Arquitectura de Quito

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La Arquitectura

ARQUITECTURA
DE QUITO

La arquitectura es el arte y la técnica de proyectar, diseñar y


construir, ​modificando el hábitat humano, estudiando la estética,
el buen uso y la función de los espacios, ya sean arquitectónicos
o urbanos.​
Iglesia del voto nacional
La Basílica del Voto Nacional es la obra más importante de la arquitectura neogótica ecuatoriana y una de las más representativas
del continente americano,​siendo a su vez la más grande en tierras del nuevo mundo. Por su estructura y estilo, es comparada con
dos de las grandes catedrales de todo el mundo: la Catedral de San Patricio (Nueva York) y la Catedral de Notre Dame (París).2

La nave central tiene 140 metros de largo por 35 metros de ancho y 30 metros de altura; además de 74 metros de alto en el crucero.
Las dos torres frontales tienen 115 metros de altura cada una, detalle que convierte a la Basílica en la segunda estructura religiosa
más alta del continente americano, solo detrás de la Catedral de Maringá en Brasil (124 m), además de la estructura más alta de la
ciudad de Quito D.M., aunque la Torre CFN sea considerada el edificio moderno más alto de la capital.

Existen siete puertas de acceso, tres en las fachada y cuatro laterales. Una sólida cripta pública subterránea, con una peculiar capilla
de iguales características. También cuenta con un elegante y austero panteón donde descansan los restos de varios Jefes de Estado.
Catedral metropolitana de Quito
Su construcción es de piedra, y se usó el sistema de minga para el acarreo, labrado y albañilería. Su
emplazamiento lateral contribuyó a jerarquizar la Plaza Mayor, pese a que su entrada principal no se encuentra
frente a ella ya que en el momento de la construcción existía la profunda quebrada de Sanguña, que no
permitía que el templo se extendiera hacia atrás.3​El arquitecto encargado de las dos primeras etapas
constructivas fue el español Antonio García.
Iglesia de la compañia
El templo, por haber sido construido durante 160 años y con diferentes arquitectos, maneja cuatro estilos en su arquitectura, aunque
predomina el arte barroco. Este es de fácil apreciación debido a la simetría que hay al interior de la iglesia, puesto que en cada lado de ella
constan la misma cantidad de elementos; otra de las particularidades de este estilo es el movimiento, producto de la forma como están
diseñadas las columnas principales del templo y el retablo mayor, lo cual produce la impresión de que se mueve mientras se camina dentro
de la iglesia. La luminosidad es otra de las particularidades del barroco; las ventanas superiores de la nave principal están colocadas con tal
precisión que iluminan toda la iglesia con la luz del sol.

Otro de los estilos que tiene la iglesia es el mudéjar o morisco, que se caracteriza por las figuras geométricas que se observan en los
pilares. Este es un estilo completamente árabe que trajeron los españoles debido a la influencia que tuvieron al ser dominados 800 años
por los moros y árabes.

El tercer estilo que podemos encontrar en La Compañía de Quito es el churrigueresco, de marcada decoración recargada, y que está
presente sobre todo en las mamparas de la iglesia. Finalmente encontramos el estilo neoclásico, que adorna la capilla de Santa Mariana de
Jesús, y que en los primeros años fue una bodega.
Iglesia de San Francisco
Si se hace un análisis puntual de su ambiente arquitectónico, se va a notar que en San Francisco pervivió la tipología clásica de los monasterios medievales. En esto la distribución
espacial partía de la iglesia, su eje rector, y desde allí se abrían las galerías claustrales en donde normalmente se distribuían las celdas, el refectorio, la sala capitular, la bodega y el
locutorio. La forma definitiva era el patio cuadrangular, con sus respectivas cuatro pandas o galerías; contribuyendo, las principales, a denominar su panda respectiva: panda de la sala
capitular, panda del refectorio, panda de conversos, panda del mandatum.​

La iglesia, en el caso de San Francisco, constituye igualmente el centro de ese orden. A partir de ella se proyectan las cuatro galerías claustrales, todas del mismo tamaño, en las que se
han conservado por lo menos dos elementos de los monasterios de la Edad Media: el refectorio y el dormitorio. Sin embargo, no se ha destinado ninguna panda a la sala capitular, que en
San Francisco nunca existió. En realidad no se puede conocer con exactitud qué otras dependencias se distribuyeron alrededor de las cuatro crujías claustrales y dónde estuvieron
localizadas, sin embargo, y de acuerdo a fray Fernando de Cozar, para época más tardía (1647) en el Claustro estaban la Sala De Profundis, el Refectorio, la Biblioteca junto a las aulas de
arte y teología, la Portería y una pequeña iglesia con sacristía. La galería adyacente de la iglesia, el mandatum, debió haber tenido bancas para lectura en atención a las normas antiguas
de organización espacial.​

