Salud Mental

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FACULTAD REGIONAL MULTIDICPLINARIA DE CHONTALES

“CORNELIO SILVA ARGÜELLO”


UNAN-FAREM -CHONTALES

Tema: Desarrollo Evolutivo, personalidad, conducta, psicosis y neurosis


infantiles, adolescentes y adultos.

AUTORES:

BR. MARTÍNEZ NOEL

BR. FONSECA MEYBELIN

BR. PLATA FRANYELIN

BR. MURILLO LEDIN JUNIOR

BR. MURILLO JARED ELIEZER


BR. URBINA ERVIN JOSE
BR. MAIRENA YESSNIER

TUTOR: Dra. Alicia Martínez

25 de Junio del 2019

¡A la Libertad por la Universidad!


Desarrollo Evolutivo en Infantes:

En los primeros años de vida, el niño inicia la aproximación al mundo y comienzan sus
aprendizajes, construyendo su desarrollo, y relacionándose con el medio. Por ello, los
programas de Estimulación Temprana o Precoz van dirigidos al niño en las primeras etapas
de la vida, principalmente desde la etapa prenatal hasta los 4 ó 6 años. Algunas
investigaciones sólidas comprueban que la estimulación temprana produce cambios en los
educandos porque aprenden a manejar niveles más complejos para moverse, pensar, sentir y
relacionarse con los demás. Esto conlleva la modificación, estructuración y
perfeccionamiento de las células del cerebro hasta adquirir su función específica. Por ello,
un niño o niña con estimulación en sus primeros años podrá desarrollar de manera más
eficiente sus potencialidades. Los niños-niñas se desarrollan y maduran las capacidades
fundamentales y prioritarias, como las áreas del lenguaje, cognitiva, física, afectiva, moral,
consideramos que el desarrollo físico, se refiere al proceso secuenciado de cambios en el
crecimiento y la maduración, representados por parámetros funcionales y morfológicos,
producto de la transacción entre la dotación orgánica del niño y un ambiente que facilita o
no la adquisición de las conductas determinadas por su reloj biológico.

El desarrollo motor, en su doble vertiente de motricidad gruesa y motricidad fina, se ha


considerado como la expresión funcional básica de las competencias que alcanza el
desarrollo del sistema nervioso central, El desarrollo afectivo, que comprende los
sentimientos que subyacen a los procesos emotivos, destacándose la importancia de este
proceso como interno e individual. El desarrollo social que atiende a la adquisición de la
capacidad para comportarse de conformidad con las expectativas sociales y el desarrollo de
su capacidad de autodominio, de lo cual se desprende que el adecuado ajuste social es uno
de los mejores indicadores del desarrollo integral efectivo. El desarrollo moral, como un
proceso de interiorización de normas morales, familiares, escolares y socioculturales, que
después de una elaboración personal, el niño transforma en su sistema de valores. Y
finalmente, desarrollo del lenguaje, que se define como el proceso de adquisición de un
sistema lingüístico que permite al niño comunicarse consigo mismo y con los demás. Cada
niño tiene su propio ritmo de desarrollo y sólo se le puede comparar con él mismo. Por lo
que la calidad de experiencias significantes en edades tempranas, constituyen una
plataforma fundamental en el desarrollo socio-emocional armónico del niño, lo cual a su
vez incidirá en el desempeño académico.

El desarrollo de la personalidad de los niños

 La personalidad es una entidad única y específica de cada persona que nos define y
nos caracteriza. ...

 Por estos motivos, es fundamental prestar atención al proceso que propicia el


desarrollo de la personalidad de los niños y fomentar la construcción de
una personalidad madura.

En la actualidad, la personalidad decimos que es el conjunto de características psíquicas del


individuo que definen su patrón cognitivo, emocional, comportamental, actitudes y hábitos.
Además, muestran cierta estabilidad y persistencia a lo largo del tiempo.

La formación de la personalidad del individuo no es un acontecimiento puntual o que


dependa de un único factor, sino que se trata de un proceso ininterrumpido y responde a un
proceso de evolución a lo largo del ciclo vital del individuo. No obstante, las primeras
etapas son cruciales para su estructura y posterior desarrollo.

Conducta en niños.

Los problemas de conducta en niños: En muchas ocasiones nos hemos encontrado con
problemas de desobediencia, rabietas y pataletas, negación, mentiras etc, que derivan
en trastornos de conducta en niños, un ejemplo claro es el Síndrome del emperador, cuando
el niño trata como un verdadero tirano a los padres.

