Salud Mental
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AUTORES:
En los primeros años de vida, el niño inicia la aproximación al mundo y comienzan sus
aprendizajes, construyendo su desarrollo, y relacionándose con el medio. Por ello, los
programas de Estimulación Temprana o Precoz van dirigidos al niño en las primeras etapas
de la vida, principalmente desde la etapa prenatal hasta los 4 ó 6 años. Algunas
investigaciones sólidas comprueban que la estimulación temprana produce cambios en los
educandos porque aprenden a manejar niveles más complejos para moverse, pensar, sentir y
relacionarse con los demás. Esto conlleva la modificación, estructuración y
perfeccionamiento de las células del cerebro hasta adquirir su función específica. Por ello,
un niño o niña con estimulación en sus primeros años podrá desarrollar de manera más
eficiente sus potencialidades. Los niños-niñas se desarrollan y maduran las capacidades
fundamentales y prioritarias, como las áreas del lenguaje, cognitiva, física, afectiva, moral,
consideramos que el desarrollo físico, se refiere al proceso secuenciado de cambios en el
crecimiento y la maduración, representados por parámetros funcionales y morfológicos,
producto de la transacción entre la dotación orgánica del niño y un ambiente que facilita o
no la adquisición de las conductas determinadas por su reloj biológico.
La personalidad es una entidad única y específica de cada persona que nos define y
nos caracteriza. ...
Conducta en niños.
Los problemas de conducta en niños: En muchas ocasiones nos hemos encontrado con
problemas de desobediencia, rabietas y pataletas, negación, mentiras etc, que derivan
en trastornos de conducta en niños, un ejemplo claro es el Síndrome del emperador, cuando
el niño trata como un verdadero tirano a los padres.
Sólo hay que observar como los bebés son capaces de usar una sonrisa o un llanto para
conseguir un tipo de atención determinado. Esto lo hacen porque han aprendido a través de
sucesivas experiencias que con una conducta u otra logran respuestas concretas en los
adultos.
os niños y niñas nacen con predisposiciones por su temperamento, así algunos niños serán
más activos, otros serán más tímidos, atrevidos, seguros, sensatos, etc. desde el nacimiento.
Pero el temperamento no determina su manera de comportarse.
En un primer momento, los modelos de los que toman los patrones, serán los
adultos más cercanos.
Más adelante y de modo progresivo irán incluyendo nuevos modelos, como otros
niños mayores, personajes de cuentos, tele, series, profesores, personajes famosos,
etc.
Psicosis infantil
La adolescencia es la etapa del desarrollo evolutivo del ser humano que debe ser de mayor
interés, por el significado que tiene como proceso de construcción social y cultural.
En nuestro medio, todos estos conceptos con fines técnicos y estadísticos, establecen que la
adolescencia transcurre de los 10 a 19 años, sin embargo la Organización Mundial de la
Salud sugiere diferenciar tres periodos dentro la adolescencia, de 10 a 13 años como
adolescencia temprana, de 14 a 16 años la adolescencia intermedia y la adolescencia tardía
de 17 a 19 años, caracterizadas por ciertas particularidades que ayuden en las referencias
útiles y la valoración del crecimiento físico y desarrollo psicosocial, además tomar en
cuenta la región en que se vive, por la influencia que establecen en lo físico y los factores
socioeconómicos.
Podemos resumir la adolescencia como una etapa de cambios en la que una persona deja de
ser niño/a, pero todavía no ha adquirido el estatus de adulto. La adolescencia puede ser
vista como una etapa con entidad propia o como una fase de transición entre otras dos
etapas: la infancia y la madurez. En el mundo en el que vivimos, disponemos de una
tradición que considera la adolescencia como un periodo inestable, muy turbulento plagado
de conflictos y de riesgos. El psicoanálisis y las grandes obras de nuestra literatura han
propagado hasta nuestros días esta visión del adolescente como un joven inestable y
atormentado, pero frente a esta idea, también hay quien considera la adolescencia como un
"regalo", un periodo tranquilo sin especiales dificultades, como propone la antropóloga
Margaret Mead, quien se encuentra en Samoa con una adolescencia que no presenta ningún
tipo de dificultad especial, y que por el contrario es considerada una etapa agradable y feliz.
