Nación Semicolonial
Nación Semicolonial
Nación Semicolonial
Esta lectura nos habla de una dictadura de 34 años de un lento y sostenido crecimiento
económico en la República mexicana.
De 1977 a 1911, Porfirio Díaz se mantuvo en el poder gracias al apoyo que le bridaban
los inversionistas extranjeros, los terratenientes nacionales y un ejército bien armado,
durante la primera etapa del gobierno de Díaz, los esfuerzos nacionales se canalizaron
hacia la conformación de los elementos necesarios para iniciar la ruta del modernismo
que sacaría al pueblo de México del estancamiento económico que venía padeciendo,
encaminando los primeros pasos a la construcción de vías férreas para comunicar los
principales centros de producción.
Durante la última década del siglo XIX, los grupos educados en universidades europeas,
comienza a transmitir las tendencias empiristas del positivismo, los procedimientos
metodológicos sometían al riguroso control gubernamental a los elementos a los
elementos que conformaban la lenta dinámica del sistema, el resultado de la educación
empírica estalló en la lucha armada “experimental” y fallida.
Después de medio siglo, el Colegio de San Nicolás fue final mente desintegrado en 1901,
por el gobernador de Michoacán, Aristeo Mercado, debido a las manifestaciones de
descontento que expresaron los estudiantes contra el régimen político, sin embargo, al
quedar gradualmente segregadas las Facultades de Medicina y Jurisprudencia, el Colegio
se redujo al nivel preparatorio, en forma paralela a las decisiones gubernamentales, los
intelectuales y el personal docente de las instituciones de enseñanza superior trataba de
mantener con vida las cada vez más restringidas actividades educativas y de
investigación.
A lo largo del territorio nacional, los sectores público u privado sostenían el servicio de 90
bibliotecas y 26 museos, el Observatorio Meteorológico Nacional aumentaba sus
funciones y se fundaba otro observatorio astronómico, gracias a la influencia de Joaquín
Baranda, también se creó un instituto médico y otro de geografía, como resultado de los
programas de instrucción de los liberales, durante el primer periodo presidencial de
Porfirio Díaz.
Los colegios y las escuelas de educación superior organizadas por el Estado, durante el
gobierno de los liberales, sobrevivían raquíticamente en algunos estados de la Republica,
el hecho era, la disposición de los recursos necesarios de las clases acomodadas para
financiar la educación de sus jóvenes en el extranjero, mientras que las clases explotadas
conformaban la unidad familiar con la concentración de recursos para sobrevivir al
hambre, epidemias y enfermedades infecciosas crónicas, la miseria e ignorancia.
Como conclusión, podemos decir, que la política educativa de esta organización estaba
sustentada por los principios unitarios y de vigilancia oficial constante sobre el desarrollo
de la instrucción pública, es decir, una organización democrática compuesta de
funcionarios de instituciones docentes facilitaría, se pensaba el encausamiento del saber
haca caminos más ordenados y acordes a las necesidades del desarrollo nacional.
Como es lógico suponer, las actividades de este cuerpo de consultores se evocaban más
a favor de los mecanismos de control institucional que a su fomento pedagógico ya que, el
porfirismo, se distingue como el período histórico en que se han visto más abandonadas
las diligencias estudiantiles en la República mexicana.
Como comentario final, podemos decir, que la conciencia crítica y la sensibilidad artística
de las clases acomodadas del porfiriato denotaban una admiración enfática por lo
extranjero que minimizaba el significado de los valores culturales del pueblo de México, es
decir, que lo refinado y socialmente aceptable era todo aquello que probaba tener
vínculos directos con el Viejo Mundo.
Mientras tanto el clero, entre todo este desorden, aprovechaba las oportunidades
derivadas de las demandas elitista de las clases acomodadas para reforzar y afianzar su
discutido control de las actividades de enseñanza, colocándose, con los terratenientes y
grandes empresarios como representante y trasmisor de la dominación económica y
social.
Para instalar nueva mente los recintos universitarios fue necesario vencer las dificultades
planteadas por los grupos adversos a las ideas de Justo Sierra quien manifestaba que la
Universidad Nacional debería tener un Objetivo que una, coordine y dignifique la
instituciones educativas secundarias y superiores, es decir, que les dé un alma común
para unimismar los pensamientos y las aspiraciones nacionales, así pues, en la
proclamación del primer centenario de la Independencia, el 22 de septiembre de 1910,
sirvió de marco inaugural de la modernizada y reestructurada Universidad Nacional de
México.
Sin embargo, ningún esfuerzo de los realizados por los intelectuales y personas con
conciencia social, fue los suficientemente efectivo para alterar la correlación que existía,
en el porfiriato, entre la población que tenía acceso a las oportunidades educativas y su
patrón paralelo en la distribución de la riqueza y las oportunidades laborales.