La Niebla de Miguel de Unamuno

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

La Niebla de Miguel de Unamuno

Niebla de Miguel de Unamuno es una novela que fue escrita por ese autor en
el año 1907 pero que se publicó en el año 1914. Narra la vida de Augusto
Pérez y su problema de vida cuando cuestiona lo cotidiano de su existencia,
así que no dejes de leer este articulo para que conozcas todo sobre esta joya
de la literatura mundial.

Personajes
• Augusto Pérez: es un hombre rico, de mediana edad cuya madre fallece
y por eso vive acompañado de la sirvienta y un mayordomo. Vive de
manera solitaria, es impuntual, fuma tabacos y todo el día se la pasa
pensando en su propia existencia.
• Víctor Goti: es el amigo más próximo de Augusto Pérez. Eugenia
• escritor en España, al que Augusto visita cuando no sabe qué decisión
debe tomar en su vida. El personaje del propio Unamuno es quien crea la
nivola (Niebla) en la vida de Augusto y le confirma que solo él puede
decidir qué sucederá con su vida.
• Domingo Del Arco: es una dama que da clases de piano, pero odia hacer
esto, pero debe hacerlo ya que tiene que pagar una hipoteca de su casa
la cual adquirió cuando su madre enferma.
• Mauricio: es el novio de Eugenia Domingo del Arco, el cual busca apoyo
en su posición en la sociedad para no tener un trabajo y vivir del dinero
de ella y de cualquier otra mujer que se encuentre.
• Rosario: es la muchacha que plancha la ropa de Augusto y se la lleva
hasta su casa.
• Orfeo: es un perro que Augusto Pérez se encontró dentro de una caja,
este lo acompaña en cada uno de sus extensos monólogos que tiene
sobre sus problemas intelectuales, y quien hace el epílogo en la novela,
en el cual hace lamentaciones ya que sabe que su amo no ha logrado co
• Domingo y Liduvina: son el Mayordomo y el ama de llaves de la casa de
Augusto.

Resumen:
Augusto Pérez, un joven de muy buena posición, sale de su casa con el
paraguas bajo el brazo pues amenaza con llover. Augusto vivía en una
casa muy grande de la calle Alameda y en compañía de sus dos fieles
sirvientes. Su madre había muerto dos años atrás y él era el único
heredero de una considerable fortuna.

Augusto se pasaba la vida entre el casino -en compañía de su amigo


Víctor-, sus paseos por la Alameda y su casa. Augusto había gozado de una
buena educación y amaba la lectura, disfrutaba de sostener intensos
monólogos con él mismo.

Una tarde, mientras se dirigía al casino, se cruzó con una joven de lindas
facciones y, sobre todo, de unos ojos oscuros tan profundos como el
abismo. La presencia de la joven llamó la atención de Augusto que, al
verla salir de un edificio, decidió preguntar por su nombre. Tocó a la
puerta de la portera y ésta, Margarita, le habló de la maestra de piano. Se
llamaba Eugenia, huérfana, vivía con sus tíos y tenía muchos
pretendientes. Augusto se marchó turbado y dispuesto a ponerse en
contacto con la joven. Ya en el casino, le contó a Víctor que se había
enamorado a primera vista. De regreso en su casa, se dispuso a pensar en
Eugenia y a escribirle una carta. Reconocía que la había vista muy poco y
casi ni la recordaba, pero el efecto que le había causado era más profundo
que eso: había descubierto a las mujeres y, con ello, el amor. Cuando
Augusto lleva la carta a la portera, ésta le dice que la señorita Eugenia
tiene novio. Augusto Pérez está dispuesto a luchar por su nuevo y, hasta
entonces, único amor. Después de varios días, bajo cualquier pretexto se
mete en la casa de Eugenia y conoce a sus tíos. Ermelinda, la tía, mujer
interesada en el dinero, al saber la procedencia del joven decide apoyarlo
en su conquista. La tía le informa a Augusto que Eugenia sufre mucho
porque debe pagar la hipoteca de su casa.
Así pasan los días, Augusto pensando y pensando hasta que encuentra la
forma de acercarse a su amor: pagarle la hipoteca. Después de un tiempo
de frecuentar a los tíos de Eugenia, una tarde les informa que la deuda
está saldada. Ludivina, la criada de Augusto, le informa que la maestra de
piano pregunta por él. Eugenia rechaza su ayuda y le reclama sus
intenciones de comprar su amor, además, ella asegura estar enamorada y
próxima a casarse. Mauricio, el sobrino de la portera, es el galán de
Eugenia, un hombre sin oficio ni beneficio y sin mayor iniciativa, pero del
cual la señorita está enamorada. Siempre que se encuentran, Eugenia le
reclama sus pocas intenciones de trabajar y, ahora, lo amenaza con
casarse con Augusto Pérez si no le deja otra alternativa. Mauricio le
sugiere que acepte la propuesta, Eugenia se indigna y decide dejarlo. El
tiempo pasa y Eugenia ha despertado en Augusto los deseos de
enamorarse, además, es el consejo que le dan sus amigos. Después de
consultar varias opiniones, Augusto decide buscar el amor en otras
mujeres. A la ruptura con Mauricio, Eugenia decide reconciliarse con
Augusto. La joven aparece en casa de Augusto, le agradece el pago de la
hipoteca y le ofrece su amistad. El joven Pérez decide probar las
intenciones de Eugenia, pero cae en la trampa. Se van a casar, pero, pocos
días antes de la boda, Eugenia le escribe para decirle que se va con
Mauricio quien a encontrado un empleo que el mismo Pérez le consiguió.

Después de darle mil vueltas al asunto, Pérez decide suicidarse, pero antes
quiere consultar otra opinión. Va a Salamanca donde vive Miguel
Unamuno y le pregunta. Éste se niega rotundamente y le confiesa que
Augusto es en ente de ficción que, además, no puede decidir sobre su
destino. Unamuno decide matar a Augusto Pérez antes que él mismo lo
haga. Esa noche, Augusto regresa a casa y les avisa a sus sirvientes que va
a morir. Ludivina y Domingo creen que se ha vuelto loco, pero cuando
Augusto se va a dormir ya no despierta.

También podría gustarte