Sólo hay que observar como los bebés son capaces de usar  una sonrisa o un llanto para
conseguir un tipo de atención determinado. Esto lo hacen porque han aprendido a través de
sucesivas experiencias que con una conducta u otra logran respuestas concretas en los
adultos.

os niños y niñas nacen con predisposiciones por su temperamento, así algunos niños serán
más activos, otros serán más tímidos, atrevidos, seguros, sensatos, etc. desde el nacimiento.
Pero el temperamento no determina su manera de comportarse.

Los niños y niñas aprenden diferentes patrones de conducta inmersos en un proceso de


desarrollo social. Es decir, observan determinados modelos de conducta que toman:

 En un primer momento, los modelos de los que toman los patrones, serán los
adultos más cercanos.

 Más adelante y de modo progresivo irán incluyendo nuevos modelos, como otros
niños mayores, personajes de cuentos, tele, series, profesores, personajes famosos,
etc.

Psicosis infantil 

La psicosis infantil es un trastorno mental en el que se produce una alteración del


pensamiento y las emociones, lo que hace que el niño pierda contacto con la realidad,
pudiendo escuchar ruidos o ver cosas que no están ocurriendo realmente (alucinaciones) o
creer cosas que no son ciertas (delirios). En los últimos años ha aumentado el interés por la
detección precoz de este tipo de trastornos para así reducir o evitar, en la medida de lo
posible, las consecuencias y el sufrimiento en la vida del niño y su familia, ya que las
investigaciones indican que una intervención temprana está asociada con un mejor
pronóstico y una mejor calidad de vida a largo plazo, es decir, en su vida adulta. En este
artículo de Psicología-Online te mostramos los tipos de psicosis infantil y sus causas, así
como algunos consejos que te pueden servir de ayuda.
Neurosis
Hasta ahora he tratado la técnica mediante la cual los niños pueden ser analizados tan
profundamente como los adultos. Consideraré ahora en qué casos es indicado el
tratamiento.
El primer problema que surge es: ¿Qué dificultades deben ser consideradas normales en un
niño y cuáles neuróticas?; ¿cuándo es sólo travieso y cuándo debe considerárselo enfermo?
En general, estamos preparados para encontrar ciertas dificultades típicas que varían
considerablemente en cantidad y efecto y que siempre, dentro de ciertos límites, son
inevitables en el desarrollo y crianza de cualquier niño; pero pienso que por esta razón
prestamos poca atención a ciertos hechos, juzgándolos como dificultades diarias y que, en
cambio, deberían ser considerados como el comienzo de un serio trastorno de desarrollo.
Trastornos en las comidas, si son suficientemente serios, y, sobre todo, manifestaciones de
ansiedad, ya sean en la forma de terrores nocturnos o de fobias, deben ser considerados
como síntomas definitivamente neuróticos. Pero el estudio de los niños pequeños
generalmente muestra que esta ansiedad toma formas varias y disfrazadas, y que aun
tempranamente, a los dos o tres años, muestran modificaciones de la ansiedad que implican
la actuación de un proceso de represión muy complicado. Después de haberse sobrepuesto a
los terrores nocturnos, por ejemplo, se presentan en ellos, por algún tiempo, trastornos del
sueño, como dormirse tarde, despertarse temprano, tener un sueño fácilmente perturbable o
intranquilo, incapacidad de dormir por la tarde, hechos todos que a través del análisis se
manifiestan como formas modificadas del pavor nocturno originario. Se incluyen en este
grupo las diversas manías y ceremoniales, a menudo de naturaleza tan perturbadora, a que
se entregan los niños a la hora de dormir. En el mismo sentido, los primeros trastornos en
alimentación  a menudo se transforman en un hábito de comer despacio, o de no masticar
bien, o en una general falta de apetito, o meramente en los malos modales en la mesa.
Desarrollo Evolutivo en Adolecente:

La adolescencia es la etapa del desarrollo evolutivo del ser humano que debe ser de mayor
interés, por el significado que tiene como proceso de construcción social y cultural.

Esta etapa de la vida ha ido adquiriendo importancia al margen de la condición etaria


generacional, ya que no se puede hacer una distinción exacta entre niñez y adolescencia ó
adolescencia y juventud, por los procesos de transformación que existen como la biológica,
la psicológica y el aspecto sociocultural.

