Curso de Iniciación A La Aerografía

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Curso de Iniciación a la Aerografía:

¿Por qué necesito un aerógrafo?


por artesanialatina

Os confesamos que hoy estamos muy orgullosos de comenzar este mini-curso de iniciación a la
aerografía, desarrollado por el equipo de modelistas de Artesanía Latina. El curso constará de seis
lecciones que iremos publicando cada semana en este mismo blog, y cuyos títulos os indicamos a
continuación:
¿Por qué necesito un aerógrafo?
Primeros pasos en la aerografía
Iniciaciándonos en el uso del aerógrafo
El proceso de pintura
Enmascaramiento
Limpieza y cuidados del aerógrafo

Sin más rodeos, comenzamos con la primera lección introductoria, que esperamos os sea de utilidad.

1. ¿Por qué necesito un aerógrafo?


Todo modelista suele enfrentarse, más bien pronto que tarde, a la que quizá sea una de las mejores
inversiones que llevará a cabo en su hobby: “abandonar” el pincel para pasarse a la aerografía.

Imagen 1: Equipo de aerografía compuesto por aerógrafo y compresor.

El aerógrafo es una pistola de pintura en miniatura. Por poner un ejemplo, a todos nos produciría un gran
shock si comprobásemos que en el taller de chapa y pintura donde reparan nuestro vehículo lo hicieran usando
una brocha; el mismo shock pero a la inversa produce en el acabado de nuestras maquetas a escala el cambiar los
pinceles por un aerógrafo.
El aerógrafo produce capas de pintura mucho más finas y uniformes que un pincel, respetando por ello mucho
más los pequeños detalles y formas de nuestras maquetas. Permite asimismo técnicas y acabados que con un
pincel son imposibles de realizar: bordes difusos, uso de pinturas de imitación realista de metal o texturizado
de superficies son algunas de ellas.

Imagen 2: Borde difuso entre dos colores, algo que solo puede obtenerse con un aerógrafo.

A todo ello podemos sumar que el aerógrafo no es sólo una herramienta específica de modelismo. Disponer de
este utensilio nos abre un mundo artístico en diferentes campos como pueden ser la ilustración, la decoración de
pastelería o el maquillaje.

Imagen 3: Ejemplo de uso de la aerografía en repostería creativa.


Imagen extraída de http://www.charmcitycakes.com

Primeros pasos en la Aerografía


Hoy seguimos con la segunda lección de nuestro curso de aerografía, esta semana hablaremos sobre los
primeros aspectos a tener en cuenta una vez que hemos decidido iniciarnos en este arte.
Vamos a llevar a cabo la compra de un equipo de aerografía y nos encontramos en un mar de dudas al descubrir
la existencia de múltiples modelos de aerógrafo y compresor, que a primera vista nos parecen iguales.
Intentaremos en este artículo dar explicación a las dudas más frecuentes y comentar otros materiales
necesarios y/o recomendables.

1. El aerógrafo
Puede ser de acción simple o doble.
Acción simple: Se trata básicamente de un pulverizador, un pulsador permitirá la salida de aire y pintura sin
posible regulación.
Acción doble: En este caso, el mecanismo permite controlar tanto el flujo de aire como la cantidad de pintura a
la que damos paso.
El aerógrafo de acción simple puede tener su utilidad para cubrir grandes superficies o barnizar, pero el de
doble acción permite una precisión y un control que son totalmente deseables en nuestros trabajos, por lo que
inicialmente os recomendamos que adquiráis un aerógrafo de acción doble.
Una de las características más importantes del aerógrafo es el diámetro de su boquilla, que viene a ser el paso
de pintura máximo que permite. Para los trabajos más habituales en modelismo se usan boquillas de entre 0.2 y
0.6 mm.

Imagen 1: De izquierda a derecha, pistola aerográfica, aerógrafo de doble acción, pulverizador de acción simple.
 
