Lucas 7-36 50

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AMOR, RESULTADO DEL PERDÓN

Lucas 7:36-50

Por Bryan Smith


INTRODUCCIÓN:
En tiempos de duda, tenemos que tomar decisión: podemos dudar y reaccionar con crecimiento y fe, o podemos
dudar y permitir que nuestras dudas nos lleven a no creer en Cristo, como lo que pasó con la mayoría de los
fariseos y otros líderes religiosos de Israel. Hoy tenemos un buen ejemplo de esto con la comparación entre un
fariseo y una mujer pecadora.
*Mostrar esta sección del video de Jesús

* Leer Lucas 7:36-50


* Orar
I. AMOR DE LA PECADORA (vv. 36-38)
A. La situación (v. 36)
1. Jesús había sido invitado a comer por Simón, un fariseo, y aceptó
*Jesús no hace acepción de personas. Convivía con pecadores y con personas “religiosas” también para
mostrarles su amor y su verdad. Los dos (TODOS) lo necesitan.
2. No vemos los motivos del fariseo, pero viendo su actitud más adelante, podríamos suponer
que no quería realmente conocer a Jesús y confiar en él. Quizás buscaba una oportunidad para
hacerlo caer en una trampa, o quizás realmente quería saber un poco más.
3. Jesús aprovechó la situación
4. El fariseo aprendería más de lo que se esperaba acerca de sí mismo ese día
B. La interrupción (vv. 37-38)
1. Entró a la casa una mujer que era una pecadora conocida de la ciudad
a. No nos dice quien era
b. No debemos suponer que era María Magdalena, aunque algunos piensan que sí
c. María es mencionada en 8:2 como alguien que había sido librada de siete demonios
2. La mujer llevaba un perfume muy caro con ella
3. La mujer mostró arrepentimiento, respeto y amor hacía Jesús
a. Lloró al grado de derramar lágrimas sobre los pies de Cristo, y los secó con su cabello
b. Besó sus pies
c. Ungió sus pies con perfume
d. Estos actos muestran arrepentimiento, respeto, humildad y amor de su parte
e. Jesús evaluará estos actos más adelante en el pasaje
*¿Piensas que eres demasiado pecador o pecadora para acercarte a Jesús? Esta mujer se acercó y Jesús no la
rechazó. Él conoce nuestras vidas en cada detalle. No podemos esconder nada de él. ¿Por qué no nos
acercamos a él con arrepentimiento, humildad, respeto y amor? Veremos que seremos aceptados y perdonados.
Si estás en la misma situación que la mujer, escucha la respuesta de Jesús.
II. CRÍTICA DEL FARISEO (v. 39)
A. El fariseo dudó que era profeta
1. Si fuera profeta conocería a esta mujer
2. Si fuera profeta conocería como era esta mujer
B. El fariseo lo criticó, en su mente, por permitir que esta clase de mujer tuviera contacto con él
1. No era permitido que un maestro tuviera contacto con una mujer pecadora de ese tipo
2. Si era profeta, no hubiera permitido que la mujer lo tocara
*Como el fariseo, ¿quieres acercarte a Jesús, pero con reserva, no sabiendo si realmente crees? ¿Dudas que
Cristo es quien dice que es? ¿Piensas que tu manera de llevar tu religión es mejor que la manera que Dios nos
muestra en Cristo? Si te encuentras en esta situación como el fariseo, escucha la respuesta de Jesús.
III. LA RESPUESTA DE JESÚS (vv. 40-48)
A. Respondió con una parábola (vv. 40-43)
*Jesús le demuestra a Simón que sí era un profeta. Sabía exactamente lo que él pensaba en esos momentos.
1. Dos deudores, uno debía 500 denarios y el otro 50 denarios
a. El denario era el salario mínimo de un día
*Hoy en día el salario mínimo de México es de $46.80 al día. Digamos que los 500 denarios equivaldrían
$23,400 pesos, mientras los 50 serían $2,340 pesos.
2. Los dos deudores fueron perdonados de sus deudas
3. La pregunta es simple. ¿Quién amaría más al acreedor?
4. Hasta Simón, el fariseo, contestó correctamente que el que debía más
5. La parábola tiene más que ver con la comparación entre la actitud de la mujer hacia el pecado
y la actitud del fariseo hacia el pecado. La mujer reconoció su pecado y su necesidad del perdón,
y el fariseo no aceptó su pecado ni su necesidad. En su propia mente, el fariseo era recto y justo.
Las actitudes son aparentes en las acciones de cada uno, como Cristo mostraría.
B. Respondió con una comparación (vv. 44-46)