Estos elementos permiten establecer el límite, considerada la adolescencia como etapa de


transición de la niñez a la vida adulta marcada por cambios interdependientes en el cuerpo,
mente y en las relaciones sociales. También considerarla como fase de desarrollo humano,
que tiene un punto de partida biológico y un desenlace psicológico social.

En el cuerpo, lo biológico se caracteriza por el rápido desarrollo y los cambios en la


composición corporal; el desarrollo del sistema respiratorio y circulatorio, el desarrollo de
las gónadas, órganos reproductivos y caracteres sexuales secundarios, así como el logro de
su plena madurez física.

En el aspecto psicológico, la adolescencia está marcada por una percepción de un nuevo


"yo", que concluya al tener una clara diferencia del yo para compartir con una pareja
llegando a considerar su identidad, socialmente es una etapa de preparación y asumir el
papel del adulto, con todas las prerrogativas de asumir responsabilidades del adulto.

En nuestro medio, todos estos conceptos con fines técnicos y estadísticos, establecen que la
adolescencia transcurre de los 10 a 19 años, sin embargo la Organización Mundial de la
Salud sugiere diferenciar tres periodos dentro la adolescencia, de 10 a 13 años como
adolescencia temprana, de 14 a 16 años la adolescencia intermedia y la adolescencia tardía
de 17 a 19 años, caracterizadas por ciertas particularidades que ayuden en las referencias
útiles y la valoración del crecimiento físico y desarrollo psicosocial, además tomar en
cuenta la región en que se vive, por la influencia que establecen en lo físico y los factores
socioeconómicos.
Podemos resumir la adolescencia como una etapa de cambios en la que una persona deja de
ser niño/a, pero todavía no ha adquirido el estatus de adulto. La adolescencia puede ser
vista como una etapa con entidad propia o como una fase de transición entre otras dos
etapas: la infancia y la madurez. En el mundo en el que vivimos, disponemos de una
tradición que considera la adolescencia como un periodo inestable, muy turbulento plagado
de conflictos y de riesgos. El psicoanálisis y las grandes obras de nuestra literatura han
propagado hasta nuestros días esta visión del adolescente como un joven inestable y
atormentado, pero frente a esta idea, también hay quien considera la adolescencia como un
"regalo", un periodo tranquilo sin especiales dificultades, como propone la antropóloga
Margaret Mead, quien se encuentra en Samoa con una adolescencia que no presenta ningún
tipo de dificultad especial, y que por el contrario es considerada una etapa agradable y feliz.

LA PUBERTAD. LOS CAMBIOS FÍSICOS MÁS IMPORTANTES.

Se llama pubertad a la parte inicial y biológica de la adolescencia, al pistoletazo de salida


que va a marcar el inicio a otros muchos cambios psicosociales a veces más lentos y
discretos. A partir de la pubertad se intensifica un diálogo entre el descubrimiento del
hombre o mujer que son y las elecciones personales de qué hombre o qué mujer quieren
ser. El desencadenante del proceso va a ser los cambios hormonales producidos por el
hipotálamo. Las nuevas hormonas van a acelerar la velocidad de crecimiento y van a
disparar el desarrollo de los genitales y el aparato reproductor, que a su vez producirá más
hormonas. Como resultado tendremos distintos cambios para cada sexo: En las chicas, las
manifestaciones comienzan con el crecimiento del pecho (que se mantendrá creciendo
durante años) y los cambios en la voz. Aparece el vello púbico y más adelante el vello
corporal. Con el estirón del crecimiento, que se dará dos años antes que en los chicos, se
producirá un ensanchamiento de la pelvis y un aumento de grasa corporal. Los genitales
externos e internos aumentan de tamaño y alrededor de los 12 años se produce la primera
menstruación, que es quizá el acontecimiento de mayor carga simbólica y que aunque en
otras culturas supone para la chica un motivo de felicidad, en la nuestra está asociada a
problemas de higiene y malestar. En los chicos aumenta el tamaño de los testículos y surge
el vello púbico, crece el pene y cambia la voz. El vello facial y corporal comienza a
aparecer y se produce el estirón en el crecimiento, que irá acompañado de un
ensanchamiento de los hombros, aumento del grosor de los huesos y la masa muscular. Las
primeras eyaculaciones indican que ha comenzado la producción de espermatozoides, y con
nuevas cantidades de andrógenos aumentará la producción de grasa en el pelo y en la piel.