2. El compresor
A pesar de no recibir a veces la importancia que merece, el compresor es pieza básica de cualquier
equipo de aerografía. Muchos problemas de quien se inicia en el uso del aerógrafo parten de no
disponer de un flujo de aire constante y limpio. Veamos los tipos de compresores que encontramos en
el mercado:
Compresores de membrana: La mayoría de los modelistas empezamos usando uno de ellos aunque no
sea ni mucho menos lo ideal. El flujo de aire se produce a pulsos, no es totalmente constante. Tienen
como inconvenientes que no permiten regular la presión de aire y que hay que apagarlos habitualmente
para que no se calienten en exceso, momento en el que empiezan a introducir humedad en el aire (lo
cual es un problema cuando se forman gotitas de agua y el aerógrafo las escupe junto con la pintura).
Compresores de pistón: evolución de los anteriores. El flujo de aire es más constante y algunos
incluyen regulación de la presión y filtro de aire. Presentan muchos menos problemas en lo que a
tiempo de uso y generación de humedad se refiere.
Compresores con calderín: En este tipo de compresor el motor no nos entrega el aire directamente al
aerógrafo sino que lo almacena en un depósito, desde el cual fluye a una presión totalmente constante.
Incluyen filtro de aire y manómetro para regular la presión. El motor arranca y para
automáticamente para mantener en el depósito una presión correcta.
Imagen 2: Dos modelos de compresor con calderín.

Imagen 3: Humedad retenida en el filtro de aire del compresor.


 
3. Otros elementos

Necesitaremos una manguera  de presión para conectar el aerógrafo al compresor. En caso de que las


roscas no coincidan en algún punto no habrá problema pues existen todo tipo de racords y
adaptadores.
Existen accesorios que si bien no son imprescindibles nos facilitarán el trabajo como los soportes
para aerógrafos, tomas y conexiones rápidas para trabajar con más de un aerógrafo cómodamente o
utensilios específicos para la limpieza, son algunos de ellos.
Especial mención merecen las cabinas de pintura, que recogen la suciedad y olores que se producen
durante el trabajo expulsándolos al exterior mediante un extractor.

Imagen 4: Varios accesorios de aerografía.


Iniciándonos en el uso del Aerógrafo

Hoy seguimos con la tercera parte del Curso de Aerografía de Artesanía Latina, adentrándonos en el
conocimiento de la propia herramienta en sí, el aerógrafo. Suele haber entre los que usan un aerógrafo
por primera vez un gran temor a estropear esta herramienta de precisión que tan delicada parece.
Otros más valientes se lanzan directamente a experimentar y a usar su nuevo “juguete” y en muchas
ocasiones efectivamente acaban lamentando que su herramienta se ha estropeado, aunque ni mucho
menos esto último sucede en todos los casos.
El Aerógrafo
Lo que sí está claro es que tanto un caso como otro se solucionan de la misma forma:  para el buen uso
de nuestro aerógrafo es necesario conocerlo. Conocer su despiece, cómo desmontarlo y cómo
volverlo a montar permite realizar con confianza la limpieza de la herramienta, procedimiento básico
para que funcione correctamente y se mantenga en buen estado.
Por todo ello lo primero que se debe hacer al adquirir un aerógrafo es tomarlo junto con sus
instrucciones y desmontarlo y montarlo varias veces hasta hacerlo con soltura y conociendo todas sus
partes. Tendremos siempre especial cuidado al manipular las piezas más sensibles: boquilla y aguja.

Imagen 1: Aerógrafo desmontado con sus instrucciones.

Una vez conocemos la herramienta podemos conectarla al compresor, ponerlo en marcha y comprobar
que sale aire correctamente al accionar el gatillo. Como vemos en la imagen inferior, las conexiones son
rápidas y sencillas.
Imagen 2: Detalle de las conexiones.

Primeros ejercicios con el aerógrafo


Una vez que hemos llegado a este punto, podemos preparar y cargar en el depósito pintura para
realizar las primeras pruebas. Usaremos pintura acrílica muy diluida para que la limpieza posterior
resulte muy fácil con agua o alcohol, y dispararemos sobre algún cartón o pieza inservible probando
distintas distancias de pulverizado.

Imagen 3: Diversas pruebas y ejercicios para familiarizarnos con nuestra nueva herramienta.

Ejercicios propuestos
1. Trazad líneas rectas intentando controlar el flujo de pintura para que éstas tengan el mismo grosor
a lo largo del recorrido. Empezad trazando líneas gruesas y acabad con unas líneas tan finas como
podáis. En varios sentidos: horizontal, vertical y diagonal.
2. Haced pruebas con la distancia de aplicación para comprobar el cambio de tono, desde el color
sólido hasta el difuminado. Para ello deberéis jugar con la distancia de aplicación.
Como apunte final os diremos que para una mayor vida útil de vuestra herramienta, es imprescindible
guardar el aerógrafo siempre limpio, tema que trataremos un poco más adelante, junto con otros,
como el proceso de pintura.
 

