Arte Callejero
Arte Callejero
Arte Callejero
Cuando hablamos de arte callejero, arte urbano o street art, nos referimos a las técnicas informales
de expresión artística que se dan en la calle de manera libre, a veces incluso ilegal, usualmente
en las grandes ciudades. Se trata de un tipo de intervención artística, de vida corta y que no aparece
en los museos.
En este tipo de expresiones artísticas se engloba tanto el grafiti (célebre como forma de protesta
anónima), como las plantillas o esténcil (stencil) y un variado número de técnicas y recursos
empleados para ilustrar en paredes y otras superficies urbanas, como trenes, anuncios
publicitarios, etc.
El arte callejero se maneja en una delgada frontera entre la expresión estética, política o social, con
el vandalismo y otras formas de intervención ilegal de la fachada pública de las ciudades. Esto se
debe a que a menudo, en su afán por visibilizar su mensaje, los artistas callejeros trepan a
superficies elevadas, intervienen señales del marcaje urbano o anuncios gubernamentales, traspasan
los límites de la propiedad privada e incluso, para algunos, son responsables de una forma
de contaminación visual. Por esa razón, los artistas callejeros suelen ocultar su identidad y emplear
seudónimos artísticos.
Diatribas aparte, este género ha sido cultivado extensamente por numerosos artistas callejeros en las
principales ciudades de Occidente, pero llegando incluso a intervenir locaciones famosas del
mundo, como un muro en Gaza, en la conflictiva frontera árabe israelí.
Algunos de los artistas más célebres de esta tendencia son el estadounidense Shepard Fairey (con su
conocido slogan de “obey”), Space Invaders (cuyo nombre proviene de un famoso videojuego de
los 80), Blek le rat, o el mítico Bansky, cuya identidad es desconocida a pesar de lo mundialmente
célebres de sus intervenciones.
Ya existían estas técnicas como formas de protesta o de denuncia popular, de hecho a mediados de
los años 60 ya se empleaban las plantillas en París. Pero a partir de entonces empieza a convertirse
en la expresión de una subcultura.
Efímero. Por lo general las intervenciones de este tipo no duran por mucho, pues las paredes
son pintadas de nuevo y las superficies limpiadas por el mantenimiento de
los gobiernos locales. Sin embargo, quedan las fotografías y filmaciones de ellas.
Clandestino. La aparición de las obras de arte callejero suelen ocurrir durante la noche o la
madrugada, de modo que la gente al día siguiente se tropiece con ellas, en lugar de verlas
ocurrir. Esto les da un factor sorpresa, pero también se debe a que en ocasiones los artistas se
exponen al peligro (al treparse a superficies elevadas, por ejemplo), o eligen propiedad
gubernamental para intervenir, lo cual no es del todo lícito.
Casi anónimo. Si bien muchas de las intervenciones están firmadas con el seudónimo del
artista, muchas otras no lo están. No siempre se sabe quién es tal o cual artista callejero en vida
real.
Extra-muros. Como su nombre lo indica, el arte callejero se encuentra en la calle, en el
transporte público, en lugares cotidianos, y no en museos o lugares de exposición artística
“controlados”. Hay algo de desafiante en el street art.