El Problema de Las Adicciones

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El problema de adicciones:

Una enfermedad
Familiar, social y global.
Agradecimientos
A la institución que me dio la oportunidad de ser parte de su alumnado de una especialidad tan
importante y poderosa. A mi Amiga Patrizia, que, aunque hace tan poquito que la conozco, que,
aunque nos separa posiblemente medio país o más, digo la conozco porque hemos entablado
una gran y hermosa relación que siento que la conozco de mil años, fue, en este TIF, un gran
apoyo moral, psicológico y más. A Raúl, mi pareja, quien soportó mis ataques de ansiedad y
miedo, y que también es uno de los pilares de mi vida junto con toda mi familia.

Espinosa, Laura Melina


Grupo X

Curso Especialista Gestalt


Asociación Psi, 2022.
Introducción
Hay un constante cambio, estamos evolucionando, no sólo el mundo, desde afuera, sino
también el mundo interior, así que indefectiblemente debemos evolucionar, y con cada nuevo
cambio, surgen los miedos, inseguridades, etc., tanto a nivel físico, como mental y energético, y
es cuando podemos necesitar de una ayuda para aclarar la visual, tanto hacia adentro como
hacia afuera, porque nuestras relaciones, las relaciones organismo-ambiente son de gran
importancia en esta evolución, que de eso se trata la evolución, poder superar el proceso,
aceptar los nuevos cambios y adaptarse a ellos integrándolos a nosotros. Y en este contexto,
debido a la incapacidad del darse cuenta per se, es cuando surge el desequilibrio organísmico,
pasando a ser una enfermedad, por lo tanto, considerando que a las adicciones las llaman
“enfermedad”, nos preguntamos: ¿qué clase de enfermedad son las adicciones?, ¿son realmente
una enfermedad? ¿cómo comienza un adicto a serlo? ¿por qué lo hace? ¿Qué lo lleva a ese
nivel de daño hacia sí y su entorno? En este trabajo, trataremos de traer algo de luz a tales
preguntas. Intentaremos, desde un enfoque gestáltico, traer un poco de amor, una mirada más
presente, enfocada al aquí y ahora de un tema tan escabroso y anciano como lo es el mundo.

Significado de Adicción
Son muchos los significados de la palabra “Adicción”. Por ejemplo, según la RAE.es
(Diccionario de la Lengua Española), una adicción es la “Dependencia de sustancias o
actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico. Y la Afición a alguien o algo”. De
acuerdo con significados.com “la adicción es la dependencia persistente y compulsiva hacia una
sustancia o conducta…se caracteriza por la negación, por el descontrol en el uso o en la
conducta a pesar de conocer las consecuencias negativas que conlleva, y por las distorsiones de
pensamiento con respecto a la adicción en episodios periódicos o continuos”.

También tenemos a Wikipedia, que señala a la “adicción, (derivada del latín ADDICTUS), a
una enfermedad crónica y recurrente del “Cerebro” que se caracteriza por una búsqueda
patológica de la recompensa o alivio a través de una sustancia u otras acciones. Esto implica
una incapacidad de controlar una conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo
imperioso de consumo, disminución del reconocimiento de los problemas significativos
causados por la propia conducta y en las relaciones interpersonales, así como en la respuesta
emocional disfuncional.
Según Portal Clínica, son un trastorno mental crónico y recidivante, es decir, que alternan
periodos de consumo más descontrolado con periodos de abstinencia en los que se abandona el
consumo. Generan cambios en los circuitos del cerebro que provocan que la persona consuma
de forma compulsiva a pesar de las consecuencias negativas físicas, psicológicas y sociales.
Normalmente se habla de adicción cuando el patrón desadaptativo de consumo, con deterioro o
malestar significativo se mantiene durante al menos doce meses.
Ahora, hay unas contradicciones, de acuerdo a la etimología de la palabra. Se dice que deriva
del latín ADDICTUS. Partiendo desde ahí, y siendo una palabra que se utilizaba para nombrar a
los esclavos en tiempos del Imperio Romano, cuyo significado era asignado o entregado,
cuando se vendía un esclavo se le llamaba el Addictus de…, con el tiempo pasó a adjudicarse la
palabra Adicto a quien estaba entregado o dominado por…

Según otro punto de vista, la palabra se define o traduce como “Sin Palabras”, así, lo que no
se puede o no se quiere decir es lo que provoca la adicción, ya que lo que se busca es el evitar el
contacto con la emoción, sea cual sea ésta; también es la falta de comunicación intrafamiliar, y
frente a frente, que es lo esencial en estos casos, más que nada hoy en día donde todo es virtual
y pasamos muchísimo tiempo solos o desconectados del mundo real y la charla de persona a
persona pasa a un segundo plano.