Personalidad en la adolescencia
La personalidad del adolescente posee gran espíritu de aventura, les gusta vivir sus propias
experiencias para sacar sus conclusiones. No les sirven de nada los consejos que les demos
o que les digamos que no hagan tal cosa: si ellos quieren hacerlo, lo harán pese a nosotros.
Todos los adolescentes se sienten incomprendidos en algún momento, pero esta radica en la
incomprensión de sí mismos. El adolescente siente que debe romper las normas sin
importar que estas sean estrictas o flexibles, cada vez se van diferenciando más los
intereses de padres e hijos y, de esta forma, tratan de establecer su propia identidad.
La personalidad en la adolescencia muchas veces es incomprendida por los padres, pero
debemos ayudarlos a que pasen esta etapa de la mejor manera posible y llenarnos de
paciencia.
La adolescencia es una etapa difícil del ser humano ya que se mezclan diferentes
sentimientos. Está marcada por el fuerte deseo de experimentar situaciones pero, en muchos
casos, sin querer, conocer, aceptar o asumir los riesgos que pueden conllevar. En esta etapa
del desarrollo del ser humano surgen los primeros conflictos cuando el adolescente debe
tomar decisiones por sí mismo.
Tenemos que estar atentos si nuestros hijos presentan uno o más de los siguientes signos o
síntomas:
Psicosis
Sin duda alguna, las psicosis son una preocupación constante de los psiquiatras de
adolescentes, que temen sobre todo la entrada en la esquizofrenia; la evocan síntomas muy
variados, que expresan de manera polimorfa el sufrimiento psíquico frecuente a esta edad.
La adolescencia, que es un momento de grandes cambios internos y externos, también es la
edad en que se inician la mayoría de las enfermedades psiquiátricas de la edad adulta que,
en su comienzo, no tienen las características clínicas que las harán fácilmente reconocibles
más tarde. Ante síntomas psicóticos en la adolescencia, el clínico debe tener presente un
amplio abanico de diagnósticos diferenciales, sin apoyarse totalmente en las descripciones
monográficas. Por tanto, debe tener en cuenta, más que en otros períodos de la vida, la
dimensión psicopatológica de los trastornos en torno a dos grandes ejes teóricos: el Edipo y
el cuerpo genital por un lado y la psicopatología de los vínculos por el otro. Preguntarse
sobre las psicosis en la adolescencia hoy en día implica tolerar cierto grado de
incertidumbre pronostica y, al mismo tiempo, plantearse la cuestión del significado de las
manifestaciones pre mórbido que aparecen en este período: factores de vulnerabilidad o
pródromos de la enfermedad que tienen como consecuencia formas de tratamiento y de
prevención muy diversas.
Neurosis en la adolescencia
¿Es posible hablar de neurosis en la adolescencia?. Un cierto número de autores se pregunta
si ese diagnóstico está bien establecido en ese momento de la vida. Los puntos de vista
pueden resumirse de la siguiente manera: En los trabajos de S. Freud la adolescencia
constituye un momento crucial en la constitución de la organización neurótica. En la
descripción que él hace de la evolución psíquica de los jóvenes sujetos, Freud sitúa en la
pubertad, bajo el efecto de la represión, la aparición de la neurosis que viene a sustituirse a
la perversión (1905, p. 189). Por otra parte, muchos casos clínicos de los "Estudios Sobre la
Histeria" son de adolescentes: Anna 0. Tiene 21 años, Catarina 18, Dora, publicado como
un "Fragmento de un Análisis de Histeria" tiene también 18 años (1905 bis). Las causas
sugeridas por la aparición de las perturbaciones neuróticas son muchas y se deben en
muchos casos a la dimensión bifásica del desarrollo sexual humano: los recorridos de la
pubertad que aparecen luego del período de la latencia traen con ellos un flujo pulsional
que desborda la capacidad de elaboración de la psiquis y necesitan recurrir a la represión: el
reagrupamiento de las pulsiones bajo la primacía de lo genital, tarea de la adolescencia, es
impedida a veces por las fijaciones pre genitales. El cambio de objeto libidinal que se ha
hecho necesario por el acceso a la genitalidad, a veces no puede operarse a causa de la
intensidad de las fijaciones incestuosas y de la gran similitud del nuevo objeto con el