El proceso de pintura
Tras iniciarnos la pasada semana en el uso del aerógrafo, ésta semana nos metemos de lleno con el
proceso de pintura. Para obtener un buen acabado de pintura usando el aerógrafo debemos atender a
los siguientes pasos:

1. Preparación de la superficie
La superficie a pintar debe estar limpia y seca. Deben repararse convenientemente mediante masillas
y lijas los defectos de la misma, en caso contrario las finas capas de pintura del aerógrafo revelarán
cualquier defecto.
Os recomendamos aplicar imprimación para unificar la superficie y para que la pintura agarre mejor.
Si las piezas que vamos a pintar son de madera éstas debe tratarse previamente con laca tapaporos.

Imagen 1: Maqueta con imprimación, lista para recibir pintura.

2. Aplicación de la pintura
Existen en el mercado múltiples marcas y tipos de pintura, específicas o no para
modelismo. Por facilidad y comodidad de uso recomendamos el uso de pinturas
acrílicas para modelismo ya que el secado es rápido y su poco olor favorece su uso
en el entorno doméstico.
Se use una pintura u otra, debemos atender a las indicaciones del fabricante en
cuanto a los productos necesarios para sus correctas disolución y limpieza.

El correcto manejo del aerógrafo es algo que solo puede adquirirse con la
experimentación y la práctica, las siguientes reglas y consejos pueden ayudaros a
conseguir dominar esta herramienta cuanto antes.

Reglas básicas y consejos

1. Para usar la pintura en el aerógrafo hay que diluirla hasta que tenga
una consistencia similar a la de la leche.
2. Si la fuente de aire a presión de la que se dispone es regulable, os
recomendamos que trabajéis entre 1 y 1.5 kg de presión.
3. Pulverizad desde unos 8-10 cm de la superficie.
4. Comenzad y terminad las pasadas de pintura fuera de la superficie a pintar.
De esta forma si queda en la punta de la aguja algún pequeño residuo de
pintura lo disparará fuera de la superficie y no sobre el trabajo.
5. Aplicad capas finas de pintura hasta cubrir totalmente la superficie. Cargar
la superficie de pintura solo provocará problemas: descuelgues, brillos no
deseados, secado lento, etc.
6. Las superficies de alrededor y el ambiente deben estar lo más
limpias posible. Si se adhieren motas de polvo o suciedad al trabajo la mejor
solución será dejar secar, lijar suavemente la zona hasta eliminar el defecto
y aplicar otra mano ligera de pintura en la zona.
Imagen 2: Efectos no deseados debidos a una capa de pintura demasiado gruesa.
3. Consejos finales
Para finalizar la lección de hoy, nos gustaría destacar un par de sencillos consejos
finales que no se deben pasar por alto.

Consejo 1. Permitid siempre que la pintura seque completamente antes de


manipular o seguir trabajando en la maqueta. La paciencia en respetar los tiempos
de secado es esencial para obtener buenos resultados.
Imagen 3: Huellas y marcas dejadas al manipular la pieza sin dejar secar la pintura correctamente.

Consejo 2. No olvidéis limpiar el aerógrafo cuando ya no vaya a seguir utilizándose


para alargar así la vida útil del mismo y la calidad de los acabados.
Enmascaramiento

Hoy en la penúltima lección del Curso de Aerografía de Artesanía Latina vamos a


tratar el trabajo con máscaras. El enmascaramiento es esencial para la aerografía
en un gran número de trabajos. Nos permite aplicar diversos efectos o
simplemente delimitar zonas que queremos proteger de un nuevo color que vamos a
aplicar.

Existen multitud de productos y posibilidades para enmascarar; es útil conocerlos


para elegir la mejor opción dependiendo del trabajo a realizar.

La máscara más habitual es la cinta de enmascarar. Es una cinta adhesiva de baja


adherencia (para no dejar restos o arrancar capas inferiores de pintura al ser
retirada) que permite delimitar  un borde duro entre dos colores. También puede
ser cinta para perfilar, que es flexible y permite delimitar curvas a mano alzada.
Imagen 1: Cintas de enmascarar disponibles.

Consejos de utilización
Para llevar a cabo correctamente y con los mejores acabados cada trabajo, vamos a
resumir unos consejos de utilización:

 Tener especial cuidado con los perfiles de la cinta, para ello conviene


conservarla con cuidado para que no se dañe y al enmascarar los filos sean
limpios.
 Asegurarse de que los bordes de la máscara se pegan correctamente a la
superficie, presionándolos con algún objeto romo.
 Tapar con cinta todas las zonas que podamos manchar con el nuevo color,
no solo la zona cercana al borde entre los dos colores.
Imagen 2: La retirada de la cinta debe realizarse con cuidado y suavidad.
El líquido para enmascarar es una solución de goma que se aplica sobre la zona o el
detalle a enmascarar; al secar forma una película que se retira fácilmente. Es muy
útil aprovechar su estado líquido para enmascarar determinados detalles posando
una gota en el lugar oportuno, como puede ser la lente de un faro para pintar la
carcasa.