Tipos de adicciones
El tema de las adicciones ya no es especifico de algún país, sino ya es a nivel mundial, todos
los países tienen algo que ver en ella, tampoco es un tema de alguna franja etaria en particular,
sino que se encuentra en todas las franjas, no conoce de clase social ni distingue razas. Pero sí
podemos distinguir entre ellas a dos grupos, las químicas y las comportamentales. La
diferenciación entre ellas es importante para el abordaje terapéutico. Las adicciones químicas o
de sustancias son aquellas en la que el adicto utiliza una sustancia o elemento externo, (cocaína,
marihuana, etc.) y las comportamentales que son aquellas que tienen todas las características de
una adicción, pero no les hace falta o no necesitan elementos externos. Se activan por un
mecanismo de refuerzo positivo, como el placer, pero al perder el control es cuando aparecen
los síntomas de una adicción como tal.

Un problema familiar, una enfermedad Familiar


Las adicciones están consideradas como una enfermedad tanto física, psicoemocional, social
y global, que provoca daños en el adicto, sino que, a todo su entorno, desde el sujeto hacia el
ambiente, y viceversa, desde el ambiente hacia el sujeto, lo cual favorece a que surjan
problemas que tal vez, normalmente no se les prestaba atención, o no se les tenía en cuenta y
que afectan primeramente a la familia: padres, cónyuges, hermanos e hijos, haciendo posible
que, tales situaciones abran la puerta hacia otro adicto dentro del círculo familiar.

Las emociones que afectan al sujeto pueden ser de la más variadas, incluyendo miedos,
decepciones, tristezas, resentimientos, etc., y otros combos “heredados”, pasados de padres a
hijos, de generación en generación, como sobreprotección, abandono, padres muy estrictos y
rígidos, sumados a la incapacidad del sujeto para resolver conflictos, termina, paulatinamente
llevando al deterioro mental, derivando en un adicto.
La negación de la enfermedad es uno de los tantos factores determinantes, junto con la
ignorancia por parte del entorno sobre cómo actuar en tal caso siendo lo primero el callar u
ocultar lo que está sucediendo, ya que se tiene la falsa creencia de que, si esto no se habla, no
está sucediendo o nunca a va suceder, y son también de gran importancia, los síntomas
emocionales, mentales y conductuales respecto de cada miembro el entorno familiar. Por
ejemplo, unos acusarán al adicto de falta de buena conducta de su parte hacia la familia, otros
ocultarán sus emociones para que el adicto no se exalte, estará el codependiente que velará por
el adicto pensando que así lo ayuda y en realidad lo único que logra es hacerse daño a sí mismo
también, entrando en una especie de rueda sin fin de ayuda y desilusión, y provocando que el
sujeto en la adicción se deteriore más mentalmente, y en lugar de aceptar su condición, siga
recayendo una y otra vez. Por parte del adicto, aunque parezca que la necesidad ha sido resuelta
satisfactoriamente, esto le traerá no sólo más conflictos, sino que serán más grandes, y su
incapacidad de resolverlos, dará paso a su dependencia, siendo la tolerancia la más complicada.

El adicto
El adicto es una persona que piensa o cree que no podrá vivir sin el objeto de su adicción y la
usará de manera compulsiva, aunque sepa de las consecuencias del uso. ¿Por qué lo hace? Las
causas que lo llevan a serlo son múltiples y distintas a cada individuo. No todos lo hacen por las
mismas razones, y dependiendo de cuál sea su tipo de adicción, unos lo harán para sentirse bien
por las sensaciones que le causa, porque se sienten impotentes, para un mejor rendimiento
académico, laboral o físico, sentirse mejor porque se sienten deprimidas o estresadas, la
experiencia de su vida le causa culpa y vergüenza. Probablemente se halle frustrado y ciertas
características en su personalidad o estado emocional lo hace más vulnerable psicológicamente,
lo que aumenta las probabilidades de que se convierta en adicto. Otros comienzan por
curiosidad, sin tener un motivo real en sí, o lo hace porque otro lo hace, como un modismo entre
su grupo social.
El desarrollo de estas conductas también le acarreará más problemas de salud, porque, aunque
no sea un adicto a sustancias, por ejemplo, un adicto al sexo corre grandes riesgos de contraer
enfermedades relacionadas al sexo, uno que es adicto al juego patológico probablemente quede
en bancarrota y tendrá problemas dentro de la pareja y la familia, entre otros tantos. También
sufren de los mismos síntomas de dependencia, tolerancia y el síndrome de abstinencia que un
adicto a las sustancias.
Otros síntomas que sufrirá y que, aunque variarán de acuerdo al tipo de adicción, igual hay
algunos que son más comunes a la mayoría como lo son la irritabilidad, el deterioro de la
calidad de vida, ansiedad, culpa, etc.