primer objeto. Dicho de otra manera, con la pubertad, el proceso de sexualización da a los
fantasmas infantiles y a los acontecimientos anteriores una significación que interviene en
la psiquis adolescente con un efecto traumático a destiempo. Para otros autores, todavía no
se puede hablar de neurosis en la adolescencia: Según Peter Blos, es sólo al final de la
adolescencia, sobre la base del aún no-resuelto Complejo de Edipo negativo, que se instala
la organización definitiva de las neurosis del adulto (1985). Este autor propone la hipótesis
de una resolución bifásica del Complejo de Edipo en el joven: la resolución de la fase
positiva precede la entrada en la latencia, la resolución de la fase negativa se produciría
normalmente al final de la adolescencia. Desde su punto de vista, el ideal del Yo adulto es
una estructura psíquica que se constituye en la adolescencia a partir de la libido de objeto
donde se alimentaba el complejo negativo, con el apoyo de la libido narcisista: esta
instancia permite la resolución del apego al padre. Para François Ladane (1981), las
manifestaciones sintomáticas que se muestran bajo esa forma a esta edad, no dependen de
un conflicto intrapsíquico, y los mecanismos de defensa que los sostienen pertenecen a un
registro arcaico.
La personalidad del adulto
Al respecto Kelly (1955) dice: “Este punto es un principio básico del estudio de la
personalidad: si conocemos algo sobre otra persona, su pasado, presente y futuro se nos
revelará en alguna medida; debido a que la personalidad es estable y la identidad personal
no cambia fácilmente” sin embargo, podemos agregar que cualquier variable propuesta
debe ser verificada.
Cambios en la personalidad
Delirios
Alucinaciones
Estas categorías no son trastornos. Solo es una forma en la que los médicos organizan
diferentes tipos de pensamiento, discurso y conducta anormales.
La persona afectada puede presentar más de un tipo de cambio. Por ejemplo, los sujetos con
confusión debido a la enfermedad de Alzheimer a veces se deprimen, y las personas con
delirio pueden tener un lenguaje desorganizado o alucinaciones.
Los delirios son creencias falsas fijas que las personas tienen a pesar de la evidencia en
contra de esas creencias. Algunos delirios se basan en una interpretación errónea de las
percepciones y experiencia reales. Por ejemplo, la persona con delirios puede sentirse
perseguida, pensando que alguien le sigue en la calle o que un accidente común es un
sabotaje intencionado. En otros casos, se piensa que las letras de las canciones o los
artículos de prensa contienen mensajes que se refieren concretamente a ellos. Algunas
creencias parecen más plausibles y pueden ser difíciles de identificar como delirios, ya que
podrían producirse o se han producido en la vida real. Por ejemplo, en algún caso un sujeto
puede ser seguido por un investigador o su trabajo ha sido saboteado por sus compañeros.
En estos casos, la creencia puede ser interpretada como un delirio por la gran convicción de
la persona afectada a pesar de las evidencias en su contra. Otros delirios son más fáciles de
identificar. Por ejemplo, en los delirios religiosos o grandiosos, la persona puede creer que
es Jesucristo o el presidente del país. Algunas ideas delirantes son bastante extrañas. Por
ejemplo, el sujeto puede pensar que sus órganos han sido sustituidos por piezas mecánicas
o que su cabeza contiene una radio que recibe mensajes del gobierno.
Psicosis en adultos.
Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones
anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los
síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales
como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes
secretos. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que
no existe.
La neurosis
Las personas que padecen altos niveles de neocriticismo suelen presentar estados de ánimo
bajos, cercanos a la depresión o a la distinta, y muestran sentimientos negativos como la
envidia, ira, ansiedad, sensación de culpabilidad… Las personas neuróticas presentan esta
sintomatología de forma mucho más frecuente y severa que las personas que no padecen
esta condición.