Personalidad en la adolescencia

La personalidad en la adolescencia cambia rotundamente y es una etapa clave en la


formación de la identidad. En ocasiones, los padres se muestran sorprendidos con el cambio
que presenta su hijo; sin embargo, el buen diálogo y el ejemplo lo ayudarán en este período
de la vida.

La personalidad en la adolescencia cambia rotundamente y los padres quedamos


sorprendidos con el cambio que presentan. Una de las características más comunes es que
comienzan a encerrarse en su mundo, dejan de contarnos sus cosas y en la mayoría de los
casos, si insistimos, se retraen más aún.

La personalidad del adolescente posee gran espíritu de aventura, les gusta vivir sus propias
experiencias para sacar sus conclusiones. No les sirven de nada los consejos que les demos
o que les digamos que no hagan tal cosa: si ellos quieren hacerlo, lo harán pese a nosotros.

Otra gran característica de los adolescentes es la mezcla del sentimiento de independencia


que presentan y la necesidad de seguir siendo dependientes. Por un lado, no quieren ser tan
controlados, no quieren que se les impongan normas ni horarios y por otro, sienten miedo
de independizarse, con un sentimiento de inseguridad y temor.

Todos los adolescentes se sienten incomprendidos en algún momento, pero esta radica en la
incomprensión de sí mismos. El adolescente siente que debe romper las normas sin
importar que estas sean estrictas o flexibles, cada vez se van diferenciando más los
intereses de padres e hijos y, de esta forma, tratan de establecer su propia identidad.
La personalidad en la adolescencia muchas veces es incomprendida por los padres, pero
debemos ayudarlos a que pasen esta etapa de la mejor manera posible y llenarnos de
paciencia.

Los cambios de conducta en el adolescente.

La adolescencia es una etapa difícil del ser humano ya que se mezclan diferentes
sentimientos. Está marcada por el fuerte deseo de experimentar situaciones pero, en muchos
casos, sin querer, conocer, aceptar o asumir los riesgos que pueden conllevar. En esta etapa
del desarrollo del ser humano surgen los primeros conflictos cuando el adolescente debe
tomar decisiones por sí mismo.

¿Cuándo tenemos que buscar ayuda si notamos cambios de conducta?

Tenemos que estar atentos si nuestros hijos presentan uno o más de los siguientes signos o
síntomas:

– Cambia súbitamente de conducta


– Pierde el interés en las actividades usuales
– Tiene calificaciones bajas
– Usa alcohol o drogas
– Piensa en el suicidio
– Se comporta agresivo y violento
– Se comporta tímido y esquiva a la gente
– Presenta trastornos de alimentación
– Presenta problemas de sueño
– Tiene problemas de concentración
– Tiende a ser hiperactivo

¿Qué clase de adolescentes están en riesgo de los cambios de conducta?


En la mayoría de los casos nadie es culpable de la salud mental o de los cambios de
conducta de los adolescentes. Sin embargo, en ciertas situaciones como las que a
continuación se muestran, se podría aumentar el riesgo de que un adolescente presente
dichos problemas de comportamiento:
– Una fuente de estrés familiar, una mudanza, la ausencia prolongada de un ser querido.
– Una enfermedad o condición médica.
– Dolor y pérdida a causa de una muerte, separación o divorcio de los padres.
– Abuso físico o sexual, ya sea dentro o fuera de la familia.
– Problemas de aprovechamiento en la escuela.
– Bulling

Psicosis

Sin duda alguna, las psicosis son una preocupación constante de los psiquiatras de
adolescentes, que temen sobre todo la entrada en la esquizofrenia; la evocan síntomas muy
variados, que expresan de manera polimorfa el sufrimiento psíquico frecuente a esta edad.
La adolescencia, que es un momento de grandes cambios internos y externos, también es la
edad en que se inician la mayoría de las enfermedades psiquiátricas de la edad adulta que,
en su comienzo, no tienen las características clínicas que las harán fácilmente reconocibles
más tarde. Ante síntomas psicóticos en la adolescencia, el clínico debe tener presente un
amplio abanico de diagnósticos diferenciales, sin apoyarse totalmente en las descripciones
monográficas. Por tanto, debe tener en cuenta, más que en otros períodos de la vida, la
dimensión psicopatológica de los trastornos en torno a dos grandes ejes teóricos: el Edipo y
el cuerpo genital por un lado y la psicopatología de los vínculos por el otro. Preguntarse
sobre las psicosis en la adolescencia hoy en día implica tolerar cierto grado de
incertidumbre pronostica y, al mismo tiempo, plantearse la cuestión del significado de las
manifestaciones pre mórbido que aparecen en este período: factores de vulnerabilidad o
pródromos de la enfermedad que tienen como consecuencia formas de tratamiento y de
prevención muy diversas.