En todo caso, lo imprescindible es poder diagnosticar correctamente y poder atender cada


caso en particular, pidiendo la colaboración y concientización de su entorno más cercano.
Porque incluir a su familia en el proceso terapéutico y que ellos también reciban la ayuda
necesaria es muy importante para la recuperación del adicto.

El Reiki y las adicciones


Esta Terapia Complementaria puede ser de gran ayuda a la hora de apoyar a las familias, de
superar adicciones y descubrir cuál es componente que contribuye al vacío emocional que hace
que se desarrolle esta adicción.
Estos vacíos emocionales, muchas veces comienzan a muy temprana edad, más allá de que se
tengan las mejores intenciones, la parte afectiva está dañada o en falta, dado que la expresión
emocional está basada en una distorsión de la percepción, donde tenemos ideas equivocadas
sobre lo que es ser mejor padre, por ejemplo, y pensamos que eso sería darle al otro “lo mejor”,
nos hace mejores, la sobreprotección, etc., provoca desequilibrios llevando al individuo a que
busque llenar el vacío o calmarlo de alguna manera.
No podemos cambiar lo que ya sucedió en nuestro pasado, pero sí podemos tomar conciencia
sobre lo que “sí” nos pasa ahora y volver a tomar el poder sobre nuestra persona y hacernos
responsables y más fuertes para trabajar el desequilibrio interno y superar no sólo la adicción
sino traumas que nos siguen persiguiendo.
Dado que los traumas son profundos y los efectos de las adicciones también lo son, el Reiki
trabaja a niveles físico-mental y emocional muy profundamente, siendo un buen complemento
para lograr una recuperación que sea más duradera, pudiendo aprender técnicas de relajación,
colaborar en el manejo del estrés y las emociones que genera adaptarse a una nueva vida sin el
objeto de la adicción, y ayudando a liberar las emociones negativas. También es muy útil a la
hora de lidiar con la autoestima, pero para que todo esto suceda, tiene que ocurrir el primer paso
hacia la “Sanación”, esto es la “Intención”. Yo tengo la “intención” de sanar, de recuperarme,
esto es lo que motiva más que nada, ya que la intención es lo fundamental. Además, como todo,
no ocurrirá el “milagro” de la Sanación en una primera “Sesión”, esto es un proceso, que
también va de acuerdo a cada persona, sí se pueden notar cambios desde el comienzo, pero lo
adecuado, y que siempre recomendamos, es que se siga el tratamiento, que no lo abandonen si
piensan que no pasó nada en la primera sesión, porque siempre ocurre algo, aunque no se
perciba al instante, los cambios energéticos son sutiles, y que no lo notemos no significa que no
estén ocurriendo.

La mirada Gestalt
La problemática de las adicciones es una realidad muy compleja de explicar y mucho más de
resolver, lo que no quiere decir imposible. Buscando explicar la situación en que se encuentra
un adicto, podríamos decir que las adicciones son utilizadas como un medio de autorregulación
para disminuir los síntomas de interrupciones, trastornos o padecimientos, como la baja
autoestima, la ansiedad, etc., y que de la mano con la urgencia de suplir una necesidad
insatisfecha llega a transformarse en una fatalidad en casos extremos.