Consideraciones finales
En general puede usarse casi cualquier cosa para producir una máscara,
teniendo en cuenta dos aspectos:

 Si la máscara está pegada a la superficie, el borde obtenido será duro y bien


definido.
 Si la máscara está un poco separada de la superficie obtendremos un borde
difuso.

Pueden obtenerse infinitas formas y efectos enmascarando con objetos tales como
rejillas, bluetac, papeles de post-it, cds inservibles, etcétera.
Imagen 3. Efectos de diferentes máscaras, de izquierda a derecha el orificio de un CD inservible, una
culebrilla realizada con bluetac y las puntas de tres palillos de dientes.
Limpieza y Cuidados del Aerógrafo
Finalizamos con esta sexta entrega el Curso de Aerografía de Artesanía Latina,
tratando la limpieza y los cuidados necesarios para mantener nuestro aerógrafo
como nuevo.

Como habréis oído y leído hasta la saciedad, lo primordial para el correcto


funcionamiento y mantenimiento del aerógrafo es su limpieza. Existen utensilios
que nos facilitan mucho la tarea y que antes o después por la comodidad que
ofrecen terminaremos teniendo en nuestro taller: mini escobillas, limpiaboquillas o
estación de limpieza, por ejemplo.

La combinación de estos utensilios con otros más habituales como bastoncillos de


algodón y papel de cocina hacen que la limpieza resulte rápida y eficiente.
Imagen 6: Utensilios para la limpieza del aerógrafo.

¿Cómo limpiar el aerógrafo?


Es necesario limpiar el aerógrafo cada vez que acabemos de utilizarlo, por tanto,
supongamos que hemos acabado de usarlo y queremos limpiarlo. El proceso que
recomendamos debería ser algo parecido a lo que explicamos a continuación,
mucho más fácil y rápido de realizar que de explicar con palabras:

1. Retirar el resto de pintura del depósito: puede expulsarse o devolverse al


bote original de la pintura.

2. Llenar el depósito de disolvente hasta una tercera o cuarta parte de su


capacidad. Con un pincel o bastoncillo de algodón, limpiar las paredes del depósito.

3. Volcar el aerógrafo y tirar el contenido del depósito.


4. Repetir el paso 2.

5. Expulsar a través del aerógrafo el contenido del depósito.

6. Limpiar con papel de cocina el depósito.

7. Retirar el conjunto de la boquilla.

8. Sacar la aguja del aerógrafo hacia delante. Limpiarla con un poco de papel de
cocina mojado en disolvente.

9. Humedecer una miniescobilla en disolvente e introducirla por el orificio de la


aguja, desde la boquilla hacia atrás. Limpiar la miniescobilla con papel de cocina y
repetir el proceso hasta que salga limpia.

Imagen 2: La escobilla retira toda la suciedad del conducto de la aguja.

10. El paso 5 debió dejar limpio el interior de la boquilla, comprobarlo y retirar la


suciedad si se encuentra.
Imagen 3: Con el limpiaboquillas o un alambre fino nos aseguramos de que la boquilla está limpia.

11. Con un bastoncillo mojado en disolvente limpiar el interior del


aerógrafo (donde asienta la junta de la boquilla) y el protector externo de la
misma.

12. El aerógrafo está limpio, volver a montarlo.

 Consideraciones finales
Cuando decimos disolvente nos referimos al producto adecuado para la disolución
de la pintura que se usó. El disolvente puede ser agua, alcohol, aguarrás, disolvente
universal, etc. Debe usarse lo adecuado para la pintura que se va a limpiar.

Si se usa disolvente universal para la limpieza hay que tener cuidado con las
juntas de goma del aerógrafo y retirarlas antes, o el disolvente las dañará sin
remedio.

 
Y hasta aquí ha llegado este curso introductorio a la aerografía. Esperamos
sinceramente que os haya servido de utilidad y como siempre, os animamos a
hacernos las sugerencias que creáis conveniente sobre qué temas tratar o qué
otros cursos preparar. Gracias por estar ahí.

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