Neurosis en la adolescencia
¿Es posible hablar de neurosis en la adolescencia?. Un cierto número de autores se pregunta
si ese diagnóstico está bien establecido en ese momento de la vida. Los puntos de vista
pueden resumirse de la siguiente manera: En los trabajos de S. Freud la adolescencia
constituye un momento crucial en la constitución de la organización neurótica. En la
descripción que él hace de la evolución psíquica de los jóvenes sujetos, Freud sitúa en la
pubertad, bajo el efecto de la represión, la aparición de la neurosis que viene a sustituirse a
la perversión (1905, p. 189). Por otra parte, muchos casos clínicos de los "Estudios Sobre la
Histeria" son de adolescentes: Anna 0. Tiene 21 años, Catarina 18, Dora, publicado como
un "Fragmento de un Análisis de Histeria" tiene también 18 años (1905 bis). Las causas
sugeridas por la aparición de las perturbaciones neuróticas son muchas y se deben en
muchos casos a la dimensión bifásica del desarrollo sexual humano: los recorridos de la
pubertad que aparecen luego del período de la latencia traen con ellos un flujo pulsional
que desborda la capacidad de elaboración de la psiquis y necesitan recurrir a la represión: el
reagrupamiento de las pulsiones bajo la primacía de lo genital, tarea de la adolescencia, es
impedida a veces por las fijaciones pre genitales. El cambio de objeto libidinal que se ha
hecho necesario por el acceso a la genitalidad, a veces no puede operarse a causa de la
intensidad de las fijaciones incestuosas y de la gran similitud del nuevo objeto con el
primer objeto. Dicho de otra manera, con la pubertad, el proceso de sexualización da a los
fantasmas infantiles y a los acontecimientos anteriores una significación que interviene en
la psiquis adolescente con un efecto traumático a destiempo. Para otros autores, todavía no
se puede hablar de neurosis en la adolescencia: Según Peter Blos, es sólo al final de la
adolescencia, sobre la base del aún no-resuelto Complejo de Edipo negativo, que se instala
la organización definitiva de las neurosis del adulto (1985). Este autor propone la hipótesis
de una resolución bifásica del Complejo de Edipo en el joven: la resolución de la fase
positiva precede la entrada en la latencia, la resolución de la fase negativa se produciría
normalmente al final de la adolescencia. Desde su punto de vista, el ideal del Yo adulto es
una estructura psíquica que se constituye en la adolescencia a partir de la libido de objeto
donde se alimentaba el complejo negativo, con el apoyo de la libido narcisista: esta
instancia permite la resolución del apego al padre. Para François Ladane (1981), las
manifestaciones sintomáticas que se muestran bajo esa forma a esta edad, no dependen de
un conflicto intrapsíquico, y los mecanismos de defensa que los sostienen pertenecen a un
registro arcaico.

Desarrollo evolutivo en adultos

La edad Adulta es la etapa de la vida humana en la cual el individuo alcanza su


desarrollo completo. La edad Adulta es el período comprendido desde los 19 años hasta los
65 años. Se subdivide en dos etapas: Edad adulta temprana: Desde los 19 hasta los 45 años
aproximadamente.

La personalidad del adulto

En este apartado se hablará de cómo la personalidad del adulto va cambiando de acuerdo a


los diferentes factores ambientales y biológicos que va teniendo durante el desarrollo de la
misma, específicamente en el momento de vivir un duelo. Conforme a las experiencias que
va adquiriendo a lo largo de la vida, comienza a formarse su temperamento, carácter, forma
de ser, de actuar, expresar y sentir. Durante la infancia, adolescencia, juventud se van
observando estos cambios en la personalidad, hasta llegar a la edad adulta, cuando ya es
poco factible modificar lo que se adquirió en estas etapas.

Al respecto Kelly (1955) dice: “Este punto es un principio básico del estudio de la
personalidad: si conocemos algo sobre otra persona, su pasado, presente y futuro se nos
revelará en alguna medida; debido a que la personalidad es estable y la identidad personal
no cambia fácilmente”  sin embargo, podemos agregar que cualquier variable propuesta
debe ser verificada.