Desde lo holístico, vemos al individuo como un todo, por lo tanto, estos bloqueos en
cualquiera de sus partes, lo afectarán en su totalidad, porque, precisamente como un todo, no
percibimos por parte, sino como un conjunto, aunque podamos fijarnos en una de sus partes o la
figura, y el resto se constituya en el fondo, sigue siendo parte de la totalidad, y como
reaccionamos emocionalmente también de forma global, a una necesidad satisfecha le surgirá
una emoción, pero a la necesidad insatisfecha también le surgirá una emoción pero que causará
molestia, o emoción negativa. Según Hermann Schreck “el fenómeno adictivo se mantiene por
el deseo de la persona por evadir sus miedos, debilidades, culpas, vergüenzas, necesidades y
sentimientos por considerarlos inapropiados”. Por lo que, un adicto no llega a serlo sin haber
pasado por un posible estado neurótico antes, y haya quedado sin ningún tipo de atención. Y,
también es posible, que, si no se vió o notó, con su adicción sí salga a la luz. El sujeto no ha
madurado mentalmente y el punto de apoyo que tenía, el cual, el primero es siempre la familia,
ya no lo tiene o no lo tuvo en cuanto lo necesitó, y ha creado en su mente la fantasía de que si se
responsabiliza de sí mismo algo malo ocurrirá, entonces, no se responsabiliza de sí mismo y no
le encuentra ninguna otra solución a su problema, por lo que vive entre el miedo a
responsabilizarse y el dolor de no intentarlo, justamente por el miedo, que siendo una emoción
que moviliza o llama a la acción, en este caso el sujeto se paraliza, no hace nada, renuncia a la
acción, lo que lo llevará a más interrupciones en su proceso de aprendizaje y sin una
intervención terapéutica no saldrá adelante. Un factor influyente en el carácter son los
introyectos, que, siendo internalizados, en el adicto son más significativos aun generándole más
ansiedad y la oportunidad de usarlos como justificaciones, sumado a que cree que su problema
es otro, proyectando hacia el mundo o su entorno, lo que está mal, justificando, resistiéndose y
negando su condición.

Aquí, el “darse cuenta” es el primer e indispensable paso para un tratamiento, sin el darse
cuenta de lo que está sucediendo, de cómo lo está haciendo, no tendrá una experiencia o un
nuevo aprendizaje que aceptar e integrar, siguiendo a este paso, le seguirá la responsabilidad.
Asumir la responsabilidad de nuestros actos nos hace protagonistas de nosotros mismos.
Desde la Terapia Gestáltica intentamos que el individuo se “dé cuenta” y que se haga
responsable, pero responsable de lo que le sucede en el presente, en el “aquí y ahora”, así, por
medio de la experiencia proceder a la autorregulación organísmica, pero para esto necesitamos
que el sujeto se dé cuenta, no sólo de sus necesidades sino del ambiente al que pertenece en el
presente.
El no responsabilizarse de las propias emociones hará que cualquier dificultad en el manejo
de las emociones traiga aparejado dificultades para relacionarse con el entorno, el ambiente,
produciendo relaciones distorsionadas y patrones de una necesidad insatisfecha tras otra, que
irán distorsionando más y más las relaciones organismo-ambiente. Y en su distorsión, y su
búsqueda de evitar el contacto con la emoción negativa por sentirla amenazante, es que acude a
su objeto de adicción para evitar ese momento, pero lo único que está haciendo es inhibir o
bloquear más el contacto con esas emociones, ese presente alterado.

La estigmatización y discriminación social de la que es objeto un adicto y su familia, también


influyen en su recuperación. La sociedad tiende, consciente o inconscientemente, a marginarlos
como si de persona con enfermedad contagios se tratara, esto no permite una relación más
abierta y termina por lograr que el sujeto se esconda de todo y de todos, haciendo que no busque
ayuda, o lo que es peor, acreciente más su adicción.
Conseguir la ayuda adecuada, más allá que el pedido de ayuda venga por parte del adicto y/o
su familia, sin juicios ni prejuicios que obstaculicen el progreso hacia la recuperación es más
que necesaria. Como hemos dicho anteriormente, la adicción no es solo de sustancias, así las
comportamentales también requieren de ese deseo de recuperarse y del apoyo del entorno sin
juzgamientos, porque de eso depende, de la relación organismo-ambiente, sin esto será difícil
que el adicto se recupere, más probable será que tenga momentos de mejorías y recaídas hasta
que ya no tenga retorno. Así es que la búsqueda del terapeuta no será tan simple como ir,
presentarse a uno y fin, porque éste deber de ser confiable en cuanto se trata de una cuestión
muy personal, dado que es quien va a guiar, apoyar y acompañar en el proceso de recuperación.
Y aquí no se discute la capacidad del terapeuta, sino que estamos hablando de la capacidad del
adicto y la familia de confiar en el/los terapeutas.

Lo mejor aquí sería un equipo interdisciplinario. Un equipo donde distintas terapias como
Psicólogos, Psiquiatras, Reikistas, Consteladores, Aromaterapeutas, etc., se complementen unas
con otras en pos de una recuperación y reintegración del adicto a la familia, y como
consecuencia la reinserción social del grupo familiar. Un solo tipo de terapia no bastará, porque
en estas situaciones es mejor unir fuerzas.