Pero igualmente, la compleja red de dependencias que se organizó a su interior recreó un microcosmos propio y autosuficiente, similar al de los monasterios medievales. Como en estos,
en San Francisco, a más de las dependencias básicas tenemos las dedicadas a salud, educación, oficios, huerta e inclusive una cárcel (para mantener la estricta disciplina conventual). La
cocina, la enfermería y la botica funcionaban en el Claustro de Servicios.

El conjunto arquitectónico de San Francisco de Quito estuvo necesariamente ligado a su entorno urbano. Existen tres espacios que definieron las relaciones con el mundo exterior:12​

La plaza, que era un espacio netamente urbano, perfectamente demarcado, que conectó a través de varias actividades (tianguez, doctrina, mercado, abastecimiento de agua) a los
religiosos y a los civiles.
El Atrio, que fue el que sin dejar de cumplir funciones urbanas, tuvo características mucho más sagradas que la plaza. Éste, al menos durante los siglos XVI y XVII, fue lugar de
enterramiento del común del pueblo. Este espacio está precedido por una escalera mitad cóncava y mitad convexa, inspirada en un diseño de Bramante según unos13​y de Bernini según
otros.​
La iglesia y capillas, que eran lugares propiamente sagrados.
Iglesia de Santo Domingo
El templo está cubierto por trabajos en cedro cubierto con pan de oro, y por numerosas pinturas y tallas que adornan su interior. Junto al
retablo mayor, las diez capillas laterales que completan el conjunto interior de Santo Domingo enriquecen aún más el cuerpo interno de la
iglesia con bellísimos trabajos en madera y hojilla de oro.

Sin duda, la Capilla de la Virgen del Rosario es la más conocida del conjunto; no obstante, no es la única que evidencia el interés cultural del
templo como indica Pazos Barrera: «en otra capilla se conserva la pintura mural de la Virgen de la Escalera, obra del padre Pedro Bedón, y
que data de los primeros años del siglo XVII».

El Claustro, por su parte, presenta corredores y crujías de doble arquería con pilares ochavados, y se debe al hermano Antonio Rodríguez,
quien lo levantó a partir del diseño de Francisco Becerra.
Palacio de Carondelet
Este palacio se encuentra ubicado en lado occidental de la plazuela de la independencia, en la
avenida García Moreno entre las calles Chile, Espejo y Benalcázar, en la actualidad es la vivienda
presidencial y de la vicepresidencia de la nación, así como también del ministerio de
administración, instalando el grupo determinado de Carondelet, el cual incorpora a los palacios del
viejo correo y el de la administración divididos entre si por un estacionamiento.
El Palacio de Cristal
La estructura de hierro y zinc fue importada originalmente de Hamburgo, en Alemania, durante el gobierno del Gral. Eloy Alfaro en 1899.
Por su increíble similitud con el famoso mercado de Las Halles, en París, fue destinado al mismo propósito y se convirtió en el Mercado de
Santa Clara (1920), ubicado en una pequeña plaza frente al monasterio del mismo nombre, entre las calles Benalcázar, Cuenca y Rocafuerte.

La armadura de hierro está compuesta por un cuerpo central que sostiene una cúpula de verticilos, de la que parten dos bóvedas de arcos
rebajados, formando una cruz latina cuyas paredes están recubiertas totalmente por vidrio de alta resistencia, que permite al lugar una
gran iluminación sin necesidad del uso de electricidad durante el día. Fue meticulosamente restaurada y reforzada por los expertos del
Fondo de Salvamento (FONSAL) del Municipio de Quito antes de ser trasladada a su lugar final (Parque Itchimbia en el 2004), sobre una
plaza de granito dispuesta especialmente para el efecto.

Bajo el edificio principal, de 1.300 m², se encuentran varios salones y servicios que complementan sus funciones como espacio cultural, tal
como salas de conferencias, salones de eventos, baños y cocina. Cuenta además con dos restaurantes desde los que se tiene una vista
impresionante del Centro Histíorico de la ciudad.

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