Los teóricos en la personalidad no niegan la influencia significativa de los diversos


determinantes de la conducta; más bien, tratan con su efecto en la estructura y
funcionamiento de la personalidad. Por tanto, se considera que el medio ambiente influye
en la personalidad; los determinantes biológicos afectan el funcionamiento de la
personalidad, y la herencia fija los límites del desarrollo de la personalidad.

Cambios en la personalidad

Las personas sanas difieren significativamente en la personalidad global, en el estado de


ánimo y en el comportamiento. Cada persona también varía día a día, dependiendo de las
circunstancias. Sin embargo, un gran cambio repentino, en la personalidad y/o en la
conducta, en particular si no está relacionado con ningún acontecimiento obvio (como
iniciar un tratamiento farmacológico o la pérdida de un ser querido), a menudo indica un
problema.

Los cambios en la personalidad y el comportamiento en general se pueden clasificar como


uno de los siguientes:

 Confusión mental o delirio

 Delirios

 Discurso o comportamiento desorganizados

 Alucinaciones

 Estado de ánimo extremo (como la depresión)

Estas categorías no son trastornos. Solo es una forma en la que los médicos organizan
diferentes tipos de pensamiento, discurso y conducta anormales.

La persona afectada puede presentar más de un tipo de cambio. Por ejemplo, los sujetos con
confusión debido a la enfermedad de Alzheimer a veces se deprimen, y las personas con
delirio pueden tener un lenguaje desorganizado o alucinaciones.

Confusión y delirio (ver Delirio) se refiere a una alteración de la consciencia. Es decir, la


persona es menos consciente de su entorno y, dependiendo de la causa, puede estar
excesivamente agitada y beligerante o somnolienta y perezosa. En algunos casos se alterna
entre encontrarse menos alerta y estar en una situación de alerta excesiva. Su pensamiento
aparece nublado y lento o inadecuado. Tienen problemas para concentrarse en preguntas
simples y son lentos para responder. Al hablar pueden arrastrar las palabras. A menudo, la
persona afectada no sabe qué día es, y puede no ser capaz de decir dónde se encuentra.
Algunos no pueden dar su nombre.

Los delirios son creencias falsas fijas que las personas tienen a pesar de la evidencia en
contra de esas creencias. Algunos delirios se basan en una interpretación errónea de las
percepciones y experiencia reales. Por ejemplo, la persona con delirios puede sentirse
perseguida, pensando que alguien le sigue en la calle o que un accidente común es un
sabotaje intencionado. En otros casos, se piensa que las letras de las canciones o los
artículos de prensa contienen mensajes que se refieren concretamente a ellos. Algunas
creencias parecen más plausibles y pueden ser difíciles de identificar como delirios, ya que
podrían producirse o se han producido en la vida real. Por ejemplo, en algún caso un sujeto
puede ser seguido por un investigador o su trabajo ha sido saboteado por sus compañeros.
En estos casos, la creencia puede ser interpretada como un delirio por la gran convicción de
la persona afectada a pesar de las evidencias en su contra. Otros delirios son más fáciles de
identificar. Por ejemplo, en los delirios religiosos o grandiosos, la persona puede creer que
es Jesucristo o el presidente del país. Algunas ideas delirantes son bastante extrañas. Por
ejemplo, el sujeto puede pensar que sus órganos han sido sustituidos por piezas mecánicas
o que su cabeza contiene una radio que recibe mensajes del gobierno.

Psicosis en adultos.

Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones
anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los
síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales
como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes
secretos. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que
no existe.

La esquizofrenia es un tipo de trastorno psicótico. Quienes sufren de trastorno


bipolar también pueden tener síntomas psicóticos. Otros problemas que pueden causar
psicosis son: el alcohol y ciertos medicamentos, tumores cerebrales, infecciones del cerebro
y un ataque cerebrovascular (ACV).

El tratamiento depende de la causa de la psicosis. Puede incluir fármacos para el control de


los síntomas y psicoterapia. La hospitalización es una opción para los casos serios en los
que una persona puede ser peligrosa para sí misma o para los demás.

La neurosis 

La neurosis o neocriticismo es una tendencia psicológica a mantener ciertas dificultades


para el control y la gestión emocional.

Las personas que padecen altos niveles de neocriticismo suelen presentar estados de ánimo
bajos, cercanos a la depresión o a la distinta, y muestran sentimientos negativos como la
envidia, ira, ansiedad, sensación de culpabilidad… Las personas neuróticas presentan esta
sintomatología de forma mucho más frecuente y severa que las personas que no padecen
esta condición.

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