Conclusión
Entonces, repitiendo la pregunta anteriormente formulada, ¿Cómo comienza un adicto a serlo?
Su comienzo, puede tener tantas diferencias de uno a otro, tiene tantas caras que es difícil de dar
con un patrón exclusivo y decir sí, así comienza. Tiene mucho que ver la familia de la que es
parte, los grupos de amistades a los que pertenece, a la sociedad en sí que proyecta ciertos
comportamientos y modismos como parte de la modernidad y actualidad, entonces el adicto
comienza a serlo cuando el contacto de éste con el ambiente y viceversa, cuando el contacto del
ambiente con él no es el adecuado y para solucionar el problema, sanarlo y recuperarlo, solo es
cuestión de tomar cada caso en particular, con un buen acompañamiento y contención, no solo al
adicto sino a su grupo familiar.

A modo de segunda conclusión


Una vida sin problemas es cuando menos imposible, pero también podemos decir que no a
todas las personas les afecta de la misma manera, sabemos que hay quienes, con su mentalidad
y su actitud positiva, lograron sobreponerse, pasar adelante y hacer una vida normal. Estamos
ante lo que se llama “Resiliencia”.
Me puse a buscar para saber más de ella, y encontré que el término fue incorporado en las
ciencias sociales a partir de los años 60 y caracteriza la capacidad que tienen las personas para
desarrollarse psicológicamente sanos y exitosos a pesar de vivir en contextos de alto riesgo,
como entornos de pobreza y familias multiproblemáticas, situaciones de estrés prolongado
centros de internamiento, etc. (Revista Psicodidáctica w.w.w.redalyc.org). Si buscamos su
significado en el Diccionario de la Lengua Española nos dice que es la “capacidad de
adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos…”, y
la American Psycological Association w.w.w.apa.org, nos explica que “es el proceso de
adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión
significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud
o situaciones estresantes del trabajo o financieras”.
Lo que quiero decir, en sí, es que todos tenemos esa capacidad de superar traumas y
conflictos, sólo que, hay quienes lo llevan como diríamos, prácticamente a flor de piel, y otros
que lo llevan muy adentro que no lo pueden ver, pero que igual está, y que siempre podemos
adentrarnos muy dentro nuestro y sacarla a la luz, hacer uso de ella y vivir mucho más
conscientes y presentes, en el aquí y ahora, con plenitud, disfrutando de la vida más allá de
todo, porque la vida es como el mar, aunque no a todos les parezca, hay belleza en ella.

Laura Melina Espinosa.


P.D. “LA UNION HACE LA FUERZA”
Esta muy antiquísima frase es la más adecuada, todos tenemos el mismo interés, ¿por qué no
unirnos para el bien de…? Nos unimos para muchas cosas, para un deporte tanto como para una
guerra. Aunque en este tema, cuanto más te adentras, es como una rueda sin fin, jamás acaba, a
menos que como dice la frase, nos unamos por un fin común y como dije más arriba, para la
solución de “un tema tan escabroso y anciano como el mundo”.
Bibliografía
 Sindrome-adicciones.es
 TOPDOCTORS España
 Wikipedia
 RAE.es
 CEAPA.es
 Hermann Schreck (Enfoque Gestáltico) Abordaje de las adicciones desde la Terapia
Gestalt.
 Aditrea.com
 Gabriela Peyru. Abordaje de las adicciones desde un enfoque sistémico. Trabajo Final
de Grado. Facultad de Psicología, Universidad de la República.
 Portal Clinic. Clinicbarcelona.org
 WWW.adiccionyciencia.info ISSN 2172-6450 vol.3, Nº1. Año 2013. Revista
Adicción y Ciencia.
 El reto de las nuevas adicciones: objetivos terapéuticos y vías de intervención.
Enrique Echeburúa, Paz de Corral y Pedro J. Amor. UNED (España)
 Enfermeriabuenosaires.com
 Prismacontenidos.com
 Gestaltnet.net
 Bonding.es
 Gestalt-terapia.es
 Espaipertu.com
 Dspace.palermo.edu. Trabajo Final Integrador Tratamiento de las adicciones desde el
modelo de Terapia Gestáltica.
 Docs.bvsalud.org
 Fundacionclinicadelafamilia.org
 Psyciencia.com
 Bibliotcadigital.iue.edu.co
P.D.2 Realicé el TIF, sola, mi grupo, el Nº X, cuando me comuniqué y formé el grupo me
dijeron: dos que habían abandonado, una compañera que no lo haría por problemas personales,
y las otras dos compañeras por problemas de salud.

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