1. Simón no le dio agua a Jesús para sus pies, pero la mujer los lavó con sus lágrimas y cabello
a. Por los caminos polvorientos y su calzado abierto, los pies se ensuciaban mucho
b. La ética común era proveer para el lavamiento de los pies, con por lo menos dar el
agua y una toalla, si no pedir que lo hiciera el siervo
2. Simón no le había dado la bienvenida con un beso, y la mujer no dejaba de besar sus pies
a. El beso en la mejía era común, aun entre hombres, como un saludo o bienvenida
b. La mujer besó sus pies, un signo de afecto, humildad y respeto
3. Simón no había ungido su cabeza con aceite, pero la mujer ungió sus pies con perfume
a. Ungir la cabeza con aceite era otra cortesía para un invitado. Era algo para refrescar y
mostrar honor al invitado. Mostraba alegría y gozo.
b. La mujer ungió los pies, y con algo mucho más valioso que el aceite, el perfume
C. Respondió con perdón (vv. 47-50)
1. Jesús aquí no está diciendo que sus pecados habían sido perdonados porque había amado
mucho, sino que su mucho amor era la prueba que sus pecados habían sido perdonados
2. Simón en su condición realmente no mostraba amor porque no había sido perdonando
3. Jesús le dijo directamente a la mujer que sus pecados eran perdonados
4. Los que estaban allí se maravillaron otra vez como en 5:20-21
20
Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y los fariseos
comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino
sólo Dios? Lucas 5:20-21
5. Sólo Dios podía perdonar pecados. ¡Se estaba declarando como Dios!
6. Para que todo quedara claro Cristo le dice que su fe le había salvado
a. No quería que quedara alguna duda. Sus obras no le salvaron
5
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento
de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por
Jesucristo nuestro Salvador, Tito 3:5
b. Le dijo a la mujer que se fuera en paz, en una buena relación con Dios
1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Romanos 5:1
*Cristo nos dice lo mismo a nosotros en su Palabra. Cuando él nos dice que nuestros pecados son perdonados
debemos creerle y darle gracias. Nuestros pecados fueron pagados en su totalidad por la sangre de Cristo. ¡Si
confiamos en él, ya no debemos nada!
18
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no
con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación, 1 Pedro 1:18-19
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
El mensaje hoy tiene dos aplicaciones clave:
1. Si nunca has confiado en Cristo como tu Salvador, ya es tiempo. No importa lo que hayas hecho en tu vida.
Tienes la opción de responder con fe como la mujer, o responder con duda y crítica como Simón, el fariseo. La
Biblia declara que no somos salvos por nuestras buenas obras:
8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras,
para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9

El fariseo estaba dependiendo de su religión y su devoción a la ley para salvarse, y se creía justo delante de
Dios. Estaba cegado a la realidad de su situación. La mujer reconoció sus pecados y se arrepintió. Reconoció
su necesidad y puso su confianza en Cristo.
2. Si has puesto tu fe en Cristo, ¿tus obras lo demuestran? No somos salvos POR buenas obras, pero si somos
salvos PARA buenas obras:
10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10
Cuando reconocemos de dónde nos ha sacado Cristo y de qué nos ha salvado, el resultado debe ser nuestro amor
demostrado a él a través de nuestras acciones. Nuestra fe debe ser confirmada con hechos. Santiago lo dice de
esta manera:
14
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15Y
si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16y alguno de
vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,
¿de qué aprovecha? 17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.18Pero alguno dirá: Tú tienes
fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Santiago 2:14-18
¿Estamos demostrando nuestra fe con nuestras obras?

Usado con permiso.


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