptar su condición, siga
recayendo una y otra vez. Por parte del adicto, aunque parezca que la necesidad ha sido resuelta
satisfactoriamente, esto le traerá no sólo más conflictos, sino que serán más grandes, y su
incapacidad de resolverlos, dará paso a su dependencia, siendo la tolerancia la más complicada.
El adicto
El adicto es una persona que piensa o cree que no podrá vivir sin el objeto de su adicción y la
usará de manera compulsiva, aunque sepa de las consecuencias del uso. ¿Por qué lo hace? Las
causas que lo llevan a serlo son múltiples y distintas a cada individuo. No todos lo hacen por las
mismas razones, y dependiendo de cuál sea su tipo de adicción, unos lo harán para sentirse bien
por las sensaciones que le causa, porque se sienten impotentes, para un mejor rendimiento
académico, laboral o físico, sentirse mejor porque se sienten deprimidas o estresadas, la
experiencia de su vida le causa culpa y vergüenza. Probablemente se halle frustrado y ciertas
características en su personalidad o estado emocional lo hace más vulnerable psicológicamente,
lo que aumenta las probabilidades de que se convierta en adicto. Otros comienzan por
curiosidad, sin tener un motivo real en sí, o lo hace porque otro lo hace, como un modismo entre
su grupo social.
El desarrollo de estas conductas también le acarreará más problemas de salud, porque, aunque
no sea un adicto a sustancias, por ejemplo, un adicto al sexo corre grandes riesgos de contraer
enfermedades relacionadas al sexo, uno que es adicto al juego patológico probablemente quede
en bancarrota y tendrá problemas dentro de la pareja y la familia, entre otros tantos. También
sufren de los mismos síntomas de dependencia, tolerancia y el síndrome de abstinencia que un
adicto a las sustancias.
Otros síntomas que sufrirá y que, aunque variarán de acuerdo al tipo de adicción, igual hay
algunos que son más comunes a la mayoría como lo son la irritabilidad, el deterioro de la
calidad de vida, ansiedad, culpa, etc.
La mirada Gestalt
La problemática de las adicciones es una realidad muy compleja de explicar y mucho más de
resolver, lo que no quiere decir imposible. Buscando explicar la situación en que se encuentra
un adicto, podríamos decir que las adicciones son utilizadas como un medio de autorregulación
para disminuir los síntomas de interrupciones, trastornos o padecimientos, como la baja
autoestima, la ansiedad, etc., y que de la mano con la urgencia de suplir una necesidad
insatisfecha llega a transformarse en una fatalidad en casos extremos.
Desde lo holístico, vemos al individuo como un todo, por lo tanto, estos bloqueos en
cualquiera de sus partes, lo afectarán en su totalidad, porque, precisamente como un todo, no
percibimos por parte, sino como un conjunto, aunque podamos fijarnos en una de sus partes o la
figura, y el resto se constituya en el fondo, sigue siendo parte de la totalidad, y como
reaccionamos emocionalmente también de forma global, a una necesidad satisfecha le surgirá
una emoción, pero a la necesidad insatisfecha también le surgirá una emoción pero que causará
molestia, o emoción negativa. Según Hermann Schreck “el fenómeno adictivo se mantiene por
el deseo de la persona por evadir sus miedos, debilidades, culpas, vergüenzas, necesidades y
sentimientos por considerarlos inapropiados”. Por lo que, un adicto no llega a serlo sin haber
pasado por un posible estado neurótico antes, y haya quedado sin ningún tipo de atención. Y,
también es posible, que, si no se vió o notó, con su adicción sí salga a la luz. El sujeto no ha
madurado mentalmente y el punto de apoyo que tenía, el cual, el primero es siempre la familia,
ya no lo tiene o no lo tuvo en cuanto lo necesitó, y ha creado en su mente la fantasía de que si se
responsabiliza de sí mismo algo malo ocurrirá, entonces, no se responsabiliza de sí mismo y no
le encuentra ninguna otra solución a su problema, por lo que vive entre el miedo a
responsabilizarse y el dolor de no intentarlo, justamente por el miedo, que siendo una emoción
que moviliza o llama a la acción, en este caso el sujeto se paraliza, no hace nada, renuncia a la
acción, lo que lo llevará a más interrupciones en su proceso de aprendizaje y sin una
intervención terapéutica no saldrá adelante. Un factor influyente en el carácter son los
introyectos, que, siendo internalizados, en el adicto son más significativos aun generándole más
ansiedad y la oportunidad de usarlos como justificaciones, sumado a que cree que su problema
es otro, proyectando hacia el mundo o su entorno, lo que está mal, justificando, resistiéndose y
negando su condición.
Aquí, el “darse cuenta” es el primer e indispensable paso para un tratamiento, sin el darse
cuenta de lo que está sucediendo, de cómo lo está haciendo, no tendrá una experiencia o un
nuevo aprendizaje que aceptar e integrar, siguiendo a este paso, le seguirá la responsabilidad.
Asumir la responsabilidad de nuestros actos nos hace protagonistas de nosotros mismos.
Desde la Terapia Gestáltica intentamos que el individuo se “dé cuenta” y que se haga
responsable, pero responsable de lo que le sucede en el presente, en el “aquí y ahora”, así, por
medio de la experiencia proceder a la autorregulación organísmica, pero para esto necesitamos
que el sujeto se dé cuenta, no sólo de sus necesidades sino del ambiente al que pertenece en el
presente.
El no responsabilizarse de las propias emociones hará que cualquier dificultad en el manejo
de las emociones traiga aparejado dificultades para relacionarse con el entorno, el ambiente,
produciendo relaciones distorsionadas y patrones de una necesidad insatisfecha tras otra, que
irán distorsionando más y más las relaciones organismo-ambiente. Y en su distorsión, y su
búsqueda de evitar el contacto con la emoción negativa por sentirla amenazante, es que acude a
su objeto de adicción para evitar ese momento, pero lo único que está haciendo es inhibir o
bloquear más el contacto con esas emociones, ese presente alterado.
Lo mejor aquí sería un equipo interdisciplinario. Un equipo donde distintas terapias como
Psicólogos, Psiquiatras, Reikistas, Consteladores, Aromaterapeutas, etc., se complementen unas
con otras en pos de una recuperación y reintegración del adicto a la familia, y como
consecuencia la reinserción social del grupo familiar. Un solo tipo de terapia no bastará, porque
en estas situaciones es mejor unir fuerzas.
Conclusión
Entonces, repitiendo la pregunta anteriormente formulada, ¿Cómo comienza un adicto a serlo?
Su comienzo, puede tener tantas diferencias de uno a otro, tiene tantas caras que es difícil de dar
con un patrón exclusivo y decir sí, así comienza. Tiene mucho que ver la familia de la que es
parte, los grupos de amistades a los que pertenece, a la sociedad en sí que proyecta ciertos
comportamientos y modismos como parte de la modernidad y actualidad, entonces el adicto
comienza a serlo cuando el contacto de éste con el ambiente y viceversa, cuando el contacto del
ambiente con él no es el adecuado y para solucionar el problema, sanarlo y recuperarlo, solo es
cuestión de tomar cada caso en particular, con un buen acompañamiento y contención, no solo al
adicto sino a su grupo familiar.